Partida Rol por web

Astor decepcionado por no encontrar nada más que pudiera serle de utilidad, sale de la tiendecilla hacia las calles de la ciudad, el hecho de dejar la tienda abierta de par en par, era algo sospechoso de por si, aunque no decidió pensar demasiado en ello, a fin de cuentas, la gente comete descuidos todo el tiempo. Aunque había algo que molestaba incluso más al bueno de Astor:

-Mira que no trabajar los domingos... -Dice casi en bufido- ¡Así no se levanta el país!. ¡Malditos vagos!.

Sacando su libreta, lee lo que había apuntado. Ese era su nuevo destino.

Comienzas a apuntar el nombre y en tu mente comienza a formarse una chispa. ¿Rodolfo Amatista?... ¡Claro! Era un hombre mayor del Partido, habias oido que si tenias dudas podias ir a preguntarle. No lo conocias personalmente, pero os habiais cruzado en mas de una ocasión por los pasillos de la sede.

Quizas era hora de ir a preguntarle un par de cosas.

Quizás fuera una coincidencia, quizás no lo fuera. Sea como sea, el hecho de que un "Pokemon X" fuera direccionado bajo el nombre del Líder del Partido, así como a la dirección de su casa, eran dos datos a tener muy en cuenta, en especial si quería descubrir todo el asunto que había detrás de los Pokemon tipo Hada.

-Pues... al menos no se dirá que no me involucro...

Con esto en mente, Astor se dirigió hacia allá.

Tras andar en una plazoleta dando vueltas en círculos, Astor se detuvo en seco y volvió a leer el apellido "Amatista". ¿Acaso eso era el Anagrama de Suarez Villamon con letras de menos, distintas y con letras de más?. Probablemente fuera así, por lo que continuó su camino hacia la Sede del Partido, quizás allí supieran algo sobre Anagramas, o sobre dónde vivía el líder del partido o quien era de verdad M. Rajoy, Rodolfo Amatista.

-Mmmm... -Comentó por lo bajo- La trama se complica...

Llendo con cuidado de esquivar la zona que sabias que era de Alas Negras y asi evitarte problemas llegas a la sede del Partido. Nuevamente el himno del Partido te recibe, la misma secreta que estaba la otra vez sigue mecanografiando con la misma cadencia. Cuando te acercas a su mesa no levanta la vista.

Decidido en mentir nuevamente, y esperando que el resultado variara de la última vez que lo intento, el joven Astor se acercó a la secretaria que estaba mecanografiando alguna cosa, y tras toser un poco en su puño cerrado para llamar la atención de esta, habló como si no fuera más que un recadero.

-Ho-Hola... -Dijo con cierto nerviosismo- ¡Traigo un paquete para Rodolfo Amatista!. Me han dicho de traerlo aquí, ¿sabe dónde puedo esperarle?.

La secretaria levanta la mirada durante unos momentos con pesadez, casi como a traves de ti, y la vuelve a bajar continuando con su tarea.

- ¿Ahora trae paquetes, señor Krieger? Vaya ascenso... -dice con sarcasmo- lo encontrara donde siempre, en su despacho del piso de abajo.

Astor dio un respingo cuando los fríos y muertos ojos -metaforicamente hablando- de aquella mujer se posaron en él; nunca le gustó demasiado la actitud de aquella mujer y mucho menos su apariencia estética; pese a ello, no iba a ser él el que la contrariara, a fin de cuentas ya le daba repelús en su estado normal, como para hacerla enfadar con una queja formal acerca de cómo una muchacha más joven y aria era una mejor opción para ser lo primero que uno ve al entrar en la sede.

-G-Gracias -Dijo sudando y con una sonrisa forzada y nerviosa- Y-Yo, esto... me voy ya.

Tragando saliva dio unos cuantos pasos más hacia atrás sin perder el contacto visual con la Señora y se dirigió hacia donde esta le había indicado que se encontraba el despacho del presunto previo comprador de Pokemon especiales.

Te metes por los pasillos de la sede. Las puertas iban apareciendo a ambos lados, todo despachos y almacenes, alguna sala de descanso y menesteres menores, sin embargo no es hasta que llegaste a una zona algo menos iluminada que sabes que estas llegando a tu destino. El despacho 8, la seccion 8 tambien llamada o dicho por lo bajo y entre risas, la oficina de los rumores. Todo partido que quisiera llegar lejos debia de tener un encargado de la propaganda de dicho partido, sin embargo si realmente querias aplastar a tus oponentes no solo debias ser eficaz lanzando tu propaganda, tambien debias de serlo desmontando la de los demas... y aquel encargado era Rodolfo Amatista, el encargado de la contrapropaganda. A veces daba la sensación de que sabia todo antes si quiera de que a alguien se le hubiera ocurrido.

Tras un toque suave a la puerta, una voz grave aunque con fuerza te invita a pasar. La habitación estaba llena de papeles, corchos con información y estanterias llenas de libros y albaranes hasta el techo. Pese a que tenia la altura de un hombre de mediana estatura, Rodolfo estaba medio enterrado en una pila de papeles.

- Bueno... se lo ha tomado con calma señor Krieger ¿Ya está mejor de sus heridas? Mira que enfrentarse contra un pokemon... y sobretodo un Pinsir.

El hombre que te hablaba era un hombre mayor, probablemente superaria la 50, con profusa barba te miraba tras sus lentes tintadas ¿Quien necesitaba lentes tintadas en un lugar tan lobrego? Algo habias oido de que su trabajo le habia llevado a tener ciertas... manias, que no todos consideraban normales. Vestido con un traje arreglado, pese a lo anterior, Rodolfo parecia ser un hombre que inspiraba confianza. Con un gesto de mano te invita a sentarte en la silla que hay frente a su escritorio.

Astor no pudo hacer otra cosa que ruborizarse por un momento, el mero hecho de pensar siquiera que su particular y peculiar encontronazo en aquel callejón ahora era de dominio público lo hundía en la más vil miseria; aunque era de suponer que Rodolfo Amatista conociera del tema, a fin de cuentas, era bien sabido que este era el mejor... Aún con todo trató de conservar algo de su honor... mintiendo.

-Fue una batalla dura, pero todo salió bien... -Dijo con una falsa confianza mientras sonreía y miraba el firmamento- ¡Un mísero Pinsir no es capaz de frenar mi indomable espíritu!.

Distorsionando la realidad y los hechos a su antojo; Astor volvió a dirigirse hacia el hombre que, sin lugar a dudas, sabría que eso era una vil mentira, y esperaba que se compadeciera del herido tanto fisica como moralmente, que era Astor, y no dijera nada acerca de la paliza que recibió en donde ni siquiera se defendió.

-Pero cambiando de tema... -Dijo tratando de desviar a otros campos- ¿Ya le llegó el Gardevoir?. Me refiero, como ya sabrá la tienda a la que pidió ese... peculiar Pokemon... ha sido atacada, supongo que si el envío no le llegó, quizás tarde más de la cuenta en venir, si es que viene...

Rodolfo enarca una ceja.

- ¿Gardevoir?... ¡Oh! La tienda que destrozaron Serafina y ustedes dos... -mira una montaña de papeles y saca uno, parece que al azar, de la parte de abajo- si... costó un poco desviar la atención de aquello... aunque bueno, supongo que era lo que quería la cría esa.

Suspira, te sorprende el desparpajo con el que habla de la lider de las juventudes, sabias que Rodolfo estaba bien posicionado, pero no estas seguro de hasta que punto.

- ¿Que le hace pensar que YO he ordenado nada a esa tienda? Menos aun un pokemon de ese tipo... -te mira fijamente y vuelve a suspirar- supongo que habra rebuscado en sus papeles... ese hombre es idiota, mira que le dije que no lo escribiera. Vera señor Krieger, no es un Gardervoir lo que estoy buscando... es algo que esta por encima de su rango ¿Sabe? De todos modos ¿Por que le interesa saber lo que el encargado del despacho 8 hace o deja de hacer?

-¿Mejor que un Gardevoir? -Inquirió Astor- ¡Dos Gardevoir!

Astor resopló por la nariz, convencido de su brillante descubrimiento; si algo es bueno de por sí, tener más de ese algo, no hacía otra cosa que mejorar. Excepto, probablemente la comida, puesto que demasiado comida dará un empacho, y eso Astor bien lo sabía... ser un maestro de las Magdalenas Militantes tiene su precio.

-Quizás no sean dos Gardevoir... -Dijo finalmente al ver como Rodolfo no lo miraba con asombro, alegría o miedo por la gran realización que Astor había hecho- pero me temo que quizás no le llegue su pedido en breves... Creo que he visto "eso" pululando libre por las calles... Aunque no estoy muy seguro de qué era... pero sé que era algo importante... y las coincidencias no existen. ¿Podría decirme qué era?. Quizás si lo sé podré cazarlo y entregárselo...

Cuando dijiste que podias haber visto Rodolfo alzó una ceja interesado, te pide que le expliques que viste*. Una vez que acabas la sala queda en silencio durante unos segundos. Se levanta de su asiento y echa el seguro a la puerta, luego vuelve a sentarse frente a ti.

- Bien señor Krieger, parece que sin quererlo usted se ha metido en medio de una investigación en curso del Partido... como comprendera esto es estrictamente confidencial. Usted ha sido la primera persona en tener una toma de contacto con el pokemon que buscamos -levanta la mano antes de que hables- no, no esta capacitado para saber el nombre de dicho pokemon.

Digame... ¿Sabe que es a lo que se dedica el despacho 8 exactamente?

Astor no podía fallar ante esa pregunta, no debía fallarla; por desgracia para Astor, tampoco es que tuviera idea alguna de lo que en verdad hacían en el despacho 8 del partido, así que tan solo tuvo que confiar en su suerte y en dar rienda suelta a su imaginación. Aclarándose la garganta al fin habló:

-Teniendo en cuenta la falta de hornos y masa pastelera, apostaría que no se dedican a hacer magdalenas patrióticas y venderlas para conseguir fondos extras para el partido y sus campañas. -Dijo completamente convencido, asintiendo con una sonrisa- Por lo demás, algo habré escuchado... pero... si me lo confirma...

Rodolfo cruza sus manos frente a su cara y con aire de misterio te comienza a contar.

- Señor Krieger, lo que voy a contarle no esta accesible a todo el mundo, por lo que le digo, cualquier cosa que salga fuera de este despacho podría causarle muchos... muchos problemas -dice mirandote por encima de las gafas- puede que sepa que nuestro despacho se dedica a la propaganda y contrapropaganda, pero tambien somos los... "ministros de los rumores". El poder no siempre es lo mas evidente, a veces lo mas descabellado puede dotar a quien lo posea de un gran poder.

Suspira antes de continuar.

- Por ello nos dedicamos tambien a perseguir e investigar rumores y bueno... lo mas inverosimil de la historia pokemon. Usted dice que quiere capturar lo que perseguía... bien, antes de ahondar en mas detalles quisiera preguntarle, señor Krieger ¿Querría formar parte del despacho 8? Podríamos ayudarle en su busqueda y bueno... aunque la gente piense que no nos damos cuenta que se rien de nuestro despacho, el Lider nos tiene en gran estima, por lo que trabajar como miembro del despacho 8 le garantizaría una promoción dentro del Partido.

Los ojos de Astor brillaron ante aquella propuesta, pese a ello, el joven no quería parecer demasiado alegre con la propuesta y hacerse un poco de rogar, al menos los primeros dos segundos, puesto que una vez que terminó su "falsa actuación de estar pensándolo por apenas dos segundos", respondió afirmativamente.

-Lo he de pensar.... -Aquí es donde aparece la "falsa actuación de estar pensándolo por apenas dos segundos"- ¡Si!.

Percatándose de que quizás simular pensar durante dos segundos no fuera tiempo suficiente como para hacerse el interesante y el de rogar, Astor vuelve a hablar, esta vez ahondando un poco más en los motivos del sí.

-Quiero decir, -tose en su mano- puede ser una gran oportunidad personal, así como para ayudar al partido. Por lo que no tengo motivos para negarme. Siempre a su servicio, ya sabe... y ahora más que nunca, he de suponer.

Rodolfo te vuelve a mirar asintiendo.

- Bien señor Krieger -saca un fichero de los cajones del escritorio y lo abre frente a ti- hemos recibido rumores de que se ha encontrado por aqui una criatura... un pokemon, rosa, con una cola larga y de aspecto como de peluche...

Te mira por encima de las gafas enarcando una ceja.

- ¿Le suena algun pokemon similar?

Te pasa un par de fotografias con huellas alargadas y finas en dos localizaciones distintas, aunque puedes reconocer que son alli en la ciudad y un dibujo a carboncillo de un Mew.

- La gente jura haber visto al pokemon legendario aunque nadie ha podido demostrarlo ni los testimonios son excepcionalmente fiables... sin embargo sabemos de avistamientos de otros pokemons legendarios en otras zonas de la isla... 

Rodolfo vuelve a mirarte.

- ¿Sabe? Los que trabajamos en el despacho 8 no somos tan jovenes como usted y ya no estamos para tantas aventuras pero... ¿Ha considerado conocer mundo, señor Krieger?

Por un instante, el joven partidario de cierto partido político iba a sugerir la idea de que era un "Pikachu que había caído en una máquina de algodón de azúcar", pero antes las fotos que aparecieron, así como los dibujos, poco a poco el joven decidió restringir esos impulsos de estupidez y no decir su teoría de Pikachus Accidentados en Máquinas de Algodón de Azucar, o PAMAA para abreviar.

-Ya veo... -Dijo preguntándose si aquella cosa adorable era tipo Dragón o no, no parecía, pero si Charizard no lo era, pues...-

Cuando apareció aquel ofrecimiento, o mejor dicho, insinuación de que habría que salir de la ciudad y explorar, los ojos de Astor se abrieron un palmo, y con una gran sonrisa respondió... de forma estúpida.

-No, jamás se me pasó por la cabeza ir a otros mundos. -Tardaría un segundo en percatarse de su error- ¡Ajá! ¡Le pillé!. ¡Es broma!. Sí, me encantaría viajar en busca de esa criatura que de forma tan poco cortés tropezó conmigo... si es ese el ofrecimiento... ¿El alojamiento y los gastos de viaje...?

Rodolfo hace un ademán con la mano.

- Recibirá una compensación por sus servicios y se le proporcionara lo básico para cumplir sus funciones, pero como comprenderá el Partido no destina dinero como para poder alojarlo en hoteles de lujo o hacer fastuosas comidas.

Hace una pausa antes de continuar. 

- De todos modos para su primera investigación no necesitará salir de la ciudad -te desliza un listado con 4 nombres- esta gente reside a las afueras de la ciudad. Deberá preguntarles primero y ver que averigua. Tenga cuidado con este ultimo que esta relacionado con los Alas Negras. Recuerde que no somos la policía, así que no cuenta con protección especial ni tienen la obligación de contestarle.

Señala con el dedo el nombre mas abajo en la lista. Tras leer los nombres ves que esta sacando una insignia de latón del tamaño de un botón y te la coloca frente a ti. Es un símbolo de infinito que se puede poner como puño en una camisa o en la solapa.

- Señor Krieger, este símbolo le identifica como miembro del despacho 8, recuerde muchas de nuestras operaciones están fuera del Partido y sobre el Partido, en muchos casos ni tan siquiera son publicas, por lo que deberá comportarse acorde a ello. Bienvenido al despacho 8.

Al fin lo había logrado, al fin había ascendido en el partido; o al menos, había conseguido un empleo dentro del organigrama del mismo que no fuera meramente el de golpear malvados expositores de postales. Al fin había logrado hacerse un hueco dentro, y aunque fuera un escalón bajo en un despacho marginado... quizás aquel hombre fuera franco y en verdad el presidente los tuviera en buena estima... esperaba.

-Así se hará -Dijo haciendo el saludo típico del partido mientras tomaba el sobre y se colocaba la insignia a modo de gemelo en la manga de su camisa- ¡Se hará con la máxima discreción posible!.

Con esto dicho, Astor gira sobre sus tobillos y se dispone a salir por la puerta, deteniéndose antes de girar el pomo para preguntar una leve cosilla al que sería ya su jefe. Quizás no fuera la cosilla más brillante, pero teniendo en cuenta el panorama general de las acciones de Astor, tampoco sería la peor cosa que dijera o hiciera.

-¿Presupuesto para materiales habrá, no?. -Dijo moviendo las orejas que claramente eran postizas- Me refiero, supongo que las magdalenas patrióticas salen más baratas hacerlas yo que ir a comprarlas y eso...