Partida Rol por web

Jenny se pone increíblemente pálida. Toda la entereza que ha demostrado aguantando las historias de terror en la hoguera sin inmutarse es cosa del pasado. Ahora está realmente asustada. Con un paso al frente cierra el pestillo del bungalow.

-Posiblemente sea una broma estúpida. Se dice a si misma en voz alta.

Se acerca a la ventana mirando al exterior en dirección al origen del grito (Sin abrirla, protegida por una lamina de cristal, en su cabeza indestructible)

La impresión que le dio el notarse las manos llenas de sangre y después observar los ojos asustados de Carl provocó que Bobby se echase hacia atrás de la impresión inicial.

- Joder.

El grito de Ashley debió de escucharse por todo el campamento y sin duda alertaría a los demás chicos y chicas. ¿Sería propio ocultarles esto? ¿O lo mejor sería que fueran conscientes de lo que estaba ocurriendo?

Carl llegó del bosque. No hay gotas de sangre en el suelo ni en ningún sitio. Alguien lo ha hecho.

Sin duda Jhon era el que más raro había estado actuando. Miró al chico, casi fulminándole con la mirada. No obstante, Jake acutó rápido. Quizás era lo mejor. Llevar a los demás fuera de la escena del crimen.

- Está bien.- intentó secarse la sangre en los pantalones y en la camiseta, pero sus manos estaban teñidas. Se agachó y ayudó a ambas monitoras a levantarse.- Vamos.

La primera cabaña a la que Jake llegó fue a la de Jenny, Jane y Alex. La rubia estaba asomada a la ventana cuando él llegó, apurado y con claros signos de preocupación.
 

Por el resquicio de la puerta entreabierta, Dylan pudo observar cómo una sombra oscura pasaba por delante del bungalow al mismo tiempo que escuchaba un gruñido extraño.

Un grito de mujer. Seguramente alguna de las chicas se había encontrado con un bicho o algo parecido. Sin embargo tenía la mosca detrás de la oreja. Había venido del bungalow de los chicos, cosa que lo hacía muy inusual. Pese a todo no era su problema.

Dylan se sobresaltó un momento mientras estaba delante de la puerta. Miró a sus compañeros de bungalow. Al parecer ellos continuaban igual. No tenía sentido asustarles, menos a Lenny que tras el chillido seguro que estaba apunto de un ataque de pánico. Se apartó de la puerta, con su petreo semblante, y se dirigió a su mochila donde empezó a rebuscar sin mucho interés, como si estuviera buscando algo. - Maldita seda dental...

"Que cojones acaba de pasar" Sacudió la cabeza. "¿Un animal? Seguramente, nada que tenga que ser temido". Pese a eso una vocecita en su interior le decía que aquel sonido no era animal. Sin embargo dejar que el miedo tomara su cuerpo no era, ni de lejos, la mejor opción.

Así pues había optado por otra estrategia. Esperaría a que Hugo saliera y después, si nada pasaba, saldría el.

Hugo, Lenny- que aún seguía sin camiseta- y Dylan salieron de su bungalow juntos, buscando el lugar de donde podía provenir el chillido de mujer. Fueron al bungalow de los otros chicos tras ver cómo Jake salía de ahí a toda prisa y se dirigía al bungalow de Jane, Alex y Jenny.

Siguieron su camino, encontrándose la habitación de los chicos encendida, con Jhon - de apariencia muy nerviosa-, Andrew - que aún no había reaccionado a lo que ocurría- Mai siendo ayudada por Bobby a levantarse del suelo y Ashley, quien había pegado tal grito, en su interior observando lo mismo. Se acercaron como quien no quiere la cosa y la escena fue terrible: Carl estaba muerto en la cama, con una expresión de horror y un gran agujero en la zona de los abdominales con sangre coagulada.

Cuando Bobby, que no lograba limpiarse del todo la sangre de Carl de las manos y el resto se quisieron dar cuenta, antes incluso de salir para llevarse, tal y como habían quedado, a los demás campistas a la enfermería, Hugo, Lenny y Dylan habían llegado y observaban de primera mano lo que ocurría.

No puede apartar la vista de la cama, aunque desde el suelo no puede ver nada. Pero en su mente aun está presente lo que ha visto hace unos segundos. Solo parece reaccionar cuando Bobby tira de ella para levantarla y llevarla fuera de allí. ¿Qué van a hacer? ¿Quién ha podido hacer algo tan horrible?

Parece que activa el modo automático para salir de allí e ir a donde quiera que vayan. Su mente aun está perdida en el color rojo de la sangre y en su olor.

-Bobby... hay... hay que llamar a la policía... al servicio medico... hay... hay que hacer algo...

Quizá el aire fresco de la noche le ha despejado la mente... un poco, porque solo consiguen acercarse a la puerta abierta. Allí se encuentran con los otros chicos del campamento que lo observan todo. Ahora ya no pueden ocultar nada... tienen que contarlo todo... quizá sea lo mejor.

El escalofrío principal de Lenny vino debido a su falta de ropa por arriba. ¿A quién se le ocurría salir así con el airecillo que hacía? Pero en un principio no lo pensó pues lo único que quería era no quedarse solo después de aquel grito.

- ¡Jo! ¡Qué fresquete!

Caminaba entre los dos compañeros, siguiendo su dirección. Se fijó en que uno de los monitores salía del cuarto de los chicos y se extrañó por que el grito hubiera sido de chica.

- No me digas que el pijo y el pringaillo han ligado y todo. No me extraña que hayan asustado a...- Pero se paró en seco. La visión de Carl le dejó helado. Congelado. ¡De piedra!- ¡Hay que ir a por los móviles! Yo me piro de aquí, tío. Soy demasiado joven para esto...

Lo bueno de tantas actividades era que, una vez apoyada la cabeza en la almohada, Lizzy quedó profundamente dormida, con una sonrisa en la boca acordándose de la buena broma que habían gastado los monitores en el altar de las brujas. Pero el plácido sueño fue interrumpido por un grito desgarrador que la hizo sentarse de golpe en la cama. ¿Había escuchado de verdad aquel alarido o lo había soñado? Sintió su corazón golpeando el pecho a toda velocidad y la respiración agitada.

Pero al ver como sus compañeras se levantaban igual de alteradas que ella, se dio cuenta que no lo había soñado. No sabía qué hacer, pues si salía al exterior podría llevarse una bronca de los monitores aunque... ¿Desde cuándo a ella le importaban esas cosas?

- Parece que no nos van a dejar dormir en paz.

Se levantó dispuesta a asomarse, por lo menos a la puerta, a ver si había algún movimiento en el campamento cuando la luz se fue de golpe. Aquello ya era demasiado, una broma estaba bien pero permitir que no durmieran en toda la noche le parecía un poco excesivo... aunque no carente de emoción.

Se giró para buscar el interruptor cuando sus ojos se posaron en la ventana, justo en el mismo momento que Eva gritaba, y la imagen que dio consiguió que ella pegara un alarido que podía hacer competencia a las sirenas de las ambulancias. Sintió un golpe contra el suelo y, gracias a la claridad que entraba del exterior, vio a Eva sentada en el suelo.

Con una mano en el pecho, doliéndole de puro miedo, y la otra tendida para que la joven se levantara, Lizzy no podía apartar los ojos de la ventana.

Lizzy cálmate, esto sólo es otra broma pesada.

Y con ese pensamiento se acercó para ver mejor aquel rostro.

No podía dormir. Llevaba un buen rato dando vueltas en la cama pero su corazón no se apaciguaba y sus nervios no se calmaban. Tampoco le ayudaba el hecho de haberse tapado hasta la cabeza con la manta en un intento de alejarse de las fantasías de terror que poblaban sus pensamientos puesto que a parte de no haber podido apartarlas de su mente se estaba asando de calor.

El mismo ambiente recalentado del interior de sus sábanas acabó por amodorrarla lo suficiente como para navegar entre la vigilia y el sueño hasta que escuchó el chillido. Se desveló, acelerada, sin saber si había sido una jugada de su subconsciente o algo real, escuchando los sonidos de la habitación. La voz de Eva se sobrepuso al silencio, confirmándole que desde luego aquel sonido había sido muy real.

Se encogió más sobre sí misma, temblando y agarrándose con fuerza a las sábanas cuando escuchó el grito de Lizzy, lo que la impulsó a destaparse de una patada y mirar la escena de forma frenética. Eva en el suelo, Lizzy tendiéndole la mano... y alguien mirándolas desde la ventana.

Abrió la boca para hablar pero como Eva, apenas logró intercalar un sonido.

- Tal vez deberíamos pedir socorro - murmuró lentamente y con voz temborosa, como si las estuvieran escuchando palabra por palabra, señalando la campana que había al lado de la puerta*.

La joven estaba a punto de recostarse en la litera, decepcionada por la respuesta de Jenny, cuando un alarido de pánico le dio el segundo susto del día. Alex se incorporó en la cama como un resorte, con la nariz arrugada en una mueca de disgusto y algo molesta por el sobresalto.

Echó un vistazo a sus compañeras, la mirada de preocupación de Jane y el rostro aún más pálido si cabía de la rubia, que se adelantó decidida a la puerta del bungalow para echar el cerrojo y acercarse a la ventana para mirar al exterior.

- ¿Ves algo?.- Inquirió la muchacha descolgando las piernas por encima de la escalerilla.- ¿Qué ha pasado?.- Curiosa, terminó de bajar de la litera para unirse a Jenny en la ventana, dirigiendo por el camino una mirada confusa a Jane.- Parece que viene de los bungalows de los chicos...

En cuanto me acerqué a la cabaña y vi a Jenny en la ventana bajé el ritmo, ya que iba bastante acelerado. Cogí aire para relajarme, aunque confiaba en que el maquillaje de la cara ayudase a disimular mi expresión de urgencia. Di unos toques en la puerta del bungalow y, al escuchar una voz dentro decidí entrar directamente. No había tiempo que perder.

Al entrar lo primero que hice fue hablar. Todavía tenía el maquillaje horrible en la cara, no quería asustar a nadie. Suficiente habíamos tenido por aquella noche... Chicas, soy yo, Jake. No os preocupéis. Me obligué a sonreír.

Dudé un momento. No podía contarles lo que había pasado, sería mejor si evitaba el tema. Tenéis que venir conmigo, ¿vale? Hay que ir a buscar a vuestros compañeros y después iremos a la enfermería. ¿Qué podía decir? Sacarles a aquella de la cama no era normal, pero tampoco podía contarles la verdad o sería peor. Con un poco de suerte se pensarían que iríamos de camping, aunque no eran tontas. Seguro que notaban algo. Coged ropa de abrigo y linternas. Las preguntas después, por favor, no hay tiempo. Tenemos que ir a por vuestros compañeros.

Mi mirada se clavó en Jenny, ella había visto algo cuando le había dado el ataque. Luego le preguntaría, cuando estuviesen a solas. Sino iba a cundir el pánico.

La expresión de Jenny fue cuanto menos extraña, asustada por lo que ella creía que sería un simple chillido y pareció inquietar a Alex tanto como a ella. Intercambió una mirada con la pelirroja de total incomprensión, sin decidirse a levantarse o no cuando vio aparecer a Jake, todavía maquillado, en dirección a su bungalow. Se apresuró a levantarse y apartó a Jenny con delicadeza antes de abrir el pestillo y dejar pasar a su monitor*.

Asintió lentamente a las palabras del joven, paseando la vista entre Jenny y Jake, la primera a causa de su reacción, el segundo por la contradicción que suponía enviarlas a dormir y menos de una hora más tarde levantarlas de su cama.

- Claro - respondió escuetamente con falsa tranquilidad antes de acercarse obedientemente a sus cosas y recoger lo que le habían pedido.

Aquí pasa algo raro.

Lizzy se acercó al rostro con cierta curiosidad morbosa seguida por Eva y Penelope, que guardaron cierta distancia de su compañera, sin saber qué esperaban encontrarse. Pero lo que sí supieron cuando por fin apreciaron los detalles era que no aquello y que hubieran preferido estar contemplando cualquier cosa en el mundo antes que aquella cara que ahora tenía fija en Lizzy su mirada sin apenas pupilas.

Era un rostro atemporal, distinto a cualquier rostro humano, con lo que ellas supusieron que era una piel negra cubierta de algo que semejaban quemaduras pero que desde luego no lo eran. Presentaba unas extrañas arrugas de piel curtida, o eso les pareció distinguir entre la propia oscuridad del individuo y la de la noche que reinaba en el exterior.

Y entonces, mientras examinaban con repulsión aquel rostro, los labios, o lo que tuviera en su lugar aquel ser, se abrieron para esbozar con suma lentitud una maléfica sonrisa que parecía encerrar una broma especial.

Su boca se movió varias veces sin emitir sonido hasta que se dieron cuenta de que no era un sin sentido sino que estaba silabeando un nombre una y otra vez.

Lizzy, Lizzy, Lizzy, Lizzy.

Eva había aceptado la mano de su compañera para levantarse lentamente, con la mirada todavía en ese ser tan extraño que infundía cierto miedo en su interior. 

La luz seguía sin volver, pero parecía que sus ojos se iban acostumbrando a la oscuridad. 

Penélope parecía la más asustada de las tres, y era la que mayor distancia guardaba entre ella y lo que las observaba, sea lo que fuese. Eva, por su parte, también guardaba cierta distancia, dejando delante a Lizzy. Con la mirada buscó algo en la habitación que pudiese utilizar como bate, bien una barra, un trozo de madera, un palo de escoba, lo que fuese. 

Al comenzar a entender lo que pronunciaba mira paulatinamente a la chica y luego al ser con sonrisa maléfica -... ¿Lizzy? ... ¿Te...conoce?- no entendía demasiado bien aquello. Para conocer su nombre...debía conocerla "para ser un campamento podrían dejarnos por lo menos dormir y dejarse de bromas...Sino que llamen al campamento el campamento del terror, así por lo menos sabrías a lo que vienes...".

Ya había empezado…

-Hacerle caso, coger lo necesario para una buena excursión. Si tenéis linternas y pilas cogerlas.

-Date la vuelta, le dice al monitor rubio mientras saca el chándal de la bolsa y se cambia. Bendito Kevin, ahora entendía lo del chándal y las deportivas. Sin dudarlo deja atrás su maleta con todas sus cosas y coge solo su bolsa de Hello kitty con el otro chándal, varios calcetines y ropa interior, así como un par de toallas. Agarra la botella de plástico que hay bajo la mesa del bungalow (ver foto), quizá puedan rellanarla en la enfermería, con eso llena su bolsa de deporte.

Por último, se pone la ropa de abrigo. Yo ya estoy –Dice cuando ha terminado.

Es la primera vez en su vida que se viste en menos de  dos minutos, por un instante se le ocurre que debería revisar su maquillaje, pero no es tan boba, se lleva la mano al pecho recordando lo que vio que le pasaba a Carl.

Jhon se quedó clavado en el sitio, mudo. Durante unos segundos sintió que perdía la cabeza, un muerto, Carl,  un compañero, en su cama... Jhon empezó a tartamudear y mover nerviosa e incontroladamente las manos. Parecía que iba a perder el control cuando el tío Peter apareció al rescate.  -Aguanta muchacho, no flaquees- ordenó autoritariamente -contén la respiración chico, eso es, ahora respira profundo, despacio...así, muy bien, expulsa el aire y respira chico, estoy contigo- lentamente, Jhon fue recobrándose de la impresión e inconscientemente retrocedió varios pasos, apartando la mirada de la cama de Carl.

- Te lo dije chico, esto no era normal- comenzó el tío Peter ahora que Jhon estaba más tranquilo -Nada de esto es normal, ataques, un muerto... ¿todo en la misma noche?... -- Acércate a ese musculitos de monitor y no te apartes de él, mañana saldremos de aquí, tranquilo chico...-

Jhon se acerca a Bobby lo más que puede buscando la protección del monitor.

Temblando de miedo Lizzy no podía apartar los ojos de aquella cara, era casi hipnótica, y a pesar de pánico y el asco que sentía seguía mirándola con atención. Fue de esa forma que se dio cuenta que la boca se abría para pronunciar palabras silenciosas. Se concentró todo lo que pudo pero no escuchó nada, entonces se fijó con atención en los labios, que anteriormente habían remarcado una sonrisa terrorífica que había conseguido que su corazón se disparara de nuevo. Sus labios... sus asquerosos labios formaban una y otra vez una palabra... Lizzy.

A punto de soltar otro chillido más agudo que el anterior, la joven consiguió apartar la vista de aquella ventana al escuchar la pregunta de Eva.

¿Me conoce? Como va a conoce... Espera. Claro, tiene que ser uno de ellos a la fuerza.

Algo en su cabeza hizo clic y el grito que estuvo a punto de salir de su garganta se transformó en una risotada histérica.

- Seguro que es Lenny o uno de los chicos. Cómo me dejé engañar tan tontamente. Venga muchacho, déjalo ya.

Se encaró risueña al dueño de aquella grotesca cara que se reflejaba en la ventana, segura que era uno de sus compañeros que querían, una vez más, gastar una broma.

- Como no dejes la bromita ya, muy buena por cierto, vas a acabar con la misma cara que llevas ahora. Así que ya puedes decir quién eres... Que ésta te la guardo.

La pelirroja observó con desconcierto a su monitor. ¿Otra vez arriba? La situación se le antojaba extraña, y más aún cuando sucedía apenas minutos más tarde de que un grito recorriese el campamento.

Asintió a la orden del monitor, y a pesar de que todas le obedecieron de inmediato, la reacción de Jenny la dejó algo intranquila. Parecía demasiado ansiosa por marcharse de allí... aunque no en el sentido que ella esperaba. Se la veía asustada.

Aprovechó la ocasión cuando Jake se dio la vuelta, y cambió a toda prisa su holgada camiseta por otra más ceñida y unos pantalones oscuros de chándal. Cogió las deportivas que tenía más a mano y una chaqueta de punto granate, la misma con la que había llegado aquella mañana.

Mientras sacaba la bolsa de deporte y la rellenaba con mudas y ropa de repuesto, tocó algo plástico* en el fondo. Era un teléfono viejo, más pequeño que la palma de su mano, cuya pantalla diminuta y amarillenta no mostraba signo alguno de actividad. Sorprendida por el hallazgo, cayó en la cuenta de que aquél debía ser el "teléfono de repuesto" que había mencionado su hermano. Así que hablaban en serio....

Espió por el rabillo del ojo a Jake, y asegurándose de que no la viese, deslizó el aparato en uno de sus bolsillos. No estaba segura de que tuviera batería, pero, ¿Quien sabe? quizá fuese útil más adelante. Rápidamente, la pelirroja terminó de meter la ropa y el neceser en la bolsa, y se levantó como si nada raro hubiese ocurrido.

- Yo también estoy.- Anunció al tiempo que echaba mano de la linterna que Bobby les había dado al principio de la noche y una gruesa chaqueta de lana.