Partida Rol por web

Su rostro se tensa ante la patada bien recibida en el rostro, siendo aquel acto lo que fomenta aún más si cabe su ira que viene cogiendo carrerilla para explotar con luces de neón y hostias por doquier. Es lo que tiene ser una Grayson, así como ese lado estratega puede relucir delante de los demás con el toque justo de sarcasmo, también existe el lado irritable, cuando el centro se pierde y todo se vuelve completamente oscuro. No sería la primera vez que se deshace a golpes contra alguien y deba arrepentirse después por ir demasiado lejos, hacía tanto que no perdía el control, que ya ni siquiera lo recordaba y al parecer ahora vuelve sentirse igual: Una inútil. 

Y mientras un hilo de sangre se dibuja tan grácilmente sobre la comisura izquierda del labio, deslizándose en línea recta hasta la perilla, es sólo el zamarreo de Robert lo que termina por hacerla regresar a este momento, a la circunstancia misma de la situación que les compete. Sólo que ya no hay más copias, pero su brazo aún sigue sujeto por el vietnamita y un muro gigante para derribar mientras John parece tener todo controlado. Al menos eso quiere creer. 

— Ya. Gracias. — responde escueta, cuando al hacer el brazo para atrás se libera de ello. — No estoy de humor. — agrega al dedicarle una significativa mirada. En ese momento los ojos verdes brillantes de Mary permanecen perpetuos al mar oscuro de Robert, quizás hablando a su manera, o tal vez diciendo todo lo que en palabras es totalmente imposible. Se conocen ya hace unos años, han compartido tanto en esta vida como bueno y malo, que difícil es obviar su estado delante de alguien que interpreta con facilidad sus estados. 

— Hay que derribar el muro, preparo mi dosis verdosa de cariño. — indica a sus compañeros, desde su propio sarcasmo. — Cuento con tus flechas explosivas y ustedes... ¿Ideas? Porque venimos haciendo la nuestra y vale, somos supers, pero si no trabajamos en equipo esto se puede ir al cuerno. — termina por decir, ya centrada mientras que al guiñar un ojo a Robert comienza a elevarse para acumular la energía en sus manos, sin poder evitar irradiar en todo el cuerpo aquel halo verde brillante, que lentamente se acumulará hasta salir. Lo bueno es que vienen los refuerzos, algo es algo. 

La mirada de Mary es un vivo reflejo de lo siente, de lo que en verdad anida ahora en su corazón. Está claro que esos mismos demonios que bien controlados, se guarecen dentro de un control necesario, ahora salen para acechar una paz que cuesta incluso conquistar y más aún mantener. 

Pero en ese instante, que quizás fueron milésimas de segundos dentro de una escena plagada de acción, el tiempo se detiene allí cuando Nightstar le habla a través de gestos a quien la conoce de memoria. Dejando en claro que esto sin dudas es una prueba de las tantas internas con las que debe lidiar, y sólo Robert es capaz de ayudarla a lidiar con ello. 

Me acerco al muro de hielo con la clara intención de darle duro pero pareciera que le hago caricias en vez de golpearlo; no, esto tiene que solucionarlo alguien con súperfuerza, me digo mientras repaso con la mirada a los que tienen esa habilidad, no es que les quiera tirar el fardo encima pero si dependiera de los que solo somos humanos saldríamos del avión mañana.

Soplo frustrada y comienzo a dar vueltas por ese lado del avión buscando una forma de escapar... -Digo yo... ¿No podríamos simplemente abrir un agujero en la pared del avión y luego otro del otro lado y pasar? A esta altura ya nuestra operación sigilosa se ha ido al garete y creo que lo más conveniente es llegar al otro lado y averiguar qué quieren, no creo que sea solo molestar...

Siendo la primera vez que las palabras de Nightstar no encontraron su réplica por parte de Arsenal, la mirada del vietnamita correspondió a esa cristalina mirada que su compañera de piso le dedicaba, siendo efímeros segundos donde todo quedaba dicho sin que fuese necesario detenerse a conversar, sin perder un tiempo que escaso de por sí, en acciones apremiaba.Y es que conociéndose demasiado bien, la tensa seriedad del arquero solo se vio quebrantada ante lo que la mirada de Grayson le transmitía, y por ello, a sabiendas de que más temprano que tarde tendrían que tener una más que seria conversación, se limitó a asentir entre silencios, y volviendo al frente su mirada, ahí donde la punta de aquella flecha explosiva señala, poco fue lo que la misma tardó en impactar de lleno contra el muro de hielo que separa a Stell de los demás. 

Sin que sus acciones se detuviesen, mientras que otra flecha activaba con precisión para volver a apuntar, la mirada siempre oscura e intensa de Queen paseó por el muro de hielo intentando detectar algún punto donde la misma densidad fuese menor, o donde quizás, entre los golpes dados por Steel, hubiesen podido crear una zona donde una explosión premeditada terminase por destrozar al menos parte de la barrera que para entonces, no solo les separaba de su compañero, sino que también de los dos sujetos que eran el objetivo a abatir. 

Tendo como muy pocas veces se había encontrado, dubitativo en emociones que imperantes, no tardó en intentar en volver a contener, Robert intentó relajar la respiración una vez los clones parecieron desaparecer a su alrededor, para al menos en aquellos instantes, pensar con una lucidez que no precisamente en reinaba en la bodega. 

No había conseguido gran cosa en el intento de conversar con ellos, pero sí las pistas necesarias para saber algunos ideales en los que creían. Al parecer la libertad respecto a los humanos, así que podían estar allí batallando simplemente para destruir SHI, porque odiaban lo que representaba: una especie de sometimiento.

"No haría falta SHI si no existiera SSH."

Pensó si Spectrum era consciente de aquello, solo que no tenía sentido increparle mientras peleaban si quería tener alguna opción para que le dijera algo que completara el relato. Ya estaba decidido a seguir hablando pues total, iban a estar ahí bastantes segundos atrapados y había que matar el tiempo de alguna forma.

- El poder de los humanos a veces da miedo, pero a su vez están controlados por las leyes de la misma democracia.

Dijo en un alarde de convencimiento que era en parte real y a la vez usado para conseguir una nueva respuesta por parte de ellos. A pesar de la intención de descubrir algo detrás, empezó a pensar que no había nada sino odio, ¡una simple emoción motivando a seres superpoderosos capaces de generar los mayores daños!

La moralina recién soltada le hizo recordar viejos tiempos, en concreto las discusiones con Damian acerca de los valores democráticos de los que John era fiel creyente años ha. Esa fidelidad había quedado atrás conforme el tiempo le descubría que el mundo no era tan sencillo. En realidad, que la democracia era un sistema ficticiamente sencillo pensado para que los ciudadanos de buen corazón tuvieran algo en lo que creer. Era verdad que los ricos estaban sobre ella, manejando los hilos, solo que no había otro sistema que valiera la pena. Y así, sin ser perfecta seguía siendo la mejor de las opciones. John la seguiría defendiendo aunque no fuera con la vehemencia de antaño.

El kryptoniano había creído que tras detener el ataque de su adversario tendría unos segundos para recuperarse y devolver el golpe, pero para su sorpresa, con el siguiente derechazo atravesó de nuevo al hombre de gas quien había reaccionado con precisión milimétrica. Otra vez tuvo que esforzarse al máximo para girarse a tiempo para detener todos esos ataques...

"Esto no es tan fácil."

Se lamentó mientras trataba de apartarse para conseguir un nuevo intento. Seguía siendo mejor combatiente que Spectrum y cuanto más se alargara el combate peor sería para el supervillano pues John podía escuchar a sus compañeros al otro lado.

- ¡Invitaré a un trago al primero en atravesar el muro!

Exclamó mientras se concienciaba para resistir usando para ello todos sus recursos.

Con la mirada fija en el muro, las palabras que a su alrededor iba resonando le hicieron soltar un contenido suspiro. - ¿Y si en vez de ir corriendo de un lado al otro del avión para ir abriendo agujeros, alguna de las que tiene las manos desocupada le dice a Connor que mueva el culo hasta aquí, mientras los demás concentramos el fuego en el mismo punto? No sé, digo yo... - Le respondió a Helena, para después, responder de manera tardía a Grayson - Tu suelta esas bolitas verdes contra el muro y veamos cómo llega el puto invierno de una vez. 

Pero mientras su mirada seguía puesta sobre el muro al cual era incapaz de encontrarle a simple vista un punto débil, desventajas de no ser metahumano, las palabras de John casi consiguen hacerle sonreír. - No ganas para pagarme las cervezas barbudo, pero me apunto... - Le respondió. 

Habían crecido de la mano, descubriendo el mundo y a ellos mismos a la par, y por ello, las palabras sobraban cuando solo una mirada bastaba para decir todo lo que siempre sería mejor callar, para entenderse más allá de lo que cualquiera de los presentes sería capaz siquiera de imaginar, y es que si bien ninguno de los dos era un libro abierto, los años, esos mismos que entre idas y venidas los había mantenido juntos, les había enseñado a leerse a la perfección. 

Y por ello, mientras el tiempo se detenía en el mismo segundo en que aquellas miradas se volvieron a encontrar, un casi imperceptible suspiro escapó de los labios de Robert , al tener la certeza de que dentro de Mary aquellos fantasmas con los que solía luchar, habían encontrado libertad. Pero aunque no hubo palabra que rompiese el tenso momento de la situación, aunque no existió mayor gesto que esa mirada que sostenida en un segundo, podía congelar una eternidad, claro dejaba por su parte el mensaje que a fin de cuentas, no era más que la más pura realidad, la constante en la que habían sustentado su relación cuando ese mudo "Aquí estoy", tan manifiesto quedaba entre los dos. Y sin que existiese mayor verdad que esa, Mary sabía que sin importar nada más, él siempre estaría ahí para ella. 

Robert abrió fuego contra la pared, que sintió el impacto y la explosión y vio su integridad disminuída.  La explosión fue más espectacular que efectiva pero, aún así, daño el muro.

Helena corrió detrás de la explosión y golpeó el punto en el que había impactado la flecha, pero el humo le engañó la vista y no logró el efecto deseado.  Su golpe pareció no afectar la estructura.

Anna, aún se recuperaba del combate con el clon, y se mantuvo recuperando el aire.

Mary intentó cargar sus starbolt, pero su mente parecía en otro lugar, luchando contra sí misma.  La híbrido Tamariana no lograba meterse en el combate.

Al otro lado del muro John se debatía aún contra Spectrum, sin notar que los otros dos terroristas tomaban algo de la bodega y comenzaban a hablar entre ellos.

Democracia?  La ONU?  Preguntó el espectro mientras azotaba al kriptoniano con sus golpes.  Vamos, realmente crees que el consejo de seguridad es democrático?  Se interrogó.

El terrorista asestó una nueva combinación de golpes y luego retomó la palabra.  Con un tercio de su control dominado por países con derecho a veto... que simplemente juegan una guerra de poder mientras hacen la vista gorda por aquí, y fustigan por allá?  Eso es democrático?  Darle limosna a algunos países para que sean miembros rotativos?  Has salido de norteamérica y europa occidental?  Has visto lo que sucede en Asia, Sudamérica o África?  El terrorista estaba visiblemente enfadado.  Ustedes solo son armas que pequeños grupos de poder deciden a dónde apuntar.  Bien, apúntenlas a nosotros, malnacidos...

Tras el puñetazo veo que lo que parecía una persona se desvanece ante mi. Una copia...murmuro, estaba tan aturdida por los golpes que no había visto lo que ocurría a mi alrededor. Mis compañeros estaban tratando de romper un muro de hielo. Cojo impulso para golpear al muro, pero algo me pasa. Un dolor repentino de cabeza hace que mi visión se nuble...No...ahora no....susurro mientras trato de mantener el control de mi impulso.

Luego de haber intercambiado una más que significativa mirada con Robert, donde un mundo se gestó con un simple parpadeo, allí entre los dos queda el precedente de lo que a futuro será una conversación muy larga y tendida. Pero la situación requiere cierta inmediatez y su propia energía parece no querer jugar a favor mientras la idea de Helena no le agrada demasiado, ya que esto de estar rompiendo la bodega del avión para entrar y salir cual topos, no era plan. 

— No, igual no te lastimes el puño. Le daré yo. — responde ligeramente tajante, cuando su mirada verdosa penetra la de aquella hija de Bruce. Mary tenía muchas cuestiones a resolver, quizás millones, pero determinación jamás le falta, menos agallas. Y por esa razón al descender cuando el suelo es ahora su base para hacer algo que valga la pena, recuperando ese control que tanto se le estaba escurriendo de las manos como arena de la playa, prefiere coger el toro por las astas y marcar la diferencia. 

— Mis bolitas verdes no quieren salir, así que será a lo bruto... Ya sabes en mi línea flechita. — comenta al guiñar un ojo, dispuesta a cambiar de planes consigo misma debido a su estúpida incapacidad para desatar su poder de cara a los demás. No le apetece ser muy consciente de lo que sucede en su interior, si bien tiene todo desordenado, no da para ponerse a arreglar cuestiones que nada tiene que ver con la situación actual. Se estaba poniendo jodidamente vulnerable y le repatea la sensación en demasía, así que tras meditarlo lo suficiente —dos segundos, no más— da acción a sus ideas.  

Ya sin mayores preámbulos que una inhalación profunda para dar tiempo al chico flecha explosiva, avanza corriendo a la velocidad que se le permite desde la distancia que se encuentra para golpear con fuerza el muro de hielo mientras se prepara para un segundo golpe, sólo que ante las palabras de John, detiene el movimiento para responder. — Tendrás que pagar dos. — comenta aligerando un poco el gesto, su mandíbula estaba demasiado tensa y Mary no suele ser tanto caos de cara a todos. — Oye, a ti te queda ser topo. jajajaja.  — replica a Robert al recordar la frase: Y si en vez de ir corriendo de un lado al otro del avión para ir abriendo agujeros, alguna de las que tiene las manos desocupada le dice a Connor que mueva el culo hasta aquí, mientras los demás concentramos el fuego en el mismo punto?

— La cara la tienes.  — agrega al negar con la cabeza riendo, estaba apenas más animada porque golpear muros es estimulante. 

Le lancé una mirada gélida a la descendiente de Dick -No es por mí, es porque quiero llegar al otro lado como todos pero no estamos avanzando nada -me quejo manteniendo la expresión -Si fuera por no lastimarme ni siquiera hubiera venido, y no lo digo por ti Mary -recalqué alzando las manos en son de paz -Lo que estamos tardando con esta pared es ridículo -hago un mea culpa también.

Luego miré a Robert -Voy a mover el culo como sugeriste, aunque supongo que si Connor no está aquí es porque lo necesitan más del otro lado -trato de ponerme en contacto con el chico por el comunicador.

Tras aquella mirada compartida, donde tanto había sido pero aún más quedaba en las horas venideras por decir, la mirada del vietnamita volvió a centrarse en aquel muro de hielo, a sabiendas de que, por irónico que pudiese parecer, era un objeto inanimado el que se había convertido en el peor enemigo de ese grupo, al que por momentos, dudaba el querer pertenecer. Y es que quienes habían compartido con él ese largo camino que por nombre, vida tenía, sabían que desde el fin de su adolescencia y por razones que solo a él le eran de pertenecer, el vietnamita prefería como constante compañía esa misma soledad, a la que por razones que negado se hallaba a confesar, también evitaba, una a la que jamás se había entregado por completo a pesar de por momentos, anhelarla en demasía. 

Y aunque intentaba por medio de una profunda respiración, calmar los latidos de ese corazón que preso de la adrenalina del momento, golpeaba su pecho de manera incesante, los mismos demonios que desde hacía años aquietados y en silencio mantenía, parecían haber encontrado esa tan ansiada libertad, y como de esperar, siempre en el peor momento. Pero aunque intentó concentrarse en lo que hacía, en lo que debía hacer, sin importar todo aquello con lo que en soledad y entre silencios tendría que lidiar, bufó por lo bajo al oír las conversaciones circundantes. - Mary... - Llamó la atención de su compañera de piso a sabiendas de que pocas palabras más hacían falta para que entiende lo que quería decir, mientras que una efímera sonrisa, curvó durante unos segundos la comisura de sus labios. Y acto seguido, sin apartar la mirada de la muralla aunque sabía que sobre él tenía la mirada de Helena, volver a hablar. - Todos queremos lo mismo Helena, pero tenemos la puerta al otro lado del muro, y abrir un boquete en la bodega de carga de un avión nos tomará quizás más tiempo aún que partir el muro que al menos, ya se está debilitando. - Le comentó a su amiga, a su hermana de la infancia, y es que si bien podía ser una buena idea a priori, las bodegas de carga de un avión estaban hechas justamente para evitar lo que ella planteaba. 

- Me imagino que si Connor no está aquí, es porque está ocupado, pero confío en la multicapacidad de mi bro para hacer más de una cosa a la vez, es un Queen después de todo, no debería costarle caminar y mascar chicle. - Apuntó intentando retomar ese tono divertido que consciente o no, había perdido por completo. Pero aunque notaba que con Kara algo no iba del todo bien, quiso girar la cabeza para buscar a su cuñada, pero sabía que en demasía no se podía desconcentrar, así que simplemente respiró esperando que el silencio de Anna no trajese consigo ninguna mala señal, más que nada, porque no quería después, tener que escuchar los berridos de su hermana, ya con los de por la mañana, había tenido como para un mes. 

Pero antes de poder perderse en ese mar interno que jamás nada bueno traía consigo, no cuando indefectiblemente le haría tomar distancia de todo el mundo en cuanto tuviese oportunidad, las palabras de Mary le hicieron poner los ojos en blanco antes de contestar. - Bruta has sido siempre, pero mantente fuera de mi ángulo de tiro, que no quiero ensartarte otra flecha, o no al menos sin querer. - Apuntó al intentar distraer de la mente de lo que sabía le sería imposible, pero entonces, y bajo lo que había practicado durante toda la vida, cambió el ángulo de tiro para poder acomodar cada detonación venidera, a fin de crear una zona que ante la constancia de cada impacto se fuese debilitando.  - Golpear en el centro de las detonaciones. - Agregó para después , e intentando no joder la trayectoria que la ficha iba a tomar, soltar una ligera y grave en tono, carcajada ante las palabras de Nightstar. - Deja de ponerme las coñas a huevo... Que me tengo que morder la lengua. - Se quejó para acto seguido y soltando lentamente el aire de sus pulmones, tras haber respirado profundamente, disparar. 

El arraigado odio no tardaba en aflorar, el odio al sistema, a la gigantesca infraestructura que les rodeaba, ciertamente capaz de atemorizar. Era de esperar que hubieran personas en contra de toda aquella construcción humana que todo lo abarcaba incluso tratando de entrar en los propios hogares, mas, ¿porqué caló el odio tan dentro de todos estos metahumanos? Muchos miedos anidaban y John se preguntó si alguien los hacía germinar en las mentes de tantos jóvenes.

- Luchar contra los humanos o contra la ONU o contra las instituciones es un error.

Le expresó a Spectrum sabiendo que eran palabras que no calarían en él pero lo que él quería era que siguiera perdiendo el control.

- Escucha, no hay nada que podáis hacer, no hay forma de destruir todo lo que la humanidad ha alzado. No es un edificio que se pueda derribar. No podéis siguiera dañarlo o que tiemble, es indestructible. Tus acciones son vanas y si te rindes te ayudaremos a ver el mundo de otro modo.

Lanzó la red con la intención de pescarlo, en tanto que se acercaba a él y ahora sí, fue tan rápido que los intentos del oponente por volverse intangible fueron infructuosos. Le golpeó de lleno en el rostro, compensando todo el esfuerzo anterior por protegerse sabiendo que en su estado no debía asumir riesgos.

Un poco más allá, los otros terroristas habían tomado algo consigo. Sí que había aquí algo guardado, algo que no debía ser muy grande, que quizás llevaba consigo uno de los pasajeros. Se le encendió la curiosidad al instante y trató de prestar atención a lo que allí sucedía, sabiendo lo difícil que era captar cualquier cosa entre sus propios embites o los de sus compañeros que trataban de hundir el muro que les separaba. Esperó que lograran llegar a tiempo para unirse a aquella lucha para la cual eran imprescindibles.

Maldije que no tuviéramos tiempo antes de cruzar el portal del hangar de ponernos nuestros trajes, pero la verdad es que ya no podía hacer nada con respecto a ello. No tenía sentido llorar sobre la leche derramada.

Repasé con la mirada a Kara y a Anna, temiendo que algo les hubiera ocurrido ya que mi hermanita era de armas tomar y verla callada y quieta era mal presagio; todo parecía precipitarse demasiado por un lado y aletargarse por el otro, no era buena señal. A pesar de que no hablábamos hace mucho por algún motivo, quizás los años de charlas y la confianza que le tenía, las palabras de Robert me tranquilizaron y me dispuse a aclarar mi mente.

-Como digas, Arsenal -confirmé y me puse manos a la obra poniendo atención en correrme si alguien planeaba algún tipo de maniobra extra.

Robert lanzó una nueva flecha al muro y, con destreza, logró hacerla impactar y explotar en el mismo lugar.  El agujero acumulado en el muro se hacía ya considerable.

Helena corrió hacia el muro y le lanzó un golpe, pero su mano no estaba lo suficientemente firme.  Su cabeza estaba más preocupada por el tiempo que hacía que luchaban contra el muro que por el golpe.  Y sintió como su brazo entero dolía por una mala postura.

Mary, que finalmente abandonó su idea de utilizar sus starbolts, corrió hacia la pared y golpeó con su puño donde las flechas de Robert habían impactado.  Su puño arrancó lascas de hielo y el muro comenzaba a temblar.

Kara arremetió volando hacia la pared de hielo, pero todos pudieron ver como algo se robó su atención.  La chica desvió la mirada hacia un lado y, de una forma estrepitosa, supergirl se estrelló de bruces contra el muro, cayendo al suelo con algo de dolor.

La luz ya se colaba por la zona donde el vietnamita y la tamareana habían impactado.  Con dos o tres golpes más, el muro debería quebrarse.  Aunque no se podía ver lo que sucedía al otro lado.