La Caza da Comienzo

Sam y Dean habían recibido unas coordenadas en el celular, un mensaje de su padre, al que seguían buscando. En el mapa, que siempre llevaban encima, figuraba el Estado de Wisconsin como punto de destino, y particularmente un poblado conocido con el nombre de Elkhorn. No tenían otro detalle aun aparte de esa latitud y longitud que les indicaban aquellos números. Sería más fácil hablar con John personalmente,  pero eso no estaba en sus manos de momento. El padre de tan especiales hermanos, seguía en su caza particular del demonio de ojos amarillos que hacía años había matado a Mary Winchester. Y no quería que supieran en dónde estaba aunque jamás les había explicado la razón de su desaparición súbita.

El Impala ronronea suavemente sobre la ruta, se encuentran a pocos kilómetros ya del poblado. Dean, detrás del volante, deja sonar una tonada de rock mientras los árboles pasan de largo para convertirse en un mero borrón. A su lado, Sam mira nuevamente el mapa, está seguro de que van por el camino correcto pero, no está  de más echar un ojo.

Cuando se asegura de que faltan minutos para entrar en el pueblo, deja el mapa nuevamente en la guantera y mira a su hermano, quien está concentrado en el camino y Dios sabe con qué pensamientos en su cabeza.

Permanecía con la vista fija en el mapa de carretera, pensando en lo mucho que había cambiado mi vida durante las últimas semanas. Estaba estudiando en la universidad de Stanford, tenía a Jess y una vida más o menos perfecta, pero de pronto todo eso había cambiado. Creía haber logrado dejar atrás mi vida anterior, a Dean, a las cacerías de papá, al Impala y al negocio familiar. Sin embargo, el pasado había llamado a mi puerta y Dean había aparecido explicándome que nuestro padre había desaparecido. Y en apenas unos días, después de que resolviéramos un caso, Jessica había muerto del mismo modo que mi madre y nuestra única certeza para encontrar a nuestro padre era seguir las coordenadas que nos había ido dejando.

Ahora nos tocaba acudir a un pueblo llamado Elkhorn, en el estado de Wisconsin. Conocía bien a mi padre y sabía que era difícil encontrarlo si no quería que se le encontrase. Sabía que llevaba años obsesionado con encontrar al ser que mató a nuestra madre. Probablemente en Elkhorn nos hallásemos a nuestro padre, solo un caso más de tanto que nos encargaba, como si dejase caer pequeñas migas de pan para que las siguiéramos.

-¿Crees que estará en Elkhorn? -le pregunté a mi hermano mayor, siempre tan leal y obediente a mi padre, preguntándome qué pensaría él de las órdenes que nos daba papá-. Ya son varias veces que papá nos tiene dando vueltas, enviándonos a resolver casos, pero sin llegar a saber dónde está él.

La cabeza de Dean se movía al ritmo de AC/DC que salía de los altavoces de su Impala,de fondo escuchaba a Sam,preocupado de mas como siempre,se nota que ha estado "fuera" unos años mientras se hacia blandito en la universidad.

Sam, papa seguro que esta bien, acaso no recuerdas que siempre volvía por nosotros en cualquier motel de turno? unas monedas para la tele y otro puñado para la maquina de comida,el es así.

Un sonoro ruido sale de las tripas de Dean.

Creo que ya va siendo hora de comer algo Samy,haremos lo de siempre,iremos al primer motel del pueblo,enseñaremos la foto de papa como agentes del FBI que somos y después a comer.

Recuerda tu seras el agente Osborne y yo el agente Dio.

Da dos palmadas en la rodilla de Sam para tranquilizarlo,sube el volumen de la radio y pisa a fondo.

-Es cierto, Dean -dije, un poco más convencido por las palabras de mi hermano-. A veces papá nos dejaba solos durante días o semanas enteras, pero siempre acababa regresando. -Dirigí una mirada por la ventana, aún pensativo-. Solo espero que no esté metido en grandes problemas.

Escuché el plan de Dean y esbocé una sonrisa. Me animaba que siempre se lo tomara todo con aquel contagioso entusiasmo.

-Entendido, agente Dio -afirmé, convencido de que ese iba ser un buen día.

Dean poseía esa energía que lo caracterizaba, haciendo que Sam se sintiera más seguro. Le planteó un plan de actuación , en líneas generales, mientras Ac Dc  seguía sonando en el interior del coche.

La primera señal del pueblo en verdad apareció con un solitario Diner que anunciaba algo de comida para los estómagos necesitados. Unos metros antes se habían topado con el cartel del pueblo que decía:

“Bienvenidos a Elkhorn”

Resumido, simple. No hablaba mucho del sitio en verdad.

El Dinner sí tenía un letrero que proclamaba que:

“¡El Dinner de Donna sí que sabe hacer a tu estómago feliz!”

No parecía igual muy conocido, o es que era un pueblo pequeño, puesto que solo había un par de coches aparcados afuera junto con un camión de cargas.

Encontraron lugar de sobra para estacionar, el sitio estaba casi vacío pero era seguro que podían preguntarle caulquier parroquiano de allí sobre la dirección de algún motel en el que quedarse mientras hurgaban en las razones por las cuales este sitio contenía un misterio que investigar, (si es que hacían caso a esas coordenadas que John les había mandado)

Pero si conocían la forma de proceder de su padre sabían que siempre tenía sus motivos, y que si les había dado esa dirección era por algo. Algo sobrenatural.

Bajo de mi Impala y le beso el techo antes de cerrar.

mmm mi chico.

 Voy al maletero y busco algún carnet para empezar a preguntar dentro del local.

FBI es demasiado Samy, que tal si somos de la Policia Estatal,Control de animales? algo serio pero no que no llame la atención, ademas una buena placa siempre atrae a las chicas jejejeje.

No necesito ir de traje,pero si que me pongo la chaqueta verde encima de mi camisa de cuadros ultimo modelo,entro al bar con mi hermano no sin antes escanear de arriba a abajo a cada camarera para saber a cual pedir.

Lo primero que habíamos visto del pueblo había sido un Dinner. Conociendo a Dean, podía apostar que nos sugeriría parar para comer y tomar algo. Para él, no había necesidad de que un letrero le asegurase que haría a su estómago feliz. Mi hermano mayor tenía buen apetito, aunque por algún motivo seguía estando en buena forma pese a las numerosas hamburguesas que comía en cada pueblo al que nos dirigíamos.

Una vez que Dean aparcó, me sugirió que nos hiciéramos pasar por la policía estatal o Control de Animales. Teniendo en cuenta que no sabíamos qué es lo que podíamos encontrar en Elkhorn, quizá era la mejor opción.

-Y es mejor que no llevemos los trajes, al menos de momento -le indiqué a mi hermano, pensativo, asintiendo al ver que escogía una de sus habituales camisas de cuadros-. Papá no nos ha indicado si se ha producido un crímen, una desaparición o algo que pase más inadvertido. Con suerte, puede que en el bar nos enteremos de qué es lo que está pasando en este pueblo y nos informen sobre algún motel barato de la zona.

Cuando Dean va al maletero, decido escoger una placa de la policía estatal, un órgano de justicia que no llame tanto la atención como el FBI y nos permita pasar mucho más desapercibidos en el pueblo.

Dean y Sam se prepararon para ingresar al dinner. Sam comentó que era mejor todavía no aparentar nada en especial, sino ir averiguando y tener, eso sí, las identificaciones a mano de ser necesario. Cada uno eligió sus vestimentas y se prepararon para adentrarse en este nuevo misterio.

El sitio era tranquilo. A Dean no le pasó inadvertido la joven camarera que estaba sirviendo a un señor mayor, la cual los vio y les hizo una seña para que la aguarden mientras ellos tomaban asiento. Apenas si había unas cuatro personas en el local, contando como quinta a la joven y como sexto a un cocinero rollizo.

-Ya estoy con ustedes –dijo la chica mientras terminaba de anotar lo del hombre canoso. Dean y Sam buscaron un asiento libre, de los que había montones, mientras les llegaban fragmentos de conversación.

-Karen, no me huele nada bien esto…

-No se preocupe, señor Thompson. Debe cuidar su presión.

-Pero quiero unos huevos para pasar el mal rato.

-Bien, huevos poché.

-Fritos –aclaró el viejo, carraspeando –y unas patatas… para acompañar… con un poco de tocino. Pero poco… solo una lonja.

-Debe cuidar su presión –adujo ella, visiblemente preocupada.

-Karen, es que los huevos revueltos me hacen olvidar los problemas. Y hay problemas, chica. Tu abuela lo sabe, tú deberías saberlo. Dame unos huevos… dale un favor a este pobre viejo…

Ella meneó la cabeza con una amplia sonrisa y luego de anotar el pedido se acercó a los dos muchachos llenándoles primero una taza de café.

-Bienvenidos, soy su camarera… soy la única camarera, en realidad, Karen –indicó señalando la etiqueta que anunciaba su nombre.

-¿Qué desean ordenar?

Mira que Dean a comido en bares de carreteras,mira que ha bebido en tabernas y locales por doquier con lo que a conocido a un sin fin de camareras, altas, bajas, feas,guapas, rubias, hasta una calva,pero le quedaba bien la calvicie eso si,pero Karen, no sabia por que pero el corazón le dio un vuelco al mirarla a los ojos, e le hizo un vacío en el estomago,como si le dieras al botón de reset de tu ordenador y en medio de la frente de Dean hubiera una luz naranja parpadeando, estaba totalmente prendido de la chica.

Yo.. yo... yo...

Agachó la cabeza y señaló con el dedo la hamburguesa especial de la casa,después volvió a mirarla como un perro que mira a su dueño por la ventana en una noche lluviosa y quiere entrar.

Observé que Dean parecía haberse quedado absolutamente pasmado por la belleza de la camarera. Era bastante habitual que, en nuestros viajes, siempre que parábamos a descansar y tomar algo, mi hermano mayor siempre tendiera a fijarse en alguna camarera atractiva. Sonreí ligeramente, había cosas que, por mucho que pasaran los años, nunca cambiaban.

-Pediré unos huevos fritos y un café bien cargado -dije, tras examinar la carta con los menús del bar. Quizá era demasiado pronto para ponernos a comer hamburguesas.

Advertí que Dean seguía ensimismado con Karen, la camarera, y decidí arrearle una leve patada por debajo de la mesa.

-¿Qué vas a pedir tú? -le pregunté a mi hermano, tratando de sacarle de su ensimismamiento-. Discúlpelo -le dije a la camarera-, son muchas horas al volante y está un poco cansado...

Dean señalaba una foto de la hamburguesa que deseaba mientras la voz se negaba a salir de sus labios. A Sam no se le escapó la mirada que se perdía en los bonitos ojos de la camarera quien, al notar la foto, explicó: Es el especial de tocino ahumado y queso azul. ¿Lo quieres con papas fritas o ensalada?

Sam aprovechó para decir su pedido y auxiliar a su hermano en la situación, no le era ajeno su atracción por las muchachas hermosas y Karen tenía su dote de encanto.

Cita:

Ella anotó con diligencia, luego miró de nuevo a Dean mientras su hermano explicaba lo del exceso de horas al volante y le preguntaba sobre lo elegido. No sea que la foto no fuese lo que el mayor de los Winchester quisiera pedir.

Cita:

-Creo que quiere la hamburguesa de la foto, pero en verdad creo que es un poco pesada. Oh, lo siento… a veces tengo la costumbre de cuidar la salud de todo el mundo.

Aclaró con una tímida sonrisa que llegó a sus ojos. Parecía esas chicas buenas de pueblo pequeño.

El anciano, que estaba escuchando el comentarios carraspeó entre risas. Bien sabía que Karen se preocupaba por todo el mundo. Aunque que lo maldigan si no comía sus huevos con tocino esta mañana.

-Puedo darles la recomendación de la hamburguesa con queso y cebolla, esa se vende mucho. Mucho para un pueblo de poca gente, claro está.

Agregó mientras el anciano decía:

-Deja de cuidar a todo el mundo, niña. Grasa equivale a felicidad, ¿cierto, jóvenes?

Si... si... si ves que es un poco pesada confiaré en ti y me puedes servir lo que creas que es mejor.

Dijo Dean con una gran sonrisa quinceañera en su rostro,ni se inmutó de la patada de su hermano el en ese momento nadaba en los grandes ojos de la camarera.

Cuando ya están solos los hermanos Dean se gira hacia Sam aprieta los labios dubitativo,esperando que por si mismas salieran las palabras desde su corazón a su boca.

Samy,esa chica me gusta y no se por que Samy, en otro local te hubiera dicho " que buena que está", le hubiera mentido diciendo cualquier cosa y hubieramos terminado en la primera habitación de motel que hubiera visto,lo sabes...

Comienza ha asentir esperando que Sam haga lo mismo.

Pero fijate que dulce es,mira por la salud de todos, es amable y esto es un pueblo pequeño, suspira, me veo aquí Sam, como mecanico Dean e hijos o algo similar, quizás como Sheriff del pueblo, no se...,pero algo asi y con ella,cuando encontremos a papá y después matemos al de ojos amarillos quiero venir aqui Sam, que mis huesos envejezcan en una mecedora en el porche de madera de mi casa,una cerveza fria en la mano y el pequeño John, Dean junior y Samantha correteando por el jardin, Sam... algo de paz.

Me hizo especial gracia el comentario del anciano sobre que la grasa equivalía a la felicidad. Era un comentario que no descartaba que también pudiera haber hecho el propio Dean.

-Así es, señor -comenté, con una sonrisa cordial-. Grasa equivale a felicidad.

Fruncí, sin embargo, el ceño, extrañado ante la actitud que mostraba mi hermano, que seguía totalmente embelesado con la camarera. Solo cuando me explica sobre que parece que siente algo más que una atracción por Karen, me muestro aún más sorprendido. Dean siempre había sido mujeriego pero poco pasional pero ahora, en cambio, parecía encontrarse enamorado hasta las trancas de aquella bonita camarera.

-Dean, ¿estás bien? -le pregunté, con una sonrisa, extrañado por sus palabras-. Hoy no pareces tú... Cualquiera diría que has tenido un auténtico flechazo con esa camarera. -Dirijo una mirada a mi alrededor, observando a Karen y a los pocos clientes que hay en el Dinner-. Centrémonos, Dean. Tenemos que averiguar por qué nos ha enviado aquí papá... -Bajé la voz hasta convertirla en un susurro-. Ese señor mayor de la otra mesa le mencionó a Karen que "hay problemas" en este pueblo. Podríamos empezar preguntándoles al respecto.

Vaaale.....

Dean se rasca tras la nuca con la mano izquierda mientras que con la derecha sujeta una pajita(de beber) la cual mordisquea.

Anoche mientras dormias me puse a ver la tele y bueno había un especial de Scooby Doo, ya sabes lo que me gusta Daphne, me he levantado tontorrón y ademas la camarera es pelirroja,es dulce ,en fin un amor, creo que igual es una señal del destino, yo que se Sam.. ademas, tu cuanto haces que no miras una mujer? se que lo has pasado mal por la perdida de tu novia,pero vamos Samy,la vida sigue y uno ha de marcarse metas,no?

Dios mio, que guapa es Karen, en cuanto vuelva le pregunto que tipo de musica escucha....,le gustaran las flores Sam?

Escuché a Dean con los ojos como platos. Definitivamente no recordaba haber visto a mi hermano mayor tan entusiasmado con una mujer desde nunca. Se dibujó una sonrisa en mis labios, me agradaba verlo así, pensando en otras cosas no fueran papá y la caza.

-Dean, sabes que no me gusta hablar de lo de Jess, todavía es muy reciente -indiqué, con amargura, recordando cómo mi novia había aparecido en el techo de la habitación y, acto seguido, había ardido de la misma forma que nuestra madre-. Ahora mi meta es descubrir quién la mató, encontrar a papá y seguir salvando personas. Al menos hasta que logremos cazar al de ojos amarillos.

Doy dos palmadas en el brazo de mi hermano.

Lo descubriremos Sam,solo que pienso que después que? Tu volverás a la universidad,papá y yo de motel en motel,no se,no niego que me gusta en cierta manera esta vida,sin ataduras,cada día en una ciudad nueva,pero que va a pasar cuando papá se haga mayor,algún día me gustaría ya sabes, ser normal, cena de gracias en familia,ver la final de la super bowl,darle un puñetazo a mi cuñado,cosas normales de gente normal solo que...

Miro a los lados y después me inclino hacia Sam.

Cuando teníamos miedo del mosntruo del armario papá nos dejaba una del 45 bajo la almohada,realmente es así nuestra manera de criar? de vivir? sabré ser padre?

Era bueno ver a Dean entusiasmado con algo que no fuese solamente la caza, pero eso no quitaba que la realidad siguiera recordándoles lo díficil que era para un cazador vivir una vida normal. Tenían trabajo que hacer, tanto con lo que cargar siendo tan jóvenes que era malditamente injusto. 

Antes de que Sam siguiera hablando Karen volvió con un poco más de café y pasó un paño limpio a la mesa.

-En diez minutos les traeré todo. De postre recomiendo la tarta de manzana, es muy fresca.

Explicó con una sonrisa dulce, de esas que hacían pensar que matar a los villanos valía la pena para preservar a la gente inocente de este mundo. Un grupo de estudiantes entraron en el dinner. Eran un chico y una joven que se sentaron en una esquina. Otro hombre, un poco panzón, se ubicó en la barra. 

Karen estaba a punto de ir a ver qué necesitaban los nuevos clientes, en diez minutos les traería sus platos, parecía que no iba a haber mucho movimiento a estas horas en el lugar. El anciano, por su parte, estaba leyendo el periódico y esperando sus huevos con tocino.

-No voy a volver a la universidad, Dean -dije, con amargura-. Al menos, no a Stanford. Ya no me queda nada allí. Tal vez, no sé, Dean, puede que decida dedicarme a la caza por un tiempo. Es lo que hacemos, lo que siempre hemos hecho. Al menos, hasta que tenga las cosas más claras...

Escucho la pregunta de mi hermano. La verdad es que nunca me había planteado si ambos podríamos llegar a ser buenos padres. Se trataba de un futuro tan lejano a mi, hasta entonces, brillante carrera universitaria que nunca se me había pasado por la cabeza.

-Creo que serías mejor padre de lo que piensas -aseguré, con una sonrisa-. Ya me cuidabas a mí cuando papá nos dejaba solos en moteles de carretera. No puede ser tan difícil.

Dean frunce el ceño y mira a Sam.

Bueno cuidarte cuidarte... em Detroit creo recordar que te afeité la cabeza y estuviste como seis meses usando un gorro feo de lana,en pleno verano! ja ja ja, no me reia tanto cuando papá me azoto en el culo por hacerlo, deciamos que tenías leucemia y asi el motel salía mas barato.

Puse los ojos en blanco ante aquella humillante anécdota que me había hecho recordar Dean.

-Centrémonos, Dean -dije, adoptando una postura más seria-. Tenemos un nuevo caso en este pueblo, así que averigüemos qué es lo que sucede. Sugeriría que esperásemos a que la camarera nos terminara de servir. Después de comer, tú podrías sonsacarle un poco información, y yo podría hacer lo mismo con ese señor mayor de la otra mesa. Me ha parecido que podría saber algo de los problemas que suceden en el pueblo.