Partida Rol por web

Me sorprende que Atho tome una actitud de liderazgo tan momentánea, lo único que puedo hacer es mirarlo sorprendida, hasta ver que su mirada se queda fija entre la mía, y sus mejillas se vuelven color rosa.

Cuando se queda callado, le sonrío un poco, -señor, si señor, creo que es una buena idea- le tomo la mano, mientras suspiro, y miro hacia delante, -ok, vamos, no demoremos mas-

Mientras no tenga que aguantar tus gracias...

Recojo mi equipo y me despido de mis acompañantes.

Id con ojo.

Sigo al mercenario para saber que quieren los habitantes del edificio.

Observas a tu alrededor y te percatas que tal vez no sea buena disparar ni salir corriendo. Entre los pequeños matorrales y arboles torcidos y medio muertos vislumbras a decenas de cosas que te observan.

Cosas que algún día fueron humanas pero que ahora presentan poco parecido contigo. Ves que son humanos abotargados, famélicos y que se apoyan en sus cuatro extremidades. Sus brazos son más largos que lo habitual y acaban en largas y afiladas garras y sus dientes son colmillos sucios y gastados preparados para arrancar carne.

Solo te queda la suerte para sobrevivir, aun viendo que a lo lejos se encuentra un edificio en el que tal vez podrías esconderte.

Uno de los encapuchados que te rodean se baja la capucha. Ves un craneo pelado y blanco, sin ningún tipo de pelo. Su boca está llena de afiladísimos dientes y tiene sangre seca alrededor de esta.

-Tu -te habla con un tono ronco, como si le costara pronunciar las palabras -vete a esa edificio -te dice señalando el bloque blanco que hay a aproximadamente un kilómetro de tu posición -tu, decir ellos que ese edificio será su tumba -te ordena y comienza a reirse mostrándote los dientes. A continuación sus garras se clavan en tu brazo y te empuja hacia el edificio, rompiendo así el círculo que te rodeaba.

Corre o muere -te grita mientras los monstruos que se ocultaban en los arbustos comienzan a salir de su cobertura y a acercarse a los encapuchados.

Salid ambos de la habitación y veis que no hay nadie mirándoos. -¿Por donde empezamos, compañera? -te dice Atho sonriendo, feliz tras la broma que le has gastado -no me gusta dar tantas órdenes en un solo día.

Delante de la puerta se están juntando un grupo de soldados y de nativos del edificio. En total estais, contando contigo estais seis personas.

Dos de ellos parecen vivir en el edificio, aunque uno está vestido con un traje más propio de un soldado, máscara para respirar incluida, y el otro solo tiene una ropa que más parecen harapos.

También están Aislin Matulant, Bae Kim y Otis.

Todos están preparando sus armas, cargándolas y ajustándoselas.

Una extraña mujer se acerca al grupo -Vamos a ir a la torre que está aqui al lado, allí encontraremos el botón que acciona la depuradora de agua -os dice la mujer con voz autoritaria y cierta tristeza que se escapa de cada una de las palabras que pronuncia.

Vosotros nos sereis de gran ayuda ya que sois demasiado y nuestras reservas de agua se agotan -os informa girándose hacia vosotros, los supervivientes del barco -estad preparados, la muerte acecha hay fuera.

Te acercas a dicha habitación pero la puerta está firmemente cerrada con llave. Todavía no has podido ver que guardan en dicha habitación pero presupones que debe ser un almacen con alimentos.

Te acercas a los encapuchados y estos te miran y uno de ellos te dice -Que "El Renacido" le acompañe, señor, gracias por acojernos en este lugar. Mi nombre es Aitor Ortega, solo soy un fiel devoto que ha venido siguiendo las señales de aquel que vive eternamente.

No hay ningún problema, baja si así lo deseas -te dice el hombre quitándose la máscara de gas. Ves sorprendido que el hombre no tiene párpados y que una de sus orejas es totalmente deforme -ya veo que vosotros no teneis mutaciones. Sería una situación excepcional encontrarnos a gente como vosotros, sin embargo todos vamos a morir asi que no hay nada que celebrar -prosigue con evidente tristeza y una pizca de terror se marca brevemente en su rostro.

-¿El R...? ¿Las se...? -balbuceo desconcertado- ¿De dónde venís, eh... Aitor?

¿Que? Del otro lado del mar, de donde si no. De los dominios de la AMG -te contesta el sacerdote quedándose algo traspuesto tras la respuesta -nos extrañó bastante que hubiera supervivientes en Arimor y más tras ver los monstruos que se ocultan en estos sitios.

-¿Del otro lado del mar? -repito perplejo- Creíamos que Arimor era el único continente que había sobrevivido a la Gran Catástrofe. ¿Y quién o qué es la Emejé?

Estoy aún más sorprendido que el sacerdote.

 Mike no lo pensó dos veces.-!Joder¡.-La adrenalina fluia por su cuerpo, y tan rápido el circulo se abrió comenzó a correr con todas sus fuerzas.- !EH,ABRID ESA PUERTA JODER ¡.-Gritaba mientras corría hacia el edificio.

Mierda,!MIERDA¡ ESTO ES UNA GRANDISIMA MIERDA........tengo unos segundos antes de que me cojan, Dios si estas ahí tu que nunca me has ayudado,escupeme algo de suerte

Vamos hombre, le digo al tipo, sorprendido, ¿Cómo que vamos a morir todos? ¿A qué te refieres?

¿Qué?¿Cuantos supervivientes hay en Arimor? -te pregunta a su vez el sacerdote, cada vez más sorprendido -La AMG es la Alianza Mundial de Gobiernos, son el grupo que manda en todas las tierras civilizadas más allá de Arimor.

Tres de las bestias que se reunieron con los encapuchados comienzan a correr detrás de ti. Sus cuerpos avanzan sobre sus cuatro miembros, dando grandes zancadas y evitando los obstáculos del terreno.

Sin embargo comienza a aumentar la distancia entre tus perseguidores y tu, a medida que te vas acercando al edificio. Observas que en la parte delantera del edificio hay un muro prácticamente derruido, con muchas partes caidas y con las pocas que quedan en pie con numerosas grietas y fracturas.

Detrás puedes ver algunas barricadas y fosos. Pero lo que más te llama la atención es el gran número de cuerpos que riegan el terreno, enfrente al edificio. Todos parecen haber muerto luchando, muchos de ellos tienen algún tipo de disparo o herida en la cabeza.

Sigues corriendo, la edificio está cada vez más cerca. A la derecha del complejo ves una especie de torre con bastantes desperfectos que te llama la atención.

La gran puerta del edificio, semejante a la de una cochera, comienza a abrirse lentamente y ves salir luz artificial de esta.

Esas bestias no pararan de atacar hasta que todos estemos muertos -te dice el hombre -quieren algo que nosotros tenemos y nos quieren a nosotros, para devorarnos.

Antes eramos muchos, cientos, pero desde que empezaron los ataques nuestro número ha caido sin control, todos han muerto -te responde el hombre con lágrimas en los ojos -solo quedamos cinco nativos...

En ese momento la cortina que separa la habitación en la que estais con el resto de las estancia se abre y entra la científica Althea Caristeas. Esta le dice al nativo -¿puedo bajar verdad? Estoy buscando a alguien, es importante.

El nativo asiente con la cabeza y la cirujana baja las escaleras con celeridad murmurando algo como -debe estar detrás de...

 Vamos, vamos,! vamos ¡ ya llego, dios un segundo mas.

Mike corría con todas sus fuerzas,de un pequeño salto se encaramó al muro derruido y de ahí saltó el foso,cayó y se incorporó como pudo para seguir corriendo, solo parando un segundo para mirar atrás y seguir corriendo de nuevo.-quitaos de la puerta.-le dolían las piernas después de tanto esfuerzo,pero el echo de que un grupo de monstruos lo persiguieran le daba fuerzas para seguir.

-Hay mucha gente en Arimor, pero estamos muy dispersos -le respondo- algunos viven en ciudades o pueblos, pero muchos de nosotros somos nómadas. Y luego están los que hace tiempo que dejaron de ser humanos, claro. Mi nombre es André, por cierto. Disculpe mi rudeza, pero es que me cuesta creer que haya vida más allá del mar, después de siglos sin recibir ninguna noticia de fuera de Arimor.