Partida Rol por web

Surcando Los Fragmentos

01 Nuevo Comienzo

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29/11/2018, 14:39
Director

Elegido el destino, la tripulación fue despertada, las anclas fueron levantadas y las velas fueron izadas. Con las primeras luces de la mañana y un viento suave soplando desde popa El Temido comenzó a abrirse camino por sobre las aguas. 

La travesía fue tranquila y sin sobresaltos. A finales del primer día pasaron frente a Descanso del Naúfrago y siguieron con las orillas verdes y vírgenes a babor durante tres días más. El quinto día no mostró nada más que cielo gris y un mar del color del acero, pero a pesar de la amenaza, en ningún momento llovió. 
Durante la noche del sexto día pudo avistarse a lo lejos un resplandor que era el Atolón Quilla Rota, y esas luces no desaparecieron del horizonte hasta bien entrada la madrugada del octavo día. Eso es lo que hacía al lugar tan estratégicamente importante. La ruta geográficamente más segura (y varios días más corta) obligaba a pasar dos días completos en sus inmediaciones. De lo contrario, hacía falta acercarse peligrosamente los arrecifes de coral que se prolongaban desde la costa opuesta.

Pero aunque la zona era peligrosa, nada malo aconteció. El Temido contaba con una bandera pirata, que aunque cerca de Gobernanta podía traer problemas, aquí tendía a alejarlos siempre y cuando no tuvieras ninguna disputa pendiente con otros navíos. Durante esos días, los dos más tensos del viaje, ningún barco se acercó. Y pasado lo peor, ya solo quedaba navegar en linea recta hasta Nuevo Comienzo.

- Tiradas (3)

Tirada oculta

Motivo: Tirada para asustar

Tirada: 1d20

Resultado: 14

Tirada oculta

Motivo: Tirada para asustar

Tirada: 1d20

Resultado: 12

Tirada oculta

Motivo: Tirada para asustar

Tirada: 1d20

Resultado: 17

Notas de juego

Mekkor, si quieres intentar reparar el catalejo, haz una tirada de inteligencia (sola, no tienes competencia con nada que te ayude). CD 14.

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29/11/2018, 15:29
Sylus

Durante el viaje, Sylus había comenzado a demostrar de lo que era capaz. La magia que llevaba en la sangre le permitía reparar pequeñas roturas y desperfectos en casi cualquier objeto o material, aunque el catalejo había resultado ser demasiado complejo para el entendimiento del chico. El muchacho no había resultado ser demasiado listo, pero el hecho de que pudiera unir de nuevo cuerdas cortadas y tablas rotas lo hacían por si solo bastante útil.
Además, mientras supiera dónde estaba alguien, Sylus podía comunicarse y recibir respuesta de esa persona. Mover objetos livianos desde lejos también estaba entre sus capacidades, y cuando era necesario mover algo muy pesado, podía hacer aparecer el mismo disco dorado que ya habían visto, que permitiera llevar sin esfuerzo el objeto en cuestión.

Por último, fue quien se encargó de alimentar a los lagartos eléctricos. Era cierto que, no importara el conjuro que lanzara, una pequeña brisa y una leve estática parecían envolverlo un momento, pero además era capaz de dar choques él mismo usando sus manos. Explicó que esto ya lo hacía en el barco anterior, que estos lagartos podían alimentarse de la electricidad que él generaba, y puesto que ninguno perdió vitalidad durante el viaje, parecía ser verdad. Sin embargo cuidar de los lagartos si le resultaba un verdadero esfuerzo y consumo de tiempo, y más de una vez tuvo que recurrir a las hierbas de Wu para aliviar el dolor de las quemaduras eléctricas que le recorrían los brazos y los dedos porque algún lagarto se había asustado.

Durante el poco tiempo que no estuvo trabajando, Sylus se la pasaba lo más cerca posible de la capitana. Hacía un esfuerzo notable para intercambiar constantemente palabras. Y entre halagos, bromas, anécdotas y conversaciones casuales el pasado del joven comenzó a reflotar.
Hasta donde le han contado, él apareció la noche posterior a una tormenta flotando, solo, en un bote salvavidas encallado en una playa al sur de Khumesa. Inicialmente había quedado en un orfanato, pero durante su infancia Sylus fue ganando fama de tener mala suerte. A sus 10 años dejó el orfanato y trató de ganarse la vida. Lamentablemente cuando todos piensan que traes mala suerte o eres peligroso es muy dificil conseguir trabajo. Asique terminó trabajando en los puertos de Khumesa, donde los extranjeros no lo conocen, o desestiman las advertencias de los locales en pos del bajo precio por el que Sylus ofrecía sus servicios. Y así lleva los últimos 5 años. Moviendo mercadería y reparando cosas por unas pocas piezas de cobre al día. Hasta que Thorne le ofreció salir de viaje...

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30/11/2018, 01:00
Director

Amanecía ya el décimo día cuando Nuevo Comienzo se hizo visible sobre el horizonte. El clima es agradable, y una suave brisa sopla aliviando el calor del sol que ya comienza a pegar fuerte. No hay una nube en el cielo, el agua es cristalina y celeste y la arena de las costas circundantes es blanca como la leche.

El viaje llega a su fin y la tripulación ya empieza a estar impaciente por pisar puerto de nuevo. Es normal que tras un par de viajes algunos marineros decidan que han recaudado una fortuna lo suficientemente grande como para vivir con tranquilidad, retirandose de la vida en el mar. Por eso, en todos los puertos siempre hay anuncios de que algún navío busca nuevos tripulantes. Por suerte esta vez nadie piensa abandonar El Temido, solamente desean pasar un par de días sin trabajar ni preocuparse.

A medida que el barco se acerca al puerto se empieza escuchar aún siendo temprano el barullo de las calles atestadas de vendedores gritando sus mercancías. Antes que la zona de anclaje sea visible El Temido pasa por una de las partes más nuevas de la ciudad, donde toda una serie de puentes y palafitos* de uno o dos pisos bien adentrados en el mar atestiguan el crecimiento imparable de la población. El puerto está totalmente atestado puesto que ya no habrá viajes por un par de meses ni desde ni hacia el Gran Continente, asique los navíos se han amontonado. La tripulación del Temido ha encontrado un lugar para anclar recién en el puerto 35, pero todos hecharon una mirada al pasar junto al 22. Es dificil saber si se trata realmente del barco de Thorne, pero como mínimo se le parece mucho.

Una vez anclados y firmado el escaso papelerío pertinente, ustedes y la tripulación se encuentran ya libres de hacer lo que quieran ¿Irán a buscar problemas con Thorne? ¿Buscarán a quién vender los animales? ¿Seguirán la pista a esa intriga palaciega? ¿Pasearán por la ciudad para ver qué acontece? ¿Se irán a beber como si fuera el último día de su vida? La mayor parte de la tripulación probablemente opte por lo último.

Notas de juego

*un tipo de construcción muy particular, yo solo los he visto en imágenes del sudeste asiático

Ahora, les pregunto a cada uno ¿Es la primera vez que pasan por Nuevo Comienzo? ¿Conocen la ciudad o no? ¿Por qué la conocen? ¿La conocen poco, relativamente bien, o como si fuera la palma de su mano?
Simplemente es para expandir un poco el trasfondo de ustedes. Pueden sumar cualquier dato de color que gusten.

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02/12/2018, 04:57
Lili "Dedos ligeros"

Avistar Nuevo Comienzo parecía una grata noticia para la mayor parte de la tripulación, seguramente porque todo en lo que pensaban era en lo que podrían disfrutar gastando sus pagas. Buena comida, bebida en abundancia, mujeres... Se privaban de todo ello para conseguir un jornal que luego dilapidaban en cuanto pisaban tierra. Y mientras tanto, yo... ni siquiera sabía en qué gastar el dinero que cobrase. Claro que me gustaba la buena comida, aunque comía como un colibrí, me llenaba en seguida. El alcohol... me afectaba de forma parecida, una jarra de cerveza podía durar e toda una noche de juerga y me sobraba antes de estar como una cuba. Y jamás pagaría por sexo, puaj, qué asco. El día que lo hiciera sería algo bonito que nos apeteciera a los dos, no una simple transacción comercial. Y con un buen chico que despertase mi interés, algo que desde luego no había en El Temido.

Y pensando en lo que había o no en El Temido, empezaba a estar hastiada de aquel barco. No dudaba de que más de uno se habría percatado, porque no me molestaba en disimular en absoluto el modo en que se me había agriado el carácter desde que Sylus estaba a bordo. Me sentía como si aquel chico hubiera suplantado mi lugar entre la tripulación, haciendo lo mismo pero mejor. Siempre de un lado a otro con su carita simpática de no haber roto un plato en su vida, su patética humildad, su útil y maldita magia... Daban ganas de rodear ese cuello suyo con las manos y apretar, y apretar, y... ¿De qué serviría? Mis manitas tampoco atesoraban tanta fuerza como para partir el cuello de aquel desgraciado, y en el fondo tampoco es que se lo mereciera. Aunque me sacaba de quicio ver cómo se esforzaba en acercarse a la capitana Harmony.

Pelota descarado...

Así que, en el fondo, me alegró ver Nuevo Comienzo a lo lejos, una visión que me pilló en el carajo sustituyendo a GioGio, quien seguramente se habría refugiado entre los brazos -o los muslos- de Ashara. En aquellos momentos le envidiaba, no porque me interesase la drow, sino porque supuse que estaría calentito mientras a mí me azotaba una brisa que calaba los huesos, y eso a pesar de que el día era agradable y el sol empezaba a calentar. De hecho, para cuando llegamos a puerto, hacía una temperatura perfecta para perderse por las calles.

Bajé del palo mayor preguntándome muchas cosas. Me preguntaba si la capitana nos daría permiso para desembarcar o si nos daría trabajo. Después de todo, aún teníamos pendiente convertir parte del botín en dinero constante y sonante. Pero también me pregunté algo que iba mucho más allá. ¿Me convenía seguir en aquel barco? La presencia de Sylus me resultaba muy incómoda, y parecía ir a más. Otra larga travesía juntos y terminaría siguiendo consejos de Ashara al respecto. Había ganado algo de experiencia como para enrolarme en otro navío, o podía regresar a mi antiguo oficio ahora que había pasado una temporada "en la fresquera". En fin, estaba hecha un lío y necesitaba pensar en ello, pero antes debía ver cuáles eran las órdenes de la capitana.

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02/12/2018, 18:33
Mekkor

Ya se escuchan las gaviotas desde el interior del camarote del contramaestre. En aquella austera, pero honorable estancia, un enano se encorva sobre su escritorio mientras parece querer atravesar con su mirada un catalejo abierto en canal que reposa sobre la robusta mesa de roble.

…Vamoooos… Piensa Mekkor para sí mismo mientras siente su corazón palpitando en su sien mientras intenta reparar aquel objeto sin usar las manos.

Poco a poco, las pequeñas piezas y lentes del interior de aquel objeto, empiezan a rodar y moverse como si estuvieran vivas. Con un último esfuerzo que hace resollar al enano, el catalejo sigue regenerándose hasta que finalmente la carcasa se cierra y uno de los pequeños tornillos que sujetan la chapa se enrosca sobre sí mismo.

Soltando el aire y mirando para los lados, el contramaestre se yergue y se pone recto, sintiendo el peso de los años sobre su espalda. Toma el catalejo, ahora en perfecto estado, y lo alza a la altura de sus ojos para admirarlo en toda su plenitud.

-Si Señor…-

 


 

-Aaaaaah…- Exclama Mekkor con sus fosas nasales peligrosamente dilatadas mientras aspira el aire portuario de Nuevo Comienzo – Sería incapaz de olvidar este olor… Capitana – El Contramaestre estaba contento de pisar tierra un par de días. Llevaban un botín considerable que debía ser vendido y repartido, y además tenían varios asuntos interesantes que podrían elevar su fama, o su infamia, a nuevos estratos.

En su vida había visitado una ingente cantidad de puertos, ciudades y emplazamientos, pero sin lugar a dudas, ninguno se podía comparar con Nuevo Comienzo. Mekkor recapacita y se da cuenta de que no conoce la ciudad en sí misma, porque siempre le ha parecido demasiado complicada. El mar es gigantesco, interminable, pero Nuevo Comienzo es inabarcablemente compleja.

Ha recorrido en decenas de ocasiones aquellos coloridos muelles, y allí ha conocido a alguno de los personajes más pintorescos que uno pueda imaginar. Tiene algunos contactos entre los astilleros y comerciantes “legales”, y ha visitado la totalidad de las tabernas de aquel puerto. De todas ellas, una destaca entre las demás para el enano: “La Sirena Muda”.

 

Saliendo de sus cavilaciones, se gira y mira a Harmony mientras esperan a que la nave atraque.

-Sienta bien pisar tierra de cuando en cuando… Usted dirá, Capitana, como procedemos. Creo que deberíamos deshacernos de la mercancía lo antes posible, cuanto antes la perdamos de vista, menos nos tendremos que preocupar por ella… – Mientras habla, saca el catalejo y mira a través del visor buscando “La Sirena” para comprobar que funciona adecuadamente – Y estando el navío de Thorne en el muelle más aún.

- Tiradas (1)

Motivo: Int

Tirada: 1d20

Dificultad: 14+

Resultado: 20(+1)=21 (Exito)

Notas de juego

Criticaso (utilizo mending para amenizar la escena).

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02/12/2018, 19:36
Director
Cargando pj

Desensamblar y reensamblar el catalejo había probado ser en principio más complicado de lo que parecía. Pero una semana entera te permitió estudiar el mecanismo con detalle y entender los pormenores de esas piezas móviles que en principio no parecían tener razón de ser. Sospechas que el metal del aparato está encantado, puesto que ciertas piezas parecen contraerse o expandirse bruscamente con la exposición a la luz. El resultado es un chisme curioso que permitiría incluso mirar directamente al sol sin dañar la vista de su usuario, o para tal caso, resguardarlo de cualquier deslumbramiento.

Otro detalle te llama la atención. El metal estaba deslucido, pero tras reacondicionarlo notas por la diferencia de color, que en uno de los lados pareciera que hubiera llevado alguna especie de grabado o dibujo. Una inspección más detenida te hace suponer que era una suerte de blasón que mostraba un palo mayor y sus velas desplegadas.

Notas de juego

Un catalejo que previene que la luz te incandile. Ni más ni menos.

Historia (CD 18) para reconocer el blasón.

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04/12/2018, 08:41
Mekkor
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: Historia blasón

Tirada: 1d20

Dificultad: 18+

Resultado: 11(+3)=14 (Fracaso)

Notas de juego

Mooola.

El blasón no lo reconozco, por lo que parece.

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05/12/2018, 19:44
Ashara

Se acerco a la ratoncilla, le dio un toque en le hombro, haciéndole señales para que la siguiese y la espero en un rincón apartado de todos los oídos indiscretos, no le había pasado por alto el mal humor de la muchacha, se acuclillo. Sonrió -¿Que estas haciendo?- la miro a los ojos con los suyos rojos como dos ascuas ardiendo -¿vas a dejar que el nuevo te haga sombra?- sonrió maliciosa -Usalo en tu beneficio, no sea tonta, eres mujer, hazte valer, eres una mujer en un mundo de hombres, si no tienes un poco de maldad te tomaran por tonta, y ese chico... puedes usarlo en tu beneficio o.... llevas tu más tiempo que él, sabes lo que le gusta a Harmony y lo que no... puedes hacerlo caer- le guiño

Notas de juego

OJO lo pongo en abierto para que la gente vea que me llevo a la niña aparte, pero no podéis escuchar a menos que estéis al lado pegados a nosotras.

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05/12/2018, 23:16
Wu Long

Que días, oh, por si han sido unos días. Días en los cuales los marinos se dan el lujo de despreciar la comida y beber más de la ración que les das.
Pero a Wu no le preocupaba que le faltara ron para preparar grog, más le preocupaba la falta de disciplina o respeto mejor dicho, de aquellos que se atrevían a meterse en el almacén o peor, en su cocina.
Y aunque no era bueno con las palabras, ni para emitir una advertencia, quedaba en la conciencia de los demás saber que no convenía perder los dedos de la mano si luego aquel que debía cocerlos era el mismo que los corto.

Pronto estarían en el puerto y Wu no se sorprendía por esto, su vida había sido esto. Cuando supo dar sus primeros pasos fue con un canasto en su espalda para cargar y descargar los barcos.

Pero un frío aire corrió a su alrededor al pisar puerto y sus ojos no mostraban más que una profundidad marina que traspasaba el alma. Y si es que algún viejo marino lo reconoció prefirió alejarse, supersticioso de lo que vaticinaba ver al shou llegar a puerto.

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06/12/2018, 04:16
Wu Long
Sólo para el director

Notas de juego

Mi intención era usar el conjuro Encontrar Criatura, cada día, con el capitán Thorne para saber si esta en esta ciudad, o alguna cercana (O muerto).
 

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06/12/2018, 11:42
Director

Si te refieres al hechizo "Locate Creature", no puedes.
Primero porque es conjuro de nivel 4.
Y luego porque "Describe or name a creature familiar to you. You sense the direction to the creature's location, as long as its within 1000(300 metros) feet of you."
Y porque ". This spell can't locate a creature if running water at least 10 feet wide blocks a direct path between you and the creature."

Asique no. No tienes el conjuro, y si lo tuvieras, Thorne está fuera de rango.

Dado que el hechizo usa de componente pelo de sabueso, supongo que estaba pensado para eso. Una persecución o una cacería de alguien que estuviera cerca.

Notas de juego

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06/12/2018, 15:10
Wu Long

Notas de juego

Me refiero a uno de mis conjuros como místico, de los que no requieren componentes.
Me concentro en la mascota del barco, o en alguna de las otras criaturas que llevaban para saber si está en este puerto.

Find Creature (2 psi; conc., 1 hr.). You cast your mind about for information about a specific creature. If you concentrate for this option’s full duration, you then gain a general understanding of the creature’s current location. You learn the region, city, town, village, or district where it is, pinpointing an area between 1 and 3 miles on a side (DM’s choice). If the creature is on another plane of existence, you instead learn which plane.

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06/12/2018, 23:03
Harmony

El décimo día desperté al amanecer, desperezándome con tranquilidad aún sentada en la cama, mientras observaba a la pareja de almirajs que descansaba en su jaula. Al ponerme en pie me vestí con parsimonia, para terminar acercándome a los pequeños animales que allí descansaban.

- ¿Habéis dormido bien? – les pregunté con voz suave y una somnolienta sonrisa, antes de salir de mi camarote.

Vi con satisfacción cómo Nuevo Comienzo estaba ya en el horizonte, bastante más cerca de lo que me esperaba. Mis camaradas ya se encontraban en marcha, anticipando lo que en breve les aguardaría. Apreté los labios al ver a Lili, pensativa. Tenía una conversación pendiente con la muchacha que finalmente había pospuesto, con la esperanza de que recapacitara por sí misma, pero aquello parecía no haber sucedido. Su agria actitud se acentuaba cada vez más. Comprendía sus sentimientos, pero no estaba enfocando todo aquello del modo adecuado.

Pronto vi pasar por el lugar a Sylus, quien durante aquellos días había demostrado obediencia y una buena actitud. No podía negar que me preocupaba aquello de que el muchacho daba mala suerte, aunque tampoco parecía haber verdaderos motivos para pensar aquello, además, el desafortunado había sido él con aquella vida que le había tocado vivir. Durante un instante se me pasó por la cabeza que pudiera ser realmente alguien perteneciente a aquellas importantes familias, pero Thorne no había mostrado objeción alguna en que se uniera a nosotros, así que seguramente me estuviera dejando llevar demasiado por mi imaginación.

Tras comer algo, me dediqué a preparar algunas cosas, hasta que le proximidad del puerto me hizo volver a salir a cubierta; donde me reuní con Mekkor. Este parecía contento por pisar tierra, lo cual no era de extrañar, pues hacía bastante tiempo desde la última vez que habíamos puestos los pies en tierra firme. Me preguntó por nuestros siguientes pasos, apuntando la presencia del barco de Thorne con aquel catalejo que había logrado arreglar. Aquel gesto me sacó una sonrisa, recordándome a mi propio catalejo, aquel que había pertenecido a mi capitán.

- Sí, deshacernos de parte de lo que nos hemos ganado es algo que debemos hacer, pero no hace falta que todos nos ocupemos de eso. – dije con mis manos a la espalda, sin apartar la mirada del muelle al que nos dirigíamos. – Wu, Sylus y tú podéis ocuparos de eso, si te parece bien. Encontrad algún comprador interesado y comprad también los víveres necesarios para otra buena temporada en alta mar. – le dije al contramaestre, mirándole brevemente, antes de desplazar la vista hacia Ashara y Lili, que parecían charlar en un rincón. – Ashara, Giacomo y tú os encargaréis de localizar a Thorne y su tripulación. Pasaos por ese barco similar al suyo, a ver si realmente es el que abordamos, y si no, buscadles. - fijé entonces mi mirada en la grumete. - Y tú, Lili, vendrás conmigo. Tenemos algo pendiente, además de tener que indagar acerca de ese mensaje que descubriste. Los demás… - dije mirando en derredor. - Podéis ir a gandulear. Pero os quiero aquí en un día, mañana al amanecer partiremos. Quien no esté a bordo para entonces, se queda en tierra. – advertí con severidad, aunque no tenía intención de dejar a ninguno de mis camaradas en la estacada. - Quienes tenéis tarea, nos vemos dentro de tres horas para informarnos, en... ¿Cómo se llamaba esa taberna que te gustaba, Mekkor? ¿La Sirena Coja?

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07/12/2018, 00:17
Director

El barco de Thorne se mueve casi al mismo ritmo que El Temido, pero tomó un desvío a Gobernanta, y tras el mismo comenzó a moverse mucho más rápido, lo suficiente como para rodear el atolón por el lado oeste y ganarles casi un día entero en Nuevo Comienzo.

Notas de juego

Perdón, no había visto eso. No suelo tener muy presentes los poderes del místico.

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07/12/2018, 04:35
Wu Long

Wu volvió de su abstracción para asentir con la cabeza las ordenes de la capitán y escuchando la tarea que les encomendó a los demás espero a que terminara de hablar para acotar.

-Si, el navío de Thorne esta en Nuevo Comienzo. Lleva aquí desde ya hace un día, tras haber pasado por Gobernata.- Dice y hace un silenció inclinando la cabeza para indicar que termino de decir lo que sabia, sin explicar como es que lo sabía.

Dando un paso a un lado perfilo para empezar a caminar hacía dentro del puerto, pero espero firme a que Mekkor se adelantara comenzando la búsqueda de compradores para la carga robada.

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07/12/2018, 10:43
Mekkor

Mekkor se sonroja, cosa inusual en él.

-La Sirena… ¡Muda!  Capitana – Dice levantando su dedo índice, parece que aquella taberna es importante para él por alguna razón – En tres horas… Allí estaremos.

De pronto, Wu aparece de la nada y soluciona uno de los requerimientos de la capitana en ese mismo momento, haciendo alarde de su enigmático tono de voz.

El Contramaestre asiente y le echa una mirada de complicidad al señor Long. Después se gira y busca a Sylus. Allí estaba, intentando deshacer un ballestrinque sin deshacer el nudo que lo asegura… será zoquete.

- ¡Tú, grumete! – Dice el enano levantando la voz por encima del murmullo de la tripulación – ¡Ven aquí, tenemos trabajo! –

Y sin más dilación, se propone a cumplirlas órdenes de su capitana, deseando llevar a cabo su cometido en menos de dos horas y así poder esperar tranquilamente en aquella taberna.

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07/12/2018, 18:21
Lili "Dedos ligeros"

La forma en que Ashara se me acercó me pilló desprevenida, pensando en mis cosas. Por eso, y por la forma tan sigilosa que tenía de moverse y que me causaba una cierta envidia, me sobresalté cuando me indicó que la siguiera. Así lo hice, preguntándome qué querría, y fui con ella a una zona de cubierta algo apartada, donde me hizo una pregunta que no entendí.

¿Y-yo? Pues esperando a desembarc... -Sin embargo, me interrumpió dejando claro a qué se refería, algo que me dejó sin habla, completamente blanca. Se había dado cuenta de que me sentía mal por la presencia del nuevo grumete, y me aconsejaba cómo afrontar el problema. Hacerme valer, aprovechar mi experiencia, hacerle... ¿caer? Aparté la mirada a un lado, imaginando todo aquello, cómo podía llegar a hacerlo. El problema era... ¿Realmente quería hacerlo? Mis ojos se pasearon por aquel puerto, viendo la gran cantidad de gente que caminaba y trabajaba por allí, una multitud entre la que en otro tiempo me habría perdido vaciando algunas bolsas de dinero, antes de investigar casas o negocios que "visitar" por la noche. ¿Realmente me estaba planteando regresar a aquella vida?- N-no voy a hacer eso...

En aquel momento, la capitana Harmony comenzó a impartir instrucciones, al menos para aquellos que dispondrían de una tarea que hacer. El resto tendrían permiso para disfrutar de un merecido descanso en puerto, antes de levar anclas. Yo no estaría entre ellos, pues Harmony me requería para investigar el mensaje que había descubierto. Me puse firme y llevé una mano a mi frente, en un saludo caballeresco marcial, mostrando una tenue sonrisa que no ocultaba las tribulaciones que reflejaba mi mirada.

¡Sí, mi capitana!

Entonces me volví nuevamente hacia Ashara, abalanzándome sobre ella en un abrazo sentido. Al menos, sabía que mis sospechas eran ciertas y aquella drow se preocupaba por mí. Sin embargo, no me sentía con fuerzas de seguir su consejo.

Gracias, amiga. -Le dije antes de soltarla- Pero yo no lucho por el aprecio ni el respeto de nadie. O lo tengo o no lo tengo, ya me han abandonado antes por alguien más interesante. -Me encogí de hombros, con una triste sonrisa- La vida es así.

Al fin y al cabo, eso era lo que él había hecho. Mi mentor, aquel que me había enseñado todo lo que sabía sobre el mundo de los fuera de la ley, el manejo de la espada y la supervivencia en un mundo tan peligroso como aquel. Mientras compartíamos aquella isla desierta, yo era el centro de su mundo. En cuanto fuimos rescatados y llegamos a puerto, otras mujeres más voluptuosas le interesaban más para compartir su tiempo, y otros hombres más aguerridos le interesaban más para sus trabajos. Me quedé sola, haciendo honor al nombre de aquel puerto, y debiendo labrarme yo misma un nuevo comienzo.

Si volvía a pasar, podía volver a hacerlo. Al menos, estaría segura de dejar atrás buenos amigos a los que recurrir en el futuro.

Le di a Ashara un beso en la mejilla y salí corriendo detrás de la capitana, dispuesta a desembarcar junto a ella y ver qué asunto quería tratar conmigo.

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07/12/2018, 23:18
Giacomo Biancarella

Volver a tierra era algo que despertaba sentimientos enfrentados en el bufón. Por una parte, ¡era bajar a tierra! Habría tabernas, comida sin gorgojos, cerveza fresca, algún muchacho dispuesto a abrir sus horizontes amorosos, lugares en los que cambiar el botin fácilmente reconocible por oro... Sin embargo, bajar a tierra implicaba también volver a ponerse en riesgo. No era probable que el demonio de fuego que teóricamente aún seguía tras su pista y la de la drow hubiera llegado hasta allí, pero tener suelo firme bajo sus pies siempre le recordaba a Giacomo la funesta realidad. Y siempre le hacía tragar saliva.

Afortunadamente para él, las órdenes de la capitana y, sobre todo, la tierna escena que se desarrolló entre Ashara y Lili consiguieron distraerle lo suficiente. Examinar el barco y localizar a Thorne, pan comido.

 -Delo por hecho, capitana. Cuando sepamos algo, iremos a informarla.

Cuando la grumete salió corriendo tras Harmony, GioGio fue hacia Ashara para abrazarla desde atrás.

 -Pero cuánta ternura, casi hasta he soltado una lágrima. Casi.

Pinchó en la mejilla a su compañera y dijo con sorna:

 -Al parecer no soy el único que sabe tratar a la niña, ¿eh? ¿Detecto instintos maternales, queridita?

Se rió con suavidad mientras se separaba de ella para luego ofrecerle su brazo.

 -¿Os hace un paseo cerca de ese barco sospechosamente conocido, mi señora?

Primero un reconocimiento del área, a ver si ese era el barco que buscaban. Y si lo era, ya se infiltrarían dentro o buscarían al capitán Thorne directamente para decirle que la capitana Harmony deseaba charlar con él un ratito.

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13/12/2018, 00:50
Director

Dadas las órdenes, la tripulación se dispersó por los muelles de la ciudad.
Mekkor y Wu, con Sylus detrás dirigiendose hacia el mercado, y Ashara y Giacomo recorriendo el puerto en su primer paseo por la ciudad por el otro.
Lili y la Capitana se retrasaron un poco en el barco, antes de ir a cumplir su propia tarea.

Notas de juego

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13/12/2018, 00:56
Director

Poca era la mercancía para vender tras este viaje. Apenas unas pocas joyas que eran efectos personales de los marineros del Surcador, y unos cuantos animales, pues todas las armas habían sido sumadas a la armería del temido y se había permitido al Surcador conservar a los animales más grandes y las provisiones para su viaje.
Por un lado esto significaba que iba a ser poca la ganancia en esta venta, por otro lado, significaba que poco trabajo iba a tomar concretarla.

Mekkor conoce bien la ciudad, por lo que no pierde tiempo en guiar al grupo hacia la calle principal del mercado, apenas unas tres o cuatro calles más arriba del puerto.

La propia arquitectura de la ciudad denuncia su origen cosmopólita, donde casas con los techos a dos aguas como es típico del Tridente se encuentran justo junto a los techos lisos más comunes en Orlé para luego dar lugar a puestos de venta que no son más que una mesa, un mantel y una tela para cubrir al desgraciado tendero del todavía-no-tan-abrasador sol. A veces edificios de fachada amplia hecha totalmente de madera dejan ver patios interiores donde muchas viviendas parecen coincidir. A veces, entre las edificaciones chatas se alzan uno o dos edificios más imponentes y trabajados. Mekkor reconoce a la mayoría como locales y centros de los diferentes gremios de la ciudad. A lo lejos, se  pueden ver algunas pocas construcciones más grandes, prácticamente palacios.
La calle principal del mercado es ancha, pero mil y un callejuelas secundarias y callejones se desprenden de ella como si de los brazos de un río se tratase.

 

Por ser las primeras horas de la mañana, aún se puede caminar relativamente cómodo, pero pasado el mediodía ese rio de calles se transforma en un mar de gente. Así y todo es mejor estar atentos, pues los cortabolsas son buenos madrugadores. Ejemplo de esto es un rufián encapuchado y de ropas grises, que pasa saltando por sobre sus cabezas y cayendo en un techo del lado opuesto de la calle, y que apenas unos segundos detrás lleva a un par de guardias pisándole los talones.

La gente es variopinta, y aunque los humanos siguen siendo mayoria, más de un semiorco pasa cargando cajas de aquí para allá, y pequeños grupos de elfos cruzan la calle velozmente. En algún rincón puede verse unos pocos hombres lagarto, sentados en el suelo charlando y compartiendo una fruta enorme, de interior rojo vivo y cáscara verde.

Mientras van buscando una tienda de joyería, notan como el olor a sal al que tan acostumbrados están se mezcla con el de el pescado fresco, y el de frutas y especias que ni siquiera pueden nombrar. La cambiante combinación de aromas de a ratos es repulsiva, y de a ratos deliciosa, tanto que despierta el apetito.

Así como al pasar, Mekkor señala cuál es La Sirena Muda. Un edificio de dos plantas hecho en piedra y tirantes de madera y que no desentonaría en ningún rincón del Tridente. El lugar está bastante prolijo, limpio y cuidado, sobre todo para estar tan cerca del puerto. Un cartel de madera cuelga con cadenas de una pared, y muestra una quimera con cola de pez y cuerpo de mujer que devora apasionadamente un pez sostenido con la mano derecha, mientras con la izquierda hace un gesto de aprobación.
Pero no es momento de beber, asique siguen de largo.

Apenas un par de cuadras después pasan por al lado de un tenderete a medio montar justo en el momento en que el kenku encargado del mismo despliega sobre el mostrador una tela que envuelve varias alhajas. Él mismo está adornado con algunas joyas, aunque sinceramente tiene un aspecto un poco ridículo.
Mekkor no conoce a nadie dentro del gremio de joyeros, asique esta podría ser una tienda tan buena como cualquier otra.

Cuando el vendedor nota que la atención de Sylus se ha fijado en él (el niño apenas si había conocido al kenku que estaba en el barco de Thorne), levanta la vista de su mercancía y con voz graznante dice en un tono que intenta ser amistoso—¡Hola! Cabello dorado ¿En que puedo ayudarte?

Notas de juego

—Tres anillos de oro lisos 
—Un Collar de Plata rematado con una Turquesa
—10 parejas de lagartos eléctricos (en el barco).
—1 pareja de Almiraj (en el barco).