Partida Rol por web

Todos entrais en el interior de la casa. Facilmente este lugar podría ser considerado un buen lugar para vivir, de no ser por el aspecto abandonado que presentaba. No hacía falta localizar al ladrón, se podía escuchar una pequeña discusión en la planta de arriba, y no parecía que os hubieran detectado.

kage se encontraba al interior de la casa con pasos discretos y furtivos, busca la escalera en la oscuridad, pero al darse la vuelta ve como todo su grupo se ha colado al interior de la casa, los ruidos en la planta de arriba indica que hay mas de un enemigo, por lo que pide silencio con un gesto y que escuchen lo que mejor puedan.

Al no detectar ninguna amenaza, todos seguimos a Kage al interior de la destartalada posada. No nos hizo falta buscar mucho, ya que el ladrón, o mejor dicho, los ladrones, discutían acaloradamente en el piso superior, revelando su posición.

Kage hizo un gesto pidiendo sigilo, a lo que le respondí asintiendo con la cabeza. Me encogí y avancé agazapado para llegar a su altura, aún con el arco preparado por si había que atacar rápidamente. Durante un breve instante me di cuenta de que se suponía que estábamos en una zona segura y no podíamos sufrir ningún daño, pero aun así no guardé el arma; el instinto de supervivencia sumado a la realidad virtual me impedían hacerlo a pesar de saber conscientemente que estaba a salvo.

Aprovechando el momento e imitando a Kage, me quedé a la espera, aguzando el oído para intentar entender de lo que hablaban ahí arriba...

Todos escuchais una conversación algo acalorada.

- Opino que deberíamos usar este anillo y doblegar este puerto. Ese espíritu no es ningun problema para mí. No entiendo para que quieres venderlo o transfigurarlo. Con él podríamos controlar las aguas, las mareas.... todo aquél que se oponga será castigado por el poder de este anillo jajajajajaja.

El oído de sus compañeros era fino y pronto Kage y pollux empezaron a transmitir a los demás lo que escuchaban. Las voces provenientes de arriba podrían pertenecer a cualquiera, pero fuera quien fuera, no parecía tener buenas intenciones. Eso hacía las cosas mucho más fáciles para ella, pues las dudas que tenía desaparecieron tan rápido como habían surgido al hablar con el espíritu a las afueras de la ciudad. 

Era momento de dejarse de formalismos, y ahora que sabían a lo que se enfrentaban, era momento de actuar. Apartando a un lado a sus amigos, con el mangual listo y el escudo alzado para evitar cualquier sorpresa, subió las escaleras sin ningún sigilo y abrió la puerta de la habitación de arriba de una patada, entrando a la sala amenazante y decidida. 

Con una sonrisa dirigida a los allí presentes, habló con una mezcla de socarronería y burla. 

- Buenos días chicos, creo que tenéis algo para mí - Guiñó un ojo al que suponía que había hablado de dominar el puerto -. Estoy deseando ver como intentas doblegarme. 

Solo habíamos escuchado un fragmento de la conversación, pero fue suficiente para hacerme una idea del motivo de la discusión. Solo había escuchado hablar a uno de ellos, pero ¿cuantos eran en realidad? esperaba con expectación que otro o más de los ladrones hablaran y se delatasen... pero entonces Rider intervino sin avisar.

Por un segundo sentí el impulso de gritale lo estúpida que era; pero me lo aguanté, y antes de que los demás pudieran seguirla interpuse un brazo para indicarles que se quedasen atrás. Tal vez pudieramos sacar provecho de la imprudencia de Rider; si los ladrones se confiaban y creían que venía sola, podríamos pillarlos por sorpresa. Probablemente incluso en una zona segura podríamos inmovilizarlos y quitarles el anillo para completar la misión.

El pícaro escuchaba con atención la discusión, el premio estaba al alcance por lo que hecho un vistazo rápido a las posibles rutas de escape, de repente la guerrera toma la iniciativa lo que lo pone a maquinar con velocidad una estrategia.

Rápidamente se acerca a la fachada del edificio y espada en mano señala una ventana, tenian 2 opciones o trepar para rodear a los ladrones o suponer el salto de alguno de ellos para tratar de escapar.

Al entrar Rider a la habitación, había dos personas. Una de pelo blanco la cual tenía cara de pocos amigos, y luego otra persona, pero esta estaba encapuchada en una túnica negra y no se pudo ver su rostro. Nada más entrar, os vieron con sorpresa, pero el encapuchado se evaporó en humo negro, dejando a su complice temblando un poco, ya que erais 3 contra 1. En la sala, había como 4 columnas de madera, un par de cofres a vuestra izquierda, con un barril de vino al parecer. Varias mesas con comida y bebida desparramada indican que han debido de estar ahí mucho tiempo. Sin embargo, el personaje no iba a rendirse por las buenas.

- No importa, acabaré con vosotros yo mismo.

La súbita desaparición del individuo encapuchado puso un abrupto final a la interrumpida discusión de los ladrones del anillo. Fuera como fuese, ahora que eramos 3 contra 1 teníamos todas las de ganar. Incluso aquél tipo debía haberse dado cuenta por la cara de miedo con la que nos miró.

- Ríndete. - Avancé unos pasos con el arco tensado para tener mejor línea de tiro, preparado para disparar una flecha a nuestro oponente cuando fuera necesario, ya se tratase de un PNJ u otro jugador - Estamos en zona segura y somos más que tú, podemos retenerte sin esfuerzo. Ya hemos ganado. -

Al ver como desaparecía uno de los dos chicos dejó escapar un suspiro. Odiaba la magia, o al menos, despreciaba a aquellos que la utilizaban de aquél modo. Huir de esa manera y dejar a su compañero sólo era una cobardía y una necedad: por mucho que corriera, le pillarían. 

Sin embargo ahora tenía cosas más importantes, y con una sonrisa de medio lado que mostraba su blanca y perfecta dentadura, observó al que quedaba allí y que les devolvía la mirada con la altanería propia de aquél que quiere ocultar, sin éxito, su miedo. 

Con un gesto tranquilo cerró los ojos y movió el cuello en un círculo perfecto, haciendo crujir con un sonoro chasquido sus huesos. Lo siguiente ocurrió en apenas un instante, rápida como un rayo. Abrió los ojos, ensanchó la sonrisa, y tras golpear con el mangual su escudo para ganar la atención de todos, se lanzó a la carga contra el chico, dispuesta a terminar rápidamente con aquello.

Os mira a todos, y al ver a Rider golpear el escudo, hace que poco a poco su seguridad vaya menguando; pero cuando ésta carga contra él, y lo derriba dejandolo KO de un solo golpe, incluso jurariais que salían estrellas de su cabeza. Al parecer está inconsciente.

el joven había entrado en la sala y al ver la pareja peculiar, el joven se mantuvo con la mano cerca de su espada, hecha un vistazo rápido a la recamara esperando una emboscada, la nube de humo era una mala señal, no lo dej... no termino la frase cuando solo quedaba uno de los artífices.

pollux trataba de intimidar al bribón que trataba de hacerse el duro, pero antes de poder replicar a las amenazas de su compañero, cuando rider indómita salta a la acción y derribaba a la presa, supongo que tendremos que buscar la manera de interrogarlo para sacar toda la información del anillo, el joven suspira pero avanza a los cofres, si llegar a tocarlos, mira el suelo en busca de marcas o señas de trampas que pudiesen representar peligro.

Kage... Al revisar los cofres, te fijas que son dos, y que ambos están cerrados con llave. Mientras mirabas si había alguna trampa, escuchas un click, para luego del otro lado salir varias flechas en tu dirección, pero se te quedan a escasos milímetros de tu cabeza y entrepierna, quedando algo blanco por el susto.

Resto.... Veis como Kage revisa los cofres, pero mientras lo hace activa una trampa que hace que unas flechas, disparadas desde la otra pared, se incrusten a escasos centimetros de su cabeza y su entrepierna, casi castrándolo.

Aquello había durado bastante menos de lo esperado. No es que esperaba que aquél mocoso se enfrentara a ella en combate singular, pero al menos habría esperado algo más de oposición. Con un suspiro de impaciencia volvió a enfundar su arma y se colgó el escudo a la espalda, para después coger por un tobillo al chico, que yacía inmóvil en el suelo, y arrastrarle hacia el barril de vino, donde le dejó recostado. 

Luego, como si nada, se agachó a su lado y aprovechando que seguía inconsciente empezó a registrar su cuerpo dejando todo aquello que encontraba a un lado, fuera o no de valor.  

Cuando acabó de vaciar todos los bolsillos del muchacho, se levantó y resopló, entre indignada y decepcionada. 

- Éste no tiene el anillo - Sentenció en voz baja pero clara, confirmando que aquello no había aún acabado y dando a entender, pese a no decir más, que tenían que buscar a escurridizo compañero de su contrincante. 

Y sin mediar más palabra, sacó el mangual de nuevo, empezó a rodear el barril y, con un golpe fuerte pero calculado, golpeó el lateral de la cuba de vino haciéndola estallar y derramando todo el contenido sobre el inconsciente chico que permanecía agradablemente, teniendo en cuenta lo que venía ahora, dormido. 

- ¡¡ARRIBA!!