Observa a Zed salir, desde la "broma" no le dirige la palabra, no es que antes hablarán mucho.. pero ahora es que es absolutamente nada. Sonrie por lo que dice Reaver.
- Si, mejor ve tu Nathan.. por si acaso.. - sabe los caracteres tan chocantes que tienen Megan y Zed, todo esto podría volverse una pelea.
- Tened cuidado, vale?? Si necesitais ayuda.. nos avisais.. Y Reaver.. sé buena, de acuerdo?? Haz lo que te diga Nathan.
—¿Vas Mac? ¿Reaver? —preguntó Jack.
Reaver, todavía continuaba en su postura con los brazos extendidos a los lados y los ojos cerrados.
—Ya voy. Sólo dadme un minuto —respondió.
Aisha aconsejó precaución a quienes partían a realizar la transacción y se dirigió a Reaver.
—Y Reaver.. sé buena, de acuerdo?? Haz lo que te diga Nathan.
Reaver, manteniendo todavía su extraña pose, abrió un ojo.
—¿Quién es Nathan?
Cuando vio la cara de sorpresa de Aisha, soltó una risotada y la señaló con el dedo.
—¡Te lo creíste!
Se apresuró hacia la zorra, dando saltitos, y se encaramó al costado de la plataforma de carga. Señaló hacia delante, como un capitán marcando el rumbo y gritó con entusiasmo.
—¡Adelanteeee, vamos a...!—dudó un momento—. ¡Vender cosas! —se quedó pensativa unos instantes y luego se volvió a mirar a los demás, con un gesto de duda—. Suena menos excitante de los que creía.
Jack miró a Reaver y se rascó la barba.
-Em...será mejor que te quedes con nosotros, pequeña.
Opinó el capitán.
-Aunque si Nathan la vigila...
Ofreció, total, así tendria un rato de libertad sin Reaver montándola por ahi, sin Zed causando problemas y demás.
Miró a la chica asustada cuando preguntó quien era Nathan, pero luego se le escapó una risa cuando dijo que era una broma.
- Qué bien me has engañado Reaver.. - rie, la chica le hace mucha gracia aunque en ocasiones le preocupe su forma de comportarse.
Miró hacia Jack y despues a Nathan, a ver que decía el doctor..
-Suponeis que la transaccion sera facil y el negocio esta hecho. Ya sabeis la forma de comportarse de Reaver. Si pensais que puede perjudicar en el trabajo, deberia quedarse. O bien podria ir con Aisha a dar una vuelta por los alrededores de la nave.
-De todas formas... sería mejor solucionar este tema lo más rápido posible... Además, creo que Aisha tenía que hacer algunas cosas... no se si podrá ocuparse de Reaver. Mientras que alguien la controle, no le de alcohol y la mantenga lejos de las armas... por mi puede venir.
Mira a los otros como esperando a que le digan que ya puede irse de allí de una vez para acabar con eso y salir de la luna desértica.
- Bueno.. a mi no me importa que se quede conmigo.. pero creía que le vendría bien salir un poco de la nave, por eso lo dije - responde a los dos.
- Tú que dices Reaver??? Qué te apetece?- pregunta a la chica.
Reaver se hamacaba alegremente, atrás y adelante, sobre el costado de la zorra. Ante la pregunta de Aisha, se detuvo en seco y la observó con una extraña expresión de desprecio, que nadie le había visto antes.
—Esa pequeña mu gou* sólo os traerá problemas —espetó con asco y hasta su tono voz parecía más áspero que el habitual—. Deberías encerrarla en la bodega o mejor, aún arrojarla al vacío por el tubo de desperdicios. Eso es lo que yo haría.
Miró hacia el exterior, su rostro volvió a iluminarse con aquella sonrisa alucinada, habitual en ella, y continuó hamacándose, como si nada hubiese pasado, mientras tarareaba una cancioncilla.
*perra
Se queda blanca cuando dice eso, estupefacta, ¿a qué venía eso?, no sabía ni que decir.
- Emm.. - miraba a todos sin saber que decir ni que hacer
Mac se mantiene al margen de la discusión, sea lo que sea su opinión no cree que sea relevante. Si a Jack le parece bien, me parecerá bien. Y si no le parece, a mí tampoco... simple. Con el trabajo no es con algo que se deba jugar. Así, Mac guarda silencio viendo como transcurre la escena.
Pero un comentario de Reaver asusta a Aisha más de lo normal, o por lo menos la concubina así reacciona. Uhm... será mejor que se venga con nosotros la pequeña loca... entre Megan, Nathan y yo la podemos mantener mejor a raya. Mac se acerca a Reaver y, sonriéndola, le da permiso para venir.
- Está bien pequeña, puedes acompañarnos, pero... - por un instante la sonrisa de Mac se borra y la sustituye una dura mirada que induce más que respeto - ..no, repito: NO, la líes... - Luego el rostro de Mac vuelve a la normalidad y le da una palmada en el hombro a la chiquilla - ... que si te portas bien habrá premio.
Jack arrugó el ceño al oir lo que decía Reaver, luego se pasó la mano por la cara.
-Em...gracias Mac, Doc, seguro que entre vosotros podeis con ella.
Jack se metió las manos en los bolsillos y se fue a la sala de maquinas.
-Voy a ver como está mi pequeña.
Zed negó, se retorció en su asiento y se apoyó en el respaldo mirando como Jack le daba la espalda.
-No, Jack, no, no pienso ir con la loca ¡joder!
Zed escupió hacia un lado y se caló el cuello de su chaqueta. Maldijo en chino, con cara de cabreo.
Reaver dejó de hamacarse y se volvió hacia Mac. Abrió la boca y sus ojos se dilataron en extático asombro.
Saltó desde la zorra y se colgó de su cuello, con ambos brazos.
—¡¡¿¿Me vas a regalar un pony??!! —preguntó en medio de un paroxismo de felicidad.
Suspiró tranquila cuando Mac se metió por medio, le sonrió dándole las gracias, en ocasiones las reacciones de la chica la asustaba.
- Tened cuidado - dijo a todos, se esperó a que se fueran antes de irse ella dentro.
Cuando todos están ya montados en la burra, arranca y se pone en marcha. Se despide tanto de Jack como de Aisha.
-Bien... tened las armas preparadas por si sale algo mal...
Mira mal a Zed, aunque sea de reojo.
-El intercambio se hará rápido y sin distracciones.
Nathan se agarra como puede en la burra conociendo la forma de conducir de Megan. Se ha asegurado de que su rifle esta a punto por si hubiese problemas, pero lo preocupa mas la joven Reaver que los hombres a los que van a ver...
Megan, Mac, el doctor Shard, Reaver y Zed, se diriguen al punto de intercambio. Está en mitad de la nada, entre dos cañones de rocas.
Allí esperan unos hombres montados sobre corceles, sus ropas son de bastante buena calidad. Hay uno que destaca, un hombre que viste de negro, de aspecto bastante curtido, alrededor de los cincuenta y tantos.
Intercambio
Al detenerse la burra, Mac salta de ella y se acerca a la carga. Mientras lo hace, habla por lo bajo al grupo: Todos tuyos Megan... te cubro las espaldas como siempre.
Cuando tiene enfrente de él la carga, mira por encima a los hombres que los esperan. Vaya vaya... otros "vaqueros". Después, escupe al suelo y agarra una de las cajas, portándola con algo de peso. Cómo pesa la condenada... Da un par de pasos hasta colocarse justo en el lateral izquierdo de la mujer. Veamos si sale todo bien...
Al pasar de nuevo al lado del grupo, le susurra a Reaver para que se comporte: Reaver... si no haces nada anormal y te quedas tranquila con Nathan... hablaremos seriamente sobre ese pony. La mirada de Mac no es bromista, es dura y fría. Habla completamente en serio, como la situación lo requiere: si el encargo sale bien podría darle un regalo a la chiquilla. Pero sólo si todo sale bien.
Reaver respondió a la promesa de Mac, con infantiles aplausos de entusiasmo y frenéticos saltitos. Si su sonrisa hubiese sido más amplia la parte superior de su cabeza se hubiera desprendido. Aquello era más felicidad de la que se podía aguantar.
De pronto, su exultante expresión se tornó en una de sorpresa y luego de duda. Miró hacia abajo y, luego a Mac.
—Me oriné —anunció con la despreocupación de quien avisa que acaba de empezar a llover.
Pero el recuerdo de la promesa de Mac regresó, haciéndole olvidar el molesto incidente. Así que volvió a aplaudir con los dedos separados, mientras saltaba en el lugar y sonreía de manera lunática.