Era una mañana como cualquier otra en la Plaza del Halcón, como uno de los nuevos paladines de Lunargenta tu deber era vigilar que no pasara nada extraño que pusiera en peligro a la población élfica. Un trabajo que no estaba exento de peligros, puesto que no todos los elfos recibieron igual de bien los regalos que el príncipe Kaelt'has trajo de Terrallande. Muchos de estos elfos fueron consumidos por las energías demoníacas y se convirtieron en una sombra de lo que habían sido antes.
Como ciudadanos de segunda categoría, estos antiguos élfos no tuvieron otra opción que robar y asentarse en la parte antigua de la ciudad, un conjunto de ruinas que quedaron desde la última invasión de la plaga a la ciudad.
Además de los problemas del trabajo común, te empezaban a llegar reportes de actividad extraña en uno de los santuarios, varios arcanistas hablaban de presencias extrañas e incluso de documentos de importancia militar que desaparecían como por arte de magia.
Todo esto era extraño porque los elfos de Quel'thalas se habían mantenido neutrales en los conflictos de la horda y de la alianza, era verdad que Lady Sylvanas había sido una de las mas grandes generales de Lunargenta, pero eso no había hecho que los elfos se fueran con la horda. Incluso hoy en día un arquitecto enano estaba ayudando a los elfos a reconstruir la capital.
Con todos esos problemas te ves un arduo día de trabajo y decides empezar a trabajar, aunque aun no estas seguro de donde serías más útil, si protegiendo a los inocentes ciudadanos de Plaza del Halcón, o investigando los robos y ataques en el santuario del norte.
A Ikegar le preocupaban los robos, ya que en ciertas ocasiones, pueden incluso llegar a asalto, y eso puede suceder que llegue a peores, como peleas y muertes. Su función era proteger, y como paladín, eso tenía que hacer. "La Plaza" sería su más inmediato objetivo, y hacia allí se dirigió. De todas maneras su estilo amable le hizo saludar a todo el que se encontraba en su camino y si alguien le pedía cualquier tipo de ayuda o comanda, no dudaría en gastar su tiempo en esforzarse por la gente. Los arcanistas tendrán que esperar y si sólo son presencias extrañas no han causado gran problema, más que pequeños sustos. Eso tendrá que esperar.
Gracias Sire.
Decides ir a buscar al causante de los robos y los ataques, al caminar por la ciudad en ruinas algo te empezó a hacer sentir honrado por tu condición de Elfo de Sangre. Silvermoon es una ciudad eterna que no solo resistió a la Plaga, sino que también a la Horda en la segunda guerra y antes de eso a las tropas Amani en las guerras troll.
Hoy en día la capital no era igual de poderosa que en el pasado, pero por lo menos sus problemas eran internos y no eran parte de la guerra entre la Alianza y la Horda. Al llegar la visión de los ex-elfos te hizo correr un frió por la espalda, si bien tu mente te decía que hasta hace no mucho tiempo esa criatura era un elfo como tú, tus ojos no lo podían creer.
Con sus cuerpos blancos y pálidos, sus ojos grandes y sus miradas vacías parecían más cercanos a miembros de la plaga que a elfos, pero eso eran, elfos que se perdieron en la adicción a la magia y que ahora no tienen escrúpulos a la hora de matar o robar a los buenos ciudadanos de Silvermoon con tal de saciar esa adicción.
Vemos que un paladín se perdió, quizás podamos matarlo y comernos su poder... dicen que los paladines consiguen su mágia de una fuente muy poderosa, quizás sea más rica que la mágia de los cristales....¡Si magia!
Los 2 desdichados empiezan a rodearte y cada uno saca una espada que seguramente les perteneció cuando eran elfos hechos y derechos, pero que ahora no hacen más que verse como unos ladrones de poca monta.
Sabía que estos seres no se amedrantarían. No había forma de parlamentar con ellos y traerlos al buen camino, así que como no había otra forma de purgarlos, los mataría, para que no siguieran mancillando la tierra que pisaban.
Una de las critaturas se mueve rápidamente y te ataca golpeandote con la espada en el costado derecho del cuerpo antes que puedas siquiera moverte.
El resto empiezan a cerrarte el camino dejandote bien claro que la única forma que tienes de salir de allí es luchando.
¡Comamos al pala! Su luz nos alimentará
Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 18
Motivo: Ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 18
Motivo: Daño
Tirada: 1d4
Resultado: 4
Tira iniciativa, el ataque y el daño.
¿Te acordas como era?
Ikegar ya sabía que esto terminaría así, y por tanto se aprestó a la lucha. Fue retrocediendo con prudencia, para evitar en la medida de lo posible que lo rodeasen enseguida y fue defendiéndose con más arrojo que inteligencia, buscando la mejor manera de herir al enemigo y reducirlos antes de que él terminase con la rodilla en el suelo.
No podía perder ... o rendirse ... o nada, porque hiciera lo que hiciera, o ganaba y vivía ... o moría.
Motivo: ini
Tirada: 1d20
Resultado: 3
Motivo: ata
Tirada: 1d20
Resultado: 7
Pues no mucho, pero lo intentamos.
Iniciativa 1D20, al igual que el ataque, ?????? y el daño ... ni idea.
El desdichado no duda un segundo y se mueve como mejor puede pero el golpe rebota contra tu armadura y te deja sin daños. En cambio tu ataque fue incluso peór que el del adicto, el mazo pasó bastante más lejos del cuerpo de tu enemigo de lo que ambos esperaban.
La criatura se sintió nerviosa y empezó a preparar ataques para contaatacar.
Motivo: Ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 11
El daño en tu caso sería 1d10 con tu mazo, pero con esa tirada no hay mucho daño que puedas hacerle.
Las tiradas de ataques son así:
Iniciativa: 1d20+ mod de agilidad
Ataque: 1d20 + mod de fuerza (si es un arma cuerpo a cuerpo) o + mod agilidad (si es un arma rango)
Daño: Es el dado que diga en la ficha donde tenés tus armas en tu caso, 1d10 con el mazo y 1d6 con el arco.
El paladín ya había demostrado como no se tenía que empeñar en un ataque y ahora solo podía mejorar. Siguió retrocediendo para evitar que le cogieran la espalda, pero no sólo era pelear, sino defender al resto. Era un guardian, y por tanto, su objetivo no era el ganar, sino eliminar a los enemigos que tienen intención de dañar a sus hermanos. Su sacrificio no sería útil si no da un buen resultado, así que se empeñó más aún destruir a esos seres.
Motivo: ini
Tirada: 1d20
Resultado: 7
Motivo: ata
Tirada: 1d20
Resultado: 16
Motivo: daño
Tirada: 1d10
Resultado: 2
Al golpear al elfo el mismo cae contra su espalda y pega un grito de dolor, cuando sus amigos te van a atacar puedes ver a una patrulla arcana que empieza a cargar hacia ustedes. Si bien muchas de las patrullas que había en las afueras de la ciudad dejaron de funcionar hace tiempo porque los adictos a la magia empezaban a robarle la escencia mágica a los robots hasta dejarlos secos, esa logró salvarse y ahora venía a tu rescate.
La patrulla cargó hacia los elfos tirandolos al suelo y haciendo un estruendo, rápidamente con unos lazos los ató y con una voz robótica dijo.
Por la seguridad de Quel'Thalas deberán ir detenidos, tienen derecho a quedarse en silencio y serán dirigidos hacia el cuartel de rangers más cercano.
En ese momento puedes ver que un elfo similar a los anteriores pero con un mejor estado físico te mira desde arriba mientras acaricia una espada.
Si un paladín viene a buscar problemas con nosotros no lo tendrá conmigo.
El elfo salta desde arriba de unas ruinas y cae a tu lado.
Preparate a morir.
Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 2
Motivo: Ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 3
La iniciativa es solo necesario tirarla una vez, no tenes que andar repitiendo las tiradas. Perdón por la demora tuve unos días de mierda!
El paladín no se sorprendió lo más mínimo, ya que lo veía prepararse para combatir, y se lo esperaba. Si yo fuera el líder de estos, es lo que haría. Y en esta ocasión, retrocedía luchando a la unidad robótica para que le ayudase en el combate.
Motivo: ata
Tirada: 1d20
Resultado: 16
Motivo: daño
Tirada: 1d10
Resultado: 6
Estoy griposo a tope, así que ... vamos parecidos.
El elfo no se vió venir tu contraataque y eso sumado a su pésima ejecución dio como consecuencia que se lleve un profundo corte en el brazo, de todas formas volvió a mirarte con sus ojos vacíos de alguien que no solo tocó fondo sino que no le importa haberlo hecho.
Te mataré paladín.
El élfo volvió a atacar otra vez con un tajo muy débil y mal direccionado digno de un aprendiz de espadachin, si el había tenido un entrenamiento militar en algún momento de su larga vida parece que la adicción a la magia hizo que rápidamente se le olvide todo lo que aprendió.
Motivo: Ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 12
El paladín se estaba empezando a cansar de la cháchara y de este tipo. Además, se tenía que dar prisa, antes de sucumbir a las heridas. Mal equipado, mal adiestrado y aún falto de experiencia, se estaba empezando a hacer la batalla cuesta arriba. No sabía su dudar del resultado y salir disparado a buscar protección o aguantar hasta terminar. De todas maneras, su determinación era alta y siguió luchando con la esperanza de que el resultado terminase de su lado.
Motivo: ata
Tirada: 1d20
Resultado: 7
Motivo: daño
Tirada: 1d10
Resultado: 10
No conozco aún ningún hechizo.
El elfo volvió a atacar, esta vez con más fuerza y velocidad. El golpe incluso logró penetrar tu armadura haciendote un corte en el pecho, no era muy profundo y con la larga esperanza de vida de los élfos no era algo que te preocupara mucho, pero en ese momento el corte ardía y el dolor empezaba a extenderse por tu cuerpo.
¡Ataquen!
Detrás de ti escuchas la voz de una elfa y puedes ver como los pies de tu rival se congelan en el suelo dandote la oportunidad para atacar.
¡Ahora paladín, es todo tuyo!
Motivo: Ataque
Tirada: 1d20
Resultado: 16
Motivo: Daño
Tirada: 1d4
Resultado: 2
No, por ahora no. Yo después te pongo bien que hechizos tenés.
El paladín se percata de la situación, que parece estar en su ventaja y busca la forma más adecuada y posición. Su armadura ha soportado más daños de los que tendría que aguantar. Esto le da mucha rabia y azuza a si mismo a luchar. Muere ... y lanza un porrazo con todas sus fuerzas.
Sus intenciones estaban cargadas con odio y saña. Quería hacer pagar la ofensa de la que había sido victima y además quería venganza por el dolor que sentía.
Motivo: ata
Tirada: 1d20
Resultado: 12
Motivo: daño
Tirada: 1d10
Resultado: 8
ok. Sin pegas.
Como estoy de "abollado" y el bicho con el que peleo?
Le das un golpe que termina noqueandolo y haciendo que el elfo caiga seco en el suelo. Al darte vuelta sientes unos aplausos a tus espaldas.
Muy bien, así nos gustan los hombres, fuertes y decididos. Tan decididos que hay que congelarles los objetivos para que puedan golpearlos... Quiero que sepas que los magos no estamos drenando a los extraños seres que envió el principe Kael para que los paladines erren tantos golpes... Se que no es la Fuente del Sol pero por lo menos aún conservan sus podres.
La elfa empieza a lanzar un hechizo y el elfo desaparece.
Ahora, quería hablar contigo de los reportes de presencias extrañas en los sagrarios del sur. Hay gente que dice haber visto a nuestros primos los Elfos de la Noche en esas tierras. Nosotros somos neutrales y por ahora no nos interesa formar parte ni de la Horda ni de la Alianza, pero si ellos aparecen en nuestra ciudad y asesinan a los nuestros no nos va a quedar otra opción que considerarlo como una declaración de guerra.
Te dedica una sonrisa y te hace ojitos.
¿Así que te animas a viajar hasta allí e investigar estos rumores? Yo lo haría pero soy una chica muy ocupada y no puedo andar viajando de un lado para el otro, además para eso están los Caballeros de Sangre, para vigilar nuestras fronteras y cuidar a nuestra gente.
Con un sonoro golpe en el pecho, que le hizo marcar una mueca de dolor en su rostro, acompañado de unas palabras tomó la petición como una orden: - Será hecho señora. ¿Dónde podré localizarla al terminar? Preguntó mientras colgaba cómodamente su equipamiento de guerra.
La magestrix salta de la alegría y te dice.
El sagrario está hacia el sur. Si sigues este camino no puedes perderte.
Se acerca y te da un abrazo para luego desaparecer en el aire con la gracia y velocidad con la que apareció.
Empiezas a caminar hacia el sur y puedes ver la clásica geografía de las tierras de los elfos. Prados verdes, árboles torcidos por arte de magia y varias criaturas hermosas como los linces con los que varios paladines suelen hacerse las capas para el invierno o los poderosos y gráciles dracohalcones que muchos suelen usar como montura de guerra.
Además pudiste ver los cristales verdes que envió el principe Kael a travez del portal oscuro. Estos cristales contenían un gran poder mágico y habían servido a saciar la sed de magia que sufría tu pueblo luego de la destrucción de la Fuente del Sol. De todas formas algo te decía que esos cristales no eran del todo bueno. Como paladín sentías un rechazo instintivo a la magia que había en estos (cosa que no te había pasado con la magia de la fuente del sol ni con los poderes que obtenías de la extraña criatura que trajo Kaelthas).
La llegar al sagrario viste dos cosas, la primera y que más te llamó la atención era que estaba vacío y en silencio. Generalmente allí debería haber decenas de magos haciendo hechizos y estudiando, esta vez no había nadie y eso te daba mala espina. Además por el rabillo del ojo sentiste un movimiento, pero al mirar lo que se había movido había desaparecido.
Al entrar en el sagrario puedes ver gotas de sangre, no encuentras ningún cuerpo, pero esto te empieza a poner nervioso.
Ikegar era un soldado, pero no era tonto. Sabía que lo acechaban y no dudó en equiparse, ya que tras la última pelea, se había dispuesto como caminante. Miró en la dirección que sintió aquella presencia acechándole y además, no dudó en tomar una postura defensiva. Además, la chulería que correspondía a los de su órden le hacía sentirse altivo: - Sal que pueda verte. Deje de ocultarse y muestre tanto su rostro como las intenciones que guarda.
Una elfa se materializa frente a tí, puedes ver por su color de piel que es una elfa de la noche y no una elfa de sangre.
La misma te apunta con una espada y una daga, puedes notar que está bastante tranquila y te dice.
¿Y si no te digo mis intenciones que me harás? No veo a nadie más contigo y ustedes los elfos de sangre perdieron su habilidad para esconderse...
Mueve las espadas de un lado a otro.
Si quieres saber mis intenciones tendrás que luchar...