Partida Rol por web

El camino a través del Teldrassil es fácil para alguien como yo, tanto por ser un kaldorei como por seguir la senda druídica. Las plantas y la naturaleza son mi hogar, donde me siento lo más cómodo y seguro. No es que en campo abierto no haya peligros, al contrario, pero los peligros de la estepa siguen el equilibrio y el orden natural mientras que los peligros generados por mentes pensantes son corruptores y difíciles de superar.

Llego finalmente a Dolanaar, donde parece haber una agitación general entre los habitantes. Me acerco a la gente a ver si puedo averiguar algo antes de dirigirme a buscar al hermano druida.

Te acerca a un grupo de elfos que hablan preocupados y en voz baja. Al principio te miran sorprendió, pero luego se tranquilizan al ver que eres un druida.

Perdone señor, no queríamos resultarle agresivos pero los druidas no son algo común por estas calles.

El elfo tartamudea rápidamente y no llegas a entender lo que dice.

O por lo menos no lo son ahora, luego de la guerra la influencia demoníaca llegó a nuestra isla y hogar, si bien no tenemos mucho peligro hay historias de que las salas druidicas están en peligro. Muchos tenemos miedo por los druidas que duermen allí, se hablan cosas extrañas del sueño esmeralda, pero si el cuerpo físico sigue allí y es atacado los druidas estarían en peligro ¿no?.

Luego te dedica una sonrisa tranquilizadora.

Supongo que solo son rumores, pero es lo que nos tiene asustados, los druidas son buenos y cuidan de nosotros, no nos gustaría que sean atacados mientras duermen y eso es lo que creemos que está pasando. Hay gente que incluso habla de sátiros en las cuevas.

El elfo mira a sus compañeros que con un gesto de la cabeza confirman las historias.

Capaz lo mejor es hablar con el druida Swiftroot, pero por ahora todos tenemos ese miedo.

Las palabras de la gente del pueblo son sumamente perturbadoras. Si realmente los druidas que están en el Sueño Esmeralda están siendo amenazados, no tendrán la capacidad de defenderse. Morirán o peor aún, serán contaminados. Incluso puede ser que una corrupción de este mundo consiga atravesar a través de ellos y contaminar el propio Sueño Esmeralda, lo que sería devastador para el Equilibrio.

Sonrío y agradezco las palabras de los ciudadanos pues me ayudan a pensar con claridad en la situación:

"No puedo mantenerme impasible al peligro que mis hermanos corren, sobre todo si es de origen demoníaco como se sugiere. Si hay incluso sátiros metidos en esto, puede resultar muy mal."

Sin perder más tiempo, me encamino para visitar al druida Tallokai Swiftroot para presentarle mis respetos y ver si puedo ayudarle en algo acerca de los rumores que corren por las calles de Dolanaar.

Sigues tu camino por Dolanaar buscando al druida. No te costó mucho llegar al árbol principal de la ciudad donde ves un gruop de elfos reunidos discutiendo en voz alta. Desde lejos no llegas a ver a Tallonkai pero algo te dice que esa charla es importante por lo que te acercas.

Uno de los elfos estaba diciendo.

...Tallonkai está loco no puede ir él solo a salvar a los druidas.

En ese momento otro elfo dice.

¡Pero es el druida más poderoso que tenemos aquí, si él no hace algo no vamos a ponernos a esperar a que los de la ciudad se pongan de acuerdo, tenemos que proteger a nuestros druidas ¿O crees que los sátiros van a quedarse tranquilos una vez que terminen con los túmulos? 

Un tercer elfo levanta la vos.

Pero nosotros no somos druidas, no sabemos con que nos podemos encontrar ahí adentro, no podemos ir ciegos hacia lo desconocido.

Por tu parte ninguno se da cuenta de tu presencia en el lugar.

Las voces me atraen para oír la conversación de aquellos kaldorei y lo que dicen es muy preocupante pues significa que aquel druida va a ir solo y, como no sabemos realmente a qué nos enfrentamos, probablemente sea un gran peligro para él. No puede ir solo o solo será un sacrificio y él es muy importante para Dolanaar como para perderle si hay otras cosas que se puedan hacer:

"Como arriesgar a un druida menos importante. Uno como yo."

Decidido a hacer mi deber como miembro de los druidas y defensor de la Naturaleza, me alejo de aquellos hombres para dirigirme donde me encontraré con Tallonkai, ante quien me ofreceré para llevar a cabo aquella arriesgada labor.

Tallonkai estaba sentado en un tronco que daba al lago de Dolannar, el elfo tenía los ojos perdidos como meditando. Pero conforme te acercaste unos metros, él se dio vuelta y te miró.

Bienvenido hermano, son tiempos desesperados y no solo por la guerra contra la horda, nosotros los druidas tenemos problemas en varios frentes y ahora son nuestros hermanos los que están en peligro.

Te dedica una sonrisa.

Lo se, puedo ver en tus ojos las ganas de ayudar, aunque muchas veces la buena voluntad no es lo único necesario.

El druida te dedica una reverencia.

Ahora explícame ¿que es lo que quieres hacer?

Ante la presencia de Tallonkai Swiftroot, hago una reverencia y contesto a s pregunta:

 - "Shan'do Swiftroot, mi nombre es Aldarion Greenclaw y soy un druida de la zarpa. Vengo desde Aldrassil en camino hacia Darnassus cuando he oído acerca del peligro de nuestros hermanos sumidos en el Sueño Esmeralda. Deseo ayuda en todo lo que sea posible."

Pienso en las opciones y la verdad es que aún son rumores por lo que el primer paso es confirmarlo:

 - "Deseo dirigirme a las salas druídicas para averiguar lo que realmente ocurre y poder evitar una tragedia. Si realmente hay sátiros en los túmulos, deben ser eliminados para proteger a nuestros hermanos."

Sé que no soy un combatiente pero estoy seguro de que con astucia y manejando bien la situación, podré hacer lo necesario para mantener a nuestros hermanos a salvo.

El druida te mira intrigado.

Si, lo que escuchaste es correcto. Los sátiros atacaron los túmulos del norte y echaron a los guardias, como bien sabes los druidas están durmiendo y su cuerpo físico es totalmente vulnerable en ese estado de trance.

Se para y te mira.

Preparé un grupo de cazadoras para que ataque los túmulos intentando sacar a los sátiros, si quieres ayudar puedes dirigirte al norte, aunque debo advertirte... su líder es una elfa un poco especial... es una guerrera y tiene el temperamento de un orco, así que no la hagas enojar.

Lo que Tallonkai me dice confirma los rumores recabados entre las gentes de Dolanaar. Efectivamente los sátiros han atacado los túmulos de los druidas y tienen a nuestros durmientes hermanos a su disposición. Eso significa que si les dejamos a sus anchas podrán acabar con todos los druidas en esa zona, lo que sería un terrible golpe para todos nosotros. No podemos permitirlo.

Asiento a sus palabras y le respondo:

 - "Me uniré a las cazadoras de inmediato, Shan'do Swiftroot. Echaremos a los sátiros de ahí a toda costa. Ande’thoras-ethil."

Hago una reverencia y me dirijo hacia el norte, en dirección a los túmulos druídicos para reunirme con las cazadoras y poder luchar en contra de los sátiros y su corrupción antes que contamine a mis hermanos druidas y causen un daño que sea irreversible.

Caminas en dirección a los túmulos y los ves sin mucho más problema, lo que te cuesta identificar es a las cazadoras ya que no las vez por ningún lado. En ese momento sientes una respiración detrás tuyo, si bien cuando te giras la primera vez no ves nada. Pero en ese momento una elfa se empieza a materializar frente tuyo.

¿Un druida? Parece que al final empezaron a mover los dedos y a salvar a los suyos, pero no te expongas así.

Te agarra y te empuja para atrás de un árbol.

Estamos empezando a atacarlos.

Al principio no te habías dado cuenta pero logras ver que hay 10 elfas con los arcos listos apuntando a la puerta. Si bien estan utilizando su habilidad racial para ocultarse, el ojo entrenado puede verlas.

¿Y? ¿Vas a ayudarnos o a seguir estorbando?

Los túmulos se alzan frente a mí, tan nítidos como las montañas después de la lluvia y misteriosos como las profundidades abisales del Mare Magnum. Me preocupo de buscar a las cazadoras con la mirada pero siempre atento a la presencia de enemigos. Soy muchas cosas y ninguna de ellas es un combatiente capaz, por lo que la idea de que los sátiros me atrapen es una de las peores perspectivas que puedo tener.

Una respiración a mis espaldas me hace dar un respingo y girar alarmado, solo para ver a un cazadora que me saca de la vista y se burla un poco de mi escasa capacidad de sigilo. Sonrío un poco nervioso cuando veo a todas las arqueras y las palabras de la que me habla me sacan de la sorpresa para asentir a sus palabras y contestarle:

 - "Por supuesto que me sumaré. ¡Vamos a limpiar esos túmulos!"

Desenvaino mi lanza corta y la afirmo con fuerza, preparado para ir a luchar por mis hermanos junto a estas hábiles guerreras de nuestro pueblo. Es hora de eliminar el peligro que amenaza este lugar y poner orden que volverá el Equilibrio a esta zona.

La elfa te mira con cara de pocos amigos.

¡Solo yo ordeno a mis tropas... ataquen!

El ejercito de elfas entra rápidamente a los tumulos con el arco en mano, si bien perdieron su invisibilidad, su rapidez es tal que los satiros no se dan cuenta que los golpeó y varios quedan fuera de combate en segundos. Lo que los satiros tienen a su favor es que las paredes de piedra de los tumulos druídicos son angostas y dan muchas vueltas, eso impide que los arcos de las elfas sean muy efectivos.

Mientras ellas avanzan llegan a una bifurcación tu escuchas unas palabras que te suenan conocidas, no sos un experto en demonios pero eso te suena como eredum, el idioma de los demoniosy la Legión Ardiente, sin duda hay un brujo que lo conoce y puede estar invocando algo. Por el otro camino se escuchan pisadas, parace que los sátiros se están reorganizando arriba. Irónicamente las elfas toman el camino por el que se escuchan los satiros dejando libre el pasillo en el que hablan en eredum.

Miro extrañado a la centinela pues parece haber malinterpretado mis palabras creyendo que le daba órdenes a sus tropas cuando simplemente fue mi ánimo de participar y ayudar. Resto importancia del asunto y me encamino junto con ellos para exterminar a los enemigos.

Sigo junto con el grupo mientras disparan sus armas y acaban de forma veloz e implacable con los sátiros que logran no logran siquiera ver las flechas antes de ser atravesados por sus puntas. Me mantengo junto al grupo hasta escuchar las palabras en aquel desagradable idioma que solo puede recordarme a los demonios.

Dudando un poco al verme solo, me armo de valor y me encamino al pasillo empuñando con fuerza mi lanza corta y haciendo acopio de toda mi voluntad.

Bajas la escalera y cuando te das cuenta quedas mirando la espalda de un sátiro que está concentrado en una especie de ritual. La criatura está totalmente concentrada en el hechizo y además te está dando la espalda.

Mientras te acercas notas que un pequeño portal se está empezando a abrir en el suelo. Además cualquier ruido que hagas queda ensordecido por el estruendo que están haciendo las cazadoras, parece que los caminos angostos no les resultan fáciles de maniobrar y están teniendo problemas para luchar con los sátiros.

Un sátiro brujo me da la espalda mientras parece estar abriendo un portal. Nada bueno puede salir de ese portal por lo que me acerco lentamente para no llamar su atención y luego me concentro, invocando las energías mágicas de la naturaleza y trayendo hasta acá a un animal que me apoye en la lucha contra este enemigo corrupto y maligno.

Un lobo aparece al instante al lado del brujo y le lanza una dentellada para arrancarle algún pedazo sin perder tiempo y antes de que consiga abrir ese portal que puede significar un terrible golpe en nuestro intento de purificar este sitio.

Por más que no fuiste muy sigiloso, el satiro estaba tan concentrado que no se percato de tu presencia hasta que fue demasiado tarde, el lobo ya estaba prendido de la pierna del sátiro cortando y desgarrandolo de a poco.

¡¿Pero que?!..

El satiro te mira a los ojos con furia.

¡Druidas! Parece que vienen a salvar a los suyos, igual muchos ya estan perdidos.

Al decir esto canaliza un hechizo en su otra mano y agarra la cabeza del lobo, pero la criatura no hace más que emitir un gemido como si algo le hubiera molestado y de una centellada le corta la garganta.

Desde los pisos superiores escuchas una voz femenina que dice.

¿Y este druida donde se metió? ¡Espero que no se haya ido a dormir con los otros vagos, siempre las elfas tenemos que hacer el trabajo mientras los hombres se van a jugar al Sueño Esmeralda!

El lobo se desvanece lentamente y le agradezco con un gesto su ayuda pues probablemente me haya salvado la vida. Aún un poco inseguro, me acerco al brujo y lo ensarto con mi lanza, asegurándome de que no se vuelva a levantar jamás. Una vez mi lanza ha salido de su carne, me concentro en lo que tengo alrededor.

Escucho a las cazadoras hablar sobre mí y sonrío pues siempre han sido de carácter fuerte y menosprecian a los druidas. No es importante pues hacen su trabajo y lo hacen muy bien. No tengo nada de qué quejarme.

Miro el pequeño portal y todo lo que haya en la habitación con para ver si puedo cerrarlo y asegurarme de que nada salga de ese agujero. 

El portal se mueve un par de veces pero se termina cerrando solo, al parecer al no tener un brujo canalizando sus energías el mismo se terminó colapsando sobre su propio poder.

En la habitación notas que hay un par de tinajas con agua, un banco y una mesa. Además puedes ver un cuchillo ceremonial que supones le perteneció al satiro. Además de eso no hay nada fuera de lo normal en una de esas habitaciones, es la clasica habitación en deshuso de los tumulos, quizás allí estuvieran quienes se encargan de que los cuerpos de los druidas estén en buen estado mientras sus mentes viajan por el Sueño Esmeralda.

Desde los piso superiores escuchas gritos de combate y un rugido que penetra tus oidos con fuerza, no sabes lo que es pero estás seguro de que ese ruido no lo hizo un satiro.

Con el portal cerrado, la tranquilidad vuelve a mí. Si el brujo no fue capaz de convocar algo de otra dimensión, es un punto a nuestro favor en esta lucha pues un poder demoníaco es algo que inclinaría la balanza para los sátiros y su corrupción. Sonrío aliviado mientras comienzo a revisar la habitación en busca de algo útil para nuestra lucha pero no es nada lo que encuentro, nada digno de ser utilizado.

De pronto, un grito en los niveles superiores me estremece pues no ha salido de la boca de sátiro asesinado por las cazadoras. No es un buen augurio y corro de inmediato por el camino que me lleve al origen de aquel grito pues si las elfas necesitan ayuda, debo estar ahí para brindársela. 

Subes corriendo hacia los pisos superiores y te encuentras con unos cuantos satiros muertos en el suelo, muchos de ellos atravezado con flechas pero puedes ver cortes de espadas. Más adelante ves a las elfas que están luchando contra una criatura de casi dos metros y medio de altura, la misma es un lechúcico que está disparando rayos lunares hacia las elfas sin dejarlas organizarse para atacar.

La criatura no parece en nada a los lechúcico que has visto en la naturaleza, es más en este caso puedes ver que sus ojos son verdes flúor, te hacen acordar a los ojos de los Elfos de Sangre y la única forma en la que algo consiga ese color son las energías demoníacas.

La capitana de las cazadoras se da cuenta que llegaste y grita.

¡Eso salió de la nada! Vimos un portal verde y esa cosa nos empezó a atacar, lo peor es que no había ningún sátiro invocandolo.

Tras decir esto dispara una rafaga de flechas que cortan las plumas de la criatura pero que no logran hacer más que enojarlo.