Partida Rol por web

Que el enano diga lo que quiera... muchas palabras, demasiadas... como siempre. Los taburetes con patas prefieren hablar de su honor, su fuerza... gritándolo a todo el mundo. Y luego te piden ayuda porque no llegan a la alacena. Habrase visto...

Willen se rie abiertamente sobre el comentario del mediano. Hay algunas cosas buenas en la religión. En casa, resulta que unas pitonisas celebran la Primer Noche de una forma bastante placentera a los ojos... palmea sus piernas, mientras toma un sorbo de agua. Pero sí, qué tal es tu Dios, Bartheus? Te deja hacer cosas divertidas? Cuales son los rígidos preceptos que rigen tu conducta?

- Mi diosa me dice que la vida es para disfrutarla. Hay que rezar, claro, y demostrar un respeto. Pero estamos en este mundo porque ella así lo ha dispuesto y tenemos que tratar de sacar el máximo provecho de lo que hay alrededor. Ayudando, por supuesto, a los desfavorecidos. ¿Qué creías? ¿Que Avandra era la típica diosa de recogimiento y meditación?- levanto mi maza - ¿Te parece que soy una rata de biblioteca?

Sonreí al escuchar hablar al clérigo. Siempre había pasado un poco de la religión, pues no era algo primordial en Hammerfast, salvo el acostumbrado culto a Moradin... y a mí nunca me había llamado la atención. Pero cualquiera que llevara una maza a todas partes tenía mi simpatía. Uno tiene toda la vida para rezar, pero nunca se sabe cuándo hay que partirle la cabeza a un kóbold.

- Bien... entonces, ¿os parece que empecemos el elfo y yo? -propuse.

Willen se masajeó las piernas y contuvo un bostezo tras su palma. Por mí perfecto. 

Rebuscó en el morral hasta obtener una pequeña bolsa con piedras, blancas y negras. Comenzó a hacerlas girar entre los dedos, ágiles, recostando la espalda contra el amplio tronco. Rondas cada media hora, más o menos? Creo que es lo prudente.

- Mmm... creo que el clérigo proponía que cada grupo durmiese la mitad de la noche -dije, señalando a Batheus con una gruesa mano enguantada-. A mí me da igual, pero quizá tenga razón. Descansaremos mejor si no nos despertamos a cada rato.

Tosí un par de veces. La pipa se me había acabado, así que me apresuré a prepararme una nueva. Ya comería después, al fin y al cabo el primer turno de guardia iba a ser nuestro por lo que parecía...

- Es de sentido común hacerlo como yo digo. Lo que propone el elfo es simplemente no dormir. Si desean hacer la primera guardia adelante, luego les relevaremos el mediano y yo...

Dicho lo cual extiendo mi manta para dormir.

No sé vosotros, pero a mi el sueño no me agarra fácil... ¡Más vale dormir bien! - extiendo mi saco después de limpiarme la boca con la manga. Me pregunto si habrá algo más detrás de los orcos... - Digo para mi mismo -No sé si la conducta que manifiestan entra dentro de sus patrones normales... ¿Por qué estarán organizándose de esa forma?

- Eh? No! El elfo se resigna y comienza a explicar lentamente. Es obvio quien es el más inteligente allí... Grummbar y yo haremos la primer guardia; y cada media hora uno de nosotros hará una ronda alrededor del campamento para constatar los alrededores, sin alejarnos. Estaremos atentos y vigilantes, pero con esta vegetación solo veríamos a un atacante a un par de metros.

Me encogí de hombros tras la explicación de Willen, empezando a dar caladas a la segunda pipa.

- Como quieras... -dije-. Aunque en caso de tener que combatir, lo mejor es estar lo más cerca posible del grupo. Si algo nos sorprende durante la ronda, lo tendremos difícil estando solos. Además, para eso está el fuego, para disuadir y para ver mejor...

Tras pensarlo un momento, sin embargo, me di cuenta de que quien iba a estar a mi lado era un elfo. No estaba muy seguro de qué era mejor en caso de lucha, si tenerlo cerca o estar libre de estorbos para poder dar mazazos tranquilamente.

El elfo sacudió la cabeza, buscando el lugar donde haría la guardia. El fuego iluminaba su posición, pero entre estos árboles solo ayudaría a que algún arquero hiciera blanco fácil. Los suyos siempre hacían rondas, en parejas sí, para evitar que alguien los atacara por sorpresa. Y así, el atacante se veía sorprendido a su vez por un ataque lateral o trasero, en una dirección que no esperaba, y empujado hacia el campamento donde más guardias lo atrapaban en una clásica combinación de martillo y yunque.

Aunque claro, se lo habían contado y había leído en textos... suponía que el enano sabría más de esas cosas. O no; después de todo era un enano: habían sobrevivido este tiempo por ser duros, no porque su cerebro estuviera desarrollado.

Mientras el enano y el elfo discutían sobre como hacer la guardia mis ronquidos daban fe de que dormía el sueño de los justos.

Willen observó que todos hablaban, pero algo faltaba. No sé si ustedes aún esperan a una moza que los atienda, o algo... pero voy a buscar algo con que preparar un pequeño fuego para pasar la noche. 

Mientras se dirigía a la espesura en búsqueda de ramas secas y afines, dijo al resto del grupo. Agradecería que despejen algún pedazo de terreno. Hacer fuego sobre un colchón de hojas húmedas y podridas no es la mejor opción. 

Tal vez son niños de ciudad y no saben nada de esto. Vaya panda de "aventureros" de pacotilla me ha tocado en suerte.

- *Yo ya sabía que al final encontraríamos una utilidad para el elfo*- murmuro por lo bajo mientras despejo una zona del terreno.

Sin hacer caso a las burlas del elfo, dejé la pipa sobre una roca. Me levanté pesadamente y me dispuse a recoger rocas para hacer un círculo de piedras. No era probable que quemásemos el bosque en pleno invierno, con todo cubierto de nieve... pero no estaba de más prevenir.

Mientras buscaba con la vista algunas rocas que pudieran servir, me fijé en el mediano.

- ¡Eh! -le interpelé-. Échame una mano a mí o al elfo, pero haz algo...

El elfo abandona el grupo en busca de algo de madera seca mientras el enano y el humano se dedican a preparar la zona para una fogata. El mediano parece ser el mas comodo del grupo, abrigado en su manta y soñando con calientes comidas.

A ver... -Digo asomando la cabeza por el saco -¿No sabéis hacer un fuego? Porque yo, la verdad, no tengo ni maldita idea... -No estaba muy claro si decía la verdad o simplemente estaba vagueando. Me arrebujo en la manta y me hago un bollo ante el frío. Salgo de un salto y me limpio un poco la nieve de la ropa:-Está bien... Te intentaré ayudar a hacer el fuego... Pero luego a dormir; estoy molido. - Los ojos me brillan pensando en toda la comida que no he degustado, y todas las chimeneas que me he perdido -Ojala estuviésemos en una buena taberna... con cordero asado... Y vino especiado... y con una buena pelea... 

Hace un rato ya que tenéis preparada la ubicación de la fogata. A medida que pasan los minutos y el frio cala en vuestros huesos, el enano continua colocando las piedras casi de una forma distraídamente obsesiva ... será algo racial.

Miráis a vuestro alrededor, buscando al elfo ... pero este ha desaparecido, no tenéis ni idea de donde se ha metido. Lo que es extraño por que le bosque de altos arboles no es precisamente denso.

La escarcha empieza a acumularse en vuestro equipo, mantas y pelo.