Partida Rol por web

Ethan sale detrás de Adrien y John, su objetivo era alejarse lo mas posible de aquel lugar. Ve el auto rojo y le dan ganas de quedarse a admirar aquella maravillosa maquina, eso era una huida con estilo. Le hacía acordar a sus amigos de allá de Rusia. Pero entonces Adrien dice lo de pasar desapercibidos y tiene su lógica. Lo sigue mientras corre.

Jhon sonríe al mirar a su Ferrari en buen estado y en instantes mira al tipo grande gritándole por lo que tiene cierta razón en cuanto a ser discretos, Jhon suspira un poco y calma la voz.

- Claro, podrá no ser sutil y mucha gente lo notara –le dice mientras se dirige a la entrada del coche –Pero prefiero huir a 315 kilómetros por hora que sutilmente esconderme en un Volkswagen- Jhon abre la puerta del Ferrari -no quiero ser grosero, pero si alguien se viene conmigo, adelante, tu si quieres gigantón, puedes huir en lo que mas te apetezca, yo me largo de aquí con estos documentos-.

Adrien mueve la cabeza en señal de desaprobación pero acepta coger la tarjeta que John le extiende para estar en contacto por móvil. Después tira de Ethan y corre doblando una esquina. Se aleja del joven de la melena unos metros y antes de que Ethan pregunte el por qué, ve cómo un coche aparece en el lugar donde estaba el hombre de rudo aspecto que ha salvado su vida. ¿Se ha convertido en coche? Entonces Adrien le abre la puerta desde el interior. "No, simplemente un coche ha aparecido a su alrededor. Tal y cómo la pistola apareció en su mano...Joder".  Ethan entra donde Adrien ya está con el cinturón puesto y el motor en marcha. No hay llaves puestas. Ha tenido que coger alguno que ya estuviera en marcha. 

El coche pisa el acelerador perdiéndose por las calles, esperando poder despistar a quien quiera fuera detrás. Tienen las fotos de la pizarra en el móvil, que parecía lo más importante de todo, y algunos documentos sueltos aunque John cogió dos carpetas llenas. 

John arranca su deportivo dejando atrás a sus dos colaboradores, no sin antes haberles dado su tarjeta con el número de móvil para estar en contacto. Espera poder reunirse más tarde o a la mañana siguiente con ellos pero no está seguro si sus compañeros han encajado bien con él. "Parecen matones o maleantes y no hombres de negocios, como yo. No se construye un imperio en camisetas sin mangas". 

- Acelera guiándote por el gps y el computador de navegación- dice estirando los brazos por detrás de la nuca. 

Es entonces cuando escucha una furgoneta acelerar y el primer tiro. ¡Le están disparando! Cogiendo de nuevo el volante, no puede evitar sonreír. "¡Una persecución! A lo mejor algo de acción sí me viene bien de vez en cuando... Furgoneta armada contra mi Ferrari. Y no conduzco yo sólo, conducimos los dos" 

- Ferrari, ayúdame a despistarlos, y... - No. No funciona. Tendrá que hacerlo él sólo pero de momento su poder vuelve a fallar. La furgoneta acelera de nuevo forzando al máximo su motor. Nadie diría que pudieran conducir tan bien un armatoste así. Vuelven a disparar. 

John, entonces, hace un giro casi de noventa grados, derrapando y cogiendo la salida a la autopista. Ve que la furgoneta se pasa y tendrá que coger otra incorporación. De momento les va a sacar bastante ventaja, pero no puede descuidarse. 

Ethan se acomoda en el asiento del acompañante y le pega un vistazo a las fotos del movil de Adrien para ver si le suenan de algo. Luego se lo devuelve. La última hora de su vida había sido un torbellino de sorpresas. Un hombre-polilla gigante, el cañon de un arma a punto de matarlo, un acto de magia para que el arma cambie de manos, dos autos que aparecen de la nada. No era poco. Nuevamente lo acompañó la Diosa Fortuna y salió victorioso. Por poco. 

- ¿Y ahora que, grandote? No creo que debamos ir al teatro abandonado. Yo estoy viviendo en un Motel, ¿Vamos ahi a reorganizarnos?

- ¿Un motel?, perfecto, ¿dirección? - no he podido evitar ver a Ethan mirar las fotos - ¿has visto algo interesante?

Voy mirando el retrovisor reiteradamente para asegurarnos que no nos siguen...

- En cuanto lleguemos allí, deberíamos fijar una hora con John para reunirnos y estudiar todo esto juntos. Un ferrari no debería romper esta gran amistad que nos une - digo a Ethan con una mueca...

Máster, ¿yo puedo centrar mi atención para teleportar en algo específico?. No me cae bien John, no confío en él...y en cuanto me baje del coche, y estemos en el motel, quiero teleportar los documentos que se ha llevado.

¿Podría importarlos y luego devolvérselos? (al importar un segundo objeto, volverían a él?)

De nuevo lo de antes: Puedes si sabes dónde está o por dónde empezar a buscar

Fíjate que en este caso puedes saberlo porque tienes su tarjeta de dirección en su casa, con lo que tu mente puede buscarla allí y salvo que esté escondida en un sitio peculiar la encontraría

Para estas cosas imagínate que tuvieras supervelocidad y tú pudieras ir y coger la cosa que sea. Puedes ir a por churros a una churrería o buscar la churrería de un pueblo cercano y luego coger ahí churros. Pero no puedes decir "quiero encontrar el diamante perdido por el mundo" porque por mucha supervelocidad que tuvieras y capacidad para rastrear todo, no sabrias donde buscar. 

Te ha faltado el "entiendes?". :-P. Ok!, thank you for your patient!!

Llegáis al motel y al fichar el hombre mugriento de la recepción le dice a la mujer que le acompaña tras el cristal

- ¿Lo ves? Ya te dije que esos pelos largos eran de marica. Ya se trae un chapero a casa. ¡Cómo los conozco!

En el motel desplegáis la información y empezáis a echarle un vistazo. Los dos miran las carpetas y les cuesta entender si eso está en inglés, o qué relación tienen unas cosas con otras. Hay tablas, gráficas y nada parece indicar que aquello vaya sobre el Cuco o la Aguja de Cristal

Más fácil de analizar son las fotos del tablero. En ella, aunque también hay datos y palabras incomprensibles, se veían fotos de un hombre rubio y apuesto, de aspecto algo bohemio, que responde a la descripción del Cuco. Se le ve en distintos lugares del mundo dónde han podido captarle. Además están numeradas

1 Buenos Aires: Varias localizaciones

2 Aeropuerto de Oslo, en Noruega

3. En un pueblo en Karangandá (provincia de Kazajstan) Y su localización geográfica

4. Malaita, Islas Salomón: Aquí hay una imagen fotográfica de Cedric, el Cuco, medio muerto tirado en la arena bajo una anotación que dice "Capturado por el comando G4 antes de que el comando desapareciera tras ser masacrado por un monstruo". 

Ethan se sonrie ante el comentario del sujeto asqueroso del Motel, mejor que piensen eso y no la realidad, que es mas comprometedora.

Cuando tratan de analizar la información nada parece tener sentido. Ethan saca una botella de whisky de la pequeña nevera, se sirve un vaso y le ofrece otro a Adrien. Enciende un cigarrillo y comienza a ver las fotos.

- Oye, mira esto, no me gusta nada la palabra "monstruo" combinada con "masacrado". Esto me parece que se nos está por ir de las manos. Aparentemente el comando este no le tenia mucho miedo al cuco, pero asi le fue. Deduzco de esto por la numeración de las fotos que le han seguido la pista hasta la isla Malaita, aquí lo atrapo este comando y al comando se lo masacraron al mas puro estilo Jason. La pregunta es, ¿la masacre fue mientras todavia lo tenian o ya lo habían dejado en otro lado? De cualquier forma el asunto se vuelve intrascendente ya que lo que buscamos es la aguja que tenía él. Seguramente el comando se la sacó, o la información de donde estaba, lo que nos lleva nuevamente a la casa de donde venimos. Tu amigo del revolver es parte del grupo que estaba haciendo este seguimiento fotográfico y por el momento, el único cabo que tenemos del asunto, salvo que sepas que demonios es el comando G4, claro.

Ethan se cansó de hablar, parecia de que salia humo de sus orejas. Bebió otro trago de whisky y trató de seguir ordenando sus ideas.

Respiro hondo mientras ignoro el comentario donde me tratan de chapero. No es momento de tener que buscar otro escondrijo para analizar la información que hemos recuperado simplemente por el gusto de reventar una cabeza.

Cojo el vaso de whisky que me ofrece Ethan y escucho sus conclusiones. Hay algo que se me escapa, y no sé si es por falta de información o qué. Esto, junto al hecho de que Jhon no me terminaba de caer bien (y por tanto, desconfío de él), hace que haga lo que tenía pensado desde el primer momento. Me concentro para recuperar la información de sus carpetas y continuar con la investigación.

Siempre podré decirle que nosotros eramos dos (nos podríamos vigilar mutuamente) y que estábamos a salvo...

De nuevo vas a usar tu poder para que el coche "conduzca contigo". Y de nuevo no eres capaz de que te obedezca. "Estoy desentrenado, tanto tiempo jugando a los empresarios que he olvidado de practicar mi toque cuando mi vida depende de ello". No obstante su habilidad de conducción es intacta y es capaz de hacer peligrosas maniobras de adelantamiento e incorporaciones a una increíble velocidad. 

Solo un milagro permitiría a la furgoneta poder alcanzarle... No parece que esté. Tras aparcar el ferrari en un edificio público coge las carpetas y toma un taxi hasta su mansión. Por si acaso. "Pero sigo pensando que ese matón grandullón no tiene razón". 

Cuando se sienta en su sillón para inspeccionar la carpeta, ésta brilla con un pequeño fulgor ¡antes de desaparecer! Totalmente volatizada, ida, desintegrada... ¿Qué la habrá pasado?

Desesperado vuelve al garaje pensando que las ha dejado en el Ferrari. Cuando llega al aparcamiento ve la furgoneta aparcada al lado de él. ¡Mierda! ¿Y ahora qué hace? Intenta ir poco a poco alejándose sin dejar de mirar ¿Le habrán visto? 

Ethan contempla como Adrien extiende su mano, se concentra y aparece en un fulgor de energía la carpeta de John. Sonríe mientras la abre y, rápidos, los dos tratan de entender su contenido, ahora con más piezas que estudiar, pero puede que también con más puentes que las conecten. 

Media hora después ambos preferirían estar batiéndose en combate con los Correctores que con aquellos papeles

Adrien dice:

- Lo único que saco en claro es que no hay una localización sino que todas están conectadas. Como una especie de juego de pistas. Y que en ninguna de las localizaciones tenían claro dónde mirar o qué buscaban porque puede que les faltara la pista de la localización anterior... Es decir, no siguieron "el juego", solo sabían por dónde pasaba. Sin la pista inicial es difícil saber, salvo que vayamos a una de esas localizaciones y busquemos a quien esté jugando para incorporarnos a su mensaje

- No olvides que ese juego termina con un monstruo que masacra- dice Ethan que no ha logrado saber nada más de ese comando G4

- Oye, por cierto ¿deberíamos reunirnos con John? ¿Al menos decirle que la carpeta la tenemos nosotros? ... 

Ethan nuevamente se queda con la boca abierta.

- Adrien, mierda, estos trucos de magia tuyos me dejan cada vez mas alucinado.

Luego de repasar la información se queda pensando.

- Supongo que tenemos que decidir si vamos a salir del país a buscar la maldita aguja. Yo por mi parte tengo que hacerlo, le debo bastante a este Moth y no quiero deberle nada a nadie. ¿Llamamos a John a ver si puede aportar algo?

Está claro que ya no es por falta de información, o no caemos o nos hemos dejado los documentos importantes en la incursión...

- Yo también tengo cuentas pendientes con Moth - digo torciendo el gesto - y sí, deberíamos llamar a John, aunque no sé cómo le habrá sentado que me hiciese con los documentos que llevaba. No confío en él, así que mejor quedamos en un lugar público, ¿que tal en una cafetería del centro?

No me apetece nada viajar, y más cuando el viaje involucra "monstruo" y "masacre" en el folleto de la agencia de viajes. Espero que a Jhon se le ocurra algo del tipo "chicos, os habéis pasado esta pista, la aguja está en la cuarta con la septima". Una cosa es la acción, otra que un comando preparado sufra una emboscada y lo único que quede de ellos sea una foto con sus restos.