Partida Rol por web

A pesar de ser la primera en darse cuenta y taparse enseguida la doctora sabe que algo no va bien mientras corre agachada hacia la única salido posible.Sus pulmones parecen negarse a aspirar el aire necesario y su visión comienza a nublarse mientras a su lado van pasando los demás adelantándola en su huída.Sin poderlo resistir la médico cae al suelo a mitad de camino

Edward e Ivette no corren mejor suerte y se desploman en el suelo mientras ven cómo Adeline y Simon siguen corriendo hacia una puerta que se ve al fondo

Los tres cuerpos del suelo comienzan a respirar de manera dificultosa entre estertores que Simon escucha antes de caer también al suelo a escaso metro de la puerta por la que vio salir a Leo

Adeline llega hasta la puerta cerrada y aunque empieza también a desvanecerse consigue apretar el botón que se encuentra a un lado de ésta mientras sus pulmones gritan pidiendo oxígeno

La precauciones que tomamos se notan escasas en apenas unos segundos y poco a poco cuesta cada vez más respirar y andar ya no correr. Mis pulmones me arden con tal fuerza que caigo al suelo del simple esfuerzo de coger otra bocanada de aire. Y vuelve a pasar lo de siempre ese momento de debilidad la misma vocecilla que me hizo salir de la pecera me insta seguir moviéndome. Aunque esta vez no es por simple furia, sino que a mi lado puedo ver a Ivette en aún peor estado que yo.

Ya no era salir yo de esta sino que ella dependía de mí...

Incapaz de soportar aquel desagradable olor, termino cayendo a escasa distancia de la puerta por la que podríamos lograr salvarnos. Al dirigir la mirada atrás, puedo ver que Ivette, Edward e Yvonne también han terminado cayendo un tanto más atrás, mientras que Adeline es la única que ha logrado llegar hasta el botón y pulsarlo para que la puerta se abriera.

Haciendo acopio de mis fuerzas y entre fuertes toses, intento incorporarme para intentar alcanzar a Adeline y ayudarla a cruzar la puerta si esta se abre.

No sé de donde saqué las fuerzas para correr de esa manera a pesar de lo que me dolía la pierna, debía ser el instinto de supervivencia que me empujaba salir de allí y poder respirar de nuevo. Pasé por al lado de quien iba en cabeza con la intención de devolverles a todos los que habían regresado a por mi la deuda que les debía. Tenía que lograrlo y daba igual que pagaba con mi vida, siendo sinceros, ya no me importaba demasiado si pensaba en Sebastian. Creía fielmente que había muerto de la peor forma posible a manos de Leo, igual que Michael. Pero quizás Emma no estaba perdida, quizás el resto podían rescatarla.

Justo delante de la puerta notaba que mis pulmones me ardían pero logré estirar la mano y pulsar el botón que accionaba la puerta, abriéndola de par en par, y una vez hecho caí al suelo al sentirme frágil y a punto de perder el conocimiento.

Con un esfuerzo sobrehumano Edward se incorpora y mira a Ivette tirada en el suelo y sin pensárselo corre hacia ella para sacarla de allí.La mujer aún respira pero de manera trabajosa por lo que apenas le queda tiempo si sigue allí dentro

La puerta que Adeline ha abierto proporciona algo de esperanza a los conscientes pensando que quizás el gas salga de allí y puedan respirar sin embargo Adeline una vez que la presiona cae inconsciente al suelo mientras que Simon se incorpora sobre sus manos con la visión borrosa pensando en ayudar a la mujer pero las fuerzas le fallan y se derrumba también sin sentido en el suelo

Por su parte Ivonne siente pasar a alguien por su lado y consigue abrir los ojos en su estado de semiinconsciencia esperando que sea Michael el que está allí,su amado y raro Michael,el único hombre que la ha comprendido de verdad en toda su vida.Pero no es Michael,es Edward cogiendo en brazos a Ivette y alejándose de ella,dejándola allí en el suelo.Lentamente sus ojos se van cerrando y la doctora siente que el aire deja de pasar hacia sus pulmones y una negrura total se adueña de ella.Su último pensamiento antes de morir es que no ha conseguido llegar hasta Michael y salvarlo

Me sentía impotente ante aquel gas, las fuerzas me fallaba y había caído al suelo, lo último que pudo ver antes de cerrar los ojos y pensar en que era lo último que haría sin poder salvar a Emma hizo que apretara los dientes, intentaba levantarse pero no podía, escucho como otros caían al suelo como ella, ya cuando iba a dejar de intentarlo alguien la agarró para levantarla, miro a quién era con horror, era Leo?, La forma del hombre que la sujetaba estaba borrosa. Pero a los segundos podía ver con algo de claridad, Edward, estaba bien, pasaron por al lado de la doctora. Yvonne, ayudala.  Intentaba agarrarla pero Edward siguio andando, algo que hizo que la mujer se realizará entre mis dedos. Con el horror de nuevo en el rostro camino con él y vio como Simón y Adeline se desplomaban en la puerta. - Tenemos que salir de aquí.

Tirada en el suelo el gas le cerraba las vias respiratorias. Sus ojos húmedos y enrojecidos veian como todos seguían hacian delante, a pesar de que su brazo estirado y sus dedos crispados clamaban por algo de ayuda, dejándola allí tirada como una muñeca rota.  Como la rubia que tiraba del carrito de bebé. ¿Sería el Karma? ¿Se lo merecia? Ella solo queria salvar a la pequeña... aunque para que negarlo, también queria el reconocimiento de su innovador invento. Compartir aquello con Adeline habia sido tan maravilloso... y habia conocido a Michael.

Sus ojos se fueron cerrando y poco a poco se vió entre los brazos del informatico. Ambos intactos. Él con un impecable traje de chaqueta negro, ella un bonito vestido blanco de falda de vuelo. Bailaban al compás de una de sus canciones favoritas. No habia dolor. No habia pena. No habia nadie más que ellos. Él la hizo girar sobre si misma y al acabar, la pegó a su cuerpo para poder besarla con intensidad antes de apartarla con suavidad.

La distancia entre ellos comenzó a agrandarse y ella le sonrió - No es tu momento amor mio. Lo se. Te echaré de menos -

Tendido en el suelo, tosiendo una vez tras otra mientras sentía cómo me estaba asfixiando, intenté hacer un nuevo esfuerzo para incorporarme y tratar de salir por aquella puerta que Adeline había logrado abrir. Sentía cómo el gas inundaba todo mi cuerpo, produciéndome más toses y provocando que mis rojos se enrojecieran, brotando lágrimas de ellos

Tenía que tratar de salir de aquel pasillo mortal y, por desgracia, el tiempo corría cada vez más en nuestra contra. Si no lograba salir ahora, puede que terminase tendido en el suelo, hasta resultar asfixiado.

Edward corre con Ivette en brazos notando que sus fuerzas menguan de nuevo al seguir inhalando el gas que aunque parece menos potente aún está por todo el pasillo.Sus ojos se nublan de nuevo mientras escucha a Ivette hablar y consigue traspasar con ella el umbral antes de caer de rodillas al suelo y desmayarse.Por su parte Ivette nota que aunque ha conseguido aferrarse de nuevo a la vida ésta se le escapa entre los dedos y sus ojos se cierran de nuevo con la imagen de su pequeña Emma ante ella.

Simon ve cómo Edward pasa ante él y traspasa el umbral para acto seguido derrumbarse,primero de rodillas y luego hacia un lado en un último intento de proteger el pequeño cuerpo de Ivette que también está muerta o inconsciente.Aquello le da fuerzas al policía para incorporarse y poder avanzar también hacia la puerta

Y Adeline se ha sumido en el sueño eterno,aquel en el que ya nadie la podrá volver a hacer daño,aquel en el que su prometido Sebastian y ella serán felices para siempre,hablando y riendo en su pequeño y confortable piso rodeada por los fuertes brazos de él

Solo podía pensar en que escaparan de allí. La puerta estaba abierta. Esa frase no paraba de resonar en mi cabeza. Aún quedaban esperanzas de que pudieran recuperar a Emma solo que yo no lo vería. Lo sabía, es más, lo sentía. Ni yo, ni Sebastián ni... Ni Yvonne. No recordaba cuánto tiempo llevaba tumbada pero ya no escuchaba los pasos de los demás, o tal vez eran mis sentidos que estaban bloqueados por la inminente muerte, pero sí que logré a ver a mi amiga. Como si también hubiera sido un plan de Leo, caí de un modo que mi rostro encaraba su cuerpo.

No quería morir aún, quería ayudarlos a rescatar a la pequeña pero nada más. Estaba cansada y triste. Mi vida no habría vuelto a tener sentido sin Sebastián. Fue quien me rescató del abismo en el que me hundía en aquel entonces en el que nos conocimos, así que supongo que está bien así. Con lágrimas en los ojos me dejé llevar por la muerte, y por primera vez en mucho tiempo esperé que el cristianismo tuviese razón y que pudiera volverme a reencontrar con Sebastián.

Traté de incorporarme como pude y atravesar la puerta que Adeline había logrado abrir y por la que Edward había conseguido pasar, llevando consigo a Ivette, quien aparentemente parecía parecía hallarse inconsciente.

Volví entonces la mirada atrás, esperando ver a la psiquiatra siguiéndonos, pero desgraciadamente Adeline yace tendida en el suelo, a escasa distancia de la salida, junto al botón que había conseguido pulsar. Yvonne se encuentran bastante más atrás. Ambas totalmente quietas y, teniendo en cuenta el desagradable olor de aquel gas, podía estar seguro de que no se hallaban con vida.

-No... ¡Joder! -bramé, enfurecido, volviéndome hacia Edward-. Voy a matarlo, Ed. Te juro que cuando lo encuentre voy a matarlo. -Apenas había llegado a conocer a Adeline, pero Yvonne... la doctora había demostrado ser una mujer valiente, capaz de hacer frente a todo y que no había dudado en ayudar a sus compañeros cuando lo habían necesitado. Que su final hubiera sido tan trágico era descorazonador. Yvonne no merecía morir así. Una buena persona más, muerta a manos de ese psicópata-. ¿Cómo está? -señalé a Ivette, a quien mi amigo cargaba en sus brazos. Leo me había dado dos motivos más para meterle una bala en la cabeza y prefería que no me diera un tercero.

En brazos de Edward flotaba por el pasillo condenada a una muerte agónica, no por el hecho de que muriera, eso era secundario en sus pensamientos, por su mente solo se pasaba la imagen de Emma y el no poder ayudarla a salir de ese sitio, lo sentía en el alma y eso hizo que unas pequeñas lágrimas brotasen de sus ojos deslizándose por su mejillas, la imagen de la pequeña en sus brazos fue apagándose mientras por sus labios en un pequeño susurro se pudo escuchar como la llamaba... Emma....

Unas voces lejanas y muy importantes para él y el nombre de un pequeño ser que le necesitaba hicieron que Edward abriera los ojos y se encontrara tirado en el frío suelo de lado y con Ivette aún pegada a él pues no la había soltado ni siquiera en su caída,más bien la había protegido para que el golpe fuera mayormente a él y no al frágil cuerpo que sostenía entre sus brazos.Semiinconsciente la mujer pronunció el nombre de la hija de ambos al tiempo que abría los ojos y los clavaba en el hombre amado sin saber muy bien si seguía viva o estaba en el paraíso hasta que la voz de Simon les sacó a ambos de su estado adormilado y les hizo reaccionar.Seguían vivos y aquello significaba que Emma aún tenía una oportunidad

¿Por qué está tan lejos la puerta?

Tenía que sacar a Ivette fuera cuanto antes y después volver a por los demás, sin embargo cuando consigo al fin cruzar la puerta noto como me fallan las fuerzas y la oscuridad me alcanza. Sentía mi vida irse sin más, sin haber conseguido salvarla, ni a ella ni a su hija era la misma sensación desolada como cuando en la mente de ese loco todo se volvió negro.

Sin embargo como aquella otra vez note como una voz me llamaba y consigo abrir los ojos para encontrarme en el suelo con Ivette en mis brazos y Simon cerca mío hablando. Aliviado de escucharla y ver que al menos esta viva le acaricio la mejilla para limpiarle las lágrimas hasta que empiezo a ser consciente de lo que está diciendo mi compañero.

- Está bien o mejor dicho esta viva.- le contesto mientras que le doy un poco de espacio a la mujer para que respire e intento levantarme.- ¿Donde están Ivonne y Adeline?- pregunto mientras miro alrededor y termino por fijarme en los cuerpos, claramente sin vida, de las dos mujeres en el pasillo con gas.- Joder, por eso no quería que viniesen. - Por eso no quería que viniese nadie más que nosotros dos, meternos en esta situación era nuestro trabajo ellas habían venido por voluntad propia y no pude hacer nada. Otro par de muertes a mi conciencia por no ser lo suficiente firme.- ¿Os veis capaces de continuar?- termino por decirles sin volver a nombrarlas y dejando claro que yo sí que iba seguir, al fin y al cabo era lo mínimo que podía hacer.

-Sabes que estoy contigo hasta el final, Ed -le aseguré a mi amigo, en tono frío.

Si en algún momento había valorado la opción de dejar a Leo con vida por el simple hecho de ser el hermano de Michael y limitarme a llevarlo ante la justicia, esa opción había desaparecido ya. Anna, Yvonne, Adeline e incluso puede que Michael y Sebastián también estuvieran ya muertos.

-Vamos -le dije a Edward-, tenemos que encontrar a Emma y matar a ese cabrón.

Estaba ya casi sumida en el sueño profundo que al abrir los ojos y ver a Edwar pensó que ya estaba en lo que sería el paraíso, pero no Simon también estaba allí y preguntaba sobre su estado de salud. Tomó aire lentamente para intentar limpiar sus pulmones de el gas y desvió la mirada de Edward para mirar el pasillo. Allí estaba Adeline tumbada en la puerta. No había conseguido salir del pasillo algo que hizo que se sintiera mal, ella le había ayudado a salir del cubo de cristal y no había podido ayudarla en esto. 

Apretó los dientes por la impotencia. - Yvonne? preguntó a ambos. mientras se incorporaba lentamente, dejando apoyada una rodilla en el suelo mientras se tocaba la cabeza con una mano y con la otra se secaba las lágrimas.

En ese momento veis que al fondo de ese pasillo aparece una figura cargada con un fusil.Reconocéis claramente a Leo y os dais cuenta de que sonríe mientras afianza los pies en el suelo y comienza a descargar una ráfaga contra vosotros.Simon ve cómo Edward es abatido por las balas e Ivette también es alcanzada cayendo ambos al suelo mientras que Leo desaparece por el pasillo.

El investigador sangra profusamente por una pierna y un brazo e Ivette está tirada en el suelo gritando de dolor sujetándose el brazo mientras la sangre resbala por su mano que no consigue detener la hemorragia