Partida Rol por web

Era una noche normal, fría y oscura como lo eran todos los días y noches en el nivel 3. Los teléfonos marcaban las 09:30pm la jornada estaba por llegar a su fin. Erica se iría a dormir a las diez en punto como siempre hacia, y luego los demas harían lo mismo a la hora que les pareciese mas cómoda, era una rutina sencilla. Por mas que la vida halla sido injusta y cruel con este grupo de cuatro jóvenes que luchan día a día por sobrevivir, de alguna manera ellos han logrado encontrar algo de esa tranquilidad y paz que todos persiguen sin cesar día a día en este infierno al que llaman “nivel 3”.

Yu acababa de regresar de la calle y estaba un tanto cansado, la ultima cliente que tuvo lo montó en un auto y dieron un par de vueltas por la ciudad mientras buscaban un lugar “Privado”. Al final terminaron por detenerse en un estacionamiento de por allí para seguir con sus “negocios”. Luego de terminar la tipa lo saco del auto y lo abandono en el estacionamiento por no querer ayudarlo a regresar a su refugió, así que Yu tuvo que regresar a pie, lo cual le tomo una buena media hora.

Por su parte, Akane habia tenido un día con una sorprendente poca cantidad de trabajo. Desde que se unió al grupo de Yu, sus servicios han sido solicitados con bastante frecuencia, pero por alguna razón, hoy solo habia tenido dos clientes. Era extraño, desde hace algunos días, la cantidad de personas que la buscaban para acostarse con ella ha descendido, pero este era el primer día en el que habia tenido tan poco trabajo. Sea cual sea la razón, eso le permitió tomarse el día de hoy para descansar.

Erica estaba terminando de comerse una hamburguesa mientras se entretenía con su teléfono tirada en una de los sofá del refugió, ya estaba entrando en su proceso para dormirse, Erica es el tipo de persona a la que le entra el sueño después de comer en la noche. Ella tuvo un día un poco mas movido que los demas, no solo tuvo que atender a unos seis clientes a lo largo del día, si no que también habia tenido que tratar a Sato quien regreso con una puñalada en su brazo izquierdo de uno de sus trabajos de matón.

Cuando Sato vio a Yu regresar de la calle, el fue el primero en saludarlo. Alzo su mano desde la esquina en donde estaba sentado y prácticamente le grito desde el otro lado del refugió.

- ¡Hey, Yu! ¿Porque llegas a esta hora? Estaba a punto de salir a buscarte por allí.

Sato Habia tenido sin duda el día mas movido de todos. Salió en la mañana para atender a un trabajo y no regreso hasta las ocho de la noche, y para remate, regreso con una herida profunda en el brazo. Por suerte ya todos estaban acostumbrados a que este tipo de cosas pasaran. Era cierto que todos llevaban una vida peligrosa hasta cierto grado, pero el que mas peligro corría a diario sin duda era Sato.

Este día habia sido normal, uno mas del montón. Mañana volverían a seguir con su rutina diaria, aferrándose desesperante a ese frágil y pequeño fragmento de paz que han logrado construir a lo largo de todo este tiempo.

Aquel día había sido muy diferente para Akane, muy poco trabajo surgió y esto le preocupó lo suficiente. Más que nada por el asunto de los ingresos, considerando que se había separado de los Yakuzas y dependía prácticamente de sí misma, incluso estando en un grupo debía aportar su parte. Lo bueno es que tuvo su tiempo para dedicarse un poco a su belleza personal, charlar con sus compañeros y esperar a Yu que estaba con una de esas vueltas. 

Le llamó la atención lo que estaba tardando en llegar y cuando Sato apareció, rápidamente la joven se dispuso a desinfectar la herida, no tenía demasiados conocimientos, pero al menos podía apañarse con ese tipo de cosas. Muy dedicada y sin hablar demasiado, se dispuso a usar los elementos para limpiar ese brazo y observar que tan grande era lo que tenía. 

—¿Salió mal?—preguntó —. ¿Me cuentas?

Al menos podían hablar de algo, así no se aburría allí dentro de aquellas paredes. Acostumbrada a la vida con su padre que no paraba jamás, esto era bastante estático. Estaba claro que jamás volvería a esas andanzas, no toleraba el maltrato infringido dentro de esa familia, pero sí que debía acostumbrarse al ritmo que llevaban ahora. 

 Desde hace mucho tiempo, Yu había aprendido a ser alguien poco exigente que, si bien no se conformaba fácilmente con lo que creía se podía mejorar, no era de quejarse por "cosas sin importancia", y aun así, haber tenido que caminar treinta minutos en plena noche no fue de su agrado. A pesar de todo, llegar a la guarida significaba que finalmente podía tomarse un respiro rodeado de las personas en las que confiaba.

 -Un día movido: me dejaron tirado en un estacionamiento y tuve que venirme a pie -respondió de manera directa a la pregunta de Sato, mientras de forma casi robótica fue hasta el sofá que no estaba ocupando Erika y se dejó caer sobre él boca abajo, no sin antes sacarse de los bolsillos el dinero ganado el día de hoy para tirarlo sobre la mesa común, y ya luego tirarse en el sofá a hacerse un poco el muerto. -. Pero veo que tú también tuviste un día movido... ¿Está bien tu brazo?

  Si bien le gustaría quedarse tumbado allí en el sofá y hacerse uno con él hasta el siguiente día, no pensaba quedarse dormido sin haberse dado un baño luego de un día de trabajo y una larga caminata, por lo que más pronto que tarde, si nadie se lo impedía, Yu se dispondría a irse al baño para tomar una ducha.

Sato no resivió muy bien la ayuda de Akane cuando ella se ofreció a tratar sus heridas. Si dejo que se encargase de ella mientras Erica buscaba las el alcohol y las suturas, pero se podía notar en su cara que lo hizo un poco de mala gana. El era el único que aun no confiaba del todo en Akane. No quería decirle el porque a nadie, ni siquiera a Yu, pero desde que la chica se unió al grupo a el no le ha gustado mucho. Con el tiempo ha llegado a aceptar la presencia de Akane, y poco a poco ha comenzado a confiar en ella, pero aun hay un poco de resistencia de su parte. Aun así, no se mantuvo callado cuando la chica le pregunto que habia pasado con su brazo. Así era el, le costaba callearse casi cualquier cosa. Le gustaba hablar.

- Bueno, esta vez el trabajo se complico un poco. El hermano de una chica me buscó para golpear a el novio de su hermana menor, al parecer el tipo novio engañado a la hermana y el hermano mayor quería castigarle por eso. Al problema fue que el novio era una maldita montaña. Ese cabrón media como dos metros y estaba mas mamado que el carajo. Para tirarlo al suelo el hermano y yo tuvimos que caerle a batazos. Todo iba bien, pero el muy cabrón tenia un cuchillo escondido en alguna parte y trató de sacarme un ojo. Por serte termino apuñalandome el brazo en vez de mi ojo. Cuando le logre quitar el cuchillo lo seguimos golpeando entre el hermano y yo hasta que dejo de moverse. No creo que lo hallamos matado, tampoco le dimos tan duro, pero como mínimo le desfiguramos la cara.

Sato hablaba con emoción visible, su mirada Saltaba entre Akane y Erica a cada segundo, quería asegurarse de que las dos estuviesen prestando atención. El siempre disfrutaba de contar las anécdotas y desventuras de sus trabajos, era su forma de demostrarle a todos y a si mismo lo fuerte que era. El siempre ha sido un chico simple, busca que las personas a su alrededor lo admiren o que como mínimo lo respeten, y contarle a los demas como se parte la cara a golpes con otras personas era la mejor forma que conocía para hacer eso.

Después de que Sato termino con su historia, Erica llego a encargarse de la herida. Gracias a que Akane se encargó de limpiar la herida y de acomodar todo para que Erica pudiese trabajar sin problemas, Erica atendió a Sato sin problema alguno.

Cuando Yu llego, Sato recorrió todo el refugió desde un extremo a otro para saludar a Yu, chocando puño con puño, de lo cual se arrepintió un poco cuando el saludo hizo que le doliese la herida un poco.

- Esto no es nada. -Dijo con un poco de dolor visible en su cara por culpa del golpe- A mi me fue todo bien, sabes que el tipo que me busco fue…

Y así, Sato comenzó contarle a Yu su experiencia del día de hoy de la misma forma que lo hizo con Akane y Erica cuando llego.

El día de hoy era normal. No habia pasado nada del otro mundo, solo el tipo de desgracias y fortunas normales. Su vida continuaba su rumbo normal. Erica estaba comenzando a levantarse de el sillón para ir a acostarse justo después de terminar de comerse su hamburguesa cuando, de repente, alguien llamó a la puerta del refugió. Era extraño, nadie solía bajar al refugio, mucho menos a estas horas, pero aun así, no fue difícil adivinar de quien se trataba. La única persona en este mundo que bajaría al refugio a estas horas era Claudio, el dueño del bar.

Sin esperar a que le diesen algún permiso para entrar, Claudio abrió la puerta y entro al refugio. Tenia una sonrisa desagradable en la cara y siempre que tenia una de esas era porque venia a cobrarle a los chicos por el alquiler del sótano.

- Eh chicos, buona notte -Los saludó en italiano- ¿Tienen lo mio de este mes?

Claudio no era una persona ejemplar o una buena persona en ningún sentido. Dejo a los chicos entrar en su sótano solamente por el hecho de que le pagarían y también por que de vez en cuando podía extorsionar a Erica o a Akane para acostarse con ellas gratis diciendo que si no lo hacían iba a sacarlos a todos a la calle. Era una persona desagradable, pero el fue la única persona a la que pudieron convencer para que les alquilara un espacio como este.

Todo fue sucediendo al unisono, la aparición de Sato con una herida que si bien ella podía encargarse, prefirió que Erica lo hiciera y esto dejó un poco apartada a la joven, que con su buen rollo quería ayudar. De todos modos algo accedió, al menos a limpiar la herida para dejarle el trabajo mejor a su compañera. 

Ya cuando comenzó a contar la historia, asintió un tanto pensativa porque era muy dura la vida de todos allí. Había que ganarse el dinero para pasar el día y todo se acumulaba de repente, al punto de que Akane no estaba tan acostumbrada a ello porque básicamente dónde vivía antes era entre el lujo pese al ambiente de porquería. 

—Que mal rollo. ¿Estás bien Yu?

Tras la pregunta, se quedó allí preparada para asistir a Erica cuando llegó el que les rentaba el lugar. Akane no tenía mucho en efectivo, así que dió un paso hacia delante mientras lo miró con detenimiento. 

—Puedo acompañarte esta noche si hay problemas...—sugirió en un tono dulce—. Al menos para compensar. 

 Una vez tirado en el mueble, y habiendo saludado a Sato, Yu permanecería allí con una expresión de "parece que no te estoy escuchando, pero lo estoy haciendo", siendo que se limitaría a ir asintiendo de vez en cuando mientras su compañero le contaba su historia, con más interés del que su cara podía expresar ahora, siendo que en el fondo admiraba al chico por las capacidades físicas que tenía: unas que consideraba él nunca podría alcanzar ni intentándolo, no era lo suyo.

 Con el rato que llevaba en el sillón el chico empezaba a considerar quedarse a dormir allí directamente y bañarse ya luego en la mañana, pero el sonido de la puerta le hizo despertar nuevamente dirigiendo una mirada hacia la entrada de la guarida, donde aparecería aquel hombre cuya presencia dibujaría internamente una expresión de disgusto en la mente del chico.

 -Buona Notte, Claudio - le devolvería el saludo en Italiano, siendo esencialmente todo lo que sabía de Italiano por haberle escuchado decirlo con anterioridad: cuando trataba con gente así, le gustaba al menos aprender como saludarlos.

  Cuando el hombre preguntó por lo que le interesaba, Yu estaba levantándose para ir a alcanzar el dinero que anteriormente había dejado sobre la mesa, pero al ver a Akane se detuvo momentáneamente.

 -Supongo que esa es una opción -comentaría, tomando en una de sus manos el dinero correspondiente a 3/4 de la renta, y se acercaría a enseñárselo al dueño del lugar. -. ¿Te sirve? -ahora que tenían a Akane, el grupo podía dividirse la renta en 4, y si ella quería pagar su parte de esa manera, y Claudio se lo aceptaba, pues él no iba a poner peros.

Erica hizo una mueca cuando vio a Claudio entrar por la puerta. Ella era la que menos lo soportaba, con lo calmada y delicada que es ella, las personas podridas y vulgares como Claudio son con las que peor se lleva, pero precisamente por las razones que Erica no soporta a Claudio, Akane sabe como manejarlo. Cuando la chica se paro junto a el con intenciones de seducirlo, Cluidio ni siquiera intento oponer un poco de resistencia ante los encantos de la Akane y directamente paso una de sus manos por detrás de los hombros de la chica con una sonrisa vulgar y algo estúpida.

- Me leíste la mente -Le dijo a Akane.

Con Akane bajo el brazo, Claudio se acercó a Yu para recoger el dinero. Erica ya se habia levantado del sillón, pero no se dirigió a su habitación y simplemente se quedo parada por allí, tenia que esperar a que Claudio saliese del refugio para irse a dormir, al fin y al cabo el acostumbraba a usar la habitación del segundo piso para acostarse, usando la misma excusa de siempre, el era el dueño del lugar así que podía usar cualquier habitación que quisiese. Por su parte, Sato simplemente se quedo sentando en donde estaba y decidió no prestarle mucha atención a lo que estaba ocurriendo, ya era rutina al fin y al cabo. Después de casi arrancarle el dinero a Yu de las manos, guardo lo que le entregaron celosamente en uno de los bolsillos de su pantalón y comenzó a caminar hacia el segundo piso para usar la habitación junto a Akane.

- Por cierto, -Dijo en voz alta mientras caminaba- ya el mes que viene les tendré que aumentar la tarifa. No creo que sea un inconveniente, ya que tienen a una persona mas, pueden producir mas ¿no?

La actitud de Claudio ya era rutina, a nadie le gustaba tener que tratar con alguien como el, pero estaban en una situación en la que simplemente no tenían otra opción mas que aguantárselo. Aguantar y adaptarse, eso era todo lo que unos chicos como ellos tenían derecho a hacer en un lugar como este.

Ya le habían pagado, eso era cierto porque Yu fue quien lo hizo. No obstante estaba claro que debía asumir la responsabilidad de dar un añadido porque este sujeto no se iba a conformar sólo con eso. Por ello es que no le sorprendió en absoluto a Akane su reacción porque a la legua se notó que lo esperaba y simplemente se ubicó a su lado sin decir nada porque la intención era subir al cuarto y hacer lo que corresponde. 

—Cuando digas. 

Intercambió miradas con sus compañeros, dispuesta a estar con aquel hombre que no le apetecía, pero trabajo era trabajo y también ya estaba siendo muy consciente de que era la nueva en el grupo y de alguna manera tenía que ayudar porque al fin de cuentas uno más en el grupo, requería más gastos. Si bien Akane estaba contribuyendo en la economía general de la casa, esto siempre iría a más, considerando la clase de persona que era este. 

 Si bien le molestaba tanto como podía al resto la actitud de Claudio, Yu seria de los que mejor lo disimularía, básicamente sin mostrar reacción ante su presencia y exigencias: no soportaba ver las muecas de odio de Erika, ni que alguien de su grupo tuviese que hacer favores por el resto, pero realmente no había mucho que hacer al respecto. Incluso cuando el hombre comentó un aumento en la renta, Yu permaneció sereno, siguiéndole con la mirada hasta que se perdiese en el segundo piso, lugar donde a falta de pared seguramente acabarían escuchando todo.

 El chico se limitaría a mirar a Sato y Erika, suspirando pesadamente mientras negaba con la cabeza: no había otro remedio, y precisamente eso era lo que más enfurecía a Yu. Llevaban estancados un tiempo considerable en ese basurero que llamaban guarida, y sabía que tarde o temprano Claudio les pondría la soga al cuello a todos cuando le viniese en gana, por lo que para entonces deberían haber avanzado lo suficiente para no depender de él y su sótano...

 -Bueno, tomaré esa ducha... -concluiría, dirigiéndose al cuarto de baño dispuesto a quitarse todo el cansancio y sucio de encima.

Todos entendían la situación en la que estaban con Claudio, no podían quejarse en voz alta mientras el estuviese allí, también comprendían que era cuestión de tiempo hasta que el tipo se decidiese por echarlos, el momento en que Claudio se cansase de ellos, o los chicos cometan un error, o que algo pase que haga que los tiren a la calle llegaría en cualquier momento, todos lo tenían claro desde hace rato, pero nadie se esperaba que fuese mucho mas temprano de lo que ellos pensaban.

Yu se levanto de su sillón y fue a intentar relajarse dándose un baño. Sato también se levanto de donde estaba y se acerco a Erica con esperanzas de iniciar una conversación con ella. Mientras que Akane por su parte, tuvo que atender a Claudio. El hombre lanzo a la chica a la cama y se tiro sobre ella para desnudarla prácticamente arrancándole la ropa. Claudio era una persona brusca, obsesionado con someter a las personas, sobretodo a las mujeres. Por ende, tener sexo con el no es algo que le guste a muchas mujeres con lo agresivo y violento que es. Solo le importa hacerse sentir bien a si mismo.

Yu terminó de bañarse, y cuando salió de la ducha, Caludio aun no había terminado con Akane. Los gemidos del tipo se escuchaban en cada esquina del refugio y molestaban a todos los demás que los escuchaban, sobre todo a Erica, quien a pesar de todas las veces que a pasado por esto, se veía claramente incomodada. Era sinceramente desagradable, pero pronto ocurrió algo que se trago toda esa sensación de incomodidad y la cambio por algo aun peor.

Yu fue el primero en darse cuenta. En un corto silencio que hubo entre los gemidos, Yu escucho el sonido de la puerta del refugio abriéndose. El único que entra en el refugio aparte de el, Akane y los demás del grupo, es Claudio, no hay nadie mas que siquiera sepa de ese lugar, así que Yu no entendía porque estaba viendo a un hombre trajeado y con lentes oscuros abrir la puerta del refugio y entrar así como así sin decir nada. Sato y Erica no tardaron en darse cuenta cuando el hombre dio los primeros pasos dentro del refugio.

- ¿Que mierda? -Dijo Sato- ¡Oye! ¿¡Que carajo crees que haces aquí¡?

Ignorando a Sato, el intruso miro a su alrededor como si estuviese inspeccionando el refugio desde la puerta y después de un par de un rato saco un teléfono y lo manipulo por un par de segundos antes de volverlo a guardar.

Akane escucho los gritos de Sato, y muy probablemente Claudio también los escucho, pero el tipo estaba muy ocupado penetrando a la prostituta que tenia bajo el como para prestarle atención a eso.

- Yu, ¿que esta pasando? -Pregunto Erica en su confusión esperando que su amigo tenga una respuesta.

Como era de esperar aquel hombre vino a hacer lo que quiso con Akane tras su ofrecimiento, estaba claro que desde su perspectiva no importaba el placer del otro sino el abuso, la dominación y el control bajo su propia satisfacción. Y por ello es que la joven se dejó hacer cuando le arrancó la ropa, exponiendo esos atributos deliciosos e excitantes para cualquier hombre mientras se ofreció con sus piernas abiertas invitándolo a unirse en un juego que obviamente tenía un sentido solo. 

Cuando quiso acordar allí la estaba follando, embestida tras embestida, como un animal en celo mientras los gemidos se fueron escapando incluso por parte de la chica. De alguna manera se había acostumbrado al sexo duro, al abuso y la violación para encontrar las sensaciones que calienten a la chica. Él era desagradable, pero también quien se dedica a la prostitución es consciente de que puedes estar con hombres que no te ponen en absoluto y bajo esa premisa es que ella mentalmente trabajaba para mantenerse húmeda de forma constante. 

Y le siguió el ritmo, totalmente ajena a todo. Era un desfogue total para él, de ahí que le seguía la corriente y posiblemente Akane era de las pocas que resistía todo aquello siendo capaz de correrse como cualquier puta. No necesitaba fingir, sólo centrarse en lo que su cuerpo decía, dejándose llevar mientras su mente era otro mundo. Uno que muy distinto al real, le brindaba todas las fantasías necesarias para que su amante ahora mismo lo disfrute como nadie. 

 Al salir de la ducha, los ojos de Yu se mostraron particularmente más vacíos que de costumbre: lo único que quería ahora era descansar, pero antes tenía que seguir escuchando los desagradables sonidos del dueño del lugar. En un intento de animar a la chica, se acercaría a Erika para ponerle una mano en el hombro, y poco más: no había mucho que hacer ahora, y solo les quedaba conformarse...

 -Por esta vez... -repetiría Yu como ya habría hecho en otros momentos. Si había algo que sabía muy bien el grupo de él, era que no se conformaba con lo que no le gustaba, y que a pesar de que sabía que no podía hacer nada contra Claudio ahora, todas esas malas experiencias se las guardaría en su memoria hasta el día que pudiese cambiar las cosas, y tarde o temprano ese día llegaría.

 Entonces, sus preocupaciones cambiaron por un estado de alerta que le llevó a mirar hacia la puerta, a través de la cual haría acto de presencia un desconocido cuya apariencia y acciones inspiraban de todo menos confianza.

 -Calma, Sato -indicaría a su amigo para evitar que se dejase llevar por su lado impulsivo, mirando entonces a Erika para responderle. -. No lo se, pero supongo que podemos averiguarlo... -aseguraría, antes de fijarse en el desconocido. -. Saludos, desconocido... ¿Exactamente como conseguiste este lugar, y a qué vienes...?

 Si bien permanecía visiblemente tan relajado como de costumbre, en el fondo tenía sus dudas.

 -¿Acaso... viene por "ella"? -se preguntó a si mismo, mientras miraba de frente al hombre mientras caminaba tranquilamente a tomar asiento en uno de los muebles, como intentando quitar peso al ambiente a pesar de que igualmente mantenía una mano cerca de su cinturón, junto a su cuchillo.

Akane no tenia forma de enterarse de lo que estaba ocurriendo abajo con Claudio encima arremetiendo contra ella, pero si tenia un presentimiento, una sensación de ansiedad, pequeña y distante, pero que la molestaba lo suficiente como para notarla. Era un escalofrió en su espalda que no era causado por culpa del sexo, era algo distinto. Su instinto le estaba advirtiendo de algo. De seguro tenia que ver con lo que sea que esté ocurriendo abajo. Algo le decía que tenia que ir a revisar pero esa sensación era opacada casi por completo por Claudio. El tipo siempre era agresivo, pero mientras mas se acerba al clímax se ponía peor. Dolía, pero era un dolor que la chica ya habia aprendido a ignorar.

Entre los gemidos de Claudio, Akane fue capaz de escuchar voces pero no pudo entender que decían, justo ahora estaba absorta en un ciclón de placer falso pero excitante que le nublaba el juicio. Era una sensación desagradable pero placentera a la vez, su parte animal la disfrutaba mientras que conscientemente se sentía disgustada por el hombre que tenia sobre ella. Usándola como quisiese sin reparar en ella ni un solo segundo como si fuese un mero objeto que pudiese usar como la placiese. Las personas como Claudio eran desagradables y asquerosas, la gente como el es el tipo de persona que el diablo castiga con mas malicia cuando les llega el momento.

Por suerte, ya todo estaba apunto de terminar, Akane lo podía sentir, el hombre arremetía con fuerza y velocidad, ya debía estar a punto de terminar. Cerro los ojos el placer supero a cualquier otra sensación que sentía en el momento.

- ¡Me vengo! -Grito Claudio.

Ya estaba por terminar, Akane estaba a punto de llegar al orgasmo cuando, de repente, vio una silueta subir por las escaleras. No era, Yu, ni Sato, ni Erika, ni ninguna silueta que conociese, era un completo extraño. El placer fue rápidamente disipado por un disparo de adrenalina. La silueta estiro una mano y agarro a Claudio bruscamente por la cabeza y le jalo el cabello con fuerza, separandolo de Akane antes de que pudiese terminar por completo.

- ¡Que mierda! ¡Quien-! ¡Que coño haces!

La silueta contesto golpeando a Claudio en la nariz con tanta fuerza que lo tiró de la cama y rápidamente saco un arma de su chaqueta y apunto directamente a Akane. Fue entonces que la chica pudo ver bien al intruso. Era un joven de cabello largo que no habia visto antes, pero aun así tenia un muy mal presentimiento sobre porque estaba allí.

- Vístete -Ordeno el chico sin dejar de apuntarle.

El hombre no contestó a ninguna de las preguntas ni de Yu ni de Sato, simplemente se quedo parado allí donde estaba, incluso saco un cigarrillo de su chaqueta y lo encendió sin decir nada. La verdad el tipo no los estaba ignorando del todo, es solo que no tenia permitido hablar, no antes de que “el” llegase, aunque, incluso si tuviese permitido hablar, lo mas probable seria que no contestaría las preguntas de Yu.

Pronto se comenzaron a escuchar ruidos que provenían del bar, voces que decían cosas que no llegaron a entender por culpa de la distancia, pasos y movimiento en general. Es cierto que en estas horas aun hay movimiento en el bar, Claudio tiene a un par de empleados a los que deja a cargo a estas horas de la noche, pero normalmente no hay tanto ruido como el que pueden escuchar. Algo esta pasando allá arriba y obviamente no es una mera coincidencia. Sato lentamente comenzó a moverse hacia una de las mesas del refugio donde ponía su bate sin dejar de mirar al hombre en la puerta y Erika retrocedió un poco temiendo que algo malo pasase y si las suposiciones de Yu eran ciertas, muy probablemente ocurriría algo malo.

Algo se acercaba, algo venia bajando por esas escaleras, y pronto, entró. La puerta del refugio se abrió nuevamente y otros dos tipos entraron con la misma soltura del primero. Estos dos iban vestidos de formas distintas al primero, uno era un joven con cabello largo y de cierta forma afeminado y el otro era un hombre de mayor edad calvo y con una gran cicatriz en la cara. De nuevo, estos dos nuevos intrusos no dijeron nada, pero entraron seguidos de un par de personajes mas aun llamativos. Se trataba de un chico joven y atractivo y una chica de piel pálida. Este chico tenia un aire extraño, era evidentemente japones y su cara se les hacia conocida, pero nunca lo habían visto antes.

Al entrar, el chico apuesto le dio una mirada a su alrededor, así como hizo el primer intruso pero por menos tiempo y se adelanto hacia Yu y compañía.

- Buenas noches -Saludo amigable- Ustedes deben ser los huéspedes de este sótano ¿verdad? Me imagino que-

- ¡Me vengo! -Grito Claudio desde el piso de arriba.

El chico hizo una pausa repentina al escuchar los gemidos de Claudio en el piso de arriba. Al verse interrumpido, frunció el ceño de una forma tan vulgar y volteo a ver a su compañero afeminado.

- それらを黙らせる -hablo.

El chico Afeminado asintió con la cabeza a lo que sea que halla dicho el otro y rápidamente subió al piso de arriba. Pronto se pudieron escuchar los quejidos de Claudio.

- ¡Que mierda! ¡Quien-! ¡Que coño haces! ¡Ay! -Grito de dolor.

Se escucharon unos cuantos golpes y después de eso, Claudio no dijo mas nada.

- Que vulgar -Dijo el chico apuesto volteando hacia Yu nuevamente mientras negaba con la cabeza- ¿Que estaba diciendo yo? -Preguntó.

Todo iba de una forma lineal, un movimiento más, uno menos, fingir de principio a fin como si fuera el polvo más excitante de su vida. Esa era la forma en la que Akane sobrellevaba este tipo de actividad, de trabajo en si. Y mientras más él se empecinaba en darle un placer egoísta, uno que hasta le hacía dolor, ella buscó en un refugio de su mente, allí donde se escarba en la fantasía para mantenerse húmeda y apetecible para su amante. 

Poco a poco fue subiendo el ritmo, ella la temperatura y casi que podía besar el orgasmo tanto como él. Conocía a ese tipo de hombres, unos animales en celo que necesitaban follar así, sin reparo, olvidándose de la mujer. Daba igual, este sujeto se corría y al fin ella se liberaría del asunto. Lo bueno es que quedaba poco. 

Hasta que de repente algo no estaba bien, ya esa duda, esa señal interior le decía a toda voz que tuviera cuidado pero eso no fue nada en comparación con lo que sucedió después. Fueron golpes, un sujeto que no conocía y ella desnuda siendo apuntada con un arma. Rápido hizo caso y fue a buscar su ropa, un tanto nerviosa y sin decir palabra alguna. No tenía idea que hacía allí. ¿Era su salvador? ¿La Yakuza la había encontrado? Muchas cosas a tener en cuenta. 

 -... -un hombre trajeado de negro que impone y no habla, que innovador...

 La cantidad de ruidos acercándose hacia el escondite solo hacía la situación más preocupante, pues significaba que aquel hombre no venía solo, y eso solo podía traer más problemas, y claro que iba a ser así: el grupo conformado por aquellas distintas personas venía con todo tipo de banderas de "peligro", incluso aquellos que parecían más débiles seguramente debían tener algo entre manos, aunque el interés de Yu se centró en el más atractivo, deduciendo que era el líder del grupo.

  Si bien tenía pensado seguirle el juego al chico, el grito de Claudio provocó que se quedase callado mientras una gota de sudor caía por su frente: fue poco climático, y quedó claro el disgusto del visitante por la expresión que puso antes de hablarle al otro. Yu seguiría con la mirada al afeminado subir a la habitación, y luego de escuchar los gritos de Claudio hasta quedar en silencio volvería su atención al que hablaba.

 -Ruego disculpen la interrupción del dueño del bar: algunos no tienen control con esas cosas... -sin intenciones de hostilidad, Yu continuaría con el plan de seguir el juego de la charla amable mientras no sintiese un peligro activo para ellos; lo de Claudio... no es que le importase. -. Preguntaba quienes eramos, y sí, somos los que ocupamos el sótano actualmente, aunque el dueño es el hombre de arriba -explicaría Yu, estudiando lentamente de pies a cabeza al chico antes de volver a mirarle a los ojos. -. Disculpa mi mala memoria, no soy muy bueno para los rostros, pero creo conocerte de alguna parte, ¿te importaría presentarte?

Mientras Akane se vestía siguiendo la orden del violento intruso, Claudio se arrastro por el suelo jadeando como un gusano en un intento de escapar. Por un momento el agresor lo ignoro para vigilar a la chica, pero cuando el italiano se movió un par de metros, el chico se volvió a el y lo forzó a levantarse con bastante eficiencia jalándolo por el cabello con brusquedad. El atacante logro hacer que Claudio se levantara del suelo entre insultos en italiano y simples gritos de dolor justo antes de que Akane terminase de vestirse solo con su ropa interior y una de sus franelas grandes que estaba tirada en el suelo junto a la cama. Cuando el chico termino de someter a Claudio poniéndolo de cara una pared y la pistola detrás de la cabeza, volteo a mirar a Akane nuevamente para verificar que ya habia terminado.

- Comienza a bajar las escaleras. -Ordenó de nuevo.

Akane no reconocía a ese chico, nunca lo habia visto en su vida, pero si reconocía esa mirada de frialdad y seriedad en sus ojos. Era un asesino. Si formaba parte de la yakusa de su familia o no, ya salia de su entendimiento, pero de todas formas, era lo mas probable, al fin y al cabo, ¿por que otra razón pasaría algo como eso? De todas formas, las preguntas de Akane fueron contestadas casi de inmediato. Solo fue cuestión de bajar el primer escalón cuando llego a sus oídos una voz que conocía mucho mejor de lo que ella quisiera.

- ...Nunca nos hemos visto antes. -Dijo el dueño de la voz probablemente hablando con Yu y los demas- Y no tengo ningún negocio con ustedes -Escuchar esa voz hizo que el corazón de Akane se encogiese y un tremendo escalofrió recorriese su espalda inmediatamente. Era una voz joven, y tenia un tono de serenidad y profesionalismo que no mostraba ni la mas mínima emoción en cada palabra que decía- Aun así, se podría decir que tengo algo por que agradecerles, -Cada paso que acercaba a la chica a el dueño de esa voz hacia que una ola de memorias que estaban mejor olvidadas regresasen a su mente a atormentarla de nuevo- así que creo que lo correcto seria presentarme... -Muy a su pesar Akane ya sabia el nombre que estaba a punto de salir de la boca del intruso- Me llamo Shiranui Akira, soy el hermano mayor de Akane.

El joven escucho las palabras de Yu con paciencia. Era impresionante como su expresión era de indiferencia total. Sin importar que tanto Yu escrutase su expresión, no podía ver ni un atisbo de absolutamente nada. Sus ojos parecían los de un cadáver y Yu pudo jurar que con solo verlo a la cara comenzó a sentir frio. ¿Que clase de persona tenia que ser para provocar esa sensación? El único momento en que demostró alguna emoción fue cuando mandó al otro chico a subir al piso de arriba para que se encargase de Claudio, y no fue una reacción positiva.

- Ah, ¿el hombre de arriba es el Italiano? -Dijo cuando Yu hizo el comentario explicando quien era Claudio.

El chico pareció prestar bastante atención a ese comentario en especifico. Incluso mientras hablaba metió la mano dentro de su chaqueta y sacó un sobre de papel con el que no hizo nada inmediatamente. Entonces, Yu termino de hablar y preguntó sobre quien era el. Esto hizo reaccionar el joven quien volvió a mirar a Yu a la cara.

- Tu y yo nunca nos hemos visto antes. -Contestó- Nunca he tenido ningún negocio con ustedes ni ustedes conmigo. Para mi, ustedes son simples extraños y para ustedes yo soy un simple intruso… Aun así, se podría decir que tengo algo por lo que agradecerles, así que creo que lo correcto seria presentarme. Mi nombre es Shiranui Akira, soy el hermano mayor de Akane.

Yu no sabia por que, pero este chico acababa de decir que su nombre era Shiranui, su apellido era el mismo nombre de una de las mafias mas grandes del nivel 3. Tenia que ser una mera coincidencia, era imposible que Akane formase parte de la familia líder de la Yakusa mas grande ¿verdad? Estas personas que estaban allí no podían ser los altos mandos de la Shiranui-gumi ¿verdad?

Al escuchar al chico revelar su identidad, Sato se detuvo en seco en donde estaba. Tenia los ojos abiertos como platos y, aunque no se podía notar con la distancia, sus manos estaban temblando, incluso Erica dio otro paso hacia atrás en donde estaba al escuchar ese nombre. ¿Que era esto? ¿Que era esta tensión mortal que habia en el aire? Desde un principio este chico parecía peligroso, pero solo fue cuestión de decir su nombre para que abrumase a todos los que lo escucharon presentarse. Ahora se veía gigante, como si fuese un monstruo apunto de asesinarlos a todos sin piedad. ¿Que quería con ellos? ¿Porque estaba allí? ¿Habia venido por Akane? ¿Iban a salir vivos de esta?

Sus movimientos, esas formas y como estaba resolviendo todo le dieron una lectura a Akane tan clara como si fuera una gota de agua. Fueron muchísimos años creciendo entre los miembros de la Yakuza y sabía perfectamente como se manejaban los asesinos de esa índole, al punto de que rápido se dió cuenta al estar delante de uno. 

Sin más ella se vistió obedeciendo aquella orden y tras ponerse su franela enorme que hacía de vestido, bajó las escaleras tal como le pidió. No tenía idea de lo que se iba a encontrar, pero poco duró la duda cuando de repente ese tono de voz le resultó jodidamente familiar y todos sus tormentos allí aparecieron para no dejarla en paz. No quería ver a su hermano y si se había presentado fue porque la encontró, no existía otra razón. 

Aún así bajó muerta de miedo pero estoica en apariencia, se hizo visible con su atuendo tan distinto al que solía usar estando con ellos porque ahora se veía como una prostituta. Ante la presentación de su hermano hacia los integrantes de su grupo, alzó una ceja y las piernas le temblaron un poco. Esto podría terminar en un charco de sangre pero nada podría evitarlo. Muy segura se encontró al pensar que ya tendría el perímetro vigilado, más si actuaba como tendría que ser. 

—Akira, ya estoy aquí. 

Intentó decirlo en un tono seguro, aunque le dió a entender de que no era necesario que la sangre corra. No habría resistencia de su parte. 

 -Okey, esto empieza a escalar... -fue lo primero que pensó Yu cuando el líder mafioso se presentó. - ¡Está escalando demasiado!

 Si bien Yu era un maestro en ser inexpresivo la mayoría de veces, incluso para el fue difícil contener leves temblores de su cuerpo a causa del temor:  si era quien decía ser, entonces estaban en una situación muy complicada de la cual no sería nada fácil salir si acababan mal parados...

 Entonces Akane llegaría desde la habitación de arriba, vestida de esa manera tan cómoda y libre que se podía permitir desde que la trajo al refugio.

  Sabía que la chica estaba relacionada a la Yakuza, sabía que se metería en problemas por ayudarla, pero nunca imagino que sería de una familia como esa, y mucho menos que los problemas llegasen tan pronto...

 -Oh, entonces si son hermanos: mucho gusto, Shiranui-san -y por supuesto, a Yu no le quedaba de otra que seguir la corriente: obviamente venían por Akane o algo relacionado a ella, pero antes de pensar en huida debía ver hasta donde llegaba todo. - Soy Yu Long. Aquel de por allá es Sato, y la chica Erika. Supongo que no vienen para contratar los servicios físicos o prácticos de alguno...