Partida Rol por web

-Vale. -Dijo De Soto mientras asentía ante tus indicaciones- Entonces nos vemos fuera del local en 30 minutos. De todas formas si algo pasa te enviaré un mensaje por IMS*.

Diciendo eso para dejar claro que acataría tus ordenes, De Soto comenzó a caminar junto a ti hacia el territorio enemigo.

El club era así como te lo imaginabas, oscuro, dos pisos, alto volumen, luces estetoscopias y prostitutas vestidas de formas exóticas caminando por todas partes, nada que no hallas visto antes. No habia mucha gente adentro, lo cual era normal considerando que aun eran las 5 de la tarde, así que tenias una visual mas clara del lugar de la que tendrías si hubieses llegado en un momento con mas gente. Pudiste ver alrededor de 8 guardias en el piso de abajo donde estabas tu, y otros 6 en el piso de arriba. Los de abajo no tenían ningún arma a la vista, mientras que los de arriba iban cargando con sub-ametralladoras y otras armas sin siquiera tratar de esconderlas. De seguro el área de arriba era la zona VIP.

Justo al pasar por la puerta, De Soto se separó de ti y caminó en dirección opuesta a la tuya. Ahora cada quien estaba por su cuenta, lo cual significaba que te la habías quitado de encima aunque sea por el momento, lo cual era bastante conveniente considerando que estabas apunto de comenzar una cacería de información. En estas situaciones siempre es bueno tener libertad para usar los métodos que prefieras.

Como todo detective sabe, cuando se trata de Bares o Clubes, el primer lugar en el que se pregunta es en la barra. Sobre todo por los bartender. Dada la naturaleza de su trabajo, esa gente tiende a escuchar algunas cosas interesantes, y si tienes suerte, puede que ellos estén dispuestos a compartir esa información contigo si es que sabes como sacárselas.

- Un Whisky andando. -Dijo el bartender cuando ordenaste tu trago.

Esta vez el bartender era un chico relativamente joven. No era alguien a quien llamarías un niño, pero tampoco era todo un señor, debía tener al rededor de 28 o algo por el estilo. Esto podía ser algo bueno. Parte del trabajo de los bartender es escuchar las historias de sus clientes, algunos incluso los contratan con ordenes de que recolecten toda la información posible, normalmente los jóvenes como el están conscientes de su posición y le quieren sacar provecho, pero no tienen la suficiente experiencia como para sacarle todo el jugo que podrían, lo cual los deja mas vulnerables a los interrogatorios de un experto como tu.

- Wow. -Dijo el chico al escuchar tu comentario- ¿Como es eso? Aun no he escuchado nada.

Mientras Arian probaba su Whisk, se fijó en el joven camarero y en su reacción a la revelación de lo que estaba ocurriendo en la calle y de lo que había pasado. Parecía que el chico no sabía nada, ¿O sería eso era lo que le habían ordenado contestar? 

El detective continuó charlando, para ver si conseguía hacer que el empleado bajase la guardia - Ya sabes que en esta ciudad un crimen es lo más normal del mundo, pero joder, parece ser que hubo una puta matanza con desmembramientos y todo. Y según se dice, ocurrió hace unos días en la azotea de este edificio. ¿Quizá alguien en la zona VIP cabreó al tipo equivocado?

En esta situación havian dos posibles ecenarios, que el chico sea tan bueno fingiendo que simplemente no te hallas dado cuenta de si te estaba ocultando información o algo así, o era que simplemente era verdad que el chico no sabia nada. De todas formas no pudiste sacar mucha información solo viendolo. El siguió haciendo sus cosas de Bartender mientras hablaba contigo y no llegaste a notar nada extraño en su comportamiento.

-Wow, -Dijo el chico- ¿Quienes estan diciendo esas cosas de nosotros? Dejeme decirles que esas son puras mentiras. Una de las reglas de la casa es dejar todos los problemas de la puerta para afuera... Ademas, la jefa no deja que nada así ocurra aquí, mucho menos algo como eso. Aqui se hace un esfuerzo por mantener la seguridad.

El chico hablaba con soltura y calma, lo unico que le saco una reacción fue la parte de que alguien estaba diciendo que todo se origino en el club, pero del resto, el muchacho hablo de forma tan casual que era simplemente imposible creer que estaba ocultando algo.

- Aun así, -Siguio el chico buscando hacer mas conversación- ¿a que refiere con eso de una masacre? ¿Hubo un tiroteo o algo así?

El muchacho no parecia saber nada, pero tal vez si tocas algua que otra tecla clave sobre el caso puede que te termine dando alguna pista sin darse cuenta o algo por el estilo. Todo era cuestión de que tan bien elegias tus palabras.

La situación estaba frutrando un poco al detective, quién quería acabar cuanto antes con el caso para volver a su plácida vida. El chico parecía no saber nada, y Arian no habría dicho nada más si no le hubieran preguntado por los detalles. No solía ser muy dado a contar información de casos, pero algo tendría que hacer para terminar su copa a gusto sin que la detective De Soto le dijese nada.

- Nada de tiroteos, eso habría sido muy típico. Han arrancado partes del cuerpo a un puto Asirio, ni más ni menos. 

Con la mención del Asirio, si Arian no veía el más mínimo gesto en el joven, sería que estaría tocado de la cabeza, así que el detective volvió a fijarse en el camarero, para ver cualquier mirada o gesto delatador.

Hasta ahora el chico del bar no a reaccionado de ninguna forma a nada de lo que le has dicho. Ya tenias prácticamente claro el hecho de que el de verdad no sabia nada sobre esta situación, pero un detective con tu experiencia sabe como sacar información incluso de quienes no saben directamente nada.

Mencionar que fue un Asirio la persona asesinada no era como si no estuvieses diciendo nada, y mucho menos cuando era uno de rango así como lo era la victima. Un cliente como este no es uno que simplemente entra a un club como este sin que nadie se entera de quien es. Así que, por lógica, incluso un chico como el tuvo que haberse enterado de que el Asirio en cuestión estuvo aquí.

- Uy… -Dijo el chico sin encontrar bien que decir- Eso… Eso es… Eso es radical. -Dijo al final como que si se le acabase de pasar por la cabeza una forma de responderte- Mierda, sea quien sea que hizo eso debe tener las bolas del tamaño de todo el puto nivel 3, mira que matar a un Asirio así… ¿Donde ocurrió eso? ¿No se sabe quien lo hizo?-Pregunto el recuperando la compostura.

Justo como pensaste, tu mención del Asirio habia movido algunos cables en la cabeza del chico. Puede que el no sepa nada del asesinato en si, pero este chico debe saber algo con respecto al Asirio que estuvo aquí hace un par de noches.

Definitivamente el no era el mejor bartender-colector de información con el que te habías encontrado a lo largo de tu carrera. Si seguías haciendo las preguntas adecuadas y comentarios certeros, serias capaz de enterar en la cabeza del muchacho en un santiamén, lo cual era curiosamente emocionante. Hacer trabajo real de detective no estaba mal de cuando en cuando.

Arian sonrió levemente al ver la reacción del barman Por fin un pequeño hilo del que poder tirar y dejó pasar un poco de tiempo sin decir nada, saboreando su bebida lentamente para que el chico fuera poniéndose nervioso. - Radical… esa palabra se queda corta con lo que ocurrirá cuando vengan aquí los asirios. Arrasarán con todo el local, y Dios sabe qué harán con los trabajadores, sobre todo con los que estuvieron aquí el día que ocurrió. Sólo es cuestión de tiempo que averigüen que todo comenzó aquí para que vengan a imponer su ley, a no ser que se entregue al culpable antes de que eso pase, pero como nadie ha visto nada… 

Era importante dejar tiempo para que el joven asimilase la situación y que comprendiese que estaba jodido. Arian continuó saboreando su Whisky lentamente, echando de vez en cuando un vistazo al local y asegurándose de que su compañera no se había metido en ningún lío. 
- Por cierto, no te he dicho a que me dedico. Soy una persona que arregla desastres como este, garantizando discreción. Tú me rascas la espalda y yo te la rasco a ti, ¿Entiendes? En mi profesión me vendría bien tener los ojos de un chico listo en nómina, y nadie tendría que saber que me ayudas. ¿No te apetece llevarte a casa un sobresueldo fácil? El detective intentó hacerle creer al chico que, poniéndose de su lado, sacaría grandes beneficios, ya que pensaba que al ser tan joven sería ambicioso y no habría llegado a desarrollar una completa lealtad a sus jefes.

Recién encontraste el botón correcto que presionar no dudaste en lanzarte de cabeza a presionarlo con fuerza. Mencionar de forma tan directa que sabias que el Asirio asesinado habia salido de aquí antes de que lo mataran hizo reaccionar al chico haciendo que perdiese su expresión de confianza y se terminase de entregar a tus merced. La verdad es bastante difícil que lo primero que hagan los Asirios al enterarse de que su miembro estuvo aquí justo antes de ser asesinado tan brutalmente sea asaltar el local a la fuerza, lo normal seria que primero se pasara alguien por acá preguntándole a la dueña que habia ocurrido, pero si la cosa no salia bien en ese momento, allí si pasarían a tomar medias mas drásticas para extraer información.

Los Asisrios se toman muy en serio eso de la venganza, así que son capaces de hacer lo que sea por averiguar que fue lo que le ocurrió a su miembro asesinado, y el chico parecía estar al tanto de eso, pues recién mencionaste lo de que ellos podían venir a hacer un desastre en el local, el joven tragó saliva con una cara cada vez mas llena de preocupación, de seguro ya se le estaba pasando por la cabeza abandonar su trabajo antes de que sea demasiado tarde.

- O-oye... -Dijo el chico hablando en voz baja- No voy a preguntar como sabes todo esto o que crees que paso aquí pero, ese Asirio no murió aquí. N-nosotros no lo matamos ¿de acuerdo?

En este punto el chico debe estar pensando que tu debes ser alguien enviado por las mafias para investigar que habia ocurrido o algo por el estilo. Alguien con mas experiencia tal vez halla hecho la conexión correcta en su cabeza y adivinado que eres un detective, pero al parecer ese no era el caso con este chico. Allí fue cuando hiciste tu próximo movimiento, ofrecerle una salida que no dependiese de el. El chico no tenia la mas mínima idea de que era lo que podías hacer, pero si sabias todo eso, por ende ya debías ser alguien con recursos, y si esa persona con recursos le estaba ofreciendo una forma de salir de allí sin una bala en el entrecejo, el chico no dudar mucho antes de aceptarla.

- ¿Un arreglador? ¿Como los de la TV? -Preguntó el chico confundido- C-como sea. ¿Me estas diciendo que puedes hacer que todo este problema desaparezca o que solo me ayudaras a mi?

El miedo es una cosa poderosa. Solo te tomo unos cinco minutos de hablar con un chico y listo. Ahora si que lo tenias a tu merced.

Arian sonrió para si mismo después de notar que había atrapado al chico. Ahora sólo quedaba rematar la faena para conseguir toda la información posible sobre aquel caso y así intentar salir de ese problema cuanto antes.

- Si, un areglador... Se podria decir que soy algo así. Dijo siguiéndole la corriente. - Puedo hacer que el problema desaparezca para ti y para quién tú quieras,  pero para eso necesito saber exactamente qué ocurrió aquella noche. Cuantos más datos puedas darme, mejor podré ocuparme del tema.

Odias notar que el chico seguía dudando un poco sobre cooperar contigo, pero de todas formas, a este punto, ya estaba claro que no iba a echarse para atrás. Al escuchar lo que dijiste acerco su cabeza sobre la barra para estar mas cerca de ti y hablar en voz baja con mas comodidad.

- Yo… La verdad yo no se mucho. -Dijo el chico- Si vi al Asirio llegar, y vi que subió al área VIP. Los empleados como yo no tenemos acceso a esa zona así que no se que ocurrió, pero un par de horas después de que el tipo llegase se escucharon ruidos extraños arriba. No fueron disparos así que no podría decir te que pasó, pero lo que si se es que después de eso, dos de las chicas que trabajaban en VIP desaparecieron y hay una habitación a la que nadie tuvo acceso por dos días. Eso es todo lo que se. -El chico miro hacia los lados de forma disimulada para verificar que nadie los estuviese escuchando antes de seguir hablando- Tu… Tu dices que puedes hacer que este problema desaparezca ¿no? Entonces deberías hablar con la jefa. Yo puedo conseguirte una reunión con ella.

Era de esperar que el chico no supiese mucho sobre lo que habia ocurrido, pero la verdad, aparte de tener un la confirmación de que el crimen definitivamente se cometió aquí, ahora tenias un contacto dentro del lugar, y una posibilidad de reunirte con la jefa del lugar, lo cual podría ser una muy buena y mala idea al mismo tiempo. Seria una buena forma de reunirte con la gerencia del lugar sin armar un escándalo, pero reunirte con una jefa del crimen organizado de la zona sin seguir el procedimiento normativo siempre podría llegar a ser algo peligroso, era un alto riego por una buena recompensa si decidías jugártela.

Esta vez, el detective no sonrió como antes, ya que la idea de reunirse con la jefa no era algo que le entusiasmara mucho. Era verdad que si jugaba bien sus cartas podría, conseguir una aliada muy potente, pero por otra parte corría el riesgo de acabar como el Asirio.  Después de unos segundos titubeando, Arian decidió seguir con su papel de “arreglador” seguro de sí mismo y asintió al joven - Ok, intenta conseguirme una cita con tu jefa y yo arreglaré el problema. También sería de ayuda si me dieras los nombres de las chicas que trabajaban en la sala VIP, las que desaparecieron. Arian imaginaba que esas chicas estarían bajo tierra, pero seguirlas a ellas quizá le diera más respuestas sin jugarse el cuello. -¿Cuándo podrás hablar con tu jefa? ¿Está aquí ahora? 

El chico parecía estar un poco mas relajado ya que habia hablado contigo. La idea de que alguien mas se encargaría de que esta situación de forma tal que esto no le afectase sin que el tenga que hacer mucho trabajo le debía gustar bastante. Viste como una pequeña sonrisa de satisfacción y calma se pintó en la cara del chico. Ya que confiaba en ti, no tenia razones para ponerse tenso.

- Oye, -Dijo el chico cuando escucho que preguntaste por las chicas de la zona VIP- Yo solo soy un simple bartender junior aquí. No tengo permiso ni de subir a la zona VIP. Se que pasó lo que pasó, porque todos los que trabajamos aquí sabemos de eso, digo, fue imposible no darse cuenta… Dicho eso -Comenzó a decir después de darse cuenta que esa respuesta no era para nada constructiva- Podría preguntar por allí a las chicas para ver si logro conseguir algo.

Haber encontrado a un bartender con tan poca experiencia habia sido toda una bendición. Si hubiese sido alguien con mas experiencia, era posible que incluso ahora siguieses hablando con el tipo para siquiera ver si era posible sacarle información. Este chico era lo suficientemente inexperto como para dejarse manipular por ti y como para no darse cuenta de que eras un policía, cosa que la verdad no era tan fácil, pero a lo largo de tu carrera has interactuado con gente que con solo verte ya saben a que te dedicas.

Este chico solo te hizo el trabajo mas fácil. La ligera sonrisa que tenia en su cara indicaba que estaba dispuesto a cooperar de buena gana, y fue por eso mismo que te sorprendió la rapidez con la que esa sonrisa desapareció de su cara cuando mencionaste que querías ir a ver a la jefa del lugar de una vez. Fue una reacción inmediata, en un instante estaba sonriendo y al otro no. Hizo parecer como que si toda la tensión que el chico se habia quitado de encima con solo hablar contigo hubiese regresado sin advertencia alguna.

- Yo… De que puedo conseguirte una reunión con la jefa ahora mismo puedo pero… ¿Está seguro? -Dijo el chico claramente preocupado por tu petición- Bueno, quien soy para hablar. -Siguió en un intento de quitarse la preocupación- Usted parece un hombre que conoce su trabajo… Aun así, tengo que preguntar de nuevo ¿está seguro?

¿Que si estoy seguro? ¡Joder, claro que no! Pero es el puto trabajo que me han mandado y encima con una niñera vigilando todo el rato. Tengo que demostrar que soy legal y eficiente para que no metan las narices en mis asuntos. Además,  siempre está bien conocer a los jefes de estos lugares para intentar añadirles a mi nómina. - Claro que estoy seguro. Mintió Arian - Si no estuviera seguro en todo lo que hago, no tendría éxito en lo mío. Esa era una de las claves para engañar a los pardillos, la confianza.

Mientras mandaba al chico a ver si conseguía que la jefa se reuniera con él,  el detective buscó a su compañera para ver cómo le iba a ella.

- V-vale. -Dijo el chico un tanto sorprendido ante tu seguridad- Espera un rato por favor, tengo que comunicarme con la jefa. No se va a tardar mucho.

Al decir eso, el chico se alejó un poco de ti y comenzó a buscar algo por debajo de la barra. Debía ser un teléfono o algo así para comunicarse con los encargados del lugar. La verdad, de aquí a que viniese alguien para buscarte para llevarte con la jefa no debería pasar mucho tiempo, puede que a primera vista encontrar a alguien entre la multitud de un lugar como este parezca imposible, pero la seguridad era tan buena que no tardarían ni cinco minutos en dar contigo sin importar en que parte del club estuvieses. Así que sabias que podías levantarte de la barra para ir a buscar a tu compañera comodamente, sin riesgo a que luego pierdas tu reunión con la jefa porque los guardias no te hallan encontrado.

Puede que los guardias no tuviesen ningún problema en encontrarte, pero tu si tendrías un par de problemas para encontrar a tu compañera entre toda esta gente. El club estaba repleto a reventar de gente a estas horas. Entre los clientes y las chicas vestidas de formas provocativas del personal, no podías reconocer a ni una sola persona a tu alrededor. Por suerte, eres un detective en servició, así que justo ahora tenias acceso a el sistema de localización de la central que te diría la posición exacta de tu compañera.

Según el sistema ella estaba un tanto apartada de ti. La barra estaba en el extremo derecho del club, mientras que ella estaba en el extremo izquierdo. Te abriste paso como pudiste entre la multitud, tratando de ignorar la multitud de olores que desprendían las sustancias tanto licitas como las ilícitas que los clientes debían estar consumiendo en este lugar, hasta que por fin llegaste cerca de la posición de tu compañera.

Si el extremo derecho del bar donde habías estado era para beber, el extremo izquierdo a donde fue De Soto era para buscar sexo. En esa zona habían un montón de sillones que se veían bastante cómodos, y en los sillones estaban sentadas dos o tres chicas del local esperando para atender a un cliente. Era como un cabaret, las chicas se sentaban junto al cliente para hablar y servirle alcohol e incluso dejarse tocar un poco, pero con la diferencia con un cabaret era que si tenias suficiente dinero podías pedirle a una de las chicas que te acompañase a una de las "Habitaciones Divertidas" para pasar "Un Buen Rato".

La prostitución es legal en el nivel 3, pero está regulada de forma muy estricta. Muy pocos establecimientos tienen permiso para ofrecer servicios de ese tipo, sobretodo lejos del centro, lo cual es bastante curioso considerando que en estas calles puedes encontrar sexo en prácticamente cada esquina si prestas suficiente atención. Como sea. Tomando en cuenta la forma en que esto está organizado, parece que este local tiene permiso para la prostitución.

Desde donde estabas pudiste encontrar a tu compañera y ver lo que estaba haciendo. Allí estaba ella, estaba en uno de esos sillones, rodeada por otras tres chicas mas o menos de su edad o incluso un poco mas jóvenes. De Soto parecía divertirse bastante desde donde la podías ver, las chicas parecían estar bastante interesadas en ella y tu compañera hablaba sin parar, haciendo reír a las empleadas del establecimiento de forma consistente. Estabas seguro que algunos de tus compañeros en la oficina se podrían celosos de ella si la viesen allí rodeada de mujeres tan atractivas que estaban interesadas en ella. De Soto parecia estar disfrutando eso de tal forma que por un momento se te pasó por la cabeza la idea de que de se halla olvidado del trabajo, pero luego recordaste de que se trataba de Laura De Soto, la “Santa” del C.I.C. Era imposible que se halla olvidado de hacer su trabajo. De seguro debía estar recopilado información con esas chicas así como tu lo hiciste con el bartender.

Interferir en el trabajo de De Soto seria una mala idea, así que te limitaste a mirarla desde la multitud mientras esperabas a que te viniesen a buscar para ir a ver a la jefa del lugar, lo cual, por suerte o desgracia, no tardó mucho tiempo. Tuvieron que haber pasado solo unos dos o tres minutos desde que encontraste a tu compañera hasta que llego un hombre trajeado y se paró frente a ti. Ojos serios, expresión mal humorada, cara que parecía de metal, y claramente lleno de implantes de arriba a abajo. El típico guardia de club del nivel 3. El tipo se paró frente a ti y después de verte de arriba a abajo, comenzó a hablar.

- Usted debe ser el arreglador ¿no? -Preguntó el hombre aunque de seguro ya sabia la respuesta- Venga conmigo. Madame Bernux quiere verlo.

Al ver a su compañera tan extrovertida y desenfadada, Arian llegó a pensar que quizá había consumido alguna sustancia, pero al recordar su reputación dedujo que se habría metido en algún papel para conseguir que las trabajadoras se abriesen a ella y así sacarles información. El detective simplemente le hizo un gesto para hacerle saber que seguía ahí,  y señaló con los ojos y la cabeza hacia arriba, esperando que su compañera entendiese que se iba arriba.

Cuando el guardia le encontró,  Arian intentó demostrar seguridad una vez más y simplemente dijo - Vamos para acto seguido seguirle hasta donde estaría la tal Madame Bernux. A partir de ahora tendría que medir muy bien sus palabras si no quería acabar cortado en trocitos ¿Quién cojones me mandaría meterme en este lío? Es cierto que si consigo ganarme a Bernux para futuras colaboraciones conseguiré hacer mucha pasta, pero un paso en falso y no saldré de aquí con vida.

De Soto se percato de tu presencia cuando la mirabas de lejos. Como era de esperar de una detective con su habilidad, hizo parecer como que si no te hubiese prestado la mas mínima atención y siguió hablando con las chicas a su alrededor. De todas formas, lo que si hizo fue enviarte un mensaje por IMS, lo cual hizo que una notificación digital apareciese en una esquina de tu campo visual.

“Estoy teniendo progreso. Cuando salgamos de aquí te explicaré todo”

Al escuchar tu respuesta positiva, el guardia asintió y comenzó a caminar esperando a que lo siguieses. El tipo te guió por entre el mar de gente hasta que llegaron a una puerta que estaba en una esquina del club. Esa puerta estaba resguardada por dos guardias mas quienes simplemente los dejaron pasar sin siquiera voltear a mirarlos. Al pasar por esa puerta y que se cerrara a tus espaldas, el volumen de la música del club se redujo considerablemente. Por fin se escuchaba lo suficientemente lejos como para que dejase de molestarte y pudieses escuchar tus pensamientos en paz.

El guardia te guió por unos pasillos y una escalera que los llevó al piso de arriba. Se notaba que toda esa zona era exclusiva del personal. No podías escuchar voces y las pocas puertas que habían eran metálicas y tenían pinta de ser almacenes de equipamiento para el local. Caminaron por un rato hasta llegar a unas escaleras, en este punto ya la musica del club no se escuchaba en absoluto y el único sonido que los acompañaba era el de tus propios zapatos contra el suelo.

Después de subir las escaleras, caminaron por un ultimo corto pasillo que los llevó a una ultima puerta. El guardia se detuvo frente a la puerta y se dio la vuelta y te miró nuevamente.

- Madame Bernux lo espera del otro lado. -Dijo el guardia- Pero antes de entrar requiero que entregue cualquier arma que esté cargando consigo mismo en este momento.

Esto te lo veías venir, incluso se podría decir que mas bien se habia tardado bastante en tomar estas medidas de seguridad.

Arian sonrió levemente al leer el mensaje de su compañero La madre que la parió ... tenía que haber dejado que se encargase ella del tema mientras me tomaba unas copas,  ¡Pero no! ¡Tenía que jugarme el cuello para quizá conseguir un buen contacto. ¿Quién me mandaría?

Al llegar a la puerta del despacho de Madame Bernux, si es que de verdad le habían llevado hasta allí y no a una habitación insonorizada para acabar con él, Arian entregó su arma y recitó mentalmente la máxima del Zoroastrismo Pendar-e Nik, Goftar-e Nik, Kerdar-e Nik. Era gracioso, ya que él nunca tenía buenos pensamientos, ni buenas palabras, ni mucho menos buenos actos,  que era lo que se recitaba en su religión,  pero la gente en momentos de miedo acude a su Dios, aunque en el día a día nunca crea en él. 

Ya no hay vuelta atrás,  así que no es momento de llorar. Pensó mientras cruzaba la puerta, esperando encontrarse con Madame Bernux.

El guardia tomo tu arma con calma y la guardó dentro de su propia gabardina. Entonces, sin decir mas nada, se dio la vuelta, dio un par de pasos hacia la puerta y comenzo a abrila de par en par. Fue un momento bastante tenso aunque no lo pareciese. No era como que si esta fuese la primera vez que haces algo como esto, pero de todas formas es imposible no estar nerviso. Tratar con un lider de una banda de motoristas rebeldes era una cosa sencilla, pero tratar de sacarle información a una lider un grupo criminal bien organizado como esta es una liga completamente distinta.

Normalmente al hacer algo comoe esto lo mejor es tener la mayor cantidad de información posible sobre la persona con la que vas a hablar, pero el problema era que de esta "Madame Bernux" no se sabia mucho. Ya habias escuchado de ella antes. Su nombre habia aparecido en los radares de CIC hace un par de años cuando su grupo entró en una guerra abierta con otra mafia llamada Millenium que resulto en la erradicación completa de la mafia que se enfrento a ella. Ese hecho por si solo era suficiente como para hacerte una idea del calibre de persona a la que estabas a punto de ver. A parte de eso, no hay mucha información sobre esta Madame, no hay pruebas de los actos que ha cometido, no hay registros personales importantes, nada... O por lo menos nada que tu sepas. Así que estabas entrando en esto casi a ciegas, solo sabiendo que debes tener cuidado.

El guardia terminó de abrir la puerta y se apartó a un lado para dejarte pasar.

Tras la puerta habia una habitación un tanto grande pero no mucho, era un poco mas grande que la sala de tu apartamento. Habia una mesa de cristal en el centro rodeada por un par de sillones grises, y al fondo un escritorio de madera con una computadora, un teléfono varias pilas de papeles sobre el y un juego de te blanco. A parte de ti, dentro de la oficina habían otras dos personas, ambas mujeres pare ser mas especifico.

Una estaba parada justo tras el escritorio al final de la sala y te miraba fijamente con una cara mas bien amigable desde que entraste.

Al verte entrar, la mujer mantuvo silencio por un instante, hasta que repentinamente alzó la voz.

- ¡Buenas tardes señor! -Dijo la mujer- Mi nombre es Amelia Bernux, la dueña de este establecimiento. Mis empleados me informaron de que usted esta ofreciendo sus servicios en pro de ayudarme con mi pequeño dilema. -Habló de forma bastante formal pero sin que su voz perdiese un peculiar toque de amabilidad que de alguna forma logro aligerar un poco la tensión que tenias encima- Digame, ¿que clase ayuda me puede ofrecer?

Viendola desde un tanto lejos como en donde estabas parado no pudiste analizarla bien, pero desde donde estabas pudiste deducir unas cuantas cosas. Ella era un poco mas alta que tu, 1,76 aproximadamente, y tambien parecia ser como minimo unos 4 años mas joven. Bastante apuesta tambien valdria la pena agregar. Al entrar aquí tu te estabas esperando de todo, de todo exepto una mujer que parece ser una persona educada y normal.

A la vez que Madame Bernux terminaba de hablar, y tu de analizarla, tu atención se vio repentinamente atraida hacia el sofa que estaba junto a la mesa de cristal. O mas espesificamente, a la mujer que estaba sentada allí. Esta era una figura que inmediatamente saltaba mas a la vista y te hacia poner alerta. Ddesde donde estabas lo unico que podias ver era una mujer vestida con una gabardina azul, un top y unos bombachos bebiendo alcohol en silencio en el sofa, pero que inmediatemente reconociste como alguien potencialmente peligroso. De nuevo, desde donde estabas no podias ver mucho de ella, pero habia algo que te indico que tenias que tenerle un ojo encima solo con verla. ¿La voz de la experiencia tal vez?

La mujer del sofa no dijo nada, así que tu no tenias razon para dirigirte ella, mientras que si tenias todas las razones para hablarle a Madame Bernux. Tenias una negociación que hacer, información que descubrir y evitar que decidieran desacoplar tu cabeza de tu cuerpo. Así que no hay palabras que perder.

Llegó el momento de la verdad Pensó Arian mientras recorría la sala con la mirada. La tal Madame Bernux no era para nada como esperaba el detective,  y verla tan amable y educada fue algo que le puso en tensión,  ya que era el tipo de persona que lo tendría todo bien calculado y que no actuaría por impulsos a lo loco.

Arian sonrió a su anfitriona, y decidió ir directo al grano - Buenas tardes señora Bernux Prefirió no usar el término "Madame" por si acaso le sentaba mal. Y también evitó usar el "señorita" por si lo veía como una falta de respeto. - Creo que sabrá quién soy en realidad y por qué estoy aquí,  así que si siguiera con la falsa sólo estaría faltándole al respeto, y eso es lo último que querría hacer. Arian estaba seguro que Madame Bernux ya sabía que era un poli, así que ni siquiera intentó ocultárselo. - Soy el detective Arian Sadeghi,  y me han encomendado el caso del Asirio y del resto de asesinatos similares. La verdad es que preferiría estar en otro lado, pero el gilipollas de detective asignado originalmente está de baja y el cabrón mi jefe me odia mucho, así que...¡Aquí estoy! Arian intentó ser simpático,  aunque lo que si que no hizo fue realizar ningún movimiento brusco para que la mujer de la gabardin azul no se mosquerara. Algo le decía al detective que estaría muerto si intentaba algo raro. - El caso es, que tanto usted como yo estamos metidos en esta mierda, e imagino que cuanto antes salgamos de ella mejor, ¿No? Quizá esta presuponiendo demasiado, pero era la única baza que tenía Arian para salir de allí con vida. - Está claro que si yo he descubierto que el Asirio fue asesinado aquí,  su banda no tardará en descubrirlo también,  y entonces vendrán aquí en busca de respuestas,  y ambos sabemos que esa gente no se anda con tonterías. ¡Ojo! No digo que usted no podría pararles, su reputación le precede y más después de lo que pasó contra la banda Millenium, pero me da que no sería bueno para el negocio que esos tipos se pasasen por aquí. Así que, lo que yo le propongo es que me dé un chivo expiatorio.  Alguien a quién pueda llevarme a comisaría, cargarle los muertos, y que los Asirios vayan a por él. Usted se los quita de encima, yo cierro el caso, y luego ya puede pasar dos cosas: Uno, yo me olvido de usted,  de este local y de todo lo que quiera. O dos, nos hacemos colaboradores. Yo le aviso de redadas, borro sus huellas, ayudo a sus hombres con temas legales, y a cambio me da algún esbirro que le sea inservible para que yo pueda presentar arrestos de vez en cuando y quedar bien en la comisaría. ¿Qué le parece? ¿Podemos hacer negocio? 

Ahora la pelota estaba en la cancha de Madame Bernux,  y sólo quedaba esperar si saldría de allí con un trato o en caja de pino.