Partida Rol por web

El reloj de tu teléfono marcaba las 10:50 pm. Hacia frio en el callejón en el que te metías para vender tus “productos”. Estabas en alguna parte del centro del nivel 3, las luces de aquí eran mas fuertes que en el resto del nivel, las calles mas ruidosas, y las personas mas estresadas, por ende, era el lugar perfecto para hacer tus negocios. Era cierto que la policía aquí era un poquito mas seria que en el resto del nivel, pero no eran lo suficientemente serios como para que no pudiese arreglar algo con un poco de dinero. Habían burdeles y casinos pequeños en cada esquina, la gente de aquí siempre buscaba diversión y tu simplemente les ofrecías una forma de mejorar su experiencia es un ganar y ganar.

Esta noche no vendiste mucho, solo vendiste siete capsulas de Chilum y unos cuantos gramos de Mariha. Últimamente el negocio este yendo un poco mal. Dan dice que es por culpa de esa nueva droga, Blue Feaf, que todos andan consumiendo últimamente. Los rumores dicen que es la cosa mas brutal de la historia y ahora todos quieren meterse de esa mierda y están como locos buscado a alguien que venda. Tu aun no la has probado, es mas, ni siquiera la has visto en tu vida, no es fácil de conseguir, y tal vez por eso es que tu aun eres capaz de vender cosas mas fuera de moda. Dan ha estado investigando un poco acerca de como conseguir aunque sea un poco para vender, pero si ya es difícil encontrar para consumir, encontrar para vender a sido todo un martirio. Nadie sabe de donde viene o quien la produce, los rumores dicen que las pocas personas que la venden son gente extraña y que no son los típicos dealers de por allí. No eres capaz de decir exactamente que es, pero hay algo en toda esa historia que huele mal. Por tu experiencia puedes estar seguro de que este es el tipo de cosas por las que la gente del CIC estaría partiéndose la cabeza en estos momentos.

De algún momento a otro, mientras estabas esperando a ver si alguien mas llegaba a comprar algo, tu teléfono vibro para indicarte que habia llegado un mensaje de voz. Era de Flash. En la grabación podías escuchar el sonido del viendo chocando contra el micrófono y el motor de su moto.

- Yo, Kenzo. Dan me envió un mensaje diciendo que quiere que nos reunamos en el bar Munchkin. Dice que el esta cerca de allí o algo por el estilo. Yo ya estoy en camino, nos vemos allá.

El Bar Munchkin no quedaba muy lejos de donde estabas, en moto te tardarías unos diez minutos o tal vez un poco mas en llegar.

Una sonrisa afilada se dibujó en los labios de Kenzo cuando escuchó el mensaje de Flash. Hasta ahora la noche no había sido muy fructífera para el japonés, así que recibió con satisfacción el aviso de que Dan los esperaba y aunque Kenzo no se quería hacer muchas expectativas respecto al motivo de la reunión confiaba en que su hombre por fin tuviera alguna información sobre la Blue Feaf.
 

 Poco más iba a hacer en ese frío y sucio callejón, así que Kenzo se puso en movimiento.  Se cerró bien el tres cuartos, se caló el casco que había dejado sobre el asiento de la moto y con un movimiento fluido se subió a la potente máquina, una Harley Suryanation. 

 Cuando Kenzo colocó el pulgar derecho en el botón de encendido con lector biométrico la moto se activó con un zumbido y el panel de instrumentos se iluminó con un tono rojizo al igual que los anillos LED de las ruedas. El joven  agarró con soltura el manillar, se recostó sobre el depósito y metió gas; la moto salió disparada del callejón con un rugido dejando tras de sí una estela de luz roja y levantando el agua acumulada en el suelo.

La Suryanation se abrió paso entre el denso tráfico pilotada con habilidad por el joven que gritó satisfecho con el rendimiento de la moto. Esa misma tarde había sacado el vehículo del taller de Ruby y tenía que reconocer que la piba, una vez más, había superado con creces sus expectativas; el nuevo sistema de inyección de combustible que la habilidosa mecánica había instalado mejoraba de manera notable la potencia del motor. 
 

 Kenzo sonrió, una vez más, al recordar a la sexy y voluptuosa Ruby cubierta de sudor y de aceite de motor. El pulso de Kenzo se aceleró y con la hermosa mujer en mente subió una marcha más y recorrió los últimos kilómetros hasta el Munchkin. Después de todo, el día no había estado tan mal y por un rato olvidó toda esa mierda del Blue Feaf.

Llevar tu moto a donde Ruby fue definitivamente un acierto, no solo conociste a una chica de alto “calibre”, si no que tambien la Suryanation tenia tiempo sin sentirse así de bien, y tu te podías dar cuenta con solo sentir las vibraciones del motor. Hoy en día hay pocas personas que saben como tratar un motor de gasolina de la forma en que lo trató Ruby, de verdad que la chica hizo un trabajo remarcable. Manejar por la calle con la velocidad que llevabas sin que la moto hiciese algún sonido extraño fue satisfactorio, y terminaste por llegar al bar antes de darte cuenta por lo mucho que estas disfrutando el viaje.

Supiste que este era el lugar correcto al ver las motos de Flash y de Dan aparcadas frente al bar. La Lotus 8000 de Dan era fácil de pasar por alto, pero la Artemis 125 de Fash era simplemente imperdible, así que solo fue cuestión de encontrar la moto de Flash y para saber que la moto que tenia al lado era la de Dan.

El bar Munchin era un tanto grande tanto por fuera como por dentro, abarcaba el estacionamiento y toda la planta baja del edificio donde estaba. Este es uno de esos bares que tienen una base de clientes regulares bastante amplia, así que buscar a Flash y a Dan fue un tanto complicado entre toda la gente que estaba dentro del lugar, la música a todo volumen y las provocativas camareras que de cuando en cuando te robaban la atención. Por suerte, Dan fue capaz de verte desde la mesa en que el y Flash estaban sentados esperándote y comenzó a hacerte señas hasta que te percataras de donde estaba.

- ¡Kenzo! ¡Aquí! -Gritaba desde su mesa.

 Kenzo soltó una carcajada cuando vio la mesa desde la que Dan le hacía señales. Su colega, como era habitual, había pillado sitio junto a una plataforma desde la que una impresionante gogó lo daba todo al ritmo de la frenética música. Hologramas proyectados de pulsantes rayos de energía recorrían la cimbreante silueta de la chica.

 Kenzo terminó de abrirse paso entre la gente y mientras se sentaba le dedicó una sonrisa a la gogo, luego miró a sus compadres mientras soltaba un silbidito y chocó la mano con ellos - ¡Ey tíos!, esto está petado hoy. En el centro también había movida, pero apenas he vendido una mierda. - Kenzo colocó sobre la mesa la pequeña bolsa táctica donde había guardado la pasta ganada y la deslizó hacia Flash.

 Leon era una "caja de seguridad" cojonuda y había que ser un auténtico gilipollas o estar muy empapado de alguna mierda chunga para solo pensar en darle el palo. 

 - Intentaré colocar algo más antes de irnos de aquí, la peña parece animada. Joder, estoy seco, ¿pillamos algo de beber o qué? - Kenzo hizo un gesto a la camarera más cercana para que se acercara.

 - Y bien colegas, ¿como os ha ido a vosotros? - 

Por alguna razón, poco después de que te sentaras, sea quien sea que estaba controlando la música del bar, le subió volumen a la música mas halla del doble de lo que ya estaba y la puso tan alta que tenían que hablar casi que a gritos entre ustedes, incluso podías sentir las vibraciones de los bajos cuando sonaban, pero de todas formas podías estar seguro de que nadie cerca de ustedes los escucharía hablar por mas que estuviesen gritando, aunque de todas formas, no es como si alguien dentro de ese bar fuese a decirles algo sobre lo que iban a discutir, nadie se metía en los negocios de los demás.

- Hoy hay una fiesta o algo por el estilo. -Grito Flash desde su asiento para explicarte que estaba ocurriendo en al bar mientras contaba el dinero que le pasaste- La cosa se va a poner aun peor dentro de poco.

- Justamente por eso elegí este lugar, -Le contesto Dan a Flash- así estaremos seguros de que nadie nos escuchara.

Parecía que Leon no estaba muy de acuerdo con haberse reunido en este lugar, y no era sorprendente, el es una persona a la vieja usanza, de seguro preferiría discutir lo que sea que vallan a hablar en un callejón o en algún lugar mas oscuro y con menos ruido que este. Pero Dan tenia razón, para gente de poca monta como ustedes, este tipo de lugares son los mejores para discutir cosas que no quieren que los demás escuchen, y lo mas probable era que Leon también lo supiese, porque no volvió a quejarse ni nada por el estilo.

 -Kenzo escucha esto. -Dijo mientras se acercaba a ti lo mas que podía para no tener que gritar tanto- Primero que todo, apareció alguien dispuesto a vendernos un poco de Blue. No es mucho, solamente un kilo, pero el royo es el siguiente. El tipo dijo que su grupo estaba buscando nuevos distribuidores, y que al parecer se entero de que yo estaba buscando comprar Blue por allí pare vender, así que decidió buscarnos para ofrecernos un trato. Aquí es donde se pone interesante, el tipo dijo que si somos capaces de vender ese kilo en una semana, va a considerar convertirnos en distribuidores regulares. ¿Que te parece? ¡Esto es justo lo que necesitabamos!

Esta era una oportunidad única de verdad, no todos los días alguien aparecía, pero al mismo tiempo eso lo hacia ser un trato potencialmente peligroso. Este son el tipo de cosas que solo pueden salir o muy bien o muy mal, no había termino medio, y eso era si es que no estaban destinados a salir jodidos desde un principio, aun así, era cierto que para completar tus metas a largo plazo, esta era una oportunidad de perlas, una en un millón.

De un momento a otro, mientras ustedes hablaban, la camarera del bar a que habías llamado, llegó hasta su mesa y se dispuso a hacer su trabajo y tomar sus ordenes.

- Buenas noches chicos. -Dijo con una sonrisa alzando la voz lo suficiente como para que la escuchasen- ¿Que desean ordenar?

Joder, el dj se había vuelto loco y le pegó un subidón a la música cojonudo. Los focos y cañones LED, situados en el techo y paredes, se movieron a un ritmo frenético creando un ambiente espectacular; varios laser disparaban rayos de luz intensa dibujando formas imposibles en el humo que se acumulaba en el techo abovedado. La noche prometía y el ánimo del japonés fue en aumento.

Los tres hombres se reclinaron sobre la mesa para hacerse oír sobre el pandemónium. Kenzo rio divertido ante la molestia velada de Flash sobre el lugar escogido para la reunión y entonces Dan soltó la bomba: podían conseguir Blue Feat.
-¡Dan, Dan, Dan! Te besaría si no fueras tan feo. - Kenzo bromeó e hizo el amago de agarrar de la cabeza a Dan y plantarle un beso en la frente. El japones volvió a acomodarse en su asiento, se quitó las gafas y miró fijamente a sus hombres, los ojos de Kenzo brillaron de manera extraña reflejando las luces del garito.
- Bien tíos, está es la oportunidad que estábamos esperando. Tenemos que organizarlo bien y para eso necesitamos información. Dan, ¿ya has quedado con ese tio? a ver si podemos averiguar algo de interés sobre él; consígueme una reunión con uno de los nuevos Datas que han aparecido por el distrito y si ya habéis escogido un punto de reunión estaría bien echarle un vistazo al lugar y trazar rutas de salida, por si la cosa se complica. -

Kenzo calló cuando la camarera se acercó y les pregunto que querían tomar. La tía estaba un rato buena y el ajustado vestidito que llevaba apenas dejaba nada a la imaginación. De la tablet de grafeno que la chica sujetaba en la mano salieron tres burbujas interactivas que volaron hasta quedarse flotando delante de los tres hombres y les mostraron, en un despliegue de sugerentes iconos, la selección de las bebidas y cócteles del Munchkin.
Kenzo fue pasando con el dedo las diferentes opciones y se decidió por el Nuclear Fussion Shooter. Con otro movimiento del dedo envío el pedido a la camarera y espero a que sus colegas eligieran. Cuando la camarera se marchó los tres siguieron con la mirada el contoneo de la exhuberante fémina.

- ¡Buufff! Jejjejeje. El cabrón que dirige este sitio tiene buen gusto, no se puede negar. Sigamos al lio. Vamos a centrar todos nuestros activos en esta operación, solo dejamos abiertas las vías de suministro para los Diamond Dogs del subdistrito 34 y los Savage Hunts del 9, para no quedarnos sin ingresar nada de pasta y tener un salvavidas. Dan, ¿tenemos precio para ese kilo? Que Flash te desvíe el dinero necesario y yo también necesitaré efectivo para pagar al Data. - Kenzo extendió una mano con el puño cerrado para chocarlo con sus dos hombres. - Y ahora, señores, toca un poco se cachondeo. Disfrutemos de los placeres que nos ofrece el Munchkin. Mañana ultimaremos los detalles. -
Mientras esperaban a que llegasen las bebidas, Kenzo barrió con la mirada el local. Si, un poco de fiesta les vendría bien: un par de copas y luego a echar un polvo y liar una bronca. Aunque no necesariamente en ese orden.

Dan se rió cuando hiciste la broma de besarlo. Este era uno de esos momentos en los que podías sentir como se le escurría el orgullo. El es el tipo de persona que disfrutan sintiéndose útil. Flash también dejo salir una sonrisa al ver la situación. Era cierto que Leon es un tipo distante y frio, y a veces era difícil saber que era lo que le pasaba por la cabeza, pero si te ha demostrado algo a lo largo de todos estos años juntos, es que por mas que no lo parezca, el de verdad los quiere a los dos. Tu eres uno de los pocos afortunados que puede decir que tienes gente en la que puedes confiar de verdad. Eran un grupo unido tanto en las buenas como en las malas. Confiabas en ellos y ellos confiaban en ti. En un mundo tan podrido como este, tener una amistad como esta es mas que invaluable, era una de las pocas cosas que quedaban en el mundo a las que se podía llamar una bendición de verdad.

- Aun no he cuadrado nada para la reunión con el tipo. -Dijo Dan volviendo al tema principal después de reírse- Quería hablar eso contigo antes que nada, pero no me debería tardar nada cuadrar todo. El tipo dijo que cuando hablase contigo podíamos ir a buscarlo cualquier día en el café en que nos reunimos hoy, podríamos ir mañana mismo si quisiésemos. No vale la pena ir a investigar el lugar, es un café cualquiera. Pero hablar con un Data no estaría mal. Flash, ¿te encargarías de eso? -Pregunto volteando la cabeza hacia Leon.

- Conozco a un chico que nos puede echar una mano. -Contestó- Kenzo, si quieres vamos mañana a visitarlo.

Si Dan decía que no hacia falta investigar el lugar de la reunión, era por que de verdad no hacia falta. El tenia buen tacto para este tipo de cosas. Por ahora, todo iba viento en popa. Mañana se harían las preparaciones y por ende, la reunión se dejaría para pasado mañana, lo cual dejaba una ultima pregunta ¿Y que sera de hoy? Bueno, la verdad no era una pregunta difícil de contestar. La chica que los atendió regreso cargando con una bandeja llena de bebidas y, con una sonrisa coqueta en la cara, dejo los tres pedidos en la mesa. Era hora de divertirse, y así como dijo Flash, el local se puso aun mas alocado de lo que ya estaba. De repente, todas las luces del bar se apagaron a excepción de las luces que iluminaban la puerta por la que salían las bailarinas. Entonces, una mujer vestida de forma elegante apareció por la puerta con un micrófono en la mano. Evidentemente no era una de las bailarinas, pero para estar allí parada, tenia que tener relación con el bar.

La mujer alzo el micrófono por un segundo, y cuando lo hizo, la música se detuvo dejando el bar nada mas con los murmullos de la gente.

- Atención por favor -Habló la mujer a través del micrófono, y al hacerlo, todas las miradas del bar se dirigieron a ella- Primero que todo, les tengo que agradecer a todos los que están aquí en esta noche por venir y beber aquí con nosotros. Algunos ya lo sabrán, pero hoy es una noche especial, después de todo, una solo cumple años una vez al año ¿no? -Al decir eso, muchas personas gritaron virotes y halagos a la mujer mientras ella se reía en la plataforma- ¡Muy bien! ¡Una noche como esta se tiene que celebrar bien! ¡Y que mejor forma de celebrar que haciendo una fiesta con mis queridas chicas! ¡Vamos, beban todo lo que quieran e intenten disfrutar esta noche tanto como yo lo haré!

El bar entero volvió a explotar en gritos y alaridos de emoción a la vez que la mujer volvía a alzar el micrófono con una sonrisa. La música volvió a invadir el lugar con tanta fuerza como antes o tal vez incluso mas a la vez que las luces estetoscopias volvían a encenderse de forma alocada. Entonces un grupo de cinco bailarinas salieron por la puerta y comenzaron a dar un espectáculo que era tan increíble como sensual. El lugar se estaba encendiendo, y ustedes no se lo iban a perder. Dan dejo salir una gran sonrisa cuando la música volvió a sonar y se levanto inmediatamente.

- Bueno amigos, en caso de que por alguna razón los pierda de vista durante la fiesta. Los llamaré mañana.

Diciendo eso, Dan se fue de la mesa y entró en la multitud con espíritu fiestero. Por su parte, Flash guardo sus lentes en su chaqueta y se levanto también de su asiento.

- Si me disculpas, -Dijo- yo también voy a divertirme un poco.

Era hora de la fiesta.

Kenzo no tardó en perder de vista a sus colegas cuando estos fueron devorados por la vibrante masa de cuerpos; él permaneció un rato más sentado. La noche prometía y el japonés no tenía ninguna prisa, por un momento le dio vueltas a la idea de tragarse una cápsula de chilum pero mañana tenían trabajo que hacer y lo último que necesitaba era un bajón de anfetas, así que optó por un colocón más “ligero”. 

  De uno de los bolsillos interiores del 3/4  sacó una pequeña pipa de aluminio anodizado y cristal que cargó con un generoso pellizco de mariah, el cogollo era gordo y pegajoso. Activó el encendedor de plasma y un denso y oloroso humo brotó de la cazoleta; Kenzo se llevó la pipa a la boca y aspiró profundamente, se recostó en el asiento y cerró los ojos. Unas pocas caladas después la hierba comenzó a hacer efecto y Kenzo se dejó llevar… sintió como su conciencia se expandía. La música penetró en él y su sistema nervioso potenciado por implantes reaccionó lanzando unos pequeños impulsos que sintió como unos escalofríos. Cuando Kenzo volvió a abrir los ojos  una explosión de luces psicodélicas llenó su campo visual, sumándose a los eléctricos estímulos producidos por la potente música.  - Joder… Esto es el puto Nirvana. - 

  Kenzo apuró de un trago lo que le quedaba de bebida y se levantó moviéndose ya al ritmo de la música; era hora de hacer una ronda por la pista. Pero antes sería mejor pasar por el guardarropas y dejar el casco y el abrigo.  El aire acondicionado del garito estaba a tope pero pronto no iba a poder compensar todo el calor producido por tanta gente pasada de revoluciones.  

  El dedo pulgar de Kenzo recorrió la imagen que había grabada en la ficha que le había dado la chica del ropero; al joven le hacía gracia el tipejo, con un casco de enormes cuernos, estampado en la ficha. Hizo bailar la pieza por los dedos y luego la guardó en uno de los bolsillos de los jogger junto a la pipa. En ese momento una de las mezclas del Dj arrancó un clamor del público y Kenzo se sumó con un grito para, a continuación, sumergirse en un mar de gente que bailaba o saltaba de manera frenética.

  Las siguientes horas fueron un auténtico frenesí. Kenzo bailó, gritó y rió; fue de aquí para allá dejándose caer por los grupitos de gente y pasando la pipa para que dieran unas caladas, de esa forma intentó quitarse de encima algo más de mercancía. En alguna que otra  ocasión se cruzó con Dan y Flash; los amigos se daban un abrazo entre risas y de nuevo se volvían a perder entre el gentío. La fiesta continuaba.

  El Munchkin estaba lleno de tías buenas pero Kenzo no se quitaba de la cabeza a la mujer del micrófono. Había algo salvaje oculto bajo toda esa elegancia, de alguna forma el japonés lo intuía. Y sus ojos… Ya habían pasado varías horas desde que la mujer había hablado pero Kenzo no olvidaba esos ojos. Esa mujer era un misterio en el que Kenzo se quería adentrar. El japonés volvió a verla en un par de ocasiones por la zona de los Vips y aunque estuvo tentado de acercarse los gorilas cromados que se apostaban en la entrada de los reservados no parecía que fueran a ser fáciles de sortear.   - Bueno, esta noche no será pero voy a tener que venir más a menudo por aquí… Ahora confórmate con conseguir llegar a los baños y vaciar el depósito. -  Le llevó unos buenos minutos abrirse paso para llegar a los aseos.

  Kenzo volvió a la pista, el Dj le estaba dando otro subidón a la música y los cañones de luz iluminaron a la gente al azar. Uno de los haces de luz cayó cerca del japonés, envolviendo con su luz a una rubia preciosa  - Vaaale, si no puede ser con la morena probemos con la rubia. -  Kenzo se acercó a la chica con su mejor sonrisa y acompasó su baile al de ella. Mientras se movían juntos le ofreció la botella de hydro que había pillado en la barra en algún momento de la noche.    - ¡Hola! ¡Me llamo Kenzo!  ¡¿Qué tal?! ¡Menudo fiestazo, ehh! -  él también dio un trago de hydro y continuó bailando. 

La Maruja es una cosa interesante. Su efecto varia un poco de persona a persona, pero en general, al ser consumida, produce dos “golpes” con efectos interesantes. El primero llega justo al entrar en tu sistema, estimula varias zonas del cerebro para forzarlo a generar dopamina de forma constante y también bloquea la producción de endorfina para que literalmente no puedas sentirte mal mientras estas bajo su influencia. El segundo golpe llega un poco después, cuando las sustancias mas pesadas de la Maruja logran disolverse y mezclarse con tu sangre para llegar al cerebro. Es entonces cuando “el vuelo” comienza de verdad.

Los sentidos se distorsionan de forma aleatoria, ya sea agudizándose o degradándose. La capacidad de procesamiento de información del cerebro se reduce, causando que todo se vea mas lento y que el usuario pierda capacidad para prosear las cosas que ocurren a su alrededor. El sistema nervioso también se ve afectado, el usuario no siente dolor a causa de esto y pierde control de sus propios movimientos hasta cierto grado, entorpeciendo sus movimientos. Todo eso ocurre mientras su cerebro genera dopamina constantemente, lo cual, mezclado con la distorsionada percepción de la realidad que induce esta droga, hace que el usuario entre en una sensación de euforia constante hasta que los efectos de la droga se terminen. Era el tipo de droga perfecta para una fiesta como esta.

Estando bajo el efecto de la Maruja, te empeñaste en disfrutar de este fiestón en el que te habías metido.

De vez en cuando perdías la noción de lo que estaba ocurriendo de forma tal, que en un momento estabas parado en un lugar, y en menos de un abrir y cerrar de ojos, estabas en otro sin saber muy bien como llegaste allí. Normalmente, la sensación que un vació mental como ese dejaría en ti seria desagradable, pero estando drogado, no podías si no reírte cada vez que ocurría.

La música no paraba, y las luces parpadeaban sin cesar. El olor a sudor de todos en la pista de baile se mezclaba con el de cigarrillo, licor y varias otras drogas distintas que podías percibir en el ambiente. Todo se volvía confuso, y simplemente no entendías nada de lo que ocurría, pero esta era una confusión que disfrutabas. Te sentías de verdad como si estuvieses en el paraíso. Un paraíso en el que todo momento, sin importar lo que pasase, era un momento de placer puro. Sin preocupación alguna, solo buscabas una forma de aumentar mas tu diversión, ¿Y que mejor forma de hacerlo que con una chica atractiva? Al fin y al cabo, en momentos como este es cuando todos pierden el control y se dejan llevar por el placer, los instintos y las perversiones humanas mas básicas que han estado con la raza desde el inicio de los tiempos. Ya ni siquiera era por la droga, era simplemente que en estos momentos, es cuando las personas se convierten nuevamente en nada mas que animales.

¿Que fue lo que de dijo esa rubia con la que hablaste? Tal vez ni ella lo sepa. Ese fue otro momento en que tu mente simplemente se fue a blanco. Recuerdas que te sonrío y hablo contigo, ¿Te habrá dicho su nombre? Bueno, la verdad eso no importa mucho. Recuerdas que la escalera de sus ojos tenia un color particular que ahora no logras recordar cual era. De seguro también habia usado drogas. La chica recibió la botella que le ofreciste y le dio un buen trago a la vez que se ponía a bailar contigo de forma bastante descuidada y atrevida. Recuerdas la sensación de su cuerpo contra el tuyo y tus manos recorriendo su cuerpo sin descanso, su piel era suave y estaba humedecida por el sudor. Por alguna razón podías saber eso a pesar de que la maruja habia afectado tu sentido del tacto. Ambos se movían sin sentido por toda la pista de baile, sus movimientos no tenían forma ni sentido, pero ambos eran capaces de seguir al otro sin ningún problema gracias a una extraña conexión. Ella acerca su cara a la tuya. Puedes sentir su respiración y los latidos de tu corazón se aceleran ¿Se besaron? No sabes. No puedes saberlo. En ese momento todo se va a negro. No queda nada. Ni las personas a tu alrededor, ni ella, ni tu. No queda absolutamente nada. Nada.

¿Que es esto? Te preguntas sin obtener respuesta alguna.

Todo a tu alrededor es vacío.

¿Que ocurrió? Te preguntas sin obtener respuesta alguna.

Es como si todo simplemente hubiese desaparecido. No sientes nada, No ves nada, No hueles nada y No piensas en nada.

Solo existes… ¿Y para que?

Estando encerrado en ese vació sientes algo. Una punzada. Una sensación aguda. Tu cerebro entumecido pareció reaccionar. Tu mano se contrae. ¿Que es esto que sientes? Esto que sientes es dolor. Algo te esta lastimando. La adrenalina aparece. La oscuridad comienza a disiparse. Tus sentidos reaccionan. Ves vagas siluetas a tu al rededor. Una en especifico esta muy cerca de ti, y se mueve rápido. Poco a poco lo entiendes. Claro. Ya todo tiene sentido. Has visto esta escena antes, muchas veces para ser sincero. Como olvidar esta sensación. La adrenalina, la emoción, el dolor y la diversión. Solo una cosa en este mundo es capas de hacer que un hombre se sienta así: Una pelea.

- ¡Vamos desgraciado!

Escuchas un grito y recibes un golpe directo a la cara, sangre brota de tu nariz y tu cerebro se activa de inmediato. Logras reponerte y frente a ti ves a un tipo de cabello negro un poco mas alto que tu con los puños cerrados y listo para atacar de nuevo. A tu alrededor hay mas personas, no sabes cuantas y no es momento de intentar contarlas. El tipo frente a ti no parce tener intenciones de detenerse hasta que lo obliguen, y ya que nadie parece querer intentarlo, pues solo quedas tu para detenerlo.

Kenzo se pasó la lengua por los labios manchados de sangre y escupió una flema sanguinolenta, una sonrisa afilada se dibujó en su rostro. El japonés levantó ambas manos en un aparente gesto conciliador al tiempo que hablaba. - Jujuju… ¿No me vas a invitar a una copa antes de sacarme a bailar? Muy poco considerado por tu parte pero como quieras… - el tiempo que tardó Kenzo en decir esas palabras fue más que suficiente para evaluar al tío: más alto y pesado; por el tamaño de los músculos se veía que entrenaba levantado hierros pero eso hacía al hombre más lento y de movimientos más rígidos que los del japonés; la guardia alta y la postura denotaban que sabía pelear aunque eso no hacía más que motivar a Kenzo, que no gustaba de pegar a mierdecillas. Solo en los desafíos estaba la superación. La Serpiente atacó.

 Kenzo cerró la distancia con un rápido paso mientras intentaba conectar una combinación de cuatro golpes con los puños a la cabeza, que el tipo bloqueó sin problemas, a continuación un rodillazo con la derecha que no alcanza su objetivo cuando el moreno lo detuvo cruzando las manos a la altura del pecho. El japonés volvió a lanzar un combo de cinco puñetazos alternando golpes a la cara y al cuerpo, que una vez más fueron repelidos.

 Kenzo vio que el otro hombre había levantado demasiado los brazos tras bloquear su último puñetazo, así que aprovechó el hueco y lanzó una patada lateral al costado; una vez más el otro cabronazo se las apañó para bloquearle. - Buena guardia, veamos de que más es capaz el muchachote. -

 La cosa se ponía cada vez más interesante. Kenzo sonrió sin apartar la mirada de su rival y adoptó una postura defensiva.

Parecía que el tipo sabia algo sobre pelea. No parecía ser un un completo amateur gracias a su defensa, pero sus próximos movimientos te hicieron dudar un poco sobre si de verdad sabia bien lo que estaba haciendo. Después de evitar tus dos ataques se dispuso a tomar su turno y atacarte lanzándote un recto a la cara, pero sus movimientos eran tan lentos y descuidados que no se te fue para nada complicado esquivar el puño con dar un ligero paso hacia la derecha. Era cierto que la droga estaba afectando tu sistema y que si te enfrentaras con alguien fuerte estarías en completa desventaja, pero este tipo no debe saber ni boxeo. Incluso con la cabeza aun dándote vueltas por culpa de la maruja, podías ver claramente los movimientos de este tipo, y justo ahora su guardia estaba mas abierta que las piernas de una prostituta.

El tipo lanzaba la derecha con fuerza, bien cargada desde la cadera, pero era lento y descuidaba la guardia al bajar demasiado la mano izquierda; Kenzo vio la oportunidad y contraatacó.  Lanzó una rápida serie de puños encadenados pero el tipo consiguió bascular en el último segundo y alejarse de la tormenta de puñetazos. 

Al ver como fallabas tu combinación de golpes, el tipo no dejo escapar tu error. Dio un pequeño salto hacia atrás para alejarse justo a tiempo de tu ultimo golpe y antes de que te recuperaras, lanzo un golpe directo a tu cara que dio en el objetivo de lleno haciendo saltar un poco de sangre proveniente de tu nariz.

Sin duda has recibido golpes mucho mas fuertes a lo largo de tu vida, sobretodo en la academia de las fuerzas especiales cuando los ponian a hacer entrenamiento de combate cuerpo a cuerpo, pero aun así, tampoco fue un golpe suave. Este tipo es sin duda un amateur, pero si seguías tonteando podías quedar con uno o dos dientes menos.

 Kenzo sopló con fuerza por la nariz para evitar que la sangre se acumulara en la cavidad nasal y le provocara una hinchazón. Las gotas de sangre parecían volar a cámara lenta debido a la adrenalina y los reflejos potenciados del japonés. 

 Esto se empezaba a alargar más de lo que le gustaría a Kenzo así que fue a por todas. El japonés bloqueó con los antebrazos la siguiente combinación de directos pero el último golpe lo paró con el codo. El otro tipo apartó la mano agitando los doloridos dedos y Kenzo contraatacó con una patada lateral en giro al pecho. Pero la dura musculatura de ese mamón absorbió el impacto y solo dió un ligero traspiés hacia atrás.

 Kenzo no había terminado de adoptar una buena postura cuando ya tenía encima, otra vez, al autómata ese lanzando puños.

Joder, si que se iba a alargar más de lo esperado.  

Aprovechando el traspie que diste accidentalmente, el hombre aprovecho la oportunidad para descargar un poderoso recto en tu cara. El golpe fue tan fuerte que, a parte de lanzarte al suelo, literalmente diste un giro de 180 grados sobre tus pies, dejando salir un arco de sangre en el aire.

- ¿¡Eso es todo lo que tienes maldito!? -Grito tu oponente cuando caíste al suelo como si estuviese dando por sentado que ya gano la pelea.

Desde el suelo pudiste tener un pequeño momento de descansó. Fue entonces cuando te percataste de que, entre el pequeño grupo de personas viendo la pelea en silencio la chica con la que intentaste hablar antes de perder la conciencia, estaba entre ellos viendo la pelea. Tenia la botella de Hydro que le habías ofrecido en el club en la mano y estaba mirando todo con una cara de emoción que indicaba que estaba disfrutando del espectáculo.

El aire salió de los pulmones de Kenzo cuando dio con la espalda contra suelo. El golpe le dejó aturdido un par de segundos pero el matón, en vez de aprovechar su ventaja, le lanzó alguna bravata que el japonés no llegó a entender. Mientras separaba la cabeza del piso, Kenzo, parpadeó un par de veces y miró hacia un lado para enfocar la vista; entonces vio a la rubia de antes. A la tía parecía gustarle la acción.

  - Vaaale, ese cabrón va a terminar dándome una paliza y voy a quedar como un pringao delante de la rubia. Jejeje, menudo fin de noche más cojonudo -  pensó Kenzo mientras se levantaba del suelo. Su mirada pasó de la tía buena al primate ciclado que tenía delante. Una sonrisa feroz apareció en los ensangrentados labios del japonés.  

 Kenzo se situó a un paso de distancia del hombre, separó las piernas y presentó el perfil derecho provocando a su rival. El tipo entró al trapo y lanzó una combinación de derecha e izquierda. Kenzo se limitó a apartar los puños con golpes de las manos y contraatacó con una combinación de patadas bajas mientras cerraba la distancia y se metía a corta; tan cerca de Kenzo, el grandullón no podía lanzar sus directos con tanta potencia y el japonés bloqueó los ataques con facilidad. Los puñetazos de respuesta de Kenzo conectaron en el estómago y mentón de su rival.

 Con un paso lateral esquivó el siguiente directo y con un rápido movimiento atrapó el brazo del hombre en una llave que bloqueaba el codo; Kenzo presionó con fuerza hacía abajo forzando la articulación de manera dolorosa.

Después de tirarte al suelo, el tipo se puso a alardear hacia le gente que estaba a su alrededor y cometió el grabe error de dejar de mirarte por un rato, así que cuando te levantaste de nuevo y comenzaste con tu represalia, atrapaste el tipo con la guardia baja.

De allí en adelante el resto fue sencillo. Tal vez la sacudida de cabeza que te dió el tipo hace poco hizo que el efecto de la droga se aligerase un poco y por eso ahora contabas con tus reflejos tan agudos como siempre. Pudiste ver a través de todos los ataques del tipo sin problema y contraatacaste con la precisión que desarrollaste en la academia. Aprovechaste cada apertura a la perfección y le regresaste a ese desgraciado todos los golpes que te había dado. Hiciste saltar su sangre por los aires hasta que llego el momento de terminarlo. Un ultimo descuido de su parte y pudiste atrapar su brazo fácilmente.

- ¡Maldito! ¡Sueltame! -Grito el hombre cuando lo tenias sometido.

Bien estupidamente, el tipo comenzó a forcejear contra ti desde la posición en la que estaba. Era evidente que este tipo no sabia nada de agarres de combate. ¿Porque no mejor le enseñabas que ocurría si se movía de esa cuando alguien tenia su brazo atrapado?

- Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! -Gritó el gorila.

Solo fue cuestión de poner un poco mas de fuerza y listo. Su brazo quedó torcido en una dirección en la que no debería. El tipo quedo gritando de dolor bajo tu agarre, pero esta vez no intento seguir forcejeando. Debía ser la primera vez que alguien le rompía un brazo.

El sonido del hueso al romperse fue muy satisfactorio. Kenzo soltó al hombre, que cayó gritando al suelo. Con paso lento, estudiado, avanzó hasta situarse en frente de los colegas del tipo.  - Será mejor que llevéis a vuestro amigo a que le arreglen eso. -  luego se dio la vuelta, ignorando al grupito, y caminó en dirección a la salida. 

 Cuando llegó a la altura de la rubia se detuvo un momento y sacó su teléfono.  - ¿Qué tal si me llamas un día de estos? Te llevaré a ver una pelea de verdad. -  Kenzo envió un holomensaje con su número que quedó flotando delante de la chica. Por último le guiño un ojo mientras sonreía y se fue a por sus cosas al ropero para después salir del bar. Por esta noche ya había tenido suficiente y mañana era un día importante.  Además, antes de quedar con los chicos, quería entrenar un par de horas. 

 El viaje en moto hasta su apartamento le llevó cerca de cuarenta minutos. Para cuando llegó, el frío aire de la noche en el Sub3 había aclarado su mente de los efectos de las drogas.

Cuando dejaste al tipo tirado en el suelo con el brazo roto, varios de los espectadores comenzaron a pasarse dinero entre ellos. La pelea no habia durado ni cinco minutos y ya habían hecho apuestas. Unos cuantos de los espectadores te gritaron enfurecidos mientras que otros te lanzaban halagos y agradecimientos por haber ganado. Era un buen publico.

Cuando dijiste que alguien debía llevar al caído a un doctor, un par de tipos salieron corriendo hasta el y se agacharon junto a el, pero en vez de ayudarlo, lo que hicieron fue revisar cada bolsillo de su chaqueta y pantalón y le quitaron todo lo que pudieron. Dinero, un collar, anillos, sus lentes oscuros, su chaqueta, etc. El tipo fue desvalijado por completo. La verdad era de esperarse que algo así pasase en la parte de atrás de un bar.

Cuando pasaste junto a la chica y le diste tu numero, ella definitivamente no reacciono como estabas esperando.

- ¡¿Salir contigo después de que humillaste a mi novio?! Ni en un millón de años amarillo.

Ah, de seguro debía ser por eso que estabas peleando con ese tipo. Quien sabe que habras intentado hacer con ella mientras estabas ido. De todas formas ella no parecía ser un compañera muy fiel si estaba dejando que le robasen hasta la ropa a su novio justo frente a ella.

Esta noche habia sido sin duda una noche alocada. Cuando fuiste a buscar tu moto, notaste que la Longuinus de Flash ya no estaba, pero la Lotus de Dan aun seguía en el mismo puesto que tenia cuando llegaste. Parecía que no eras el primero en irte, pero tampoco eres el ultimo.

El viaje de regreso fue mas calmado que el de ida. Estabas cansado y la nariz aun te sangraba un poco, pero de todas formas eso no importaba, este era el final de la jornada. Ahora solo quedaba llegar al apartamento, tirarte a la cama. El próximo día será importante, tienes que ir con Flash a buscar un Netrunner que les busque información sobre el contacto que Dan encontró para este nuevo negocio. Pero eso será mañana. Por ahora, a dormir.