Partida Rol por web

"Yo te ayudo a conquistar el mundo, y tu como nuevo soberano del mundo me ofreces lo que yo quiera"

"Al fin y al cabo, hay cosas que ni siquiera un dragón podría hacer"

Jainas y Razar intentan hacer memoria pero ahora mismo no saben muy bien de que tratado se trata. Quizás sea alguno tan antiguo que se haya perdido en los libros de historia actuales.

Mientras debaten otro rugido llena el silencio del ambiente.

- "Me da igual, vuestro pueblo dio la promesa y es hora de cumplirla por las buenas o por las malas. Cual es tu respuesta?" - la voz del dragon derrama ira e impaciencia.

Cuando llega el rugido me asomo a mirar que esta pasando allí abajo. Siempre esta bien saber lo que pasa.

"¡A CALLAR! ¡Que las mentes pensantes estan trabajando!" digo enfadado mientras miro hacia abajo

Caminais por la calle principal ahora totalmente vacía hasta las puertas de la antigua muralla donde ahora se levanta un edificio enorme, no a lo alto sino a lo ancho.

Entráis por una de las puertas de servicio que hay abiertas y el complejo entero está hueco y vacío, como si cientos de catapultas alineadas estuvieran guardadas ahí dentro y se las hubieran llevado, EN el centro hay una rampa por la que podéis ver el cielo y Nolorun que ahora está en llamas y el dragón se apoya en una parte de la ciudad mirando la torre y esperando... no muy pacientemente. En lo mas alto de la torre se divisa a una elfa desconocida de pelo rubio y túnica azul hablando con el dragón.

Rápidamente, me echo a mi mismo "Owl Wisdom" y trato de escuchar QUE Es lo que está diciendo. Si no lo entiendo por barrera de idioma, el hechizo de "Comprension Idiomática" hará el resto

Me arrimo bien al hueco e intento escuchar o ver algo, aunque igual estaban algo lejos.

Estan bastante lejos pero consigues escuchar alguna que otra palabra que la elfa dice en un tono bastante mas alto, angustiada y cabreada:

- Eso fué hace.... no! No es justo .... ese es tu problema! ...

Tharlathos intenta reconocer a la elfa de la torre. Maldicion, todo esta en llamas, exclama cuando ve la ciudad destruida.

El elfo calcula la distancia que hay hasta la ciudad y el dragon, Luego se gira a Jainas y le dice Tenemos todavia el objeto que nos dio Aerinae para acabar con Laerguidor. No se si este sera el momento apropiado, pero tenemos que acercarnos al dragon e intentar usarlo

"Estoy harto!"

"MUY HARTO!"

"No sabemos NADA. No nos enteramos de NADA. Esa elfa de ahi está recriminandole al dragón ALGO, ha dicho "Eso fué hace (...) no! No es justo (...) ese es tu problema! (...)"

"¿Sabeis que? Voy rumbo a la cámara de Mandos de El Invencible. Y como descubra que tiene un arma principal, Laerguidor se va a llevar un golpe de los que hacen época"

Con una sonrisa miré a Razar.

-Vayamos pues. Nunca he disparado a un dragon, y la verdad es que tengo muchas ganas

Estoy de acuerdo, vayamos al puente de mando de este trasto

Estábamos dando más vueltas que un tonto, pero como todos parecían tan emocionados y yo tampoco sabía muy bien hacia donde ir me dedique a seguirles y a intentar comprender todo lo que estaba pasando. Dragones, ciudades volantes, ejercitos, armas anti dragones... el solo pensarlo hacía que mi cabeza diese vueltas.

Justo cuando os vais a dar la vuelta de camino a la sala de máquinas el Dragón suelta un tercer y último rugido, antes de que una luz brillante empiece gradualmente a iluminar la ciudad.

Os asomáis por la rampa intentando ver que sucede y véis que el cuerpo del dragón es el que emite la luz y su cabeza apunta hacia el cielo y en su boca abierta hay una bola blanca que se hace gradualmente más grande igual que su luz. Por suerte estáis demasiado lejos del efecto de la luz como para que os ciegue.

Al de unos segundos que os parecen eternos la bola de la boca se convierte en un rayo de luz que lanza hacia el cielo y se pierde a medio camino como si estuviera siendo teletransportado hacia otra parte. Después el dragón echa a volar y la ciudad se levanta con él siguiéndole por todo el camino que forma el rayo y finalmente desapareciendo en el cielo, dejando un cráter donde antes había una ciudad.

Véis que hay otras naves voladoras como la vuestra que también desaparecen en sus propios portales chiquitines y en uno de ellos que se encuentra cerca podéis observar a través una ciudad enorme, la más grande que hayáis visto jamas y de la que ninguno tiene conocimiento, con un castillo bastante pequeño en el centro de esta y otros edificios que destacan también. El portal está demasiado lejos de la ciudad como para poder observar quien vive en ella.

Al de 1 minuto se acaba la luz y todo lo que queda es un campo de batalla con un cráter, cadaveres y ruinas de los edificios que no han sido arrastrados.