Partida Rol por web

"The Last of Us: Un nuevo comienzo" (+18)

[CAPÍTULO 1] - Endure and Survive

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09/03/2023, 22:36
Ambientación

Una victoria siempre era una victoria, por muy pequeña que hubiese sido la diferencia real entre ambas bandas, y desde Boston hasta California, de un lado al otro del gran continente americano, estas debían celebrarse como era menester... echando unos buenos tragos, destilado casero en mano. Si bien todo el grupo se mantuvo alerta y en relativo silencio mientras los dos soldados de FE.D.R.A. permanecieron en el local un par de minutos más, tras la marcha de King Raül y los suyos, lo cierto es que el menor de los García no pudo reprimir el levantar el puño al cielo y festejar, una vez aquel par de militares salieron por la puerta.

- ¡Buah, chavales! ¿¡Visteis como le reventé la botella en la cabeza a esa bestia parda!? Jajajaj - espetó con orgullo y altivez, mirando con cierta arrogancia a su hermano mayor y vanagloriándose de sus acciones - Juro que me acojoné vivo cuando vi que el tipo prácticamente ni se inmutaba y se giraba hacia mi, para tomarme por el cuello de la camisa y levantarme a pulso cual saco de grano. ¡Dios, todavía no puedo creerme que saliese volando por los aires y terminase en brazos del buen Nicky Love! Jajaja

- Puehf yoffh toy jofdidohh de cohjjonefss - mencionó un poco cabizbajo el bueno de Konrad, todavía sangrando bastante por la boca a pesar de haberse colocado un paño para detener la hemorragia, y pudiendo observar todos que al hablar, al hombre le faltaban la mayoría de los dientes del maxilar superior - Effse idehfputahh meh fha dehjfado bienff fihno. ¿Crehféis quefh pohfdré cosfteharme unaff wenah denthfftadurah?

Nancy no sonreía como antes, mientras les servía la comida y rellenaba las jarras del grupo. Al contrario, su mirada estaba entristecida y preocupada, especialmente por Pablo, quién parecía tener un profundo corte en la espalda. No pudiendo resistirse más, negó con la cabeza hacia el dueño del local, indicándole que iba a transgredir las normas y atendería al mayor de los García, por mucho que Luigi Giocomo les había advertido en multitud de veces que no debían inmiscuirse en los asuntos de otros. 

- Señor Giocomo, lo siento mucho... - susurró la hermosa jovencita de ojos claros azul cielo, prácticamente de la misma tonalidad que el vestido con el que trabajaba - Se que no debería inmiscuirme, pero no puedo ignorar que ese chico esté ahí sangrando, sin que nadie le atienda la herida como debe. ¿Puedo tomar unos minutos de su tiempo para suturar el corte de su espalda y vendarle la herida? - preguntó en actitud solícita, pidiendo permiso a su benefactor con el rostro compungido. Por favor, señor Giocomo...

El posadero le dedicó una mirada fría y dura, no gustándole ni un pelo la petición que le realizaba la muchacha a su cuidado. No obstante, el hombre se encogería de hombros y realizaría un leve gesto de asentimiento con su mano, dándole a entender que podía hacer lo que desease. La joven irradió una sonrisa dulce y agradecida, que prácticamente derritió el corazón de piedra del dueño del bar, suspirando con cierta resignación.

- Me revientan el bar, no me piden disculpas ni asumen los costes, y encima mi querida Nancy les atiende las heridas en horas de trabajo... Señor, dame paciencia. Por que si me das fuerzas... - negaría con la cabeza y susurraría en voz casi inaudible, obviando el asunto y dedicándose a servir y rellenar las jarras de sus clientes. Al menos esperaba que contribuyesen con un buen puñado de balas de calibre militar como pago.

Uno de los dos mercenarios que había visto toda la refriega sin posicionarse de un lado u otro, pasando completamente desapercibidos hasta entonces, se dirigió al Oso, al que por fin reconocería. Sabía que aquel hombre era un líder contrabandista dentro de la QZ, y que quizá pudiese obtener trabajo tanto para él como para su hermano.

- Muy buena pelea la de antes... Salud. - levantó su jarra a modo de saludo y reconocimiento, dirigiéndose al Oso en un tono cordial y amable, dando un buen trago a la espumeante bebida espirituosa - Con ese gancho demoledor de derechas, dudo mucho que ese malnacido vuelva a poner un pie en este bar. ¿Por casualidad no serás... el Oso al que todos reconocen como el mejor líder contrabandista dentro de la QZ? - lo elogió sin muchos preámbulos, quizá excediéndose o no en sus palabras, pero al menos sabiendo como captar la atención de su interlocutor - Julius Tammer, un placer. - se presentó educadamente - No se que asuntos le traen hoy aquí, pero quiero que sepa que mi hermano Francis y un servidor, con gusto desearíamos trabajar para usted si tiene algo que ofrecer. Carga y descarga de suministros, dar una advertencia a un indeseable, silenciar a quién así lo merece... Supongo que siempre podremos llegar a un entendimiento y ofrecerle nuestros servicios, si el precio es justo. ¿Qué me dice? ¿Tiene algo entre manos para los hermanos Tammer?

El momento era propicio para hacer negocios, estando el tugurio tranquilo tras lo acontecido con anterioridad. Pablo había acudido a la trastienda con Nancy, técnicamente para recibir atenciones de la hermosa camarera. Love, David y Konrad bebían y devoraban todo cuanto se les pusiese al frente, y en cuanto a Elliot, seguía allí quieto con cierto temor a que las cosas pudiesen volver a complicarse. la banda de Donovan había puesto precio a su cabeza, y salvo que recibiese protección, más pronto que tarde terminaría desmembrado en alguna cuneta o siendo pasto de los peces del río Charles.

Notas de juego

Puedes hablar con tranquilidad con Elliot e interrogarle a solas. Puedes negociar con los hermanos Tammer. Puedes contentar al duelo del local y ofrecerle unas balas por las molestias y los desperfectos. Puedes ordenar y dirigir a tus hombres... Libertad completa en este turno tranquilo y de transición :P

Puedes lanzar de forma opcional por advertir/notar a dificultad 12, para ver si te percatas de algún detalle revelador de lo que sucede en el exterior del Giocomo's.

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09/03/2023, 23:57
Ambientación

Vane Sully estaba lustrando con dedicación y profesionalidad algunas de sus muchas armas, perfectamente ordenadas de forma calculada, precisa y milimétrica en el interior de su tenderete, cuando Jeff Strickland retiró la cortina y se personó en el lugar. El hombre de bigote y barba blanca densamente poblaba, que rondaría sus cincuenta y al que ya conocía desde tiempo inmemorial, a penas se inmutó con su visita, simplemente girando su rostro hacia el capo contrabandista y realizando un leve gesto a modo de bienvenida. Casi se podría afirmar, sin riesgo a equivocarse, que Sully ya esperaba una visita de tal calibre, aún cuando en muy pocas ocasiones había sido el propio Jeff el que había acudido a aquel negocio, comúnmente delegando en otros la compraventa de armas.

- Lo serán para usted, señor Strickland... expresó tajante y un tanto borde, dando la impresión de que no estaba para visitas y que prácticamente deseaba que Jeff regresase por donde había venido - Por lo que a mí respecta, es un día de mierda... - sentenció sin muchos rodeos, regresando a sus quehaceres y casi ignorando al recién llegado, por muy líder que fuese dentro de la QZ. ¿Por qué precisamente hoy, de entre todos, tendría el "honor" de recibir la visita de los tres capos contrabandistas más influyentes y poderosos dentro de la QZ? Primero el señor Donovan Peak, después el señor Robert Dawnes, y ahora finalmente vuestra merced, Jeff Strickland...  - revelaría para asombro de Jeff, quién no esperaría aquel rumbo de acontecimientos. ¿Por qué habrían acudido con anterioridad aquel par a la mayor tienda de compra venta de armas del mercado negro? ¿Y cómo diantres lo habrían hecho, para que ni si quiera la nana se hubiese percatado de aquellas visitas? ¿También venís a exprimirme como aquel par de malnacidos? ¿Os habéis puesto todos de acuerdo?

Las palabras de Jeff, ignorando inicialmente aquel asunto, por mucho interés que le suscitase, preguntando por el estado de salud de su mujer e interesándose, aparentemente de forma genuina por ellos dos, lograron que Vane Sully enarcara una ceja dubitativo, no sabiendo bien que responder tras ser interpelado.

- ¿Mi mujer...? Ejem, sí, es cierto. Llevaba un par de semanas arrastrando fiebre y tos, hasta el punto que había empezado a cuestionarme seriamente si sería capaz de salir de esta... - expresó entre resignado e impotente, golpeando la mesa de trabajo con el puño con visible frustración - ...pero desde anteayer, que "reina" le dio medicina para aliviar los síntomas, ya mucho me... - entonces reparó en su error, recordando que Scherezade era la pareja de Jeff Strickland. Con toda probabilidad habría sido Jeff quién había permitido que se costease aquella medicina, mediante la siempre servicial pelirroja, razón por la cual se disculpó de inmediato por sus formas - Oh, cierto... Entonces fuisteis vos quién... Lo siento, Jeff. - cambió por completo su actitud, mostrándose mucho más cercano y accesible con el capo contrabandista, hasta el punto de llamarlo por su nombre. Lo he estado pasando francamente mal, y no he sido capaz de ver más allá de mis narices... perdona mi triste recibimiento. Ejem... ¿En qué puedo ayudarte? - cuestionó empezando de cero, como si Jeff acabase de ingresar en el tenderete - Pasa y siéntate por aquí... - le ofreció una de las únicas sillas con las que contaba, retirando previamente con la mano el exceso de polvo acumulado. ¿Cuánto haría que nadie se sentaba allí?

 Los puros habanos y la botella de destilado casero de la nana lograron el efecto que Jeff deseaba, teniendo al hombre por completo en la palma de sus manos, más cuando el capo contrabandista dejó entrever que había una segunda unidad en la bolsa, aguardando al vendedor de armas. Era el momento propicio de hablar de negocios, y de sonsacar información relevante.

Notas de juego

Has persuadido por completo a Sully para tratar cualquier negocio o sonsacarle información de las razones por las que Donovan y Robert han ido a visitar al comerciante esa misma mañana.

Lanza negociar con bonificación +3 a la tirada, y cuanto mayor sea el resultado, más porcentaje de descuento podrás conseguir por las armas y accesorios que precises. 

Un valor menor o igual a 10 = 10% de descuento

[11] = 20% de descuento

[12] = 30% de descuento

[13] = 40% de descuento

[14] = 50% de descuento

Y así sucesivamente.

Si realizas una tirada de persuasión adicional y mejoras el resultado anterior, más predispuesto estará a informarte de lo de Donovan y Robert.

 

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10/03/2023, 00:16
El Oso

 El clima había cambiado completamente, respirándose un aire de victoria con tintes de cerveza y sangre. El Oso estaba contento con el resultado, aunque definitivamente hubiese preferido otros medios para esos fines. Era la primera agresión que tenía en mucho tiempo, más aún con King. Había entrado a un juego peligroso; pero al mismo tiempo los hombres de Donovan se habían dado un lujo que no podían darse. Pavoneándose en SU territorio con tanta impunidad. El Oso TENÍA que meterle ese gancho a su enemigo, por más irracional que fuese. Además, se sintió genial...

 El capo estaba sentado con sus hombres, sonriendo con soltura mientras acababa una cerveza. Casi parecía un hombre amigable y bonachón con aquella cara de felicidad auténtica.

- Eres terrible, David... ¡si Nicky no te agarraba, terminabas con la columna partida! Pero tengo que admitir que eres feroz, muchacho. Solo te faltan los musculos de tu hermano y ya tienes a un luchador nato.

 El Oso le dio una buena palmada en la espalda al muchachito, casi haciendo que tumbara su bebida. Cuando El Oso tomaba, también se ponía un poco jodón. Más aún con los García, que los conocía desde que los acogió de chiquillos para que dejaran de vender porquerías en la calle. Al principio fue una estrategia para ganarse las calles de Pablo y David, pero los chicos realmente se ganaron un lugarcito en el tosco corazón del capo.

 Hablando de Garcías, el Oso se fijo en la situación que se estaba dando entre la camarera y Pablo, quien iba a ser atendido por semejante moza incluso ante el rechazo de Giacomo. Era obvio que la chica estaba cachonda con Pablo, pero se notaba que también lo hacía de buena intención. Aún así, el embriagado líder soltó un silbido petulante cuando se llevaron a Pablo a la parte de atrás, deseándole suerte en su "tratamiento".

 El Oso, más enfocado luego de tontear un poco para celebrar, se puso a atar algunos cabos sueltos. Primero se diriguió a Nicky Love, el demente que le había convencido de liarla parda.

- Nicky, no hicimos mal en traerte aquí... tienes los cojones bien puestos. Respeto eso, de veras. Escucha, pase lo que pase esta noche en las peleas que estoy seguro vas a ganar... pasate por el club de Strickland mañana a la tarde. Se está cociendo algo interesante en estos días y... te quiero dentro... ¿capische?

 El gordo hablaba con seriedad, queriendo meter a Love en la posible expedición que saldría en los próximos días. Armar un equipo fuerte era vital para ganarles a las otras facciones; y Nicky Love era la definición de "fuerte". Otro hombre que iban a necesitar, fuerte pero malherido, era Konrad.

- Konrad, hijo, escucha... ¿conoces a la Dra. Murray? Esta en el norte de la zona, cruzando el control... esa mujer hace de todo. Creeme que te va a dar la mejor dentadura que vas a tener en tu puta vida. Dile que vas de parte del Oso, y yo le haré llegar la paga. Es lo menos que puedo hacer por el desastre que te han hecho, soldado...

 Una vez dedicadas esas dulces palabras a sus muchachos, El Oso se levantó de la mesa para diriguirse a la barra. Así como recompensaba el desempeño de sus chicos, también tenía que pagar los platos rotos. Había muchas formas de ser un capo criminal; pero El Oso prefería mantener un buen perfil entre los comerciantes locales. Se acercó a Giacomo y depositó en la mesa una bolsita que contenía entre 15 y 20 balas*.

- Luigi, te debo unas sinceras disculpas... sabes que si hay alguien que no suele hacer estas mierdas de peleas en bares, soy yo. La situación lo ameritaba... mas con aquel negro creído dando vueltas en la zona de Strickland. Dejame pagar los daños.

 Le estaba saliendo cara la jugada al Oso, con los dientes de Konrad y el bar de Luigi, ya iban dos comedores nuevos que debía pagar. Solventaría los gastos con la mercancia entregada del día de hoy y las peleas de Love a la noche, pero más vale que todo el circo que estaban armando diera buenos frutos. O Strickland notaría la baja en ingresos del mes. El viejo confiaba en Samuel, pero siempre miraba los números.

 En ese orden de cosas, un mercenario se prestó a endulzar la oreja del capo, ofreciéndole sus servicios de su hermano y de él para cuando gustasen. La verdad es que El Oso necesitaba gente para la misión, pero al mismo tiempo... no quería confiar en cualquier cristiano que le dijese algunas palabras lindas. Tenía información confidencial y la quería mantener así por ahora. Pero de todas formas, estos hermanos podían ser útiles.

- Me halagas demasiado, muchacho... no sé si soy el mejor, pero sé que soy jodidamente bueno. Lo quieres, lo consigo, lo tienes... pero bueno, por ahora no necesito más chicos de carga. Lo que si me vendría bien es que hagan lo siguientes: hay un chico que pertenece a la banda de Donovan, llamado Jeremy Law. Es rubio, flaco, ojos azúles... puede que esté en la zona, aunque seguramente ha vuelto a la Zona 1 por seguridad. Ubíquenlo, arrincónenlo contra una pared y díganle que El Oso lo convocó para hablar en frente de "The Wine Bottega" mañana a la mañana, que está aquí al lado. No le toquen un pelo, solo asústenlo...

 Samuel tenía sus facetas, como todo capo mafioso. Confiar y desconfiar, creer y descreer... y en su olfato de criminal, si bien no se le cruzaba por la cabeza que David pudiese estar traicionándole a sus espaldas, quería asegurarse de que aquel vínculo con Jeremy no fuese nada de lo que debiera preocuparse.

- ...díganle que si no viene, puede que le pase algo a David...

 Sin decir mucho más, El Oso se ajustó su saco, completamente serio, y se dirigió hacia Elliot, haciéndole una señal de que se levante y le acompañé a un lugar más apartado del bar. Una vez solos, sentados frente a frente, El Oso le dio el pie al informante para que demuestre su valía.

- Comienza por donde quieras, muchacho... soy todo oídos.

Notas de juego

* Una sola preguntita, ¿dejar 20 balas es mucho o poco? Quiero ser generoso, pero tampoco tirar a lo pavo XD

 Por ahora no hago tirada de advertir. El Oso ha tomado un poco y creo que tiene más sentido que no esté pendiente del afuera.

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13/03/2023, 13:42
Ambientación

No eran muchas las veces en las que David se sentía tan exultante y pletórico como en aquel preciso instante, sabiéndose por una vez un activo verdaderamente valioso y útil para el Oso. Generalmente sus ideas y acciones quedaban un tanto opacadas por su hermano Pablo, quién siempre solía sobreprotegerle en exceso o incluso llegar menoscabar su confianza pese a que no fuese esa la intención del mayor de los García. No obstante, en esta ocasión, la reyerta en el bar había revelado que David empezaba a convertirse en un hombre, alguien que no debía infravalorarse o pasar su presencia por alto, habiendo actuado con celeridad y aturdido, al menos en los compases iniciales del lance, a un mastodonte difícil de enfrentar. Pablo sin embargo había quedado bastante malparado, placado desde un inicio y prácticamente precisando la intervención del Oso para salvaguardar su vida, y quedando malherida su espalda tras cortarse con uno de los vidrios de la botella.

- Lo se, Oso. - expresó con una sonrisa dibujada en el rostro, al tiempo que se pasaba ambas manos por sobre su cabeza, repleto de confianza - Siempre trato de dar lo mejor de mí... y ahí donde a veces me falta músculo, lo compenso con esto...se tocó la sien un par de veces, echando una mirada por el rabillo del ojo a su hermano, quién marchaba en aquellos instantes hacia la trastienda, acompañado por la camarera. ...no como otros que solo piensan con la punta del nab...

Hasta Nicky Love rio aquella gracia, apoyando la mano de forma amistosa en el hombro de David, haciéndose partícipe de la conversación. Colocando una pose pensativa, dedo índice posado en la barbilla, comenzó a dar cátedra.

- Para pelear bien no es necesario ser una mole, chaval - le comentó afable, llevándose el pulgar al pecho como claro indicativo de que allí mismo tenía el mejor de los ejemplos - Son muchos los factores a tener en cuenta cuando se pelea, no solo el tamaño y el músculo del oponente. Hay que saber como encajar los golpes para que duelan menos. Mira... ejem... observa y aprende muchacho... - y llevando su puño hacia la mejilla del menor de los García pero sin llegar a golpear, hizo presión lateral hasta que el rostro del muchacho empezó a desplazarse lateralmente - ¿Ves? Si te resistes, haces fuerza en contra de mi puño y te pones rígido, encajas el golpe de lleno y es mucho más fácil que acabes tumbado en el suelo, créeme. Es mucho mejor acompañar el golpe del adversario para atenuar su efecto, absorber el golpe lo llamamos. - le enseñó la que quizá era una de sus más depuradas técnicas, razón por la que el tipo encajaba cualquier cosa sin prácticamente inmutarse. También es fundamental saber dónde y cómo golpear al adversario, chico. Un buen "uppercut" en el mentón puede dejar completamente confundido y mareado hasta al más corpulento luchador - realizó el movimiento ascendente a una velocidad vertiginosa, que dejó a David asombrado por lo cerca que había estado de impactarle, pasando a menos de un milímetro de su mentó y nariz - Con un buen golpe en el hígado puedes dejarle arrodillado, completamente grogui. Y ya rematas la faena con un gancho de derechas como tu jefe. ¿Lo vas captando?

Ah, importante... - le corrigió de inmediato al ver que David repetía los movimientos recién aprendidos - En el momento que golpeas y sientas el momento del impacto, no dejes de hacer fuerza. Imagina que tienes que llegar no solo al rostro del tipo, si no ir mucho más lejos. Si no lo que te digo, siempre golpearás como una nena...

Para David aquello era entrar en un mundo completamente desconocido. Nicky Love tenía una sólida base, de esas que solo se adquieren peleando día tras día con formidables oponentes, con fe y con fuerza, sin miedo a nada.

Una vez David se quedó allí entretenido, practicando sombras con un oponente imaginario, el Oso se dirigiría a Nicky más en privado, asintiendo el peleador callejero a las palabras de su benefactor.

- Dalo por hecho, Oso. Siempre que pueda llevarme una buena tajada y tenga mi dosis de subidón de adrenalina, estoy dentro - comentó con un guiño de ojo, cuando el Oso le propuso no solo pelear aquella noche, si no ser partícipe de algo más gordo, debiendo acudir al Club al día siguiente.

Los mercenarios asintieron sin mucho que decir, cuando posteriormente el Oso requirió de sus servicios. Cumplirían su parte del encargo y "advertirían" al chaval de personarse donde y cuando se le había solicitado. Si realmente lograban su cometido, quizá fuese interesante contar con ellos llegado el momento.

 

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13/03/2023, 15:15
Ambientación

Konrad por su parte agradeció el interés genuino mostrado por el Oso, con el cual le garantizó que recuperaría la dentadura perdida, o al menos una postiza. Conocía a la doctora Murray y sabía que no pocos matones habían solicitado con anterioridad sus servicios en casos similares al suyo. Si bien la cicatriz en el labio difícilmente podría pasar desapercibida, por su mente ya empezaba a vislumbrar a un Konrad con barba y bigote.

- Grfhias Ofsoh. Defh verffhah quehf agfradefzco el gefsto... - le expresó sinceramente agradecido, mejorando en parte su estado anímico y tratando de enfrentar la situación de la mejor de las maneras. Tefh defbo la vifhda, jeffe.

Con el dueño del local el Oso supo hacer valer su carisma y personalidad únicas, ganándose nuevamente la confianza del tipo en cuanto depositó las balas de calibre militar sobre la mesa. Aunque la suma no era desorbitada, al menos le serviría para reemplazar los taburetes rotos por otros nuevos, y quizá con suerte, cubrir el coste de la mitad de las mesas del local que tenía planificado desde hacia un tiempo reformar. ¿No podía ser aquel el empujón que precisaba el buen Luigi Giocomo para darle otra perspectiva a su negocio?

- Se que Jeff Strickland y el Oso solo actuarían así en caso de extrema necesidad, y si con lo ocurrido hoy sigo contando con vuestra amistad, protección y amparo, como siempre habéis venido haciendo hasta el día de hoy, nada tengo que reprochar - expresó mucho más calmado, sabiendo que nunca hay mal que por bien no venga. Tener a una banda como la del Oso cuidando protegiéndole la espalda era el mejor de los pagos, amén de que las balas que le habían dado no eran moco de pavo en los tiempos que corrían. ¿Por qué razón el otro grupo actuaría así, justo dentro de mi establecimiento? ¿Piensas que fue algo premeditado y que nuevamente vendrán a buscaros las cosquillas? - preguntó el hombre, no pudiendo evitar clavar la mirada en Elliot, demostrando con ello ser mucho más astuto e inteligente que la mayoría - Algo me dice que el chico que os acompaña tiene algo que ver con todo lo sucedido, Oso. Me dio la impresión que el grupo al que os enfrentasteis sabían de antemano de su posible llegada, y que aguardaron aquí pacientes con el firme propósito de interceptar al joven, aunque no soy capaz de augurar el por qué... 

Luigi estuvo dándole vueltas al asunto durante un tiempo, pero tampoco deseando implicarse más allá de lo debido donde no le llamaban, se limitaría a servirle al Oso un par de jarras de cerveza y señalarle un espacio reservado dentro del local. Allí podría dialogar con el muchacho lejos de oídos y miradas indiscretas.

Fue ya cuando Elliot y el Oso quedaron a solas, y el joven informante fue interpelado por quién se haría cargo de brindarle protección, que el chico reveló parte de lo que sabía.

- Como supongo ya te habrán informado, me dedico entre otras cosas al tráfico de información dentro de la QZ. - habló sin preámbulos ni rodeos, atajando directamente al meollo del asunto - Aunque en ocasiones han requerido de mis servicios para seguirle la pista a alguien en concreto e informar en detalle de sus movimientos por un módico precio, en esta ocasión me topé con algo gordo sin venir a cuento. 

Tengo una amiga dentro de la zona 3 a quién aprecio mucho y con quién suelo cooperar, Michelle MacLeod, ¿La conoces? - le reveló analizando la cara del Oso, para saber si el nombre le decía algo. - En efecto, la hermana de Barry MacLeod, tanto él como su padre eran transportistas - sonrió tímidamente, aliviado de saber que el Oso tenía o había tenido en el pasado un cordial relación con los MacLeod. El caso es que recientemente observé un extraño comportamiento o cambio de actitud en mi amiga, como si estuviese metida en serios problemas pero que por su naturaleza reservada y autosuficiente, no queriendo depender de nadie o perjudicar a otros, probablemente estuvo guardándose para sí misma.

Alguien como yo, con un trato cercano a ella, difícilmente se le pasaría por alto e inadvertida la situación... pero no deseando incomodarla y preguntarle al respecto, pues... - ahí pareció sentirse un tanto arrepentido por su proceder, quizá no habiendo sido la mejor de las opciones el espiarla sin su consentimiento - ...pues terminé siguiéndola durante las últimas semanas, advirtiendo que un tal Donovan Peak está suministrándole la medicina que precisa a cambio de información. La madre de Michelle y Barry tiene una enfermedad crónica incurable, no recuerdo el nombre, de la cual precisa asiduamente un tratamiento bastante costoso y difícil de obtener dentro de la QZ. Me atrevería a aventurar que tanto Barry como Michelle se han visto forzados a trabajar horas extra para solventar sus problemas, razón por la cual entiendo que se vería con la tesitura de deber aceptar los chantajes de ese malnacido. No quiero que dependa de ese cabrón, y que termine jodiéndole la vida, es por ello que he tratado desde hace un par de días de seguir todos los movimientos de ese tipo, buscarle algún punto débil con que...ya me entiendes.

Por lo que he podido averiguar, Donovan un líder contrabandista que tiene bajo su control toda una extensa red de contrabando, no solo de importando mercancías variadas en plan alimentos o productos de necesidad, si no de trata de personas, armas y narcóticos. Me colé en uno de sus despachos, allá en los almacenes del muelle 3, sin que nadie advirtiese de mi presencia, y descubrí que muy pronto llegará a la QZ de Boston un convoy repleto de armas y suministros médicos. No solo escuché parcialmente la conversación que mantuvo con otro tipo, un tal Robert Downes, si no que terminé robando una guía de carreteras con la ruta marcada del convoy y los puntos críticos... Donovan y Robert tiene pensado asaltar el cargamento de FE.D.R.A antes de que llegue a Boston, y según dijeron, de lograrlo se convertirán en dueños de toda la QZ repartiendo el cargamento a partes iguales.

No obstante, Elliot sonrió tras su último comentario, revelando algo más de sumo interés.

- Eso es lo pactado entre ambos... Pero lo curioso es que... una vez el señor Downes marchó del despacho, escuché susurrar al propio Donovan Peak que traicionaría a su socio comercial, una vez ya no le fuese de utilidad...

Tras aquello, Elliot le entregó una parte de la guía de carreteras, con parte de la ruta del convoy trazada en bolígrafo y ciertas anotaciones en cuanto al cargamento que se transportaba y lugares en los que realizarían un alto. Obviamente el chico había asegurado su integridad física y que no pudiesen deshacerse de él tras revelar tan sustancial información, arrancando algunas de las hojas de la guía, precisamente las más críticas. De ir el Oso y los suyos a por dicho convoy, deberían contar con la presencia de Elliot, y muy probablemente de Barry y Michelle MacLeod.

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15/03/2023, 00:43
Jefferson Strickland
Sólo para el director

Vaya...murmuré, sin dudas sorprendido por la revelación. Y esa pequeña y sencilla palabra fue todo lo que transmití en el sentido de sorpresa. En este mundo, los sentimientos había que dejarlos bien guardaditos en lo más hondo del armario, y guardados bajo llave. Y la llave... en el fondo del mar, como se decía.

Pero no pude evitar decir esa palabra. Y andaba jodido por ello.

Para, para, Vane... yo no necesito exprimirte, lo sabes... pero, bueno, para serte sincero... si que necesito algo tuyo, es importante y urgente, además. Por eso mi presencia aquí era, no solo recomendable, sino que no haberlo hecho hubiera sido... ¿como decirlo? menoscabar tu propia persona - a nadie le molestaba que le considerasen un pez gordo, y por supuesto Vane Sully no iba a ser una excepción. 

Y ya que estamos siendo sinceros... pregunté por tu esposa por simple... mmm... cortesía. Siempre es una buena forma de iniciar un negocio, tú usas esa arma al igual que yo, por lo que no te sentirás ofendido por ello. O no deberías. Pero... todos tenemos nuestra propia reina en casa, así que, arriesgándome a una pérdida de tiempo (que no tengo), disfrutaré de otro trago mientras me cuentas cómo está. Ahora si, con sincero interés - obviamente era falso, pero eso, Vane Sully, no podía saberlo. Haber reconocido una cosa y ahora cambiar a la otra lo dejaría que no sabría que pensar.

Toma - visto que no acababa de arrancarse a hablar y a las miradas que dirigía a mi bolsa, opté por adelantar el regalo - la abierta es para compartir, pero esta es para ti. Y mi promesa de que a tu reina no le faltará de nada para su tratamiento. Independientemente de como finalice nuestra negociación.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Asher, perdona la demora.
La tirada de comercio bien, la de persuasión no la supero, así que no obtengo más información sobre los tipejos esos.

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16/03/2023, 16:17
El Oso

 El Oso reía con las ocurrencias del García menor, envalentonado con los sucesos de la pelea. Seguramente se sentía un Hércules, aunque Nicky Love le dejó en claro que todavía le faltaban unas cuantas peleas encima para poder congratularse. Mientras se tomaba lo que le quedaba en el vaso, el capo escuchó la explicación del boxeador sobre cómo dar mejores golpes. Si bien la explicación era para David, nunca estaba de más aprender algo nuevo.

 Luego de cerrar cuestiones con Love, Konrad y el mercenario que ofrecía sus servicios, El Oso recibió una respuesta muy sensata por parte de Giacomo una vez que le dio las balas. El dueño del bar no era ningún tonto; percatándose de que algo grande iba a suceder. Así como también sospechando que Elliot tenía la clave de todo aquel asunto. Los años de trabajo conjunto hacían que Samuel no se preocupara por Luigi. Era un buen, trabajador y fiel a su zona. Jamás se imaginaría que de parte de aquel tranquilo hombre pudiese llegar una traición.

- Si King Raúl vuelve a asomar su cabeza por aquí, me avisas de inmediato... aunque no creo que vuelvan por los próximos días. Hay cosas más importantes por atender en Boston, Luigi... Una gran oportunidad para todas las bandas de la ciudad. Algo gordo, más gordo que yo, para que te des una idea. Si se dan las cosas bien y junto a un buen equipo, esa oportunidad será de Strickland y entonces... no tendremos que preocuparnos nunca más por estoy gillipollas de Donovan. Que el diablo se los lleve... ¡salud!

 El Oso le dio un sorbo a su nueva cerveza, mientras agarraba otra con su otra mano para llevársela a Elliot, quien le esperaba nervioso. El Oso le dirigió una última mirada complice a Giacomo, intentando dejarle tranquilo respecto al muchacho fugitivo.

- En cuanto al chico de allí... ahora veremos si él también se merece mi amistad, protección y amparo.

 Elliot comenzó su monólogo, vertiendo toda la información que tenía respecto al descubrimiento del convoy que se dirigía a Boston y cómo Donovan y Roberts iban a hacer uso de él para reforzar su influencia sobre la zona. La historia era más profunda y detallada de la que en su momento le había dado Eddie, pero todos los datos concordaban a gran escala. Sin embargo, esa parte no fue la que más le sorprendió; puesto que en el relato de aquel chico surgieron dos nombres que no esperaba escuchar metidos en toda aquella situación: Michelle y Barry MacLeod. Y la expresión del Oso fue completamente trasparente, mostrándose anonadado frente a aquella primicia.

- ¿Barry MacLeod? ¿El jodido "Fortuna"? Me estás jodiendo... trabajé con ese desgraciado durante años. Desapareció del plano luego de lo de su padre... ¡Mierda! Y ahora están haciendo recados para Donovan por medicina... ¡¿Por qué carajos no vinieron conm-?!

 El Oso se agitó bastante ante la noticia, no pudiendo ocultar su rabieta al enterarse de que los MacLeod habían cambiado de jefes por la situación de su madre. Notando que estaba quedando mal, el hombre se contuvo y bajo la voz. Antes que todo, debía entender que no conocía todo el contexto del tema. Así como también pensar que esto no era sobre el orgullo de El Oso o los años de buenos negocios que tuvo con Barry. Miró nuevamente a Elliot.

- Tantos años, tantos putos años trabajando juntos... si no fuera porque le tengo un cariño enfermizo a ese bastardo, lo calificaría de traición. Pero... Dios sabe que un hombre debe hacer todo por su propia madre.

 El Oso, nuevamente, se quedó mirando un segundo al cielo pensando en su mamá. Lo mucho que la extrañaba y lo desgarrador que fue haberla perdido al inicio de todo el acabose. Realmente no estaba en condiciones de juzgar a nadie por mover cielo y tierra por su familia.

- Esta bien, hijo... me convenciste. Me tienes de tu lado con todo esto que me has dicho. Faltan algunas hojas, pero supongo que me las darás una vez esté asegurada tu integridad física y la de los MacLeod. Lo entiendo perfectamente... tengo un escondite a unos bloques de aquí. Ahí estarás a salvo, con guardia personal y todo. Mandaré a mi gente para que busqué a Michelle y Barry. Ha pasado tiempo... ¿tienes algún... requisito o término más que quieras plantearme antes de seguir adelante?

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16/03/2023, 22:07
Ambientación

Las dudas de Elliot en cuanto a confiar en el Oso se fueron disipando a medida que conversaban percatándose de que aquel tipo aparentemente tan serio, amenazante y peligroso, en realidad era bastante más jovial y afable de lo esperado. El joven informante fue tomando mayor confianza y sintiéndose más seguro, convenciéndose interiormente de haber tomado la resolución correcta confiando en el capo contrabandista.

- No, no. Creo que has malentendido mis palabras, Oso. - se excusó el muchacho, temiendo haber metido la pata al expresarse, tratando de aclarar de inmediato sus palabras - Barry MacLeod nunca ha trabajado para Donovan Peak de ninguna forma, y apuesto a que si supiese que su hermana Michelle se ha metido en problemas por tratar de ayudar a la familia, y especialmente a su madre enferma, de seguro estaría con un cabreo descomunal. No he visto a nadie más leal que Barry, por lo que si siempre trabajó para Jeff Strickland o vuestra persona hasta su retiro, dudo que fuese a trabajar para alguien más, por muy jodida que estuviese la situación.  - Después de aclarar el asunto, suspiró mucho más aliviado, sabiendo que el mayor de los MacLeod era un tipo muy capaz y admirable en más de un sentido. Día tras día, Michelle y yo lo hemos visto yendo a trabajar por unas míseras cartillas de racionamiento en todo tipo de trabajos dentro de la QZ, desde limpiar alcantarillas, desescombrar las calles, retirar las pintadas de los Luciérnagas... 

La que se ha metido en un buen lío, sin ser consciente todavía de ello, es mi buena amiga Michelle. Con tal de conseguir algunas medicinas para su madre, ese Donovan Peak parece haberla chantajeado... - apretó los puños, molesto por que la joven se hubiese dejado engañar tan fácilmente - Dudo mucho que sepa quién es Donovan en realidad, y por actuar de buena fe para con su familia, estoy convencido que poco a poco estará percatándose y sintiendo que trabajar con ese malnacido solo traerá problemas a los suyos, en vez de ayudarles.

Hizo un alto en su relato, mirando fijamente a los ojos al Oso y casi suplicando su ayuda.

Por favor, mis términos o condiciones son muy simples. Quiero ser parte del grupo que irá al convoy junto a Barry y Michelle, guiaros y ayudaros tanto a ti y como a Jeff Strickland a lograr haceros con la mercancía, y obtener por mis servicios una parte. Solo requiero que me protejáis de Donovan y Robert hasta que salgamos de la QZ, y que a la vuelta, todos podamos celebrar nuestro éxito y ganancias. ¿No es un trato justo?

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16/03/2023, 22:31
Ambientación

Cuando John Walker, cargado con su bolsa o maletín de trabajo a su espalda, accedió al restaurante Giocomo's Boston North End, empujando levemente hacia adentro por la puerta principal, rápidamente observaría el maltrecho estado en que se encontraba aquel tugurio. Descuidado y lúgubre, con las paredes y techo llenos de humedades, el parqué de madera saltando a trozos, y la naturaleza salvaje brotando por los recovecos que dejaban los tablones y columnas, el aspecto del lugar distaba mucho del ambiente que allí dentro se vivía en aquellos instantes.

 

Lo primero que sorprendería al mercenario recién llegado sería el ver a un tipo completamente ebrio, durmiendo con una sonrisa bobalicona y babeando sobre la barra, sentado de forma antinatural sobre uno de los taburetes. Walker sabía que aquel vejestorio era el señor Wilson, quién si bien siempre terminaba borracho como una cuba, aquella mañana se había apresurado más de lo habitual en terminar K.O.

Sentados en los demás taburetes de la barra o de pie alrededor de esta, ignorando por completo al señor Wilson, un carismático y variopinto grupo parecía celebrar y vitorear alguna especie de triunfo o victoria reciente, como aquellos quienes tras regresar de una dura y cruenta batalla, y a pesar de las múltiples heridas y contusiones recibidas, no podían más que enorgullecerse y beber a raudales, rememorando los mejores momentos vividos. El grupo lo conformaba un tipo con traje y sombrero, bastante atlético y con pinta de ser un buen peleador callejero, quién le enseñaba a un jovencito algunos movimientos de manos y pies, lanzando "jabs" y "uppercuts" al aire. Un poco más apartado de aquel par, bebiendo un trago de cerveza negra y sentado en uno de los taburetes, un mastodonte fornido balbuceaba algo incomprensible al barman y dueño del local, siendo claro que el tipo acababa de perder varios dientes y le habían partido el labio, en la reyerta o trifulca. 

- Sí, no se preocupe señor Konrad. En breves le traigo un barreño y un paño para que pueda limpiar esas heridas... - expresó el dueño del establecimiento yendo de inmediato a por un barreño, al que Walker reconocería como Luigi Giocomo. - Nuestra camarera Nancy ha ido a la trastienda, y de seguro una vez termine de atender a su camarada de la fea herida de la espalda, se pondrá con usted con el hilo y la aguja. - suspiró el hombre, no dando crédito a lo que sus ojos veían. ¿Cómo había terminado tan malparado Konrad en una simple pelea de bar? ¿O es que acaso aquello era "mucho más" que una simple riña? ¿Necesita algo más?

(Balbuceo incomprensible)

Solo cuando el posadero levantó la vista en dirección hacia la entrada, se percataría de la llegada de John Walker, y alegrándose por la presencia del habitual mercenario, cliente asiduo en su local, no tardó en invitarle a un trago.

- Me alegra verle por aquí, señor Walker. ¿Lo de siempre? - preguntó como mera formalidad, yendo a por uno de los destilados caseros tras la barra, pero tras regresar con la copa y la bebida espirituosa, se percató de la sangre que todavía goteaba desde la barra, allí donde le habían reventado la dentadura a Konrad - Disculpa, ahora mismo limpio este estropicio. Hemos tenido... digamos que este lugar ha estado más ajetreado de lo habitual. - se disculpó retirando la sangre de la barra con un paño, cerciorándose de que había quedado lo suficientemente limpia. Pero descuida, todo está bien ahora.

Walker podría percibir más de una evidencia de que la pelea habría sido más que encarnizada, siendo que en el suelo, justo debajo de uno de los taburetes, todavía había un par de dientes rotos. Cristales de una botella rota y ensangrentada estaban dispersos cerca de una de las mesas, y uno de los taburetes había quedado hecho pedazos, váyase a saber cual había sido la razón.

Más al fondo, alejados de todo el jolgorio, Walker se percataría de que dos hombres charlaban entre sí, un joven y un hombre fornido y calvo, a los que no tardaría en reconocer. Por sus formas más distinguidas y actitud confiada, el hombre alopécico y fornido con el que conversaba el muchacho y que en esos instantes mostraba gran interés en la conversación que mantenían ambos interlocutores, fue reconocido por John como el capo contrabandista conocido como el Oso, con el cual ya en alguna ocasión habían mantenido contacto y recibido algún que otro encargo. El joven era conocido en la zona por ser un buen informante, dando chivatazos y logrando advertir detalles relevantes dentro de la QZ, que muchos simplemente ignorarían o jamás se habría percatado.

Imagen visual de Elliot, en el que se observan rasgos de haber pasado por un infierno.

Imagen visual del Oso, manteniendo interés por la información recibida

Por su parte, el Oso se percataría de la presencia del recién llegado Walker, pudiendo si así lo deseaba, realizarle alguna seña al mercenario para conversar con él, según lo estimase o no.

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17/03/2023, 00:44
Jhon Walker

Cuando me sirven mi trago observo a Luigi y le susurro algo al oído, el sujeto me agradaba mucho y daba por hecho que era mejor que supiera lo que estaba por ocurrir.

Acto seguido tomo mi vaso y observo el desastre con mayor detalle. - Así que a alguien le dieron una golpiza, espero que al menos limpien el lugar. 

Por cierto Luigi, ¿No te molesta si me siento en este extremo de la barra? - pregunto posicionándome en un lugar que me permita buscar cobertura cuando todo se saliera de madre.

Tal vez debería sacar a Wilson de allí, nah, no sin paga, este tío suele andar siempre sin un duro en el bolsillo, mejor me preparo para lo que se viene. - pienso mientras dirijo mi mirada hacia el oso y evalúo si acercarme a él o esperar a que inicie la fiesta y cobrar extra.

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17/03/2023, 01:09
Jhon Walker

Luigi afuera hay unos tipos armados hasta los dientes y parece que se están preparando para montar una buena fiesta, muy probablemente aquí. 

Si fuera tu, me iría a la trastienda y cerraría por dentro, yo mantendré la puerta cerrada de este lado si gustas.

La decisión es tuya.  - le digo al oído al dueño mientras me dispongo a sentarme en otro taburete frente a la barra.

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17/03/2023, 02:16
Ambientación

Jeff Strickland era un experto manipulador y negociante, incluso para alguien tan avezado y experimentado como Vane Sully. Con una facilidad pasmosa, el capo contrabandista era capaz de dar vuelta a la situación, y donde parecía reconocer en sus palabras que se había acercado por mero interés, de pronto demostraba genuino interés por el estado de la mujer del vendedor, aún cuando la realidad era muy distinta.

En ocasiones era preferible escuchar mierda que no querías oír, si el resultado final era el más favorable. Al final el hombre se sentiría arropado por su "camarada" Jeff, mientras que el contrabandista obtendría lo que siempre lograba, el mejor de los negocios... e información sustancial.

- Pues ya ves, Jeff. - concluiría Vane su monólogo particular, echando un último trago de la botella de destilado casero - Así están las cosas. Aunque al menos puedo estar más tranquilo respecto a lo sucedido con mi mujer... Lentamente ya se ve una mejoría, lo cual me deja, dentro de lo que cabe, más tranquilo.

Al fin llegarían ambos hombres al verdadero meollo de la cuestión, revelando el señor Sully las razones particulares por las que Donovan Peak y Robert Dawnes habían acudido con anterioridad, y por separado, a literalmente "exprimirle".

- Donovan es un viejo zorro, y hoy desgraciadamente, ha venido a cobrarse lo que le debía... - maldijo apretando lo puños resignado, sin saber muy bien que decir - No voy a mentirte, realmente no se que asuntos tiene entre manos el señor Peak, pero esta mañana tenía un claro objetivo en mente, algo que le corría prisa y no podía demorarse. Todos saben que es muy complicado en estos días encontrar un buen camión de gran tamaño para transportar gran cantidad mercancía, y pese a que yo me beneficio y hago negocio de los artículos que me traéis, tengo mis límites que no concedo a nadie. Mi camión es innegociable, no se toca. - recalcó con determinación el hombre, negando con la cabeza - pero ese malnacido amenazó con atentar contra mi familia si no le cedía las llaves del Mack que tengo fuera de la QZ, y que bien sabe todo el mundo solo uso en muy raras ocasiones. ¿Por qué cojones necesitaría Donovan un jodido camión? ¿A caso piensa ir a recoger en persona todo un cargamento? Solo los MacLeod y me persona gozan de disponer de un camión de esas dimensiones con los tiempos que corren. Y como desde hace cinco años, tras la desaparición o muerte, vete a saber, de Conner MacLeod...

Aquel punto era importante, más de lo que tendero podría jamás imaginar. Muy pocos eran los vehículos de gran calibre que circulaban en estas fechas, por el simple hecho de que el ejército había acabado controlando todo el mercado, para de ese modo crear una fuerte dependencia a los civiles que residían en las zonas de cuarentena. Nada entraba ni salía de la QZ sin que FE.D.R.A y los militares supiesen de ello, por el simple hecho de forzar a la población a vivir de las míseras cartillas de racionamiento. Si controlas el mercado, controlas los precios. Si controlas los precios, te aces con el monopolio. Si tienes el monopolio, la gente te obedece. Si la gente te obedece, gozas de poder. Era la pescadilla que se mordía la cola, y todo empezó limitando el tráfico de vehículos pesados y la llegada de mercancía.

Donovan podía tener en mente asaltar el convoy, pero debía asegurar un modo de llevarse la carga a un lugar seguro, posiblemente vaciando los vehículos militares y llenando sus propios camiones. Los vehículos de FEDRA estaban demasiado controlados, en muchas ocasiones incluso pudiendo ser rastreados, además de que era racionado en gran medida el combustible del depósito, para evitar precisamente eso, el que los Luciérnagas o cualquier banda criminal pudiese hacerse con ellos, y llevárselos muy lejos.

- Luego vino Robert, negociando abiertamente un pago generoso a cambio de armas de mi tienda. Me mostró una bolsa repleta de balas de calibre militar y cartillas, y tras eso me pidió que accediésemos al almacén para ver que tengo allí... precisaba muchas armas de fuego todo tipo de calibres, y estaba dispuesta a pagar por todas ellas... - pero por el gesto en el rostro, ensombreciéndose de súbito, quedó patente que se la había jugado pero bien - El muy hijo de puta se llevó cuatro fusiles de asalto, dos fusiles de francotirador, ocho pistolas y tres escopetas, dejándome prácticamente en pelotas. ¡hasta se llevó una ametralladora Gatling  de seis cañones rotativos, capaces de efectuar hasta 6000 disparos por minuto! ¿Es que a caso va a declararle la guerra a FE.D.R.A? Estuve trabajando con esa preciosidad durante años y... - las lágrimas amenazaban con derramarse por su rostro - y ahora... ese malnacido me ha robado. ¡Me ha robado!

Primero el camión Mack cortesía de Donovan Peak, después todo un arsenal de armas, incluida una ametralladora Gatling cortesía de Robert Dawnes. Realmente sí lo habían exprimido pero bien. Lo extraño era que no se hubiese suicidado...

- Jeff, mi buen amigo. Se que vienes a mí porque precisas armas, no habría otra razón por la que vendrías a visitar a este viejo cabrón que jamás da su brazo a torcer... - sonrió visiblemente jodido, aunque buscando hacer un verdadero trato con el capo contrabandista -  Solo quiero... venganza. Solo te pido... tu ayuda. - y sacando de debajo de una losa una llave, se la tendió a Jeff - Puedo ofrecerte... lo que me queda. Hazme el favor y acaba con esos malnacidos. Todo esto es tuyo, sin pago de por medio. Prefiero mil veces que sigas controlando la QZ, aunque seas un tacaño en ocasiones, a que esos cabrones destruyan lo que con tanto esfuerzo hemos creado.

Sí, es la llave del almacén 4. Allí dentro tienes de todo, créeme.

Y aquella era una verdad como un templo. Jeff y el Oso podían ser muchas cosas, pero habían demostrado ser capaces de ganarse la confianza de la gente del mercado negro. La nana, Campbell, los Vázquez, Marshall... todos, por muy distintos que fuesen, convivían en aquel microcosmos que juntos habían establecido... ¿No era preferible preservar lo que con tanto esfuerzo habían logrado construir? ¿Iban a permitir que Donovan o Robert controlasen todo el tinglado, y les arruinasen por completo, eliminándolos uno a uno y colocando su propia gente de confianza?

Notas de juego

Tu tirada de comercio ha sido brutal, saliéndote literalmente gratis... es por ello que Vane Sully directamente te entrega la llave del almacén para que pertreches a los hombres que vayáis a usar en la incursión como consideres.

Has averiguado que Donovan piensa, tras asaltar el convoy, realizar el cambiazo y colocar gran parte de la mercancía en el camión que le ha sonsacado a Vane.

Robert por su parte se ha aprovisionado con muchas armas e incluso una ametralladora Gatling, así que ya sabes a que os enfrentaréis de cruzarte con ese cabronazo.

Postea reaccionando a lo sucedido y ya después te abriré otras vías de rol, aguardando la llegada del Oso y lo demás.

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17/03/2023, 03:33
El Oso

 Si de algo había servido el enojo que se había mandado El Oso cuando creyó que Barry MacLeod no había acudido a él por ayuda, era que ahora Elliot se notaba más suelto. Era común ver a los jefes mafiosos como sociópatas imperturbables, fríos y calculadores. Pero El Oso no era eso, sino más bien todo lo contrario. A vecez quería ser ese ideal de capo mafioso, estoico y cínico. Pero a él se le escapaban las emociones por todos lados.

- Ok, ok, ahora entiendo... me resultaba demasiado fuerte para ser verdad. Igual el muy capullo debería haberme dicho que tenía a la madre enferma... pero supongo que Fortuna ya no quiere tomar recados del mercado negro. Ha decidido alejarse de este mundo después de lo de su padre... no puedo decir que lo entienda... era MUY bueno.

 El Oso se mordía el labio, pensando en su antiguo colega y amigo del mercado negro. Habían sabido hacer buenas entregas juntos, al punto de ser su mejor explorador afuera de Boston. Pero todo eso quedó atrás, y ahora el hombre se encontraba matándose con trabajos de mierda por unas miseras balas. No era vida justa...

- Por supuesto, muchacho... es un trato. Ustedes tres son parte de nuestra compañía; no tengan duda de ello. Una vez que Michelle y Barry pongan pie en esta zona, no se van a tener que preocupar por Donovan o ningún otro desgraciado que quiere aprovecharse de ustedes. Me encuentro en una posición en la que les puedo proveer protección, y se las voy a dar.

 En ese momento aparece Jhon Walker, otro de los tantos mercenarios que daban vueltas por la zona y ocasionalmente buscaban trabajo con El Oso. A veces dejaba que ellos se acercasen a él, pero hoy en particular el capo mafioso estaba en búsqueda de hombres con los cuales contar.

- Elliot, ve con mis muchachos, mantente entre ellos... ¡Walker! Hace tiempo que no te veía... ¿por qué no te acercas un momento?

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17/03/2023, 12:52
Jhon Walker

Al escuchar el llamado de El Oso, termino mi trago con un rápido movimiento de codo y me acerco a él con absoluta tranquilidad.

Vine buscando trabajo y, al parecer, estaba por conseguirlo. Me llama un poco la atención lo que llego a escuchar de MacLeod, pues no hace mucho tuve que soportar las niñerías de su hermana.

Oso, buen día, que gusto verte, estaba buscando trabajo, las cosas en la zona tres se pusieron algo intensas, esos imbéciles de F.E.D.R.A. se pusieron a repartir plomo como quien reparte volantes y la presencia de los Luciernagas complicó todo. - digo a modo de saludo, mientras me siento frente a él, empezando a compartir información.

Siempre directo al punto, pues el tiempo tiene valor y es bien sabido que las personas como yo no estamos por la labor de desperdiciarlo.

Tuve que matar a dos de esos idiotas para llegar aquí, uno por contrato, el pobre desgraciado cometió el error de apuntarle a mi cliente y yo le abrí la cabeza como un pomelo. - añado con absoluta naturalidad.

Acto seguido sopeso mis opciones y decido empezar a negociar. - Por cierto, supongo que estás al tanto del pequeño ejército que está tomando posición en la calle frente al Giacomo's, están armados hasta los dientes y parecen querer sangre.

Espero que sean tus hombres, porque, de lo contrario, las cosas se van a poner feas, yo cargo mis armas conmigo por si gustas que te quite alguno de esos bastardos de encima, de ti depende, pues estoy abierto a ofertas. - agrego sin mostrar emoción alguna, esperando la propuesta del Oso, la cuál estaba seguro que sería más que justa.

Son alrededor de una decena, al menos los que pude ver.

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18/03/2023, 04:21
El Oso

 Walker accedió a sentarse y platicar con el jefe mafioso. El Oso, como siempre, se mostraba dominante e imponente; como buen capo mafioso que era. Pero se notaba el trazo del sudor en su rostro, en sus ojos cansados y en el ánimo general de los hombres del bar que las cosas no habían sido tan fáciles para aquel sujeto y su pandilla.

- Los del FE.D.R.A. y las luciérnagas me pueden agarrar el nabo, sinceramente. Hay gente que me tiene más preocupado... Donovan, el jefe del mercado negro de la Zona 1, ha cruzado el puto límite, Walker... ha permitido que sus hombres vengan aquí y me quieran mandonear como a una perra... ¡Faltándole el respeto a Strickland y a mi! ¡La Zona 3 es nuestra joder!

 El Oso da un golpe sobre la mesa, todavía cabreado por la situación ques tuvo anteriormente. Si el destrozo que tenía el bar dejaba algo en evidencia, es que había sido una riña importante. Más allá de los daños materiales y físicos, sin embargo, el daño al orgullo del orondo hombre era lo más importante.

 Jhon narró cómo fue su camino hasta el bar. El Oso sentía que el mercernario estaba haciendo alarde de su buen trabajo al completar un trabajo de asesinato. El capo mafioso se masajeó la sién, pensativo.

- Mira, hijo, me alegro de que estés matando gente como moscas. Para un mercenario, este debe ser un buen día para ti... si fuera por mi, te mandaría a matar a todos los gilipollas que me están tocando los cojones ahora mismo. Pero no soy tan tonto como para no darme cuenta de que eso me puede jugar más en contra que a favor. Después te mandaré a hablar con Strickland, quizá él tenga otras ideas sobre usarte como mercenario. Yo te convoqué aquí porque quiero ofrecerte otras cosas...

 Sin embargo, el comentario de Walker sobre la decena de hombres armados que se estaban juntando afuera del bar hizo que El Oso abandonara toda conversación sobre propuestas laborales. No era el momento. Un rápido vistazo a través de la sucia ventana le hicieron darse cuenta al Oso de que no estuvo muy pendiente de lo que pasaba afuera. Entre tanta celebración y alcohol, se le había pasado que los hombres de Donovan podían volver con refuerzos.

 El capo, en vez de agitarse, saltar y gritar, simplemente se agarró la cabeza, con un total fastidio interno.

- Serán hijos de putas... no nos dejaron tomar unas cervezas que ya vuelven a querer fusilarnos. Cobardes y malos perdedores. No, no podemos enfrentarnos a tiros con ellos. Tenemos que encontrar alguna otra forma de salir de este lugar sin empezar una balacera. Walker, estás oficialmente contratado. Tu primera tarea es ayudarme a mi y a todos mis hombres a salir de aquí ilesos.

Notas de juego

 ¿Hay salidas traseras o pasadizos? ¿Debería hacer alguna tirada de Búsqueda?

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18/03/2023, 06:04
Jhon Walker

Mientras escuchaba al Oso, mi rostro se mantuvo imperturbable al menos hasta el momento en que el Oso me contrato y fijo los términos del mismo.

Cuando el oso me pide que lo saque a él y sus hombres sin iniciar una balacera, enarco una ceja.

Vale, quieres que os saque de aquí sin tiros... es poco plausible pero lo intentaré, esos infelices tienen cubierta toda la calle y han sobornado a los de F.E.D.R.A. - anuncio con bastante seriedad.

Sabía perfectamente que la única forma de hacer eso era por la trastienda, pero una vez que retomásemos la calle principal, las balas empezarían a llover.

Acto seguido, echo mano de mi mochila y empiezo a sacar el rifle, para armarlo y cargarlo como era debido.

Serán cinco balas por cada uno de ellos que mate, si es que llega a haber necesidad, por lo demás intentaré hacer esto limpio y sin plomos, y, respecto a tu convocatoria, el mensajero nunca llegó.

Así que, cuando esto termine, vas a tener que enviar a alguien por él, con el caos que se desató en el sector 3, no me sorprende en lo absoluto. Bien, creo que es hora de ponernos en marcha. - añado con seriedad.

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20/03/2023, 00:08
Ambientación

Luigi solía ser un tipo calmado y que toleraba bien las bromas, razón por la cual, recibió con una sonrisa de incredulidad las palabras de John Walker. Solo cuando el mercenario le mantuvo la mirada más de lo estrictamente necesario, siendo claro que Walker no se andaba con tonterías en temas como aquel, el dueño del Giocomo's cambió su gesto divertido por uno completamente serio, asintiendo con gravedad y para nada poniendo en duda las palabras del que consideraba un gran tipo.

- Perra suerte la mía, carajomaldijo el barman, llevándose el mismo un trago de destilado casero al gaznate, de la misma botella que acababa de servirle previamente a Walker - De seguro debo haber ofendido a alguien, si todo el mundo viene a resolver sus problemas a mi humilde antrosuspiró con cierta molestia - ¿Cómo voy a...? Como sea... gracias.

Walker le dio sabias sugerencias para salvaguardar su vida y la de sus empleados, detalle que Luigi supo apreciar como buen anfitrión que era del lugar. No solo le dejó al mercenario un par de balas frente a su posición en la barra, si no que le regaló la botella de whisky que todavía sostenía entre sus dedos.

- Quédesela, señor Walker. - le indicó con un gesto de la mano, a modo de agradecimiento. Cortesía de la casa.

En ese preciso instante, llegando desde las cocinas con una tarta, una de las dos camareras que trabajaban en el local hizo acto de aparición. Dina era amable y servicial, atenta para con todos los clientes del Giocomo's, no tardando en acercarse hasta Luigi cuando este la requirió con un gesto con su mano.

- Dina, haz el favor de bajar las cortina y cerrar la puerta de entrada. ¿Quieres? - le explicó con un rostro serio e imperturbable, que puso nerviosa a la muchacha, no sabiendo bien que decir. Tranquila, todo estará bien. Nada más hagas lo que te he pedido, regresa a la trastienda y dile a Nancy que por hoy ya no tenéis que continuar trabajando aquí, pero que se os pagará igualmente la jornada completa. Quiero que salgáis por la puerta trasera y que os vayáis a casa sin si quiera echar la vista atrás. ¿Entendido? - La joven era evidente que se sentía confusa y atemorizada, pero asintiendo obediente, no se demoró ni un segundo en cumplir con su cometido.

Walker y el Oso conversarían brevemente, siendo puesto sobre aviso el capo contrabandista de lo que se cocía en el exterior. Si todo cuanto había dicho el mercenario era real, no quedaban dudas de que el malnacido de King Raül estaba dispuesto a jugar sucio, aún a costa de que aquello terminase convirtiéndose en un baño de sangre. ¿Tan importante era silenciar a Elliot? ¿Qué tan jodidamente importante era la información que tenía en conocimiento el informante, que Donovan Peak arriesgaba tanto como para iniciar una guerra de bandas fuera de su territorio? ¿Qué había en juego que valiese aquel coste?

- Eh, jefe - susurró David a su líder, al tiempo que oteaba el exterior a través de una de las rendijas que dejaban las persianas recién bajadas - Desde aquí veo a ese negro de mierda que nos vino a joder hace un rato, moviendo los brazos como dando instrucciones a varios los suyos. Dos de esos cabrones se han parapetado detrás de un murete, justo enfrente del Giocomo's, y me parece que llevaban metralletas... ¿Qué coño está pasando, jefe?

- Baja la puta cabeza y apártate de las ventanas, si no quieres terminar lleno de agujeros - respondió Nicky Love, mucho más serio y cabal de lo que hasta entonces había demostrado, peleando con los puños como un jodido psicópata. Las calles curtían a cualquiera, y Nicky podía ser un orgulloso y prepotente cuando se terciaba, pero sabía discernir cuando los puños no iban a ser la salvación. ¿Alguien tiene un arma? Solo tengo una mísera navaja...

Pabló llegaría desde la trastienda a la carrera, con un vendaje cubriéndole el pecho y la espalda, presumiblemente realizado por la sensual Nancy. Venía subiéndose la bragueta del pantalón, lo cual era extraño habida cuenta que para limpiar la herida de la espalda, para nada habría sido necesario bajarse los pantalones. ¿A buen entendedor, sobraban las palabras?

- ¿Qué tenemos, Oso? - preguntó el mayor de los García a su jefe, interesándose por la situación o contexto general - David, hazle caso al señor Love. Quiero que ahora mismo vayas hacia la trastienda y esperes allí hasta que yo te diga.

- Venga ya, Pablo. No soy un puto niño de parvulario. - le recriminó contrariado el menor de los García, inconforme con que su hermano le ordenase retirarse del lugar, cuando el resto se apresuraba a tomar posiciones ante el más adverso de los escenarios. Yo también tengo una pipa con la que defenderme, ¿sabes? Quiero ser parte de esto, joder. - y sacando una pistola Glock 9mm del cinto, se apresuró a colocarle el cargador con torpeza.

Luigi sacaría de uno de los estantes bajo la barra una escopeta recortada, que tenía decidido usar él mismo llegado el caso. Dio la impresión de buscar algo más, aunque se le escuchó maldecir para sí mismo, negando con la cabeza ante su intento infructuoso de conseguir otra arma.

- No encuentro la pistola, joder. - terminaría por decir algo frustrado, disculpándose con el propio Nicky - Lo siento, no tengo ningún arma que ofrecerle, señor Love. - e intuyendo lo que prácticamente todos le decían sin expresarlo abiertamente, Luigi respondió algunas cuestiones de interés para el grupo. A parte de la salida trasera, que da al callejón y por la que espero que Dina y Nancy puedan regresar a sus casas sin inconvenientes, no hay otras salidas salvo la puerta principal que todos veis aquí mismo. Ah, bueno, subiendo las escaleras hay un pequeño ático que utilizo de despacho... Tiene una ventana pequeña que da a una especie de azotea. Desde esa azotea podría ser posible saltar al tejado del edificio de al lado, la bodega del viejo Spencer. ¿Lo conoces, Oso?

 

Finalmente llegaría Nancy desde la trastienda. Había recibido el mensaje de Dina y se disponían ambas a abandonar el local por la puerta de atrás, cuando algo extraño la había hecho regresar. Entre sus manos sostenía un walkie talkie, el cual entregaría al señor Walker.

- Un chavalín vino corriendo hasta la puerta trasera en cuanto nos disponíamos a salir. Me entregó este walkie talkie y me dijo que debía entregárselo al señor Walker - expresó confundida, aunque realizando el pedido que se le había encomendado - El niño salió corriendo nada más dármelo, pero no dijo añadió nada más. Señor Giocomo, Dina y yo nos iremos entonces... 

La sensual y atractiva camarera se despidió realizando una leve reverencia, rozando con los dedos la camisa de Pablo mientras se marchaba. Ambos se miraron nerviosos, prácticamente ruborizándose y apartando la mirada el uno del otro avergonzados, aunque la muchacha dejó caer un susurro.

- Ten cuidado, Pablo.

 

 

 

 

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20/03/2023, 01:53
Jhon Walker

Acepto con gusto la cortesía de Luigi y tomo un cuchillo de la barra y lo guardo en mi bolsillo.

En unos segundos el lugar se volvió un caos y no faltaron los idiotas inexpertos que querían hacerse los valientes mientras Nicky Love buscaba un arma.

Sin previo aviso me pongo en pie y observo fijamente al chiquillo que estaba pidiendo sangre. - El arma, dásela a Nicky ahora, no es tu momento, y el tira mejor que tú, así que no hagas tonterías y no nos hagas perder el tiempo. - digo con un tono glacial que no admitía réplica.

Luego me giro hacia el Oso. - Bien, la salida está arriba tú y tus hombres pueden tomarla, yo os cubriré, mientras saltan al almacén, una vez allí, podrán tomar por sorpresa a esos bastardos.

Acto seguido saco un bolígrafo y escribo una nota. 

El Oso y sus hombres no están en la trastienda, aquí sólo están Luigi y su personal, ellos están bajo mi protección.

J. Walker

Iceman

Bien Oso, ¿quieres tomar la salida por el techo o la opción B? - pregunto mientrad tomo el walkie talkie.

Al habla Walker. ¿Quién es y qué deseas? - pregunto con frialdad, para luego clavar la nota en la puerta con un cuchillo.

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21/03/2023, 04:12
El Oso

 El Oso asentía ante el pedido de John de las cinco balas por cada cabeza. Si demostraba ser un mercenario tan bueno como para asegurar tantas bajas, era merecido. Y además, la situación ameritaba una buena paga si es que podía sacarlos a todos vivos de allí. Sería una pena morir emboscado por un grupo de cobardes. Aunque en el mundo del crimen, usualmente mueres cuando tienes los pantalones bajos. Poca gente tiene honor en el negocio...

- ¿Cómo que no llegó mi mensajero? ¿Te refieres a Tammer? ¿Qué co-? ¿Sabes qué? Tengo cosas más importantes de las que preocuparme. Después enviaré a alguien más...

 El capo desenfundó su Glock mientras instaba a todo el mundo a alejarse de las ventanas. Sus hombres estaban armados; salvo Nicky Love, quien estaba en camino en convertirse en su hombre si todo salía bien. Por otro lado, David y Pablo discutieron cuando el García mayor llegó de su tratamiento y vio a su hermanito excitado por la balacera que se venía. Walker, previniendo tragedias, ordenó al chaval que le de el arma a alguien más experimentado y con más calle como Nicky. El Oso tenía que admitir que David, por más valiente que fuese, le faltaban un par de galerías de tiro para participar de esto.

- David, creeme que ya tendrás tus balaceras en el futuro. Ahora calla la boca, dale el arma a Love, que le debes estar en una pieza, y ve hacia el ático. Pablo, Konrad, saquen sus armas y estén alerta. Elliot, quedate siempre entre dos de mis muchachos. Vamos a tomar el camino de la azotea. Bajo ningún término quiero comprometer la seguridad de las chicas que están saliendo por atrás. El viejo Spencer nos va a permitir el paso, tenemos historia... lo único que me preocupa es si lograré saltar de un edificio al otro... ¿no será una brecha muy grande?

 Ser grande y fuerte también significaba ser pesado, y eso El Oso lo sabía. Confiaba en que en el momento de la verdad, la adrenalina le diese el empujón suficiente como para no caer hacia el callejón. No solo sería una pena morir, sino que también bastante patético.

- ¡Todo el mundo en marcha! ¡PARA ARRIBA! Luigi, cuida tu pellejo y... de más esta decir que hoy te has ganado la gracia de Strickland de por vida, mi amigo.

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23/03/2023, 21:59
Jefferson Strickland
Sólo para el director

Mierda, Vane... ¿en serio? - contesté, no sin cierta dosis de sinceridad - que hijo de puta, ha... ha traspasado una línea. Incluso entre nosotros hay... mmm - me froté los dedos - hay cierto código, ciertas reglas que aceptamos cumplir. Eso... eso no ha estado bien. No. - le puse entonces una mano en el hombro.

¡¿Qué me dices?! ¿Robert también? - me hice el sorprendido, pues de sorprendido no tenía nada.

Joder, macho... no me extraña que estés trinando... lo que me extraña es que no me volaras la cabeza nada más asomarla por la cortina... bueno, ya sabes, me extraña y me alegro, le tengo cariño... ¿Cómo iba a poder comerle el gañufo a mi pelirroja con el cerebro derramándose por ahí? Lo pondría todo perdido y no sabría si es que tenía la regla o que se yo. En fin... joooooder...

Volví a llenar dos vasos con el elixir de Nana, incluso saqué unas almendrillas de un bolsillo de la chaqueta.

Tendrás tu venganza - dije, rotundo, y demudado el rostro y el timbre de voz a una seriedad absoluta. Con plena convicción.

Si, venía a por armas... pero nunca te hubiera robado, no así al menos. 

Uno - dije, levantando el dedo índice de la mano izquierda - saco partido de la información, me hago con lo que quiero, y te devuelvo el camión y la gatling más una jugosa suma por la confianza demostrada.

Dos - añadí, levantando además el dedo corazón... una sonrisa pícara asomó a mi rostro - no me gusta la opción dos, implica morir... y tú estarás jodido. 

Bajé la mano y se la estreché.

Ha sido un placer hacer negocios. Lo que necesites para la reina se lo pides a Scherezade. Cuídate.