Partida Rol por web

MIentras revisas como escalar el edificio se te hace casi de noche. Concentrado en tu tarea derrepente escuchas un ruido estruendoso a tu espalda. Cuando te giras te quedas atónito al ver que la zona portuaria de Rondar está totalmente cubierta en llamas y una gran nube de humo asciende al cielo cubriendo la ciudad.

Los gritos empiezan a llenar el ambiente casi inmediatamente y la calle se llena de gente corriendo en dirección contraria. Cuando entornas los ojos un poco mejor para ver si puedes ver algo mas del accidente te quedas sin aliento al ver a uno de los compañeros de tu banda, uno de tus más allegados, en lo alto de un edificio mirando el fuego. Éste se gira lentamente hacia la derecha y da un paso, pero se desvanece casi en un pestañeo.

Miras los edificios que hay a la derecha de donde se dirigía y la mayoría de ellos son solo casas, pero al final, en medio de todo Rondar, se encuentra el castillo del Rey,

Como bien dije antes, le debo una mi señora, aparte a mi tampoco me apetece quedarme de brazos cruzados mientras veo sufrir a gente - quizás esto fue provocado por las mismas personas que atacaron el monasterio, si es así... apreté las correas que sujetaban el tridente con fuerza y de mi rostro surgió una mirada furiosa. -¡Os sigo!-

- No entra en mis planes morir carbonizado en una taberna, dijo el elfo mientras avanzaba hacia la puerta y se alejaba de la barra del bar.

Al asomarse por el quicio de la puerta algo pareció llamar la atención del elfo, que se quedó un instante parado en la puerta.

A la derecha, mejor vayamos a la derecha del edificio, dijo mientras se apresuraba en esa dirección

"Señor elfo ¿No habrá visto usted por un casual un rostro conocido, el de una joven amiga, saltando por los tejados hacia la derecha?"

Tachi quiere confirmar BIEN que es lo que ha visto. Sobre todo porque una ninja se fia de sus ojos... y tambien de su entrenamiento

La ninja contempla al sereno elfo. La sabiduria de cien años es algo que nunca debe de subestimarse, y si es como sospecha, un mago... pues doble de motivo para confiar en él. Dicen que los magos pueden "Ver" de una forma que los mortales no pueden

- Amiga no, amigo. Uno que lleva desaparecido mucho tiempo. - Avancemos para ver si nuestros ojos nos engañan, dice fatalista el elfo

"Si vos visteis a un señor, y yo a una señora saltando por los tejados... esto me suena a magia, mi señor elfo. No veo los rastros que mi amiga debía de haber dejado."

"Vos sabreis más que yo de estos temas, pero esto suena a ilusión. Suena a una trampa. Para nosotros"

Bajo la máscara, Tachi sonrie: La mejor manera para prevenirse contra una trampa es...

Felix asintió ante la propuesta de dirigirse a la derecha y siguió a la mujer, al recién presentado gnomo y un elfo desconocido que se unió a ellos repentinamente.

Cuantos más brazos mejor, pensó mientras corría en aquella dirección.

No era mi intención hacer de santurrón e ir a ayudar a unos humanos que me parecían bastante desagradables, me interesaba más pasar detrás de la barra y buscar algo que mereciese la pena, aunque una imagen medio incorpórea que vi cuando miraba al tabernero marcharse hizo que cambiase de opinión.

- Maestra – las palabras me salieron solas, aunque era más bien un tono bajo en el que lo decía. Esa “visión” desapareció a los pocos segundos después de señalar en una dirección y sin pensarlo dos veces salí en dirección en la que me había indicado.

Ni de coña. ¿Ayudar a esa escoria con sus problemas? A mi que no me tomaran el pelo. Si los humanos querían matarse entre ellos era su puñetero problema. Lance un gruñido y comencé a caminar en dirección contraria.

-Tome, vamo...-de pronto la rana corrió en dirección donde iba el resto de aquellos patanes santurrones. Gruñí con desaprobación-. ¿En que coño estará pensando esta rana?

Dicho esto me dispuse a seguir el camino que tomaba Tome Tometo arma en mano y con mi cara ensombrecida por una oscuridad mágica para evitar ser deslumbrado por un fogonazo.

Salís corriendo uno a uno hacia la derecha, atravesando edificios por calles estrechas y avanzando entre la alborotada multitud, hasta llegar a un grupo de casas que desemboca en el amplio crater ahora anegado por el mar. Enfrente vuestro se alza un castillo, pequeño en comparación con el antiguo y esplendoroso castillo de Rondar pero lo suficiente como para que se note que es el edificio donde el Rey de Rondar reside actualmente.

A nado es imposible pasar así que buscáis la mejor manera de cruzar. A vuestra derecha veis un puente que lleva directo a las puertas del casillo, aunque está hasta arriba de soldados y no sería tarea facil atravesarlo. A vuestra izquierda sin embargo parece haber unas escaleras creadas por el hombre que se hunden en el barranco y se pierden en la vista. Ninguna ofrece garantías visibles.

Cuando giras la cabeza a tu izquierda para mirar las escaleras ves a dale, mirándote impasible y totalmente tranquila. Da media vuelta y empieza a bajar las escaleras rápidamente hasta que su sombrero picudo de bruja se esconde de tu vista.

Cuando giras la cabeza a tu izquierda para mirar las escaleras ves a tu maestra, mirándote impasible y totalmente tranquila. Da media vuelta y empieza a bajar las escaleras rápidamente hasta que se se esconde por completo de tu vista.

Cuando giras la cabeza a tu izquierda para mirar las escaleras ves a Tharlatos de nuevo, tal y como lo describen e ilustran los libros. Se da la vuelta y empieza a bajar las escaleras rápidamente hasta que se esconde completamente de tu vista.

Tachi intenta fijarse en si la imagen de Dale que ha visto deja rastros

Casualmente terminé yendo por el mismo lado que los otros que había en la taberna, y aunque tanto ellos como el resto del pueblo me importaban más bien poco había empezado a entrarme curiosidad. ¿Qué pintaría una gente tan distinta junta? ¿Y por qué tienen tanta confianza tan rápido como para escapar del fuego juntos?

Al llegar a una especie de castillo me quedé quieto, el camino que mi maestra había marcado acababa en ese lugar, o esa había sido mi primera impresión. Pocos segundos pasaron hasta que pude ver otra vez la imagen de ella en unas escaleras, y tras darse la vuelta se ponía a bajarlas.

Di unos pasos rápidos y luego empecé a andar normal, intentando calmarme por el repentino acelerón y la carrera que había hecho hasta aquí. Sin avisar a nadie ni despedirme empecé a bajar por las escaleras.

"Por aquí" dice apresuradamente yendo hacia las escaleras, y sacando una antorcha de su pequeña mochila. "Creo que he visto a alguien. Una amiga... de mi pasado"

Ella huele que se está metiendo en la boca del lobo.
No, no solo eso: Que ella misma se está aderezando para el banquete del lobo. Pero tampoco puede hacer otra cosa. Si Dale está en peligro, o si la necesita de alguna manera ¡Pues entonces desde luego que irá!

"Por favor" sice mientras sigue corriendo todo lo rápido que sus largas piernas le permiten.

Entonces ve que el Hombre-Rana tambien baja con ella

"¿Vos sois tambien amigo de Dale, la Bruja que Sonrie?"

Tras correr unas calles el joven se dio cuenta que aquel camino no conducía al incendio y por ende al problema. Todo lo contrario: los alejaba.

Desembocaron en un enorme lago con un islote en su centro donde se erguía un hermoso castillo. Aquella visión lo paralizó un instante, trayendo recuerdos lejanos. Parpadeó volviendo en si y se encaró a sus acompañantes.

- ¿Qué hacemos aquí? El fuego está en el otro lado - les interpeló mientras observaba cómo la mujer y la rana descendían unos escalones de la pared entorno al lago, como si de un embarcadero se tratase.

- Por las escaleras no hay impedimentos, dijo el Neithos al druida mientras se apresuraba por las escaleras. Además si hay escaleras es porque llevan a algun sitio imporante,  señalo el enorme boquete. Nadie hace este trabajo para nada, ahora abajo ! dijo mientras empezaba a bajar las escaleras detras de Tachi

Si esto es una ilusion, es buena pensó mientras su respiración empezaba a agitarse. Aunque tenia la agilidad de su raza, el correr mucho tiempo no era su fuerte. Buf Buf

Miré aquellos escalones como si se trataran de la prueba mas dificil del mundo. ¿Como demonios iba a bajar yo por ahí sin caerme por el camino? Estos mediometros no pensaban en los mas grandes. Gruñí un poco de nuevo y me puse a bajar por aquellos escalones como pude.

-Demonios, me parecia mejor idea atravesar los guardias a golpes.

Mientras bajas las escaleras te fijas en posibles rastros de Dale en ellas. De nuevo no hay ni rastro de que haya pasado nadie por ahí en mucho tiempo.