Partida Rol por web

Tachi intenta avanzar hacia el frente. Tiene la espada en mano, pero parece que no ha sido necesario.

"Magos, siempre tan grandes, y brillantes" sonrie timidamente "Siempre capaces de solucionar cualquier problema"

"Bien hecho, compañeros. Estoy realmente impresionada, pero creo que es hora de ir a por quien REALMENTE ha hecho esto ¿No os parece?"

Por otro lado, Tachi está en la duda ¿Realmente eran esqueletos? ¿O era acaso una mera ilusión, como todo hasta ahora?

Sea como sea, avanza. Si es necesario toma en hombros al pequeño, pero poderoso Tome (Si es que cae inconsciente) Y camina, espada presta -mas no desenvainada- hacia las tres figuras, con el paso más apresurado.

"Vamos, habeis derribado al peon, ahora, a por la torre y a por el rey"

Uno de los soldados se acerca y desenvaina la espada aunque no parece tener intención de usarla. No puedes verle nada de la cara excepto los ojos a través de la rendija de su casco.

- Algo ha debido pasar en el puerto. El acceso al castillo está restringido para los ciudadanos así que necesito que te alejes del puente. - te dice con voz calmada y un poco amenazadora.

Echas un vistazo por encima de su hombro para ver cuantos guardias hay y cuentas unos 12 repartidos por todo el puente.

Antes que pudiera actuar, Felix observó cómo los esqueletos restantes se disolvían. Comprendió que habían sido invocados y su tiempo de estancia había llegado a su fin, expirando el conjuro que los había traído.

- ¿Pero quien demonios ha invocado esos esqueletos y por qué? - preguntó el joven que no veía sentido a poner protección a un corredor olvidado pero al alcance de cualquiera. No lo comprendía -. A no ser que custodie algo...

Contempló cómo la rana estaba panza arriba, con una seria y fea herida en su piel verdosa.

- Fea herida - admitió encogiéndose de hombros -. ¿Alguien puede tratar esto? - preguntó al resto dejando claro que él no.

Neithos no podia hacer nada para ayudar a los heridos, aunque la rana parecia malherida por su parte no tenia solución. Esperó pacientemente mientras el resto avanzaba. Son seres vivos los que van por delante, reflexionó en silencio. Esto no era una trampa automatica.

Cuanto más tiempo estemos parados, más ventaja nos sacaran dijo a sus compañeros, mientras sacaba de su espalda una pequeña ballesta que cargaba en silencio

Observo como la rana camina por la cueva sin importar lo grave que es su herida. no se si es valiente o aun es mas idiota que el orco..

-Solo tenias que pedirme que te ayudara con esa herida ¿acaso crees que unas sucias telas te curaran y desinfectaran la herida?- acabo la frase con un suspiro.

-Esta es la ultima vez que podre curar vuestras heridas en lo que quede de día, luego tendréis que apañaroslas vosotros mismos ASÍ que no sigáis recibiendo heridas por haceros los “valientes”-

Pongo la mano sobre el pecho blando y pegajoso de la rana y comienzo a recitar una vez mas el cántico.

-¡Dios ayúdame a curar a este pequeño ser y devuelvele la vida que le pertenece¡!-

Agotado de gastar tanta energía acabo sentado en el suelo sin poder moverse.

Kinogmo sale detrás de la rana y remienda la herida superficialmente que junto con la venda improvisada consigue parar el sangrado y darle un aspecto mas negro a la piel de Tome. Tras caerse agotado Grog coge a Kinogmo y se lo lleve a rastras cual saco de patatas al hombro seguido del resto del grupo que aprieta el paso tras Tome intentando descubrir quién está detrás de todo este jaleo.

El sigilo de la rana es innecesario ya que al girar la curva que la vista no daba para ver se encuentra el final dando salida a un muelle al borde del acantilado, dentro de una cueva natural que forma una abrupta cuesta hacia abajo y os obliga a detener la marcha momentáneamente para reconocer el terreno. La cueva es bastante amplia y está repleta de construcciones humanas de manera formando pasillos y escaleras que ayudan a subir y bajar desde la cueva hasta los niveles inferiores donde se encuentran los improvisados muelles.

Al mirar hacia abajo véis como una figura totalmente cubierta por una tela negra y un elfo de piel oscura y pelo blanco plateado están huyendo en un barco que se aleja de los muelles ganando velocidad poco a poco. Al veros el elfo saca un remo y empieza a remar apresuradamente para alejarse de vosotros.

<< Tengo que pasar como sea y cada segundo cuenta, no puedo enfrentarme a tantos soldados, hay demasiados.>>

Miro a los guardias con cara de consternación.

- Traigo noticias del puerto, necesito ver al rey inmediatamente tengo un mensaje muy importante que entregarle.

<< Espero que esto funcione.>>

Mi intento de sigilo no había servido para mucho, pues ya no quedaba nadie por la zona, solo podía ver una especie de muelle desde el que salía un barco. Nada muy sospechoso, salvo por que uno de los integrantes empieza a remar más fuerte.

- ¡Mierda! – dije al ver que se escapaban. Por mucho que corriese no estaba seguro de llegar a tiempo, como mucho para lanzar un hechizo, pero mis opciones no eran muchas, así que era casi una estupidez. Podría intentar pillarles nadando, al fin y al cabo tengo ventaja, pero con la herida que tenía y el vendaje chapucero no llegaría muy lejos.

Me puse la mano en el abdomen para ver si seguía sujeto y que no se cayese, pero para mi sorpresa ya no sentía tanto dolor. Miré detrás para ver qué había pasado, viendo que el Gnomo había usado uno de sus hechizos de curación en mí. “Bueno, igual hay alguien competente en este grupo. Aunque el tipo que tiraba acido tampoco lo ha hecho mal” pensé mirando a los dos. Justo en ese momento el curandero se desplomó e hizo que me arrepintiese un poco del pensamiento que había tenido. “Bueno, le sigo debiendo una, una pequeña, pero una”.

Me senté en el sitio, mirando aquel lugar que parecía una especie de pueblo subterráneo, en ese momento solo pasaban dos cosas por mi cabeza. “¿Dónde se habrá metido la imagen residual de mi maestra?” y “Mira que pueden ser tontos los humanos, no les vale con tener pueblos sobre la tierra que también los construyen debajo”

Techi se echa a correr hasta el amarradero, y estudia si es posible alcanzar de un salto la lancha antes de que se escape. Las posibilidades son o alcanzarle con un salto heróico, o intentar derribarle con una jabalina bien colocada.

Pero antes de intentarlo, es mejor intentar conocer sus posibilidades.

Felix recorrió la gruta y su sorpresa fue grande al advertir que el corredor pronto lo formaban estructuras de manufactura humana bajo tierra. Tal vez una mezcla de los subterraneos de la antigua Rondar, enterrados bajo el cataclismo y que, de alguna manera, habían pervivido y servido de base para la construcción de Nueva Rondar.

Al llegar a un embarcadero subterraneo observó a los probables responsables de los esqueletos y cómo huían en una barca, demasiado lejos para alcanzarlos... si no fuese con otra barca. El joven echó un vistazo y miró si existía otro medio de transporte por allí varado, a pesar que su mente le invitaba a echar un vistazo a las antiguas construcciones.

- ¿Y qué demonios pintan esos dos, en mitad de un incendio o ataque, soltando un puñado de esqueletos bajo tierra antes de salir corriendo? - se preguntó al no ver demasiada lógica o sentido a aquello.

¿A no ser... que buscaran algo por aquí y los hemos interrumpido?, pensó.

- THARLATHOOOS, grito el elfo con su voz clara y cantarina ayudada por el eco de la cueva resonando. THARLATHOOSS EIN DENAN* !

Neithos cruzo sus brazos en jarra. - No puede ser, dijo en comun. Desapareció tras la gran guerra y siempre supusimos que habia muerto, comenzó a bajar las escaleras para dirigirse a los muelles

- Vamos, Vamos, no debemos dejar que escapen. No parece una ilusion, no señor se dijo a si mismo mientras avanzaba

Fuimos corriendo tras aquellas voces. Tenía una cuenta pendiente con aquellas ratas de alcantarilla que se habían atrevido a hacerme quedar como un blandengue. Agarré a esa maquina de sanación con patas, la sujeté al hombro y tiré adelante. No necesitaba retrasos. 

Vi que aquellos malditos  estaban huyendo en una barca. Nadar no era lo mio, pero si tenía que hacerlo lo haría sin dudar. Por suerte ya había alguien listo para saltar con la pértiga, así que me detuve, y mientras la oscuridad que cubría mi rostro desaparecía mi cuerpo se cubrió de una energía oscura, para luego cubrir a aquella mujer. Ahora su cuerpo sería mas ligero y podría saltar mas.

El soldado te mira de arriba a abajo y sin moverse ni un ápice te dice:

- Si tienes noticias para el Rey se las podemos transmitir nosotros, dime de que se trata y me aseguraré de que lleguen a  él. Que tienes que decir? - aprieta con un poco más de fuerza la espada.

Los soldados de detrás que escuchan la conversación se llevan una mano a la espada también pendientes de lo que suceda.

Recorrí cómodamente la gruta en mi nueva montura hasta ver a 2 personas huir en barca, para mi era imposible alcanzarles, tanto en mi estado actual como si estuviera en plena forma, mis pequeñas piernas no podían dar grandes saltos.

Vi a Tachi prepararse para dar un gran salto. -¡Animo confiamos en ti!- total si te caes lo máximo que te puede pasar es que se te moje la ropa y no creo que nadie se queje por ello..

Las palabras de Neithos hacen que las dos figuras del barco se detengan un instante a mirar quien ha gritado, aunque la figura encapuchada sigue sin mostrar su rostro.

Tachi en un acto de valentía usa su pértiga para alcanzarles y gracias a la ayuda de Grog y su magia de gravedad consigue dar un salto lo suficientemente largo como para llegar al muelle aunque por desgracia el barco ya está lejos de su alcance. Félix le pega un grito avisando a Tachi de que su derecha hay otra barca y empieza a desanudarla mientras el resto baja las escaleras a toda velocidad.

Grog coge el remo y empieza a remar rápidamente para intentar coger la otra barca que se dirige a toda velocidad a la isla del castillo, pero por mucho que rema no gana terreno ya que es una barca con 6 personas en contra de una de dos elfos que juntos pesan menos que Grog. La barca desaparece en la cerrada noche iluminada solo por las estrellas pero os hacéis una idea de hacia donde se dirige así que ponéis rumbo en la misma dirección.

Remando poco a poco el barranco a vuestra espalda empieza a alejarse y la isla en medio del mar empieza a dejar de ser una sombra en la lejanía y aumentar su tamaño hasta convertirse en una montaña empinada que nadie podría escalar ni con magia. Echáis un vistazo a la base y a la izquierda en una mini-playa natural de unos 15 metros de largo y 5 metros de profundidad que se ha formado está abandonada la barca que habían tomado el elfo y el encapuchado de antes así que os dirigís hacia allí y desembarcáis.

En la playa no hay rastro de huellas ya que el agua que incesantemente va y viene las ha borrado y tampoco parece haber rastro de las figuras y desde luego escalar no es una opción.

- Debe de haber una manera de subir, dijo Neithos, Tharlathos el Venerado puede subir las paredes pero no creo que su acompañante pueda, dijo mientras ponia pie en tierra en la playa

Vamos a ver si hay algo oculto, el mago empezo a lanzar un conjuro, Por favor, buscad a ver si hay algun pasadizo que de a la playa, normalmente los castillos tienen un pasadizo de fuga que da a un sitio parecido a este.

- Karom, vuela y dime si hay alguna escalera que baje a la playa al otro lado del islote, si la encuentras vuelve inmediatamente
 

Si el trepar era imposible por medios no mágicos, era lógico que hubiera un acceso o caverna en algún lado: sobre la superficie o bajo el agua.

Felix miró al elfo que les acompañaba y enarcó una ceja extrañado.

- ¿Conoces a ese individuo? ¿Por qué nos atacó? Parece que te dirigiste a él con no malas maneras - observó perspicaz.

Y a saber lo que pretende, pero conoce estos lugares.

Mientras hablaba, distraidamente, echó un vistazo en busca de algo que explicara la desaparición de sus atacantes. En un primer lugar sobre el agua.

! Acaso has estado metido bajo tierra !, exclamó Neithos mientras seguia investigando, Solo lo vi una vez, en Nolorun a lo lejos hace muchos años, pero he leido todos sus libros.

- El elfo de pelo blanco puede ser Tharlathos el Venerado, hizo una pausa mientras recordaba, que junto a Razar Genocidicles, Servidor de Hildegard, Golgorin Barbafuego el maestro Enano,  Solomon Arthai el Poderoso Hechicero, y Jainas la Plana, madre de Gordito, lograron derrotar al Dragon y a su madre Azula salvando este Mundo de la Destrucción. Neithos recitó los nombres y titulos casi de carrerilla.

- Todos los heroes de la Ultima Guerra desaparecieron despues, pero al menos Tharlathos dejó escrito lo que sucedió. Si ha vuelto a aparecer debe de ser por algo importante !

Ante la exclamación del elfo, Felix parpadeó perplejo en un primer momento, pensando si le habría espiado a lo largo de su vida y finalmente estalló en una carcajada, asintiendo.

- Sí, elfo. Es ahí donde he estado durante mucho tiempo - afirmó con una sonrisa sardónica.

No sabes que verdad has dicho.

Los nombres que recitó no le sonaron a nada, pero era lógico: como se había pasado diez años aislados, bajo tierra como sugería el orejas picudas, ¿cómo iba a saber sobre nombres de héroes?. No obstante los memorizó.