Partida Rol por web

Me encaramo a una caja para subir al tejado aledaño, sigo a la criatura lo mas sigilosamente posible por el tejado. Acercandome al borde intento discernir la identidad de ese extraño sujeto.

Me siento aterrado ante las amenazas del orco, y noto como la guadaña de la muerte abraza mi cuello. Tengo que salir de esta como sea..

-Se..ñores.. creo que hemos empezado con mal pie.. creo que os podría servir mejor en otras tareas antes que para hacer un puchero con mis diminutos huesos... por ejemplo con mis poderes curativos.. intento acabar la frase sin temblar y tartamudear demasiado, pero las gotas de sudor muestran claramente mi situación.

De pronto vi que el Gnomo se acobardaba, parecía que toda su valía se había ido de la misma forma que había venido, en silencio y sin hacer ruido. Aunque hubo una que me llamo la atención.

- Dices que posees poderes curativos. ¿Acaso te parecemos heridos? Yo me siento muy bien ¿Y tú Orco? – Ni esperé a su respuesta – Si no quieres meterte en problemas puedes enseñarnos donde hay un sitio para comer y descansar, pareces de por aquí así que algo tendrás que saber. – le propuse, pues no quería andar limpiando cadáveres nada más llegar a la ciudad. Además, si el Orco comía la posibilidad de que matase a alguien bajaba.

Simplemente sonreí al canijo cuando la rana hizo la pregunta. Ya me había acostumbrado a que hiciera preguntas sin dar tiempo a responder, y al final lo mejor que podía hacer era sonreir. Nada asustaba mas que un orco sonriendo, sobretodo si te miraba a ti. Cuando comentó la comida me pareció un desperdicio no empezar con un aperitivo gnomo, pero tampoco lo discutí.

-No me parece mal. Ademas, seguro que nuestro pequeño amigo puede invitarnos a una bebida como disculpa por ahacernos perder el tiempo. Por cierto-giré la cabeza para susurrar a Tome-, es mejor evitar el puerto esta noche, va ha haber un asalto a un barco.

Cierras la tapa del libro que tienes delante con un suspiro y te llevas los dedos a los ojos para relajar el cansancio. Todo el conocimiento que había en Rondar se perdió junto con la ciudad y solo se pudieron salvar unos pocos tomos que no son de gran ayuda, asi que decides dar por perdida la biblioteca y sales a dar un paseo.

Las ciudades humanas te parecen muy distintas a las élficas. Hay mucho ruido, mucha gente llenando espacios estrechos y ninguno parece necesitar la paz que un bosque sylvano puede dar al alma. Más bien parece que los humanos buscan y desean el ruido y la intensidad de una muchedumbre peleando por dar un paso, así que contemplando ese panorama decides alejarte de la zona comercial y el puerto y te recluyes hacia el interior de la ciudad.

No pasa mucho tiempo hasta que entras en un suburbio donde las casas estan muy poco cuidadas y la erosión constante del viento y el mar ya empieza a hacer estragos en la pintura y las estructuras. Hombres y mujeres tirados en el suelo, pobres y borrachos sin un ápice de vida o alma en sus ojos casi deseando morir, se dejan ver de vez en cuando mientras caminas por las estrechas y sucias calles. Te preguntas que clase de deterioro social ha llevado a dejar morir la ciudad tan rapido, aquella Rondar expléndida que leiste en los libros de Tharlatos el Venerado. Largo tiempo le has buscado para aprender de su magia pero desapareció tras haber dejado todo su legado terminada la guerra y poco se sabe de él desde entonces.

Perdido en los cávilos de tu mente te topas sin darte cuenta con una escena sospechosa, un hombre vestido en una túnica oscura tapando todo su cuerpo está reunido con una figura alta, de orejas puntiagudas, pelo rubio dorado y tez pálida, sin embargo al estar apoyada en la esquina de la calle solo consigues ver unos centímetros de la parte trasera de sus brazos, orejas y pelo. Sin pensarlo dos veces te ocultas detras de unas convenientemente colocadas cajas cerca de ellos para escuchar mejor la conversación.

Neithos se arrimó a las cajas, y se puso a mirar al suelo mientras se esforzaba por escuchar algo de la conversación.

Igual escucho algo interesante, se dijo a si mismo. Nunca se sabe lo que uno puede aprender

Aunque susurrante la conversacion llega a tus afinados oidos élficos como si te estuvieran hablando a ti.

Aunque no usan su timbre de voz puedes notar que el hombre encapuchado tiene una voz aguda y es el que inicia la conversación:

- Ya essstá todo preparado. Essta noche cuando s-sse oculte la luna sserá tu oportunidad.

El otro hombre se aclara la garganta brevemente antes de responder con una voz mas grave:

- Bien hecho. - Ves como se lleva una mano al bolsillo y saca un pequeño saco - Aqui tienes la mitad y la otra mitad cuando nos hayas sacado de esta ciudad.

Cuando la figura encapuchada coge la bolsa el hombre le agarra la mano y gira la cara lo suficiente como para que puedas reconocerle: es un elfo, aunque no silvano como tú ya que no sabes reconocer su ascendencia con exactitud.

- No me falles. - dice con una voz y mirada amenazadoras antes de darse media vuelta y desaparecer hacia el oeste por la calle en la que está apoyado.

El hombre encapuchado se guarda la bolsa dentro de la túnica y procede a marcharse también en dirección contraria, hacia el este desde tu posición.

Te encaramas sobre las cajas y consigues llegar al tejado sin problemas, pero la parte del sigilo no se te da tan bien y alertas un par de veces a la figura encapuchada que se para y busca de donde provienen los ruidos.

Por suerte tiene más prisa que interés y decide pasar de largo hasta su destino un par de calles más lejos, donde se reune con otro hombre. Desde el tejado puedes apreciar que es un elfo de piel blanca y pelo rubio plateado, pero no puedes ver mucho más ya que desde el tejado la vista no te da para más.

Parece que están hablando de algo, después el elfo le da algo a la figura encapuchada y se separan cada uno hacia el lado opuesto. Mirando a tu alrededor también te fijas cómo hay otro elfo detrás de unas cajas olcuto, escuchando todo lo que dicen.

Suspiro aliviado de haber salido de esa situación tan peligrosa.

-No soy de aquí pero llevo un tiempo alojado en una posada, os podría acompañar, el posadero tiene una buena hidromiel y sobre lo de invitar.. no es que me quede mucho dinero, una prostituta me robo parte de mis ahorros- me rio tontamente -Seguro que el posadero estará encantado de invitaros a tomar algo de su parte- mas le vale si no quiere enfadar al orco..

El barco para bruscamente en el muelle haciendo que todos los pasajeros tengan que estabilizarse. Ha sido un viajecito interesante, entre los berridos de los niños, el incesante graznido de las gaviotas y la falta de comida y bebida el estrés y la ansiedad empezaban a consumirte. Sin esperar a que echen la soga al barco saltas al muelle y huyes de allí en busca de la primera taberna que veas, no sea que te hagan subir de nuevo a ese infernal barco.

El ambiente del puerto está muy animado. Mucha gente comerciando y muchas risas y buen ánimo en general. Te extraña ya que no hace tanto que terminó la guerra y todo el mundo está en el caos, pero por otra parte sabéis que los humanos son criaturas diferentes y que nunca pierden la esperanza de tener una vida tranquila y feliz. Buscas el camino para salir de la bullicia y en busca de una posada donde reunir información. No pasa mucho rato hasta que encuentras una, raudo abres la puerta y ojeas el interior para saber a quién dirigirte. Es una taberna grandecita, bastante más de lo que aparenta en el exterior. Cuentas más de 15 mesas con sus 6 sillas alrededor, una chimenea enorme ahora apagada ya que no hace falta calor, bastantes candelabros en el techo para acompañar la luz natural de fuera e iluminar bien la estancia y bastante gente repartida entre las mesas y la barra. Al fondo a la izquierda hay unas escaleras que conducen a un segundo piso separado por una puerta y al lado de estas un hombre alto y fornido sirviendo unas cervezas a un grupo de 4 personas que están anisosos para darle un trago.

Cuando te adentras un poco más y para tu sorpresa reconoces la cara de una vieja amiga que está sentada en la mesa más alejada de las ventanas y la gente, con una taza de un líquido rojo, algo que deduces que no es alcohol y leyendo unos viejos pergaminos en la mesa. Para tu (no tan) sorpresa la chica gira la cabeza para mirarte y te saluda sonriendo y te hace unos ademanes con la mano para que te acerques.

- Vaya vaya, mira quién se ha dejado caer por la ciudad de los humanos jijijiji - se rie brevemente con su voz aguda pero con un toque carameloso, casi como si te estuviera encantando solo con hablarte, un sentimiento al que ya estás acostumbrada.

Cuando te sientas y la miras te fijas en que su aspecto no ha cambiado en todo este tiempo, aunque siendo una bruja tampoco de sorprende tanto, aunque su ropa si parece bastante nueva y cara y de su pecho sobresale un colgante con un rubñi rojo que destaca bastante. Dale se da cuenta de que la estás inspeccionando y pone una cara de reproche inflando brevemente los mofletes.

- Tras todo este tiempo y todo lo que vas a hacer es mirarme? - Sus ojos se entrecierran un poco y su voz se vuelve sexy para decirte con una sonrisa picarona - Me siento halagada y en otro momento quien sabe... - vuelve a su voz normal - pero me gustaría saber que has estado haciendo todo este tiempo. Que te trae por aquí? - te pregunta curiosamente. Coge la jarra y pega un trago al contenido mientras espera a que contestes.

Interesante, pensó rapidamente Neithos, Seguir al patron o seguir al empleado. Una reflexión rapida, Evidentemente al patrón.

Con mucha tranquilidad, ya que la figura del elfo resaltaba entre los estratos sociales menos favorecidos de Rondar, sigue a distancia. Tras dar una serie de pasos, mira a su lechuza Karom y le habla telepaticamente.

- Karom, vuela encima de ese elfo, en cada esquina que tuerza quedate posado hasta que yo te vea. Si entra en algun sitio quedate posado encima de la puerta. Y no te pongas en peligro, ahora a volar

Aunque todavia no le habia dado tiempo a completar el vinculo con su familiar, Karom era una lechuza bastante avispada e inteligente.

Dando una ligera ventaja al elfo de manera que dificultase que apreciase que era seguido, Neithos siguió deambulando por las calles de Nueva Rondar, mirando de vez en cuando a los tejados de las casas para saber que direccion tomar en cada cruce, gracias a su inteligente lechuza

"¡Menudo viaje!" piensa ella, devolviendo los restos del desayuno en una esquina del puerto, a poco que consigue desembarcar "¡Unas galeras podrían haber sido más cómodas!"

Parece que no es la única. Una ordalía de otros pasajeros, marinos, y hasta el mismo capitán están vomitando las gachas del desayuno los unos encima de los otros ¿Pero quien narices habrá estado controlando el volante? Seguro que a un Goblin.

¡Seguro!
 

Intenta recordar por que vino aquí. Tras ser expulsada de la orden de paladines, Taki no tuvo el coraje de volver a su casa de sus padres. Los éxitos continuos de su hermana Luna en la hechicería ensombrecían cualquier cosa que ella hiciera. Ser Paladín podia ser una forma de traer honor a casa, pero... Ha fallado.

Así que empezó a trabajar como mercenaria. Haciendo encargos. Y Nueva Rondar es la meca de todos los que buscan algún oficio y una oportunidad. Así que cogió el barco más barato
¡Pero lo barato sale caro! ¡Puaaaaaj! Y ahora debe de reponer el desayuno -y la cena de la noche anterior- o morir de inanición.

Entonces entra en una taberna: El Conejo Abierto. Y se encuentra a una vieja amiga, la bruja Dale

"¡Pero mira quien es!" dice tras recomponerse de la sorpresa "Y por lo que veo, no te ha ido nada mal!"

"No sabia que a Rondar la llamaban la ciudad de los humanos, alrededor de Riverdale le deciamos 'La Tierra de las Oportunidades' y no me vendría bien una oportunidad ahora mismo" dice acercandose a la mesa de Dale "¿Está libre esta silla?" Dice ocupandola, sin esperar invitación alguna.

"Y parece que a ti te han ido bien las cosas, amiga mia ¡Ese traje tuyo vale más que el negocio de toda mi familia!"
"Anda, cuentame ¿Como te ha ido todo?" dice esquivando el tener que contar su triste historia.

Con ganas de relajarse y de disfrutar de algo de busna música, compañia, y sobre todo, de comida, encarga el plato del dia

- Riverdale eh? - dice de manera pensativa mientras se recuesta sobre la silla y cruza sus brazos sobre el pecho mirando al techo - Si no recuerdo mal a mi también me pusieron mi nombre en honor a ese río. - se lleva un dedo a los labios antes de volver a bajar la mirada - Pero sí, para mi es la ciudad de los humanos ya que no soy humana.

Enrolla los pergaminos de la mesa con cuidado y los guarda en una mini mochila de cuero que tiene colgada en la espalda de su silla.  - He venido a Rondar por trabajo e interés. He escuchado que están pasando cosas interesantes por aquí - dibuja una macabra sonrisa - y hay que aprovechar a sacar lo que se pueda.

Antes de dejarte reaccionar se levanta y recoge todo para irse de la taberna, mete una mano en el bolsillo y saca un papel que deja doblado sobre la mesa - Me alegro mucho de ver que estás bien. Cuídate hasta nuestro próximo encuentro. - te dice antes de abandonar la taberna.

"Bueno Dale, iba a preguntarte acerca de cómo has hecho tanta fortuna y..."

Pero nada, la bruja la deja con la palabra en la boca ¡No le da tiempo ni a que me anoten el pedido a la cocina! Como sea, Tachi suspira, pide el plato del dia -estofado, seguro que es algun tipo de estofado rápido- y echa un vistazo al recadito que le habrá dejado en el papel

"¡Ha sido un visto y no visto!" piensa

Con todo, mientras lee, no deja de echar un vistazo a la posada, a ver que clase de gente son las que pululan por aqui, sobre todo si es gente de armas, como ella, si son mas místicos como Dale, o si más bien son trabajadores echandose algo de comida en el vientre antes de continuar con su labor

Y sobre todo ¡abre bien los ojos y oidos para intentar cazar rumores!

Coges la nota de la mesa y empiezas a leer. 

Estimada Deal,

Necesitamos tus servicios en Rondar el 4º día de la 1º rotación de la Ventisca, a media noche.

El pago es 3000po mas el dinero adjuntado a este mensaje, los detalles los daremos cuando estes aquí.

No nos falles.

- B.O.

 Es una nota escrita a mano, con una caligrafía bastante perfecta, como si la hubieran escrito con mucha dedicación. El papel es bastante común, lo podrías comprar en cualquier tienda.

Tras leer el mensaje empiezas a echar un vistazo a la taberna. La mayoría de la gente son ciudadanos e incluso alguna familia que está comiendo una buena comida mientras charlan de algo, A primera vista deja claro que esta es una taberna familiar y no un sitio donde ir a buscar trabajos o información algo que tiene sentido dada su cercanía al puerto.

- << Ese elfo parece casi tan sospechoso como aquella criatura. >>

Veo a la criatura y al elfo con el que estaba hablando desaparecer entre los callejones de la ciudad. Dado que parece que la unica forma de seguir la pista es a través del espía que acechaba la conversación salto a su espalda con la intención de interrogarle.

- Veo que he dado con el premio gordo, ¿Quíen eres tú?

Tachi sonrie.

"Bueno, parece que aun no he probado bocado, pero aqui tenemos la primera oportunidad" piensa mientras el encargado hace su pedido.

Ella mira su equipamiento. Una armadura de escamas... que en verdad perteneció a un soldado muerto, y que tuvo que quitar la mitad de las escamas para que se ajustase a su cuerpo, y reemplazar otras tantas, por estar demasiado estropeadas. Unas jabalinas que tuvo que apañar ella misma ¡Casi que sólo la espada tiene algun valor!
Así que el valor que puede aportar, es sólo su propio valor como mercenaria entrenada, ojo avizor y ganas de sobrevivir.

"Puafff... este estofado es asqueroso ¿No decian que era cocina Halfling? ¿Es que acaso lleva halfling real?"

Tachi busca algun reloj de pared, para ver que hora es, y si queda mucho para la medianoche.

Neithos se levanta para sigilosamente seguir al elfo cuando de la nada un humano salta sobre él haciendo que ambos caigan al suelo doloridos. Por suerte las casas no son muy altas y no dejan más que un par de magulladuras y ambos se pueden poner en pié casi de inmediato, en estancia de batalla cuando el humano empieza la conversación.