Partida Rol por web

El viaje estaba siendo largo, muy largo. Afortunadamente para vosotros, lo hacíais en compañía, algo de agradecer, habida cuenta de que el mundo se había ido irremediablemente a la mierda en poco tiempo. Aún recordábais vuestras vidas tranquilas, sin otras preocupaciones que no fuesen la búsqueda de un empleo en condiciones, y como pagar el piso alquilado,  cuando los muertos comenzaron a levantarse y atacar a los vivos. Al principio pensábais que era una broma: un simple anuncio de alguna película de zombies que se estrenaría en poco tiempo. Sin embargo, y para vuestra desgracia, la cosa no era un anuncio barato, era una realidad, una cruel (y jodida) realidad. Los muertos caminaban y querían comerse a los vivos.

Los primeros días fueron frenéticos para vosotros: caos, huidas, disturbios, y sangre y muertos... y zombies, montones de zombies. Huísteis ¿que podíais hacer sino? Buscábais un lugar seguro para vosotros y parecía que Altanta podía serlo (al menos, una de las emisoras lo decía así). Durante el camino os juntásteis un pequeño grupo: las dos hermanas (Andrea y Amy), una madre con su hija (Carol y Sophia), un chino (Glenn), que iba en una moto delante de la caravan (vuestro provisional hogar) llevado por el viejo jubilado Dale. 

El viaje estaba siendo tranquilo, sin mayores problemas que el calor agobiante y la lentitud y el traqueteo continuo de la caravana. Al fin y al cabo, el automovil tenía su edad. 

¿Cuanto queda para llegar?- pregunta Sophia mientras sigue jugando con unas muñecas que había logrado traerse tras la huida. 

Después de su rápida huida de su antigua ciudad, y con unos nuevos amigos que lo seguían muy de cerca en una caravana que ya no podía soportar muy bien esos trotes, Glenn estaba en su preciada moto, encabezando la marcha hacia Atlanta.

Con lo puesto, iba encima de su preciada moto, la que tanto trabajo le había costado conseguir...

El aire le rozaba la cara con suavidad, puesto que no podía ir muy deprisa ya que sino dejaba la caravana demasiado atrás.

Glenn giró la cabeza un momento para comprobar que Dale lo seguía de cerca. Ya llevaban unas cuantas horas conduciendo sin parar, y ya estaba un poco cansado de ir tan despacio...

El calor es horrible y grandes marcas de intenso sudor perlan mi camiseta. Estoy cansada y sé, que si no fuera por el intenso amor y cariño que le tengo a mi hermana, yo hoy no estaría en esa caravana, llendo hacia Atlanta para buscar una salida, una posible ayuda a esa tremenda y horrible situación.

Casi no puedo ni recordar los días felices que corríamos hace tan poco tiempo, y las sonrisas en mi rostro han ido desapareciendo por días, a medida que veía que mis seres queridos caían en las ansias de hambre de esos seres ávidos de carne viva. La única que mantengo con vida es a Amy, y no estoy dispuesta a perderla.

Mis ojos la enfocan y mi mano se posa sobre la suya apretándola levemente mientras acaricio la cadena que llevo al cuello, una cadena que le pertenece a ella, pero que insiste en que lleve yo. Me levanto después de volver a apretar suavemente su mano y le beso en la coronilla.

-No lo sé, cariño-le respondo a Sophia-. Le preguntaré a Dale-le digo mientras me acerco a la parte delantera de la caravana para preguntarle al conductor.

Me asombra la maestría con la que me muevo por la carabana, esquivando los posibles obtáculos como si de mi casa se tratara y como si llevara años ahí... al fin y al cabo es lo que parece, que llevo años.

-Ey, Dale.... por aquí preguntan si queda mucho-le digo al conductor de la caravana con un tono bastante normal en mí.

Aún queda- responde mirando brevemente a Andrea- aunque tampoco puedo darte un tiempo exacto. Desgraciadamente mi caravana tiene años y ya no anda como antes. De todas formas puedo parar un poco si queréis para que estiréis las piernas. No hemos visto a ninguno de esos seres por aquí, por lo que no creo que haya peligro.

-Me parece una buena idea, pero preguntaré por ahí atrás, aunque no me vendría mal estirar las piernas-le digo mientras me giro para volver a la caravana.

Allí descansan mis compañeros de los últimos días.

-Dale no se aventura a saber cuanto nos queda, pero podemos parar y estirar las piernas. Dice que hace rato que no se ven caminantes y a mí no em vendría mal, para que mentiros, necesito algo de aire-les explico.

Tu hermana sonríe mientras escucha tus palabras.

Si, estaría bien- te dice- nos vendría bien a todos respirar aire fresco. Llevamos mucho tiempo metidos en la caravana.

Si, si... yo quiero salir un poco. ¿Puedo salir mama?- pregunta Sophia.

Si, hija, pero no podrás alejarte mucho. Tendrás que estar cerca de la caravana donde todos te veamos- responde Carol.

A parar entonces- dice Dale al escuchar al resto del grupo que se encontraba conforme. Lentamente comienza a aminorar la velocidad, mientras da un rápido pitido para que Glenn se enterase de su situación. Tras esto, comienza a escorar la caravana hasta la derecha, hasta aparcarla-esperar a que observe la zona- os dice. Dale coge su rifle y sale de la caravana. 

No hay peligro, podéis salir- os dice, pasado un minuto.

Oyes el claxon de la caravana y miras hacia atrás. Al parecer estaban deteniéndose en el lado de la carretera.

Una sonrisa se dibuja en mi rostro al ver la sensación que tenemos todos de algo de aire libre.

Mi espalda y mis piernas me piden tener un descanso de esa carvana y la idea de bajar de ella aunque sea con el riesgo de que aparezcan esos caminantes me anima un poco, pues el calor me está agotando. Estiro mis brazos por encima de mi cabeza y espero a que Dale pare para bajar de la caravana. Cuando lo hace y avista que no hay ninguno de esos seres cerca salgo de la caravana sin pensarlo.

El aire fresco entra en mis pulmones y respiro hondo tratando que los poros de mi piel se oxigenen pues los siento saturadas.

"Creo que necesito una ducha" pienso mientras cubro mi frente para proteger mis ojos azules del sol.

"Por fin..." piensa Glenn para sus adentros "ya era hora de que parasemos..."

Reduciendo la velocidad se va poniendo al lado derecho de la carretera, cuando ya iva a unos 10km/h, giró la moto i la encaró con la caravana. Paró la moto a un par de metros de la caravana i se bajó para ver lo que le decian. Se acerca a la puerta de la caravana y abre la puerta, sube un par de peldaños y en forma de saludo dice: 

-Todos bien? Porque nos detenemos?

Si, tranquilo, Glenn- responde Dale- simplemente hemos parado porque queremos estirar las piernas un poco, eso es todo.

Tras decir esto, Carol y su hija, así como la hermana de Andrea bajan de la caravana, mas no se alejan mucho, solo por si acaso. 

¿Que tal va todo Glenn?- Amy se acerca a vosotros dos- ¿vas bien en la moto?

-Si tranquila, no hay problema. Bueno me gustaría poder correr un poco mas, pero creo que la pobre caravana de Dale no aguantaría. -dijo mientras le guiñaba el ojo a Dale. -Descansamos unos minutos y podemos seguir si queréis.

Mi caravana puede aguantar... al menos lo suficiente para llegar a Atlanta- ríe Dale- al menos es un buen refugio para pasar la noche.

Espero que lleguemos dentro de poco a la ciudad, ya queda menos. 

-Bueno, ¿de combustible como andamos?-pregunto pues la idea de que algo no salga bien me preocupa un poco, aunque confío en Dale mucho más que en mí misma casi pues ha demostrado ser una persona coherente y racional en los momentos más irracionales.

Escucho a Glenn.

-Sí, podemos descansar unos minutos pues cuanto más recorrido hagamos será mejor, aunque ya necesitaba salir de esa caravana y tomar un poco el aire... creo que se me atrofian los musculos-digo mientras estiro mi brazo y mi hombro chasca.

De momento vamos bien- responde Dale- creo que será suficiente para llegar hasta Atlanta. A partir de ahí veremos que hay que hacer. 

La cuestión que hay que pensar es: ¿y si la ciudad no es segura?- pregunta- es algo que hay que tener en cuenta.