Partida Rol por web

El viaje estaba siendo largo, muy largo. Afortunadamente para vosotros, lo hacíais en compañía, algo de agradecer, habida cuenta de que el mundo se había ido irremediablemente a la mierda en poco tiempo. Aún recordábais vuestras vidas tranquilas, sin otras preocupaciones que no fuesen la búsqueda de un empleo en condiciones, y como pagar el piso alquilado,  cuando los muertos comenzaron a levantarse y atacar a los vivos. Al principio pensábais que era una broma: un simple anuncio de alguna película de zombies que se estrenaría en poco tiempo. Sin embargo, y para vuestra desgracia, la cosa no era un anuncio barato, era una realidad, una cruel (y jodida) realidad. Los muertos caminaban y querían comerse a los vivos.

Los primeros días fueron frenéticos para vosotros: caos, huidas, disturbios, y sangre y muertos... y zombies, montones de zombies. Huísteis ¿que podíais hacer sino? Buscábais un lugar seguro para vosotros y parecía que Altanta podía serlo (al menos, una de las emisoras lo decía así). 

Íbais solo vosotros tres (Shane, Lori y su hijo, Carl) en el coche por la autopista, cada uno ensimismado en sus pensamientos. No habíais visto mas señales de vida durante el viaje y tampoco no muertos, lo que era de agradecer. Sin embargo, no hablábais mucho, y es que Lori aún no había asumido la muerte de Rick. A su hijo, Carl no le había dicho nada del asunto.

¿Falta mucho?- pregunto Carl a su madre mientras suspiraba. Se encontraba en la parte de atrás, con el gorro de policía de Shane puesto, y con un aburrimiento tremendo. Llevaban mucho tiempo viajando y Carl quería salir y estirar sus piernas. Eso, y correr un poco. 

No puedo creerlo aún, pensé mientras íbamos por la carretera junto con Shane y Carl. Tenía a mi hijo cerca, lo vigilaba cada segundo, y pasaba una mano por su cabello tratando de infundarle ánimos, incluso aquellos que yo no tenía.

Rick... lo siento, no fui lo suficientemente fuerte.

De hecho fue Shane quien me sacó de la ciudad, me obligó a seguir adelante y de no ser por él, Carl y yo...

No... es demasiado duro, no pienses en eso, dijo una voz en mi cabeza.

-No se ven deambulantes por aquí -dije con una voz baja, mientras posaba mis ojos en la carretera. Tenía miedo de que sí los hubiera y nos escucharan. Porque, aceptando la realidad, este nuevo y maldito mundo, siempre había caminantes... siempre los había.

Todavía no le había hablado a Carl del asunto de su padre pero ahora no era el momento. Ni siquiera podía comenzar a procesarlo en mi cabeza. El dolor era demasiado y había tanto en qué enfocarse... sobre todo en sobrevivir. Entonces, escuché la pregunta de mi hijo, le acaricié la cabeza y contesté:

-No, no sabemos pero no te preocupes, no debe faltar mucho. Tienes que tener paciencia, cariño. Hazlo por mamá y por Shane aquí que nos está protegiendo, ¿bien?

Le dije y volví a acariciar su cabello.

Conduzco con una mano mientras apoyo el codo del brazo que resta en la ventanilla, diría que concentrado pero lo cierto es que no dejo de pensar en esa emisora de radio que llama a los supervivientes al refugio de Atlanta. Solo espero que sea verdad porque si no iba a tener que buscar otra salida, otro refugio en el que mantenernos a salvo. Mantenerles a salvo a ellos. Eso es lo que Rick, mi mejor amigo, esperaría de mi; cuidar de su familia.

Es Carl el que me saca de mis pensamientos, y le miro por el espejo retrovisor.

- Un poco de paciencia, chaval - le pido con un tono de voz tranquilo - Pararemos en un rato y podrás estirar esas piernas, ¿de acuerdo? - luego miro a Lori de reojo pero decido no decir nada mas y volver a fijar mi mirada y mis sentidos en la carretera. Aunque de pronto, me acuerdo de algo - Eh, Carl, ¿por qué no miras en el bolsillo interior de mi chaqueta? - digo refiriéndome a la que está a su lado en el asiento de atrás.

Carl rebusca entre la chaqueta y encuentra la chocolatina. Esta algo derretida, pero se puede comer. La abre y le lanza un bocado- que rico- dice mientras sonríe. Mientras continúa comiendo, mira a su madre- ¿donde vamos va a estar papa?

Shane logra serenar la ansiedad de mi pequeño y le dedico una breve sonrisa de agradecimiento. Entonces se produce la pregunta para la que no estoy lista a responder:

¿donde vamos va a estar papa? -dice Carl y unas lágrimas afloran en mis ojos sin poder contenerlas. Me paso el dorso de la mano por las mejillas, ocultando a mi hijo la verdad, y miento lo mejor que puedo. El dolor se vuelve a agolpar en mi pecho con violencia pero debo mantener las apariencias; todo sea por sobrevivir, necesito apaciguar a Carl o sino la desesperación le hará cometer locuras.

No puedo perderlo a él también.

-Sí... papá -Lori, por Dios saca una maldita frase coherente de tu boca -papá vendrá luego, cariño. Tu sabes que... su trabajo, tiene muchas cosas que hacer. Pero luego vendrá si Dios lo permite, ya sabes como es él.

Oculto la cara sobre mi mano, apoyando el codo sobre la ventanilla y evito mirar a cualquiera de los dos.

Nunca voy a perdonarme haberte dejado... lo siento, lo siento Rick. 

Asiente en silencio ante las palabras de su madre.

Espero que este bien- dice tras terminar la chocolatina- ¿y nosotros estaremos bien a donde vamos, mama?

Trago saliva ante la mentira de Lori. Por una parte entiendo que no quiera decirle al chico lo de su padre, pero... ¿Hasta qué punto esa mentira es sostenible?

Como gesto de apoyo, alargo una mano y cojo una de las de Lori apretándosela un momento antes de volver a separarla. Solo hago esto, porque a mi no me sale mentir al chaval así, no puedo apoyar lo que ella ha dicho aunque entienda que mienta. ¿Cómo le dices a un niño que su padre está muerto?

- Carl, ¿qué es lo primero que harás cuando lleguemos a Atlanta? - le pregunto para ver si consigo desviar su atención hacia otra parte y darle una tregua a su madre - Seguro que cogerte un buen atracón de algo rico, ¿eh? - le sonrío por el espejo, como antes.

Carl sabe que su padre fue herido de bala, pero eso es todo. Conociéndolo como yo lo hago, no duda de que pueda trabajar de nuevo, que el deber lo llame, y que él cumpla, como siempre ha hecho. Pero eso no quita que alguna vez voy a tener que decirle la verdad. El apretón de manos de Shane me brinda confianza. Él está tratando de atraer la atención de Carl, de quitar su cabeza de Rick. Es casi imposible, es su padre... su héroe.

Quiero decirle que vamos a estar bien, contestarle que todo estará bien vayamos a donde vayamos pero de verdad no puedo.

-Dame unos segundos Carl, a mami le duele la cabeza.

Le contesto y dejo que Shane hable más que yo. No quiero que me vea llorar, no quiero que sepa, no todavía.

Tengo que ser fuerte, vamos Lori sé fuerte, sé fuerte... 

Me repito pero solo miro la ventanilla. No puedo ver a los ojos de mi hijo. Necesito unos momentos.

Vamos a estar bienn... sí... eso...

No, buscar a mas niños para jugar- responde, entusiasmado con la idea- aqui me aburro mucho... y... tengo que hacer pis- dice, de pronto. 

- Buscar a mas niños para jugar - río un poco. Claro, debería haber pensado antes en eso que en comida. Cuando dice que tiene que hacer pis, miro bien hacia todas partes - Está bien, voy a parar un momento para que hagas pis.

Así, me hago a un lado de la carretera y paro el coche, pero no voy a dejar que salga solo así que me bajo primero y voy a abrirle la puerta.

- No te alejes mucho, quédate donde pueda verte - le aconsejo. Luego me apoyo en el coche con los brazos cruzados, al lado de la ventanilla donde está Lori - ¿Estás bien? - le pregunto suave, vigilando a Carl.

Entendido- dice mientras se baja del coche. Se acerca hacia el borde de la carretera- ¿puedo bajar un poco mas?- le pregunta. Y es que a Carl no le gustaba la idea de hacer pipi tan cerca de la mirada de Shane y su madre. Al fin y al cabo, ya era lo suficientemente mayor para hacerlo sin vigilancia.

Por fortuna la mente de Carl está pensando en juegos y en conocer amigos pronto. Pero la naturaleza llama y Shane aparca para que él baje y haga sus necesidades pero sin alejarse demasiado. Me pregunta si estoy bien, no tiene sentido mentirle a Shane, me conoce demasiado y sabe que no lo estoy.

-Nadie está bien... - le digo pero sin mirarlo. En parte porque sigo con la vista a Carl, en parte porque tengo mi orgullo e intento ocultar cuando las emociones se quiebran.

-Lo dejé... ¿sabes? No tú, yo... un día voy a tener que explicarle eso. Decirle no solo que murió sino que lo dejé, que no fui a ver...lo. No al final, no fui...lo abandoné.

Respiré hondo y continué:

-Gracias por salvarnos... de verdad. Me pondré mejor con el tiempo.

Mis ojos buscaron a mi hijo, si se perdía de mi vista saldría de inmediato del coche. Volví a secarme las lágrimas que seguían bajando, traicionándome, haciendo que perdiera el control. En ese momento Carl pregunta si puede bajar un poco más y me bajo del coche.

-No sin mi supervisión, no me importa que te enojes... miraré a otro lado pero mamá se queda contigo, ¿bien?

Carl se dispone a protestar, pero al ver la mirada de su madre decide no hacerlo. Da un paso mas hacia delante, se baja la bragueta y empieza hacer pis. Mientras tanto, mira hacia el frente, poco mas podía hacer...

Mama, ¿que es eso del fondo?- le pregunta, tras terminar la faena. 

Quise haberle dicho a Lori que ella no le abandonó pero no es el momento. No es el momento de hablar de esto con Carl tan cerca y encima empeñado en no hacer pis delante de nosotros.

En realidad... Yo le abandoné. Pero estaba muerto, si no lo hubiera estado...quizás hubiera cargado con su cuerpo. Sí. Quizás lo hubiera hecho.

Contemplo a ambos sin apartarme del coche. No quiero perderles de vista ni un momento. Ahora mismo, cada segundo en este mundo de completa locura es tan importante como las escasas balas que me quedan tanto en la pistola como en la escopeta.

Carl no protesta aunque ganas no le faltan. Yo cumplo mi palabra y miro hacia otro lado, entonces escucho una pregunta que me alerta.

Mama, ¿que es eso del fondo?

-¿Del fondo? ¿Qué?...

Mi corazón se acelera. Por favor que no sea una de esas cosas... Miro hacia donde Carl me indica mientras lo abrazo, como gesto automático. No puedo desprenderme de él ni un minuto.

-¿Dónde, mi amor?¿Dónde?

Te señala hacia una zona algo alejada. Haces un esfuerzo hasta lograr ver un pequeño bulto en el suelo. Parece una especie de cadáver... mas no se mueve.

Cuando Carl me señala eso en el suelo, vuelvo junto a Shane, llevándolo conmigo y le digo:

-Hay un cuerpo... creo que es un cadáver en el suelo allí -acoto, señalándole en donde mi hijo me dijo -no, no se mueve pero pero parece un cadáver... aunque no lo sé bien. Es como un bulto, no sé.

Ya me temblaba la voz pero es que con el mundo tal como estaba ahora era sumamente difícil el conservar la calma. 

Mis brazos seguían alrededor de Carl, y sabía que a veces me ponía pesada con eso, pero era porque sentía una necesidad urgente de protegerlo.

Shane sabrá qué hacer, hasta ahora me ha aconsejado bien, seguro no es uno de esos cuerpos... no se mueve. Será un muerto total, un muerto que se queda muerto... pienso, esperanzada.

- Entrad en el coche - le digo a Lori abriendo la puerta. Lo cierto es que me da igual lo que haya, no pienso quedarme a averiguarlo. No merece la pena pararse en el camino para esto, hay que continuar. Normalmente, estas cosas son las que luego se complican, y no estamos ahora para mas complicaciones. Si hay un cuerpo, podría convertirse en uno de ellos.

Así, rodeo el coche para entrar yo también sin decir nada, arrancando el coche de nuevo.

Carl entra en el coche, al igual que Lori y tras esto, Shane vuelve a poner el coche en marcha. No le interesaba saber lo que era ese bulto, ¿para que? 

¿Era uno de esos seres mama?-  pregunta Carl- ¿uno de esos zombies?