Partida Rol por web

Aún llegué a tiempo de conseguir alguna arma mejor. Al fin y al cabo los coches no estaban tan lejos, y merecía la pena curarse en salud.

Quizás después de todo no hacía falta éramos mucho y sabíamos por donde veían. Pero suelo se hizo el silencio y… - Sophia – Murmuré – Maldita sea – No me gustaba la idea de disparar a alguien conocido, pero lo haría si hiciese falta, por suerte Daryl se adelantó. Me quedé un poco abatido. ¿Y ahora qué?

Sentí cierto alivio al ver como poco a poco iban cayendo todos los zombis del granero, disparando casi como un autómata. Este es el nuevo mundo, y que esta gente tuviera tal número de caminantes en un granero solo me dice que el no salir de esta granja les vuelve ciegos de cara a lo que realmente está pasando ahí fuera.
Es por eso que esto, al menos, servirá para que abran los ojos.

Ese sentimiento apático que me invadió durante la acción, se volvió ceniza cuando vi salir a la pequeña Sophia del granero. Una niña. Inocente. Una niña a la que habíamos estado buscando durante días y que se había convertido en parte de la esperanza de los adultos. Una esperanza absurda, de humo... Pero haberla encontrado nos habría dado fuerzas a todos.

Sin embargo ahí está, y Daryl hace lo que yo creo que no me hubiera atrevido: matarla. Le miro de reojo, ¿y yo soy el tipo frío? Lleva días buscándola como si se tratara de su propia hija y, sin embargo, lo ha hecho tan automáticamente que me hace replantearme el lado humano que se supone hay en este grupo.
Supongo que ser el hermano de Merle genera eso.

Bajo mi arma, sin mirar a nadie, sin decir nada. No hace falta. Vuelvo a guardar mi pistola y me giro. Será mejor que vaya cogiendo la pala: hay muchos cuerpos que enterrar.
 

Casi había dejado de pelearme con el peso de Hershel cuando los tiros empezaron a ser ráfagas sonoras semiuniformes, salvas marciales o incluso fúnebres. Estábamos seguros, o eso creía, viendo desde una distancia prudencial esos cuerpos volver a caer cuando todo de quedó en silencio.
-Soph...-empecé a pronunciar sin apenas voz, con los ojos clavados en la penumbra del interior del granero. La peste acumulada dentro por las temperaturas tenía que estarme provocando alucinaciones, pero entorné la mirada y la alucinación salió a la luz del sol con el caminar de alguien que no debería estar caminando ya.

Su nombre se me atasca en la garganta, me niego a creérmelo. Se me adormecen las neuronas y me convierto durante unos segundos en otro caminante hasta que una saeta atraviesa su cabeza y todo ese edificio de pensamientos a medio construir colapsa sobre sí mismo. Ni siquiera quiero gritar, porque parece que he querido asumirlo tan deprisa como... sí, es una de las saetas de Daryl; ni he tenido que darme la vuelta para deducirlo. Tantas horas gastadas en buscarla... me parece justo que las concluya él, pero a la vez pensar en su acción me aterra más que el amago de golpe que me regaló no hace nada Shane en el coche. Y Carol, oh Carol, puedo oírla como si la tuviera a mi lado y ni siquiera tengo la certeza de que esté armando el escándalo que me imagino en mi escisión temporal. Experimento la liberación de una catársis de tragedia griega, y es jodidamente pesada, me empaña la mirada y clava mis rodillas en el suelo. Joder, mil veces joder; ¡odio este mundo! Yo crecí en un mundo donde los auxiliares de emergencias eran héroes que salvaban vidas y donde un niño sólo tenía que preocuparse de qué juguete llevaba en el coche cuando salía a cenar fuera con sus padres, ¡esto me devasta!

Y todavía seguro que no siento ni un tercio del dolor de Hershel o Carol. Eso hace que me aparte del anciano, que mis ganas de echarle en cara su estupidez queden en el olvido momentáneo y haga un esfuerzo por levantarme. Se acabó, ¿no? Ya no queda nada que hacer aquí.

La saeta cumplió su misión y el cuerpo de Sophia cayó inerte, más aún de lo que estaba, sobre el resto de caminantes recién abatidos. Daryl había matado a un número considerable de ellos, todos con la determinación y la soltura del que sabe que está haciendo lo correcto, lo necesario para sobrevivir. Con Sophia era algo más. Carol era su amiga, un gran apoyo dentro del grupo y había visto como la esperanza y la desazón corrompían su corazón y, al mismo tiempo, la mantenían con vida. Había buscado a la pequeña durante días, sin descanso...sin saber muy bien que encontraría, simplemente para darle un cierre a todo aquello.. y, ahora que estaba hecho, no sentía que nada hubiese cambiado o fuese a mejor.

El pequeño de los Dixon sintió las miradas clavadas en él. Había disparado una saeta a la cabeza de aquella niña sin pestañear, sin apenas pensarlo dos veces. Pero lo que nadie sabía que esta vez no fue frío, ni fue por simple supervivencia... simplemente era una carga que creía merecer llevar. Quizás Carol no lo mirase igual nunca más, quizás los demás tampoco lo hiciesen.. pero hizo lo que debía.

La situacion se termino de descontrolar y todos en fila comenzamos a abatir a todos los caminantes que salian del granero. Hanna, consigio arrastrar a Hershel, hasta dejarlo detras nuestra quitandole del peligro de ser atacado como a su hijo. los cadaveres se iban amontonando en la puerta del granero haciendo asi una especie de montaña de mordedores.

Recargue dos veces el arma gritando- ¡Cargo!- Y en la ultima recarga me quede de piedra al ver a Sophia, salir convertida en zombie, solo me dio tiempo a levantar el arma mientras se me rompia el alma al oir el llanto de Carol.- ¡Vaya mierda!

Agradeci ver la saeta de Daryl, impactar en el cerebro de la pequeña, pues yo en ese momento tuve mis dudas de si hubiera podido dispararla. Me guarde el arma chasqueando la lengua bastante jodido por perder a la pequeña que era muy amiga de Carl.- ¡Que injusta es la vida!- Mire a Daryl, y le di una palmada en el hombro. Sabia lo mucho que se habia esforzado por buscarla y como todos nadie se esperaba este final. Aun asi se le veia tranquilo, pero quise darle mi apoyo por lo que acababa de hacer. Era duro para todos...

Cuando me gire vi a Hershel y frunci el ceño mirandole bastante enfadado.- Esto era de lo que te estaba advertiendo que podia pasar...¿Contento jodido viejo loco?- Aprete la mandibula con fuerza.

Gracias por decirnos que la pequeña estaba en tu granero...- Tenia ganas de golpearle, pero no se que me impidio hacerlo, pero no lo hice. Ya tenia suficiente con saber que su hijo iba a morir y convertirse en uno de esos mordedores. Mas tarde pensaria que hacer con el chico, pues ya no tenia salvacion.

Tras eso me di la vuelta y me dirigi a la casa, si seguia un segundo mas ahi me cargaba a Hershel alli mismo... 

La saeta de Daryl cumplió con creces su objetivo y el caminante (que antes fue Sophia) cae al suelo, ahora definitivamente muerto. 

El resto de la familia Greene se había acercado tras acabar aquella lucha. La hija se acercó al padre que, cabizbajo y llorando por la pérdida de su hijo, no hacía amago de moverse de allí. Mientras, su mujer fue al cadáver de Jimmy y de rodillas comenzó a llorar ante el cuerpo de su hijo fallecido. 

Hershel apenas si escuchó las palabras que le lanzó Rick. Aún tenía que analizar como había ocurrido todo aquello. Se encontraba perdido y sin saber muy bien que hacer o decir.

Lo siento- dijo, a nadie en particular- lo siento, lo siento.

Seguía en el shock de haber presenciado esa tragedia. La pequeña Sophia.. cuánto la habíamos esperado, y buscado. Cuánto habíamos sufrido por su ausencia.. Hershel no la conocía, tal vez no sabía que era ella, pero.. Qué irónica es la vida, y que injusta la muerte. Y mucho más cuando la muerte no es el final de nada, sino el principio de una agonía.

Me acordaba de los ratos que pasé con esa niña en el campamento. Jugábamos mi hermana, ella, Carl y yo muchas veces, y nos olvidábamos con risas de lo que en el mundo estaba pasando.

Ahora veía su cadáver putrefacto, y la herida palpitante de mi corazón, que nunca se había cerrado, volvía a sangrar de nuevo.

Poco había que hacer, y lo rápido que había pasado todo daba la sensación de que había que hacer algo más. Hacer algo por lo que la muerte de Sophía mereciese la pena, pero… Siempre ese pero.

Me acerqué a Andrea y le pasé una mano por la espalda - ¿Estás bien? – Mientras mi corazón trataba de tranquilizarse. Primero ocuparnos de los vivos, pero habría que enterrar a la niña y a todos esos caminantes.

Agarrado a mamá, veo cómo el último de los caminantes se dispone a salir del granero para que lo maten definitivamente para siempre. ¡Ya está! Papá, Shane y los demás han acabado con el peligro del granero, de nuevo la Granja será segura y podremos seguir con la búsqueda de Sophia.

El alma se me cae a los pies cuando el caminante que sale del granero no es otro que la misma Sophia, con un enorme mordisco en el cuello, caminando hacia la línea de fuego como sólo los caminantes lo hacen. Hundo mi cara en el cuerpo de mamá después de proferir un grito de dolor y cierro los ojos, combatiendo con las lágrimas que ya mojan mi cara. No, no, no... esto no debía ir así. Se supone... yo creía... creí que sería yo quien encontraría a Sophia. Me la imaginaba escondida... o en lo alto de un árbol... y YO la encontraba. Carol se pondría muy contenta y papá y mamá estarían muy orgullosos de mí, porque sabrían que soy alguien en quien confiar.

A desgana, aparto la cara de mamá y vuelvo a mirar hacia Sophia, quien en ese momento era abatida por Daryl. Casi todos estaban quietos, aunque yo sólo tengo ojos para mirar a papá, que viene hacia aquí. Me separo de mamá y corro hacia papá, abrazándolo fuerte para refugiarme de lo que acababa de pasar.

Sophia está muerta... siempre lo ha estado...

Al contemplar todo aquello me quede estupefacta, la pequeña... no pude evitar pensar en mi hijo el cual apreté en aquel momento mas contra mi ¿Y si a el le pasaba alguna vez algo asi? Yo no se si tendría la sangre fría de terminar con el...

Mi mano fue a mi vientre dándome cuenta de que no era solo Carl ahora, de que había muchas cosas de por medio o en juego y mis ojos fueron a Rick y a Shane preocupada.

Cuando Carl me soltó y fue corriendo con su padre suspire y me puse en completa tensión mirando todo el entorno, esperando que no quedara ningún caminante que pudiera dañar a mi pequeño.

Cuando me hago con la pala y vuelvo al grupo, con ella apoyada en el hombro, todos siguen mas o menos como les dejé, aún impactados, y yo... Bueno, de repente siento como si la pena de todos ahora mismo fuera la mía, con lo apático que me sentía hace tan solo unos minutos ahora es como si pudiera sentir la pena danzando a nuestro alrededor. Y la primera que potencia ese sentimiento es Carol, así que no me queda mas remedio que acercarme a ella y hacer lo máximo que mi personalidad me deja hacer por ella: apretarle un hombro en función de apoyo.
No, no puedo hacer mas, no sé hacerlo. Cuando dispararon a Rick y tuve que ir a decírselo a Lori, ella se abrazó a mi con angustia y yo solo pude poner una mano sobre su espalda con las palabras atascadas en el fondo de mi garganta.

Al desviar mi mirada, vi a Carl corriendo hacia Rick y abrazándole. Él estaba tan confiado en que encontraríamos a la niña que esto ni siquiera se barajaba como posibilidad para una mente inocente como la suya. Aunque por otra parte, esto le ayudaría a ser fuerte; cosa muy necesaria ahora.
No obstante, Rick tenía que ser el encargado de consolar a su familia aunque yo tuviera un ligero impulso de acercarme a Lori y preguntarle... Solo si estaba bien. Si lo está. Pero supongo que es una mala idea.

Así, tras Carol, a quien me acerqué fue a Hannah tras verla ahí clavada en el mismo sitio en el que la había dejado. Una vez delante de ella y sin saber qué decir, solo carraspeé un momento y aparté la mirada para hablarle.

- Voy a...necesitar ayuda para...cavar - murmuré e hice acopió de fuerzas para mirarla a los ojos tras casi haberla pegado - Ya sé que... Quizás sea buena idea que me ayudes - añadí, sin saber cómo decirle que en realidad lo que quiero es que reaccione y que haga lo que tenga que hacer, o que me eche una bronca por pretender que se ponga a cavar agujeros para enterrar a los muertos. Pero tras algo como esto, lo mejor es intentar seguir trabajando y avanzando, o todos nos quedaremos atascados - Si quieres... Ya sabes - termino y alzo una mano con la que pretendo darle una caricia, pero se queda a medio camino y la aparto para agachar la mirada y separarme de ella.

Por último, volví a mirar a Lori con la misma idea de preguntarle, pero de nuevo me dije que no. Tan solo me limité a mirarla un momento mientras caminaba para saltar una de las vallas y elegir el terreno por el que empezar a cavar.

No pude alejarme mucho más. No sé en qué punto la suela de goma de mis botas se pegó al césped como si se estuviera derritiendo y me encontré dándole la espalda a un cuadro que acababa de poner mi mundo del revés de tal manera que no sólo me afectaba a la respiración: ni siquiera necesitaba volver la vista a él para repasar los detalles pues se habían grabado a fuego en mi cabeza. La familia Greene consternada, Carol destrozada, todo el mundo confuso aún con las armas en las manos. Carl había corrido con su padre y yo sólo podía pensar en que si fuera mi hijo ahora mismo lo escondería bajo alguna cama de la casa y montaría guardias día y noche para que nada le alcanzase. 

Aún en proceso de salir de mi estupefacción, con esas imágenes tan concretas desdibujándose demasiado lento en mi interior, Shane aparece como un fantasma frente a mí para hablarme. Quiere que le ayude a cavar. No me importa; está bien, es hacer algo más que pensar. Asiento, y veo que hace un movimiento extraño con la mano que no llega a nada. Le miro. Y sólo suspiro, encogiendo los hombros. 
-Iré a por una pala...-musito. No es que no quiera ser útil, pero considero que haré más avanzando con las tumbas que consolando a la gente. No se me da bien. Y proponerle a Carl que vayamos dentro a pintar o hacer algo así me parece tan frívolo que me dan ganas de meterme un palazo en la cabeza a mí misma. 

Agacho la cabeza y me doy la vuelta, regresando en poco con otra pala para ayudarle a cavar. El silencio: el silencio es un buen consuelo. 

Los segundos se vuelven eternos con los lamentos de Carol y Carl, acompañados de los de la familia Greene. Daryl respira por la boca, aún nervioso y acelerado por todo lo que ha pasado. Por un segundo... cierra los ojos y trata de relajarse. A continuación, se dirige a recoger las saetas clavadas en los caminantes abatidos.. las recoge todas, excepto una. Se planta enfrente del cuerpo de lo que quedaba de Sophia, observa la saeta y se agacha para recogerla.. se queda ahí, mirando a la niña que tanto empeño puso en encontrar.. y que ahora ha matado él mismo, aunque sólo fuese un ser que ya no tenía nada que ver con ella..

Segundos después, en un gesto rápido, Daryl le saca la saeta de la cabeza y la limpia, devolviéndola junto a las demás. Se levanta y camina lejos de allí.

Hannah y yo hemos dejado al grupo para irnos a cavar en silencio. Cada uno tendrá que lidiar con sus propios sentimientos, y eso intento yo mientras clavo la mirada en lo que estoy haciendo. De vez en cuando miro a Hannah, que también trabaja sin decir nada y concentrada.

Durante unos segundos, mientras cargo la pala de tierra, en lo mas hondo del agujero puedo ver el cuerpo de Otis convertido en un caminante. Me mira con los ojos vacíos, hambrientos y recelosos de saber lo que hice. Gruño para mi y echo la tierra a un lado para poner la pala de pie y apoyarme un segundo en ella. Me paso una mano llena de tierra por la cara, cerrando los ojos y, al abrirlos, el cuerpo de Hannah se convierte en el de Otis en mi mente para recordarme el momento en que le disparé en la pierna para abandonarlo a su suerte.

Dejo caer la pala y me sacudo la cabeza y las ideas, dándole un momento la espalda a mi compañera de excavación.

Agachada junto al agujero, sujetando la pala desde el inicio del mango, empiezo a apuñalar un terrón endurecido de tierra por culpa de la sequedad del clima. Parece casi roca, pero no sé si lo es... sólo sé que está duro, me está impidiendo cavar y debo apuñalarlo, debo...

Resollo agotada, sintiendo un tirón en el hombro no demasiado agradable que me obliga a parar jadeando. Ya estoy sudando, apenas hemos hecho nada y estoy empezando a reproducir Linkin Park en mi cabeza por culpa del calor, el estrés. Me quedo arrodillada en el suelo, disimulando al empezar a recogerme el pelo con la coleta. Shane también se detiene, pero al contrario él no parece buscar una excusa para hacerlo. Incluso cuando termino, me levanto y empiezo a cavar un poco alejada de ese terrón Shane sigue dándome la espalda. No me da buena espina.

-¿Shane?-le llamo.

No es hasta que escucho a Hannah pronunciar mi nombre que me doy cuenta de que llevo un rato clavado con los pies en la tierra sin moverme ni pestañear. Por un momento, su voz me pareció la de Otis llamándome en auxilio tras haberle disparado en la pierna, pero no estoy aún tan loco como para no reconocer que sigo en la granja y que Hannah y yo estamos cavando para enterrar el montón de caminantes del granero.

Me giro para mirarla, pero no le contesto, simplémente vuelvo a ponerme a trabajar como si el calor y mis propios pensamientos no me estuvieran friendo el cerebro de tal manera que por momentos me llega a marear.

- ¿Cuántos son? - le pregunto, aunque dudo que los haya contado.

-No vamos a enterrarlos todos, creo...-dubito repentinamente. Nos habíamos puesto a cavar a lo tonto sin decidir cuándos agujeros íbamos a hacer. Echo una mirada hacia el granero, tratando de retornar a ese cuadro que tanto se había grabado en mi retina. -Quiero pensar que si Hershel protegía tanto a esos caminantes es porque los conocía. Vecinos o algo. Pero no quiero ir a preguntarle; sé que le gritaré hasta quedarme afónica. -y de hecho mi cabeza ya había preparado un discurso a voces para él. Pero largárselo ahora sería injusto, porque yo estoy muy enfadada y él todavía llora a Jimmy con su familia. -Por el momento hagamos para su hijo y para Sophia... ¿Estás bien? -me intereso ahora, clavando la pala bien con el pie.

Pienso que tampoco me hubiera importado cavar para todos. Mas tiempo para intentar hacer algo útil y no tener que volver a la desolación del resto, pero ella tiene razón, ¿por qué íbamos a enterrarlos a todos? Es mas fácil prenderles fuego. Podemos hacerlo de noche, así también nos calentamos. Eso me hace recordar que tengo todas mis cosas metidas en el coche, así que después de esto tendré que volver a montar la tienda de campaña. O eso o dormir en el coche, que tampoco me importa demasiado, pero tengo miedo despertarme en plena noche y arrancarlo para largarme.

- Estoy cabreado - es lo único que le respondo a su pregunta.

Tras tener uno de los agujeros ya listo y habiendo pactado con Hannah que haremos solo dos, me quito la camiseta y me seco con ella. Hace mucho calor, el sudor empieza a agobiarme y le echo la culpa de las malas pasadas que me está jugando la mente.

Al comienzo lo dejo pasar, pero cuando terminamos el agujero también en silencio Shane vuelve a detenerse. Y yo que me quedo absorta mirándole, pensando en tantas cosas que no soy capaz de decir una sola. 
-No tienes buen aspecto, Shane. De verdad. Ve a beber agua; yo puedo seguir. -o eso me quiero decir a mí misma, que puedo seguir cavando sola sin descansar. Pero él ya había reventado antes de que ocurriera todo aquello; era comprensible que estuviera cabreado y que no se le fuera a pasar tan fácilmente. Lo que no quiero es que le dé un golpe de calor y tengamos que lamentar otra desgracia.