Partida Rol por web

Yo era de los que veía con buenos ojos lo de quedarnos aquí, al fin y al cabo era de los lugares más tranquilos que habíamos encontrado.

Escuchamos un ruido extraño fuera. Toda precaución era poca y más en estos días. Avisé a Andrea – Algo sucede - Y eché mano a mi pistola, antes de ir con precauición a investigar que podía estar sucediendo.

-¡Avisaré a los demás!-respondí a Glenn, y cogí mi pistola y un machete. Sin hacer mucho ruido fui por todos los rincones que pude, despertando a quienes dormían y avisando a los ya despiertos:

-¡Ha habido un ruido sospechoso, prepárate para lo que sea!-les decía a cada uno.

Estás fuera, y te sorprende oir aquel extraño ruido... pero mas te sorprende al ver una horda de caminantes que se dirige hacia la casa. El lugar está plagado de ellos y deduces con facilidad que o salíais de ahí con rapidez o no sobreviviríais. 

Daryl entró corriendo a la casa en cuanto vio lo que se avecinaba. Apenas dudó un instante... 

- Coged todo lo que podáis, tenemos que salir de aquí. YA!! - todo iba siempre a peor en aquél jodido mundo. No había lugar al descanso, a la relajación ni al acomodo. No acababan de salir de una, de parecer que tenían un lugar donde empezar una nueva "vida".. cuando ocurría esto. - Se acerca una jodida horda de caminantes. A LOS COCHES ! .

Dicho esto se encaminó a la cocina y cogió alguna conserva - dentro de lo que haya - y volvió a salir. Dirigiéndose al vehículo más lejano. Prefería ser el quién se arriesgase a que fuesen los demás. 

Kevin había pasado todos aquellos días apartado del resto, sin hablar y sin apenas dormir o asearse ni comer nada. Una barba canosa comenzaba a extenderse frondosa por su ojeroso rostro, y un brillo de mas que probable locura asomaba en sus ojos.

Todos parecían haberse acomodado a aquel lugar, acostumbrado a aquel aparente remanso de paz, mas aun cuando Hershel les dijo que podían quedarse. Todos se habían aferrado a la esperanza. Todos excepto él.

¿Acaso creían que por estar en una granja apartada se encontraban a salvo? En su silencio, Kevin quería gritarles, reírse de su estupidez, y si no fuese por que estaba demasiado ocupado revolcándose en su propia desgracia probablemente lo hubiese hecho. No había lugar donde estar a salvo, todos vivían en aquel infierno con tiempo prestado. Eventualmente todos morirían, serían comida para los caminantes y tan solo volverían a levantarse para unirse al festín. Todos estaban condenados y en algún lugar Dios se mofaba de ellos con una risa lunática.

La gente pontificaba que el suicidio era de cobardes, pero Kevin había descubierto que aquello no era verdad, que era una mentira que las personas se decían a si mismas para no aceptar su propia mortalidad. Llegado el momento, cuando uno tenía el cañón del rifle en su boca y había que apretar el gatillo, era necesario tener un valor especial y una convicción inamovible. Para el antiguo taxista había sido todo un shock descubrir que él carecía de ese valor, que llegado el momento no podía apretar el gatillo, que él que había creído ser un valiente, en el fondo era un cobarde.

Desde que toda aquella pesadilla había comenzado tan solo había querido salvar a la persona mas importante de su vida, su hija Cady. Pero su obsesión tan solo le había llevado a perder a su mujer y a tomar consciencia de que su hija estaba muerta. Que no podía haber sobrevivido. Que lo había perdido todo y que no quedaba esperanza. Entonces... ¿Por que no era capaz de acabar con todo?¿Por que no podía volarse la tapa de los jodidos sesos?

Cuando los gritos de alarma comenzaron, no le pillaron desprevenido. Estaba como todas las noches a esa hora, sentado en uno de los sillones del salón de la casa, con las piernas cruzadas y el rifle encima de sus rodillas. 

En un momento dado Daryl entró de como un huracán avisando a todos del peligro, pero no hacía falta. Él ya sabía que aquel momento iba a llegar. De hecho lo había estado esperando...

Levantándose recogió con calma la mochila que siempre tenía preparada de antemano, y salió de la casa hacia la oscuridad de la noche. Echándose el rifle al hombro caminó hacía el campamento donde tenía estacionado el coche, como si no estuviese ocurriendo nada fuera de lo normal.

Podía ser que fuese un cobarde, que no tuviese valor para matarse a si mismo, pero sin duda los caminantes no tendrían ese complejo. Ellos solo querían comer, y por su parte ya estaba cansado de posponer lo inevitable. Se enfrentaría a esos cabrones podridos por última vez y los retrasaría tanto rato como pudiese, para dar tiempo a que los demás escapasen.

No lo haría por el resto del grupo. Después de todo ellos habían abandonado a Earlene para que muriese. Sin embargo Daryl se había arriesgado por él, le ayudó a buscar a su hija, comportándose como un buen compañero y amigo. Para el joven Dixon si que era importante el grupo y solo por él, Kevin iba a dar su vida.

Llegando hasta su taxi, se montó en el coche silbando, dejó el rifle a mano y encendiendo el motor del vehículo comenzó a marchar hacia donde había señalado Daryl. Primero embestiría a los caminantes e intentaría atraer su atención. Luego vendería caro su pellejo...

Si primero iba con todas las precauciones, daryl se encargó de ponerme totalmente alerta. Esperaba que pudiese llegar alguno suelto ¿Pero una horda entera? Me aceleré, cogí lo imprescindible y lo metí en mi mochila, un poco de agua, un poco de comida y las armas.

- ¡Vamos Andrea, hay que salir! - La esperé con el arma cargada y dispuesto a salir en cuanto se pudiera en dirección a los coches.

-¡Voy! -respondí a Glenn. Ya tenía mi arma y un machete, pero aún así colgué de la trabilla de mi cinturón una barra de hierro terminada en un gancho, que me podía servir para atravesarle la cabeza a algún caminante si me veía en la necesidad.

Me puse en marcha, el aviso de Daryl había sido contundente, y más por su significado. Una horda de caminantes, ¡nada menos! Sin duda de esos que vagan por las carreteras y se van juntando.

La fiesta iba a ser buena..

Hubo unos segundos tras decirle aquello a Hershel, que temi que nos echara de su casa. Asi que cuando accedio le sonrei levemente y asenti con la cabeza.

Pero aquella buena noticia duro menos que un pastel en la puerta de un colegio. Tras aquel sonido que nos puso a todos en alerta, la noticia de Daryl, fue como un jarro de agua fria.

Me levante de un salto de la silla y cogiendo el rifle me asome a la ventana para verlos con mis propios ojos.- Son demasiados....y no nos a dado tiempo a preparar un parapeto o un fuerte para contenerlos...- ¡Mierda!

Lori, Carl, coger lo que sea rapido tenemos que irnos...- Mire a Hershel y su familia.- Hershel, hay que moverse aqui no resistiremos...
 

Hershel se levanta como un resorte, y hace un gesto a su familia para que recoge lo indispensable para partir.

Coger vuestras armas, las necesitaremos para abrirnos camino- dijo el viejo mientras inspeccionaba por la ventana. Efectivamente, a la casa se acercaba un centenar de no-muertos. Aquel lugar estaba perdido sin remedio. 

Ya tenía mis armas y Andrea estaba lista para salir. Parecía ser que venía toda una horda de caminantes.

- ¡Lo más rápido posible a los coches!

Yo tenía buena velocidad, así que abrí la puerta y corrí todo lo que me daban las piernas a los coches. Si no hacía falta no abriría fuego, pero si lo tenía que hacer para abrirme paso no lo dudaría.

Daryl fue el primer en llegar a los coches, subió a uno de ellos y lo arrancó, sin encender las luces, para no llamar la atención de los caminantes. Vio cono Glenn llegaba a otro de los vehículos y mientras esperaba que los demás alcanzaran su vehículo para salir de allí pitando vio lo que Kevin estaba haciendo...

- ¿Qué cojones? 

Seguía a Glenn al coche, corriendo a toda velocidad, y apenas miraba hacia atrás para ver si los demás nos seguían, pues los escuchaba jadear en la carrera hacia los vehículos. Un caminante venía hacia mí, y le estampé mi barra de hierro en la cabeza.

Cayó con un ruido sordo, y ni me detuve a mirarlo, tiré por la barra y continué la marcha. No había tiempo para parsimonias. Me metí dentro del coche en el asiento del copiloto, y cerré la puerta tras de mí.

Kevin, en un alarde de valentía y locura embiste con el coche a la masa de caminantes que se acerca, provocando el caos en esa zona. En un instante, el coche se encuentra rodeado de aquellos seres que golpean el vehículo en un intento de abrirse paso hacia el hombre.

Sin embargo, eso da la oportunidad para que el resto comience a moverse. Daryl, Glenn y Andrea no tienen dificultades en ser los primeros en llegar al coche -Kevin les dio esa ventaja-. 

El resto era otra cosa, paralizados en la casa sin moverse de allí. Por el momento estaban a salvo... pero los caminantes se acercaban a la casa...

Hice buen uso de mi rapidez y llegué pronto al coche mientras un par de los nuestros me cubrían. Me metí en el puesto del conductor y esperé a que Andrea entrara. Una vez lo hiciese aceleré el coche para acercarlo delante de la puerta de la puerta principal de la casa.

- ¡Vamos rápido! - Pero no esperaría eternamente. Cuando los caminantes estuviesen a cuatro metros aceleraría al máximo para salir de este lugar.

Daryl siguió a Glenn hasta la puerta de la casa con el segundo vehículo, mientras miraba lo que Kevin estaba a punto de hacer. Tenía que hacer algo para ayudarle... pero ¿ qué? 

Los cuerpos podridos de aquellos caminantes se vieron arrollados por el coche, cuya dura carrozería rompió sus huesos sin piedad, lanzando a los zombies por el suelo y rodando por encima de sus torsos, extremidades y cabezas. Sin embargo estaba claro que la masa de caminantes era demasiado numerosa como para atravesarla simplemente, y pronto el taxi dejó de avanzar, viéndose de repente rodeado.

Chafar a aquellos cabrones no muertos tendría que ser una liberación, una justa venganza por los meses de sufrimiento y las personas queridas que esos seres le habían arrebatado. Sin embargo Kevin permanecía extremadamente tranquilo. ¿Se debía a que había aceptado su destino o simplemente era otra muestra de su creciente locura?

Rodeado como estaba no era el momento de pararse a pensar en ello, y de todas maneras pronto dejaría de importar.

Continuó silbando una alegre tonadilla mientras cambiaba la marcha del coche y lo ponía marcha atrás. Tal vez no podía atravesar la masa, pero desde luego podía volver hacia atrás, para volver a cargar contra aquellos seres una vez estuviese fuera del meollo.

Una vez en el coche, saqué mi pistola y abrí la ventanilla lo justo para que el cañón sobresaliese, y poder apuntar, pero sin dejar que ninguna mano de los podridos pudiese entrar. Cuando Glenn se pusiese en marcha, dispararía. O iincluso antes, si fuese necesario. También la barra me cabía por ese hueco, si se acercaban demasiado.

-¡Glenn, arranca! ¡Llevémonos por delante a unos cuantos!

Kevin parece que tiene suficiente habilidad como para lograr aplastar y dejar atrás a un buen puñado de caminantes. A pesar de que un buen número sigue su coche, el lugar estaba repleto de ellos.

Glenn dejó el coche cerca para que el resto empezase a subir... no obstante, sabía que era imposible que todos cupiesen en el mismo. Daryl se encontraba apunto de montarse.

El resto del grupo seguía en la casa, paralizado... pero justo en ese instante tanto Hershel como el viejo Dale comienzan a moverse. Debían organizarse con suma rapidez si aún querían seguir con vida. Poco a poco el resto también se pone en acción. 

Vamos, moveos- dijo Dale mientras cogía su arma (algo que también hicieron el resto del grupo). Salieron en tromba de la casa: unos se subieron en el coche de Glenn, mientras que el resto del grupo se dirigió disparando al resto de coches. A pesar de la sincronización, lo cierto era que eran demasiados caminantes: Jennah y Elijah cayeron ante los mordiscos de los caminantes, al igual que la mujer de Hershel. 

El resto, con lo poco que pudieron recoger, se subieron a los coches y abandonaron aquel lugar...