Partida Rol por web

-Entonces debemos dirigirnos a uno o podríamos tomar prestado uno- los miro por encima del hombro y les guiño -así no tenemos que caminar más, conservamos energía y podríamos aprovechar el tiempo para conseguir lo necesario- me detengo un momento y miro la estructura de nuestro refugio -y quizás algo mejor para pasar la noche, más seguro- y tras decir eso continúo mi camino hacia la salida.

Al llegar a ésta me detengo, con cierto temor de salir nuevamente al exterior, pero debíamos hacerlo, no había marcha atrás. Suspiro y me giro hacia mis compañeros -¿Preparados?-

Avanzáis con cuidado, veis de lejos algunos zombies pero intentáis dar rodeos para alejaros y no ser vistos. Os habéis fijado que hay algunos de esos seres que simplemente se limitan a estar sentados en el suelo parados y que solo se mueven si ven a alguien o oyen algo extraño, por otro lado hay otros que se pasan el día vagando y aceleran su paso si ven u oyen algo.

Intentáis ser lo mas sigilosos que podéis y casi no habláis por miedo a ser descubiertos. Ahora que es de día os vais fijando en la zona y os dais cuenta que hay indicios de que la gente se ha ido corriendo de sus hogares o que simplemente son segundas residencias de gente mas adinerada que aprovechan el lugar para veranear. Estáis en una zona residencial y solo hay casas, no hay ningún negocio que podáis ver, así que seguís andando en dirección al pueblo, siguiendo la carretera principal, lo veis de lejos así que no tardaréis mucho en llegar.

El silencio es casi absoluto, podéis oír vuestros pasos y la respiración nerviosa de vuestros compañeros. De repente os paráis de golpe al oír algo, un ruido sordo y grave. Os cuesta reconocer el ruido pero poco a poco vais afinando el oído y os dais cuenta que debe ser algún motor de coche o alguna maquina, el ruido es mecánico.

Os asomáis en la esquina de una calle, y veis como hay una furgoneta blanca aparcada delante de una casa, el motor está en marcha pero desde esa distancia no alcanzáis a ver si hay alguien dentro o en las cercanías.

Me adelanto al grupo, volviéndome para llevarme el dedo a los labios y pedir silencio a los demás. Me acerco con cuidado hasta el coche con el motor en marcha, tratando de ver si hay alguien vivo dentro, o si lleva en marcha mucho tiempo.

Liz acompañó a Romo con cuidado, intentando no hacer ruido y hablando en susurros; "No puede ser que lleve encendido desde que pasó esto, se habría agotado la gasolina, ¿no?... tiene que haber alguien cerca...".

Sin acercarse demasiado a ninguna puerta ni ventana, primero mira el interior del coche y luego el interior de los edificios y habitaciones que se vean desde su posición.

El camino fue difícil, era increíble que todo se estuviera yendo tan rápido a la mierda. Todo era desierto, no había autos ni personas (vivas) en ninguna parte. Actuaban como un grupo comando haciéndose entender por señas y gestos. El sonido de un motor los hizo apurar un poco el paso, pero temerosos aun siempre tenían una cuota de cuidado en cada paso que daban. Pronto divisaron el vehículo blanco aparcado. Las palabras de Romo le parecieron acertadas, quien sabe que pasaba ahí y quienes estaban en la camioneta. Mientras que Romo y Liz se acercan a la furgoneta, Marcos se queda con Isabel para cubrir sus espaldas. Hubiera preferido ir con ellos, pero quien sabe con que se encontrarían. Usaba el palo como si fuera una lanza y el un antiguo cazador. Se ocultaron lo mejor que pudieron, pero siempre teniendo a la vista a sus dos compañeros.

¿Qué encontrarían allí? ¿Más sobrevivientes buscando refugio y alimentos? Eso esperaba él. Aunque también tenia la mala sensación que deberían tener cuidado con quien se encontraban, el mundo siempre esta lleno de locos y oportunistas. Ahora el mundo se volvió terrible, así que no era descabellado pensar que las personas se volvieran igual.

A medida que caminábamos, me percataba de qe la situación era realmente preocupante. Las calles desiertas, sólos nosotros cuatros con esas criaturas ¿Acaso no habían más sobrevivientes? Por instantes sentía que perdía la calma, pero pretendía que estaba bien, no quería preocupar a mis amigos, además ¿De que servía aquella actitud de preocupación? Tenía que calmarme, pensar con mente fría y conservar la esperanza de que todo saldría bien, que alguien nos ayudaría.

Para relajarme, inspiraba y espiraba una y otra vez, manteniendo así la razón y un poco de tranquilidad. Caminaba al mismo paso de mis amigos, mirándo hacia todos lados, prevenída y alerta, no quería llevarme sorpresas de los zombies.

El ruido de un motor hizo que el corazón me diera un vuelco. Lo primero que pensé fue en un grupo numeroso de aquellas criaturas, rodeando el coche, alimentándose de su propietario. Sacudo la cabeza, alejándo aquellas imágenes de mi cabeza.

Me detengo junto a Marco, asintiendo la cabeza a Romo, llevando al mismo tiempo un dedo a mis labios. Permanezco al lado de Marcos, empuñando el martillo que tenía como arma, no era la gran cosa, pero de algo podría ayudarme.

Cuando os acercáis al coche veis como no hay nadie dentro. La puerta del conductor y la puerta trasera de la furgoneta están abiertas. Aunque una vez cerca oís como varias voces están hablando, bastante alto, dentro de la casa.

Es un idioma que no entendéis, parece un idioma del este de Europa, la mayoría no sabríais reconocerlo, aunque Lampkin si lo ha oído algunas veces, sin duda es ruso.

Las voces suenan apresuradas y hablan bruscamente unas con otras. Os fijáis como la puerta exterior de la casa como la de dentro están reventadas como si las hubieran forzado.

Lampkin:

Habiendo nacido y vivido en Estonia enseguida detectas que hablan ruso. No acabas de entender el idioma del todo, pero por la cercanía de los países te parece entender algunas palabras como: joyas, dinero, largarse de ahí.

Sin duda parece que hablan como si tuvieran prisa, y todo señala a que estén asaltando esa casa.

Entiendo términos como joyas, robo, prisa... Sin perder el tiempo, subo al coche, indicando a Liz con la mano que suba también. El coche, vacío y con las llaves puestas, es un objetivo sencillo, de modo que cierro la puerta, meto la primera, y me dirijo a la salida para recoger a Marcos e Isabel.

- ¡Vamos subid! - indico con rápidos gestos de mis manos a Marcos e Isabel.

Cuando Romo le hace un gesto para que entre, Liz no se lo piensa dos veces y entra en el coche, aunque le susurra; "Romo, ¿y si son buena gente?, no quiero dejarlos tirados sin coche ni nada, quizás sólo están buscando cosas útiles...", pero en ese momento arranca, y Liz se coloca el cinturón rápidamente con un susto...

Su mirada iba constantemente Romo Y Liz para después revisar todos los alrededores en busca de algún zombi cercano. Vio como revisaban el interior de la camioneta. Cuando Romo entro dentro y arranco con Liz a su lado, Marcos no pudo menos que sonreír. No sabia si habían visto al dueño del vehículo, pero por el momento no le importaba. Cuando paso a su lado subió junto a Isabel a la parte trasera, preparando su arma en caso de que alguien se acercara con malas intenciones.

Apenas presto atención al interior, solo observo por la ventana hacia la casa, esperando ver salir a alguien.

-Isabel, quedate agachada, Liz vos tambien- si el fuera el dueño de la camioneta y alguien se la robara sin duda comenzaria a dispararles de tener una arma.

El ruido de la furgoneta moverse os delata. De aquella casa salen 3 hombres corriendo, empiezan a correr en vuestra dirección soltando improperios e insultos que no entendéis ni llegáis a oír. Las pintas de aquellos hombres son bastante malas, sin duda en una situación normal intentaríais no tener nada que ver con gente así.

De repente uno de ellos saca algo de su chaqueta y os apunta.

BLAM BLAM!

El sonido de 3 disparos retumban en vuestros oídos, uno de los cristales traseros de la furgoneta estalla en mil pedazos, las otras 2 balas no las localizáis. Al cabo de un rato giráis una esquina y los perdéis de vista. Por suerte os habíais agachado unos instantes antes por el aviso de Marcos...

Conduzco a toda velocidad por un par de calles para poner la mayor distancia posible entre nosotros y los tipos de la casa. Los disparos no hacen sino confirmar mi sospecha de que son gente peligrosa, y que más vale alejarse de ellos...

Subí al coche tan rápido como pude. Al estar dentro, comienzo a mirar por la ventanilla trasera, en busca de aquellas personas con acento desconocido. No era buena idea robar su coche, pero dadas las circunstancias, debíamos hacerlo, teníamos que sobrevivir.

Al ver al hombre, mis ojos se abrieron como platos e inmediatamente hice lo que Marcos nos dijo. Me agacho y en pocos segundos el sonido de disparos, hicieron que mi corazón diera un vuelco. No pude evitar tirar de la camisa de Marcos, para que él también se protegiera.

Por suerte, Romo huyó del lugar cuanto antes, escapándo ilesos de aquel lugar, por suerte.

Cuando recogieron a Isabel y a Marcos Liz todavía planteaba sus dudas; "...pero no está bien que les robemos el coche, ¿y si son buena gente?, quizás están cogiendo comida para sobrevivir...", y en ese momento se escuchan las detonaciones, y el cristal trasero vuela por los aires mientras ella se agacha y contorsiona en el asiento delantero. ""¡AAAAAH¡ Buena gente¡ Y una mierda¡ AAAAAAH¡ Sácanos de aquiii¡¡", grita intentando protegerse los oídos con las manos como puede.

Dos personas comienzan a correrlos, no hay duda de que no estaba allí para visitar a unos familiares. Marcos ve el arma y siente como alguien tira de su ropa arrojandolo al piso.

-Hijos de p…- el insulto queda ahogado cuando el cristal de la ventana se rompe en pequeños y afilados fragmentos. Romo maneja como si fuera un piloto de formula uno, gira en una esquina y el cuerpo de Marcos choca contra el costado. Se afianza como puede tratando de evitar las sacudidas.

-¿Están todos bien?- pregunta cuando ya dejaron lejos a sus perseguidores-. Bien echo-. Le dice a Romo por el espejo retrovisor. Luego se deja caer en el piso de la camioneta para calmar su corazón.

Estaba seguro que esos hombres en estos momentos estaban huyendo por sus vidas. Los disparos atraerían zombis y sin vehículo tendrían que gastar cada munición que lleven. Al pensar en eso miró a su alrededor, podía haber algo que les indicara quienes eran esas personas y que pretendían. De seguro no era algo bueno.

Creyendo que estáis suficiente alejados paráis la furgoneta para revisar los daños. Por dentro esta lleno de cristales a causa del que se rompió por el disparo. En la parte trasera de la furgoneta podéis ver como hay una caja de herramientas y varias palancas que seguramente estarían usando para reventar puertas y cerraduras. Luego hay un pequeño saco de color negro que esta lleno de joyas de todo tipo y sin ningún orden, todas metidas ahí con prisa, seguramente el botín de esos que os dispararon.

La huida y los disparos despertaron a multitud de zombies, que pudisteis ir esquivando poco poco pues eran lentos y torpes. Ahora estabais a medio camino del pueblo y de la zona residencial de donde venís.

Cuando estamos ya a una distancia considerable de la vivienda, aminoro la marcha. Compruebo, mirando hacia mi izquierda, que Liz está bien; y detras, para ver si Isabel o Marcos han sufrido daños por la escapada o el tiroteo.

- ¿Estais todos bien? - parece que ha habido suerte, y el único daño sufrido ha sido la luna trasera del coche. - Esos tipos eran ladrones, o algo peor. No entendí todo lo que decían, pero de lo que estaba seguro, es de que debíamos salir de allí sin preguntarles nada. - Sonrío, volviendo a poner mi vista en la carretera. - Parece que nuestra primera "incursión criminal" ha sido un éxito...

Salimos de la zona residencial, en dirección hacia el pueblo. Comfirmo que el coche tiene suficiente combustible. Por el espejo retrovisor, observo como Marcos revisa el interior del coche, encontrando unas herramientas, joyas y otros objetos.

-No entiendo como, con el mundo marchando lentamente hacia su extinción, estos tipos pierden el tiempo buscando joyas... - miro de nuevo por el espejo retrovisor a Marcos e Isabel, y a Liz, ya algo más tranquila a mi lado - Bien, ¿y ahora que?

Permanecí en aquella posición unos minutos más, hasta que el coche se encontraba ya lejos de aquellos sujetos. Comienzo a incorporarme, lentamente, algo aturdida por lo sucedido.

Apoyo la espalda en el espaldar, recobrando el aliento y tranquilizando de ésta forma mis nervios. -Yo estoy bien ¿Y tú?- pregunto a Marcos, al tiempo que me inclinaba ligeramente para mirarlo. Estiendo mi mano, brindándosela para ayudarle a levantarse.

Por encima del hombro miro hacia atrás, contemplando los objetos que habían allí. Las herramientas y palancas podrían ayudarnos en el camino y quizás las joyas, aunque dada la situación de la ciudad, dudaba en que encontraríamos alguna joyería abierta.

-Ya tenemos coche- miro nuevamente hacia el frente -ahora necesitamos alimentos y armas de fuego.

-Estoy bien gracias- le dijo a Isabel tomando su mano. A pesar de sus palabras la miro de arriba abajo, sin que se diera cuenta, para ver si no estaba herida. Un balazo a veces no se siente, hasta después de un rato. Depende del calibre obviamente. Marcos sabía eso bastante bien.

Lo que hay en la camioneta les será de mucha ayuda, de eso no tenía dudas. Tomo una de las joyas, la miro con el ceño fruncido y dijo pensativo.

-Cambiaria cualquiera de estas por una buena hamburguesa con queso-. Suspira y devuelve la joya a la bolsa-. Es cierto, busquemos comida, armas y combustible. Ahora pienso que necesitamos armas, de todo tipo, al igual que nosotros alguien puede codiciar este auto y nosotros tenemos palos para defendernos.

Miró a su alrededor preocupado, como si ya hubiera ojos observándolos, esperando el momento de robarles su única esperanza de vida. Se estaba volviendo algo paranoico. Estaba bien, quizás así viviría mas.