Partida Rol por web

Frank cuando salta al otro lado, ve un cuerpo partido por la mitad que tiene agarrada la pierna de su mujer.

El cuerpo es de un hombre bastante mayor, le falta el cuerpo de cintura para abajo, no tiene piernas y se arrastra con las manos. Tiene agarrada la pierna de la mujer que lo patea y se mueve intentando zafarse de él, pero el zombie la tiene bien agarrada, poco a poco la va atrayendo a ella. Tiene el pie a la altura de la boca..

Frank cogió del pelo al hombre y tiró de él hacia atrás para que apartara la boca del pie de su mujer. Apretando los dientes con furia, dejó caer la culata de su arma contra la cara del ser, una y otra vez, fuera de sí nuevamente.

No paró ni siquiera cuando sintió el calambre de su codo izquierdo, debido a la fuerza con la que golpeaba.

Odiaba que tocaran a su familia.

La sangre salpicó su cara, el sonido ahora no era de golpe seco, sino de una masa sanguinolenta y humeda, sintió como un trozo caía al suelo, era la nariz del hombre, separada de la cara por sus continuos golpes.

Frank soltó al hombre y se pasó el antebrazo por la cara, para limpiarse, a la par que aun golpeaba con la bota la cabeza del muerto.

Respiró hondo para calmarse y luego miró a su alrededor, empezando ser consciente de lo que había hecho.

Ambos se acercan a la entrada del edificio, la puerta está abierta y se escucha algo dentro.. pero no lograis averiguar que puede ser..

Se tapa los ojos y la cara con la mano cuando su marido destroza a aquel zombie, deja de gritar en el instante que siente que su pierna ya no está siendo agarrada con tal fuerza, que nadie tira de ella.

Cuando todo acaba, le mira, con el brazo lleno de sangre. Le mira a él jadeando y despues aquel cuerpo ya totalmente destrozado.

Rápida se suelta la mano de su pie, con asco y se abraza a su marido con fuerza. Se quita la camiseta y le limpia la cara, para quitarle la sangre y le besa de forma ansiosa, como si todo se fuera a acabar en aquel momento, estaba muy asustada.

Odiaba que su esposa le mirara así, que viera en lo que se había convertido. Dejó la pistola sobre la barra y rodeó con sus brazos a su esposa, besándola con ansia, apoyó la frente contra la de ella y cerró los ojos.

-¿Estas bien..? lo siento..lo siento...

Repite afectado, acariciando su nariz con la suya.

Al abrir los ojos, observó que no tenía camisa. Se retiró la chaqueta y se la colocó por encima.

-No mentía...puedo ser peligroso si te tocan o te pasa algo...no me puedo controlar...

Le dice, casi como si en cualquier momento rompiera a llorar, pero no lo hace.

Se mantiene abrazada a él y se separa para mirarle a los ojos.

- Yo tambien lo haria.. lo que fuera para protegerte.. no sé que haría sin ti..

Le da besos en la barbilla y se abraza a él, que miedo había pasado.. pero ahora se sentía muy bien, entre sus brazos de nuevo.

- Ahora estoy bien.. no te preocupes.. recojamos.. y vayamonos de una vez.

Le susurra, no quiere levantar la voz. Luego coge con sus manos su cara y le besa de forma cariñosa para tranquilizarle y tranquilizarse. Deja su camisa en el suelo, le da igual.. solo le importa que él esté bien.

En primer lugar pasa Alan, con su arma a punto, apunta a cada lado, a cada rincón de la sala, sin dejar ningún sitio como escondite de un no muerto. Tras él, pasa la chica, algo asustada, pero no se percata del sonidito que se escucha, como si estuvieran royendo algo, Alan no podía decir exactamente que era.

Se va metiendo más y más en la sala, sin dejar de quitar el ojo a la única salida que tenían por ahora. Estaban en donde los despachos, esa puerta daba a los despachos y desde vuestra posición visteis el cartel de armería, allí deberían estar todas las armas. Pero cuando girais una mesa para ir a la armería, Alan se lleva una sorpresa, ve a una niña de espaldas sentada en el suelo.

Asiente despacio entre besos, no sabría que hacer sin ella, ella le calma cuando está nervioso y le guia cuando está perdido.

Besó los labios de su esposa por última vez y le subió la cremallera de la chaqueta.

-Pararemos por alguna tienda de ropa...no nos vendrá mal ropa y zapatos, sobretodo zapatos...

Dijo hablando con ella. Se giró y empezó a coger latas, latas que tuvieran bien la fecha de caducidad. Miró si había algún tipo de carrito, cesta o bolsa, para llenarlas y cargarlas mejor.

Se detuvo mirando una lata de frutas y luego ladeó la cara para mirarla.

-Megan...oye...Te quiero..

Dijo, luego se le fue dibujando una sonrisa en la cara.

Asintió a las palabras de su marido y cuando dejaron de hablar, se incorporó y recogió lo que puso. Todo lo que estuviera enlatado era lo más recomendable, asi podría durarles más tiempo.

Cogió una cesta e iba vaciando los estantes, si.. se la notaba con ansia por la comida, aunque más bien era por pensar en un futuro.

Sonrió por las palabras de su marido.

- Y yo a ti..

Terminaron de coger toda la comida posible, iban bien cargados.. Echando cuentas, y si la racionaban.. tendrían para casi un mes para los cuatro.

- Ahora que hacemos? Las llevamos al coche o buscamos otra tienda??

Frank tomó una cesta y las otras se las dejó a su mujer, ya que él tenía en la diestra la pistola, pegajosa de sangre.

-Mejor descargamos en el coche y seguimos buscando. Prefiero ir a lo seguro ¿verdad? siempre habrá otro pueblo con ropa si algo sale mal, pero ahora tenemos comida y medicinas.

Frank echó un último vistazo y luego salió primero. Miró a ambos lados, asegurándose de que no había nadie.

-Espero que ellos hayan encontrado gasolina...

Cargó con la mochila y el resto de cestas, el palo lo ha tenido que dejar en el suelo, con tantas cosas no puede..

- Si, tienes razón.. si vemos que no han vuelto, volvemos a por ropa.

Antes de eso, recoge su zapatilla, limpiandola con la camisa para quitar la sangre que pudiera tener. Una vez estuvieran a salvo, se intentaría limpiar mejor.

Una vez lo tenían todo, volvían de regreso al coche por el mismo camino por el que habían ido. Todo estaba muy tranquilo, habían tenido bastante suerte.

Camino cerca de Alan, sin hacer nada más que mirar alrededor, bastante nerviosa.

"Siento que estamos entrando en la boca del lobo..."

Aprieto más mi bate. Camino despacio, a medio metro de Alan, para no tropezarlo o, más bien, tropezarme. Trago saliva, nerviosa, cuando veo que se detiene.

"¿Qué...?" "Papi... creo que empiezan los problemas."

Me quedo quieta, esperando que Alan haga o diga algo.

"... Bueno, yo estoy preparada para esta situación. Yo estoy entrenada, sí... yo estoy lista."

Abrió la parte de detrás de la furgoneta y dejó la cesta detrás, luego tomó las que llevaba su mujer y acto seguido, se quitó la mochila para liberarla y poder cargar más. Dejó los medicamentos en una de las cestas.

-Parece que no han llegado ¿no?

Se apoyó en el auto.

-¿Vamos a por más?

Le fue entregando las cosas y las guardaron todo en el furgón, a primera vista tenían para casi un mes de todo. Habían tenido mucha suerte en encontrar tantas cosas y en que el lugar fuera tranquilo.

Mira a su marido y despues a su alrededor.

- Espero que estén bien.. ¿les habrá pasado algo?

Pregunta sin dejar de mirar hacia la zona por la que habían venido, tiene que ponerse la mano para hacerse sombra en los ojos y poder ver bien.

- Creo que deberiamos quedarnos aqui.. no tentemos más la suerte.. ¿verdad..?

Le abraza y le da un beso en el pecho.

La abraza y besa su cabello varias veces, con las manos acaricia su espalda.

-Tu lo que quieres es enseñarle los pechazos que tienes al chico joven...

Dijo con una sonrisa.

-Pues que sepas que yo lo puedo hacer mejor. Y delante de todos, te haré subir la chaqueta hasta el cuello.

Acto seguido, le subió la cremallera hasta arriba y sonrió.

-De acuerdo, si no quieres que vaya no iré. Pero nos hará falta zapatos...

Sigue pensando. Si los zapatos se vencen, había que caminar descalzos, pisando todo tipo de porquería, virus o lo que sea que tengan esas cosas, además de cortarte y herirte la planta. Por otra parte, si llovía y se mojaban los pies demasiado, podrían lesionarse, tener pie de atleta o simplemente, que le diera algo de "gangrena" en el peor de los casos. Quizá pensaba demasiado en esas cosas...

Rie por sus besos y por sus palabras.

- Claro.. es que me ponen jovencitos.. jajaja

Bromeó entre risas, conseguía hacerla sonreir en esos momentos tan dificiles. Le miró torciendo la boca cuando le sube la cremallera, ella la baja de nuevo.

- Ahora no está él.. no hace falta..

Se giró para mirar de nuevo hacia la ciudad.

- Bueno.. está bien.. pero no nos metamos demasiado en la ciudad.. por si hay que salir corriendo. Confio en ti.. pero tengo miedo.

Temía que aunque en esta hubieran salido bien, la siguiente no fuera tan bien o tan provechosa.

Frank sonrió y se sentó en la parte de atrás del auto. La tomó de las manos y la atrajo a él luego.

-Tienes razón...no podemos tentar a la suerte.

Se incorporó y cerró las puertas cuando ella estaba ya dentro y se tumbó en la parte de detrás, estirando bien las piernas. La rodeó con ambos brazos y la miró.

-Mejor nos quedamos aqui, juntos. Hacía tiempo que no dormía contigo a solas.

Le dijo, acariciando su mejilla con la mano, tras haberla subido por su espalda.

Rie cuando la mete junto a él en el coche y se coloca encima de él, le da un beso en los labios y se incorpora para mirarlo desde alli.

- Es verdad.. desde que ha pasado esto, no tenemos intimidad.. siempre durmiendo con más y más gente..

Juega con la cremallera, subiendola y bajandola.

- Sabes? Te echaba de menos.. sé que tenía que habertelo dicho antes.. pero no me atrevía por como te veía. Lo siento, siento haberte hecho pasarlo tan mal.. Pero ahora prometo recompensartelo.

Se inclina y le da varios besos seguidos en los labios.