Partida Rol por web

Los prados de Platea retumbaron con los trotes de centenares de caballos que se dirigian desbocados hacia el cambo de batalla. Alli, un grupo de Espartanos les esperaba ansiosos por comenzar la carniceria. Se notaba el miedo de los Persas en sus torpes y agarrotados movimientos. No podian bajar de sus monturas, pues las piernas les temblaban y quiza, la idea de que pudiesen huir a caballo les consolaba.
Ambos ejercitos se pusieron cara a cara, y los Persas, al sonido del cuerno de guerra, comenzaron la embestida contra la falange Espartana...

Un ruido de cascos suena a lo lejos , minutos más tarde aparece una compañia persa montada a caballo pisoteando los cuerpos caidos de sus compañeros, un caballo pìsa la cabeza de un cadáver aplastandolo como una uva pisada para hacer vino, solo que el rojo liquido que sale de la cabeza del cadaver no embriaga a todos los mortales, tan solo a los Espartanos, avidos de derramar más y más.

En primera fila un joven mira indiferente como la columna se acerca, una sonrisa acude a sus labios, mientras el suelo comienza a temblar.

Espartanos permaneced en vuestros puestos, la primera fila clavad vuestras lanzas en tierra en un angulo de 60 grados, de no ser posible derribar al jinete atacad a las monturas no a los jinetes, mirad sus caballos no tienen protección alguna.

Los soldados de las filas posteriores de la zona centro lanzad vuestras lanzas e id agachandoos para que los de la fila posterior puedan lanzar libremente, esperad a que nos agachemos, los soldados de los flancos mantened vuestras lanzas por si quieran atacar desde esa posición.

Gritad conmigo

POR LEONIDAS, POR LOS TRESCIENTOS, POR ESPARTA,POR GRECIA.

AU !!!

AU!!!

AU !!!

mmm... nunca me gusto la caballeria....otra vez en la primera fila grita a sus compañeros Los que esten detras de la segunda fila quiero que les arrojen sus lanzas cuando esten a tiro y mejor que esten atentos si llegan rodear la falange quiero una formacion diamante

- Mirad! Vienen a caballo! Tienen prisa por lanzarse contra nuestras lanzas y azuzan a sus caballos! - Diomedes grita por encima del estruendo de la cercana caballería. Asiente ante las palabras de Tindáreo. - Así es. Que sean ellos los que se lancen contra nosotros. Formad en cuña, que se dispersen, quieran o no, las velocidad les podrá y llegarán sin formación. Los del centro, no os quejéis y afinad vuestra puntería con las lanzas! Luchad y Matad Hijos de Esparta!! AU! AU! AU!!

Se hizo fuerte en su posición y esperó la avalancha persa, con la lanza firme en la diestra y el escudo en la zurda. El sol arrancaba destellos de la afilada punta, tal era el presente que Diomedes ofrecía a los esclavos persas que se lanzaban a su muerte.

Ancare se rie al ver la caballería venir, asiente cuando sus compañeros dan directrices para sostenerlos.

Mientras se acerca coje la lanza de repuesto que habia traido

POR LEONIDASSSSSS y cojiendo la lanza con todas sus fuerzas hacia la caballería  que se acerca, esta silva y corta el viento mientras que atraviesa a la primera victima del día el jinete que iba a la cabeza(1), la fuerza es tan descomunal que este sale despedido hacia atras haciendo que el caballo atras se tropieze y caega aplastando a otro jineta(2) y creando una pequeña disperción en el ejercito persa donde uno que otro jinete mas cae de la montura y es aplastado por la turba que viene.

VENGAN MALDITOS QUE EL CAMINO MAS RAPIDO AL INFIERNO ES POR AQUÍ.

Dicho esto regresa a su posición y espera ansioso la embestida

El alba amanecía por el horizonte, y junto al alba una tropa de caballería ligera se aproximaba a donde se encontraban, mas persas, como los de antes pero con caballo, a Achilles poco le importaba si iban con caballo o sin el... de todos modos acabarían en el mismo lugar : El infierno.

al oir la orden de dilios me preparo para enviar a los persas al hades, los caballos se estrellan contra el muro de lanzas con un sonido parecido al de la carne al ser cortada por un cuchillo,

al ver como la caballeria estava travada en un pequeño enbudo cojo mi lanza preparado para lanzarla, y a la señal de dilios la lanzo acertandole a un desalmado en toda la frente(1)

despues de ver como mi lanza daba en el blanco, me agacho paraque los de atras puedan lanzar las suya, al agacharme, recojo un par de espadas persas y me preparo para la embestida, pero al ver que los persas no han conseguido llegar ami posicion, les lanzo las dos espadas haciendo que dos de ellos caigan al suelo (2)(3)

despues veo que una lanza estaba sola asi que la cojo y tamben se la lanzo, haciendo que uno caiga del caballo y sea rematado por los de la primera fila (4)

Un nuevo día llegó, y con él la esperanza de un combate honorable nuevo. El alba me trajo recuerdos de nuestras tierras, de nuestros campos... Pero con esos recuerdos vino también la imagen de nuestras ciudades arrasadas, nuestras granjas saqueadas, y nuestras familias asesinadas a manos de aquel al que los persas idolatran.

No pisarán nuestra tierra. No con vida.

Vuelvo en mi tras tener estos pensamientos con la visión de una carnicería ya empezada. Mis compañeros han empezado a derribar enemigos a un lado y a otro de mi; y parece que los persas se han dado cuenta de mi estado de ensoñación, por lo que se dirigen en gran número hacia mi posición.

Sin dudarlo un momento, gracias a mis años de experiencia en estas lides, fijo la lanza en el suelo y enfilo al primer caballero que se me acerca, dirigiendo la punta hacia su cuello. La noble bestia, guiada a ciegas contra nuestro muro de lanzas apuntadas recibió la estocada con tal certeza que no pudo sino desplomarse allí mismo, forzando que su jinete saliese despedido detrás de nosotros, dando buena cuenta de él mis compañeros.

El cadáver del primer caballo hizo que las bestias del segundo y tercer jinete que se acercaban tropezasen, quedando estos muertos bajo los cascos de sus compañeros. Este amontonamiento provocó que la embestida se detuviese; siendo ahora sus monturas un factor más desfavorable que beneficioso para nuestros enemigos.

Ninguna orden hizo falta para nuestro siguiente movimiento. Con rapidez rodeamos a nuestros atacantes y procedimos a darles muerte, uno tras otro...

Con la salida del sol por sobre las llanuras de Platea, un nuevo día comienza y encuentra a Menelao con sus atabios colocados y listo para el combate. Formado codo a codo con sus compañeros espartanos en una perfecta y mortal falange pudo ver venir a lo lejos los cientos de caballos persas con su desprolija carga y muertos de miedo.

Estúpidos, cargando de frente contra una falange con caballos. Obviamente Jerjes es solo otro estúpido persa que no sabe nada de táctica militar jejeje

Una sonrisa se formo en el rostro del guerrero de esparta cuando los caballos chocaron contra la falange como una marea. Rapidamente Menelao hundió su lanza en el pecho de una de las bestias haciendo que esta se levantara sobre sus cuartos traseros tirando al jinete que fue aplastado por el caballo que venía detrás (1). Moviendo para atrás su brazo, sacó la punta de su lanza de donde estaba y con un paso al frente salto levemente para clavarla ahora en el pecho de un jinete(2). En ese momento oí la voz de Tindareo, que se encontraba en la otra punta de la falange, y que se superponía con la voz de Diomedes. ¿Qué demonios? acaso cada uno ordenará algo diferente aquí? pienso al lanzar mi lanza contra otro jinete. Al ver como mi arma sale volando de mi mano, puedo notar como la punta atravieza la cabeza de un persa (3) para luego seguir y clavarse en la garganta de otro que cayó al piso para luego ser pisoteado por otros caballos (4). Ahora armado solo con mi escudo y mi espada, me protejo con el primero de un caballo que se lanza encima mio. Gracias a los muchos años de entrenamiento puedo no solo protegerme de las patas de la bestia si no también lograr que esta caiga de costado, sobre su propio jinete (5).

Una lanza! rápido!! -grito a uno de los soldados detrás mío, al regresar a la falange, para poder seguir luchando con inteligencia contra los soldados de Jerjes. Cuando finalmente recibo una hago uso de la misma para atravezar la cabeza de uno de los caballos, haciendo que este caiga al piso junto con su jinete, el cual rapidamente atraviezo antes de que pueda levantarse con la lanza, tras removerla del caballo.

A primera hora de la mañana, cuando el Sol comenzaba a despuntar en los horizontes de Platea, la sangee Persa comenzaba a regar de nuevo los bastos campos y llanuras. Los Espartanos no se atemorizaban ante nada. El terror que infundian a sus enemigos era tal, que los cuernos de guerra Persas quedaban acallados en las mentes de los enemigos por los rugidos Espartanos, que tan solo auguraban muerte y destruccion.

Con sus fuerzas renovadas, los Espartanos daban comiendo asi un nuevo dia de una nueva Era, en la cual, todo Griego podra decir con orgullo en sus palabras que su pueblo logro librar al mundo de las barbaries de los pueblos Persas.

Tal como había predicho el joven Tindaréo la carga de caballería es desordenada, jinetes rezagados cargan sin esperanza alguna viendo como los compañeros que los precedian caían fundiendose en la tierra junto con sus monturas, las lanzas espartanas se clavaban en montura y jinete por igual,  inmesericordes arrebataban la vida de caballo y jinete persa, ambos animales a ojos Espartanos.

Idiotas masculla para sí Tindaréo al ver como un pequeño grupo de persas cargan demasiado juntos entre sí, sin dar tiempo o espacio para maniobrar en caso de peligro, un ,dos, tres pasos se adelanta el joven muchacho para arrancar una lanza de manos de un jinete muerto, el joven se quita el casco su estrecha visera dificulta su visión, suelta su escudo pues su peso lo desequilibra, tras respirar dos veces hondos comienza a dar una pequeña carrera, levanta su brazo en angulo de cuarenta y cinco grados a la par que proyecta su brazo hacía atrás, y hacia delante, liberando la lanza, la cual vuela libre unos sesenta metros hasta impactar en el pecho de la montura del primer jinete.

(1-7) El caballo gravemente herido gira a su izquierda, pese a los intentos de ambos jinetes de evitar la colisión los caballos chocan, ambos caballos caen por tierra arrollando a sus jinetes en su caida, el resto de caballos que seguían su estela a poca distancia chocan con los cadaveres de estos, el caos es monumental, tan solo los más rezagados consiguen esquivar los obstaculos.

Satisfecho el joven espartano recoge su casco ,escudo y lanza y se dirigue presto a ocupar su puesto en la falange, para terminar el trabajo que ha empezado.

Más y más jinetes se acercan cabalgando hacia su muerte. A mi alrededor se ha formado una pila de cadáveres, entre los que sale entrecortadamente algún gemido de angustia, una respiración dificultosa, y algún que otro relincho.

Pobres bestias; demasiado nobles para ser montadas por esta clase de personas

La posición en la que me encuentro ahora me proporciona una gran ventaja sobre el enemigo; pues los caballos se ven obligados a detener su carga debido al obstáculo que representan sus compañeros muertos; pero los que vienen detrás continúan su avance, formando un embotellamiento, y rompiendo su, ya de por si poco precisa, formación.

La carga de caballeria no es demasiado precisa pero parece que el día empieza fuerte. Tras la primera oleada el caos en sus filas es evidente, un estruendo de cascos de caballos al galope, gritos y relinchos se mezcla con el polvo y el sudor de los espartanos.

Cratos se afana en que la caballería persa no se adentre demasiado en las filas griegas desmontando a los jinetes de sus monturas y quitandoles la vida lo más rápidamente posible para no verse sorprendido por el peligroso galope de los caballos persas.

Me cago en mis muertos mas frescos. Justo cuando tengo el post, mantenimiento de la web.

Luego cuando me calme pongo la narracion, que me ha jodido inmensamente. Para una puta vez que no lo hago en bloc de notas, me pasa. Se lo cuentas a un cura y se caga en Dios