Partida Rol por web

- Gracias doctor.. - Otra enormísima respuesta fue lo que salió de mis labios, aunque al ver como se iluminaba la cara de aquella chica, volví a girarme para mirar al doctor y luego negar con la cabeza.

- Hormonas..

Sabía que me habían dicho que fuera a aquella sala común pero no tenía demasiadas ganas en aquel momento así que fui a mi habitación y me eché sobre la cama, tapándome la cabeza con la almohada y ahora que estaba sola al fin, ponerme a llorar como había querido hacer desde que me habían llevado ahí. Necesitaba desahogarme de alguna manera.

 Conseguiste finalmente descansar un rato y de tanto llorar y las emociones del dia terminaste quedandote dormida. No sabias cuanto tiempo habias dormido pero te desperto el sonido de tu puerta y la voz de Astrid - Noaaaaah! ¿Estas ahiiii? Es la hora de cenar si no vienes no podras comer nada mas hasta mañanaaaaaa! - Y con la ultima palabra ahora tu estomago rugio. Te dolia menos la cara y habia algo que olia mentolado no sabias el que pero te notabas bastante mejor de las magulladuras.

Oiste a Laura fuera tambien - Astrid deja de gritar, te oiria desde el otro pabellon incluso....

Abrí los ojos como platos en cuanto escuché los gritos de Astrid y me incorporé rápidamente, olisqueando el aire como queriendo saber de dónde provenía ese olor, aunque no tardé en imaginar que era de mi cara, eso sí, no tenía ni idea de quién me la habría curado, aunque era como para asustarse un poco el hechod e que la gente pudiera entrar a mi habitación sin que yo me diera cuenta.

Mi estómago estaba pidiendo alimento, pues llevaba desde el desayuno prácticamente sin comer y cierta parte de mí, agradeció el hecho de que aquellas dos chicas se preocuparan algo por mí.

- Sí, estoy... ya voy!

Me puse en pie y coloqué mi ropa y luego mi cabello y tras eso, y quitarme las legañas con cuidado para no hacerme daño en la cara abrí la puerta.

- Estaba cansada y me quedé dormida.. - Me excusé por no haber acudido después de lo del doctor a donde ellas.

- Ya pensabamos que habias llegado y triunfado con mister cachondo - Bromea Laura mientras vais hacia el comedor - ¿Qeu te ha tocado? - Te pregunta mientras Astrid se te pone al otro lado - Nosotras estamos en cocina y labanderia en rotativos - Te explica mientras ves como algunas chicas os miran.

Al llegar al comedor ves la mesa centras y como una preciosa pelirroja se gira y Laura te susurra - Es es la que cree que manda - La chica te mira y sabes que e sla misma que viste al llegar mirandote por la ventana.

Negué con la cabeza ante eso del doctor y suspiré pues no tenía ninguna intención de quedarme en aquel lugar lo suficiente como para tener que triunfar con nadie y luego respondí a lo de las tareas.

- Entonces nos veremos a diario porque me ha tocado la lavandería.. aunque no tengo ni idea de hacer nada.. En mi casa, todo lo hacían los sirvientes. - Eso no decía mucho a mi favor, a parte de que estaba siendo totalmente sincera al hablar, claro.

Me quedé observando a la pelirroja, pues más que nada, con ese color de pelo era casi obligatorio hacerlo y las palabras de Laura me hicieron mirarla con más curiosidad, aunque mis modales se volvieron a imponer de nuevo y la saludé con la cabeza.

- Si es la que manda digo yo que será la agresiva, aunque con esa cara quién lo diría.

También me di cuenta de que era un poco extraño que habiendo tanta chica guapa ninguna hubiera conseguido encandilar al doctor, pero quizás era lo normal pues no le gustarían las que estaban como un cencerro.

- Pues si eres de cuna rica ten cuidado con Clarise que es la pelirroja, le gusta tener a su alrededor a las locas ricas como dirian fuera de forma ironica - Claramente Laura y auqella chica no se llevaban muy bien y ves que astrid para tu sorpresa tambien la mira bastante mal y eso que la muchacha aprece tener una sonrisa permanente en la cara, aparte de esa bondad que es casi de niña.

La pelirroja respondio a tu saludo y siguio comiendo.

- Que me hayan encerrado aquí no significa que vaya a doblegarme ante nadie.. - Respondía  Laura dándole a entender que aunque tuviera modales y me gustara hacer gala de ellos también tenía bastante caracter y lo de servir a los demás o reirle sus gracias no iba conmigo.

De todas maneras, lo dejé estar, a fin de cuentas me habían avisado, pero no iba a sacar conclusiones precipitadas sobre nadie y menos sobre personas que de repetente pueden creerse que son Cleopatra.

Sin hacer más caso me encaminé para coger la cena, pues mi estómago pedía a gritos ser llenado y no podía ignorarlo esta vez.

Con la ultima mirada de la pelirroja sentiste un leve mareo y no pudiste evitar negar con la cabeza intentando despejarte y oirte un susurro - En mi cuarto a las 5... - Era imposible que te hablara a esa distancia.... ¿o no?

- Estas bien, estas muy palida - Te dijo Astrid preocupada.

Me quedé un poco soprendida por aquello, y miré a la pelirroja entrecerrando los ojos mientras casi había palidecido tanto que pensaba que se habrían borrado hasta los moratones de mi cara.

- Me estoy imaginando cosas ya y no llevo más que unas horas aquí..

Negué con la cabeza ante aquella pregunta, aunque estaba totalmente preocupada por mi salud mental de verdad.

- No, supongo que estoy cansada.. hoy ha sido un día muy duro.

Respondí pero no pude evitar mirar de reojo a la pelirroja unos instantes.

 La rubia te miro con una ceja enarcada cuando tus ojos se fueron a los de la pelirroja - Ten cuidado Norah, ella es como una vibora - Te dice como si hubiera oirdo lo mismo que tu, pero tras esas paalabras seguisteis comiendo asta que tocaba recoger, la primera en marcharse era la peliroja con un sequito de cinco chicas tb bastante guapas, todas escepto una que estaba bastante rellenita.

Me quedé bastante intranquila con todo aquello, pues la verdad es que ya no sabía que creer y claro, decirle a un siquiatra que creía que una de las enfermas me podía hablar mentalmente no es que fueran a ser muchos puntos a mi favor como persona cuerda, así que decidí olvidarme de ello, aunque tampoco pensaba acudir a aquella cita..

Además que era tarde y con el estómago lleno tan sólo me quedaban fuerzas para volver a meterme en la cama así que tras regocer las cosas de la cena, me despedí de las dos chicas, dándoles las gracias por todo y luego simplemente me dirigí de nuevo a mi cuarto, ya que a las ocho por lo que parecíaiban a tocar diana.

Pasaste la noche muy intranquila, apesar de que no habia ni un ruido y la temperatura era agradable despertabas cada poco sudando como si tuvieras fiebre y con el corazon a mil por hora.

Finalmente conseguiste dormir unas horas seguidas y cuando sono la alarma a las ocho tu ya llevabas unos minutos despuerta sin moverte ni un milimetro apenas en la cama.

Cuando abrí los ojos por la mañana me di cuenta de lo mal que había dormido, pero tampoco me parecía tan raro después de todo lo que había sucedido, así que me puse en pie un poco más " zombie " de lo habitual y bostezando cogí ropa para irme a la ducha y así acabar de despertarme.

Esperaba que pronto se me pasase el malestar que me impedía dormir pues la verdad es que era horrible el ni siquiera poder dormir en condiciones, aunque al menos, tenía las tardes libres y podría intentar usarlas para descansar un poco más.

Ahora debía ducharme, ir a desayunar y luego pasarme por la lavandería y empezar con eso de mis tareas, aunque sabía que seguramente hoy lo pasaría mal allí..

Ducharse ahora realmente si que se te hacia incomodo, habia muchas chicas alli y otras que esperaban el meterse bajo el agua, ellas ya parecian acostumbradas pero tu nunca habias visto tantos cuerpos de mujer desnudos y menos aun juntos...

Viste que a un ladito en una esquina de las ultimas duchas estaba Astrid Que parecia bastante avergonzada aun con ducharse y un par de duchas a la derecha de ella Laura, cosa que te hizo cambiar el gesto pues en su espalda pudiste ver marcas de latigazos o algo asi.

Me planté en las duchas y me quedé observando aquello, sin duda un poco incómoda por tener que desnudarme delante de tanta gente, pero tendría que ir acostumbrándome y eso, que siempre había tenido algo de complejo por estar quizás demasiado delgada.

Haciendo un esfuerzo me busqué una ducha libre y me metí bajo el agua, tratando de ser lo más breve posible, pues ya era bastante violento como para encima tener que alargarlo.

No puede evitar fijarme en las dos chicas que se habían portado bien conmigo. Astrid parecía que lo pasaba mal y viendo la espalda de Laura, sin duda ella lo había pasado mal. Por suerte, a mí nunca me habían dado una paliza que me dejara marcas, aunque alguna vez ya había tenido que llevar una venda durante casi un mes.

Tan pronto como terminé me fui a secarme y a vestirme.

Terminaste de vestirte y dejar todo listo, al llegar al comedor viste a las dos muchchas sentadas en una mesa y la mas joven de ellas te hizo una señal par que desayunaras con ellas. El desayuno no era nada del otro mundo peor habia cereales, pastas, zumos, cafe, etc... Realmente si parecia que en comida no escatimaban.

Al llegar a la mesa ambas te saludaron con una sonrisa - Hoy me toca cocina y a Laura Labanderia asiq ue pasaras la mañana con ella - Te dce como haciendole ilusion que alguien mas se uniera a su pequeño grupo.

Cogí un poco de todo para desayunar, de todas maneras no solía comer mucho porque me llenaba en seguida, y luego, sonreí al ver como Astrid me llamaba y me acerqué a la mesa, bastante más cordial que el día anterior.

- Buenos días.

Las palabras de la más inocente me hicieron volver a sonreir y asintí.

- Bueno, pero a la hora de comer ya nos vemos. Yo.. tendré que hacer el ridículo en la lavandería..

Me resultaba un poco incómodo también lo de la lavandería y el no saber ni cómo se doblaba un trapo, pero parecía que en aquel lugar todo me iba a hacer sentir así.

Laura se echa a reir y Astrid te mira confusa - no te preocupes pijita que yo te enseñare hacerlo bien - Comenta metiendose contigo pero sabes que con buena intencion, pues la muchacha no era muy fina pero algo te decia que si la tenias de tu lado las cosas alli dentro se te facilitarian muchisimo, e incluso para salir.

Le hice un poco la burla de broma por ese comentario y luego sonreí aintiendo, casi dándole las gracias con la mirada por echarme una mano en aquella situación, pues la verdad era que entre sentirme como un animal enjaulado y sentirme un poco inútil necesitaba tener a alguien cerca.

- Astrid es que en mi casa no tenía que hacer nada y creo que como mucho habré doblado mi camisón en un par de ocasiones..

Lo dije con tono confidente pues sabía que no me había entendido con lo de hacer el ridículo, aunque también se me pasó la cabeza que si tenía doble personalidad, la otra no podía ser tan inocentona, aunque se lo preguntaría a Laura cuando estuviéramos a solas.

- Pero... ¿Quienes son tu familia? - Te pregunta curiosa bebiendo sumo, parece que la muchacha tambien habia salido de la calel como Laura pero por su caracter infantil era menos ruda que la otra muchacha que ves como miraba de nuevo a la pelirroja.

Cuando la chica giro hacia vosotros volviste a sentir aquella sensacion - Habitacion 30 a las cinco... - Vuelve a sonar en tu cabeza.