Partida Rol por web

Antes de que pudieras reaccionar la policia te cogia y te metia a la fuerza en un furgon donde un doctor te clavaba una jeringuilla con lo que suponias era un relajante pues a los pocos segundo tu cuerpo te empezaba a resultar extremadamente pesado.

Fuera oias la risa de tu padre y como palmeaba la espalda de uno de los policias y en menos que canta un gallo la furgoneta se movia y tu te tambaleabas dentro, fuera la lluvia daba un tono bastante tragico a todo, ademas de que el lugar al que te acercabas daba bastante miedo, era una edificio antiguo y ruinoso con unos jardines sin una flor viva y en la puerta dos hombres de bata blanca te esperaban.

Dentro por las ventanas podias ver las miradas de varias chicas que para tu sorpresa parecia que sonreian satisfechas de tu llegada, en especia una pelirroja.

Apenas me moví dentro de aquella furgoneta, quizás porque lo que me habían inyectado me lo imposibilitaba bastante o quizás, porque era como si sintiera que todo había terminado y ya nada volvería a ser lo que era.

No estaba loca y no quería acabar allí, pero mi padre hubiera sido capaz de hacer cualquier cosa para deshacerse de mí.

Cuando me sacaron la furgoneta mis ojos repararon en aquel desolado jardín, muerto sin vida, como me sentía yo en aquellos momentos y las miradas de aquellas chicas, me dejaron bastante más intranquila todavía y eso, que gracias a las drogas mi apariencia era tranquila, la de una persona que no daría ni la más mínima guerra.

Simplemente dejé que me sacaran de la furgoneta y me llevaran a donde ellos quisieran.

- Me escaparé.. no me podréis encontrar! No pienso dejar que me hagais daño! - Mi mente gritaba pero mi expresión era la de una persona somnolienta.

Aquellos hombres de la entrada te cogieron y pusieron una camisa de fuerza - Si eres buena gatita podras ir suelta - Te dice uno de ellos mientras entrabas en aquel edificio que dentro estaba menos ruinoso que fuera la verdad.

Caminasteis por unos pasillos y te lanzaron de forma literal a una sala acolchada. Pasaron los minutos y cuando ya estabas comenzando a ponerte muy nerviosa una hombre bastante joven entro en la sala cerrando tras de si. Tambien lleba bata de medico y un cartelito en esta que pone Dr. Palenki.

- ¿Como te encuentras? - Te pregunta en tono afable, cosa extraña desde que te cogieron...

Me acurruqué en una esquina de aquella celda, casi sin levantar la mirada pero sin derramar ni una lágrima, pues aunque tenía ganas, no lo haría por orgullo propio, decidida a no llorar aunque tuviera que morir.

- Al menos pronto me reuniré con mamá..

Apenas la recordaba por nada que no fueran fotos, pues el hecho de encontrarla colgada tras haberse quitado la vida hizo que quisiera olvidar, que mi mente escondiera aquellas cosas en un cofre cerrado con llave para no volver a revivir aquello, pero jamás olvidaría lo buena que era conmigo a pesar de no conocerme la mitad de las veces que me tenía a su lado.

La puerta se abrió y levanté la cabeza para mirar a aquel doctor, que no era como me lo esperaba, sin duda, pues al menos le faltaban cuarenta años para ello y ser como mucho más feo, pero sería mi verdugo así que tampoco le presté más atención a su físico.

- Me han sedado para traerme, me han atado y me han metido en una celda. Perdona si te digo que he tenido días mejores.

Estaba encerrada como un perro así que pasé un poco de todos los modales que me habían enseñado a lo largo de mi infancia.

El chico apoya a un lado la carpeta que tiene y ves que en ella hay un boligrafo y una ficha con tus datos y fotos.

Se te acerca y con esa misma sonrisa afable comienza a desabrocharte la camisa de fuerza mientras habla - Siento el trato Norah, la mayoria de esta gente os tratan como presos no como personas enfermas, mientras estes conmigo estaras sin la camisa ¿vale? Es mejor que no intentes nada o si no la proxima vez no me dejaran quitartela... - Cuando le falta la ultima parte por desatar te mira esperando que estes conforme y te la quita del todo.

Tras ello vuelve a por su carpeta y se sienta acomodandose en aquella sala - Cuentame tu version de lo que ha pasado, siempre me gusta saber la del que os interna y la vuestra, porque normalmente siempre hay una intermedia mas cercana, pues cada uno tiene su percepcion...

Permanecí seria, pero dejé que me desatara sin hacer ningún movimiento que pudiera hacerle pensar que le atacaría pues no lo iba a hacer, aunque nadie  lo creyera, yo no estaba loca y no solía ir por la vida pegando a nadie, se me había educado como a una señorita, aunque ya diera un poco igual.

- Mi versión de lo ocurrido. - Sonreí de forma triste, pues sabía que no tardaría en ponerme a llorar como no quería hacer al hablar de aquello, pero tenía que ir hasta el día que murió mi madre, que era mi recuerdo más desagradable.

- Mi madre no estaba bien.. ella.. veía cosas y su cabeza.. Se pasó así ocho años, desde que yo tenía dos hasta que tuve diez que la encontré... - Ahora sí que recordé aquella imagen del invernadero y mis ojos se llenaron de lágrimas aunque respiré hondo para contenerlas. - Ella se quitó la vida y mi padre no ha podido superarlo y eso que han pasado siete años desde entonces. Desde aquel día se emborracha, me pega y me culpa por todo, dice que soy igual que ella. - Señalé mi cara pues tenía el rostro morado de los golpes recibidos antes de llegar a allí. - Esta tarde él.. - Ahora las lágrimas si corrían por mis mejillas. - Me ha golpeado y me he ha hecho sangrar por la cara y me puse muy nerviosa, me dijo que me había encontrado un marido y así no tendría que aguantarme y no sé el motivo pero fui por la casa tirando todo lo que encontraba, gritando y llorando y... he acabado aquí.

Pasé las manos por mi cara pues se me había escapado alguna lágrima, pero no quería llorar así queme quedé con la mirada baja tras mis palabras.

 El hombre te mira y escucha de forma atenta apartando sus ojos de ti solo cuando anota algo en aquel historial tuyo, cuando terminas ves como se acerca y sienta a unos escasos pasos de ti para colocarse de nuevo, desde ahi podrias ver que anota. Saca de un bolsillo un paquete de mentos de frutas y te ofrece - ¿Quieres? - Realmente no parece muy profesional todo aquello.

- ¿Sabes si tu madre paso por algun psicologo o siquiatra? Por lo que dices tu padre puede ser bastante extremista pero a su vez la mayoria de enfermedades mentales son hereditarias asi que... tienes las de perder aqui... - Coge tus manos poniensdo las suyas debajo dedo con dedo y comienza a moverlos mientras habla de forma normal y a un ritmo moderado - ¿A ti te trataron alguna vez? Lo normal es que en casos de suicidio se trate a los hijos... - Cada vez movia mas rapido los dedos - ¿Bebes? ¿Fumas? ¿Tomas Drogas? ¿Aguna adiccion? ¿Adrenalina, sexo, trabajo, internet, juego...? - Notas como separa sus manos de las tuyas y las mira sonriendo y asintiendo, te fijas que tus dedos por impulso involuntario siguieron los movimientos que hacia el antes durante unos segundos.

Negué con la cabeza ante su pregunta, pues yo tan sólo tenía diez años cuando perdí a mi madre así que no sabía ningún detalle acerca del tratamiendo que recibió si es que recibió alguno y volví a negar cuando me ofreció los caramelos.

- Lo único que quiero es que me dejen salir de aquí..

Sabía que aquello no iba a poder ser, pero al menos que supiera que estaba retenida totalmente en contra de mi voluntad, aunque eso no haría falta ni decírselo.

Antes su siguiente comentario simplemente apoyé la cebza en la pared y le miré como si no entendiera para qué me preguntaba tantas cosas si ya estaba dando por supuesto que estaba loca.

- Si ya estoy loca no sé para qué tengo que responder a todo eso.. total.. la decisión ya está tomada ¿ no?

Podría llegar a estar loca algún día, pero no era ni en aquel preciso momento ni en aquel preciso lugar y mucho menos era idiota.

- No estoy enganchada a nada, lo único que hago a diario es comer, dormir y leer y que yo sepa eso no es de locos. Ah! sí, también suelo respirar, parpadear e ir al baño...

El sonrie y niega con la cabeza - en el mundo en el que vivimos no se podria catalogar a nadie como cuerdo Norah, yo simplemente tenog que ver que te sucede a ti y ayudarte, no todos los que tiene problemas mentales son peligrosos o locos como tu dirias - Comenta tomando notas - Por ejemplo Marlen una chica del edificio contiguo tiene fobia a los hombres, yo no la puedo tratar pero no es peligrosa, Andrea es una muchacha que con dos personalidades pero ninguna nañina para el mundo solo para ella, en cambio Sophie tiene un trastorno bipolar agresibo y a ella si tenemos que controlarla y medicarla... no todos somos iguales, si tu dices estar bien y comprovamos que es asi podras irte, peor hasta que yo y el resto d emedicos lo confirmemos tendras que estar aqui...

Escuché aquello en silencio, en la misma postura en la que estaba, y cuando escuché lo de las otras personas allí recluídas me pareció que si no estaba loca me lo volverían.

- Pues siento decirte que no vas a encontrar ninguna enfermedad en mí a parte de una infancia como para no recordar, así que si quieres ayudarme vale, pero no estoy loca..

Negué con la cabeza, mirándole con la total certeza de quien sabe de lo que está hablando.

- Lo único que pasa por mi imaginación son lugares lejanos, en los que poder ser libre y no aguantar palizas.. soñar no es de enfernos. Y ahora, si antes tenía poca libertad.. Esto.

Negué con la cabeza mostrando una sonrisa casi tétrica.

 - Bien, pues ven conmigo, te enseñare las instalaciones y cual sera tu cuarto y tareas, tras ello si quieres podras ir a comer algo y ducharte, en principio dejare el aviso de que tienes via libre de movimientos por el recinto - Comenta levantandose y llendo a la puerta para llamar y que abrieran.

Por el camino pudiste ver a varias chicas que te observaban y diferentes salas, te mostro el comedor que te recordaba al de una cantina militar, las salas de pintura y musica, lugares donde os trataban y su despacho, un pabellon abierto y un gimnasio y a un lado los "jardines" Habia otro pavellon al que no te llevo pero por la seguridad que habia en el parecia que alli tenian a las chicas mas conflictivas...

Finalmente llegaste a una zona de habitacione sy abrio una mostrandotela.

Me pasé todo el camino observando a todas partes y no tardé en llegar a la conclusión de que eso era como estar en la cárcel, tanto por las instalaciones como por la seguridad, aunque esperaba no tener que acercarme demasiado a los que de verdad estaban locos, porque no me haría ni la más mínima gracia.

La verdad fue que durante todo el camino me quedé muda y no dije nada pese a sus expicaciones e incluso caminaba un paso por detrás de él, como con miedo.

Al entrar a aquella habitación me sentí como mejor, pues tener una habitación para mi sola y no tener que compartirla en un lugar así estaba bastante bien.

- Gracias Doctor. ¿ Tengo que avisar a alguien para ir a darme una ducha? ¿ Tenemos ropa, jabón y esas cosas?

Después de que me tiraran en esa celda lo primero que me apetecía era ducharme.

El niega y te sonrie - No, siemplemente vas a las duchas, alli teneis productos de aseo para odas, mandare traerte la ropa ahora y la guardaras tu - ves com te mira de arriba abajo ¿Talla treinta y seis? - Te pregunta dudando, por lo que habias visto las chicas llevaban chandals grises y camisetas blancas, algunas cortos y otras largos.

Cuando termines y comas algo ven a mi despacho y hablaremos de tus labores y tu seguimiento - Comenta esperando por si tenias alguna duda y despues dejandote tu intimidad.

Asentí a todas las explicaciones, incluída la de la talla, pues aunque normalmente solía colaborar más en las conversaciones, como era normal, en aquel momento mi humor no era el mejor del mundo.

Esperé a que me trajeran la ropa, guardando en el armario la que no me iba a poner de manera ordenada, casi impoluta, pues siempre me había gustado encontrar todo en un armario a la primera y luego con la ropa para después de la ducha en la mano, salí de la habitación, aunque mi primera reacción fue abrir la puerta y asomar la cabeza al pasillo, como esperando encontrar un loco pegándose de cabezazos contra una pared y luego ya, salí para irme al lugar dobnde me había dicho el doctor que estaban las duchas.

- Seguro que una ducha me sienta bien. ¿ Habrá agua caliente?

Todo estaba en el mas absoluto silencio y solo se oia ruido en lo que te habia señalado como el comerdor y calculando la hora te parecia normal. Las duchas eran comunitarias y sencillas, pegadas a los baños.

En ellas encontraste, champu, jabon en pastilla y poco mas, lo que si diste gracias a todo al notar el agua caliente, Palenki con la ropa tambien te dejo un par de toallas.

A pesar de que el agua caliente me estaba sentando realmente bien, no quería pasar mucho tiempo en aquel lugar sin ropa, pues en el fondo tenía un poco de miedo a que pudiera venir alguien que estuviera como una regadera y hacerme algo, así que me duché con bastante avidez y luego me vestí.

No tenía demasiada hambre, pero si me negaba a comer seguro que podían achacárselo a mi supuesta enfermedad mental y no pensaba darles el gustazo tan pronto, así que decidí ir al menos a pasear la comida por una bandeja y hacer que comía algo.

- Y serán así todos los días hasta que por fin decidan que estoy loca..

Llegas al comedor y ves unas argas mesas y chicas sentadas por todos lados en lo que parecen grupitos formados, a un lado estan las bandejas y el lugar donde te llenan el plato con una gorda mujer con rejilla en el pelo.

Cjes la comida que tampoco tiene tan mala pinta como esperabas y te sientas algo alejada, cuando comienzas a comer notas una sombra sobre ti y a tu lado se sienta una chica - ¿Eres la nueva? - Sus ojos son de un intenso azul - Soy Astrid, transtorno del sueño y doble personalidad sonambula - Se te presenta como quien dice sus apellidos.

No me gustaba aquel lugar, aunque lógicamente estando allí recluída a la fuerza no me gustaría aunque fuera una masión de lujo, así que en silencio y casi sin mirar a nadie que no fuera aquella enorme señora, cogí la comida y me senté en una mesa dispuesta a comer o a hacer que comía.

Apenas iba por la segunda cucharada cuando levanté la cabeza y vi a aquella chica ahí, intentando conversar, aunque sin querer me pregunté si sus personalidades también tendrían nombres distintos, pero no quería molestarla así que eso no se lo iba a preguntar.

- Norah, la nueva. - Dije sin poder decirle todas esas cosas porque yo no estaba loca. - Aún estoy sin evaluar..

- ¿Ya te asignaron habitacion? La mia es la 14 - Es la que esta enfrente de la tuya que e sla numero 7 - No es tan malo como parece esto aparte de que el Doctor es muy agradable y para que negarlo, guapiiiisimo, que entre todos los armarios viejos y las gordas siemrpe se agradece ver un bombon, la comida no es mala pero bueno las tareas son duras - Comienza a explicarte como si de un internado se tratara mas que de un psiquiatrico...