Partida Rol por web

Tiempos Convulsos en Diez Ciudades

1. Trolls a las Puertas

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03/12/2019, 09:58
Mishann

—Por supuesto, discúlpame Lilandra —expresó Mishann respirando con fatiga—. Tu presencia será una bendición para los heridos.

La sacerdotisa de Lathander dedicó una mirada inquisitiva a Nahyeeda cuando expresaste que quería hablar contigo; después, asintió con la cabeza y se marchó a ayudar a consolar a los niños, como le habías pedido. La genasí de fuego, por su parte, ayudó llevando cosas y velando a los heridos, asegurándose siempre de que no aparecía ningún troll del hielo para retomar la matanza.

Por tu parte paseaste entre los heridos colmándolos de bendiciones como un ángel de luz en tiempos oscuros. A tu paso, las vidas dejaban de correr peligro, el dolor no dolía tanto, y la gratitud y la fe se asomaban a sus ojos. Todo el mundo te miraba, y hasta los guardias que se habían desplazado hacia allí tomaban nota de la inestimable ayuda que estabas prestando a la ciudad.

Te reuniste con Mishann y Nahyeeda cuando la situación quedó bajo control. Mishann abrazó a un niño y depositó un beso en sus cabellos a modo de despedida antes de acercarse a ti.

—Hubiera preferido que nuestro primer encuentro se hubiera producido en otras circunstancias —suspiró, mirándose la túnica llena de sangre—, pero tu aparición ha sido providencial y tu ayuda, inestimable. Se han salvado muchas vidas aquí hoy.

Se enjugó el sudor de la frente.

—Acompañadme a mi casa —propuso—, allí podéis lavaros toda esa sangre con agua caliente, y os puedo ofrecer una infusión con la que templar el cuerpo y el ánimo. Por el camino podéis irme contando vuestros planes inmediatos en la ciudad, si gustáis.

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03/12/2019, 10:11
Brinna

Una tormenta se asomó a los ojos de Brinna con las primeras frases de Ramiel. Parecía que realmente sí tenía algo en contra de los bárbaros Reghed, pero según iba avanzando en su discurso las palabras de Ramiel, su mirada intensa y su gestos elocuentes pulsaron su conciencia con la maestría con la que un bardo extraía los acordes de un laúd. La mujer bajó la mirada, se abrazó los codos, parecía empequeñecerse, y para Ramiel cuando terminó de hablar, parecía a punto de fundirse con el suelo, avergonzada.

—¡No, no es eso! —protestó, frotándose los brazos—. No es nada tan egoísta, quería evitar algo como lo que ha sucedido esta mañana. No quería que muriera más gente, que mi hogar fuera amenazado, que hombres buenos resultaran heridos defendiendo de todas esas criaturas que han visto merodear tan al sur en medio de la tormenta. Es obvio que Auril está furiosa con Diez Ciudades y pensé que...

La vendedora de telas se tapó las manos con la cara.

—... pensé que el sacrificio de ese hombre en su nombre apaciguaría su ira, que nos dejaría en paz, que redirigiría su furia a las Tribus Reghed. ¡Lo... lo siento tanto por tu amigo!

Sorbió sonoramente por la nariz y se frotó el rostro, buscando un sitio en el que sentarse.

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03/12/2019, 11:08
Wido Cuervo Blanco

Aquella mujer era una verdadera zorra. Iba a permitir que ajusticiaran a un pobre hombre que nada malo había hecho, por una mera suposición de un bien mayor. ¿Podría cargar con esa muerte a sus espaldas toda su vida? Desde luego, era una mala mujer. Además, la excusa era cuanto menos mala. Nadie garantizaba que el sacrificio de Hengar sirviera para apaciguar el ira de Auril. 

Wido tenía ganas de sacar su alfanje y partir a esa bruja por la mitad. El alcohol que llevaba en sangre le invitaba a hacerlo y casi le aplaudía ante la ocurrencia, pero el raciocinio, el poco que tenía, le decía todo lo contrario. Ramiel estaba llevando bastante bien el asunto desde su primer lapsus, por lo que le dejaría actuar a él. Iba a ser lo mejor.

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03/12/2019, 11:48
Ramiel Gardeniere

Al fin.

Al menos el día de hoy su palabrería servía de algo, descubrir la verdad sin hacer el gilipollas. Por una vez, Ramiel se sintió un poco mejor consigo mismo. Antes de que Wido perdiese la cordura, cogió un taburete, apartó unas telas y le ofreció asiento a la dependienta para que se recuperase de la confesión reciente. Por supuesto que había actuado fatal, eso no la convertía en una mala persona en absoluto. Se arrodilló junto a ella, sabía que su cercanía provocaba ciertos efectos, pero tampoco invadió su espacio personal; por si acaso.

-Gracias por la confesión, señora Alcott -le dio unas palmaditas en la mano-. Auril no está furiosa, y aunque lo estuviera, la vida de un pobre diablo como Hengar no la apaciguaría en absoluto. Ha cometido un error de juicio muy grave, pero ha hecho muy bien contándolo, llevar el peso de una muerte como esa, tarde o temprano, habría sido muy duro para usted.  Lo que ha sucedido esta mañana no es obra de ningún dios, sino de mortales; y no volverá a suceder.

Se puso de pie y miró a su compañero. Luego volvió a hablar con la mujer.

-Tiene que retirar la denunca sobre Hengar, señora. El bárbaro, casualmente, posee información acerca del artífice del ataque, de la artífice, diría yo; esa información es mucho más valiosa que un sacrificio inútil. Diga a la guardia que la deuda está saldada, que tiene su dinero y que el bárbaro pagará devolviéndonos a nosotros el dinero. La acompañaremos con el capitán. Ahora mismo.

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03/12/2019, 14:34
Lilandra

Lilandra asintió - Ciertamente hubiera sido preferible que estas circunstancias no se hubieran dado, pero nada podemos hacer para corregirlo que no hayamos hecho. Me alegro de haber podido servir de ayuda, nuestro señor Lathander ha sido generoso hoy en sus dones. - apoyó una mano sobre el hombro de su compañera en la fé - Me encantará acompañarte a tu casa, pero primero debo asegurarme de que mis acompañantes sepan donde encontrarme y de que la carreta con la piedra del altar quede asegurada. - Miró hacia las puertas de la ciudad - seguramente los encontraremos de paso. Miró a Nahyeeda - ¿Nos acompañas?

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05/12/2019, 10:06
Mishann

Nahyeeda asintió en silencio, decidida a acompañaros; al fin y al cabo, el siguiente paso en su misión en Brynn Shander para los Arpistas pasaba por hablar con Mishann. Os adentrasteis entre los muros de la villa para asegurarte de que la carreta que portaba la Sangre de Lathander estaba, en efecto, asegurada por los guardias que Trish había contratado a tal efecto. De modo que pediste a Mishann que te acompañara a la posada de la que te había hablado Ramiel: El Descanso de Kelvin.

Mishann te reveló que se trataba de una de las tabernas más populares en la villa, debiendo su fama a su extensa variedad de cervezas y brandies de manufactura enana, y allí os dirigisteis. La sala común estaba llena con productos enanos destilados por el clan Martillo de Batalla, y la mayor parte de los licores estaban importados desde Mirabar, al otro lado del Espinazo del Mundo. La única especialidad local digna de mención era la bebida traída desde la aldea de Hidromiel.

Había caravaneros adinerados, y enanos de la Cumbre de kelvin de paso por Bryn Shander, pero ni rastro de Wido o de Ramiel. ¿Dónde habrían ido? ¿Habrían tenido algún percance por el camino? El propietario, un enano llamado Ogden Barballamas, os invitó a sentaros.

—¿Y bien? —inquirió Mishann —. ¿Dónde están tus amigos?

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05/12/2019, 10:19
Markham

La señora Alcott se enjugó las lágrimas con la manga de su túnica y volvió a sorber ruidosamente por la nariz mientras asentía con la cabeza. Se echó un chal por los hombros -poco abrigo para el frío glacial que reinaba en la calle- y os acompañó voluntariamente al edificio de la guardia para cambiar su declaración y retirar los cargos.

Los cuarteles eran un edificio achaparrado y sólido construido en piedra; como la mayor parte de los edificios de la ciudad estaba semienterrado y se alzaba unos pocos metros sobre rasante para evitar la exposición a los vientos que no eran bloqueados completamente por los muros de la ciudad. El edificio estaba rematado por un inclinado tejado de pizarra cubierto de nieve, y todas las ventanas tenían rejas. Uno de los dos guardias que custodiaban la entrada os franquearon el acceso a la oficina del alguacil.

Se trata de un lugar ordenado y limpio, en el que parecía haber un sitio para cada cosa y cada cosa estaba en su sitio.

—Buenos días, señor Gardeniere y señora Alcott —dijo el hombre al otro lado de la mesa trabajo, de aspecto adusto y rostro pulcramente afeitado, esperando que Wido se presentara—. Está siendo una mañana complicada, así que agradecería que fueran breves y concisos con sus cuitas.

Brinna se derrumbó sobre la silla y empezó a contar lo que os había confesado a vosotros. Markham la detuvo con un gesto con la mano y os invitó, no muy amablamente, a esperar fuera mientras ella terminaba de cambiar su declaración. Veinte minutos más tarde, la puerta de la oficina del alguacil se volvió a abrir y Markham se acercó a vosotros.

—Gracias por vuestra colaboración ciudadanos —dijo con el rostro pétreo—. Habéis evitado que muera un inocente, ordenaré su liberación de inmediato. Tenéis el agradecimiento de la Portavoz Shane, el de la guardia de Brynn Shander y el mío propio.

El alguacil extendió una mano para que se la estrecharais, dando por finalizada la conversación por lo que a él se refería.

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05/12/2019, 14:32
Wido Cuervo Blanco

No solían tomarle muy en serio. Podía ser por su condición de norteño. Eso provocaba mucha ira entre las gentes de más al sur. Bárbaros los llamaban... ¡Y bien orgullosos de serlo! También podía ser por su aliento alcohólico. Estar casi más tiempo borracho que sereno le provocaba muchas veces problemas y sobre todo, falta de credibilidad. Sus formas no ayudaban tampoco y al final, todo aquello se convertía en un círculo con difícil escapatoria. Sin embargo, en aquella ocasión hasta le habían dado las gracias.

Y gracias tenía que dar Wido de que Ramiel hubiera sido la voz cantante en aquel asunto, pues de haber sido él quien tuviera que haber hecho las indagaciones, posiblemente, ahora serían dos bárbaros los que compartirían un mismo poste. Si, aquel chico del sur tenía lo que se llamaba labia. Sabía como hacer para que las personas hicieran lo que él quería. Sin duda era un joven carismático, alguien con quien uno iba seguro por las peligrosas tierras de la civilización.

Vamos a liberar a Hengar entonces. - Dijo alegre el norteño. - ¡Estará contento cuando se lo digamos! - Soltó una risotada.

Como mínimo tendría que invitarles a una buena cena. Ya casi se había olvidado de Lilandra. Sabía que habían quedado para cenar juntos y contar historias, pero eso sonaba mucho más aburrido que una buena noche etílica junto a su antiguo amigo Hengar. Sólo esperaba que tras la fiesta, no aparecieran en una celda o de nuevo atados a un poste. Para las historias de Lilandra, ya habría tiempo. Si... tendrían mucho tiempo de contarse cosas a partir de mañana.

Y con estas nuevas prespectivas tan alentadoras, Wido comenzó el camino de regresa a la plaza donde Hengar esperaba ser ajusticiado.

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05/12/2019, 13:05
Lilandra

La joven sacerdotisa tomó su mochila del carro y dejó dejó instrucciones con los guardias para que Trish tomara un par de habitaciones en el Descanso de Kelvin para pasar la noche. Era muy probable que las autoridades no la recibieran durante el día dado el caos desatado por el ataque, y aún así no sabía si el lugar que les asignarían era habitable o no. Una noche en una posada, con comida caliente y camas limpias, harían maravillas por la moral despues de las dos semanas en el carro... especialmente después de una mañana intensa.

Para cuando llegaron a la posada Lilandra había contado a Mishaan, y por lo tanto a la genasi, que los planes inmediatos incluían hablar con las autoridades políticas y religiosas de la ciudad y examinar el solar asignado para la iglesia de Lathander. La fecha de consagración de la piedra del altar dependería en gran parte del trabajo necesario para poner cuatro paredes y un techo sobre el mismo, asi como los espejos necesarios para que el sol del amanecer iluminase la piedra.

Una vez en la posada le extrañó no encontrar a Wido, dado el estado del bárbaro y la ansiedad por mantenerlo que había demostrado tras el combate había asumido que arrastraría a Ramiel a una mesa y aún estarían clavados allí. - No lo sé, pero si no están aquí podemos ir a tu casa. Espérame un momento. - La presencia de los caravaneros y los enanos, mas los viajeros de la caravana que esperaban a las puertas hacían posible una ocupación completa para cuando Trish terminase con sus tareas, por lo que consideró mejor dejarlo resuelto ahora 

- No nos quedaremos ahora, pero volveré más tarde. - le dijo al dueño - Soy Lilandra, sacerdotisa de Lathander. Quisiera reservar dos habitaciones para la noche. - escuchó el nombre del enano y el precio de las habitaciones, el cual pagó sin regatear, y luego recordó que había dado instrucciones  - Más tarde vendrá una mujer de nombre Trish y pedirá lo mismo, confío en que le avisareis que el pago está cubierto. - le describió a Trish a Ogden - Muchas gracias señor Barballamas, nos veremos por la noche. Lathander os bendiga a vos y a vuestro establecimiento. - dió una palmada al dorso de la mano del tabernero y le dedicó una cálida sonrisa.

Luego indicó la puerta con su mano y le dijo a Mishann - Supongo que encontraré a Wido y a Ramiel más tarde aqui mismo, por ahora vayamos a tu casa, ese baño suena cada vez mejor.

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05/12/2019, 18:04
Ramiel Gardeniere

Para ser una mujer que vendía telas, que llevara aquella prenda tan exigua despertó los sentimientos protectores de Ramiel. El problema era que no disponía de más abrigos y dudaba que Wido quisiera prestarle el suyo a la señora Alcott.

-Espere.

Se dirigió a la trastienda como si fuese el dueño y volvió con un abrigo que puso sobre los hombros de la mujer. Una cosa era ser un capullo y otra, descortés. Cuando se aseguró de que la señora Alcott no sufriría una pulmonía, la acompañaron al cuartel. Le costó un poco hacerle entender a Wido que se quedara un poco más atrás, porque sino iba a parecer que estaban escoltando a la mujer y Ramiel permaneció junto a ella para infudirle ánimo. Trató de hacerla hablar sobre cualquier tontería, hasta que llegaron ante el mismísimo capitán de la guardia.

Cuando los hicieron salir, Ramiel se quedó disgustado. No quería que la señora Alcott lo confesara todo, solo que retirase la denuncia... Cuando el aguacil acabó de tomar declaración, el duelista se despistó un segundo cuando mencionó el favor de la Portavoz y sonrió como un gilipollas. Se dio cuenta a tiempo, carraspeó y miró la mano de Markham.

-¿Qué le sucederá a la señora Alcott? No quisiera que sufriera alguna... consecuencia, por dar un testimonio en falso cuando hemos podido solucionar esto de forma civilizada. 

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05/12/2019, 22:26
Markham

El Alguacil Markham mantuvo la mirada de Ramiel unos instantes, con una ausencia emotividad que sólo las piedras podrían igualar.

—La Señora Alcott es una sacerdotisa de Auril —reveló el oficial.

De pronto algunos datos encajaron en la mente del maestro de esgrima: la puerta de la tienda abierta y el gélido ambiente, el hecho de que apenas se echara ropa por encima para salir a la calle y el hecho de que aceptara a regañadientes el abrigo que le había puesto por encima. 

—Como mínimo pasará la noche en el calabozo hasta que investiguemos su posible relación con los ataques de esta mañana.

- Tiradas (1)
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06/12/2019, 09:33
Wido Cuervo Blanco

Wido no acababa de entender la situación. Aquella mentirosa mujer había inculpado a Hengar para que su sacrificio apaciguara la furia de Auril. Ahora el alguacil Markham pensaba que podría estar implicada en los sucesos de aquella mañana. Algo no acababa de cuadrar en todo aquello. Las piezas no le encajaban a ese norteño en su cabezota de bárbaro.

Si no es demasiada intromisión... - Trató de ser educado. Sabía que a la guardia no le solían gustar los irrespetuosos ni los entrometidos. - ¿Por qué cree que podría ser responsable, en parte al menos, del ataque de esta mañana? Quería sacrificar a Hengar para apaciguar a Auril. ¿No? Eso es básicamente lo contrario a... - No acabó la frase. Empezaba a hacerse un lío demasido grande.

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08/12/2019, 11:06
Mishann

El posadero tomó las monedas que le tendiste y anotó todo lo que dijiste, prometiéndote que tendrías preparadas las habitaciones solicitadas cuando las necesitarais. Volvisteis a salir al gélido frío de la calle, y Mishann os guió a hasta su casa. Era un edificio de una planta, como la mayor parte de los edificios de la villa, que evitaba la altura para no estar expuesto al viento que soplaba por encima de la muralla. El interior era bastante sencillo, el único lujo era el suelo cubierto de alfombras para disimular el frío de la piedra. Mishann avivó el fuego con un fuelle y le agregó un par de troncos de madera. Puso a calentar agua en una marmita grande sobre él, para que pudierais disfrutar del baño caliente que os había prometido. 

La sacerdotisa os invitó a sentaros a la mesa, os ofreció queso, fruta y algo de pan ácimo. Hijwyz se asomó para picotear algo y Mishann te preguntó:

—¿Cuáles son tus planes para hoy, Lilandra?

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08/12/2019, 12:24
Ramiel Gardeniere

Ramiel sacudio la cabeza, atónito. Se le escapaban muchas cosas esos días, debía estar distraido con otros asuntos. Asuntos de cama, puñetas. Por suerte el bárbaro parecía haber despertado.

-Ha dicho relación, Wido -comentó Ramiel-. No que fuese la responsable. La responsable es una hechicera, Hengar tiene información sobre ella, yo la he visto esta mañana en el asedio antes de que desapareciese. ¿Es posible que quisiera sacrificar al bárbaro para que la información que trae no llegase nunca?

El espadachín sacudió la cabeza, era demasiado complicado.

-¿Puedo hablar con ella? No sabía que era una sacerdotisa de Auril. Por lo que me ha dicho, simplemente quería evitar otro nuevo ataque, pero ya no estoy seguro de nada. 

 

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08/12/2019, 12:40
Markham

Markham extendió una mano en dirección a Ramiel.

—No, no puede, señor Gardeniere —respondió Markham—, les agradezco su colaboración con la guardia en este asunto, pero yo me encargaré personalmente de ello de ahora en adelante. Es probable que ella no sea la responsable del ataque, o supiera siquiera de su existencia. El culto a Auril está prohibido en Diez Ciudades, y las sectas que se forman suelen ser autosuficientes y estar aisladas del resto, pero este asunto es demasiado grave como para no indagar más sobre este asunto. Tengo que asegurarme de que realmente no tuvo nada que ver, tengo que esclarecer sus motivos para levantar falso testimonio contra ese bárbaro Reghed, tengo que descubrir si hay otros cultistas en la ciudad y además intentar ayudar a la ciudadanía con lo que ha acaecido esta mañana. Estoy muy ocupado, así que si son tan amables... 

El alguacil les señaló la salida con un gesto inflexible.

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08/12/2019, 12:52
Ramiel Gardeniere

Estaba claro que Ramiel no tenía ni puta idea de todo aquello y mejor no meter las narices en asuntos tan serios, que ya bastante tenía con los suyos. Los temas ilegales y prohibidos habían quedado atrás.

-Por supuesto, señor alguacil. Espero que pueda encontrar al responsable. Vamos, Wido -le dijo a su compañero-, saquemos de ahí a Hengar antes de que se le congele el culo y vamos a buscar a Lilandra. Aunque... ¿te importa ir tú a por él? Tengo que pasar por la academia a dejar instrucciones para mi ayudante y mis alumnas, no puedo llevar el negocio si me estoy emborrachando contigo.

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08/12/2019, 13:01
Wido Cuervo Blanco

- Entiendo... - Dejó caer Wido, aunque tanto él como el que le hubiera escuchado decir aquello e incluso el narrador omnisciente, sabían que no había entendido una puñeta de lo que acababa de suceder. Wido alzó la cabeza hacia el cielo implorando perdón a los dioses que regían la realidad en la que se desenvolvía a diario, pues no debería conocer la existencia de un narrador omnisciente y sin embargo... - Estoy divagando... - Dijo de pronto. Aunque tampoco debería conocer la existencia de palabra tan culta. Meneó la cabeza de lado a lado y se dijo a si miso: "hagamos como si ésto no se hubiera escri... sucedido nunca...".


- Entiendo... - Dejó caer Wido. - Si, será mejor que nos vayamos. - Habló pensando en el pobre Hengar, lo estaría pasando mal. - ¿Liberará entonces al Redhed? Nos debe cuanto menos una cena... - Sonrió.

Podía ser que Hengar tuviera información valiosa sobre lo sucedido. Podía ser que supiera más acerca de la bruja de hielo, el culto a Auril, los ataques... Podía saber muchas cosas, pero lo que realmente le importaba a Wido era que le habían liberado haciendo justicia y que ahora comerían bien a su costa, o cenarían... lo que llegase antes. El norteño no tenía demasiado interés en indagar más allá. De momento tenía un trabajo previsto con la enana y tenía que contar historias con Lilandra. 

¡Lialandra! - Pensó algo sobresaltado. - ¡Ramiel, habíamos quedado con Lilandra! - Le dijo. - Vamos a llegar tarde y todavía tenemos que ir a por Hengar... - Y dicho aquello se puso en marcha hacia la liberación de su antiguo amigo. - Yo me encargo, tú haz lo que debas. ¿Dónde era que teníamos que vernos con Lilandra? - Le preguntó.

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08/12/2019, 13:29
Ramiel Gardeniere

-Pues... no lo recuerdo -confesó Ramiel, no sin vergüenza-. ¿En la Comodidad de Kelvin? Sí, creo que era allí. No sé a qué hora llegaré, podéis empezar sin mí, me reuniré con vosotros cuando me asegure de que todo va bien. Tengo que cambiarme de ropa, todavía me duelen las costillas...

Dicho aquello, se despidió de Wido.

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08/12/2019, 13:52
Wido Cuervo Blanco

¡Bien! - Respondió Wido. - ¡Allí nos vemos! - Le soltó un nuevo codazo a Ramiel que le dolió como una puñalada, pues fue en una de sus zonas amoratadas tras el combate. Wido notó el dolor en el rostro de su amigo y soltó una carcajada. - ¡No me seas nenaza!

Y se marchó riendo hacia el lugar donde Hengar permanecía preso, a la intemperie y a la espera de ser ejecutado. Ese cabronazo iba a tener que invitarle a una buena comida, una mejor cena y una borrachera de las que uno acaba en un calabozo.

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08/12/2019, 14:38
Lilandra

Lil apreció la sencillez de la residencia de Mishann, la ausencia de lujos superfluos le recordaba al lugar donde había nacido y se había criado y marcaba un contraste abrupto con la opulencia del templo y las dependencias en Aguas Profundas. Tendría que tener en cuenta ésta y muchas otras consideraciones a la hora de edificar o restaurar el templo. Debía adecuarse a la gente de la zona si quería ser aceptada, pero sin traicionar los preceptos de Lathander, de forma de poder traer la calidez y la luz del amanecer a sus vidas.

- Mis planes para el día incluían reunirme con el portavoz de la ciudad o alguno de sus secretarios para saber si ya han elegido un solar para el templo, y de ser así tomar posesión del mismo y evaluar el trabajo por delante. - dijo mientras tomaba un poco de pan y queso. Tomó un bocado y aprovechó el tiempo de masticar y tragar educadamente para recordar la ajustada pero flexible agenda que Trish había creado. - También planeaba, en lo posible, reunirme con el principal de la tríada o sus representantes para presentar mis respetos y evaluar la situación religiosa de la ciudad. - Miró a Mishann con una sonrisa - Aunque creo que para lo segundo puedo recurrir a ti, confío más en tu juicio al respero. Pero no ahora, mas tarde podemos hablar del tema.

Tomó unas frutas y comió un poco, el combate le había habiero el apetito y si bien la escena posterior había cerrado esa puerta, notaba como a medida que lo alimentaba su estómago le reclamaba más y más alimento. - Claro que los trolls han hecho más que alterar mis planes, han alterado las vidas de todos en la ciudad y no se si será posible reunirse con la gente importante. Supongo que estarán abocados a la tarea de recomponer lo recuperable y lamentar lo perdido. - se encogió de hombros y sonrió - Y aquí nuevamente tengo que confiar en tu criterio querida Mishann, tu conoces el pulso de esta ciudad mejor que yo y necesito que seas mi guia. Pero lo que decidamos puede esperar a que calentemos nuestros cuerpos y purifiquemos nuestras almas con un buen baño.

Miró entonces a la genasi y recordó que no era la única que tenía preguntas para la joven - Por cierto, Nahyeeda tiene unas preguntas que hacerte con respecto a un conocido nuestro que puede haber pasado por aquí, me gustaría escuchar pero son asuntos de los arpistas y hace un año que no trabajo con ellos, si debo permanecer al margen aprovecharé para tomar ese baño. - Lilandra esperó la decisión de las mujeres con respecto a su presencia durante esa charla, si decidían que debía retirarse respetaría la decisión. Los Arpistas eran una sociedad secretiva incluso entre sus propios rangos, algo necesario para evitar que la captura de un miembro no resultara en la caida de toda la organización.