Partida Rol por web

En ese momento se acerca Eli Wallace, el asistente de enfermería de la nave. Y lo hace con una jeringa en la mano y una amplia sonrisa en su redondo rostro:

- Vaya, vaya, vaya... -murmura por lo bajo- Mira tú la de vueltas que da la vida... un día estás a punto de ser sometido a una inspección de cavidades internas y al siguiente...

Es evidente que está disfrutando con la situación.

- Pero no se preocupe, Quaritch, en realidad no le guardo ningún rencor, usted simplemente demostraba profesionalidad -un brillo maligno en su mirada desmiente esas palabras- Igual que voy a hacer yo ahora mismo, recogiendo unas muestras biológicas que sin duda estarán libres de cualquier psicofármaco o estupefaciente...

Su sonrisa se agranda por momentos...

Miles dudaba mucho que aquello fuera parte de las instrucciones de la Consejera Wray, pero tampoco tenía nada que ocultar: no encontrarían ningún psicofármaco o estupefaciente, no en su sangre, no desde luego desde aquel incidente...

No en su sangre, aunque si tenía que certificarlo aquel puto gordo de mierda...

- En mis muestras te puedo asegurar que no, Wallace - Quaritch le dedicó una larga mirada mientras se retiraba la camisa para dejar el brazo libre y permitir la extracción de sangre - aunque a los que no son tan profesionales como yo y traspapelan muestras por "accidente"... siempre pueden sufrir "accidentes"... cosas que ocurren por ser descuidados.

Miles le ofrece el brazo, esperando que al menos no prepare una sangría y sepa clavar una jodida aguja en la vena antes del tercer intento.

La irritante sonrisilla se borra de pronto de la cara de Wallace. Y se queda muy callado. De hecho, incluso puede verse una gota de sudor que perla su frente cuando hace la extracción, aunque sale a la primera pese a temblarle un poco el pulso.

- Deje una muestra de orina en este bote y puede marcharse -dice con tono neutro y voz algo aguda- Cuando lo entregue, la revisión habrá terminado. Ya puede decirle al siguiente que venga...
 

Miles no puede evitar sentirse plenamente satisfecho, suficientemente satisfecho incluso para olvidar donde se encuentra. Borrarle la sonrisa a los listillos siempre ha sido todo una gozada, eso si que no cambia con los años. No obstante, tiene el decoro de no mostrar abiertamente su tremenda satisfacción personal.

Quaritch recoge el recipiente y en el lugar habilitado para ello que le indiquen hace la toma de la muestra para regresar con el botecito bien cerrado. Si al final cuando uno esta satisfecho se nota.

- Que tengan un buen dia, señor Wallace, doctora Roslin... - se despide - y si alguien se pone nervioso y hay que sujetarlo... - deja caer al final para que cuenten con él. No es que eso vaya a ser un gran desafio, ni un sangriento combate, pero si sería mejor que tomar pseudo-"algo" en la cafetería. 

Al final la visita a la enfermería ha sido todo un acierto, el pinchazo ha valido la pena.

Tras una buena siesta, merecida después de la charla con Gaius y Bester, decido estirar las piernas y despejar la cabeza. No tengo demasiado ánimo tras las revelaciones que ambos me han hecho, pero debo ocupar la tarde pues las tareas se amontonan. 

Al menos visito a alguien en cuya presencia me siento cómodo.

Toco a la puerta de la enfermería y, tras la espera que imponen las normas de cortesía, abro la puerta.

- Buenas tardes doctora Roslin ¿la interrumpo? -pregunto mientras busco a la mujer con la mirada.

Llaman a la puerta de la enfermería y al cabo de un instante asoma el comandante William Adama, encontrando en el interior al cabo Miles Quaritch que acaba de someterse a la revisión médica.

Por fortuna, el corpulento hombretón ya había terminado y estaba a punto de retirarse... mientras la dorctora Roslin y el enfermero Wallace parecen estar anotando resultados en sus paneles de registro de datos.

Laura Roslin alza el rostro con una sonrisa al oír la voz de Adama:

- Comandante, me alegro de ver que da usted ejemplo a sus hombres -comenta con buen humor- Pase por favor, acabamos de terminar con el señor Quaritch... será usted el tercero en pasar por aquí...

Una vez recibida la invitación me decido a entrar y saludo a todos los presentes -Doctora Roslin, señor Wallace, cabo Quaritch -con este último no dudo en usar el saludo militar como forma de respeto hacia él.

- Como ya dije, la revisión médica es algo muy importante, especialmente cuando uno ya no tiene edad para el trabajo de campo -digo afablemente, incluso bromeando- Cabo Quaritch, me gustaría compartir con usted una comida en algún momento del viaje, con el único fin de tener una buena conversación.

Miles Quaritch devuelve el saludo militar con un lacónico:

- Señor -llevando el dorso de la mano a la frente con una leve inclinación de cabeza.

Y luego abandona el camarote sin concretar esa comida. Desde luego, es hombre de pocas palabras.

Una vez a solas saco un pequeño frasco de mi chaqueta y se lo ofrezco a la doctora Roslin - Doctora, me haría un gran favor si usted analizara personalmente el contenido de este recipiente. Quiero dos copias de dicho informe y que no se guarde registro alguno sobre mi petición y dicho análisis. Seguramente no sea nada pero ya sabe, los años me han hecho ser precavido -concluyo con una sonrisa, dejando los nutrientes en la mano de la doctora. Es obvio que, dada mi petición, quiero que sea ella quién cumpla mis órdenes pues no termino de fiarme de su ayudante.

Y ya estoy preparado para la revisión, prometo no quejarme demasiado -añado desviando el tema de conversación para evitar preguntas incómodas. En cuanto acabara charlaría a solas con la doctora, dándole si es necesario más información y haciendo las preguntas precisas sobre Young.

Laura Roslin parece algo desconcertada por la inusual petición:

- Comandante, esto es muy... iregular... supone saltarse todo el procedimiento -parece tener ciertas reservas, pero no tarda en superarlas- Sin embargo, voy a hacer lo que me has pedido, Will... doy por sentado que se trata de algo importante para la misión, o no estarías acudiendo a canales extraoficiales para hacerlo.

Una importante muestra de confianza. Esperemos que nada de esto salga a la luz nunca.

- La revisión es un simple protocolo, ya lo sabes, me bastará con una revisión física y un análisis de sangre y orina -recupera el tono distendido pero profesional que suele dar a su relación con el paciente- A ver, abre la boca y saca la lengua...

El primer rechazo de la doctora no me incomoda, al contrario, me alegra pues hace notar que es una gran profesional y muy legal. Pronto le contaré todo lo que pueda sobre ello. Y no me importaría compartir una cena con ella.

- Gracias -respondo con celeridad para seguir las órdenes de la doctora y comenzar el chequeo. En cuanto tengo oportunidad doy nueva información a la mujer, procurando que su ayudante no escuche demasiado- Hagamos una cosa doctora, haga el análisis y venga esta noche a cenar a mi camarote. Le daré toda la información necesaria para que entienda la situación y, si no le parece adecuado, puede destruir los análisis sin darme los resultados. Usted es demasiado valiosa para no tener en cuenta su palabra.

Roslin parece impresionada por la propuesta del comandante:

- Es muy generoso por su parte depositar esa confianza en mi persona, William -reconoce- Aunque no puedo garantizarle que vaya a tener esos resultados tan pronto, esta enfermería está dotada de la mejor tecnología pero todavía no sé a lo que me enfrento...

Sonrío ante la respuesta de la doctora. Es cierto que estoy acortando los plazos de ese análisis por mi propio desconocimiento de la materia, algo que puede herir a mi gran aliada...

-Es cierto doctora, siento el error por mi parte, soy tan profano en la materia científica que creo que todo se soluciona apretando los botones adecuados. Pese a mis años aún tengo mucho que aprender. De todos modos la invitación sigue en pie con la finalidad de explicarle todo lo relativo a mi petición.

Laura se sonríe ante la cortés muestra de modestia del comandante.

- Todos tenemos mucho que aprender, William, aunque me asombra lo mucho que ignoraba acerca de los impecables y galantes modales de los oficiales de la Armada Estelar -todo un cumplido muy sutilmente expresado- Te tomo la palabra respecto a esa cena y esas explicaciones... esta noche a las diez.

Y acto seguido toma los comprimidos de muestra y se dirige al laboratorio de análisis clínicos.

- Muchas gracias por todo doctora Roslin, nos veremos allí por la noche.

- Por cierto, ¿que vino prefiere, blanco o tinto? Es para pedir una cena adecuada a la bebida que tomemos -pregunto con cortesía justo antes de salir de la enfermería.

Tras escuchar su respuesta salgo y continúo con los quehaceres de mi puesto.

Laura Roslin compagina durante el resto de la jornada sus deberes como médico de a bordo, en este caso realizando las revisiones físicas y analíticas de todos y cada uno de los tripulantes, con el examen del comprimido que le ha encargado personalmente William Adama. Para ello emplea un espectrógrafo químico que identificará sus componentes esenciales.

El comandante Adama acompaña personalmente al alferez Young hasta la enfermería de la nave, tras el desagradable incidente que éste ha sufrido en el comedor común, cuando en teoría se relajaba conversando con el jefe científico y se ha visto tan dramáticamente "indispuesto".

Desde luego Everett Young no parece el hombre que siempre ha sido, un oficial de aspecto impoluto y presencia impecable, seguro de si mismo y con un indudable éxito social, un verdadero dandy... en estos momentos es apenas una triste sombra distorsionada de todo eso, la viva imagen de la derrota.

Está completamente hundido, se diría que de él emana el fétido hedor del fracaso.

Una vez más me encuentro de camino a la enfermería aunque esta visita no estaba prevista en mi día.

- Nunca me imaginé que le vería en este estado Alferez Young. Me gustaría hablar personalmente con usted, como ya le dije, mañana al mediodía. Ahora vamos a ver a la doctora -ordeno a Young interesándome por su situación y dejándole claro que me sorprende lo ocurrido.

Una vez en la enfermería toco con educación pero no me demoro en entrar.

- Doctora Roslin, siento molestarla de nuevo pero el señor Young necesita de su atención. Como ve no se encuentra bien y, creame, pocas personas hay en todo el universo con un código de conducta, de valores y de etiqueta tan excelentes como los de este hombre.