Partida Rol por web

Estación Orbital Nostromo, principal astillero espacial de la Weyland-Yutani Corporation.

El vuelo orbital ha sido plácido y vuestra lanzadera recibe los códigos que autorizan el acoplamiento en una de las muchas plataformas de atraque. La actividad aquí es contínua, tanto desde el punto de vista de la constante entrada y salida de naves, la mayoría lanzaderas de carga que aportan materiales de construcción, como desde la óptica del abrumador movimiento que podéis atisbar sobre los astilleros mecanizados, donde centenares de droides trabajan sin cesar, siguiendo programas de construcción automatizados, ocupándose de la parte más pesada y peligrosa del trabajo en condiciones de vacío.

Hoy día los operarios humanos apenas deben exponerse a las rigurosas condiciones del trabajo extra-atmosférico, para eso están los droides de construcción que trabajan siguiendo rutas programadas y además pueden recibir instrucciones específicas para adaptarse a nuevas tareas, mediante una simple transmisión codificada.

De vuelta al servicio.

Un día más en la marina colonial es como un fabuloso día en el campo, cada comida un banquete, cada cheque de pago una fortuna, cada formación un desfile. O al menos eso decía ese viejo cabrón del Sargento Apone en la academia.

Luego la realidad es la que es.

Os han vuelto a embarcar en una lanzadera medio desvencijada, seguramente con decenas de miles de horas de vuelo a cuestas. Los medios materiales del ONUG no son precisamente lo más puntero.

Aunque al menos esta vez la cosa va a cambiar a mejor. A peor iba a ser difícil. Pero bueno, la cuestión es que en esta misión os dejaréis la piel trabajando para el sector privado, nada menos que para dos de las grandes. Y ahí es donde está el dinero. Igual hasta os cae algo.

Por lo visto los mamones de la Weyland-Yutani se han aliado con los hijos de puta de la Weltherrschaft Korporatsiya para sacar adelante ese loco proyecto de colonización del sistema Tau-Ceti, no hace más que salir por las noticias.

Lo normal es que cuando dos capullos como esos se junten sea para dar mejor por culo a todos los demás, pero mira tú por dónde, ahora resulta que lo hacen por el bien de la humanidad. Contando con la bendición y el apoyo del ONUG. Hasta les han proporcionado un contingente de tropas para no sé qué misión en el espacio… y precisamente por eso estáis aquí vosotros.

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero es que no hay color, en cuanto echáis un ojo por las escotillas a esa Estación Orbital Nostromo quedáis impresionados. Y cuando vuestra triste lanzadera por fin atraca en uno de sus muelles de carga, queda en evidencia frente a todo lo que os rodea. Esto sí que es tecnología punta. Material de primera.

Igual hasta os asignan a una nave en la que no te encuentres tornillos en los zapatos cuando sales de la hibernación, obligándote a preguntarte de dónde demonios se habrán soltado… y si lo que sujetaban era de verdad importante para la nave. Son el tipo de cosas que te hacen cuestionarte si seguirás vivo dentro de unas horas en medio del vacío del espacio, cuando alguna placa de aislamiento salte y se produzca una descompresión explosiva...

Pero bueno, según aquél cabronazo de Apone, eso era bueno para templar los nervios de los marines coloniales, así aprendíais a soportar mejor la incertidumbre.

El sargento al mando de la unidad se afana en dejar las cosas claras:

- Soldados, espero que sepan comportarse - advierte - Todos estamos de servicio desde el mismo momento en que pusimos un pie en esa lanzadera, así que no quiero tonterías, el tiempo de permiso quedó allá abajo... renunciamos voluntariamente a cambio de una buena suma... y todos hemos firmado un contrato privado con la W-Y y la WK, así que para una vez que vamos a cobrar bien por nuestro trabajo - comenta con ironía - ganémonos el sueldo.

Y dicho esto se dirige hacia una terminal y teclea un código que os muestra el camino hasta el Dique Nº2 en un plano holográfico. Es justo donde debéis presentaros.

Uno de los militares demuestra que sabe contar y hace la pregunta adecuada:

- Señor, aparte de usted somos seis, un sólo escuadrón - destaca la evidencia - Y como todos sabemos la dotación estandar de un Crucero de Combate es de doce marines, dos escuadrones... al subir a la lanzadera pensé que nos reuniríamos con el resto de nuestros compañeros en destino - razona - Pero empiezo a pensar que no va a ser así. Aquí no hay ninguna otra lanzadera del ONUG.

Ha adoptado una posición marcial de descanso, en todo momento muestra el debido respeto y sigue las ordenanzas al pie de la letra... pero sus palabras desatan la duda:

- Si me permite la pregunta, señor.... ¿Vamos a estar bajo mando militar o a las órdenes de civiles?

El suboficial frunce el ceño pero contesta de forma calmada. Y es minucioso:

- Aunque esta misión siga las directrices de dos grandes Mega-Corporaciones, está oficialmente bajo el mando militar del ONUG y obedeceremos órdenes de un comandante y un estado mayor al uso - afirma con toda convicción - Hacia los que tanto ustedes como yo mostraremos la obediencia debida, siguiendo siempre la escala de mando de la Armada Estelar.

Mira de reojo al soldado Matthew y luego pasea la vista por sus compañeros antes de continuar:

- Según se me ha informado, serviremos en una nave de nueva factura de clase Barracuda, que está acabando de recibir las últimas modificaciones en estos astilleros - informa a la tropa - Su diseño se ha adaptado para acoger una tripulación ampliada, que incluye personal científico y civil, por lo que la dotación usual de marines coloniales se ha reducido a una sola escuadra... pero no sufran por ello, recibiremos refuerzos no ordinarios que compensarán de sobras esa reducción de potencia de fuego.

Sin poder contener su bravuconería, Aiden Ford bromea en voz alta:

- Le aseguro que no nos "preocupa" ser la única escuadra, sargento - fanfarronea - Nosostos seis nos bastamos y sobramos para darle cera a cualquiera que se nos ponga por delante... ¡Y supongo que cuantos menos seamos, a más tocamos! ¿No?

- No irás tan sobrado si te pillan en una emboscada de contrabandistas... como la de Deimos, en la órbita de Marte - comenta un soldado más veterano de evidente ascendencia hispana - Allí nos metimos en un fuego cruzado... y con traje de vacío, cuando un sólo impacto es la muerte y tienes las horas de oxígeno contadas - una situación comprometida, desde luego - Todavía doy gracias al Creador por haber salído entero de aquello - se santigua al estilo de la Iglesia Renacida - Y créeme, cuando las cosas se ponen difíciles, toda ayuda es poca. A mí no me hace ninguna falta "tocar a más".

—Dejaos de mierdas y mirar a vuestro alrededor, tíos —dijo el hombretón estirando las piernas y lanzando un sonoro silbido—. Aquí manejan pasta. A cholón.

Y si hay mucho pez gordo a bordo, añadió para sí, bien podría desplumarlos a las cartas, que me he quedao jodidamente tieso con la mierda de la pensión.

—¿Y quiénes van a ser esos refuerzos no ordinarios, Sargento? —preguntó el soldado arrastrando las palabras—. Porque me da en la nariz que si los han comprao los corpo-yupies estos, esos refuerzos van a ir muy de sobraos. Y no me molan los sobraos —añadió.

Maxwell mascaba su inseparable chicle en silencio, hasta que no puede aguantar lo que piensa dentro.

- Pues qué queréis que os diga... a mi lo que me toca más los huevos, y bastante, es trabajar para las Mega-Corporaciones... Yo me dejo el lomo, me juego la piel y ellos se guardan la pasta...

- Menudos hijos de puta son todos estos trajeados...

Negaba con la cabeza

- Pero bueno, sí es cierto que pagan mejor que la ONUG y que las últimas misiones...

- Sólo espero que sea rápido y fácil... sonrió mirando a todos. ¿Que no?

Las corporaciones no son famosas por malgastar su dinero así que si nos han traído solo a nosotros será porque tienen otros recursos que nos apoyarán, o porque la misión no presenta una dificultad demasiado elevada -responde el suboficial tratando de dar una explicación a la ausencia de la otra escuadra -Esperemos estar pronto en casa para disfrutar de una buena paga. A todos nos molesta trabajar para los hombres de la chaqueta, pero sabemos de sobra que el ONUG es más de lo mismo, una sociedad que los poderosos manejan a su antojo. En este mundo solo podemos fiarnos de nuestros compañeros de escuadra -dijo mirando a los hombres reunidos bajo su mando -y de nuestras chicas -concluyó en clara referencia a sus armas.

Habia permanecido en silencio, escuchando al resto, pensativo. Aquel lugar me habia impresionado, no iba a negarlo pero claro... todo es más impresionante cuando hay dinero de por medio, ¿no?

A decir verdad, no me hacia demasiada gracia aquella mision. Yo estaba alli por un motivo, un motivo muy claro: hacer las cosas bien, ser ese justiciero que el mundo necesita a veces, ser capaz de ayudar a que las cosas fueran mejor. Yo no estaba alli para hacer de puta de las corporaciones. Aunque pareciera mentira, no era su dinero lo que queria. Vale que era necesario, pero aquella sensacion de sentirme como un mercenario, de sentirme sucio... No, aquel no era mi estilo, ni aquel era mi lugar. Sin embargo, por desgracia, no era yo quien decidia mi destino, no era yo quien aceptaba o rechazaba la mision.

Y alli estaba ahora, escuchando al resto de la escuadra conjeturar sobre nuestra presencia en este lugar, sobre el porqué de un solo grupo, en lugar de dos.

-¿Han dado algun detalle más sobre nuestra presencia aqui o se supone que solo hemos venido "por si acaso"? - pregunte entonces, mirando al sargento, con aire pensativo. Era como si mi mente necesitara una excusa, algo que justificara mi presencia alli ante mi enorme moral.

El sargento Pentecost tuerce el gesto, incapaz de proporcionar una respuesta.

- De momento, lo único que sabemos es que tenemos que presentarnos en el Dique nº2 para embarcar en ese nuevo Crucero Estelar que están construyendo aquí – masculla – Así que empecemos a movernos, no vamos a empezar llegando tarde ante nuestro nuevo comandante…

Y dando ejemplo a sus hombres, se echa el petate al hombro para abrir la marcha.

Esta Estación Orbital es realmente grande, no en vano son los mayores astilleros espaciales de la Weiland-Yutani Corporation. Debe haber miles de operarios trabajando incesantemente en diversas secciones, decenas de lanzaderas entrando y saliendo de forma contínua por sus múltiples compuertas de carga. Esto le hace sentirse a uno minúsculo…

Pero un verdadero Marine Colonial se sacude esa sensación de debilidad de encima como quién espanta a una mosca. Tenéis un objetivo y vais a cumplirlo. Todo lo demás sobra.

La llegada a la Estación Orbital Nostromo os conduce a un gigantesco hangar perfectamente señalizado pero de tales dimensiones que os hace parecer insignificantes.

Y tan pronto como abandonáis la compuerta de embarque para acceder a uno de los cuatro cuerpos principales de la estación, la escala se magnifica todavía más. Esto es realmente inmenso. Tanto que abruma...

Por fortuna, enseguida se os aproxima un oficial de seguridad que saluda solícito:

- Sean bienvenidos a la Estación Orbital Nostromo – saluda con gesto militar por la presencia de dos oficiales uniformados, aunque se dirige en todo momento a Mr. Smith – Soy el Teniente Motti, del cuerpo de seguridad, si me permiten les guiaré hasta el Dique nº 2, allí es donde hemos citado a todo el personal del AURORA – parlotea sin cesar y eso es señal inequívoca de cierto nerviosismo, que se justifica por la siguiente frase – Todas las modificaciones de la nave están a punto de concluirse, hemos trabajado a doble turno, pero entiendan que nos han avisado con muy poco margen…

Una corriente de información aflora de súbito a tu psique, abocada directamente en tu cortex prefrontal, a través del implante neural que te mantiene conectado al programa Bibliotecario 6.03. Pues la recien revelada Inteligencia Artificial sigue actuando en todo momento para cumplir tus instrucciones: sondear los núcleos de memoria de la humaniode sintética que cumple funciones de secretaria personal de ese tal Mr. Smith.

- Durante el viaje en la Lanzadera de la Weyland-Yutani, nuestro gran hombre ha aprovechado mucho el tiempo -te informa con una ironía que no le conocías, pero que cuadra muy bien con el emulador de carácter de Shelly Godfrey, ella era muy ácida cuando quería- Acaba de cargar en los bancos de memoria de su replicante un interesante fichero de datos sonbre el personal que piensa reclutar, por lo visto lo tenía en una CPU externa no conectada -y añade con tono de mofa- Muy mala jugada, Mr. Smith...

—Seis, no sé qué haría sin ti —le dijo Gaius a su IA mientras repasaba los documentos descargados por la replicante.

Muy interesante, así que finalmente fue la W-Y la que estuvo detrás del incidente de Sedna que protagonizó el comandante Adama. ¿Por qué le habrían elegido para comandar la misión entonces? Tendría que investigar un poco más.

Más inquietante todavía era la presencia de un criminal de alta seguridad, de una presunta psiónica y de un soldado probeta –si es que tal cosa es realmente posible. ¿Por querría la W-Y tener elementos como aquellos abordo? ¿O sería cosa de la ONUG?

—Repasa el código de los viejos los programas de intrusión y decodificación. Vamos a ver si esta noche conseguimos asaltar el servidor central de la estación y sacamos algo más de información sobre la agenda y los intereses de la W-Y en el proyecto. Y quizás de paso sobre los incidentes de Sedna. 

El doctor Baltar siguió silencioso al solitario teniente que les salió a su encuentro. Gaius escuchaba ausente las palabras de bienvenida del oficial, más interesado en la inmensa mega-estructura que era la estación orbital, y en la cantidad de dispositivos electrónicos, que en otra cosa.

A pesar de la crudeza del armatoste orbital, enseguida reparó en que los equipos tecnológicos y la mayoría de los dispositivos eran relativamente punteros. Saltaba a la vista que la Weyland-Yuntai había realizado un gran desembolso para construir aquella estación. Esperaba que sus dependencias estuviesen también a la altura y fuesen lo suficientemente cómodas. 

Smith durante el trayecto explica a Baltar el motivo de su requerimiento a participar en la misión.

La desaparición de un transporte de mineral desde Mercurio hasta la base de ensamblaje del Gift of God, nave que permitirá el desplazamiento a Tau Ceti y que todavía se está construyendo, en los astilleros de la Base de Caronte, en la órbita de Plutón.

Dicha desaparición se produjo tras pasar Marte, a la altura del Cinturón de asteroides.

Y no tenemos ni rastro...

"Más adelante, con toda tranquilidad, le responderé a las preguntas que le surjan, si es que puedo ayudarle, claro." Le comentó justo antes de llegar.

-Estoy seguro de que todo estará en perfecto orden de funcionamiento, teniente. Desde luego más le vale.

-¿Sabe si somos los últimos? ¿o aún falta gente por llegar? Dijo paseando la mirada por el amplísimo espacio del que, de alguna manera, se sentía parte.

Motti se conduce de modo servil ante el alto directivo:

- Oh, por supuesto que todo estará en perfecto estado para cuando embarquen - asegura - Simplemente hemos tenido que adaptarnos al espacio que había, según las indicaciones que nos han ido dando... eso ha obligado a desplazar algunos cubículos y camarotes de oficiales y suboficiales - echa una mirada de soslayo a los dos hombres de uniforme - Pero no es nada que no se pueda solventar con un poco de buena fe y genuino espíritu de servicio...

Intenta parecer entusiasta, pero eso no ha sonado del todo bien. Sin embargo aun es pronto para opinar.

- Además, el laboratorio que hemos intalado es lo más sofisticado que he visto nunca, cómo se nota que la Weyland-Yutani tiene acceso a la tecnología más puntera - se vanagloria - Aunque hemos tenido que sacrificar el gimnasio y la sala de tiro de la nave, supongo que los marines coloniales tendrán que aguantarse... de todos modos, sólo van a ser la mitad de la dotación habitual, tendiendo en cuenta que la capacidad de soporte vital está limitada y debía dar cabida a todo ese personal civil y científico...