Partida Rol por web

Estación Residencial Elysium, en el Cinturón Orbital Terrestre.

Esta mañana había un nuevo mensaje en el correo entrante. Otro intento más de tu hijo de contactar contigo, de citaros para hablar en persona. De disculparse, supones… antes de irse.

Porque desde luego no va a renunciar a sus planes de embarcarse en ese absurdo proyecto de colonización de Tau-Ceti. Es demasiado testarudo, jamás dará su brazo a torcer. Y arrastrará con él a la pobre Dualla, le quiere demasiado y le seguiría hasta el fin del mundo. Que es exactamente lo que ese inconsciente de Lee acaba de pedirle. Un viaje que comporta estar en animación suspendida durante noventa años. Una despedida para siempre, de ellos dos y de tus futuros nietos, si es que vienen al mundo, pues jamás los conocerías. Será casi como si hubieran muerto para ti, como si tú hubieras muerto para ellos desde el mismo instante en que suban a esa Nave de Tránsito.

Por eso discutisteis. Y por eso no atiendes sus llamadas.

Posiblemente al final hubieras llegado a hacerte a la idea de esta separación definitiva, por muy dolorosa que te resulte, pero las cosas que dijo Lee sobre su difunto hermano son imperdonables, insinuó que te había ocultado algunos detalles sobre su muerte, hace ya cerca de quince años… para no hacerte daño. Claro, por eso lo suelta ahora. Cuando le echaste en cara que Zak no hubiera abandonado su deber aquí, su familia y sus responsabilidades.

Puede que sintiese despecho al compararle con su hermano mayor, tantos años más tarde, pero sabe mejor que nadie que no pudiste acudir al funeral por estar destinado en Plutón, había diez meses de vuelo… por eso tuviste que asistir por teleconferencia. En el fondo nunca te lo has perdonado, no tuviste ocasión de despedirte de tu hijo igual que no pudiste hacerlo de tu esposa, Caroline, cuando se la llevó el cáncer. Es la eterna maldición de servir en la Armada Estelar, os envían a misiones que pueden durar años, nunca estáis en casa cuando realmente hace falta. Pero tanto da, puede que no estuvieses ahí pero no te hace falta para estar seguro de que tu hijo, tu Zak, no tomaba drogas. Que no sufría delirios paranoides ni subió a esa lanzadera con sus facultades alteradas… puede que el parte oficial se limite a reseñar un accidente “en unas maniobras rutinarias” pero sabes que esa vieja mentira no encubre una negligencia por su parte. Simplemente es imposible. Y su hermano también debería saberlo.

Deberías llamar a Saúl para distraerte. Para salir un poco, llevas demasiado tiempo encerrado entre estas cuatro paredes, tu pensión apenas alcanza para permitirte la residencia aquí en Elysium, en una vivienda muy sencilla y ciertamente pequeña. Aunque para eso están los jardines públicos, ahí fuera. Deberías salir a pasear, como hacen los jubilados. Y de paso asegurarte de que ese viejo cabrón de Saúl Thig no vuelve a beber y a meterse en líos. Su condición de oficial retirado no va a salvarle siempre del calabozo y sabes que un nuevo arresto podría suponerle la expulsión de esta Plataforma Orbital Residencial. Si lo envían ahí abajo, a la Tierra, se matará en un mes. No merece ese destino, es un tipo leal, aunque a veces no sepa controlar sus impulsos…

A ti también te cuesta lo tuyo a veces. Puedes comprenderle muy bien.

Pero espera… ¿qué es eso? Parece que un transporte eléctrico acaba de parar ante tu puerta. Vienen a buscarte, eso está claro, ninguno de tus vecinos llamaría la atención de una Mega-Corporación como la Weyland-Yutani, y ese es el emblema que aparece en el vehículo. De él descienden un tipo estirado con pinta de ejecutivo corporativo y su guapa secretaria, toda una modelo, de esas que sólo están ahí para impresionar.

Contemplas desde la ventana como caminan hasta tu puerta y enseguida suena el timbre...

Tu primera parada lógica es la residencia del Comanante Adama, puesto que vive aquí mismo, en Elysium... y va a ser la pieza angular sobre la que construirás todo el equipo humano de este Proyecto Salvaguarda.

Aunque la verdad, no puedes evitar sorprenderte un tanto de que su residencia particular se encuentre en una zona tan vulgar, donde se apilan las viviendas más humildes, aquellas pertenecientes a los funcionaros de medio pelo que a duras penas han logrado costearse una plaza en este elitista lugar.

Claro que la pensión de un militar en la reserva tampoco debe ser gran cosa...

En cualquier modo, Ms. Monnipenny te indica con esa certeza absoluta con que hace cualquier cosa que este es el sitio, así que sólo te queda encararte de una vez con ese hombre. Y lograr que acepte tu propuesta.

Bien bien... el primer hombre será el Comandante Adama, obviamente... Es la persona ideal para dirigir la misión eficientemente y evitar suspicacias entre las partes.

Así que abrió su ficha en el ordenador codificado que Marcus le había dado.

Comandante William Adama: 35 años de servicio en la Armada Estelar del ONUG. Hoja de servicio impecable. Viudo, dos hijos, ambos en la Armada, el mayor Zak Adama muerto en combate, en una misión no reconocida, oficialmente declarado “accidente en unas maniobras rutinarias”. Su hijo menor, Lee Adama, abandonó la carrera militar para volver a la vida civil y hacerse abogado laboralista (considerado un liberal inofensivo).

El comandante Adama estuvo al mando del Crucero Estelar Spektor que investigó el escándalo de la base secreta de la Weyland Corp. en el planetoide Sedna, del Cinturón de Kuiper, en el año 2195 (bajo la sospecha de desarrollar una investigación sobre IA). La base fue abandonada y demolida antes de su llegada, pero demostró una diligencia excesiva en su investigación, por lo que movimos hilos para que fuera destinado a Plutón. Sin embargo eso nos demostró que es un hombre de principios, inaccesible a todo intento de influencia o disuasión.

NOTA ESPECIAL: Lee Adama y su esposa Anastasia Dualla han tramitado su petición para formar parte de los 1750 colonos que serán embarcados en el Gift od God dentro del Proyecto Tau-Ceti.

La aprobación va a ser concedida.

Una vez se hubo ido Marcus, Aris se transformó. Pasó a ser Mr Smith, ni siquiera era John Smith, nombre oficial; era Smith, a secas para la inmensa mayoría.

Señorita Monnipenny, arréglese que salimos en el acto.

La presencia femenina siempre suaviza la frialdad de un encuentro a solas con un hombre como Smith.

Mete la computadora en un maletín de piel sintética y va hacia el vehículo eléctrico del semisótano. Monnipenny se pone al volante como de costumbre.

Señorita Monnipenny, vamos hacia el distrito Buenos Aires. Ponga en el navegador la calle de La Plata 155. Gracias. Dijo mecánicamente.

El trayecto atrae la mirada de Smith. No suele ir por esos barrios, no son los suyos. Piensa en que si Adama vive allá es porque no puede permitirse nada mejor, por lo que, podríamos decir, no tiene una gran holgura económica... cosa que la Weyland puede solucionar, claro.

Llegan sin más ante la casa del número 155. Desciende del vehículo y observa con detenimiento la casa. Bastante humilde, pero bien arreglada.

Se acerca a la puerta y pica al timbre, quitándose acto seguido las gafas y colocándoselas en el bolsillo de la americana de su impoluto traje. Con la mano izquierda sigue asiendo su cartera y Monnipenny está a su izquierda, pero ligeramente tras él.

A ver Smith, una sonrisa como tú sabes. Recuerda lo importante que es una buena primera impresión...

El timbre resuena por tu pequeño apartamento con su pitido electrónico... una vez... dos veces...

Preocupado por la situación de mi único vástago con vida me debato entre abrir a los recién llegados o ignorarlos. Bastantes problemas me rodean pese a la jubilación como para recibir la visita de trabajadores de la Weyland-Yutani Corp.

El timbre sigue insistiendo por lo que me acerco a la ventana y miro a los recién llegados. El hombre parece uno de esos depravados empresarios, hombres sin valores cuyo objetivo en la vida es únicamente el dinero. La secretaria es una auténtica belleza pero hace tiempo que dejé de mirar a las mujeres de la misma forma que lo hacía en mi juventud. 

Te añoro tanto Caroline.

Me acerco a la puerta y la abro sin dudar -Buenos días ¿que les ha traído aquí? -pregunto sin andarme con rodeos.

Buenos días Comandante Adama, es obvio de que van informados, aunque ahora técnicamente ya no sea comandante, por lo menos en activo, mi nombre es John Smith, dijo con una sonrisa. Y ella es mi secretaria Monnipenny. Dice señalando con la mano al bellezón que le acompaña y que luce otra sonrisa.

Le extiende la mano cortésmente. Me gustaría hablar con usted de un tema de Vital Importancia, dice resaltando con énfasis esas dos últimas palabras.

¿Tendría unos minutos para escucharme?...

Piense que el tema en cuestión es un grave problema que afecta a toda la humanidad. Comenta algo más bajo. Desde luego no parecen naderías,aunque la sonrisa sigue pegada en su cara.

Así que si fuera tan amable de permitirnos pasar... se lo ruego, dice al final ante las evidentes dudas de su interlocutor.

Le estrecho la mano al tal Smith y le doy dos besos a su joven asistente. A continuación le hago un gesto para que pasen -Pueden pasar, un asunto de tal importancia no debe ser discutido en la puerta de una casa. Máxime si es algo que afecta a toda la humanidad.

Aunque es obvio que a Weyland-Yutani lo último que le importan son las personas.

Los acompaño hasta un pequeño comedor sobrio, amueblado solo por objetos funcionales, tres sillones blancos y una mesa del mismo color. 

¿Quieren tomar algo? -pregunto, tratando de ser lo más amable posible pese a no tener a la gente de las corporaciones en muy alta estima.

Gracias, dice al pasar.

No, no tomaré nada, muchas gracias. Ofrece asiento a su secretaria y posteriormente se sienta él, a la vez que su anfitrión.

Bien, señor Adama. No me voy a ir por las ramas, pues si algo no tenemos es tiempo que perder.

Carraspea y luego tose ligeramente como para aclararse la voz. 

Perdón... un vaso de agua sí se lo voy a aceptar, gracias.

William Adama, diligentemente va a la cocina y le trae un vaso. 

Muchas gracias, dice tras un sorbo.

Bien, sigamos. No sé si usted está al corriente del Proyecto Tau-Ceti, al que algunos llaman el cuarto gran paso de la humanidad... dice a modo de introducción, sabiendo que no puede haber nadie que desconozca tal magno proyecto.

Tras la experiencia de Alfa Centauri, culmen del progreso humano hasta la fecha, unas cuantas compañías hemos unido fuerzas humanas y materiales para llegar aún más lejos. Parece que la introducción se alarga.

Miles de personas estamos sumando sangre sudor y lágrimas para que se hagan realidad las aspiraciones de los soñadores, sale algo repetitivo, pero una vez dicho esas palabras no vuelven atrás.

Hace una pausa para observar detenidamente cómo asimila su interlocutor sus palabras.

Reflexiono sobre las palabras del señor Smith notando un calor que nace de mi estómago y sube hasta la garganta. Imitando a mi invitado tomo un vaso de agua antes de responder -Conozco de primera mano vuestro proyecto Tau-Ceti. Cerca de dos mil personas se embarcarán en una travesía que durará casi cien años para colonizar nuevos territorios. La nave que los llevará, según he oído, es una muestra más del avance de la humanidad, una ciudad en sí misma.

Es un avance que me costará lo único que me queda, mi única familia. Lo he perdido todo a manos de estas corporaciones pero he ayudado a toda la humanidad. Al menos eso espero.

Dígame ¿cuál es ese asunto de tal importancia? Apuesto pues que está vinculado a Tau-Ceti -pregunto dejando que el empresario continúe explicándose.

Smith asiente antes de hablar.

Efectivamente Comandante.

Resulta que no a todo el mundo le gusta la idea que la humanidad progrese y se expanda. Dijo ya en un tono más serio.

Los inmensos recursos que se están moviendo para su construcción acaban de sufrir un severo revés. El transporte de materiales que enlazaba las minas de Mercurio con la base de construcción de Plutón ha sido saboteado... esfumándose toda la carga... y dando un duro golpe a los sueños de tantas personas... dijo con toda la intención del mundo.

Tras una leve pausa dramática se inclinó levemente hacia adelante. Evidentemente esto es confidencial, pues la misión que le voy a proponer es que esto nunca se sepa y que los trabajos continúen con normalidad... encontrando esa carga perdida.

Cambió ahora ligeramente de tercio.

Y se preguntará por qué hemos contactado con usted... ¿Por qué usted y no otra persona?

Porque esto no es una cuestión de que gane una compañía u otra... se trata del Progreso de toda la humanidad,  la hu-ma-ni-dad... repitió la palabra más lentamente con intención de dejárselo bien claro mientras apoyaba sus palabras con gestos elocuentes, y creemos que su historial, intachable en cuanto a su integridad, méritos y capacidades demostradas, hacen de usted la persona idónea para la misión.

¿Qué le parece?

Levanto una ceja extrañado ante la revelación del agente de Weyland-Yutani puesto que resuelta curioso que un proyecto en el que han invertido todas las grandes corporaciones tenga enemigos. Todo el mundo sabe que ellas son las que gobiernan la humanidad.

Me tomo un tiempo para responder, organizando las palabras en mi cabeza. Hace demasiado que no entablo una conversación que se aleje de temas rutinarios y sin importancia, lo que me ha llevado a perder cierta habilidad. Mi mente, al igual que mi cuerpo, ya no son lo que eran.

Su ofrecimiento me honra, Mr Smith, y estaría encantado de hacer todo lo que estuviera en mi mano para ayudaros y con ello apoyar el progreso de la humanidad - comienzo a explicar con amabilidad tomando una pausa intencionada - Si tuviera veinte años menos. Creo que yo ya he aportado a la humanidad todo lo que estaba en mi mano y he perdido mucho sirviéndola. Ya solo me queda el descanso de mis últimos años. Además, en el plano personal me interesa que el proyecto Tau-Ceti se retrase todo lo posible, para poder estar con mi única familia hasta el fin de mis días.

Giro intencionadamente el cuello, mirando una foto de mi hijo Lee y de su esposa. Además este viejo tiene muchos problemas en la cabeza que nadie ha sido capaz de arrancar, al menos hasta ahora, problemas que puede nublen mi entendimiento - concluyo mirando una foto enmarcada de mi hijo Zack, colocada justo en medio del salón.

Un sentimiento de odio y culpa me oprime el pecho. Odio el hecho de estar tratando de sacar provecho de la situación pero si las corporaciones están interesadas en mis habilidades tendrán que darme algo a cambio, la verdad sobre la muerte de Zack.

¿Que se retrase todo lo posible? Disculpe señor, pero no me lo creo.

Hizo una pausa lo suficientemente larga como para dar tiempo a que Adama girase la cara y se cruzasen sus miradas.

Mire, estoy al tanto de que su hijo fue a la selección de voluntarios para ser enviados a Tau Ceti... y que fue aceptado.

Me niego a creer que un padre no desee con todas sus fuerzas que el sueño de un hijo se cumpla.

Créame, puedo entender el dolor de un padre que ve partir su hijo, quizás para no verlo más, pero, sinceramente, ¿Sería mejor que el proyecto se fuese al traste y su hijo quedase aquí, frustrado? - y el golpe maestro - ¿O aún peor, que algo pudiera fallar una vez estuviesen en tránsito?

¿Insinua la posibilidad de un sabotaje? De nuevo una pausa, las preguntas debían ir calando en su conciencia sin atosigar.

¿Pudiendo usted haberle ayudado y no habiéndolo hecho? No me creo que quiera tener esa mala conciencia, no...

Y por otra parte, dijo cambiando de tercio, ¿No echa de menos eso? Dijo señalando con la palma abierta en dirección a las estrellas. La sensación de libertad, en una nave completamente nueva, de la clase Barracuda, con lo último en tecnología... Hizo como si la estuviese cogiendo con ambas manos para darle realismo.

Y la tensión que hace vibrar su alma por cada momento de dificultad superado, la satisfacción de estar realizando una tarea que está por encima de cualquier trabajo vulgar, ¡Nada menos que ayudar a que la humanidad progrese!... Véalo como una gran oportunidad...

No lo vea sólo como un trabajo excelentemente remunerado... Apostilló.

¿No cree que su hijo, dijo volviendo al tema anterior para abordarlo por una vertiente diferente, estaría tremendamente orgulloso de que su padre, ¡usted, señor Adama!,  hubiera dado todo para que él pueda realizarse como hombre en un nuevo comienzo? ¿Para que pudiera materializar ese anhelo?... Para que pueda ser feliz.

Por eso se lo vuelvo a pedir, Comandante. Ayúdenos a que este sueño que hemos forjado entre todos, no se venga abajo como un castillo de naipes.

Por otra parte todos sabemos que la edad está en el espíritu, de hecho hoy en día eso es casi literal, Y el estar activo de nuevo, luchando por algo justo, renovará sus fuerzas, distraerá sus preocupaciones y despejará su... entendimiento. Apostilló aprovechando la palabra con que Adama había acabado su frase.

Escucho con interés la respuesta del señor Smith, que me deja sin habla desde el principio al final.

La verdad es que tiene razón, estoy deseando coger ese trabajo y no puedo arruinar los sueños de mi hijo por mucho que me pese, no podría vivir con ello. Y mucho menos no haber ayudado y por ello que se produzca algún tipo de catástrofe. Alguien está tratando de hundir el proyecto y, con ello, la vida de los escogidos. La vida de Lee.

Tiene usted razón Mr Smith, la vida de mi único hijo y sus deseos me importan en demasía, a la par que no puedo dejar que alguien destroce el avance de la humanidad -respondo, dándome una pausa para beber más agua pues tengo la garganta completamente seca -pero tengo dos condiciones ya que, como bien ha dicho usted, soy un hombre de principios, el dinero para mi no es lo más importante. Quiero poder traer a una o dos personas a dicha misión, me gusta tener a mi alrededor gente de confianza. Y, por último, quiero la verdad sobre la muerte de Zack. 

Por primera vez la despampanante secretaria de Mr. Smith interviene en la conversación:

- Por supuesto, se respetará la tradición de que el Comandante de una nave siempre escoje a su Primer Oficial - no consta en las ordenanzas de la Armada Estelar, pero está casi institucionalizado que sea así - Entendemos que debe ser alguien de su plena confianza... aunque para el resto de la tripulación ya tenemos nuestros propios candidatos.

Entonces teclea con pericia sobre una mini-terminal holográfica que lleva en las manos y se proyecta una imagen ante vosotros en la que aparecen una serie de nombres...

- Sabia decisión comandante, dice cuando la eficiente Monnipenny acaba de hablar. Tenga por seguro de que ha escogido la opción más justa. Le felicito por ello.

- Respecto a lo que comenta de su hijo Zack, pausó un segundo como buscando palabras más adecuadas.... lo que sé es que sufrió un accidente en unas maniobras rutinarias, la mirada de Adama se endureció, pero inmediatamente continuó, pero descuide que haré todo lo que esté en mi mano para facilitarle un informe más exhaustivo.
Por favor señorita Monnipenny, tome nota al respecto. Es prioritario. Le comentó a la chica.

Desde luego, por la cara y tono en que me lo ha dicho, no le va a valer cualquier papel "oficial".

- Bueno, por otra parte, como la Señorita Monnipenny ha dicho, puede usted traer a la persona que considere idónea para el puesto de Primer Oficial. No dudo que, conociéndole a usted, será alguien absolutamente competente. ¿En quién ha pensado?

- Como le he comentado, la nave para la misión es un último modelo de Crucero Clase Barracuda. Podemos ir a verla con la persona escogida cuando desee. Pero piense que no tenemos demasiado tiempo, vamos contrarreloj.

Leo con atención todos los nombres que aparecen en la imagen holográfica y quedo algo asombrado al ver a hombres y mujeres tan capaces como el teniente Félix Gaeta o mi viejo conocido el sargento Pentecost. Pese a ello la lista contiene unas lagunas que deben ser aclaradas cuanto antes.

Escucho a Mr Smith con especial atención ante su promesa -Espero con especial interés dicho informe señor Smith. El hombre sobre el que me apoyaré es Saúl Thig, un veterano retirado, al igual que yo, con un largo historial de servicios. Es un buen hombre y estoy acostumbrado a trabajar a su lado. Respecto a la nave y al tiempo, no se preocupe, no tardaré demasiado en estar listo, solo debo hacer un par de llamadas y recoger un par de cosas -comento haciendo una lista mental de aquellas cosas que debo recoger, un par de uniformes que deben estar cogiendo polvo en el armario, alguna fotos, la primera moneda que gané en mi primer servicio y que me acompaña desde entonces y unas pocas cosas más - Pero, como comandante de la nave, necesito tener toda la información para poder obrar con el mayor acierto posible. Cuéntenme todo lo referente a la misión, todo lo que saben y explíquenme a que se debe la información clasificada que aparece en esta lista -concluyo mis palabras señalando los últimos nombres de la lista. 

-¿Saúl Thig?, bien, como le he dicho confiamos plenamente en su buen criterio.

- Realice esa llamada a su señor Thig, esa parte la dejo en sus manos. Aun tardaremos unas buenas horas en partir, tengo más gente que visitar. Gente de esa lista, que están por confirmar. Cuando esté todo el mundo, tendremos una reunión para hablar sobre toda la tripulación si lo desea.

-Respecto a la misión, ahora que considero que, a falta de unos flecos, ya está a bordo - quizás podría haber tenido más tacto a la hora de nombrar el informe sobre su hijo - le avanzaré algo de información, evidentemente confidencial - dice mirándole de frente bien serio.

Se trata, como le comenté, del transporte de mineral de Mercurio a Plutón - explica pausadamente - Un convoy entero que ha dejado de dar señales a la altura del Cinturón de Asteroides, ya pasado Marte. Sospechamos de un atentado, un boicot o quizás un secuestro por parte de algún grupo terrorista. Quien tiene más números son los separatistas marcianos, evidentemente.

Debido al retraso en las señales, se ha organizado esta misión de investigación urgente, para buscar "in situ" el transporte. Es enorme, no puede desvanecerse porque sí... pero bueno, como antes, podremos hablar de ello más adelante...

La secretaria de Mr. Smith teclea con una habilidad pasmosa en la mini-terminal holográfica, buscando datos sobre el candidato propuesto por el Comandante Adama:

- Según el registro actualizado del censo poblacional, en estos momentos Saúl Thig está detenido en la comisaría del distrito 13 acusado de embriaguez y desórdenes públicos – desde luego no es la mejor referencia para contratar a alguien – Además, aquí consta que se ha puesto en curso una solicitud remitida a la Gobernadora Delacourt para iniciar el trámite de expulsión de Elysium, al haber acumulado tres denuncias graves por incivismo – lee en voz alta y de carrerilla el historial de un hombre que ha arruinado toda su vida en los últimos años – Primero una agresión con eximentes que envió a un joven oficial a cuidados intensivos, luego la vulneración de una orden de alejamiento de su ex-esposa… y por último este episodio, que ha incluido la agresión a un agente del orden público.

Puede que éste no sea precisamente el perfil en el que estuviese pensando la Weyland-Yutani…

Mr. Simth mudó de cara al oír a su secretaria y su sonrisa se desvaneció, endureciéndose las facciones.

Miro entonces a Adama para intentar escuchar alguna explicación si la hubiere.

¿Cómo? ¿Está usted seguro de que el señor Thig es la persona idónea para el puesto?