Partida Rol por web

Primero hize como Rogers proponía y dejé el cuchillo cerca de la mano del mercenario, así habría una duda menos que solventar, eso siempre que él mismo no llevase un cuchillo propio, en cuyo caso apuñalo de nuevo el cuerpo para que la herida de entrada y la hoja del arma coincidan, así como la sangre. Asegurándome con precisión de no provocar dos heridas diferentes, fallo de novato.

Tras eso nos ponemos en marcha, la siguiente sala esta llena de mercenarios, pero no de los normales, no. Ni siquiera la alarma les hace moverse de donde están. La música se oye con fuerza, alcohol, tabaco y otro tipo de sustancias ilegales pueblan el lugar donde apuestan a una multitud de juegos de azar, sin ningún tipo de interés en lo que pasa fuera, casi como si no fuera con ellos. Incluso a uno le están llenando el cuerpo de aún más tatuajes si cabe. Hay mercenarios y mercenarios, están los que son como los de la puerta... y luego los de otra clase. Estos son de esos, la escoria que ha sobrevivido a toda la mierda que le han echado hasta no ser capaces de hacer otra cosa que su actual trabajo. Hartos de ver la muerte pasar ante sus ojos, y sabedores de que cuando se les llama suele ser con una única misión: destrozarlo todo. Que Kaiju tenga un grupo así dice mucho de él, en el buen y en el mal sentido. Estos no son de los que se rinden, y matar se ha convertido en algo mas que una profesión.

Aun así el hecho de que estén a su bola es algo de agradecer, no es el grupo de gente con el que me gustaría encontrarme sin una granada en la mano, y menos aún en semejante número. Me muevo alrededor de las sombras y espacios vacíos, me siento bien, confiado mientras paso de un lado otro como si fuera una sombra más. Una patrulla asoma al fondo, tres hombres que mueven sus escopetas de postas con la confianza de los veteranos, aunque no del tipo que hemos dejado atrás, sus ojos no se desvían de su objetivo, firmes y claros avanzan por el pasillo mientras mi cuerpo queda oculto en la oscuridad. Bester tiene otra forma de moverse, es casi como si supiera dónde ponerse, justo en el lugar al que no estarán mirando. Es algo diferente, extraño, casi antinatural... pero sin duda efectivo. Rogers sin embargo parece tenerlo mas difícil, es un soldado y aunque haya participado en incursiones, lo suyo es ser mas directo... y pronto queda claro, cuando parece haberse quedado sin escondite ante la inminente apareción de la patrulla. Mi mano se desliza sacando un cuchillo, solo por si acaso. Mas Rogers me sorprende, usando los grilletes magnéticos mientras salta a una altura imposible para un humano, las palabras de Bester sobre superhumano vuelven a mi cabeza, sin duda haciéndose mas real que una simple teoría. Su cuerpo se flexiona con facilidad, quedándose pegado al techo mientras la patrulla pasa por debajo. En cuanto sus pies tocan de nuevo el suelo, mi cuerpo emerge de una sombra cercana, con mis ojos clavados en él... y tras unos segundos, hago un leve gesto de cabeza. Puede que tengamos nuestras diferencias pero sin duda, ha sabido reaccionar a tiempo y de manera más que efectiva, eso no se lo quita nadie... Sin duda haber tenido que matar a esos tres guardias hubiera supuesto un serio problema si alguno llegaba a dar la alarma.

Tras ese momento de tensión, la cosa parece ir sobre ruedas. Seguimos a Bester, sus indicaciones son claras y no muestra dudas en ningún momento, guiándonos por el entramado interno de la estación sin ningún tipo de vacilación hasta que nos encontramos con una puerta doble metálica, bien cerrada. Aun borrado por el tiempo, la escritura de la antigua corporación que controlaba la estación aun es legible. Puente.

Jodidamente genial, hemos ido a parar directamente al centro de mando.

Si hay algo claro es que tras esas puertas es mas que probable que este Kaiju. Al fin y al cabo si han detectado al Aurora, lo mejor es poner en pantalla a los tres idiotas que pueden usar como rehenes. Miro a mi alrededor, asegurándome de que no haya guardias en las cercanías y señalo la puerta. - A menos que tengáis intención de cruzar esas puertas, sería interesante apartarse de ellas, por si alguien decide salir. - A menos claro, que la idea sea entrar a ahí dentro en mitad de una más que probable conversación entre Adama y el dueño de esta estación. Lo cual dudo que sea muy recomendable, ahora mismo.

Alfred Bester ha estado recuperando sus energías durante los últimos minutos, alcanzando de nuevo todo su potencial.

Gracias a eso, le basta concentrarse para percibir a nueve mentes diferenciadas al otro lado de la doble compuerta. Obviamente tres de ellas corresponden a los marines capturados, que deben estar maniatados y amordazados en función del sentimiento de intensa frustración e impotencia que emana de ellos... así que el cómputo de enemigos se reduce a seis individuos, uno de los cuales debe ser el propio Kaiju. Mercenarios veteranos y asesinos implacables, que responderán con toda la agresividad que les caracteriza si se ven amenazados, de eso no le cabe la menor duda. Incluso puede inferir la posición relativa de cada uno de ellos en la estancia, dos están apostados a ambos lados de la puerta, montando guardia, mientras el resto ocupan una posición central a unos cuantos metros, formando un círculo que hace sospechar la presencia de una mesa de reuniones. Entre ellos están los tres rehenes.

Ahora habrá que decidir qué hacer...

El veterano mercenario frunce el ceño, pero luego se encoje de hombros y vuelve a sonreir:

- Conforme, comandante... si no quiere venir a visitarnos no hay problema, usted se lo pierde -tuerce de nuevo el gesto en una mueca burlona- Yo por mi parte mantengo lo dicho, y como gesto de buena voluntad voy a liberar al primero de sus marines -señala aparentemente al azar, pero el afortunado queda fuera del ángulo de la cámara, no tenéis modo de saber quién es- Llevad a éste al hangar siete, le pondremos a los mandos de la lanzadera que estaban persiguiendo, en la que vino Santana... con ese pendejo dentro y convenientemente esposado, para que no les dé problemas -chasquea los dedos hacia sus hombres, indicándoles que cumplan la orden, para luego volver a dirigirse directamente a la cámara- Así va a poder comprobar mi buena disposición, pero yo conservaré dos de mis bazas para ir negociando poco a poco, asegurándonos todos de la buena fe de la otra parte...

Un mensaje telepático de Bester llega con tono apremiante:

- Estamos ante la sala de mando de la Olvido, sólo nos separa una puerta de los prisioneros... ¿cómo va la negociación?

Tal y como esperaba, Bester nos da información de lo que está ocurriendo en el puente de mando tan pronto como llegamos a la puerta. Independientemente de los métodos que use, no se puede negar su eficiencia en su trabajo. Asiento cuando dice el número de personas que están en el centro de mando, pero antes de que pueda empezar a pensar cómo atacar la posición sin poner en riesgo a los rehenes, Bester levanta la mano y nos dice que dos guardias se disponen a sacar a uno de los prisioneros.

Si actuamos rápidamente, podemos aprovechar esta oportunidad en nuestro beneficio.

Sin dudarlo un momento les hago un gesto a mis compañeros para que reculemos por el pasillo hasta la intersección más próxima. Atacar demasiado cerca de la puerta podría llamar la atención del resto de los guardias del puente de mando. Sin decir palabra, señalo un lateral a Riddick y le indico a Bester que venga conmigo para emboscar a los dos guardias en el cruce.

Miro al asesino y niego con la cabeza mientras paso el dedo por el cuello, señalándome la boca justo después. Espero que entienda que necesitamos vivos al menos a un guardia para poder conseguir algo de información, aunque supongo que me conoce lo suficientemente bien como para que tenga claro que la seguridad del rehén es lo primero y, si hay que utilizar fuerza letal, tenemos tanto las pistolas con silenciador como los cuchillos. Por segunda vez desde que subí a la nave, lamento no haber cogido una porra aturdidora, que simplificaría bastante nuestra tarea, pero dejé que la discusión previa en el puente de mando del AURORA afectara mi juicio, así que tendremos que apañárnoslas con lo que tenemos.

Apenas llegamos a la puerta, Bester nos informa de cuanto hay detrás de la misma y también de que son peligrosos. Eso es malo, seis hombres armados y preparados para matar junto a nuestros tres "valiosísimos" rehenes implica que nada de hacer el idiota y entrar dando golpes a diestro y siniestro. Algo que estoy seguro coincidirán mis dos compañeros y es de agradecer, solo espero que nadie abra fuego ahí dentro o algo me dice que la cosa se ira rápidamente por la borda.

Mas entonces el agente se pone alerta mientras nos informa de que dos de esos hombres vienen en nuestra dirección con un rehén... eso sin duda es mucho mejor que la situación actual.

Antes de poder decir o hacer nada, es el mismo Rogers quien toma el mando. Sus gestos son fáciles de entender y sin duda es lo mejor, cualquier fallo en la consecución de nuestro objetivo y el resto de hombres de ahí dentro sabrán que está pasando algo mucho peor que tener un crucero de combate en el borde de su zona de acción. Sin responder, hago exactamente lo que dice, me retraso hasta el punto donde Rogers decide tender la emboscada y sin apenas esfuerzo me fundo con las sombras del lugar. Cuchillo en mano. Su siguiente gesto es más que obvio, me encojo de hombros con una sonrisa mientras un leve movimiento de cabeza responde silenciosamente. Asiento ante lo que dice.

El rehén primero, siempre primero... pero si esos idiotas se ponen chulos, morirán antes de saber que ha ocurrido. Aunque de primeras mejor no ir dejando un reguero de cadáveres. Si estos dos siguen vivos, las primeras dos víctimas tendrán mas sentido, como un simple ajuste de cuentas. Al fin y al cabo, por qué matar a uno y no a todos.

Pegado al hueco, con las sombras a mi alrededor, relajo mi cuerpo y espero... dejare que sea Rogers quien de el primer movimiento, si no es que lo hacemos al mismo tiempo.

La doble compuerta que da acceso al puente de mando de la estación orbital se abre y dos guardias de seguridad, que por su mala catadura más bien parecen vulgares matones armados, sacan casi en volandas al soldado de primera Karl Agathon, que va esposado y amordazado pero por lo demás se encuentra en perfecto estado de salud.

Mientras la puerta se cierra a su espalda empiezan a recorrer el pasillo, haciendo caminar al prisionero entre ellos, y de inmediato inician una charla sarcástica con un tono marcadamente desagradable.

- No sé tú, pero a mí me va a encantar darle la buena noticia a ese cabrón de Santana -masculla uno de los mercenarios entre dientes- Nunca me ha caído bien el pedazo de mamón, con todo ese rollo de que es el mejor piloto que hemos visto nunca... pinche pendejo...

Su colega suelta una carcajada y se sonríe con maldad:

- Yo sólo pido que el hijo de la gran chingada intente resistirse cuando le metamos en la lanzadera...

La negociación va aparentemente bien para liberar a nuestros hombres. Sin embargo, no me fío para nada de esta clase de gente, que cambia sus promesas al mejor postor. Mantengan la infiltración por ahora y tengan cuidado, van a sacar a uno de los nuestros proximamente, custodiado por soldados del lugar. Teóricamente lo llevan a una lanzadera para liberarlo y pronto lo tendremos de vuelta en la Aurora. Continuaré negociando y le comentaré los progresos.

Pienso el próximo movimiento con cierto detenimiento, puesto que no me fío de este tipo de gente, menos aun cuando tienen a mis hombres presos.

- Bueno, veo que nuestra negociación va progresando poco a poco. Si le parece, le propongo algo para ultimar un acuerdo. Uno de mis hombres de confianza le llevará una buena suma de dinero para obtener información sobre un delito ocurrido no hace demasiado tiempo y del que usted puede saber algo jugoso. Tras obtener dicha información, mi hombre se llevará al resto de los marines y todo quedará zanjado. Yo me iré con mis hombres muy lejos de aquí, satisfecho de tener una información que me interesaba. Usted, por su parte, habrá zanjado un conflicto sin disparar una sola bala, se habrá embolsado una buena cantidad de dinero... y tendrá pruebas de que ha mantenido negocios conmigo, una información que le servirá como seguro ya que un hombre de mi posición no puede tratar con alguien como usted. Si eso se conociera destrozaría mi carrera. Por tanto, yo no revelaré su ubicación para no jugarme el puesto, y usted no aireará nuestro trato para mantener su anonimato y su actual negocio -ofrezco a al Kaiju, tratando de dar carpetazo con el asunto y retomar nuestro objetivo principal.

Saúl Tigh se acerca al comandante con evidente tensión, para murmurarle unas palabras al oído:

- ¿Estás seguro de lo que estás haciendo, Will? -pregunta preocupado- Estás poniéndote en las manos de ese indeseable... seguro que están grabando toda la transmisión.

La respuesta del señor del crimen local no se hace esperar:

- Sabía que me iba a gustar hacer negocios con usted, comandante. Está claro que sabe cómo ganarse la colaboración de un hombre sencillo como yo. Dinero y discrección, esa es la clave de todo. Aunque me gustará conocer la cuantía de esa suma, para decidir cómo de colaborador voy llegar a mostrarme...

De pronto, cuando tanto Rogers como Riddick están a punto de intervenir para neutralizar a los dos guardias por sorpresa, cada uno con su peculiar estilo, una voz resuena literalmente en el interior de sus respectivas cabezas.

- ¡Deteneos! -de algún modo reconocéis con seguridad que se trata de Alfred Bester, aunque no ha emitido sonido alguno pues eso sin duda hubiera puesto en guardia a los mercenarios, que apenas están a unos pasos- El comandante Adama me comunica que ha negociado con Kaiju satisfactoriamente y están conduciendo a ese marine a una lanzadera para liberarlo. Tal vez nos convendría permanecer a la expectativa por ahora...

Los oigo conversar, acercarse, el ruido de sus botas al golpear el metal, su voz, su respiración, incluso su olor mientras arrastran a uno de los rehenes que el viejo quiere de vuelta. Relajo los músculos, me pego al frio metal mientras mi mente cuenta, el tiempo que pasa entre  pisada y pisada, reconoce la distancia por el ruido que emiten y hace un calculo de cuando estarán "a tiro". Mi mano juega con la cuchilla, mis dedos alrededor del mago mientras el indice pasa por la parte mas afilada del mismo con una ternura exquisita, sin llegar a abrir mi carne por muy poco. La idea es no matarlos, el cuchillo es solo por si se ponen tontos, con un suave movimiento de muñeca el filo vuelve a su sitio y solo mis manos desnudas quedan dispuestas para lo que tiene que llegar.

El sonido es claro, ya es casi el momento cuando de pronto la voz de Bester atraviesa mi mente, dejándome helado por un momento y clavando mi mirada en el escondrijo donde se encuentran. Una carta mas al descubierto en el juego de intrigas, descubierta para todos los presentes. Dudo que fuera tan necesario, pero aun así ha decidido jugarla, sus motivos tendrá. Mis músculos vuelven a relajarse, mi respiración se acompasa de nuevo mientras dejo pasar a los dos mercenarios. Dejarlos ko era la mejor opción, incluso encubriría mi primera muerte... aun así no merece la pena no si van a soltarlo. Aunque claro si yo fuera un cabrón despiadado, cuyo valor por la vida humana fuera en el mejor de los casos inexistente, permitiría a un rehén subir a bordo de la lanzadera mientras conecto los misiles para detonar al llegar al Aurora... pero claro, solo si fuera un bastardo de mucho cuidado.

Cuando menos te lo esperas, la voz de la Inteligencia Artificial en tu mente te produce un sobresalto, seguido de inmediato de la estimulante constatación de que ya estás rozando el éxito con la punta de los dedos...

- Procesando, porcentaje de instalación 91%, tiempo restante estimado 3 minutos, 42 segundos, 50 centésimas.

Un nuevo mensaje telepático llega hasta la mente de William Adama:

- Estamos dejando pasar ante nosotros a los dos guardias que conducen a Karl Agathon hacia la zona de hangares, pero el terrorista conocido como Chacal acaba de expresar un pensamiento muy inquietante que tal vez deberíamos pararnos a considerar: la posibilidad de que Kaiju esté empleando todo esto como un Caballo de Troya para enviar explosivos en el interior de esa lanzadera, para así hacerlos llegar hasta el AURORA y detonarlos a distancia o con un temporizador... tal vez deberían escanear esa nave antes de permitir el amarre, por mucho que sea su hombre quien la pilote.

Paralizo brevemente la comunicación para responder a Saúl:

- No, no estoy seguro, viejo amigo. Pero me temo que mi puesto ya quedará en entredicho haga lo que haga. Recuerde que trabajamos para las corporaciones, que usan a la ONUG como tapadera, información que no deben poseer personas como nosotros. Además, como aliados contamos con el famoso Riddick y con otros individuos cuya amistad puede etiquetarnos como enemigos de la humanidad. Solo es un fallo más en una larga lista -por mucho que me pese tengo claro que mi carrera está acabada tras esta misión- Retomando el tema, no me fío lo más mínimo de Kaiju. Puede que utilice la nave que viene en primer lugar como caballo de Troya, un arma que se introduzca en nuestra nave. Debemos analizarla e investigarla antes de que atraque, destruyéndola si es preciso...

- Tomo nota de su consideración. Creo que es una idea muy inteligente y espero que el amo y señor de esa estación no sea tan ingenioso como para ello. Aun así escanearé la nave y, si es necesario, ordenaré su destrucción. Estoy tratando negociar con Kaiju para que me dé la información que buscamos sobre el cargamento robado. Si accede, deberás plantarte ante él, sin tus compañeros, para darle el dinero y obtener la información. Es una misión arriesgada pero no podemos irnos con las manos vacías. La otra opción es que Gaius acceda a sus registros y obtenga la información... pero no me fío plenamente de él.