Partida Rol por web

Esta vez todo es distinto. Porque en esta ocasión el brillante Rodney Meredith McKay está en su elemento.

No sólo está trabajando en su laboratorio, perfectamente equipado con todos los avances científicos deseables, rodeado de portentosos juguetitos de última generación, sino que además se está sumergiendo en su propio elemento, la física teórica.

El de la física es un campo sorprendentemente amplio. No en vano se dice que consiste en el estudio de la realidad última del universo. Desde cierto punto de vista, la física de partículas lo engloba absolutamente todo, y si la orientamos desde su vertiente complementaria, como ondas y energías, el diseño e implementación de un campo estático que impida el paso de cualquier tipo de señal electromagnética pertenece íntegramente a su especialidad.

Sublime. Maravilloso. Extraordinario. Supremo. Fantástico. Formidable.

¿Que si estoy hablando de mi? Oh, bien podría estar haciéndolo pero no, en este caso estos adjetivos describian la atmósfera que me rodeaba, cómo veía yo aquel nuevo proyecto.

Bester habia cometido un error, un unico error que quizas fue su mayor acierto: me habia puesto a la altura del resto. Y, desde luego, si lo que pretendia haciendolo era espolearme lo habia conseguido: estaba dispuesto a pasar alli, en aquel laboratorio, rodeado de aquellas maravillosas maquinitas, de todos mis preciados aparatitos... tanto tiempo como fuera necesario.

Aquel hombre me habia hecho un encargo, uno, además, que acabaria con aquella horrible sensacion de no saber si estaba siendo o no observado, escuchado, vigilado. Lo cierto era que, a pesar de su apariencia siniestra, aquel hombre habia sido el unico, junto con Baltar, que me habia hablado con claridad, que me habia expuesto sus dudas respecto a todo lo que estaba sucediendo. Quizas seria una buena idea hablar con este ultimo despues de saber con exactitud qué pasaba por la cabeza de Bester. Quizas los tres, junto con Adama, si resultaba ser la buena persona que parecia, podriamos hacer algo para descubrir más sobre todo aquello. Sí, no habia duda. Unas mentes como las nuestras lo conseguirian.

Y asi, me enfrasqué de lleno en aquel proyecto, dispuesto a pasar las horas que fueran necesarias trabajando en aquel artilugio, costruyendo aquel aparato que, sin duda, me llevaria a la gloria. Aquella que me abriria las puertas del Olimpo.

Rodney McKay se implica al máximo. Y eso, en alguien como él, representa la excelencia.

El generador de campo magnético electrostático que ha fabricado va a ser capaz de crear una esfera impermeable a cualquier tipo de señal de onda imaginable, por lo tanto resultará imposible transmitir nada desde el interior al exterior y viceversa. Tal vez su único impedimento sea un alcance algo reducido, apenas un par de metros, pero es que no le convenía generar una señal demasiado intensa... si no quiere dejar incomunicada media nave. Eso y que consumiría demasiada energía y la batería requerida acabaría siendo difícil de transportar.

En resumidas cuentas, cuando conecta el generador, que apenas abulta más que una linterna algo rechoncha, interrumpe cualquier comunicación con el exterior. Ningún tipo de señal, codificada o no, puede atravesarla. Tan sólo respetará, por especificaciones de diseño, la imagen de quienes están dentro, que es tansmitida obviamente por radiación lúminica.

De modo que habrá que tener cuidado con lo que los testigos presenciales o las cámaras que graban imagen puedan captar sobre los usuarios. No deben verte hacer nada sospechoso. Pero eso se debe a que si creaba una barrera de distorsión que afectase también al rango del espectro electromagnético visible... generaría una especie de pared opaca de interferencia, un muro de negra oscuridad. Y eso haría muy poco recomendable ponerlo en marcha ante testigos visuales o cámaras de seguridad. Buscaba discrección, no invisibilidad...

Y, como no podia ser de otra forma, el resultado de mi trabajo solo podia calificarse con una palabra.

Una simple y llana palabra: perfeccion.

Obviamente, no me hubiera conformado con menos, aunque el hecho de que me hubieran puesto a prueba había hecho que, desde luego, mi trabajo hubiera sido aun mejor de lo que inicialmente habria previsto. Asi pues, en cuanto termine, lo dispuse todo para poder mostrar el resultado de mi esfuerzo cuanto antes. Aun tenía mucho, mucho que hacer.

Sin embargo, antes de salir del laboratorio, me detuve junto a Kern, dispuesto a que me ayudara con cierto asuntillo que tenia pendiente.

-Doctor Kern. Me gustaria que me hiciera un pequeño favor, si fuera posible. - dije, educado y todo, como siempre que quería conseguir algo... la verdad era que si me lo proponia podia resultar de lo mas amable y convinvente- No le llevará mucho tiempo. Es sólo... una prueba de ADN. El otro día encontré algo y no tengo muy claro cuál es su origen. - fue toda la explicacion que le di. Tampoco es que mereciera mucho mas... no le estaba pidiendo la luna, tan solo un test rutinario...

La primera reacción de Kern es una mirada cargada de suspicacia, pero luego, cuando oye la petición, alza una ceja con genuina curiosidad. Ese gusanillo que todo científico lleva dentro. El de la curiosidad...

- ¿Quiere que haga un exámen de "algo que encontró por ahí"? -cuestiona en voz baja- Supongo que revestirá cierto interés real, o no me hubiera consultado... y la verdad es que no tengo mucho trabajo últimamente...

Recoge la muestra y la observa a contraluz, con aire valorativo...

- De acuerdo, le echaré un vistazo... y no le voy a pedir más datos, me gustan las sorpresas... son la sal de la vida... cuando tenga algo al respecto, se lo comunicaré...

Se pone de inmediato manos a la obra recogiendo una diminuta fracción con una micropipeta, mientras murmura por lo bajo, únicamente para sí mismo:

- Vamos a ver qué regalito nos han traído...

Asenti, con aire satisfecho, cuando Kern acepto mi peticion. Y estaba a punto de marcharme cuando me gire de repente, alzando un dedo, con aire suspicaz- Recuerde... la discreccion es un valor en alza. - dije, dejando claro que no queria que aquello saliera de aquellas paredes- Sobre todo porque es posible que los resultados sean... sorprendentes. - añadi, dandole algo mas de misterio a la cosa.

Ya se sabe: si quieres pasar desapercibido, no hay nada mejor que llamar la atencion.

Y entonces, ahora sí, me perdi por el pasillo, con intencion de acabar con alguna de mis conversaciones pendientes.

Entró el Agente Bester al laboratorio, acompañado de Vickers y McKay. Lo primero era garantizar que estaban solos, y que no había cámaras grabando.

El laboratorio científico de la nave está absolutamente desierto en estos momentos... cosa curiosa, pues Rodney McKay había hecho cierto encargo bastante complejo y laborioso al Dr. Kern, por lo que en teoría el asustadizo hombrecillo debería haber estado aquí, trabajando en ello. Sin embargo no hay ni rastro de su persona, como tampoco de ese insufrible arribista ambicioso del Dr. Kavanagh.

En cuanto a la presencia de "ojos electrónicos", basta con familiarizarse un poco con cualquier recinto para detectar las cámaras de seguridad que controlan todos los espacios públicos de la nave, desde pasillos a comedores, incluyendo por supuesto áreas particularmente sensibles, como el laboratorio científico o la cámara del reactor. Sin embargo, no habéis detectado su presencia en los camarotes privados y dormitorios... cosa que tampoco garantiza que no existan, puede que simplemente no estén a la vista.

Nada más llegar, el agente contempló con mirada atenta toda la sala. Una mirada que dejaba entrever no solo un profundo estudio del entorno, sino además un juicio inusualmente rápido sobre el lugar donde se habían reunido. Tras unos segundos de inspección, el agente sacó una baraja de cartas y las dejó sobre la mesa, boca abajo. No dijo nada, volviendo la vista hacia Vickers y McKay en total silencio.

Como si esperara algo.

Y un ojo experto podría ver como le dio la espalda a una de las cámaras, aprovechando el giro de la otra para abandonar el marco visual de ambas grabaciones, mientras deslizaba la mano sobre las cartas, sacando una de ellas y mostrándola.

El cuatro de corazones.

Pero más importante que eso, no era la carta en sí. Si no algo escrito en uno de los márgenes de esta.

Aquí no.

Tras eso, guardó las cartas y las volvió a barajar, dejándolas de nuevo sobre la mesa. ¿Cómo había escogido la carta que quería, sin siquiera mirar y estando todas boca abajo? Aunque eso no importe ahora, sí importaba el mensaje de la misma. Bester no tendría una reunión de ese tipo con cámaras delante. 

Eso lo dejó patente tras cruzar la mirada con sus dos acompañantes, y mirar después a las cámaras.

 Observe con interés como Bester escaneaba toda la sala. Sin duda una labor que había ido perfeccionando con los años.

Habitualmente yo hacia lo mismo al entrar en una sala. Y en esta nave había asumido que la palabra intimidad no existía. Solo lamentaba no haber podido traer un inibidor de cámaras. Aunque tal vez entre Rodney y Gaius podrían fabricar uno.

La ultima vez que había estado en este lugar fue con Rodney cuando hizo sorprendentes avances sobre el proceso de mi creación que no nacimiento.

Vi a Bester sacar la baraja y marcarnos una.

Desde luego es todo un hombre de talentos Bester. Tal vez....¿Podríamos ir a un sitio mas cómodo y nos podría enseñar a jugar a las cartas? Siempre he querido aprender a jugar al Poker. Lo cierto era que sabia jugar y muy bien por cierto. Una de las habilidades que mis patrones creyeron necesario que aprendiera. Pero queria una excusa para poder marcharnos sin ningún motivo aparente. Si Smith o Wray observaban las cámaras como yo pensaba que hacían , no levantaríamos sospechas. El juego me parece muy estratégico con esos faroles el tener que predecir que tiene tu rival.

Mire a Rodney.

¿Que me dice Doctor? ¿Un poco de diversión?

Entre en el laboratorio, asegurándome de que estábamos solos. ¿Y Kern? Había estado pensando en una buena excusa para largarlo de allí. Lo mínimo que esperaba era que, después del encargo que le había hecho, pasara la noche en vela, trabajando. Maldito mediocre incapaz de sacrificarse por el bien mayor. Pero debí haberlo supuesto. No todo el mundo era capaz de hacer las cosas como yo: bien hechas. Debería tenerlo en cuenta, para la proxima vez. Y, tras aquella comprobación, comencé a observar las cámaras, en silencio y con discrección, adoptando un aire distraido mientras, por el rabillo del ojo, vi como Bester comenzaba con aquel juego de manos, captando toda mi atención.

Segui aquel "truco" con interes, preguntandome a dónde queria llegar con todo aquello. Hasta que, finalmente, mostró aquella carta marcada, lo que hizo que alzara mis cejas en una expresión de genuina sorpresa. ¿Cómo demonios habia hecho aquello?

Y, por mi parte, me moví un par de pasos mas allá de donde estaba, calculando cuál era el mejor lugar para poder decir lo que tenia que decir, todavía pensando en cómo había hecho aquello. Y, en mi mente, solo habia una explicacion posible, desde luego. Una que, aunque sorprendente, explicaria muchas cosas.

Sin embargo, no era momento de hablar de aquello, sino de discutir otros asuntos. Asi, dejé entrever mi nueva invención, pulsando el interrumptor que nos daría toda la intimidad que necesitabamos...

- Es posible hablar aquí mismo, si buscamos los puntos ciegos del sistema de videovigilancia. Sinceramente, es el único lugar en el que controlo la presencia de todas las cámaras. Yo, al menos, no sé si hay algún punto de la nave que carezca de ellas al 100%. Aun asi, si alguno de ustedes tiene una alternativa mejor...- expliqué, abiertamente, sin temer ser escuchado, y sin que ninguna de aquellas camaras pudiera leerme los labios.

 Vi como McKay se colocaba fuera del angulo de las cámaras con evidente intención de buscar una absoluta discrección. Cosa que quedo comprobada con sus palabras. Por lo que me moví para hacer lo mismo.

- El problema Rodney. No son los ojos que tenga el monstruo. Si no los oídos. Pero si estás seguro de que el lugar es seguro...

La nave tenia micros hasta en los zapatos de la tripulación. Pero McKay bien podía haber limpiado el laboratorio o haber construido una maquina de inhibición.

Miré a Bester para conocer su opinión.

- Siempre existen lugares mejores, McKay. Pero donde hay unos labios, hay unas orejas para escucharlos. - Añadió el menudo hombre, mientras llevaba las manos a la espalda. - Si usted cree que aquí es seguro, no seré yo quien se lo refute, Doctor. - Parecía de lo más tranquilo. Se tomó la libertad de caminar por el lugar, dentro de aquel angulo ciego de las camaras mostrado por McKay mientras jugaba con las cartas.

- El enemigo, las compañías. Pero no es el único enemigo, también aquellos que les sirven como si fueran los ídolos del antiguo testamento. Y en este caso, usted. - Miró a McKay. - Debería tener un especial cuidado, pues Baltar es su más fiel servidor. - Levantó la mano, invitandole a que no dijera nada todavía. - Por favor, querida. En la cabeza de McKay una pregunta esta tomando especial fuerza. ¿Cómo lo sabe? Hágame el favor de explicárselo. -

Sonrei, con aquel aire autosuficiente y genial que me caracterizaba, cuando ambos se mostraron reticentes a hablar en mi laboratorio científico- Y alla donde hay orejas... yo traigo tapones para los oidos... - dije, enseñándoles discretamente aquel pequeño aparato, del tamaño de una linterna que, en aquel momento, permanecía encendido- No se preocupen. Podemos hablar libremente, siempre y cuando no nos movamos de aquí. - aseguré, tranquilizando sobre todo a Venus, que obviamente no sabia de qué iba aquello. Estaba seguro de que Bester no plantearia mas problemas al respecto.

Eso fue algo que demostró, sin duda, cuando comenzó a hablar sobre el motivo por el que estabamos aquí. Sin embargo, nada más comenzar, la información que compartio con nosotros, en este caso, me descolocó completamente- ¿Baltar? ¿Qué? - ¿Y cómo lo sabe? Fue la pregunta que yo no llegue a formular pero que el sí formulo por mi. Y no sólo eso. Al parecer allí había algo que yo no sabia, y que Venus si.

Por eso mi mirada fue hacia ella, con un gesto de total descoloque, alzando ambas cejas, en una expresion interrogante- ¿Alguien sería tan amable de explicarme de qué demonios va esto? -dije, notando aquella incómoda sensación que sufre uno cuando algo se le escapa de las manos.

Algo que sin duda, en mi caso, era mucho mas devastador que para el resto. Cuestiones de ego, ya se sabe.

Sonreí cuando McKay nos quitó la preocupación de hablar aquí. Lo que le faltaba en fuerza muscular lo suplía con una increíble fuerza mental. 

Escuché como Bester explicaba que Baltar era un adorador de la compañía. Lo que bastó para ganarse mi animadversión.

- Es muy sencillo Rodney. Bester, al igual que yo misma, es especial. Sólo que mis dones son ver qué hay en la cabeza de la gente reventándosela... y los suyos, leyendo su pensamiento. Nuestro querido amigo es telépata. Una habilidad extremadamente útil en esta difícil empresa que nos atañe. 

Lo cual me hacía preguntarme si Bester había leído la mente de Rodney y sabia de nuestro tórrido encuentro...

- Gracias. - Dijo de forma escueta a Vickers. Él mismo habría utilizado un poco más de misticismo, ocultismo e incluso algunas pinceladas de ascetismo. Pero el método directo, brutal y excesivamente sincero de Vickers... también le valía. - He aquí su explicación, Doctor. A pesar de ello, sospechaba que alguien como usted podría ver los signos. -

De repente, alzó la mano pidiendole un segundo. - No, no lo haga, por favor. Ahórreselo... no pienso jugar al "Estoy pensando un número", pero prefiero decirle que en el espacio no hay ballenas. - Quizás lo que acababa de decir no tenía sentido ninguno... o más bien demasiado sentido para una persona como McKay.

- Ahora, al asunto que nos concierne, por favor. - Pidió, con aquella calma inhumana mientras jugaba con sus cartas entre las manos. - Baltar esta saboteando la nave, y culpó a Young. Ahora desea culpar a Lucy. El Comandante aun no esta advertido, y sospecho que Baltar esta intentando manipular a la tripulación para sus propios fines.

Alce una ceja, ante la explicacion de Venus. ¿Telepata? Estaba clarisimo que habia algo raro en Bester, si. Era un tipo siniestro y extraño. Sin embargo, no habia logrado hablar con él lo suficiente como para interpretar esas "señales" de las que hablaba ahora mismo.

Entonces... ¿Habia visto lo que habia en mi mente...?

No es que me importara, desde luego... Es decir... Mi mente era mía y la mayoría de geniales pensamientos que la poblaban no estaban a la altura del resto de mortales. Demasiado complejos y brillantes para los demás. Bueno, a decir verdad... Sí, sí que me importaba que estuviera hurgando en mi mente... ¿Es que no iba a tener ni un resquicio de intimidad en aquella nave?

Alcé una ceja, mirando a aquél tipo bajito mientras pronunciaba aquella frase que me dejaria ojiplático. No, definitivamente no quería a aquél tio mirándome dentro. Claro que no- Estupendo, señor Bester. Me ha dejado clarísimo que puede remover todas esas cositas que tengo aqui adentro... - dije, con cierta acritud, incomodo, sin duda, con aquello- Sin embargo... le pediría que la próxima vez llamara a la puerta antes de entrar... Como gesto de... educacion y buenos modales, ya sabe...- fue mi forma de dejarle claro que no me hacía gracia que entraran y salieran de mis pensamientos de esa forma.

Entonces, durante un instante, la idea de que aquel hombre supiera de lo mio con Venus paso por mi mente, haciéndome fruncir ligeramente el ceño. Aunque entonces, quizás... Quién sabe... quizás podría ser de ayuda con el tema de aquella incomoda cinta de video.

Sin embargo, antes de que pudiera decir nada más, continuó hablando sobre Baltar y aquél intento, que podía corroborar perfectamente, de implicar a Young en todo aquello.- Sé que Young parece no ser santo de devocion de muchos. Y sé también que Baltar asegura que era él quien lo estaba trastocando todo.. Sin embargo, cuando hablé con Young me dijo que estaba bastante mosqueado porque parecía haber alguien saboteando distintas partes de la nave. Cosas que parecian romperse al azar... interruptores que de repente funcionaban y de repente dejaban de funcionar... Cosas así. Y quizas sea nuestro querido Gaius ese "duendecillo siniestro" que va dejando su rastro por la nave... - dije, sopesando la información que acababan de darme- Lo que si sé por boca del propio Baltar es que dijo haber sido amenazado por las corporaciones para venir aquí y que aseguraba querer atentar contra ellas. De hecho... él mismo me cito en este lugar, asegurando querer hablar con Mer... la señorita Vickers y conmigo, sobre cómo vengarse de ellas. - dije entonces, para que estuvieran preparados si nuestro amigo llegaba- Sin embargo, fui lo suficientemente precavido como para no hablarle de su presencia, señor Bester. - dije, con una media sonrisa, observándolo, con aire interrogante.

-Y... ¿cuál es su propuesta entonces? Porque supongo que si estamos aqui, es porque ya ha pensado en algo... - añadí, suponiendo que aquel tipo no era de los que dejaban las cosas al azar... ni en manos del resto.

Fui escuchando lo que decía Rodney aunque mi cabeza de fondo estaba pensando en cómo matar a Baltar si fuera necesario y el mejor modo de deshacerme del cuerpo.

Hummm... la nave no es muy grande y está vigilada. Podría esconderlo en alguna parte, pero el olor llamaría la atención y eso el algo que no quiero. Aunque siempre podría arrojarlo al espacio. Pero abrir una exclusa sin que sonara alguna alarma era difícil.

Y entonces me vino una idea más o menos aprovechable. Tenía alguna laguna, como todo plan que se fuera a llevar a cabo en un entorno tan controlado como esta nave, pero era sencillo.

Dejar inconsciente a Baltar. Precintar una habitación. Lo cual era difícil, pero siempre podía utilizar la idea de que iba a estar con Rodney y utilizar su cuarto. Con suerte, sus compañeros pajilleros le dejarían el camarote. Llenarlo de plástico para que ninguna gota de sangre pudiera mancillar el lugar. Luego colgarlo cabeza abajo para drenar la sangre y cuando no hubiera grandes cantidades de ella, cortar el cuerpo en manejables trozos, para poder tirarlos por el lavabo. Al fin y al cabo eso, iba directo al espacio. Llevaría su tiempo, pero era una opción.

Rodney termino de hablar.

- Bester siempre tiene un plan. Y si Baltar es un traidor, siempre podemos aprovecharnos de eso. 

- No hace falta llamar a la puerta, cuando grita tan fuerte que se le puede escuchar este donde esté. -contesta el menudo agente ante la queja de McKay. Lo cierto es que había gente más ruidosa que otra, y Rodney era de los que más...- Tal vez crea que disfruto hurgando en la mente de los demás, pero al contrario de lo que piensa, lo dificil es mantener el Silencio. - La última palabra tuvo cierta connotación diferente. Lo que posiblemente fuera algún termino usado en su jerga para referirse a algo más que el simple ruido ambiental.

- Y sí, estoy al tanto de esos sabotajes misteriosos, doctor. En un principio los... problemas económicos de Young lo pusieron en el punto de mira, pero ahora mismo resulta obvio que no es el autor material ni intelectual de estos... incidentes que sufre la nave. - Hizo una pausa. - Pero... -añadió, levantando ligeramente la mano con un dedo alzado- Oh, por favor... francamente parte de mi plan consistía que hubiera llamado a Baltar y estar ahora mismo desvelando los misterios de sus planes... pero evidentemente no ha sido posible. Por ello, es momento de poner en juego el plan B. - Asintió con la cabeza, cuando Vickers mencionó que siempre tenía un plan. Parte de su trabajo consistía en adelantarse siempre a las cosas, por supuesto. Y allí estaba con el más listo y la más fuerte. Algo habría que pudieran hacer juntos.

- Baltar intentará manipular a todos para sus propios fines. Pero sabiendo esto, podemos jugar con ventaja, marchar un paso por delante de él. Lo primero es... bueno, revisar sus efectos personales. Segundo, que alguno de ustedes lo lleve a la cafetería. Preferiblemente usted, doctor McKay. Hablará con él, y le preguntará sobre los problemas que ha tenido esta nave... mientras, Vickers y yo jugaremos a las cartas. Sólo una pantomina para que pueda leer la mente de Gaius sin que sospeche lo más mínimo. Esa será la primera parte de este plan. ¿Tienen alguna duda?

Alcé una ceja, cuando Bester habló de mis... "gritos". ¿Qué estaba insinuando? Desde luego que solia dejar que mis pensamientos camparan a sus anchas... Mea culpa... tenía la mala costumbre de no ir dejando que me fueran leyendo la mente por ahí. Defecto mio, desde luego.

-Y dígame, por mera curiosidad científica... ¿es capaz de "escuchar" usted a todo el mundo de serie, o necesita establecer algún tipo de vínculo? - pregunté entonces, cruzándome de brazos y observando al hombrecillo, ahora con  aire curioso.

Entonces Bester aseguró estar al tanto de los sabotajes y contar con la presencia de Baltar aquí, ante lo que me encogí de hombros, mirándole- A decir verdad, aún es posible que aparezca. Como ya le dije, debíamos encontrarnos aquí mismo. - le dije, señalando a mi alrededor, ojo avizor ahora por si aparecía Baltar por alguna parte. Maldito chalado. No era dificil ver que le faltaba algún tornillo, pero ¡Demonios! estaba mucho peor de lo que habia calculado. ¿Es que no habia nadie medianamente normal en aquella nave?

Afortunadamente, aquel plan llegó antes de que pudiera seguir dando vueltas al asunto de la "normalidad", haciéndome asentir, pensativo- Eso no será demasiado complicado. Le diré que tengo nueva información... que creo tener pruebas de que Young ha saboteado la nave. Y dejaré que usted haga el resto... -repuse, asintiendo, con una media sonrisa, al ver como aquel plan se antojaba más que factible, tanto que incluso bajé la voz, en un gesto inconsciente.