Partida Rol por web

—Oh, ¿no me digas? —aquella revelación pilló completamente por sorpresa al doctor Baltar—. Osea, que tú y Vickers… —una tos seca siguió a sus palabras, mientras borraba de improviso su expresión de perplejidad—. Sí, la verdad es que te agradecería mucho que me comentases cualquier cosa que encuentres relevante cuando… cuando investigues por tu cuenta a la señorita Vickers. O al doctor Kern. Sí.

Se pasó la mano izquierda por el cabello, echándoselo hacia atrás.

—Yo ya he llegado —se paró en seco en un cruce de pasillos—, tengo que marcharme por ahí y luego bajar hasta abajo del todo, si no recuerdo mal. En fin, Rodney. Me alegra tener a un hombre de tu altura intelectual a bordo, todo un alivio poder mantener conversaciones cabales con alguien decente, si quieres mi opinión. Y descuida, si descubro alguna cosilla más, te la haré saber. 

Me limite a alzar ambas cejas, cuando Baltar hablo de mi relacion con mi querida Venus, y ladee una sonrisa en mis labios, otorgando quizás al callar. -No te preocupes, Gaius. Serás el primero en enterarte... - dije, afilando ligeramente mi sonrisa en una mueca de satisfaccion, en cuanto comenzo a hablarme del placer que suponia mantener una conversacion con alguien como yo.

-Lo cierto es que si, es gratificante encontrar a alguien en esta nave en el que no recaiga la duda de si saldra corriendo tras un platano si se lo lanzas... - añadi, con cierto humor, deteniendome cuando el tambien lo hizo- Nos veremos despues... Voy... a buscar a Kern antes de hablar con la señorita Vickers. Ahora, en caliente, y despues del berrinche del interrogatorio, seguro que esta mucho mas mansito... - le dije, señalando en direccion al pasillo, pensando en ir a buscarle al lugar mas probable: el laboratorio... o su camarote. Probaria en el laboratorio primero.

Sali al pasillo con Venus, caminando con ella en direccion al camarote de Oficiales, el lugar que compartia con aquellos dos ineptos. Aun asi, seguia considerando aquello un triunfo, por lo que estaba dispuesto a disfrutar de el, mientras recorria aquel pasillo- Mucho mejor ahora. Si le digo la verdad... tanta testosterona descontrolada comenzaba a atosigarme. - dijo, en referencia a aquellos hombres que habian dejado atras, alegrandose especialmente de haber perdido de vista a aquel baboso que no le quitaba ojo de encima a la rubia.- Aun asi, no termino de comprender para qué necesitamos tanto apoyo militar. Se supone que solo vamos a buscar a unas cuantas ovejitas descarriadas, ¿no? ¿Que sentido tiene traer a toda esa gente? - pregunte entonces, hablando al aire, con  intencion de simplemente compartir aquel pensamiento con Vickers, deteniendome un instante en medio de aquel pasillo.

Muchos asuntos me ocupan tras lo ocurrido con el doctor Kern por lo que paso mucho tiempo recorriendo los pasillos de la nave, memorizados previamente, para conocer las rutas más directas a cada lugar. Aún así, no tomo los caminos más indicados para llegar a mis destinos, pues tengo una conversación pendiente y me gustaría encontrarme inesperadamente con una persona, la ayudante de la consejera, la señorita Vickers. Es más que obvio que la influencia de Smith se encuentra muy presente en cada una de las decisiones que hemos tomado hasta ahora, pero la presencia de la consejera es apenas perceptible, algo que me resulta bastante inquietante pues puede provocar problemas futuros en la misión.

Recorría el pasillo con McKay, el cual parecía aliviado por haber salido del comedor. Y sonrió con su comentario sobre la testosterona.

- Son soldados, su vida cuartelaria les hace ser así -le comento, indulgente- Para mí, lo mas molesto es cuando alguien te mira como si fueras comestible -dije muy seria y cerré los ojos perdiéndome en mi memoria- Es algo muy desagradable. Por fortuna, no parece ser tu caso - añadí con una sonrisa. Si, estaba claro que yo le gustaba, pero al menos tenia la deferencia de no salivar al verme. Entonces McKay hace un comentario acerca de no entender la presencia de tanto militar. Sonrío. Me resultaba agradable su compañía, lo que me hace estar mas relajada.

- Supongo que por el mismo motivo que se llevan preservativos -le comento con picardía- Es mejor tenerlos y no necesitarlos, que necesitarlos y no llevarlos.

En ese momento veo como el Comandante Adama aparece caminando por los pasillos. Me torno seria y le saludo

- Buenos días, señor - Me dirijo a él educadamente, como he visto hacer a los militares.

En un acto de suerte me encuentro en los pasillos con una de las personas con las que quería hablar.

Buenas tardes señorita Vickers, buenas tardes doctor Mckacy -saludé a ambos- ¿Tiene un momento señorita?

 Sonreí con amabilidad a su saludo.

-¿Un momento? Pregunte intrigada. Me parecía un tanto extraño que el Comandante quisiera hablar conmigo y no directamente con Wray mi superiora. Desde luego Señor. Doctor McKay, continue y cuando acabe me reúno con usted. Me torne seria. Tenia delante al Comandante de la nave y no quería decir que iba a charlar amigablemente al dormitorio de uno de los Doctores.

Estaba a punto de contestar a Venus, con un atisbo de sonrisa satisfecha en los labios, tras escuchar aquellos comentarios sobre el grupito de mandriles que habiamos dejado atrás. Cada vez tenía más claro que aquella era una mujer, con mayúsculas, capaz de estar a la altura de un intelecto y una personalidad como las mías.

Sin embargo, justo en el momento en el que iba a retomar nuestra conversación, el comandante Adama apareció, frustrando aquella interesante y prometedora situación.

Genial, señor Adama. Con lo grande que es la nave no tiene más lugares en los que pasear.

Sin embargo, me limité a saludarlo, alzando una mano, con gesto distendido, y una media sonrisa ligeramente forzada por las circunstancias- Comandante Adama, ¿qué tal? - dije, como formula de cortesía, ocultando bastante mal mi descontento al ver que queria llevarse a Venus.

-Vaya, vaya, no se preocupe... Yo... le espero alli. - dije, sencillamente a la mujer, esperando que ese minuto fuera eso, solo un minuto.

-Hasta otra entonces, señor Adama. - me despedi, con una sonrisa torcida, echando a andar en direccion a mi destino.

- Me parece que he molestado a alguien solicitando su presencia -comento con cierto enfado. Desde el primer momento el doctor McKay me había parecido una persona con un gran ego, pero lo suficientemente inteligente como para no dejar que su juicio se nublara. Sin duda le hace falta un baño de realidad.

- No la entretendré demasiado, señorita Vickers, pero como ayudante de la consejera Wray me gustaría hacerle unas preguntas. No he solicitado verla a ella para no molestarla con asuntos de poca importancia y, como he tenido la fortuna de encontrarla, me he decidido a presentarle mis cuestiones a usted -el asunto a tratar era demasiado político para mi gusto por lo que, pese a todas mis dificultades, trato de hablar con el máximo tacto posible- Como comandante de la nave y guía de esta misión, necesito saber los deseos de la pareja de corporaciones que nos han contratado. Sin embargo hasta ahora sólo he recibido encargos y órdenes del señor Smith. Me preguntaba si la Weltherrschaft Korporatsiya -trato de decir atragantándome varias veces con el nombre de la corporación- la WK, necesita de mis servicios o tiene algo de información que podría servir para el éxito de la misión.

Cuando escucho la contestación del Comandante veo que está molesto, no me hace falta ser una experta en el lenguaje corporal para poder verlo.

-No se preocupe Comandante. A mi no me ha molestado, y soy con quién quería hablar. Comento muy seria, finalizando con una cálida sonrisa.

Escucho sus palabras. El Comandante no es para nada obtuso o ciego. Yo misma, en mas de una ocasión, he visto como Wray parecía perder terreno delante de Smith.

Entiendo su preocupación Comandante. En la Weltherrschaft Korporatsiya -comento rápidamente y con la naturalidad de haber repetido el nombre miles de veces- Creemos en dejar hacer las cosas a quien tiene que hacerlas. Por eso no hemos sido tan intrusivos como el Señor Smith. Esté tranquilo, la Consejera Wray tiene una hoja de ruta muy bien trazada, la cual se ira revelando a su debido momento. Cuando llegue el momento, la Consejera Wray o yo hablando a través de ella le pediremos asistencia. Pero el motivo de no haberlo hecho todavía es que no era necesario. Sonrió levemente. Pero créame... la Wk, la Consejera Wray y una servidora agradecemos su preocupación. Tiene usted una fama muy bien merecida.

No puedo más que asentir ante las palabras de la mujer. Sin duda se merece el puesto que ostenta, aunque aún no le ha dado demasiado tiempo a demostrarlo ante el resto de la tripulación del Aurora - Sea pues, señorita Vickers, le agradezco su sinceridad. Es un alivio que la consejera cuente con personas como usted, abiertas al diálogo. Pese a todo, debo recordarle que para afianzar el éxito de la misión debo contar con toda la información posible. No me gustaría que la ruta que quiera llevar la consejera Wray se cruce con la del señor Smith o con otra posible elección ya escogida. No podemos volver locos a la tripulación con un mando desorganizado.

Los dos agentes del ONUG, Bester y Lucy, interceptan a Mr. Smith y Monnipenny en su camino hacia la cámara de hibernación. Por lo visto les han estado esperando, con objeto de tratar alguna cosa con ellos...

La asistente personal del alto directivo de la Weyland-Yutani saluda de forma protocolaria, cuando los dos agentes se cruzan en su camino y reconoce que pretenden dirigirse a ellos:

- Saludos - dice con su voz perfectamente modulada - ¿Puedo ayudarles en algo?

- Venimos de la cámara de crioestasis. - Informó a Monnipenny. - Donde el... Oficial Young esta revisando los protocolos de seguridad informática. Es realmente bueno en su trabajo, pero tendrá... varios meses para solucionarlo. Según las especificaciones de la Doctora, el momento idóneo para los sondeos son al principio del segundo tercio del tiempo de tránsito. No les robaré más tiempo, debo ir a prepararme para la crioestasis. -

En cuanto los dos agentes se han alejado de vosotros, Monnipenny aprovecha la circunstancia para recordarte un detalle significativo en relación a la crioestasis:

- Según los protocolos de actuación que nos dieron cuando fueron reclutados Alfred Bester y el Operativo X8, debemos proporcionarles un concentrado de los comprimidos "vitamínicos" que contenía aquel maletín - ahora lo recuerdas, os hizo entrega aquella pareja de replicantes, David y Bishop, que servían a Mengele en la estación Babylon-5 - Tenga en cuenta que debe ser añadido al fluido inductor de la crioestasis, para que no sufran carencias durante el proceso de hibernación - das gracias de que su procesador jamás olvide un dato introducido, y que su programación implique consultar siempre todos los protocolos - Y recuerde que también hemos de proceder de forma similar con Steve Rogers, con sus respectivas "sustancias revigorizantes".

El Comandante Adama parece mas tranquilo después de mis palabras. Lo cual es un alivio.

- Me alaga en exceso Comandante. Solo hago mi trabajo. Y sonreí calidamente. Escuche el resto de sus palabras y asentí con la cabeza. Entiendo su preocupación y la comparto. Para su tranquilidad hablare con la Consejera Wray para que mantenga una amigable y productiva charla con usted. En ella podrá explicarle algunas partes de nuestra hoja de ruta. Y así poder evitar futuras tensiones como bien a dicho.

-Miles de millones en crearme y entrenarme en un laboratorio, para al final acabar haciendo de secretaria...

El Comandante Adama parece mas tranquilo después de mis palabras. Lo cual es un alivio.

- Me alaga en exceso Comandante. Solo hago mi trabajo. Y sonreí calidamente. Escuche el resto de sus palabras y asentí con la cabeza. Entiendo su preocupación y la comparto. Para su tranquilidad hablare con la Consejera Wray para que mantenga una amigable y productiva charla con usted. En ella podrá explicarle algunas partes de nuestra hoja de ruta. Y así poder evitar futuras tensiones, como bien ha dicho.

- Entendido, Agente Bester.

El encuentro fugaz le hizo repensar la estrategia a seguir para que este contratiempo no levantase sospechas...

Gaius caminaba, apresurado, hacia la cámara de crioestasis. Se había cambiado de ropa en el camarote común después de su conversación con la Consejera Wray, de modo que ahora iba caminando en bata por los pasillos de la AURA.

—Seis, ¿la crioestasis no va a afectarte de ninguna manera, verdad? Es decir, ¿vas a permanecer “despierta” y activa durante el periodo de congelación?