Partida Rol por web

Al fin las ideas de unos y otros rompían el tenso silencio del puente de mando. Me maldigo una y otra vez por mis anteriores errores, fallos que nos han llevado a una situación difícil en la que no contamos con lanzaderas. 

Malditas sean las corporaciones y su mutismo selectivo.

Finalmente parece que algo parecido a un plan comienza a formarse, del cuál extraigo las ideas principales para obtener la aprobación del resto de presentes.

- Bien, parece que un plan comienza a tomar forma. Me gustaría detallar que no sabemos la localización de nuestros hombres, tal vez no los han cogido o, incluso, puede que estén muertos. La opción de que sean rehenes es algo que debemos sopesar y tener en cuenta, no quiero arriesgar más vidas -explico a todos, sintiéndome responsable de su seguridad- Si todos estáis de acuerdo, creo que podríamos acercarnos lo más sigilosamente posible a la estación y, una vez a su alcance, podemos usar el artilugio encontrado para tratar de engañarlos. Obviamente esta gente no caerá en una treta tan simple, pero nos dará más tiempo para acercarnos y que un pequeño grupo de hombres, voluntarios, viaje por medio de los drones hasta la estación. En el momento en que contacten con nosotros para mostrarnos que no los hemos engañado -continuo dejando claro que las posibilidades de engañar a un grupo así, pese a los códigos, son bastante limitadas- trataré de hacer tiempo para que el equipo tome posiciones en la estación, saboteé sus defensas y sistemas informáticos... y ponga a nuestros enemigos en una situación incómoda.

Con todo aclarado, dejo un momento para que los presentes reflexionen...

- ¿Alguna otra aportación? ¿Voluntarios para el paseo hasta la estación orbital?

- Tengo por seguro que necesitará mis habilidades diplomáticas en esa nave, Comandante Adama. Me presento voluntario para formar parte del equipo que vaya a la estación.

El pequeño hombrecillo rompió el silencio, avanzando un solo paso. Sí, había estado callado toda la conversación, limitandose a observar y tomar apuntes mentales. Y ahora había llegado el momento de romper ese mutismo en pro de un bien común. Tenía por seguro que él podría añadir ese punto diplomático que le faltara a un comité militar de bienvenida.

- Y... aunque quizás sea arriegado y no lo apruebe, un equipo compuesto por Baltar, yo mismo y.... Chacal, sería la combinación perfecta para ese grupo de incursión. Como siempre, la decisión es suya, Comandante.

Funzo ligeramente el ceño al escuchar al agente Bester.

- No tengo tan claro que la diplomacia sea una opción - comento. - Al menos no en un equipo de abordaje como el que se está planteando. He pasado mucho tiempo en estaciones espaciales y tengo experiencia en misiones de rescate de rehenes, así que me presento voluntario para esta.

Miro un momento a Riddick.

- Sin embargo, sí estoy de acuerdo en una cosa, señor Bester. Creo que Riddick podría sernos muy útil allí. Y, por supuesto, si viene conmigo no estaríamos obligados a separarnos... - digo casi en tono de broma, pues últimamente parecemos un matrimonio que se esfuerza en dejar a un lado sus diferencias para no romperse. - Pero no quiero imponer esa decisión a nadie. Por mucho que crea que su experiencia pueda sernos útil, sólo lo será si decide venir voluntariamente... y si el comandante lo aprueba.

Me vuelvo una vez más hacia Bester.

- Si pretenden enviar una delegación diplomática, sería mejor hacerlo de forma abierta, pero no debería mezclarse con una misión que pretende hackear los sistemas de la estación - miro un momento a Baltar - además de localizar y liberar a los rehenes.

Asiento con orgullo ante los dos primeros hombres que se presentan voluntariamente a dicha misión, uniéndose a la propia propuesta de Baltar. Sin duda ellos son los más apropiados para lograr el éxito en la misión. 

Pero si fracasan perderé a algunos de mis mejores hombres...

- Agradezco vuestra disposición, señor Bester, Brigada Rogers. Creo que el grupo propuesto por Bester, junto con la presencia del Brigada, será un grupo de intervención muy eficaz -comento a los presentes- La diplomacia, señor Rogers, será de gran importancia en la misión. Tenga en cuenta que hablamos de mercenarios, gente cuyo único interés es el dinero y cuyo grupo se ha formado para alcanzar dicho fin. Si contamos con unas buenas reservas económicas, algo que nos aportarán los hombres de los corporaciones... -digo sin dar pie a una negativa de ambos directivos- podremos poner de nuestro lado a más de uno de ellos.

Asiento mientras espero la respuesta de Riddick, porque él estaba en el grupo propuesto por Bester.

- No me malinterprete, comandante. No dudo del valor de la diplomacia en la misión en conjunto, pero no termino de comprender la utilidad de un diplomático en un equipo de abordaje. Además, si vamos a colarnos en la estación desde los drones como sugería el señor Baltar, cualquier diplomático en ese grupo tendrá un problema adicional durante una negociación, pues para empezar tendría que justificar una presencia no autorizada en sus sistemas.

Me vuelvo hacia el agente Bester, tratando de que entienda el punto de vista que planteo, que nada tiene que ver con su persona.

- Por el contrario, si envían un segundo grupo de diplomáticos para tratar de negociar mientras el señor Gaius, Riddick - miro al mercenario, dejando claro que su presencia en ese hipotético grupo depende de su confirmación, al menos en lo que a mí concierne - y yo mismo nos encargamos de acabar con las defensas de la estación y localizar a los rehenes, estoy seguro de que el agente Bester será la persona idónea para liderarlo.

Me encojo de hombros.

- Por supuesto, es sólo mi opinión desde un punto de vista táctico. La decisión es completamente suya, señor.

La cara de Gaius es un poema… ya era raro que se hubiera propuesto voluntario para la misión, pero más extraños le parecían sus “acompañantes”. Y lo cierto es que un grupo compuesto por un informático enclenque, un burócrata agente de… bueno, la altura de miras del agente Bester no parecía la mejor de las apuestas para infiltrarse en un nido de criminales desalmados y sanguinarios como parecía ser la estación enemiga. Y cuando Baltar sugirió la posibilidad de estar él en el equipo, desde luego no esperaba que nadie fuese a tomarle en serio. O que al menos el comandante le pondría a un par de tíos fornidos con líneas de diálogo de tipo duro de las clásicas.  

Pero parece que se equivocaba.

Porque no sólo todo el mundo parece dispuesto a mandarle de una patada a la nave enemiga, sino que además tendrá que hacerlo con la inestimable protección de… Bester.

Qué genial todo.

—Comandante —dice calvando sus ojos suplicantes en el oficial—, cuando propuse habilitar un canal y saltar a la estación orbital pirata, lo hice pensando en términos de una infiltración en su sistema. Ya me entiende, para obtener información. —Y por la emoción de un desafío a su altura, claro—. Colarnos dentro de su servidor nos dará mucha información sobre lo que esté sucediendo en el interior de la nave. Confirmaremos además si hay o no rehenes en su interior... pero en ningún momento dije que me presentase voluntario para una misión... suicida. Y es que a pesar de que valoro la experiencia y las habilidades diplomáticas del señor Bester, no creo que mandarnos a él a y a mí, dos técnicos especialistas cada uno en nuestro campo, a un nido de víboras como el que tenemos delante sea una buena idea. O al menos una buena idea para nuestra seguridad.

Se rasca entonces nervioso la barba de varios días, pensativo.

—Hay una tercera opción. Si quieren, manden en misión diplomática a Bester escoltado por el cabo Rogers y el Chacal… o por quien sea —dos tipos duros bastarán, piensa—. Una vez habilitado el canal entre los drones y el AURORA, bastaría con que alguno de nuestros aguerridos voluntarios activase una consola o dispositivo portátil que me permita operar de manera remota desde aquí. Habrá más desfase del que tendríamos si estuviera yo en la estación orbital, pero es mejor que nada.

Esperaba que el mensaje quedase claro: o Bester o él. Porque como les enviasen a los dos en el equipo de infiltración lo más seguro es que acabasen los dos muertos y sin información alguna de lo que ocurría en el interior de la base pirata. 

Todo comandante sabe que la opinión de sus compañeros es importante pero que, después de todo, la última palabra la tiene sólo él. Sin duda cada uno de sus hombres expresan su opinión desde un único punto de vista, sin tener en cuenta otros factores.

- Señor Baltar, que usted viaje a la estación no quiere decir que tenga que encargarse de todos esos mercenarios. En la estación, que tendrá tamaño suficiente como para que no tenga que ver a ningún enemigo, podrá piratear el sistema desde una zona aislada, ayudando a sus compañeros mientras avanzan y obteniendo información de interés para procurarnos el éxito -explico al experto informático -pero si usted prefiere trabajar desde la nave no tengo ningún problema, es más, entiendo que es un recurso demasiado valioso para arriesgarlo innecesariamente.

- Respecto a su sugerencia, señor Rogers, me encantaría mandar dos equipos pero temo que no nos tomarán muy en serio si nuestro equipo de diplomacia viaje en traje espacial, enganchado en un dron -respondo al Brigada- Mi intención es que usted y el señor Riddick se infiltren en la estación, posiblemente con uno de nuestros soldados. El señor Baltar piraterá el sistema desde una posición segura y el agente Bester podrá apoyar a uno u otro según os encontréis una u otra situación. Por lo que sé es un hombre muy versátil, una persona que, si usa todo su potencial, podrá apoyaros en uno u otro contexto -dejo clara mi postura ya que, por lo que he deducido, Bester puede ser más peligroso que el propio Riddick... aunque de una manera más sutil- Pero dejo que esa elección la tome el propio Bester. También necesito saber de cuántos drones disponemos...

Tras haber sido el primero de los tres en hablar, opto por el silencio. Escuchar a los demás siempre resulta interesante tras haber sido el centro de atención Tigh me dedica una mirada cargada de desagrado y yo no puedo mas que mirarle totalmente inexpresivo en mi mirada, mientras una sonrisa cínica asoma a mis labios. ¿Crees que soy como uno de esos soldados tuyos de mantequilla? Puedes mírame así todo lo que te plazca, como si luego vas al reservado a tocarte pensando en eso mismo. Me la suda.

Devuelvo mi atención a lo que realmente la merece. La idea principal parece una misión de infiltración, como buenos militares, cabezascuadradadas, la vía militar directa o indirecta es la única solución que ven. Aunque claro, conseguir que me envíen allí como representarte de una posible vía diplomática supongo que es inviable y por supuesto no se les ha pasado por la cabeza a ninguno de ellos. Puesto que una reputación como la mía, no nos abriría las puertas hasta el mismo Kaiju, claro que no. Es justamente en ese momento cuando el agente Bester habla y sin duda me sorprende por la petición. Giro mi musculado cuello lentamente, hasta fijar mis ojos en el pequeño loquero, al mismo tiempo que mi cabeza se ladea levemente hacia la derecha. Interesante. Muy interesante, así que quiere contar conmigo para infiltrarnos en esa estación. Ciertamente no diré que no me apetece, lo que es mas, si con ello consigo ver a Kaiju en persona, sin duda me ofrecería voluntario.

Ciertamente no entiendo el punto de una misión medio de infiltración y medio diplomática, o mejor dicho, podría entenderla si tanto Bester como yo fuéramos la carnada, mientras Baltar hace su trabajo. Fijo levemente mi mirada en el informático y niego levemente con la cabeza. Sin duda no es del tipo de persona a la que se puede dejar en un lugar como ese, las víboras del lugar se lo comerían antes de que se diera cuenta.

Rogers interviene de nuevo, sin duda este hombre le ha cogido gusto a mi compañía. Ni siquiera en una situación así esta dispuesto a perderme de vista. Lo irónico del momento junto con el toque de humor que agrega sin duda tiene mi aprobación, lo que no impide que le conteste. - Querida no te preocupes, estoy seguro de que sabre salir del paso. - Le sonrió con una mezcla de humor y sarcasmo, pero sin duda no hay mala intención. Casi parece mas un chiste entre amigos o camaradas que otra cosa. El viejo sin embargo desautoriza parcialmente a Rogers, indicándole que la diplomacia es lo mas importante en esta misión, que con el dinero de las MegaCorps, de nuevo esas hijasputa en escena, podrían comprar lo que buscan. Lo dudo pero aun no es momento de dar mi opinión.

El Brigada le da un nuevo giro al plan, al plantear la opción de dos misiones. Una de infiltración y otra de diplomacia. En la que los cuatro individuos mencionados hasta ahora se reparten de nuevo al gusto del soldadito, siempre quedando él y yo juntos.

Cuando creo que es el momento para hablar, el informático se me adelanta. Por sus palabras deduzco que esta completamente acojonado con la posibilidad de tener que llevar a cabo un plan como el que están describiendo. Burócratas, técnicos e ingenieros. Hablan mucho pero cuando toca poner los huevos sobre la mesa son las primees ratas en abandonar el barco. Es muy fácil dar con un plan siempre y cuando no seas tu quien lo lleve a cabo. Estoy a punto de soltar mi lengua, con su mas que conocida acidez, cuando sin embargo plantea una ultima opción. Una que sin duda me gusta bastante y como no, ademas implica que el bueno de Baltar mantendrá su culo bien a salvo dentro del AURORA.

No tengo problema en participar en su misión. - El tono de mi voz es el de siempre, mientras mi mirada pasea por los presentes hasta clavarse en Rogers, dándole a entender que he captado su mirada de antes. - Dudo mucho que tengamos problemas si nos infiltramos para conseguir una audiencia con Kaiju, al fin y al cabo el dinero puede comprar cualquier cosa, eso esta claro, pero creo que a él, le interesa mas el poder que otra cosa. Si ha sido capaz de montarse esta operación, el dinero no le supone un problema. Teniendo en cuenta la cantidad de capitanes que traficaran con él, antes que una cifra inimaginable negociara con algo que le pueda dar mas poder sobre ellos, o control sobre esta zona. - Algo que dudo que la ONUG este dispuesta a dar, se vea como se vea. - Al menos es lo que haría si es la mitad de inteligente de lo que parece. - Seamos sinceros, si ha sido capaz de montar este tinglado, no es un capullo mas suelto por ahí con un grupo de mercenarios a sus espaldas.

Me es indiferente si deciden ir dando la cara, o por el otro lado prefieren las sombras, pero teniendo en frente a alguien que se hace llamar Kaiju, cuanta menos ONUG y MegaCorp huela mejor que mejor. Él considera este pedazo de espacio su feudo particular, independientemente de quien lo controle realmente, cualquier insinuación de que no es así, solo empeorara las cosas. - Me encojo de hombros de manera bastante ostentosa, marcando mi indiferencia por el objetivo en si. - Si fuera mi decisión lo haría dando la cara... - Mi voz se apaga tras la ultima frase. Tal vez he hablado de mas, pero considero que es lo mínimo que puedo hacer para que no la acaben jodiendo.

El oficial de comunicaciones responde de inmediato ante la petición del comandante:

- Sólo contamos con tres drones de exploración, señor -repite- Disponen de un armamento ligero y están habilitados para vuelo atmosférico mediante cuatro rotores de aspa, así como para una limitada impulsión en el vacío del espacio con micropropulsores de hidrógeno... pero no podemos exiguirles que remolquen a más de un pasajero cada uno, y aún así estaremos poniendo su capacidad al límite -aclara cualquier posible duda al respecto- Eso nos deja forzosamente con un equipo de tres incursores, como máximo.

Lucy se comunica mentalmente con Alfred Bester, mientras su distraida mirada se pasea indolente por todos los presentes y una sutil sonrisa asoma apenas en sus labios.

- Yo podría impulsarme a mí misma en el vacío mediante telekinesis, y posiblemente a algún pasajero adicional, con mayor eficacia que cualquiera de esos drones -afirma convencida- Si bien revelar esa capacidad pondría al descubierto mi verdadera naturaleza, no sé si sería oportuno hacerlo ahora...

Aunque el vínculo telepàtico transmite mucho más que palabras, y en su mente bulle el ansia por mostrarse de una vez tal como és, con todo su potencial. Hay todavía una tenue capa de temor que le hace retenerse, el miedo a mostrar abiertamente todas sus cartas, pero también un fuego interior que pugna por salir...

Estiro los hombros llevándome las manos a la espalda, escuchando con atención la información del teniente Gaeta y las opiniones del peligroso Riddick. Sin duda el reo piensa que aún es una leyenda entre los forajidos, capaz de establecer lazos con cualquiera de los de su calaña. Sin embargo, el tiempo ha pasado para todos y es probable que los suyos, los delincuentes y asesinos, no le den más importancia que a un cualquiera.

- La situación es más complicada de lo que parece, señor Riddick. Hablamos de un grupo de matones financiado o contratado por gente capaz de robar una nave de suministros de las corporaciones en sus narices, pese a todo su dinero, poder y ego -muestro al recluso de nuestro bando, optando por lanzar una pequeña pulla a los corporativos, que guardan demasiado silencio- Si nos sentamos a negociar, seguramente ellos puedan jugar más cartas que nosotros, incluso las de rehenes. Y no sabemos si nuestros hombres, o el propio piloto al que perseguían, han dado noticias sobre nosotros. Además, necesitamos información sobre el robo del cargamento de mineral, lo que les da una nueva baza si simplemente nos basamos en la diplomacia. Y no quiero ver como matan a uno de mis hombres ante mis ojos para mostrar que van en serio -la posibilidad de que comiencen las negociaciones con violencia no es un caso atípico entre esta clase de maleantes, ávidos de sangre y con estrechez de miras.

- Contamos con tres drones, suficientes para que viajen Rogers, Riddick y Bester -concluyo mostrando una síntesis de mi decisión- Los dos primeros se infiltrarán, tratando de encontrar un hueco en las defensas de Kaiju, tomando rehenes o matando si es necesario. Por su parte, Bester podrá usar el dinero de sus corporaciones o sus habilidades para convencer a algunos mercenarios de traicionar a su jefe. En el peor de los casos, si el señor Bester no tiene posibilidad de negociar, podrá servir de enlace o, incluso, retomar nuestra nave de transporte para mandar nuevos agentes a la estación -añado, dejando claro que puede existir la posibilidad de usar más hombres en el conflicto- Mandar a otro soldado no creo que cambie la línea de actuación... y tal vez el señor Bester les sorprenda positivamente, consiguiendo que nuestros enemigos entren en razón.

Dejar un cuchillo en medio de una sala llena de asesinos y esperar a que el último quede en pie, solo para decirle que al final del todo, todo era mentira. Había cierta similitudes peligrosas entre aquel tipo de analogías, y lo que estaba pasando allí. Pues tenía la sensación de que si acababa dejando un cuchillo sobre el cuadro de mandos, allí habría un mínimo de tres o cuatro cadáveres antes de terminar la conversación.

Y eso le parecía divertido.

Así que simplemente dejó que la discusión siguiera. Él más o menos iba prepradando de forma mental las frases necesarias para re-dirigir la conversación y el plan a lo que él deseaba, pero fue Adama quien le sorprendió con un nuevo plan que le había gustado aún más que el inicialmente propuesto. - Me parece un buen plan. - resumió con tranquilidad, ese tipo de tranquilidad de un tio que no llega la metro setenta y que aun así parece el más tranquilo ante la idea de enfrentarse a una manada de mercenarios. Ese tipo de tranquilidad que da mal rollo.

- Marcharé en comisión diplomatica junto a Rogers y Riddick. Sólo espero que si deseamos causar la impresión correcta, le retiren las esposas al Señor Chacal. No nos gustaría causar la impresión equivocada a nuestros futuros anfitriones. A nadie le gustan las casas divididas. ¿Verdad? - Lanzó la pregunta con su mazo de cartas en la mano, donde la última, la visible, era la sota de corazones... con pelo largo, y gafas.

Las casualidades, a veces estan ahí y a veces es la imaginación, que nos hace ver cosas que no son.

- Comandante, por mi parte estoy listo. Cuando usted desee, yo dispondré. Pero antes de embarcar me gustaría plantear la estrategia de negociación con Rogers y Riddick. -

Bester no miró a Lucy cuando esta le habló. Eso habría sido arriesgado y poco profesional. Propio de Homo sapiens y no Homo mentis como ellos. Esbozó una ligera sonrisa, apenas perceptible. Podía notar el ansia de su pupila. - Llegará el momento, pero ese momento no es ahora. Tu misión ahora es más importante. Baltar esta intentando desprestigiarte y destruirte. Debes aprovechar que está en esta misión para robarle toda la información que puedas. Saber que hace, porque un ególatra como él dejará registro de todo lo que emprende, para su propio disfrute. Encuentralo y será nuestro peón en esta campaña. Una herramienta más para la libertad. -

Gaius suspira, visiblemente aliviado. Al final resulta que no va a tener que hacer el paseo espacial. Habrá algo de retraso en las comunicaciones, pero mejor eso que infiltrarse en un nido de avispas con un terrorista y el agente Bester. Al menos Rogers, el soldado definitivo, estará vigilante para prestar su apoyo en caso de dificultades.

—Voy a prepararles un programa —informa a los presentes—. Habría que activarlo cuando el equipo esté a bordo de la estación orbital y desde aquí les proporcionaré toda la información que sea necesaria.

Y, por supuesto, en caso de que nos descubran será más fácil tomar contramedidas…

Bien, eso resuelve el problema de la presencia de Bester en el puente de mando. Al menos parcialmente. Si el falso agente de la ONUG está en la nave enemiga ya sólo habría que preocuparse por Lucy, su pequeña y monstruosa marioneta. Lo mejor de todo es que en caso de una confrontación, Lucy no tiene la confianza ni los apoyos necesarios entre los presentes para desacreditarle. Y si se atreviera a utilizar sus poderes, los problemas de suministro eléctrico no sólo la delatarían, sino que además pondría en peligro la vida de todos los presentes...

Lo que les dejaba con el asunto de MacKay.

—Tricia, ¿qué está haciendo el doctor Kern ahora? ¿Sigue ocupado en su camarote? —le pregunta distraído a la IA. 

La respuesta llega a tu mente con voz sensual:

- Las cámaras del pasillo no han registrado su salida, así que allí debe continuar... aunque no hay modo de saber qué está haciendo exactamente allí dentro.

Escucho al comandante sin decir nada. Riddick y yo como equipo de infiltración puedo entenderlo, pero sigo sin tener muy claro qué podría llevar a Kaiju a negociar con un polizón que se ha colado en su estación. Ciertamente, Bester va a sorprenderme si consigue llegar a una solución diplomática apareciendo de la nada en el Olvido. Por mucho que haya avanzado la tecnología en los últimos siglos, la famosa cita incorrecta de "telepórtame Scotty" seguía fuera de nuestro alcance. Pero en el peor de los casos, tendríamos que lidiar con cuatro rehenes en vez de tres.

Sin embargo, por las palabras del agente Bester me da la impresión de que él tiene intención de que le escoltemos en esa misión, lo que no encaja con las órdenes de infiltrar y asesinar si es necesario que ha dado el comandante Adama.

- Bueno, ya decidiremos qué hacer con nuestros anillos de compromiso - le digo en respuesta al agente de la ONUG cuando habla de los grilletes magnéticos de Riddick, continuando la broma anterior. - Pero no tengo muy claro que presentarnos allí los tres juntos sea buena idea. - ¡Demonios! ¡Ni siquiera es buena idea que alguien en misión diplomática se infiltre en una estación! - Aunque sí estoy de acuerdo en planificar la misión en privado - añado incluyendo en el grupo a Gaius Baltar y al comandante mediante una mirada.

El señor Smith, que ha estado todo el tiempo observando desde un discreto segundo plano, pero sin perder esa tan característica sonrisa relamida que asoma siempre en sus labios, decide intervenir para dar su visto bueno:

- Conforme, acepto que el Chacal participe en esta misión y que se le retiren los grilletes magnéticos hasta que regrese a bordo, aunque después le serían restituidos, no me gusta que el perro ande por ahí sin su collar... -concede, recordándoles a todos que en última instancia el reo pertenece a la Weyland-Yutani- Sin embargo, me gustaría recordarte, mi querido Riddick, que el dispositivo RODOX que lleva implantado junto a la columna vertebral puede programarse para que detone si supera una determinada distancia respecto al control... -muestra un pequeño dispositivo en la palma de la mano- Se lo menciono por si le viniese a la mente la peregrina idea de dejar atrás a sus compañeros y hacerse con una lanzadera para huir de la estación orbital cuando se desatase la alarma general, aprovechando la confusión... puede que no supiéramos dónde estaba exactamente, pero le aseguro que no iba a llegar muy lejos.

Su sonrisa se acentúa, haciéndose más malévola...

- Además, de ese modo nunca llegaría a conocer el paradero de cierto viejo conocido que le visitó en Himalia... tenga muy presente que sólo yo podría proporcionarle esa información.

La propuesta del loquero me sorprende, mi mirada se desvia en su direccion, mas ninguna palabra sale de entre mis labios. No tengo muy claro cual es su juego, pero sin duda me resulta como poco interesante. Ademas de que muestra, sin duda, un intelecto superior a la mayoría de los presentes... entrar en una guardia de lobos con un lobo encadenado, mandaría el mensaje equivocado. O al menos uno que podría ser contraproducente para los intereses de los presentes.

Es Rogers el que toma entonces la palabra, su broma me hace aumentar mi sonrisa y hacer un leve gesto en su dirección antes de hablar. - Oh, no sabia que fueras tan romántica. - Miro a Rogers con el humor en la sonrisa y en la mirada. No cabe duda de que si somos capaces de bromear por cosas así, algo ha cambiado, al menos en la superficie. Aunque sólo sea para hacer más ameno el tránsito. Entonces, rompiendo ese breve momento de camaradería o como pueda llamarse a esto, aparece la voz del carroñero. Le miro durante un instante, mas al darme cuenta de por dónde va su tema de conversación, devuelvo mi mirada a Bester, sin duda un espécimen mas interesante que la mencionada hiena.

Su necesidad de demostrar su poder con palabras, remarcando lo obvio y absurdo, como el citado REOBOX, sin duda provoca el efecto contrario del que él podría desear. Menguando su posición y su fuerza en el entramado que se va formando en la nave. Y demostrar debilidad ante un grupo como el presente, no es para nada inteligente. A veces el silencio es mucho mejor que las palabras.

Aun así me resulta de lo mas divertido ver como este variopinto grupo de individuos tiran de sus diferentes sogas, cada uno en direcciones distintas, aunque por una misma razón... mientras intentan ver hasta qué punto es plausible quitarme a mí las cadenas.