Partida Rol por web

Parks había señalado que su brújula se había vuelto loca y que el agua de los charcos que nos rodeaba se había vuelto verdosa, así como aceitosa.

- Si eso solo fuese lo raro, los escombros parecen formar una especie de espiral a nuestro alrededor y su epicentro es la trinchera alemana. Seguía sin quitarme de la cabeza la idea del uso de algún tipo de arma, pero era algo que se había descartado. - Con respecto al tiempo que hemos estado sumidos en la inconsciencia, coincido con Parks, dieciseis horas o mas. 

Me fijo en algo mas, en el extraño silencio .... era cierto que el ruido tenía que haber sido ensordecedor ... ¿pero tanto como para espantar a toda la fauna?. - No escucho a ningún animal, siquiera a pájaros lejanos.

Todo esto es demasiado para mi, nada tiene sentido, miro el cielo tratando de determinar si la hora del dia corresponde a la que marca el reloj. Miro a mis compañeros pero creo que están tan confusos como yo. Mantengo mi arma en ristre, dispuesto a seguir combatiendo si hiciera falta

Escucho atentamente al resto de mis soldados y tomo una decisión, como bien han indicado los soldados Parks y Martin.

– Si avancemos todo lo posible mientras quede luz.

Indicándole que se adelante. – Soldado Manson, ya que ha sido quien ha descubierto la distribución de estas estructures, guíenos.

Mientras compruebo que mi arma esté preparada para disparar. – Estar atentos, pueden venir soldados alemanes para investigar que ha sucedido aquí.

- Maldita suerte la mía, de saberlo hubiese cerrado la boca. Apresto el rifle y hago lo que me dice el cabo, preferiría cualquier otro mando por encima para que impartiese las ordenes ... aunque por ahora tendría que conformarme con lo que había. - Espero que esto lo paguen como horas extras. Empiezo a caminar para salir de la espiral, esperando que no hubiese ningún regalo dejado atrás por los alemanes.

¿Qué lo podía haber causado toda esa destrucción? ¿Un arma nueva? La idea de una nueva arma y que la tropa no supiera de su existencia no era una idea descabellada, incluso que esa nueva arma fuera  propia. Muchos soldados descubrieran los carros de combate cuando los vieron avanzando junto a ellos hacia las trincheras, los mismo ocurrió con el lanzallamas o el gas.  Muchos infelices murieron por la simple ignorancia, al no saber que era esa nueva arma y como protegerse de ella.

Las botas de los soldados levantaban pequeñas nueves de polvo grisáceo a medida que se alejaban del epicentro de la espiral. Entonces, un fuerte crujido rompió el silencio del valle. La porción de terreno donde se encontraba el grupo empezó a hundirse. Primero lentamente y luego más rápidamente hasta caer con un fuerte estruendo dejar todo el valle cubierto de polvo grisáceo.   

Voy caminando detrás del soldado Manson esperando encontrar algún lugar que me resultara familiar o que pudiera relacionar con un campo de batalla como los que he visto en mi dilatada vida.

Doy un paso notando que el terreno cede, aunque no le doy mayor importancia. Es una cosa habitual ya que la tierra se va amontonando donde la proyectan los proyectiles de artillería.

Esta vez cede y comienzo a caer logrando aferrarme al borde del agujero que se ha abierto bajo mis pies. – Saltar fuera derum… – La tierra a la que me aferraba acaba cediendo ante mi peso cayendo por la sima.

Veo como se abre el suelo ante mi, a pesar de mi carrera no logro actuar a tiempo y siento como la gravedad tira de mi , caigo hacia el vacio, cierro los ojos, parece que todo ha terminado para mi.

Richard desde el ataque inicial, la muerte del sargento y los demás compañeros, el suicido del germano y los extraños cadáveres y mil pesadillas más solo sirvieron para hacer de el una maquina que solo actúa de forma automática sin expresar nada. Al menos hasta el momento en que volvió en si luego de casi un día de estar desmayado junto a los demás.

El paisaje grisáceo y los cuerpos derretidos fue insignificante en comparación a lo que sucedería a continuación.

- ¿Pero que es esta mierda? ¡Que es esta mierda! ¡Que es esta mierd…! - repitió con enojo varias veces la frase al despertar y observar el paisaje que rodeaba al pelotón. En su demencia insustancial aquellas palabras subordinaron la lógica para alejar la horrible verdad que se expone a flor de piel.

Y sirvió hasta que el suelo inició su acto antinatural. - ¡Arrrrghhhhhh! - Richard gritó con toda su capacidad pulmonar al intentar sobrevivir al entierro en vida.

Como me ordenaron abrí la marcha por el extraño sendero que se había formado ante nosotros, como únicos supervivientes debíamos seguir con la misión. A cada paso una pequeña nube de polo se elevaba del suelo, prefería pensar que eran parte de los arboles que habían sido derribados y no parte de la carne de nuestros compañeros atomizados.

- Si el infierno tiene alguna forma .... de seguro es esta.

Caminaba lentamente atento a cualquier cosa, lo que no esperaba es el crujido que resuena bajo mis pies y que transforma el camino por donde avanzo en una caída insondable. - Cuida..... Pero son palabras tardías para mis compañeros. 

Justo empezamos la marcha por ese terreno revuelto, como campo polvoriento arado, situándome yo en el flanco izquierdo, cuando todo empieza a hundirse. Miro con absoluta incredulidad como desde donde estábamos hacía un momento el terreno cae haciéndose cada vez mayor el diámetro de ese hundimiento. Mis compañeros, corren para ponerse a salvo pero algunos no tienen tiempo de ponerse a salvo. Emmet, el cabo Grimm... "¡oh Dios, que horror!"

Corro sin dejar de mirar el agujero que se está formando. Corro hasta ponerme en lo que considero terreno seguro. ¿Pero quien puede estar seguro de nada aquí?

En cuanto el suelo comenzó a desplomarse Anthony corrió sin estar seguro hacia a donde. Vió como no era el único al que le estaba tragando la tierra, casi todos sus compañeros estaban desapareciendo bajo el polvo.

-¿¡Pero que ocurre!?- No lograba entender que pasaba, era acaso un terremoto, o es que las explosiones habían debilitado el terreno y caerían sobre alguna clase de caverna subterránea. Las ideas pasaban fugaces por su mente mientras caía, el golpe sería doloroso.

Solo James y Martin consiguieron escapar del agujero que se había abierto en la tierra. Sus compañeros desaparecieron entre la negrura y las nubes de polvo. Las densas partículas de polvo gris no tardaron en caer al suelo y mostrar una oquedad de unos diez metros de diámetro y unos tres  o cuatro de profundidad. En el fondo se encuentran el resto de los chicos, esparcidos por el suelo lleno de hematomas y heridas. El fondo, aunque lleno de escombros, deja entre ver un suelo liso y uniforme, como el de una casa. 

Las nubes de polvo cubren todo sumiéndoos en las tinieblas, pero las densas partículas de polvo gris no tardan en caer al suelo. El cielo se abre a unos  tres  o cuatro sobre vuestras cabezas.

El fondo del agujero, aunque lleno de escombros, deja entre ver un suelo liso y uniforme, como el de una casa. Y las paredes están formadas por grandes monolitos de piedra colocados uno al lado del otro. Un estrecho arco de forma cuadriculada conduce a un pasillo que se adentra en la negrura.

Cuando veo que no cede más terreno detengo mi carrera. La nube de polvo se alza por encima del suelo y a falta de viento se eleva lentamente como la espuma de cerveza en un vaso.

Veo a James pero a nadie más. Se los ha tragado a todos la tierra. Si mi cara se parece a la de James, estamos los dos para que nos saquen una foto.

Se mezcla el terror con la incredulidad.

- ¡James! ¿Estás bien, muchacho?

Me acerco con paso cauteloso hacia el agujero y llego a su borde. Me cubro la nariz y la boca con un pañuelo. Hay mucho polvo en el aire pero pronto vuelve a caer.

Veo a los compañeros en el suelo, algunos parecen gravemente heridos.

- ¡Chicos, os sacaremos de aquí! - aunque no sabía cómo.

- ¿Quien tiene una cuerda? ¿James? - pregunto ahora levantando la vista hacia mi compañero.

Anthony se incorporó sacudiéndose el polvo, otros tres habían caído con él. Se acercó a Emmett.

-¿Estas bien Emmett?. Y vosotros- Dijo al resto de compañeros, entonces miró a su alrededor cayendo en la cuenta del extraño lugar en que se encontraban. - Pero que cojones... - Sacó sus gafas y las limpió como pudo, - ¡Eh! Los de arriba, estamos en una especie de catacumba -  Anthony gritaba para que los compañeros que habían quedado arriba le oyeran - ¿Estáis todos bien?-

A Anthony le picaba enormemente la curiosidad, ¿a dónde llevaba el tunel?¿acaso lo usaban los boches para moverse sin ser vistos?, aunque no parecía hecho por los alemanes, no, esto era más antiguo.

La caída me deja bastante dolorido y con una torcedura en el tobillo que después de sacarme la bota logro dejarla en unos ramalazos de dolor esporádicos.

Intento averiguar alguna cosa por los pilares, pero aparte de estar seguro de que no es una estructura natural. Las palabras de Parks no me tranquilizan.

– Mierda, con la de muertos que tenemos en la superficie sólo nos faltaba encontrar un cementerio antiguo. ¿Nadie tiene una cuerda?

- ¡Lo sabia! ¡Pura mierda boche! Eso debe ser un bunker. Por eso mismo había una trinchera de los come-salchichas. - reprochó el soldado presto a bajar como sea.

Todo sucedió demasiado rápido y las consecuencias fueron por menos extrañas, forzando la lógica el matón Bostoniano a asociar a los germanos en un todo antes que en eventos separados y sin conexión. Quizás fue la única solución temporal para la demencia ante lo inexplicable.

- ¡Maldición! Voy a bajar, con cuerda o sin ella. ¡A un lado maricas! - advierte antes de comenzar el descenso, ya sea con alguna cuerda que le suministren o no.

Si allí abajo había germanos, pronto Richard les haría pagar por todas las vejaciones sufridas.

La arquitectura parece similar a la de las estructuras encontradas en Malta y España pertenecientes a civilizaciones de la edad de piedra,  piedras hace unos cinco mil años. A pesar de que hay círculos de piedra en Francia, nunca se habían hallado evidencias de culturas megalíticas en esta zona del país galo.

El suelo se desmoronó bajo mis pies, pero con un único paso había pasado de una zona inestable a otra en perfectas condiciones. No todos mis compañeros habían tenido la misma suerte, solo Earl y yo habíamos conseguido evitar una aparatosa caída, el resto junto a una retahíla de maldiciones y quejas parecían estar bien en el fondo del pozo. - Perfectamente Earl, por un pelo pero bien. 

Sería una prueba exigente sacarlos a todos, cuando miro en mi mochila ante la pregunta de Martin para sacar una de las cuerdas del equipo .... no estaba, aunque juraría haberla metido en el petate. Con un gesto de impotencia niego lentamente con la cabeza.

- No tengo la cuerda, quizás se calló durante una de las marchas o durante nuestro ataque a la trinchera.