Partida Rol por web

Antes de bajar doy un vistazo alrededor y recojo un par de troncos delgados y largos que podamos usar de antorchas. También me hago con unos puñados de hojas y material vegetal seco y pequeño para asegurar el encendido de éstas, pues creo que no llevamos ningún material combustible como cera o queroseno para lámparas. Creo que cortando trozos de una de mis mantas y envolviendo el palo puedo asegurar un buen rato de luz.

Cuando lo tengo todo bajo por la cuerda improvisada.

- Si alguien tiene alguna lámpara o vela que podamos usar no me veré obligado a inventarme unas antorchas y cargarme una de mis mantas... en cualquier caso será necesario alguna luz para entrar aquí dentro - espero la respuesta de mis compañeros antes de sacar la manta y hacerla jirones.

Espero unos segundos y ante el silencio que se ha producido recuerdo la pregunta de Earl.

– El soldado Martin ha hecho una pregunta muy pertinente. Sería mucho mejor una linterna o lampara.

Richard se encuentra tan feliz como un niño de visita al museo. Sonríe ante la decisión del cabo Grimm pero dedica miradas asesinas a cada uno que suelta un comentario negativo al respecto. Para él la cripta representa una riesgo con gran recompensa y no dudará en intentarlo.

 - Tengo cerillas y un par de calcetines para esas ramas. Podemos rellenar los calcetines con tabaco de un cigarrillo y papel. ¿O acaso a nadie se le ocurre nada? ¡Vamos, que el oro nos espera! - expresa con énfasis.

Luego de sacar de su mochila los elementos mencionados, el pelirrojo comienza a hurgar con la punta de su bayoneta el interior de los nichos que se encuentran mas cerca de la entrada, aprovechando la luz del exterior.

-La estructura parece sólida, no creo que vaya a haber más derrumbes, no parece afectada por explosiones. 

Anthony había hecho un examen ocular de la zona y solo expresaba sus conclusiones.

Miro raro a Macnalley quien seguía con el oro metido en la cabeza, ¿qué prentedía ese hombre? estaban en primera línea de fuego, tendrían suerte si salían ilesos. Además cualquier pieza de valor debería ir a un museo francés, quizá el Louvre, Anthony nunca había visto el Louvre por un momento se hizo ilusiones con una imaginaria entrega de los tesoros encontrados y se vió a el mismo presentando una exposición en el mítico museo...

El cabo sacó a Anthony de su ensoñación, ahora debían buscar algo para iluminar el camino.

Vista la negativa de los chicos saco la manta de mi mochila y sin mucho esfuerzo arranco unas cuantas tiras de ropa que junto al material vegetal recogido envuelvo en un palo y luego en el otro. Creo que el invento puede funcionar bien.

Mcnalley hace lo propio. Pienso que con estas antorchas ya podremos adentrarnos.

Enciendo las mías y ofrezco una a Parks.

Sin más dilación miro al cabo y empiezo a caminar por el pasillo observando a mi alrededor.

Ante la inexistencia de lámparas, el pelotón improviso dos antorchas con un par de calcetines, unos palos, algo de alcohol y un poco de pólvora. El aspecto final de la antorcha era tosco pero el resultado era el esperado.

Las teas improvisadas iluminaron la gran sala abovedada dejando varias paredes con murales, un altar y varios pasillos; aunque la pared más alejada no se ilumina lo que indica que la bóveda se adentra aún más en la tierra (Pasillo 2).

Apartes del pasillo del fondo se pueden observar dos  más: una enorme entrada flanqueada por pilares (Pasillo 1) y una pequeña entrada excavada en el centro de una gran piedra, a un metro del suelo y pareciéndose más a una ventana (Pasillo 3). También se observa una estrecha sala, tras la cual se eleva una serie de escalones de piedra que ascienden. A partir del tercer escalón el techo está derrumbado y la salida está bloqueada por grandes piedras. (Escaleras cegadas).

Se observan dos grandes murales tallados en la roca (Mural 1 y 2). Los murales representan figuras esquematizas donde las espirales y remolinos se repiten.

En una alcoba lateral están los huesos amarillentos y polvorientos de un esqueleto humano, descansando en una plataforma de piedra esculpida con líneas de zigzag y espirales que se alternan (El cuerpo).

En la pared opuesta al cuerpo y cerca del gran pasillo hay una alcoba que contiene un enorme altar de piedra, cubierta de espirales, cuya parte superior todavía muestra restos de una sustancia de color marrón ocre (El Altar). El muro posterior muestra un gran relieve de una monstruosa criatura, flanqueada por las espirales e infligiendo castigos en los mortales. Pero aún más perturbador es el cadáver momificado que está sentado junto al altar, una carcasa de un ser humano con la piel cuarteada y de color marrón pegada al esqueleto de su cuerpo, los brazos alzados en posición defensiva, como si se estuviese defendiendo de algo. 

Utilizando los materias que entre todos reunieron Richard se hace de una antorcha, mostrando su bayoneta a quien intentara siquiera dirigirle una mirada. Ni que hablar del sacrificio del par de calcetines y de sus cuatro cerillas que son bastante preciadas. Todo esto supone, según su criterio, la merecida adquisición de la antorcha.

Con la merecida iluminación, tanto el pelirrojo como posiblemente el resto, descubre una sala abovedada que no aporta nada a su interés, pero en cambio dos pasillos prometen una pizca de fortuna. Al menos según los intereses imaginados del soldado.

Un par de dibujos, un altar y algún que otro cadáver no logran llamar la atención de Richard, que de inmediato sus pasos lo llevan al pasillo más cercano al hueco por donde ingresaron.

- ¿Y mi oro? ¿Mierda, donde esta el oro? ¡Ahhh por aquí! - exclama al otear el pasillo desde el umbral del mismo.

Voy directo hacia el altar, es lo mas me llama la atención del entorno quizás sepamos algo más de este lugar me llama la atención la sustancia viscosa que hay sobre el mismo, acerco un poco más la llama para verla con claridad.

Cuando llegamos a aquella gran sala después de dar un rápido vistazo, y oír, lo que han visto los demás me dirijo a lo único que tengo conocimientos para investigar.

Nunca me ha apasionado el arte por lo que difícilmente relacionaré un mural con algún estilo de pintura o las esculturas de un altar. El muerto si fuera algo mas que un conjunto de huesos sí que podría dictaminar si había muerto de forma violenta. Hace unas cuantas guerras que mato gente de forma muy diversa en nombre de mi país. Opto por los cascotes que parecen obstruir una escalera para determinar si son una barricada o el resultado del uso de explosivos.

Si aun podría ser utilizado como bunker por los alemanes y han cegado este acceso al avanzar nosotros en la superficie.

– Cada uno examinar una cosa, acabaremos antes.

Me detengo en la entrada de la gran sala. Me impresiona su magnitud. Por mi lado pasa el cabo y por inercia, y puede que porqué me da algo de seguridad, lo sigo y sobrepaso cuando se detiene a examinar las escaleras derrumbadas.

Al lado de las escaleras encuentro un esqueleto encima de una plataforma con figuras geométricas gravadas en ésta. "La jodida espiral, como la que se ha dibujado arriba en la tierra después de la explosión y antes del derrumbe."

Examino el cuerpo, pero a parte de parecerme un esqueleto algo antiguo no me revela nada más.

Levanto la cabeza, antorcha en mano y veo una luz adentrándose en un pasillo del lado opuesto al mío.

"Ese debe ser Mcnalley. Es capaz de perderse"

Declino enseguida seguirle y observo que a mi izquierda parece abrirse un pasillo flanqueado por dos pilares. Me acerco a éste.

Cuando la luz de nuestras antorchas hace retroceder a la oscuridad podemos darnos cuenta que lo que Mcnalley daba por un bunker alemán, no es mas que una antigua tumba abandonada de la mirada de dios. No puedo dejar de recitar en bajo.

- Buen amigo, por Jesús, abstente
de cavar el polvo aquí encerrado.
Bendito sea el hombre que respete estas piedras
y maldito el que remueva mis huesos.

El lugar daba escalofríos y con mucho prefería seguir enfrentándome a la ametralladora alemana que a lo que aquí pudiésemos encontrar. Pero el cabo lo había mandado y por ahora habría que seguir sus ordenes. De perdidos en la profundidad de la tierra que no fuese por no ayudar a los compañeros, me paro ante uno de los murales y empiezo a inspeccionarlo.

- Juraría que lo he visto antes, pero no se donde.

La entrada a esta sala, diferente a las otras entradas de arco, es una ventana circular excavada a través del centro de una enorme piedra.

Al iluminar por el interior se ve la sala contigua que tiene una gran cúpula, casi tan alta como un árbol. Situadas en la sala, colocadas en forma triangular, hay una serie de tres pilares, uno de las cuales se ha caído. Los megalitos están cubiertos de motivos en forma de espiral, y la mayor parte del interior de la sala está cubierta con símbolos, espirales o formas de zigzagueantes.  

En la alcoba lateral están los huesos amarillentos y polvorientos de un esqueleto humano, descansando en una plataforma de piedra esculpida con líneas de zigzag y espirales que se alternan. Al acercarte más pueden observar que el esqueleto presenta grabes deformaciones. Una de las cuencas oculares ha desaparecido por completo, cubierta completamente por una protuberancia ósea. Similares deformidades pueden hallarse en la pelvis y en los huesos de las piernas, mostrando una gran deformidad. Lo más impactante sin embargo son los dedos, los cuales parecen tener una longitud del doble de lo normal, y que terminan en garfios aserrados como garras.

Esta alcoba contiene un enorme altar de piedra, cubierto de espirales, cuya parte superior todavía muestra restos de una sustancia de color marrón ocre. El muro posterior muestra un gran relieve de una monstruosa criatura, flanqueado por las espirales e infligiendo castigos en los mortales, dibujados en la roca con pinturas desgastadas. Pero aún más perturbador es el cadáver momificado que está arrodillado, una carcasa de un ser humano con la piel cuarteada y de color marrón pegada sobre los huesos, con los brazos alzados como si se estuviese defendiendo de algo. El cráneo ha perdido su pelo, pero la cara posee el rictus de un grito de terror, los aterrados ojos de color azul están abiertos de par en par.

Las escaleras asciende pero a partir del tercer escalón el techo está derrumbado y la salida está bloqueada por grandes piedras. Es imposible mover las piedras y abrir de nuevo la salida si ayuda de maquinaria o explosivos. También parece que las piedras llevan mucho tiempo bloqueando la salida, están cubiertas de polvo y en alguno lugares ha empezado a crecer moho. 

El mural que observas es el siguiente.

Me giro hacía mis muchachos señalando la escalera completamente bloqueada por las piedras. – Parece que esto no ha sido empleado por los alemanes. Hay hasta moho entre algunas de ellas por lo que no lo han hecho ellos ahora para bloquearnos el paso.

Elevando un poco la vos ya que el irlandés se esta internado por un pasillo. – Soldado Mcnalley tendremos que volver a menos que alguien encuentre algún objeto alemán actual. Tenemos una guerra que nos espera allí arriba.

Me acerco al pasillo flanquedo por los dos pilares pero de repente me viene a la cabeza la imagen del esqueleto que acabo de ver.

- No, no es normal - susurro para mi mismo.

Vuelvo la plataforma esculpida y acerco la antorcha.

- ¿Por Dios, qué es esto?. ¡Cabo, chicos, ved esto! - el esqueleto presenta graves deformaciones. Una de las cuencas oculares ha desaparecido por completo, cubierta completamente por una protuberancia ósea. Similares deformidades pueden hallarse en la pelvis y en los huesos de las piernas, mostrando una gran deformidad. Lo más impactante sin embargo son los dedos, los cuales parecen tener una longitud del doble de lo normal, y que terminan en garfios aserrados como garras. 

Pequeños trozos de ropa carbonizada caen de la antorcha encima del monstruoso esqueleto

El mural en si parecía haber sido realizado por niños, según lo antigua que era la sala podía decirse que sus dibujantes tendrían que ser del paleolítico* por lo menos. 

- Señores esto parece muy antiguo, algún tipo de apocalipsis o una fecha señalada de una cacería .... aunque no se que hace un dinosaurio o dragón enfrentándose a estas pequeñas criaturas. Digo mientras señalo el mural. - No hace falta que lo diga cabo, esto no es para nada de origen alemán, aunque no soy un experto.

Si mis descubrimientos me habían dejado ligeramente perplejo, el cuerpo que nos señala Martin, termina de sacarme de mi zona de confort. Habíamos descubierto algún tipo de ser ajeno a nuestra naturaleza y alejado de la luz de la creación que conocíamos.