Partida Rol por web

A pesar de la oscuridad en la que Lumnade se ve envuelta de forma permanente, la luz en Puerto Esplendente es más fuerte que en cualquier otro lugar de la isla. El Orbe de la Buena Fortuna ilumina con sus rayos toda esta cara del reino, la más cercana al Remolino del Tiempo y, en definitiva, la que se encuentra frente con frente con la isla de Solamne.

Aquí las gaviotas cantan y el bullicio resulta casi ensordecedor. Los trabajadores se mueven de un lado a otro como hormiguitas atareadas, protegiendo sus ojos con pañuelos o pomposos sombreros de ala ancha. Aquí las pálidas pieles de los elfos lunares se tuestan, poco a poco, oscureciéndose hasta casi tornarse negras.

Hacía tiempo que no veía esta maldita luz...
Pensó Eledor entrecerrando los ojos. Aquella luminosa blancura iluminaba los rostros descaradamente. Las sombras eran escasas en aquel puerto y eso era algo que a Eledor no le gustaba.
-Deberíamos buscar cobijo...- Comentó con educación.
-Por cierto, señores...- Empieza con grandilocuéncia finjida. -Disculpad mis modales. Soy Eledor de Lumnade.- Se presenta mientras ofrece la mano meticulosamente a sus compañeros. -Nos espera un largo camino... Les propongo remojar las gargantas secas.- Eledor se sentía comodo en el papel de noble.

Volando de puesto en puesto y de barco en barco una pequeña pixie se mueve a gran velocidad observando la grancantidad de artículos a la venta que el puerto le ofrece. Tambien se va fijando en la cantidad de personas que rondan el lugar y lo fácil que puede ser perderse en un lugar así.

Gracias a que puedo subir y reubicarme, sino estaría más perdída que un ciego en el desierto.

A ver si veo a ese hombre gato del que me hablaron, porque aquí no hay más que pescadores y piratas por todas partes, por cierto, me gusta el sombreo de es de allí y el pañuelo de aquel otro, mira, unos nobles dando una vuelta, espero que tengan guardaespaldas competentes o saldrán de aquí sin una moneda...

En simismada en sus pensamientos la pequeña sigue revoloteando de un sitio a otro sin importarle si la miran con asombro, incredulidad, curiosidad o antipatía...

El bullicio del puerto, siempre tan animado. Buenos recuerdos del pasado, pero ahora hay que alludar en el presente.

-Buenas, si creo que seria necesario; pero antes veamos el barco con el que tendremos que navegar. A men de una invitada que falta por llegar.

Miro por el puerto atento, en busca de la compañera que falta.

De repente entre el bullicio lo vé, esa figura que le describieron, al lado de otros forasteros que no había vísto nunca, pero por la descripción no cabía duda.

Pero si parece un gato gigante, ¡que monada!

Rápidamente desciende y se presenta del enorme gato.

¡Hola! Soy Track, encantada de conocerte, me dijeron que te buscara, bueno, no a tí sino a otra persona que debería de ir contigo, pero que para encontrarla me sería más fácil encontrandote a tí. Así que aquí estoy, dispuesta a ayudar en lo que pueda. Mentras habla con el imponente felino la pequeña pixie no para de dar vueltas a su alrededor mirando sus ropas y su pelaje.

Por cierto, ¿quien de ustedes es el capitán Dalharil? Es la persona a quien me han dicho que me presente, dicen que víste de forma pomposa...

La pequeña pixie mira a todos los acompañantes de forma escrupulosa, acto seguido se vuelve otra vez hacia el felino para seguir mirandolo de arriba a abajo.

Wow!, un poco menos de luz porfavor, si seguimos afuera quedare ciego, y de que sirve un arquero ciego.

Por esa razon en cuanto el Eledor propone tomar algo acepto pensando en la salud mas que en la bebida.

Bien, es un gusto conocerte Eledor, mi nombre es Elendor, vallamos por esos tragos

Estrecho su mano un momento antes de que la simpatica Track llegara volando. Da vueltas sin parar y alparecer su boca esta acostumbrada a hacer lo mismo.

Juju, que curiosa criaturita, pero si no deja de hablar y moverse me va a marear.

Muchas son las posadas que podéis encontrar cerca del paseo marítimo. Pero antes de que os encaminéis a ninguna de ellas, un hombre rudo, forjado en la mar, se os acerca:

¡Prospera travesía! -os saluda jovialmente-. Que las nereidas no se hagan con vuestros pellejos en un futuro temprano.

¡¡Jejeje!! -comienza a reír tras unos segundos que se os hacen inapropiadamente largos. Su risa os pone la carne de gallina.

¡Ay! -suspira-. Creo que el resto de los pasajeros ya se encuentran en la nave, así que si son tan amables de seguirme…

Comienza a caminar ante vosotros.

Por cierto -dice de pronto-, yo soy el Capitán Thrazlër. Lamento no haberme presentado antes, pero es que estoy ansioso por echarme a la mar.

-He, he, he...- Ríe forzado el elfo de blancos cabellos ante el comentário de ese hombre. -Esperemos que no se nos lleven...-
Menudo saco de mierda...Piensa para sus adentros disimulando una expresión de profundo desprécio.
-Mis compañeros y yo estábamos decidiendo donde poder tomar un buén vaso de ron...- Dice de nuevo con la tranquilidad sobreactuada de un noble. -...Si en su nave dispone de buén ron quizá deberiamos servirnos de él...-Comenta ahora mirando hacia sus compañeros.

Pufs, si vamos a ir a algun lugar que sea pronto, no me importa si ses una taberna, el barco, o el mismo infierno, solo quiero que esta luz deje de lastimarme Espero la reaccion de los demas para poder seguirlos.

-Es un placer Track. El capitan es ese de haí. Señalandole con la vista. Poco mas puede hacer; antes de ser interrumpido de nuevo, por el capitán del barco. -Parece que si que hay prisa por que partamos. Deja el comentario en el aire mirando a sus compañeros a ver que deciden. Si buscar, beber y luego partir o por el contrario beber mientras partimos.

-¡Estamos deacuerdo entonces!- Exclama el elfo. -Partamos cuanto antes.-

Jeje. Sí, partamos antes de que los áminos comiencen a caldearse demasiado -ríe-. No querremos estar aquí cuando todo explote por los aires -susurra.

Como si se acabase de encender la mecha de un gigantesco barril de pólvora, el bullicio habitual del pueblo pasa a convertirse, primero, en un antinatural silencio que dura a penas unos instantes y, segundo, en un hervidero de cuchicheos… Hasta que por fin alguien grita:

- ¡¡Larga vida al rey Äthzur y a sus héroes!!

- ¡¡Larga vida a los salvadores del reino!!

A Eledor aquella situación le llenaba el ego. Tuvo que contener con todas sus fuerzas una sonrisa de profunda satisfacción.
Observaba la gente que se aglomeraba alrededor. Una joven con los pechos sinuosos y con un brillo de emoción en los ojos, aquella campesina de curvas apetitosas... Eledor se obligó a dedicarles una mirada templada. Sería indecoroso que un héroe pareciese un pordiosero tras las chiquillas.
-Debemos partir ahora, capitán.- Dijo abriéndose camino hacia la nave.

Track vuela un poco más alto para no ser arroyada por sus espontáneos fans.

¡Partamos sin demora rumbo a la aventura! ¡Que los vientos nos sean propicios y no desfallezcamos nunca!

Acto seguido comienza a revolotear rumbo al barco y da varias vueltas por sus mástiles para terminar sentandose en uno de ellos. La brisa del puerto no hace más que mesarle sus negros cabellos y su cara refleja una aledría y excitación crecientes.

¡Ésto va por tí Edgon! Y la pequeña brinda con una ficticia jarra de cerveza a los cuatro vientos.

El paso se hacía muy laborioso. La gente se aglomeraba alrededor y los mástiles del barco, que se contoneaban por efecto del vayvén del agua, daban la impresión de que la corta distáncia que les separaba no se acababa de cubrir nunca.
Una sensación de sobras conocida le embargaba mientras se dirijía hacindo tumbos, chocando con la gente. Aquello no ayudaba en nada a la situación. Sólo quería llegar y encender una pipa junto a un buén vaso de ron. Le daba igual si fuera bueno o malo... solo quería salir de allí.
Marlditos imbéciles... Apartaros!... Maldecía para sus adentros.
Su cara luchaba para mantener una expresión serena enmedio de aquel caos.

Cuanta gente, cuanta gente, hay que salir de aquí.

Track sube otro poco para poder indicar a sus compañeros que dirección tomar para que no se pierdan.

¡Por aquí! Ehhhh! ¿Es que no me veis?

Tampoco se daba cuenta que por la altura y su tamaño no podían oírla.

Siguiendo las indicaciones de Track, conseguís llegar al barco.

Más corto y ancho que una galera y más largo y bajo que una nave, un hermoso galeón negro se mece sobre las aguas del puerto, que comienzan a arreciar.

Sobre su casco azabache, de brillante dorado, se puede observar el dibujo de una gigantesca tortuga.

El Galápago Ascendente -anuncia orgulloso el marino-. No es que sea un nombre muy sobrecogedor, pero muestra la robustez que este buque indudablemente posee.

Camina por la pasarela, agitando una mano, para despedirse de la multitud.