Partida Rol por web

Tinieblas en el crepúsculo

Escena 3: La aparición del Marqués

Cargando editor
07/10/2018, 09:50
Director

   El silencio se extiende por la sala de repente. Madame Lafont se abre paso entre los asistentes hasta la entrada de la sala y todas las cabezas giran al unísono hacia la puerta. Víctor Dubró se tensa como un cable y alza la cabeza por encima de la multitud para intentar ver algo. Los invitados se retiran hacia los laterales de la sala formando un pasillo para dejar paso a Madame Lafont. Tras ella camina un joven de poco más de veinte años, rubio de pelo rizado, ojos claros y barba descuidada que camina con el porte de quien se sabe respetado allá donde va. Lleva una levita negra cerrada sobre un chaleco y una camisa de un blanco inmagulado y un pañuelo de seda también blanco anuadado al cuello. Su imagen es magnética, nadie puede apartar la vista de Charles de Beauharnais, Marqués de Burdeos.

   Junto a él camina una mujer cercana a los cuarenta, algunas arrugas comenzaron a hacer mella en su rostro antes del Abrazo y han quedado sobre él como marcas perpertuas de su experiencia. Su largo pelo rubio va recogido con un pasador de plata ricamente labrado con joyas incrustadas que deja caer en cascada por su espalda la mayor parte de la melena aunque deja su rostro al descubierto. Su expresión es seria, como siempre que Eugènie Hohenzollern aparece en público.

   Ella y el Marqués no se tocan pero caminan a la par, casi sincronizados, muy cerca el uno del otro. Parecen una pareja sacada del último baile del zar Nicolás y su imagen desentonaría con la del resto de los invitados si no fuera por la naturalidad y elegancia con la que la llevan. Detrás de ellos, vestidos con frac negro caminan dos hombres que parecen aún más jóvenes que el Marqués. Son Alexander Dubois con cara aniñada de rasgos asíaticos, que apenas si llegaría a los veinte años cuando lo Abrazaron, y Héctor Sanz, un muchacho con aspecto de frágil modelo pero sobre quien corren rumores de lo más variopinto acerca de su fiereza. Son los dos sheriff de Burdeos.

  La comitiva camina haciendo retumbar sus pasos en el silencio hasta llegar al centro de la sala. El Marqués y madame Hohenzollern se giran lentamente hacia los invitados y hacen una inclinación de cabeza. Como si del inicio de una danza se tratase, algunos de los asistentes responden con una profunda reverencia, lo que pilla por sorpresa a los demás, que algo tarde reaccionan para unirse al gesto. Lo que comienza siendo una inclinación elegante y sincronizada se convierte en un movimiento de cabezas arriba y abajo que arranca una sonrisita divertida al Marqués que mira de reojo a su acompañante que también sonríe. Cuando la danza termina, madame Lafont alza los brazos y la sala recobra su silencio.

   —Quisiera darle la bienvenida al Marqués Charles y a sus acompañantes que esta noche nos honran con su presencia —comienza Lafont dirigiéndose a la concurrencia y continúa esta vez hacia el Marqués inclinando la cabeza—: Excelencia, es un auténtico honor que haya decidido asistir esta noche a nuestra pequeña reunión.

   El Marqués sonríe risueño y se le marcan dos hoyuelos en las mejillas.

   —Por favor, Eglántine, ahórrate los formalismos. Siempre es un placer disfrutar de una noche en tu compañía. —Alza la vista hacia los asistentes—. Por favor, no paréis por nosotros, continuad con la fiesta. Parecía muy animada cuando hemos llegado.

   La habitación estalla en murmullos y cuchicheos que poco a poco alcanzan el nivel de la algarabía previa, como si las palabras del Marqués hubieran roto el hechizo. La multitud retoma su distribución en grupos y algunos curiosos se acercan a saludar a los recién llegados, especialmente aquellos pocos que hicieron la reverencia en primer lugar. Para quienes os habéis fijado en ellos, la mujer del traje negro y el hombre del traje gris no han abandonado en ningún momento los lugares que ocupaban. La mujer pelirroja ha sido una de las primeras en acercarse a saludar con una elegante reverencia y tanto Edgar Lafont como su prometido intercambian algunas palabras con el Marqués, lo que les granjea una mirada de aprobación de Madame Lafont. Víctor Dubró, por su parte, lo saluda emocionado con una mezcla de movimiento de cabeza y reverencia pronunciada. Madame Lafont no puede evitar alzar los ojos al cielo por un instante y madame Hohenzollern apenas si puede contener la risa así que saca rápidamente un abanico y se cubre con él la cara, pero puede verse por sus ojos que se está divirtiendo mucho. El Marqués conserva mejor su entereza y le lanza a su acompañante una mirada que quiere ser un reproche pero que pierde toda la seriedad por la media sonrisa con la que la acompaña.

Cargando editor
07/10/2018, 12:05
Director

   Sabine, tú que estás pendiente de lo que sucede en la esquina, te percatas de que conforme avanza el Marqués por la sala, algo tras las cortinas también lo hace pegado a la pared. Las cortinas cubren la parte izquierda de la habitación y la mitad de la pared del fondo. Cuando el Marqués se coloca en el centro de la sala, quien esté tras las cortinas se detiene también. Entre él y la espalda del Marqués queda un espacio vacío de unos cinco o seis pasos.

Cargando editor
07/10/2018, 17:16
Sabine Koch

Extraigo una de mis tarjetas de visita de la funda de la cámara y se la paso a Najla justo cuando noto que las conversaciones y la música de la sala se mueren rápidamente. A través de algunas cabezas veo la llegada del Marqués y sus acompañantes, pero he seguido pendiente de los movimientos sospechosos.

Sin mirar realmente hacia Najla le susurro:

—He visto algo raro a la altura del piano, alguien se está moviendo tras las cortinas.

Sería sospechoso que atravesara la sala durante la gran entrada del Marqués y su conversación con Madame Lafont, así que espero a que los murmullos de las conversaciones ajenas se retomen. En ese momento le hago con la cabeza a mi compañera en dirección de la sombra que he visto y me muevo hacia allí. Intento ser rápida pero no quiero llamar la atención, especialmente del Marqués y demás gente importante, aunque eso suponga dar un poco más de vuelta alrededor de los invitados.

Cargando editor
07/10/2018, 18:44
Najla

Guardo la tarjeta en mi bolso. Luego llega el Marqués pero estoy más pendiente de Eugènie Hohenzollern. Soy una de las que hace una reverencia a destiempo, pero me esfuerzo por imitar lo que le he visto a hacer a Rebeca. Quizá debería pedirle clases de etiqueta.

—He visto algo raro a la altura del piano, alguien se está moviendo tras las cortinas.

La verdad no había notado nada raro pero miro discretamente donde Sabine me indica.

Ella empieza a dirigirse hacia allí. La sigo disimuladamente unos pasos más atrás. Damos un rodeo alrededor de los invitados y aprovecho ese tiempo extra para empezar a buscar una de las imágenes que me dio.

- Tiradas (2)
Cargando editor
07/10/2018, 19:42
Najla
Sólo para el director

Tengo dos perfiles en el Facebook. Uno con mi falsa identidad humana, que básicamente dice que trabajo en el hospital y poco más. Y el segundo, que tiene una imagen falsa y donde solo subo fotos de gatitos y algunas fiestas a las que he ido.

En ese subo las imágenes que me dio Sabine. Estoy buscando los nombres en general de los asistentes a la fiesta. Tengo el GPS encendido así que no debe de ser difícil que me tire nombres de las personas que están cerca.

Una vez que tenga las identidades empezare a stalkear, para tener una idea de quienes son, a que se dedican y quien está relacionado con quien. Empezando por las personas de interés, de acuerdo a los nombres que me salten.

Con la información requerida podre hacer un mapa, una red de relaciones y personas. Como mínimo debería tener información de los humanos y los toreador y venture que estén al día con el siglo 21

Cargando editor
08/10/2018, 10:23
Director

   Najla, cuando Sabine te dice: 

   —He visto algo raro a la altura del piano, alguien se está moviendo tras las cortinas.

   Escrutas la penumbra en busca de algo raro y te parece detectar que la caída de la tela tiene una forma extraña en el extremo, pero es solo una sensación. Bien podría ser un juego de luces y sombras provocado por las lámparas.

Notas de juego

   Respecto a tu trabajo en Facebook, recibes de Sabine un buen paquete de fotos. Van a tardar un rato en terminar de subir. ¿Tienes el móvil con sonido o en silencio?

Cargando editor
08/10/2018, 10:40
Bianca Olt

Llego justo a tiempo para colocarme discretamente cerca de los primeros invitados que están delante de la comitiva del Marqués. Gracias a estar acostumbrada al protocolo de las altas esferas, acierto en la profunda reverencia, aunque me intento incorporar sin demasiada tardanza para poder estar más atenta a lo que ocurre a mi alrededor. 

De que el Marqués se está divirtiendo no hay ninguna duda. No es mi caso. Estoy en tensión, preocupada por lo que pueda pasar. Me quedo cerca del grupo que se ha formado alrededor del Marqués y sus acompañantes, sin llegar a hacer parte de ellos. Disimuladamente, intento escuchar cualquier conversación que dé pistas sobre el posible peligro, buscando entre la multitud a Smahane, para tenerla localizada en caso de necesidad.  

También intento localizar a las demás chicas. Veo a dos de ellas dando un rodeo en dirección al piano. Espero que hayan encontrado alguna pista. Esto de ir a ciegas no me gusta ni un pelo. Y menos cuando la vida del vampiro que mantiene la paz en Burdeos depende de nuestra eficacia.  

- Tiradas (1)
Cargando editor
08/10/2018, 16:23
Najla
Sólo para el director

Notas de juego

El celular está en silencio pero tiene el vibrador encendido y está en mi mano

Cargando editor
09/10/2018, 09:38
Artemise 'Temi' Chevalier

Siempre es un placer ver el mundo al que ahora pertenezco moverse como si fuese un reloj. Y aunque me cuesta seguir la danza social, me inclino con los primeros, tanto por cortesía como para poder levantar pronto la cabeza y vigilar a los asistentes. Estoy en tensión, bastante más de lo que esperaba para una noche de fiesta, pero es que tampoco estamos hablando de una noche normal. 

Miro al resto del grupo que ha reunido Madame Yoma de reojo, fijándome en los acompañantes del marqués antes de reparar en que Sabine y Najla se alejan. Por interesante que sería fijarme en las interacciones del marqués y sus acompañantes, ahora mismo tengo otras prioridades. Así que me acerco a Bianca discretamente y, tras dedicarle una breve sonrisa algo nerviosa, que yo soy más de laboratorio que de política, intento aparentar calma mientras intento buscar algo, cualquier cosa, que haga presagiar un posible desastre. 

- Tiradas (1)
Cargando editor
09/10/2018, 12:05
Alexandrie Beaufort

Estoy tan preocupada en observar cada detalle de las personas que estamos ahí reunidas cuando llega el marqués, que se me pasa la reverencia y tengo que apresurarme a hacer algo que se le parezca con el segundo grupo. No me acaba de gustar el aire de recochineo que se traen el marques y su acompañante, pero supongo que, con la que se le viene encima, le puedo perdonar un poco de alegría. 

Si el supiera...

Pero no nos conviene que sepa nada o podría entorpecer nuestra actuación. Veo a mis compañeras moverse por la sala, quizá hayan descubierto algo. En cualquier caso, lo que a mí me llama la atención es la actitud de Victor, que parece olvidarse inmediatamente de la conversación que mantenía conmigo y se muestra visiblemente emocionado al saludar al marques. Tanto que me da la sensación de que hay cierto cruce de miradas cargadas de significado entre algunos de los presentes. 

¿Qué demonios está pasando?

—No me digáis que sois fan, monsieur Dubró. —Dejo que cierto retintín se cuele en mi voz.

- Tiradas (1)
Cargando editor
12/10/2018, 12:44
Alba

Madre mía, pensé cuando lo vi. Es guapo, el cabrón. Su belleza y su magnetismo casi me hacen olvidar que mi atención no debía ir hacia él, sino hacia los que lo miraban - como Víctor, ese abogado con una pinta tan sospechosa, que se había tensado como si le hubiera saltado un resorte. No me olvidaba de él, pero por ahora lo mejor que podía hacer era dejarlo actuar y pillarlo en el momento en el que pudiera sacar algo de él. De hecho, parecía que Alexandrie ya estaba en ello, por lo que quizá más tarde le preguntara algo de lo que hubiera conseguido.

Algunos hacían reverencias al ver pasar a la comitiva, pero al haberme quedado más rezagada, consideré que no me haría falta. Ya de entrada me daba urticaria tener que hacerle una reverencia a alguien - con más razón, hacerla doscientas veces. Observé a la gente, sus movimientos, sus ojos, intentando sacar algo en claro de qué hacían o qué pretendían hacer. También le daba vueltas a lo que me había dicho Rebeca, y cuanto más lo pensaba, más me preocupaba. Chasqueé la lengua, preguntándome dónde cojones nos habíamos metido.

- Tiradas (1)
Cargando editor
13/10/2018, 00:27
Rebeca Ibáñez

Todos miran al Marqués, y Rebeca no es una excepción. La reverencia anticuadísima le sale automáticamente, y se pregunta qué sentiría al verle si estuviera viva. Por lo pronto, la respiración de Rebeca, que no se detuvo con la muerte, se detiene ahora un instante al verle pasar. Las cortes en su lugar de origen son menos... bueno, menos Toreador. Más oscuras, quizá - ja, la ironía-, menos resplandecientes. Se pregunta cómo se harán las cosas aquí; probablemente no deberían acercarse a saludar hasta que fueran convocadas, ya que eran el último mono. 

Víctor Dubró... demasiado bufonesco. No, imposible. Nadie sobrevive entre Vástagos siendo un patán. ¿Será una excepción o será un teatro?

- ¿Tú crees que una oveja sobreviviría entre lobos? -susurró a Alba-. Porque me sorprende mucho que el tipo ese -señaló con la barbilla sutilmente a Dubró- haya sobrevivido aquí.

Visto por la espalda, el magnetismo del Marqués se amortigua lo suficiente como para permitirle pensar con claridad. Con qué ligereza se toman las cosas...  no. Nadie llega a Marqués siendo un bobo infantil preocupado sólo en chistes y pañuelos de seda. Esta corte es peor que las de casa, más sutil, más insidiosa.

Un momento. ¿Habría baile? Porque es lo que faltaba... trató de recordar sus lecciones de Danza baja y vals. Miró su calzado, no muy apropiado. Mierda. Bueno, con suerte no tendría que preocuparse por el tema.

Cargando editor
13/10/2018, 09:46
Director

   Bianca, Smahane está situada detrás del Marqués. Ha debido de rodear la multitud porque el "paseíllo" no lo ha hecho.

   Najla y Sabine enfilan en dirección al piano, Rebeca y Alba están entre la multitud, Alexandrie mira enarcando una ceja a Víctor Dubró cerca del Marqués y Temi está a tu lado, bastante nerviosa.

   Lo que se escucha en torno al Marqués son presentaciones y alabanzas. Lo guapo que es, lo importante que debe de ser, lo impresionante de su magnetismo...
 

Cargando editor
13/10/2018, 09:51
Director

   Temi, cuando miras a los acompañantes del Marqués, ves que tanto Héctor como Alexander están de pie tras el Marqués y madame Hohenzollern, observando atentamente la sala y a todos los que se acercan al Marqués. Te fijas también en que Smahane está situada detrás del Marqués. Ha debido de rodear la multitud porque el "paseíllo" no lo ha hecho.

   Najla y Sabine enfilan en dirección al piano y te parece ver movimiento tras las cortinas, aunque bien podría ser una corriente de aire o un gato o tus nervios sugestionándote para que creeas que pasa algo.

Cargando editor
13/10/2018, 09:55
Director

   Alexandrie, observas a Dubró con antención [Percepción del Aura] pero apenas te ha dado para percibir su pálidad aura cuando se desembaraza de tu mano y echa prácticamente a correr en pos del Marqués para saludarlo con gran emoción.

—No me digáis que sois fan, monsieur Dubró. —Dejo que cierto retintín se cuele en mi voz.

   Cuando vuelve la cara hacia ti parece un colegial ante sus regalos de cumpleaños. Tiene los ojos abiertos y una gran sonrisa.

   —Es... es... —intenta arrancar pero parece que la emoción se lo impide. Lo intenta de nuevo—: Es... es el mayor de los honores. ¡He hablado en persona con el Príncipe! Jamás... Jamás en la vida hubiera soñado con estar en la misma habitación que él y mucho menos que se dignara a mirarme...

  Parece que esté a punto de desmayarse de verdad. Alexandrie, puedes ver por encima de su hombro cómo la gente a vuestro alrededor lo mira enarcando las cejas. Está montando una escena.

 

- Tiradas (1)
Cargando editor
13/10/2018, 10:08
Director

   Alba, observas a la gente que va y viene a salduar al Marqués. Además de todo este movimiento,

Para quienes os habéis fijado en ellos, la mujer del traje negro y el hombre del traje gris no han abandonado en ningún momento los lugares que ocupaban. La mujer pelirroja ha sido una de las primeras en acercarse a saludar con una elegante reverencia y tanto Edgar Lafont como su prometido intercambian algunas palabras con el Marqués, lo que les granjea una mirada de aprobación de Madame Lafont. Víctor Dubró, por su parte, lo saluda emocionado con una mezcla de movimiento de cabeza y reverencia pronunciada. Madame Lafont no puede evitar alzar los ojos al cielo por un instante y madame Hohenzollern apenas si puede contener la risa así que saca rápidamente un abanico y se cubre con él la cara, pero puede verse por sus ojos que se está divirtiendo mucho. El Marqués conserva mejor su entereza y le lanza a su acompañante una mirada que quiere ser un reproche pero que pierde toda la seriedad por la media sonrisa con la que la acompaña.

ves a Dubró salir de la multitud y seguir hablando con Alexandrie. Incluso desde la distancia, puedes ver que está montando una escena por su exagerado entusiasmo. En torno a él, la gente se aparta y le lanza de vez en cuanto miradas de desdén.

   El movimiento de gente hacia el Marqués sigue fluyendo en una corriente mareante de gente que se acerca y gente que se aleja. Madame Yora está situada discretamente detrás del Marqués y los dos sheriff, observándolo todo.

Cargando editor
13/10/2018, 12:38
Rebeca Ibáñez

¿Sería "la escenita" de Dubró una distracción?  ¿No era a Sissí a la que habían apuñalado aprovechando un jaleo? Rebeca miró a su alrededor rápidamente, observando quién parecía estar más a otras cosas que al abogado. ¿Quién se mueve? ¿Quién sale de la sala? ¿Quién no parece nada sorprendido por la extrañísima actuación de Dubró?

Ojalá tener a mano un Gangrel, alguien experto en rastrear. Como que aquí había más ratas de las esperadas.  Cada vez estaba más convencida de que a Dubró lo habían Dominado para parecer un merluzo, o de que había algo más tras esa fachada de bobería.

Nadie atentaría contra el Marqués donde más protegido está, ¿cierto? Con sus dos Sheriffs y todo eso. O quizá nadie esperaría que se atentara contra el Marqués donde más protegido está y precisamente por eso lo haría.  Santo cielo, la paranoia.

- Tiradas (1)
Cargando editor
13/10/2018, 13:04
Director

     Hay un flujo constante de gente que va y viene hacia el Marqués, gente saludando y presentando sus respetos. En su puesto, inamovibles, la mujer del traje negro y su copa y el hombre del traje gris parecerían dos estatuas decorativas si no fuera porque sus ojos no paran de moverse evaluando la sala.

   Madame Lafont, que está junto al Marqués, no le quita ojo a Dubró con cara de estar claramente arrepintiéndose de su presencia en el lugar. La gente comienza a lanzarle miradas de desdén y a apartarse disimuladamente de su lado. Pero lo que te llama la atención es que, junto al Marqués aunque en un segundo plano, Smahane no mira a Dubró en ningún momento: tiene la atención pendiente en lo que sucede delante de ellos, pero te da la impresión de que de vez en cuando echa un vistazo rápido a Sabine y a Najla que se dirigen al fondo de la sala, hacia unas cortinas que... ¿se han movido? No estás segura pero te parece que algo grande se ha movido entre las telas. Entre ese algo y el Marqués solo se interponen Najla y Sabine.

 

Cargando editor
13/10/2018, 14:22
Rebeca Ibáñez

- Hay algo ahí -  susurró a Alba. Había preocupación en su voz. Ojalá hubiera prestado más atención al control de las sombras, ojalá fuera capaz de percibir más a través de la Oscuridad, ojalá pudiera saber qué hay ahí exactamente. Casi sintió la mirada de desaprobación de su Sire en la nuca.

Cargando editor
13/10/2018, 14:31
Rebeca Ibáñez

Se mueve con paso rápido hacia las cortinas, hacia Najla y Sabine, hacia lo que quiera que hay allí. Su respiración se acelera. ¿Un hamletiano asesino tras la cortina? ¿Cómo ha entrado aquí?

¿Y qué puede hacer ella para evitar nada, en realidad? ¡Desarmada! Quizá cerca de las cortinas haya algo que pueda utilizar para defenderse, llegado el momento. Sí, seguro. Seguro que a La Cosa de Las Cortinas puede detenerla con un candelabro de plata, una espada ornamental vieja o un busto de mármol de Marco Aurelio.