Partida Rol por web

El motor es casi inaudible así que los gañidos de felicidad de Fifi es la única distracción que acompaña tu camino del coche al aeropuerto. La suave tapicería de piel beige suena contra las garritas del perro, en esos momentos ves como Peter no puede evitar mirar al perro por si araña la tapicería, sabe que el culpable de todo lo que suceda es él, no la encantadora mascota de la señorita.

Intenta ser disimulado y no clavar mucho la mirada en el perro o en ti pero hay veces que no puede evitarlo, por suerte las autopistas y los accesos estaban despejados y llegáis sin mas problemas al aeropuerto. Uno de tus temores es que te obliguen a enjaular a Fifi en uno de esos horribles y sucios trasporting de perros. La sola idea de dejarlo en una caja de plástico gris, no por el color sino del uso te pone los pelos de punta. Mientras acaricias el suave pelaje el coche de detiene.

Tras unos segundos de espera Peter te abre el coche dejando que salgas, a tu lado las maletas esperan su viaje.

-Oh, no te preocupes Peter. Llevé a Fifi a la peluquería hace un par de días para que estuviera perfecta para el viaje, así que tiene bien limadas sus patitas- comenta risueña mientras coge a su pequeña mascota acomodándola en su regazo, empezando a impacientarse según la visión del aeropuerto se acerca.
Cuando al fin se detienen, Fifi es transportada en el amplio bolso que cuelga del hombro de Nessa, asomando la cabeza con mirada curiosa pero mostrándose tranquila a pesar de todo, ya está acostumbrada a ser llevada de esa forma.

La chica camina con paso decidido hacia el mostrador de embarque, seguida de cerca por el chófer que arrastra sus maletas hasta allí.
-Muchas gracias, eres un encanto- sonríe ampliamente, complacida, y el chófer se retira entonces dejándola a solas mientras ella deja que certifiquen su billete de primera clase.
-No habrá problema para poder subir a bordo con mi perrita, ¿verdad?- pregunta preocupada, cómo una niña que teme ser separada de su mejor y más querido juguete.

Peter llega unos segundos detrás de ti ya que tiene que cargar con las maletas repletas de trajes de noche, bañadores y mas complementos para tu semana de estancia en Las Vegas. Has oído que el hotel en el que te alojas hay una playa, numerosas piscinas y una cascada. Tiene todo el aspecto de ser un pequeño paraíso, pero decides no emocionarte con la idea por si resulta ser todo habladurías de personas poco acostumbradas al lujo no como tu.

Señorita, yo me retiro que tengo que estar en el coche antes de cinco minutos o me multarán. Mientras dice eso sube las maletas a la cinta de facturación para que no tengas que hacerlo tu. Espero que tengáis unas bonitas vacaciones. Te dice esto mirando mas hacia el suelo y la punta de tus zapatos que a la cara, pero estas acostumbrada a estos gestos del servicio. Después de da la vuelta y desaparece entre la gente hacia el coche.

Decides darte la vuelta y mirar a la azafata de facturación, esta te sonríe con el billete en la mano. Señorita Wechter ya hemos certificado su vuelo, puede pasar a la sala Vip cuando quiera, sobre su animal de compañía...debo hacer una llamada solo deme unos segundos.

Descuelga el teléfono y comienza a marcar dos números, espera silenciosa mirándote y dirigiéndote de vez en cuando una sonrisa Tengo que certificar el acceso de un animal de compañía de tamaño pequeño a primera clase. Unos segundos de espera, algún que otro asentimiento breve y por fin cuelga, tu te preguntas cual habrá sido el veredicto como si de uno de los peores juicios se tratase. Me temo que tendrá que someter a su mascota a una revisión veterinaria antes de acceder con él al avión...son normas de la compañía. Espera con una sonrisa tu respuesta.

Nessa sonríe satisfecha ante las primeras palabras de la azafata, volviendo a recoger su billete ya certificado, aunque después empieza a mostrarse algo impaciente dando golpecitos en el mostrador con la yema de los dedos mientras mira de reojo a Fifi de vez en cuando.
Podría decirse que la perrita está más tranquila que su dueña a pesar de estar metida dentro del bolso de esta.

-¡Pero...! Es evidente que no necesita esa revisión, está en perfectas condiciones sanitarias- protesta Nessa algo ofendida. La verdad es que seguramente está más controlada que cualquier otra mascota, si no no podría tenerla con ella.
-¿Se supone que tienen algún tipo de clínica veterinaria por aquí?- pregunta dubitativa mientras mira alrededor y de nuevo a la azafata esperando sus instrucciones. No se va a ir sin Fifi eso lo tiene claro... Y tampoco piensa perder ese vuelo.

La azafata hace otra llamada, esta vez al veterinario y tienes que esperar hasta que venga en unas sillas atornilladas a la pared en una sórdida sala con luz amarillenta gracias a los focos de luz. Te ha comentado mientras te acompañaba hasta aquí que el veterinario pertenece al ejército de los Estados Unidos y que hace su labor en el aeropuerto para comprobar cualquier tipo de especie animal, sea de contrabando o de ámbito familiar.

Después de asegurarte que es una revisión obligatoria se gira sobre los talones y regresa taconeando hasta su puesto en facturación. No te hace nada de gracia, alrededor de ti la gente se comienza a amontonar, es hora punta y a ti no te gusta estar entre tanta gente, por no añadir, que Fifi se estresa mucho.

"Cómo tarden más de diez minutos pondré una buena reclamación..." piensa para sus adentros algo ceñuda mientras toma asiento en una de las muchas sillas de plástico, arrugando un poco la nariz al hacerlo.
Fifi empieza a alterarse entonces. Normalmente es muy tranquila pero es capaz de percibir las clínicas veterinarias, no es muy difícil con todas esas mascotas emitiendo quejidos. Debe de ser algo parecido a cuando vas a la consulta del dentista y los pacientes se miran con cara de circunstancia...

Nessa la saca de su bolso y la apoya sobre su regazo acariciándole con suavidad el pelaje para que esté más a gusto mientras ella mira alrededor algo incómoda, encogiendo las piernas cada vez que un animal pasa cerca de ella.
Probablemente no todos tengan la higiene y el buen estado de salud de su pequeña y esa idea la aterra. Ya hace unos meses que cada vez se torna más paranoica con el hecho de poder contraer alguna enfermedad que se agravie de forma crónica a causa de su "problema".
Y ahora... no puede permitirse ese lujo, quiere hacer el viaje y disfrutar de unos días sin preocupaciones, aunque sólo sea una semana.

Ves como alguien,con un aspecto que no hace dudar que se trata de un marine, se acerca al mostrador y habla con la azafata, la cual, señala hacia donde estás para inmediantamente dirigirse hacía a ti. Buenos días señorita... Ves que mira en un papel... Wechter. Soy el capitán Gibson Ves que mientras se presenta te da la mano con un gesto cortés pero no deja de imponer cierto respeto. Y voy a proceder a examinar a su mascota. Por normas del aeropuerto, este proceso no puede realizarse aquí, sino en una sala especializada, así que si me acompaña le mostraré donde es.. El marine localiza a tu mascota, la mira fijamente a la par que esboza una sonrisa, se puede decir que se está riendo de tu pequeña Fifi. Mientras comienza la marcha hacia la habitación, notas que tus tacones apenas pueden alcanzar el ritmo del capitán, lo que, sumado al estado de nerviosismo de Fifi que comienza a hacer unos ladridos bastante irritantes, provoque que tu mal humor aumente. Da dusto enconrarse perros así. Dice el Capitán con cierta ironía. Ves que cruza una esquina y se para en una habitación en cuya puerta hay una cartel que dice Exploración para aduanas.

Si me deja al animal procederé a realizar el examen rutinario, usted debe esperar aquí, normas del aeropuerto. Y sin esperar tu constestación alza los brazos con intención de coger a Fifi y llevársela a la habitación.

Nessa le estrecha la mano, aunque cuando el supuesto veterinario empieza a mostrarse burlón su ceño se frunce sobremanera, esperaba cómo mínimo un poco más de respeto, sobretodo siendo un militar.
Cuando empieza a seguirle se ve obligada a dar pequeños sprins que se reflejan en el sonido de sus tacones para poder seguir su ritmo.
-Está nerviosa, es normal que ladre, en su veterinario habitual no se comporta así- le espeta con aire ofendido hasta que se detienen.
-No me haga reír, entraré con Fifi, ¿se cree que me fío de usted? Habla de ella cómo si fuera un simple objeto, no voy a dejarla sola con usted- comenta segura de sí misma mientras retrocede un paso para que no alcance a su amada mascota.
Si se hubiera mostrado algo más agradable seguramente lo habría permitido, pero no así.

Verá señorita Te dice con su donaire chulesco creo que no lo ha entendido bien. Son normas del aeropuerto, usted no puede estar delante, es solo una revisión, ¿o acaso hay algo que debiera saber? El capitán no esque desconfíe de tí, sino que tiene cierta prepotencia. Si me disculpa, me deja a la perra unos minutos con su cartilla de vacunación que supongo que la habrá traido,y agilizamos el trámite, porque supongo que no querrá perder su vuelo. Por cierto Continua el marine creo que viaja en vuelo nacional ¿no? porque de no ser así necesita un pasaporte para animales.

Te mira de arriba abajo esperando tu respuesta, su aire de prepotencia continua, pero se ve acompañado de una sonrisa, que desde que se presentó, no había mostrado. Venga señorita, sólo hago mi trabajo. Se puede decir que ahora está jugando a conquistarte. Definitivamente, el marine es un hombre muy seguro de si mismo.

Nessa se limita a mirar al marine silenciosamente, sospesando lo que ha dicho algo dubitativa.
Sigue cayéndole mal, pero al menos ahora se ha mostrado algo más educado así que acaba por abrir su bolso buscando en su interior hasta tenderle una amplia cartera de cuero negro en cuyo interior se encuentran todos los chequeos médicos y demás parafernalia que incumbe a Fifi, incluso más de lo necesario.

-Si tarda más de diez minutos pondré una queja, no lo dude- afirma mientras le tiende a su mascota con cuidado, sintiéndose medio vacía en cuánto le es "arrebatada" de las manos, por lo cuál empieza a ponerse nerviosa y a preocuparse de manera casi inconsciente e inmediata.

Tras 15 minutos de espera en el que no has dejado de estar impaciente la puerta se abre y Fifi está en brazos del capitán en perfectas condiciones. Te da las gracias y Te devuelve a la perra y a sus papeles y te da un documento que pone apto para volar, no necesario en bodega. El capitán se aleja.

Satisfecha miras a Fifi y rcorres el camino de nuevo hacia facturación buscando a la alazafata, la cual al verte, te da los billetes que los tenía ya antes preparados y te desea buen viaje. Deduce que la perra puede ir contigo al ver tu actitud. Pasas a la sala de espera y te colocas justo enfrente del monitor que señala Las Vegas. Acaban de llamar a tu vuelo en nada podrás volar hacia tu destino.

Hola señorita, espero que tenga buen viaje, ¿me deja ver su billete? La azafata se dispone a ver el billete sin centrarse ni en ti ni en tu mascota cosa que agradeces después de haber pasado esos momentos en el aeropuerto. La sigues, te sientas en tu asiento. Tras breves momentos despegaremos, le ruego que se abroche el cinturón y que meta al perro en el transportín. Durante el despegue y aterrizaje tiene que estar a sus pies.Después puede tener el transportín en su regazo, pero no puede sacar al perro por si molesta a los otros pasajeros. ¿Se puede creer que hay gente que odia a estos animalitos? Te dice mientras se inclina para ver a Fifi de cerca. ¿Es un pomerania no? Es adorable.

Nessa suspira honda y largamente al salir de los espantosos pasillos de la clínica del aeropuerto, aliviada mientras apoya a Fifi contra su pecho y acaricia su suave pelaje acercándose a la puerta de embarque hasta que llega el momento de subir realmente el avión, para lo cuál coloca a su mascota en el transportín más caro, cómodo y amplio que pueda adquirirse actualmente.
Toma asiento y asiente a lo que le va indicando la amable muchacha. A pesar de que no le hace gracia no poder sacarla de la jaula al menos ella tiene el suficiente tacto como para no ofenderla o enfadarla.

-Es una chica... No dará ningún problema, es muy tranquila ya verá- asiente convencida y con una sonrisa de orgullo mientras deja a Fifi entre sus pies y se abrocha el cinturón mirando por la ventanilla que tiene al lado antes de acomodarse en el asiento. Al fin y al cabo el viaje no será demasiado largo...

El avión lleva un tiempo en el aire, no te queda mucho de vuelo y empiezas a revisar todos los papeles relacionados con tu estancia en el Mandalay Bay. El hotel tiene un servicio de recogida en el aeropuerto y te han dado ya el nombre de la persona que te hará de chófer. Su nombre es Danny Mc.Coy y va a esperarte con un cartel que ponga Mandalay Bay. Lo único que tienes que hacer es coger tu equipaje y dirigirte a la puerta de salida. Entre tus papeles también está el certificado de reserva de una habitación de lujo, para una persona y no fumadora. Has pagado ya una parte y cuando llegues tendrás que pagar el resto de noches.

Parece que ya has repasado lo que tienes que hacer en cuanto llegues a Las Vegas y vuelves a guardar los papeles. Fifi está muy tranquila. La luz de la señal del cinturón se ha encendido. En quince minutos estarás aterrizando en tu destino.

Parece que todo va según lo previsto y será una semana perfecta, o al menos eso espera Nessa. Habrá que ver cómo es ese McCoy, aunque se conforma con que simplemente sea algo educado y sepa hacer su trabajo, no es pedir demasiado, ¿no?
Guarda todos los papeles nuevamente para después bajar a Fifi lentamente hasta sus pies, abrochándose el cinturón mientras mira por la ventanilla con más impaciencia ahora que ya se distingue el amplio aeropuerto al que van a aterrizar.

Espera a que la mayoría de pasajeros haya salido de sus asientos para hacerlo de forma más calmada y sin apretones, estirando los brazos antes de salir dando las gracias a las azafatas por un un vuelo tan agradable.
Se detiene enseguida para sacar a su mascota de la jaula a la que ha sido sometida durante el viaje y le ata una pequeña correa para que pueda andar y estirar las piernas ella también mientras se dirigen a recoger el equipaje.

Encuentra rápido la cinta ya que se limita a seguir a los demás pasajeros del vuelo, aunque apenas es capaz de sacar las maletas pero por suerte un gentil caballero la ayuda y por fin lo tiene todo. En una mano la gruesa maleta verde botella con ruedas y el bolso, en la otra una bolsa de viaje bastante llena y la correa de Fifi. Da toda la sensación de que va a desmoronarse dentro de poco, pero consigue guardar la compostura ya que tan solo se trata de unos pocos metros, después traslada todo a uno de los carruajes metálicos del aeropuerto dirigiéndose a las puertas de salida animadamente.

Cuando sales hay un montón de gente en la puerta, familias esperando a sus visitas, otros hoteles esperando a sus huéspedes, pero no hay rastro de McCoy o del Mandalay Bay. Miras a un lado y a otro y ni rastro. Miras el reloj y han pasado ya diez minutos de la hora estipulada, tendría que haber ya alguien.

Impaciente miras a fifi, parece que tiene sed y tiene ganas de hacer sus "necesidades" está bastante nerviosa, lo que hace que tu mal humor empiece a aflorar de nuevo. Miras a tu alrededor y observas cómo la gente va desapareciendo poco a poco. Está claro que o el chófer es poco profesional, o ha habido un probema en tu reserva, lo que te crea más dudas, no vaya a ser que tengas luego también un problema en el hotel.

Nessa resopla sonoramente, impacientándose, mirando de vez en cuando a Fifi y después alrededor y la gente que se va alejando.
Esto no tiene en absoluto buen aspecto... O se han olvidado de su reserva o el chófer es un completo incompetente, en ambos casos resulta más que decepcionante, si el resto de la estancia va a resultar así... Tampoco quiere precipitarse, quizá haya sido un simple infortunio, al fin y al cabo puede pedir un cambio de conductor sin problema así que no le queda mucho más remedio que seguir esperando, si tarda 10min más llamará a un taxi.

-Tesoro, ahora no puedes...Toma- le dice a Fifi mientras saca una pequeña botella de agua de su bolso, dándole de beber en su propia mano hasta que quede saciada, pero no hay tiempo para sus "necesidades". Tal vez cuando lleguen.

Cuando desciendes de la limusina sin haberle dado tiempo para abrirte la puerta el botones se queda algo extrañad, se ve que no es habitual que los clientes que acceden al hotel en limusina salgan por su propio pie del coche...algo que puede parecer absurdo, pero para ti no es mas que abrir una puerta no deberían escandalizarse tanto. Ves que se despeja un poco cuando le saludas y responde veloz Buenas noches señorita, bienvenida al Mandalay Bay.

Unos pasos rápidos para quitarse de tu camino lo colocan en el maletero, acerca uno de los carritos dorados del hotel y se dispone a colocar tus maletas con mimo, nada parecido al trato típico de los que se ocupan de las maletas en el aeropuerto. Cuando lo tiene todo colocado tu ya estas cerca de la entrada, así que se apura en la cuesta para seguirte el paso. Según entráis en el hotel te lleva hasta la recepción donde espera una mujer de edad media de pómulos altos y blanca sonrisa. Mira unos papeles y en seguida te dispone todo su tiempo Buenas noches señorita Wechter, espero que haya tenido un vuelo agradable. Su habitación la esta esperando, pero antes necesito que me firme este contrato, es un simple documento administrativo que ofrecemos a todos nuestros clientes en el que se especifican cuantas noches permanecerá con nosotros y su régimen. EL documento es un simple recibo en el que se especifica que viaja con mascota.

La recepcionista le tiende una tarjeta al botones mientras recoge el papel de nuevo Gracias Mike, acompáñela a su habitación. El botones te indica con un gesto amable por donde tienes que ir y os dirigís a los ascensores. Por aquí por favor...