Partida Rol por web

El transporte salió del hiperespacio continuando su viaje a velocidad sublumínica. A través de las ventanillas podía verse la gran bola rojiza de gas que es Yavin Prime, sin embargo, el transporte surcaba el espacio en dirección a la cuarta luna del planeta que le da nombre al sistema.

 -El planeta Yavin tiene 26 lunas. La cuarta, llamada simplemente Yavin IV, es la que ha desarrollado una atmósfera rica en oxigeno apta para la mayoría de especies...- el holograma interactivo del droide protocolario os había hecho el viaje más ameno, pero el propio viaje había constituido un reto en sí mismo desde el instante en que dejasteis atrás vuestros hogares.

Posiblemente no volveréis a ver a vuestros padres, hermanos o amigos. Incluso vuestro planeta, al que visteis por primera vez desde el espacio cuando el transporte en el que viajáis alcanzó el espacio. Desde entonces habéis parado en algunos planetas más para recoger a más niños, aproximadamente de vuestra edad, para ser llevados a lo que el jedi que habló con vuestros padres denominó, academia jedi.

Era cierto que a veces ocurrían cosas raras a tu alrededor, sobre todo cuando te enfadabas o estabas muy contento. Si el resto de niños también eran especiales... si, de alguna manera sabías que eran especiales.

 -...la academia jedi está asentada sobre las ruinas de un templo de la época Massasi. Su vínculo todavía resuena en las fluctuaciones de la Fuerza del templo...-

El holograma seguía su aburrida clase.

Dos filas de asientos individuales recorrían el compartimento de pasajeros del transporte. Cada uno con su unidad holográfica y muy cómodos. Cerca de veinticinco niños habíais sido recogidos en diferentes planetas, excepto dos, un niño y una niña de piel azul y ojos rojos recogidos en el mismo planeta.

En primera fila, cerca de la puerta que daba a la cabina del piloto, se encontraban dos asientos donde dos jóvenes jedi humanos os ayudaban y respondían vuestras preguntas, aunque parecía que poca charla se estaba dando de momento. 
Ellos eran Yenden y Arlane, y además... ¡tenían auténticos sables de luz!.

Sena se mantenía muy recta en su asiento, con los pies colgando, jugaba a balancear las rodillas mirando las puntas de sus zapatos. No parece contenta, tan solo pensativa e incluso algo decepcionada. Cuantos más niños se subían al transporte, más se agriaba su gesto, hasta el punto de permanecer varias horas cruzada de brazos.

Si estaba atendiendo a la clase del androide de protocolo o no, era imposible saberlo, tal vez su inteligencia era sobrada para prestar atención de forma pasiva...o tal vez sólo estaba peleando para no quedarse dormida.

De vez en cuando levantaba la vista de sus zapatos para fijarse en el otro chico Chiss. Cuando él la miraba, ella bajaba la cabeza y al cabo de un rato, ella volvía a escrutarle...y si él volvía a mirarle, ella volvía a rehuir el contacto. Tal vez por vergüenza o tal vez para fingir que no le interesaba.

Kesk'anut'husdo, de la prestigiosa familia Kesk de Csilla, viajaba sentado junto a Sena desde que dejaron el planeta. El muchacho vestía un elegante traje — pero nada ostentoso, eso no sería propio de su clase — hecho a medida con motivo del que sería el viaje que cambiaría su vida para siempre. Espalda recta, manos entrelazadas, rostro sereno. Era evidente que intentaba con todas sus fuerzas reflejar esa imagen y actitud que sus padres esperaban que mostrara a la galaxia entera. No nos avergüences, le habían dicho. Demuestra de dónde vienes. Apenas recibió palabras de ánimo o cariñosas despedidas. Y, aunque no se lo dijeron abiertamente, sospechaba que sólo evaluaban cómo beneficiaría a su familia el tener un miembro sensible a la Fuerza.

¿Qué era realmente eso de la Fuerza? El hombre que había acudido a hablar con sus padres no se lo había explicado, y apenas si captó retazos de la conversación mientras espiaba a través de la puerta — algo muy inapropiado, por supuesto. Antes de poder darse cuenta, se había embarcado en aquel transporte junto a otra niña de más o menos su edad y estaba atravesando el espacio hacia un planeta desconocido.

—Es un placer conocerte, me llamo Kanuth —dijo, extendiendo la mano elegantemente, a la joven en su Cheunh natal. Se había percatado de las miradas que ésta le había dedicado y pensó que ambos estarían más relajados si se conocían. Al fin y al cabo, ¡eran del mismo planeta y tendrían algo en común!

Durante todo el viaje la pequeña criatura peluda correteaba por todas partes, mirando por todas las ventanas de la nave, tocando y golpeteandolo todo o atendiendo al holograma del droide y murmurando con una mezcla de temor y diversión. Realmente parecía ser muy curioso y estar bastante emocionado. De todos los que estaban en aquella nave, él era el de menor estatura.

Cuando llegaron a Yavin, se acercó a la ventana para contemplar el planeta soltanto expreciones de asombro. Luego, cuando comenzaron a acercarse a una de aquellas lunas en la cual iban a aterrizar, pareció de pronto entristecerse.

-Un placer Kanuth...yo soy Aohozal.-  responde la chica con exquisitos modales aunque se muestra algo sobresaltada por el repentino saludo del otro Chiss, pero se recompone y luego ya habla utilizando el común por deferencia con el resto de niños.

-No esperaba que fuésemos tantos sensibles. -  se queda mirandl el corretear del niño ewok y cuando pasa por su lado, ella estira una mano y le toca en el hombro.- ¿Hola? ¿Estas bien?

Entonces, en cierto momento, una niña de piel azul y ojos rojos que estaba al lado de otro niño igual, le detiene sujetandole del hombro.

— ¡Ahh! — La peluda criatura suelta un gritito y aparta la mano de la niña azul. Lucía como si se hubiese asustado. — Den grenchicit-nee! — Dijo, y retrocedió un par de pasos.

— No me agarres! — Dijo, y retrocedió un par de pasos.

Aquella criatura, que si no hubiera estado vestida habría confundido con un pequeño animal salvaje, captó la atención de su compañera de asiento. Era peludo y esponjoso, y parecía tener miedo de Aohozal. No todas las civilizaciones son igual de avanzadas que la nuestra, se obligó a recordar. No le costó demasiado pues era una de las cosas que le había repetido incesantemente su madre durante los días previos al viaje. 

Decidió no inmiscuirse en la interacción entre ambos y se inclinó para ver Yavin IV a través del ventanuco del habitáculo. Fingía mostrar despreocupación, pero realmente estaba muy emocionado. No sólo había sido su primer viaje a través del espacio, sino que sería la primera vez que aterrizaría en un planeta completamente distinto al suyo. 

-¿Qué?- Sena se muestra algo extrañada y retira su mano mirando alrededor como si esperase que alguno de los otros niños o tal vez los Jedis hicieran algo para calmar a la criatura.

-Señores Jedi, este niño está nervioso y tiene miedo ¿no lo ven? -dice en un tono algo exigente y casi de regañina.

— "Jedi", "Miedo" — Repitió un par de sonidos que aquella criatura azul había dicho, le parecía que ya los había escuchado antes... quizás de aquel jedi que lo encontró.
Tras el susto inicial, ahora el pequeño ewok parecía haberse relajado un poco, aunque aun mirada con cierta desconfianza.

Uno de los jedis, el joven humano, se acercó hasta done estabais vosotros. Su túnica marrón colgaba elegante a ambos lados y de su cinturón colgaba reluciente lo que todos habíais visto en los vídeos promocionales de la nueva república. ¡Un auténtico sable de luz. El arma de todo caballero jedi!

-Es un ewok.- Dijo escuetamente mientras se agachaba para ponerse a vuestra altura. -Su mundo natal ha sido descubierto recientemente, y por eso no hay mucha información acerca de ellos, pero son una raza pacífica que cuenta con fieros guerreros.- El joven jedi hizo un gesto al ewok con las manos indicándole que no era un ataque, y a continuación sus palmas describieron un arco dejando únicamente tres dedos a la vista.

-Acabo de decirle que sois amigos, creo. Su idioma es un poco complejo para mí, pero el lenguaje de signos que utilizan para cazar ayuda a entendernos.- Yenden miró al droide holográfico que seguía hablando de la luna y sus características geológicas. -Si tuviéramos uno ahora sería mas fácil, pero el camino de un jedi nunca es fácil, y superar las dificultades que planeta la vida es uno de nuestros trabajos, por nimios que parezcan hay que superarlos.-

El joven se puso de pie y le seguísteis con la mirada. Debía de medir dos metros por lo menos. 

-Soy Yenden y esa es mi compañera Arlane, si necesitáis algo, no dudéis en decírnoslo.- Con esto el joven jedi volvió a su asiento.

-¡Qué monooo!- dijo una voz un poco estridente que provenía de una niña humana con ¡el pelo amarillo!. La niña se bajó del asiento, no era mucho mas alta que el ewok, e imitó el saludo con tres dedos que había hecho Yenden.

-Yo soy tu amiga. ¿Me entiendes?.- Dijo con una sonrisa alegre. -Me llamo Ivone Lend y voy a ser una jedi... o eso dice mi mamá. Que protegeré a toda la galaxia y además podré viajar y comprarme ropa cara.- La niña le hablaba al ewok sin importarle que la entendiera. Ella suponía que sí.

-¡Qué raro es!.- Dijo otro chico desde su asiento. -Tiene pelo por todo el cuerpo.

La niña Chiss parece satisfecha con la intervención del señor jedi y atiende a su explicación con una expresión seria y atenta.

-Comprendo, maestro Yenden.- no estaba muy segura de si había utilizado la palabra correcta para referirse al Jedi pero en su cabeza sonaba bien.- Un Jedi  debe estar preparado para todo y aprender de todo.- resume, se baja del asiento y mira a su compañero Kanuth a hacer lo mismo.

-Ven Kanuth, intentemos aprender algo de todo esto. Es lo que se espera de nosotros.- le conmina utilizando su propia lengua para hablarle a él.

Dicho esto, Sena se aproxima al corrillo de niños que se ha formado en torno al ewok e imita el gesto del jedi con cuidado.

-Yo amiga...Yo Sena.- intenta comunicarse señalando a su pecho y luego repite el gesto que parece significar amigo- Amiga.

-Yo soy Ivone Lend.- La niña del pelo de color raro le tendió una mano a Sena. -¿Tú también eres una jedi?. Quiero decir... que sientes ese cosquilleo en la tripa cuando pasan cosas raras?. Una vez a mi hermano le lancé un vaso de leche que le golpeó en la cara. Pero no sé como lo hice.- Dijo encogiéndose de hombros.   

Kanuth se resistió a unirse al corro, pues estaba más interesado en la pareja de jedis, sobre todo en su uniforme y su armamento. Por supuesto, estar rodeados de otras especies era muy atractivo, pero se había criado en un entorno multicultural y no le llamaba tanto la atención como a su compañera. Además, rodear al ewok y hacerle gestos y carantoñas le hacía sentir incómodo porque parecía que hubiesen visto un cachorro de lobo gélido. Ya tendría tiempo de interactuar con el resto.

— Eh... Maestros —recordó cómo los había llamado Aohozal y le parecía que tenía sentido. Al fin y al cabo, iban a enseñarles, Realizó un leve cabeceo a modo de saludo como le habían enseñado—. La persona que vino a hablar con mi familia no me dijo nada de este sitio. ¿Es un colegio? ¿Un campamento? 

Le llegaban fragmentos de la conversación. Todos estaban igual de emocionados que él, pero necesitaba respuestas.

Esta vez fue la humana quien hablo.

-Es una academia. Una academia es un lugar donde enseñan, interactúas y convives con otra gente con un mismo propósito, en este caso convertiros en caballeros jedi.- La chica titubeó un instante antes de seguir. - ​​​Supongo que sabeis que teneis un vínculo con la Fuerza y que por eso estáis aqui. Bien eh.., los jedi fueron durante mas de mil años los guardianes de la paz en la galaxia hasta la llegada del imperio. Vereis, cuando vosotros nacísteis el imperio acababa de ser derrotado, por lo que no conocéis sus métodos, pero aquellos que nacían con su vínculo con la fuerza eran.... - Yenden la interrumpió amonestándola.

-Bueno, digamos que les pasaban cosas muy malas. 

Cuando el Jedi se acerca, el ewok se relaja completamente y le escucha mientra habla, aunque no parezca entender. Entonces, cuando realiza ese gesto con la mano el ewok le sonrie y le imita mostrando su mano abierta de tres dedos.

— ¡Jeerota! Toma toto Jeerota. — Dice contento, aunque se queda observando atento al jedi, por lo que quizás no entendió que incluía a los dos niños azules. Continua escuchando lo que este dice mientras le observa, aunque su atención se desvía un momento hacía un objeto un tanto brillante en la cintura del jedi. El ewok no dice nada, pero parece mirarlo como si ya lo hubiese visto antes. Entonces el jedi dice su nombre, aunque lo que parece que el ewok si entendió es cuando el jedi dice el nombre de su compañera cuando este señaló en su dirección al pronunciar su nombre. — "Ar...lane" — Repitió.

Luego el jedi se levantó y se marchó a otra parte, pero entonces una voz aguda sonó fuertemente y el ewok se alarmó de nuevo por un momento. Había aparecido una pequeña criatura de aspecto similar al de las dos azules, aunque mucho menos espeluznante. Ella le hizo el gesto con los tres dedos y el ewok le sonrió mientras le devolvía el gesto. La niña empezó a hablar, y el ewok luego de ver sus gestos y escuchar su primera frase este le dijo:

— "Amiga" — Y le asintió. Tras un momento escuchandola hablar, el ewok ve acercarse a una de las dos criaturas azules, la que tenía el pelo negro más largo, y le hizo el gesto de los tres dedos, pero luego de ecucharla el rostro del ewok hizo una expresión de confusión. — Den. Ta toto "amiga". — Le dijo señalando con un dedo a la niña de pelo rubio. Pero entonces el rostro del ewok pareció iluminarse. — "amiga" toto Jeerota. — Dijo con una amplia sonrisa. Entonces señaló con un dedo a la criatura azul de pelo largo y dijo: — ¿Toma toto "Sena"? Toma Sena. Toma Sena. — Entonces el ewok se señaló a si mismo y dijo: — Meechoo Wistie. — Entonces empezó a repetir palabras mientras alternaba entre señalarse a si mismo y a la que tenía enfrente: — Sena, Wistie. Sena, Wistie. Sena, Wistie. Jeerota. — Luego la niña de pelo rubio empezó a hablar con la que parecía llamarse Sena. Wistie ahora no tenía muy claro como se llamaba, ahora dijo otras palabras que no había dicho antes al empezar a hablar con él. Así que volvió a intentar repetir una de las palabras que ahora había comenzado a decir al empezar a hablar con Sena. — ¿"Soy"?, ¿"Lend"?

— ¡Amigo! Tú eres amigo.

— No. Ella es "amiga"

— "amiga" es amiga.

— ¿Tu eres "Sena"? Tu Sena. Tu Sena.

— Yo Wistie.