Partida Rol por web

- Si, como acabo de decir, os puedo llevar. - Respondió el goblin, frotando sus manos con el prenúncio de un buen negócio.

- ¡¿Pero es que nadie piensa en quién me va a pagar el carro?! - El mercador parecía estar al borde de un infarto.

La batalla a terminado, no hace falta que sigamos arriesgando nuestra vida. Por contrario, el mercande se ha puesto a discutir con el Goblins sobre que le repare la carroza que ha sido destruido por su bestia. Todo esto parece innecesario, ya que ninguno de nosotros ha estado pendiende de hacer pagar al mercader de los daños. Si no que fuimos solo para cazar a esta bestia, que ya como se ha dicho anteriomente no tiene necesidad de cazarlo.

Asi que busco entre los presente Asmodeus, el estaba detras mio. Cuando sucedio mi idea de llamar la atencion de la bestia para evitar que dañara al pirata. Aunque en estos momento el se encontraba bien, no veo en ningun momento al señor Asmodeus ¿donde estara el ?. Mientras lo busco por la mirada, tambien noto que el pirata tampoco esta.

¿Estos donde se metieron acaso ? dudo que halla huido de aqui, si nuestro objetivo colectivo es reunirno en Vectoria.

Asi que decido buscarlo en medio de este lio que hay entre los 2 comerciantes. Pero antes le dijos unas palabras la mercande ante de iniciar mi busqueda.

-Mercande, que es mas importante. ¿Tu propia vida o tu bienes materiales ? Ya has logrado preservar tu vida, con esto puedes recuperar tu dinero, haciendo negocios con otra gente en otro lugar. No hay necesidad de seguir con esta discordia. Como dijo la chica, ambos pueden llegar a un acuerdo o un trueque para solucionar este malentendido.

Indepedientemente que me escuche o no, me alejo a ellos para encontrar asmodeus

Mire inquisitivamente al pirata que me había apartado del grupo de forma violenta y con esas palabras tan violentas y viles dirigidos hacia mi persona dejaba en evidencia que estaba enamorado por la chiquilla o lo mismo podría estar obsesionado con ella de una forma tan loca y desesperada que tenía que recurrir a amenazarme con clavarme su sable en una de mis piernas para alejarme de aquella chiquilla, pero yo no pude más que dejar salir una leve carcajada , sonriendo de una forma bastante confiada.

-Oh joven pirata, como me sonroja tu valor, pero yo no he tocado a la dama Agnis más y que para presentarme como la haría un caballero y nada más, pero te advierto joven, aunque yo te parezca aquí la criatura más patética, te advierto que mi patrón no dejara a su hijo predilecto solo y nunca lo hará, porque el príncipe de los excesos y de la lujuria encontró en mi su representación en tierra, yo mismo acepto que soy pecador, pero soy el pecador más bello y perfecto que encontraras en todo Arton, pero volviendo al tema, si vuestra o tan amada Agnis cayo rendida ante mí no es mi culpa ya que ninguna mujer se resiste a mí , así que le parece si resolvemos este asunto en Vectoria disfrutando una buena copa de vino- Dije de forma suave y gentil acariciándole la cara sonriendo con un rostro angelical e tan demoniaco a la vez.

¿Pero que se creía este imbécil? En serio esta tan creído por haber engatusado a unas cuantas mujeres crédulas, eso también lo había hecho casi en cada puerto que pisábamos tenía una chica esperándome, incluso tenía una libreta con los nombres de todas y donde vivían para no olvidarme entre mis cosas que ahora estarían hundidas en el mar. En cuanto acerco su mano, la agarre y la apreté con todas mis fuerzas. Se pensaba que estaba enamorado de Agnis, mejor así no tendría que dar explicaciones.

-Me la suda quien cojones sea tu patrón no va a impedir que eche a perder esa cara que tanto valoras. Así que ni se te ocurra acercarte a ella otra vez -intento tirar al suelo a Asmodeus cuando le suelto la camisa justo antes de largarme hacía los demás- Y que sepas yo solo bebo vino tras manchar mi espada en sangre.

Vuelvo junto a los demás claramente cabreado, se notaba en mi cara, en mis puños apretados y en iba pisando con fuerza según me acercaba. Camino hasta estar junto a Elias y Agnis.

-¿Habéis conseguido sacarle algo al goblin o tengo que intimidarle mas?

Realmente tenía las ganas de partirle la cara a alguien aunque solo fuera para desahogarme ese engreído me había cabreado lo suficiente para plantearme el atravesar su pecho aquí mismo y solucionar el problema de una vez. Pero ya que me había intentado ayudar con el jabalí le perdone la vida por primera y ultima vez, la próxima estará rezando por su vida.

El mercader meditó un poco en las palabras de Jabamiah, y meneó la cabeza positivamente. Jabamiah sin duda era un buen pacifista.

- ¿Sabes que? Tienes razón. Oye, goblin, hacemos un trato: Me arreglas el carro y las armaduras, y yo te ayudo con tu globo. -

En ese momento, se aproximaba el carruaje de la sra. Margareth, la que contrató al grupo como guarda-espaldas.

- ¿Estáis bien? ¿Y el monstruo? - Dijo la voluptuosa mujer, desde el carruaje.

El rostro del goblin permaneció serio por unos segundos, como si estuviera dudando en confiar del mercader o no. Claramente no se habían hecho muy buenos amigos de primera, y el goblin se mantenía desconfiado.

- Esta bien, mercader, pero no te esperes que te vaya a regalar un viaje por globo. - Respondió, con una sonrisa forzada.

Asmodeus cayó al suelo. La fuerza de Kain no podía compararse con la fuerza de un "simple" libertino.

Por suerte, no llegó a ensuciarse sus nobles ropas (otra vez).

Mis palabras tienen el efecto que deseaba, los 2 mercarden termina su frivola disputa humana. Y han llegado al acuerdo de repararse mutualmente todo los objetos que se han roto por el "malentendido". Todo un final feliz para este grupo, si. Aunque a mi me interesa saber mas donde se encuentra asmodeus.

-Si, estamos bien. El mostruo no es uno ,enrealidad no es peligroso Señora podeis estar tranquila.

Le dijo a la señora Margareth ante sus interrogante sobre donde se encontraba el monstruo, quizas hallas esperado que hubieramos matado a la criatura o le extraño que volvieramos de una manera tan rapida, ante tal asunto de cazeria. Me separo de la carroja para buscar a los 2 perdidos, pero no me alejo mucho. Ya que a la lejania veo venir el pirata, seguido del joven Asmodeus.

Que habran hechos estos 2, ¿en la intimidad del dia ?.

Me le acerco Asmodeus y le miro haber si no tiene algun daño, por haberse interponido en el ataque de la bestia.

¿Que sucedio ? Os lo desapareciste, apenas el jabali paro en su ataque incensante.

- Oh, ya veo, pues que bien, entonces podéis volver. - Dijo Margareth. - Pradera Verde ya está cerca, pero aún no llegamos para que os pueda pagar. - Dijo, mientras apuntaba para la aldea, a lo lejos. Ya era posible escucharse la musica proveniente del festival en Pradera Verde.

Me levante rápidamente tras la caída contra el sucio y vil pirata que al parecer mi presencia le inspiraba cierto temor o una gran seguridad por lo menos, ya que amenazar un hombre como a mí siempre acaba mal para mi contrincante. Ocultando todo mi ira y mi odio a ese hombre, limpie un poco mi ropa del polvo del suelo, mi cara volvió a su apariencia bella e angelical que representaba la belleza de un dios y la travesura de un diablo. Al volver, Jabamiah pregunto sobre mi repentina desaparición

-Nada buen amigo, si eso se lo contare más adelante si desea- Y le dedique una bella sonrisa esperando mientras escuchaba lo que decía la mujer del mercader.

Desde la calida sonrisa de Agnis al lograr intentar sacarla del ensimismamiento que le causo el hombre de cabello morado, me habia mantenido muy al margen de todo lo que hablaban en la caravana, pues, mi interes solo se lo han llevado la cleriga del Tanna-Toh, asi como el pirata sin barco que se habia ganado mi simpatia, mientras que los otros aun cuando no he tratado mucho con ellos, sin duda alguna habian logrado cierta desconfianza de mi parte, en especial aquel angel. 

Ante todo lo que estaba pasando, surgio un problema que Agnis no tardo mucho en resolver. Inclusive iba a participar, casi sintiendo un aura extraña azotar mi espalda, como recordandome algo, pero logre mantenerlo a raya. ¿Por que siempre sucede aquello en los momentos mas importantes? No siempre lo suelo mantener en control, pero, al menos, he logrado controlarlo esta vez.

— Sin duda alguna, has resuelto esto con sabiduria, Agnis. — Dije con una sonrisa de asombro, pues me habia mantenido al margen de la batalla aun cuando el pirata arriesgo su pellejo, mas todo era un simple malentendido. — Me parece que es el destino que desea que lleguemos finalmente a Vectoria. No me parece buen motivo el buscar pelea ahora, Kain. — Y le observo seriamente, pero sin juzgarle. — ¿Que te ha sucedido para que vengas con ese humor, compañero? ¿Has tenido algun conflicto? — Y me cruzo de brazos, para seguir hacia Pradera Verde con los mercaderes, y obviamente, ir hacia Vectoria. 

Por suerte, no ha sucedio nada malo al señor, Asmodeus. Lo que sea que halla pasado, solo quedo entre esos 2, aunque ni idea de que fue lo que habra sucedio entre ambos. Pero ni modo, tendre que recibir esa informacion mas tarde. Cuando la ocasion lo a merite, en estos momento solo nos queda volver a retomar nuestro camino habitul para llegar a pradera verde y ver que clase de "ahora" tendremos en aquel lugar.

-Entendido Señor Asmodeus, como os lo fuiste desconoceras que el asunto del jabali ya fue sangado, durante vuestra ausencia. Solo nos queda retomar nuestro rumbo anterior para llegar a vectoria. Y al parecer, nuestro destino nos volvera a encontrar con Therkor el piensa ir a vectoria, otra coincidencia del dia.

Con una tímida sonrisa afirmativa coincidí con Elias, sintiendo algo del rubor en mis mejillas ante el elogio, aunque negué vehementemente muy rápido nuevamente. Los mechones sueltos del flequillo golpeando mi frente en una cómica exposición de mi suave cabellera.

-No fue nada era una deducción muy fácil. Y lo del trueque aunque lo sugerí fue el ángel Jabamiah quien finalmente los convenció.

Rezagada había estado al margen de la discusión, normalmente si las cosas tomaban un rumbo violento siempre, y con tan débil constitución, lo más juicioso era nunca tomar cartas en alguna querella. Más de una vez podía atestiguar de esto, pues ni siquiera de aquellos abusivos chiquillos  del pueblo en defensa propia había logrado mantener mi guardia, claro está que no era su culpa la rara siempre había sido yo.

Suspire un poco alejando los recuerdos, total ya los había perdonado hacia mucho, centrando en lo que de verdad importaba. Fuera de conversaciones en arreglos materiales mi atención había quedado prendada en Tuk-Tuk, mucho cariño no le debería tener el goblin, aunque lo hubiera llamado su mascota.  Una caricia tímida detrás de la oreja al robusto animal con algunos murmullos apaciguadores me convencieron que ya parecía más calmado, aunque no debía confiarme puesto que no me pertenecía.

Estudie un poco la confección de su armadura, la herrería detrás de las piezas originales estudiando su procedencia, y lógicamente el acabado final donde con remaches y soldaduras componían finalmente una sola.

Levantando los ojos note a un enfadado Kain regresar al grupo, enarcando una ceja algo confusa de mi parte. ¿Qué negocios tendría con ese caballero de morada cabellera, acaso ya estaba Kain ultimando el resto de su viaje y finalmente partiríamos por rumbos separados? Tenía ilusión de subir hasta Vectoria con él y con Elias, no podía negar que aunque desconocidos eran lo más cercano que jamás había tenido a… ¿amigos? Sería algo muy normal, ellos tenían sus asuntos que continuar,  aunque debía admitir que cuando sucediera los echaría mucho de menos.

Un poco cabizbaja mordiendo el labio inferior, dejándome llevar por instinto, afloje la armadura donde rozaba y molestaba en la herida del jabalí. Arrancando un pedazo de tela en la falda de mi propia túnica improvisando un vendaje que detuviera el flujo carmesí.

-Sí, ya volvemos Margareth.

Respondí en un susurro dócil con intención de volver a la carreta para sentarme en una esquina abrazando las rodillas. Una afable sonrisa esquinada al comerciante llorón y asustadizo me bastó para despedirme, luego me volví rápido para concluir, para ya si entrar en la carreta.   

-Adiós maestro goblin. Adios Tuk-tuk.  

Miré al de la túnica blanca al hacer el comentario. No era mi intención que supieran que yo también buscaba la ciudad flotante, pero ahora ya nada podía hacer.

Sí. También voy hacia Vectoria, pero eso es todo. Sólo compartimos el destino. Ni objetivos ni nada más. Cuando lleguemos a la ciudad, cada uno por su lado y todos contentos.

Esperaba dejar claro que no deseaba ningún tipo de compañía en mi camino.

Suspiro para relajarme un poco, debía mantener la compostura, acabar el trabajo y partir hacía Vectoria, ni siquiera sabía muy bien porque quería acompañar a esta chica hacía allí pero algo dentro de mi me incitaba a hacerlo.

-Supongo que tienes razón Elias -gire la cabeza hacía la mujer que había contratado nuestros servicios y luego mire dirección a Pradera Verde, antes de decir nada Agnis se adelanto hacía la carreta- Nosotros acabaremos el trabajo de escolta y volveremos con el dinero te encargo a ti y los demás que este enano cumpla su palabra y prepare el viaje a Vectoria. Nos vemos.

Y antes de esperar respuesta fui detrás de Agnis, mientras caminaba revise el filo de mi espada, la había enfundado cuando aún estaba cubierta de sangre luego tendría que limpiar el filo y la funda de sangre seca. "Vaya molestia." Subí a la carreta y me senté frente a Agnis cruzado de brazos y con un pie sobre mi rodilla.