Partida Rol por web

- Es la espada de Sir Gorboduc, el fundador de Pradera Verde. - El soldado dijo amablemente, con una pizca de orgullo. - Sir Gorboduc la utilizó para matar un ejercito de demônios que habían abierto un portal aqui mismo, sobre esta ciudad. Dicen que la espada fue construida por enanos utilizando un metal mágico sacado directamente del infierno. -

Mientras escuchaba la historia contada por el soldado, Elias notó que el encapuchado parecía perder el interés y se perdía entre la multitud. Otra figura interesante llamó su atención - un elfo, de mantos negros, cabellos dorados cortos y ojos verdes, que lo delataban como un extranjero.

Un... Elfo... Elias comenzó a sentir un poco de dolor de cabeza.

- Hola, buenas tardes. - El librero levantó su mirada, enfocada en sus pergaminos, y le devolvió el saludo. Era un señor de unos 50 años, un poco calvo y con un corto nariz, sosteniendo un par de gafas pequeñas. Su expresión se transformó en una de sorpresa al ver la apariencia de Threkor, y forzó una sonrisa nerviosa - Esto... ¿En que puedo ayudarle, señor...?

La librería no era muy grande, y por lo visto no muy visitada. Sus estanterías estaban algo polvorientas y no poseía mucha variedad de libros. Una decepción de librería.

El cuchitril estaba bastante abandonado y el aspecto del librero iba de acorde con la decoración. Antigua y llena de polvo.

Busco información sobre Vectoria, la ciudad flotante. He recibido información sobre su próximo paso por este pueblo. ¿Sabe usted algo sobre el tema?

Notaba la mirada del librero sobre mí. Aquella sensación tan familiar del rechazo que provoca mi aspecto en los demás. Ya estaba acostumbrado a ello y no me afectaba en absoluto, es más, un cierto punto de placer me daba ver la repulsa en los ojos de los demás.

- Dentro de unos 10 o 15 minutos ya debería ser visible en el horizonte. - Dijo, mientras miraba un pequeño reloj de bolsillo para confirmar su afirmación. - No te preocupes, Vectoria nunca se atrasa. -

Perfecto. Gracias. ¿Sabes cómo se puede acceder a ella? - pensé en lo que había dicho el goblin en el camino - ¿en serio necesito un goblin con globo para que me suba?

En mi interior esperaba que me dijera que no, que había un método alternativo, pero algo me decía que tendría que volver a salir y localizar al goblin del globo y pedirle ayuda. Lo peor es que volvería a encontrarme con todos los demás.

- Si usted sabe volar, puede llegar volando. Si no, la única forma es con un globo... A no ser que la sigas hasta una ciudad metropolitana, donde suele atracar. -

Me temía la respuesta, pero mejor preguntar por si acaso.

¿Cual es la ciudad metropolitana más cercana?

La verdad es que no querría ir a una gran ciudad para entrar en Vectoria. Mejor intentar entrar desde Pradera Verde, pero toda informción resultaría útil.

- Me temo que en Collen no existan ciudades que puedan considerarse metropolitanas... La capital de Collen, Horeen, es lo más grande que hay por aqui. Por suerte, Vectoria atraca allí, pero queda bastante lejos, y de todos modos, Vectoria ya debe haber pasado por ella. - Dijo el señor, ajustándose las gafas mientras hablaba.

Me lo suponía. Tendré que volver a buscar al goblin del demonio y su globo.

Gracias. Ya que estoy aquí. ¿Tiene algún libro o tratado sobre nigromancia que pudiera interesarme?

Ya que estaba allí, aprovecharía para indagar más en la nigromacia y sus artes. Tenía que conseguir aumentar mis conocimientos y con ello mi poder sobre los muertos.

Aproveche el viaje hasta el pueblo para relajarme y recuperar mi actitud alegre. Una vez llegamos y con el dinero en mano antes de poder decir nada Agnis me empezó a arrastrar por todas las tiendas y demás puestos pero en vez de intentar evitarlo agarré mas fuerte su mano y me deje llevar.

-Estoy seguro de que la mayor parte de estos juegos podría ganarlos sobretodo los que requieran fuerza -eso fue lo único que dije mientras estábamos dando vueltas hasta que ella nombro mi espada- Normalmente lo hago yo pero si me quieres ayudar no hay problema.

Nada me llamaba especialmente la atención ni siquiera los trucos de ese "mago" de hecho mientras el hacía su espectáculo y Agnis lo observaba me dedique a mirar un poco a nuestro alrededor hasta que pose mi vista sobre la espada que había en el centro de la aldea, esa espada era impresionante y era lo único que atraída mi atención de todo el festival. Ya había estado en cientos de fiestas como esta y la mayoría de las cosas que había aquí eran totalmente normales pero esa espada era única. Antes de darme cuenta mientras Agnis aplaudía yo me había alejado de ella para acercarme a la espada y verla mas de cerca con una expresión que dejaba claro mi asombro.

El librero sonríe. - Tienes suerte. Encargué algunos pergaminos y uno que otro libro de magia para el festival, de un coleccionador. - El librero se levantó y se dirigó hacia una de las estanterías, agarrando una caja en lo alto de una de ellas, para enseguida dejarla sobre la mesa donde estaba. - Aquí tiene. Recuerde que pergaminos son desechables. Al utilizar la magia una vez, se deshace el pergamino.

— Oh, el fundador de Pradera Verde. Sin duda alguna suena impresionante... ¿Desde aquel viejo entonces, su espada ha permanecido aqui? ¿Es solo exhibicion, no es cierto? Tenia la esperanza de poder verla y tocarla, aunque creo que sacarla de alli seria otro problema... — Mi curiosidad estaba parcialmente saciada, pues, conozco ahora la historia de este lugar, y seguramente, tambien conozco los sentimientos de... ¿Una batalla? ¿Un campo de combate contra demo—?! ¡Ugh! Por unos instantes, me tambaleo levemente, mientras por dentro estoy teniendo diferentes tipos de visiones, millones de visiones que aparecen en segundos, y me alejo levemente de la espada luego de escuchar la respuesta de los guardias, sin antes obvio agradecerles por su tiempo.

Fuego, eso es lo que veo. El olor al fuego intenso quemando la madera, un incendio forestal, el olor del acero oxidado con sangre, gritos, muerte, sudor, lagrimas, desesperacion... El infierno en vida. No comprendo porque, pero, recuerdo simplemente a millones de seres luchando contra bestias horribles, e incluso algo superior a nuestro lado... Todos muriendo en el intento de sobrevivir ante el devastador ataque, mientras un hombre, luchando cuando tiene toda clase de heridas y armas incrustadas en su cuerpo, no se rinde. Incluso al final... Incluso despues de morir, una lucha que no tiene fin...  ¡Ugh...!

El gran dolor de cabeza que pude sentir se agudizo al ver a un elfo, lo cual me hizo sentir obviamente sorpresa. Pero, al mismo tiempo, las visiones simplemente empezaron a aclararse, muy levemente, pero, se aclararon. Suspiro, inhalo, suspiro, inhalo. Repito cinco veces este proceso. Una vez finalmente he disipado todo aquello, vuelvo otra vez a mi estado tranquilo, pero con mi corazon exhaltado, pues, cada vez que tengo visiones siento como si me lo estuvieran apretando, como si me intentara matar mi propio cuerpo... No comprendo el porque. 

Antes de darme cuenta, me dirijo hacia el elfo que esta viajando por este lugar, y al llegar le llamo la atencion, haciendo una leve referencia. — Saludos, honorable señor. — Y le sonrio amablemente, que podria bien ser la primera vez que lo hago con sinceridad total. — Veo que al igual que usted, es un viajero. ¿O me equivoco? Lamento molestarle, pero le tengo una pregunta. ¿Por casualidad no ha visto a una muchacha joven de cabellos blancos al lado de un hombre con aspecto de pirata? Nos dirigimos hacia Vectoria, y me preguntaba si los ha visto. — Y espero su respuesta, antes de que me diera cuenta que mi cuerpo no esta respondiendo como yo lo deseo, y le platico algo mas trivial. — Mi nombre es Elias Veidel, señor. Es un placer, ¿De donde vienes?

La espada se encontraba entendida sobre un manto blanco que recubría una piedra de granito con formato rectangular. Su empuñadura ya estaba muy desgastada, pero su lamina se encontraba intacta, llena de símbolos tallados por todo el metal, y emitiendo un tenue brillo dorado. Dos guardias vigilaban la espada y alejaban visitantes que se acercaban demasiado.

Mirando a su alrededor, Kain pudo distinguir entre la multitud a Elias, hablando con alguien que al parecer era un elfo, de mantos negros y mirada ligeramente engreída.

Tenía cosas interesantes sobretodo magia defensiva. Quizás no fuera exactamente mi escuela preferida, pero dotar de protección a mis siervos no-muertos, siempre podría venir bien. Podría estar a salvo de algún conjuro lanzado desde la distancia.

Cogí los libros uno por uno y les eché una ojeada intensa.

Son muy interesantes. Me los llevaría todos, pero mi economía no me lo permite. De todos modos, me llevaré uno de ellos. El volumen 2 es el que ahora mismo podría hacerme más servicio en lo que pretendo hacer. - paso mi mano por la encuadernación. - Me lo quedaré.

Busco en mi saquillo los 800 Tibares correspondientes que llevaba encima.

Como sabes, voy a la ciudad flotante. ¿Te interesaría de todas formas algún trueque si encuentro allí algo que te pueda interesar? Con toda seguridad habrá algo de la ciudad que te interesa. Si lo deseas, podría intentar conseguírtelo por un precio.

Intenté captar la atención del librero. - Me llevaría los otros tres libros por algo que desees de Vectoria.  - cogí mi libro y lo guardé en mi bolsa.

Bueno ya se ha ido completamente Elias, despues me dedicare a encontrarle y averiguar de el. En estos momento, lo mas raro es este joven, hablando de solo tener un padre y no madre. Si esque se referia a que solo tuvo un solo creador en su vida, y no se refiere que nunca conocio a su madre. Ciertamente es extravagante este ser, ¿acaso no sera no origen humano ?

-Valla, a veces no se tiene la suerte de contar con un buen padre. Pero siempre se puede encontrar amistades que reemplaze ese mal hecho, joven 12.

Señalo al Señor asmodeus, ya que ha preguntado por el motivo que me encuentro reunido por un grupo de tal singular actitudes y apariencias.

-El es el señor Asmodeus du Chevalie, nosotros somos viajeros. Estuvimos protegiendo una carroza que vino aqui a Pradera Verde, nuestro objetivo actual es llegar hacia Vectoria.

Observé con detenimiento todas las partes de la espada, mire un momento la empuñadura y filo de la mía para comprobar algo una idea que tenía y parecía ser cierta. Esta espada no había se usado para el combate prácticamente nada, el filo estaba en demasiado buen estado, el lugar de eso seguramente alguien importante se habrá estado pavoneando con ella. Una pena desde luego una espada como esta merece ser usada. Lo que mas llamo mi atención fueron los símbolos que tenía grabados mas por curiosidad que cualquier otra cosa. Cuando termine de analizarla me gire hacía uno de los guardias y le pregunté:

-Oiga, esta espada ¿porque esta aquí? Es decir claramente es una gran espada pero seguro que tiene una historia detrás. ¿Sabes algo?