Partida Rol por web

El demonio se movía rápido, mas rápido de lo que dura un parpadeo. Antes de que Kain siquiera pudiese planear su ataque, el demonio, con sus tenazas gigantescas rojas, atacó, golpeando a Kain en el cuello, directamente al punto vital, con una precisión increíble.

En sus días de piratería navegando por el mar negro, Kain ya había luchado contra hombres-langosta. Aquel demonio, de cierta forma, le recordó un hombre langosta, uno mucho mas rápido, mucho mas poderoso, y infinitamente mas perturbador.

Espere — dice 12 mientras aparta levemente su brazo para que el Geyu no lo tome — ¿como se que puedo confiar en usted? por lo que he visto en esta ciudad nadie ayuda a las personas al menos que quiera algo a cambio. 

Ni siquiera fui consciente de que me estaba atacando hasta que recibí el golpe, me desequilibre y di un par de pasos hacía atrás con la mano en el cuello. La rabia y el terror mas absoluto se mezclaban dentro mía sin saber cual de las dos era mas que la otra. Estaba desesperado y cada vez pensaba menos en mis propias acciones, solo quería matar a ese y a todos los monstruos que nos atacaban de la forma mas cruel posible como venganza. Pero a la vez el dolor de cabeza, el del golpe recibido y el miedo me paralizaban, a mi al pirata mas valiente e intrépido de la tripulación.

Empecé a avanzar lentamente hacía mi rival con una intensa mirada cargaba de rabia descontrolada, a pesar de saber que lo mas probable sería que hoy fuera mi último día con vida. Hasta que me vinieron recuerdos de momentos que aún no había vivido con personas que aún no había conocido, los aleje de mi mente pensando que serían mas visiones como las anteriores y seguí avanzando. Dispuesto a  hundir mi espada en el pecho de ese maldito crustraceo. 

El demonio de la Tormenta agarró la espada de Kain con sus pinzas derechas, mientras levantaba las pinzas izquierdas con el objetivo de dar un golpe decisivo en el pirada.

En el mismo instante, Kain escuchó un grito de furia, y el demonio fue empujado con fuerza hacia delante, golpeándose contra la borda del barco. El capitán Lawrence se encontraba delante de Kain, con su espada en riste y una mirada feroz en los ojos. Lawrence corrió hacia el demonio, y antes que este pudiera levantarse, fue pateado con fuerza por Lawrence, rompiendo la borda del barco y lanzando el demonio al mar furioso.

Jadeando, Lawrence volteó su cabeza hacia Kain, e intentó sonreír. Su piel estaba en carne viva por la lluvia roja, pero eso no lo impedía de luchar.

Entonces, un rugido retumbó por todo el barco, y Kain sintió como era lanzado con fuerza hacia la Popa del barco, cuya mitad delantera se inclinaba hacia arriba, completamente detrozada. Lawrence, el cual se agarraba con fuerza a la borda del barco, caminó con dificultad hacia un bote de madera atado al costado del barco, y rápidamente cortó las cuerdas que lo mantenía suspendido, tirándolo al mar. Media docena de demonios insectóides aterrizaron detrás de Lawrence, el cual se volteó para mirarlos, sin esperanza de poder vencer aquella batalla.

Lawrence no atacó, más bien, retrocedió, acercándose de Kain. Sosteniendo el muchacho firmemente por su ropaje, lo empujó hacia la borda. Kain tuvo tiempo de ver lagrimas en los ojos del capitán antes de caer en dirección del bote.

- Vive, hijo mio! - Exclamó Lawrence, antes de que los demonios se abalanzasen sobre el.

- No hagas preguntas y ven, tengo muchos dulces en mi choza y juguetes. - El viejo avanzó sobre 12 para agarrarlo por el brazo y llevarlo ni que fuese a la fuerza. - Confía en Geyu. -

Eh, Sabe en mi pueblo hay una curiosa historia sobre un señor que regalaba dulces a los niños ¿quieres saber como terminaba esa historia? — le decia el clon a Geyu mientras se alejaba por la caberna buscando hacer distancia entre ambos. — Pues no terminaba nada bien para los niños. 

Intentaba todo lo que podía pero era totalmente derrotado por mi rival. Pero para mi suerte Lawrence intervino a tiempo para salvarme la vida, otra vez. Estaba exhausto y tan maltrecho como todos oero el viejo seguía dando guerra, lo cual me levanto minimamente el ánimo. No se podía decir lo mismo del barco el cual estaba a punto de darse por vencido, "El viento áureo" el barco que durante tantos años lucho a nuestro lado y del que cuidabamos mas que de la propia tripulación. Mientras Lawrence intentaba preparar el bote para salir los dos de aquí supuse, lo cual no estaba dispuesto a hacer pero aparecieron mas monstruos y empezo a retroceder hacia mi. Yo también me acerque a el dispuesto a luchar hombro con hombro hasta la muerte pero para mi sorpresa antes de poder reaccionar me lanzo por la borda con unas palabras que fueron como un detonante para darme cuenta de que definitivamente esto ya lo había vivido, yo no estaba cayendo a las aguas desde el barco. Estaba en una cama de una posada de una ciudad voladora habían pasado días desde lo que sucedió en el barco pero el sueño había sido demasiado real.

- Que vengas dije! - El hobgoblin se puso agresivo de golpe, y empezó a correr en la dirección de 12, con las manos extendidas hacia delante intentando agarrar al alquimista como si fuese un juguete que se le escapaba de las manos.

- Espera un poco, señorita... ¿Usted ya estuvo por el submundo alguna vez? - Preguntó el diablo, alcanzando a La Inmolada con rapidez, antes que esta pudiese alejarse demasiado.

12 estaba discutiendo con un hobgoblin que intentaba agarrarlo, no muy lejos de allí.

Mientras Kain sentía como su sueño se desvanecía y era llevado de vuelta al mundo real, juró escuchar como la voz de Lawrence, aun en lo alto del viento áureo, le susurraba "Deheon."

Kain notó que estaba sudando, aunque estuviese frío, y que había pateado las sabanas para lejos de la cama. La ventana al lado de su cama señalaba el hecho de que ya había anochecido, y aunque Kain sintiese en su piel un hormigueo - rastros de la lluvia ácida en su sueño -, se sentía mucho mejor.

Tras algunas horas, Threkor sintió golpear su cabeza en una superficie de madera en el techo. Unos segundos se pasaron, y el nigromante escuchó algo siendo arrastrado sobre la superficie de madera, y enseguida, luego de un chirrido, el nigromante fue inundado por una luz tenue amarillenta.

El rostro del enano Tumrag lo observaba desde la escotilla, arriba de Threkor.

- Usted otra vez. - Dijo. Masticaba algo, debería estar cenando.

Recordando el carácter del enano y su tendencia a no caerle bien aquello con buena educación, torcí el gesto de la boca en lo que pretendía ser una sonrisa.

Siento molestarle mientras comía. La verdad es que allí abajo uno pierde la noción del tiempo. ¿Qué hora es?

Esperaba mantener algo de conversación intrascendente para que distraerle.

Tengo unos asuntos que resolver en el pueblo y volveré. Gracias por su amabilidad.

-Por supuestos que si,pero la compañia nunca es mala....¡si vos sera mi guia!-La inmolada se aferro a su brazo,si le seguia siendo de utilidad, evitaria perderse por la zona. Mientras que la parte de la inmolada no le trayera problemas con lo que viera estaria....-oh!-Solto la inmolada cuando pudo ver fugazmente como el compañero de su yo "jahamias",se encontraba siendo ¿perseguido? Por ese hobglobib--Ese joven peleando,se nota que es su primera vez.....oh...seria divertido llevarlo hacia ese Burax,¡Nada mas imagina las posibilidades!,espectáculos faciles-Y objeto para utilizar,total mientras el hablara con el,quizas podria evitar traer ploblemas para su persona.

12 se detiene al ver al hobgoblin corriendo hacia el y tomando una postura parecida a la que tomaria un artista marcial antes de combatir esperando a que Geyu estuviera muy cerca de él. Y cuando esto ocurrio el Clon tomo el brazo derecho de Geyu y Girando su cuerpo intenta derribar al Hobgoblin. 

- Son las... 19-y-algo. - Dijo, tras un rápido vistazo por la puerta. El enano apartó su silla de la borda de la escotilla, permitiendo el pasaje de Threkor, y al momento en que el nigromante terminó de pasar, la cerró, puso su silla sobre ella y retomó su importante tarea de leer - y no un periódico, si no que un libreto pequeño de historias eróticas.

La puerta se encontraba entreabierta, por donde una corriente gélida entraba. El cielo estaba oscuro, pero las calles se encontraban muy bien iluminadas por varias farolas mágicas.

El viejo hobgoblin no se encontraba en su mejor forma, y cometió el error de sobrestimar a 12 por su apariencia juvenil. En un parpadeo, 12 lo había derribado.

- ¡Ugh! - El goblinoide perdió el aire al chocar contra el suelo, y con el, su fuerza. Se quedó aturdido por algunos segundos, antes de procesar lo que había acabado de ocurrir y llegar a la conclusión de que 12 podría representar una amenaza mayor de lo que aparentaba. - Esto... Niño, era una broma... Jejeje... -

El demonio se mantuvo firme, apartando su brazo de las manos de la Inmolada y retrocediendo un paso. - No podré ir contigo, tengo asuntos a tratar. Sin embargo, si deseas encontrar a Búrax, se que siempre está en el foso de fuego, no muy lejos de aquí. - Dijo, para enseguida darle a La Inmolada una dirección completa de donde podría encontrar tal sitio. - Si quieres un consejo mio, piensa muy bien en que decir antes de encontrarte con el. Búrax siempre pide algo en cambio de sus favores. -