Partida Rol por web

Perfecto. Cualquier parte servirá. Siendo el viejo capaz de crear homúnculos, no creo que tenga problemas en darme una parte de algún cuerpo que pueda pasar por suyo.

Volveré.

Cogí el pergamino con la información y volví por donde había venido de camino a la superficie. Ya conocía el camino así que no me costaría llegar hasta la tienda del viejo nigromante. Sólo esperaba no encontrarme con aquel grupo que me seguía a todas partes antes de llegar.

El movimiento del barco me cogió un poco sorprendido al principio pero no tarde en volver a una posición estable y ver como Lawrence se lanzaba a la pelea, esbocé una leve sonrisa y dí el primer paso pero en cuanto vi a los monstruos un dolor de cabeza me impidió hacer nada, en frente de mi vi como los piratas, no, mi propia familia era totalmente masacrada, a pesar del dolor di otro paso y el dolor aumento pero además también aparecieron imágenes aterradoras, las ignoré como pude y mire a todos a mi alrededor. ¿Era el único en este situación o los que gritaban como locos también sufrían esta tortura? ¿Lo causaban los monstruos? Antes de poder llegar a ninguna respuesta sentí el choque con otro pirata y ver como era transformado en un monstruo como ellos me horrorizo mas todo lo anterior. Allí estaba inmóvil viendo como la gente con la que había compartido mi vida era asesinada sin posibilidad de defenderse o transformados en monstruos mientras veía visiones escalofriantes ningún dolor físico se podía comparar con lo que estaba viviendo. En ese preciso momento me di cuenta de la debilidad del ser humano y mas aún de la mía propia.

La inmolada se alejó de docecuatro para proseguir la búsqueda de Jabamiah por la puñetera espada.

En medio de la multitud, no tardó en encontrar una cara amiga. Charlando cerca de una tienda de "mascotas"*, se encontraba un hombre alto y robusto como una pared, vestido con un terno gris, el cual coincidía con su color de piel cenizo y sus ojos negros. Un fedora cubría su cabeza, pero la inmolada ya estaba segura de que clase de criatura era aquel sujeto - un demonio de Tenebra, primo lejano de la raza de demonios de la inmolada.

Podía preguntarle a el por información.

Threkor sin perder tiempo se retiró del foso de fuego. Calculaba el que ya debían ser las 17h, y aun así, las calles del submundo no dejaban de estar llenas.

- Oye señor quiere Archbuld? - Dijo un halfling de ojos rojizos, casi saltando delante de Threkor, meneando una bolsa llena de una planta sospechosa. Archbuld era una droga alucinógena muy fuerte y viciosa, y al parecer el halfling había probado un poco antes de ofrecerle a Threkor.

Algunos minotauros pasaron por el llevando varios esclavos elfos para una de las calles. Una demonio con multiplos brazos saliendo de su cabeza caminó hacia una tienda de "mascotas" del otro lado de la calle. El alquimista, 12, se encontraba delante de las escaleras que llevaban hacia la superficie, un poco aturdido. Aun no lo había visto, Threkor estaba mezclado en la multitud.

La inmolada fijo sus ojos tan rapido como vio aparecer en su campo de vision aquella criatura, esa repulsiva y ofensivo ser no apto para gente de tan altos pensamientos. Un primo lejana a mi origen demoniaca, un ser que puede ser considerado totalmente como "util" con el debido entrenamiento especifico-Hola,ser familiar-Dijo ella en busca de llamar la atencion del aquel ser que esperaba que la union de tan bajas tentaciones nos pudiera dar un benefico colectivo entre ambas partes-Busco una espada, ¿no sabeis nada de donde pueda conseguirla ? este lugar es tan grande,hay tanta cosas que ver.El dinero mio esta inquieto en cuales cosa deberia liberarlo.

- Hay algunas tiendas de espadas al fin de la calle. - Respondió el demonio, entonces analizó la apariencia de La Inmolada de arriba a abajo. - Tu eres una demonio de Lin-Wu ¿O me equivoco? Que raro, no suelo ver demonios de tu raza por Arton ¿Que te trae por aquí? - Una sonrisa surgió en su rostro, llena de dientes afilados como cuchillas.

12 estaba sorprendido por la estructuras que se formaban en aquella caberana, era en toda regla una ciudad bajo otra ciudad. Aunque la version subterranea era mucho mas oscura y no por su mala ilumuniacion, sino por que en el rostro de sus gentes se podia distingir el desprecio, la envidia y el odio de quien se le ha sido arrebatado todo. Y eso no solo aplicaba a los esclavos que habia en ese lugar, sino a todas las personas.

Intrigado y por hacer un poco de espacio entre su compñaero y él. 12 se hacerca a uno de los puestos para preguntar por aquel lugar.

— Hola buen señor, ¿que tal su dia? vera mi... compañero y yo no hemos perdido y quisiera saber si podria decirme en que lugar nos encontramos? — le dijo el clon al tiempo que apuntaba hacia La inmolada. 

La inmolada asistio ante la indicaciones de su primo demoniaco, podria ser un buen lugar para mirar en estos momentos. O quizas no tanto, bueno no tenia realmente importancia, mas interesante para la mente de la inmolada era que podria tener un potencial aliado en frente suyo. Ya que por la diferencia demoniaca entre ambos, el termina llamando su atencion-Que buen ojo tienes, demonio Tenebra-Dijo la inmolada al tiempo que movia sus brazos superiores para hacer un intento de ojo observador.-Si,Arton no seria tanto de mi gusto.Pero estoy en busca de una espada,que recientemente llego a aqui por manos de un elfo-La inmoladad le regreso el gesto,sonriendo con su cara carente de Ojos,mientras su brazos se posicionaba en su cuerpo,como si de un abrigo se tratase.

- Pobre niño... ¿Te has perdido en Vectoria? - El probable dueño del puesto era un hobgoblin ya anciano, completamente despojado de dientes, que observaba a 12 con una mirada hambrienta y maliciosa. - No te preocupes, me llamo Geyu, yo te llevaré a un lugar seguro. - El hobgoblin levantó la mano para agarrar el brazo de 12.

- Un elfo... ¿Eh? En una situación normal, te ofrecería un pacto a cambio de tu alma, pero el alma de un demonio para mi vale tanto como el de un perro. Supe que un elfo estuvo por aquí hace unas horas, y traía una espada con el. Sospecho que la tenga llevado a Búrax para vendérsela a el. - El diablo decía, frotándose el mentón lentamente. - Claro que esas son tan solo suposiciones, pero si quieres obtener alguna información, puedes empezar por allí. -

Kain escuchó un fuerte crujido, mientras que una larga grieta empezó a surgir, de babor a estribor - un señal de que el barco se estaba partiendo por la mitad.

La madera del barco empezó a silbar, disolviéndose ante la lluvia roja. La vela del barco cambiaba con la lluvia roja - una membrana roja comenzó a cubrirla, y de repente, parecía estar compuesta por piel humana y ojos.

Un demonio de la tormenta notó la presencia de Kain, y con un salto, aterrizó delante de el.

Mientras levantaba la vista del manuscrito que ávidamente había estado leyendo por la última media hora, o tal vez mucho más tiempo, pues las horas se escurrían entre mis dedos maravillosamente, rodeada de tanta sabiduría, simplemente descansado la mirada parpadee perezosamente recorriendo la estancia con los ojos.

Entonces le vi, inconfundible como siempre, enfundado en su elegante vestimenta negra con el aire principesco que le caracterizaba. Mis labios esbozaron una sonrisa en su dirección, ladeando la cabeza estudiando sus gestos y movimientos, observándolo desde mi privilegiada posición.

-¡Elías! Me pronuncie, levantando un brazo sobre mi cabeza, el timbre lo suficientemente alto para ser escuchada y bastante suave para confundirse entre con el arrullo de páginas volteadas.

Aproveche para bajar la vista nuevamente y repasar mentalmente lo que había aprendido, no sabía exactamente qué tan provechosas serian mis indagaciones pero entre tantas espadas y poderes mi conocimiento era apenas un grano de arena que deseaba ofertar y debía estar preparada.

-Kain se quedó durmiendo en la posaba. Necesitaba descansar y recuperarse de sus heridas, me insistió en que me quedara y durmiese un poco yo también pero…

Explique apresuradamente, aunque a contrapartida cerraba los libros con suma parsimonia, dedicada, cuidando cada pliegue de los pergaminos y documentos esparcidos por la mena, organizándolos en una pila, listos para regresar a sus estanterías.

-..Había demasiado que repasar.

Mis largos dedos tamborilearon despacio sobre uno de los documentos.

-No sé cómo bajar al submundo. Admití algo alicaída, para levantar el rostro fijando mis orbes rojas y relucientes en mi interlocutor algo más animada con la segunda parte de la conversación.- Hay dos personas poderosas que gobiernan todo el submundo : el primero Búrax, un Medio-Orc viejo que comanda gran parte del mercado negro y según rumores hay un conocido suyo reclutando personas con habilidades especiales, siempre les encomienda una misión importante y peligrosa, en general involucrando algún objeto poderoso. ¿Te suena?

Sonreí algo pícaramente, satisfecha con mis pesquisas. Con el índice levantado luego sume otro dedo haciendo hincapié en que finalmente había descubierto una pieza importante en el rompecabezas.

-Segundo tenemos el gremio Sangre Oscura, liderado por Zordoelaram. Un tipo que según se cuenta es un vampiro o linch al servicio de Tenebrae.

Aquí me voltee a la meza apoyando ambas palmas en la pulida superficie, dejando que mis cabellos desparramados sobre los hombros ocultaran en parte mi rostro mientras toda mi atención estaba sobre el único libro que había dejado abierto, señalando con el índice la información para corroborar mis sospechas con mi amigo.

-Creo que algo grande se cuece en el submundo. Hay un templo oscuro, la Catedral Invertida del dios Argmom dios de la corrupción y los demonios, aunque se cree que tal dios no es más que una representación de la propia Tenebrae. De cualquier modo esa es nuestra pista.

Suspire lento, algo cansada, pasando el índice detrás de la oreja mientras infructuosamente trataba de sostener así mis cabellos.

-¿Tu?.. ¿Tú sabes adonde se fueron los demás?

Pregunte tímidamente levantado el rostro, toda emoción al compartir la información ahora exenta y nuevamente volvía a convertirme en la jovencita torpe de rojas mejillas, pues el oscuro caballero me sobrepasaba en altura.

-¿Un perro? Oh muy alto para mi.Ya veo asi que Burax,sera interesante en todo caso las almas vendrán seguramente hacia vos.-Dijo la inmolada como foma de despedirse de su informante momentanio,ahora sabria donde tenia que dirigirse.

El alquimista empezó a caminar por las calles, como si buscara por algo o alguien, y entonces, empezó a entablar una charla con un hobgoblin que vendía cachivaches. Era su oportunidad, si Threkor fuese rápido, podía llegar a la superficie sin llamar la atención de 12.

¿Estaba aquel grupo buscando por la catedral, así como el?

Escondí la cabeza en el interior de la capucha y la agaché esperando poder confundirme con el entorno y pasar desapercibido. No tenía ganas ni de dar información, ni de dar explicaciones de lo que andaba buscando por ahí abajo. Tenía encomendada una misión, y mi cerebro estaba pensando como satisfacerla de la manera más airosa sin salir yo perjudicado.

Por un lado necesitaba la información de Búrax, así que tenía que deshacerme del viejo nigromante. Pero por otro lado, también lo necesitaba vivo para que me enseñara a crear homúnculos. Era una difícil decisión, aunque no sería complicado encontrar una salida decente. Además, el tal Búrax no parecía demasiado inteligente y tal vez pudiera engañarle de algún modo. No obstante, el nigromante sabía crear humanoides.

Intenté pasar sin ser visto a través de las escaleras, de vuelta al pueblo.
 

Me mantenía inmóvil observando como todos iban poco a poco muriendo, como el barco iba cediendo y como la vela se transformaba en algo salido de una pesadilla. Como todo lo de ese día... Ni siquiera estaba temblando, la mezcla del dolor y el miedo que sufría era tal que no podía mover ni un solo músculo. Simplemente estaba ahí de pie, ligeramente inclinado y con una mano en la cabeza y la otra en mi espada. Hasta que uno de esos demonios vino a por mi. Cruzamos miradas ambos, todo el miedo se transformo en rabia, quería matar a ese monstruo y a todos los demás por lo que estaban haciendo a mis compañeros frente a mis ojos. Agarre la espada con ambas manos y di un tajo lateral, lento, torpe y trastabilleando después dejando que me llevara el movimiento del barco tan solo unos pasos.

Al entrar en la gran biblioteca, habia quedado un poco fascinado otra vez por la infraestructura, tanto que me habia perdido por unos segundos caminando tranquilamente, solo observando y disfrutando la paz del lugar. En todo lo que iba tranquilamente, escuche a lo lejos una voz muy familiar, y era justo la persona que estaba buscando. Al observarla, sonrei dulcemente y me acerque a ella. — Tenia el sentimiento de que ibas a estar aqui, Agnis. — Me acerque a ella con curiosidad, colocandome a la par, mirandole con curiosidad. Como me lo podia esperar, estaba leyendo sobre informacion, y me cruzo de brazos. — Eres una buena chica, Agnis. Pero sobreesforzarte te podria hacer daño, no lo olvides. — Y le doy un suave pat pat en la cabeza de manera cariñosa. Escuchaba con atencion las palabras que tenia que decir, siempre que empieza a hablar sobre conocimiento, sus ojos cambian, incluso podria decir de que una llama se enciende en lo mas profundo de su ser, por lo cual no me digno a interrumpir su inteligente charla. 

Al escuchar lo primero del gobernante, mi mirada se torno mas seria y un poco molesta. — Que indignante, no son nada mas que ladrones al final. — Dije, el problema es que si tan poderoso es ese hombre, significa de que o nos movemos tranquilos y silenciosos, o podrian pasar cosas malas. Cuando termino, prosigo con una sonrisa en mi rostro. — Tu habilidad para conseguir informacion es unica, sin duda alguna. Te estaba buscando por ese mismo motivo, hemos descubierto la entrada al submundo, pero, antes de ello, te lo voy a preguntar. — Me agache un poco para ponerme a su altura, serio. — Ese lugar no sera agradable, y si de verdad nos enfrentaremos a uno de los lacayos de ese tal Burax, las cosas se podrian poner feas. No desearia que te hicieran daño, joven Cleriga. ¿Estas segura de acompañarnos? Claramente tampoco permitiria que te hicieran daño, pero necesito conocer tu determinacion. — Y me levanto otra vez a mi altura normal, expectante de sus palabras. — Si es asi, iremos a llamar a Kain y partiremos inmediatamente, los demas estan esperando cerca espero. 

Sin perder mas tiempo, Threkor logró llegar a las escaleras que subían de vuelta a la superfície y comenzó su caminata de vuelta a Vectoria.

Sintió una sensación de alívio a medida que la temperatura empezaba a bajar, normalizándose. El trayecto iba a durar algunas horas, así como su descenso.

Horas subiendo escaleras en la oscuridad, que remedio.