Partida Rol por web

Uno de los guardias asintió. Con un gesto tranquilo al ver que Calmidorian entraba en razón contestó:

- Los Sin Nombre son rebeldes que han adoptado el credo del Falso Profeta. Son una plaga peligrosa e impía, que realiza rituales demoníacos para contactar según ellos con entidades más allá de la oscuridad.- la voz del hombre reflejaba un profundo desprecio hacia aquellos individuos - Viven en las montañas y se esconden como alimañas. Hemos intentando varias veces acabar con ellos pero son como un cáncer: cada vez que acabamos con un grupo surge otro en algún poblado. ¡El Pancreator los maldiga a ellos y a sus generaciones venideras!

El hermano de batalla estaba satisfecho, aquellos guardias valian para algo mas que vigilan extraños en sus tierras, ademas parecian bueno devotos, puede que dentro de poco tuvieran su beneplácito.
Pero volviendo al tema principal Calmidorian se rasco el menton, quedando pensativo por un momento antes de volver a preguntar.
-Y decirme, de haber hecho prisioneros que hacen con ellos: ¿Los mantienen encarcelados, los ejecutan, intentan captarlos? Y agradeceria que de saber el nombre de ese falso profeta, me lo dijerais, deseo saber el nombre de quien va en contra del Pancreator.

Fue el otro guardia quien contestó:

- Si las pruebas los identifican como herejes son ejecutados de forma inmediata, en la hoguera. No merecen otro trato ni tampoco lo esperan. En cuanto al nombre del Falso Profeta está prohibido decirlo. Las escrituras del Falso Profeta están prohibidas y sólo allí figura su nombre verdadero. Los que siguen al Falso Profeta renuncian a su pasado y a su gente, deshonran a sus familias y merecen ser olvidados. Por eso también reciben el calificativo de los Sin Nombre.

Aquel cruce de palabras afianzó una idea en la mente de Elbrian. Tenían que contactar con aquellos Sin Nombre, pues si seguían el credo de aquel Falso Profeta, convirtiéndose así en "infieles", debían tener acceso al conocimiento dejado por Aransi Kobers.
Para el piloto estaba clara la relación existente entre las dos entidades, hasta el punto de estar convencido de que eran una única persona.
Por otro lado, si los habitantes de aquel castillo tenían la opinión de que aquellos Sin Nombre habían abandonado la senda del Pancreator, únicamente podía ser porque utilizaban unos medios que los sacerdotes rechazaban...ciencia.

Decidió no comentar nada al respecto, pues con la presencia de dos sacerdotes no era muy buena idea hacerlo. Tendría que intentar convencerlos de otra forma, centrando sus esfuerzos sobre todo en Meixar, ya que Calmidorian no tendría grandes reparos en ir a buscarlos si pensaba que Hysteria se encontraba con ellos. Tan solo esperaba que la mujer estuviera bien, puesto que sería imposible contener al Hermano de Batalla en caso contrario.
Sin embargo, no debía olvidar que salir de aquel lugar sería más complicado que entrar. Observó su mochila, la cual no le habían pedido que entregara y, por lo tanto, continuaba con él.
En su interior se encontraba un medio para salir de allí, pero antes debía recabar toda la información que fuese posible.

El ukar escuchó atentamente. Ni el tiempo ni el clima corrían de su parte. Esperar mientras intercambiaban palabras con unos guardias parecía ser la mejor opción de avance que se les permitía de momento. Aún daba vueltas a la cabeza sobre el espinoso asunto del viaje que habían efectuado. Seguía creyendo que, si habían podido viajar en el espacio a semejante distancia en un momento, quizá hubieran ido aún más lejos y hubieran viajado en el tiempo. De ser así, valdría la pena asegurar la fecha en la que estaban.

Se acercó a Calmidonian con paso cauto. Lo miró más allá de la impresionante armadura que el hermano de batalla vestía en todo momento y se dirigió a él con un tono bastante neutra.

- Pregúntales en qué fecha estamos. Se me ocurre que un viaje de estas características podría habernos transladado también en el tiempo.

En el momento que Seth hace esa pregunta por el pasillo aparece Drim. Mira al ukar con cierta sorpresa mientras contesta:

- Estamos en el año 5002. Qué pregunta más extraña...- añade con una sonrisa - Aunque nada puede extrañarnos ya después de vuestra extraña llegada. Sin duda tendréis hambre. Vuestros aposentos están listos pero las normas de hospitalidad requieren que antes os demos de comer adecuadamente. Vayamos al salón principal, donde mi padre nos espera.

La comitiva siguió al albino nuevamente por los pasillos del castillo, siempre custodiados por los dos soldados. El ambiente, sin embargo, se iba relajando como si se diera por sentado que los visitantes no eran peligrosos en principio.

Tras un nuevo paseo por enormes pasillos de piedra parcamente decorados llegaron a la primera planta de la fortaleza, a un enorme salón que normalmente serviría para acoger a más de un centenar de comensales. Sin embargo en esta ocasión solo había dos personas esperando a los viajeros: el Duque Blanco y un individuo alto, vestido de negro y de unos sesenta años de edad. Sus ojos brillaban mostrando una inteligencia despierta y escrutaban a los recién llegados como si quisiera llegar al fondo de sus almas. Media docena de soldados armados con blasters se repartían por la sala.

El Duque Blanco se levantó y señaló los asientos a sus invitados.

- Estoy seguro de que tendréis hambre. Aquí mi confesor está interesado en charlar largo y tendido con vosotros pero yo digo que antes deberíamos comer algo.

El confesor sonrió. No era una sonrisa amable, tan sólo cortés, quizás incluso algo forzada. Se notaba en sus gestos que estaba acostumbrado a decir lo que pensaba sin preocuparse demasiado por el resultado de sus palabras.

- Bienvenidos viajeros. Aunque nuestro Duque tenga a bien alimentarnos de forma excesiva, como si nos cebara, estoy seguro de que podemos hablar durante la comida. Quisiera saber tantas cosas... ¿Qué es lo que he escuchado de que habéis llegado a través de uno de los Pasos?

Sus ojos se entrecerraron, como al acecho de analizar cualquier respuesta recibida.

Vincent continuó observando el entorno , escuchando y buscando algún atisbo de desarrollo antiguo en sus anfitriones o su entorno .

- Gracias - contesto el joven mecánico , luego pregunto inocentemente - ¿ Sabe algo de esos pasos ? ¿cuantos son ? ¿donde están ? .- Muchas preguntas querian ser formuladas , pero Vincent se dio cuenta que sería mejor que las hiciesen los sacerdotes , cuestión de confianza , se recordó a si mismo .

La mueca apareció en su rostro sin que pudiera evitarlo, mirando de reojo a Vincent. Devolver una pregunta, cuando el anfitrion esperaba una respuesta, podía llegar a molestar a sus interlocutores...y por el momento necesitaban de toda la buena fe posible, ya que, de otro modo, no podrían conseguir la información necesaria.
No tenía excesivamente claro cual sería esa información, pero lo que sí tenía claro es que, antes o despues, tendrían que salir de ese lugar, por lo que convenía tener contentos a sus habitantes.

Caminó un par de pasos hasta situarse junto a la silla que había elegido ocupar para comer, pero no se sentó, sino que esperó a que el duque y su confesor lo hicieran primero.

En realidad no sabemos exáctamente cómo llegamos hasta aquí. - respondió - Simplemente atravesamos un arco en un lugar lejano y, al siguiente instante, caíamos desde la altura sobre el suelo nevado de este lugar.
Si eso es uno de los pasos que indica, entonces sí, atravesamos un paso.

Por el momento no añadió nada más. Tenía preguntas que hacer, pero esperaría a que se distendiera el ambiente durante la comida.

Seth hizo lo posible por permanecer en un discreto segundo plano. O tercero, si fuera posible. Al final era cuestión de especie...no pasaría desapercibido. Se sentó donde le indicaron y observó las costumbres a la mesa para imitarlas lo mejor posible. Ante la pregunta del "confesor" estuvo tentado de responder, pero ya que se le adelantaron, disfrutó de las intervenciones de sus compañeros. No habían viajado en el tiempo, sólo en el espacio...o quizá sí viajaron en el tiempo. El año 5002 no se acababa en un momento. Podrían haber tardado días en hacer semejante viaje aunque a ellos les parecieran momentos...o regresar una semana en el pasado. Todo era posible. Quizá el planeta ya no existía y esa comida era todo lo que importaba. Probó un bocado. Estaba bueno, lo suficiente para repetir.

El ukar aguardó así unos segundos, confiando en que sus anfitriones empezarían a decir algo que pudiera utilizar como pie para avanzar en su peculiar interpretación de los acontecimientos.

-Debido a que tenemos costumbres y vocabularios diferentes, nosotros no los denominamos Pasos, más bien son como portales, mejor dicho la versión profana de los antiguos portales.
Lo que si nos gustaria saber son esas historias sobre el Falso profeta del que hablais, Sr. Krezar

El Hermano de batalla no llego a sentarse, se mantuvo de pie junto a la silla que le ofrecieron mientras que los demas preguntaban, pacientemente espero a que cada uno de los humanos hablara, respondiera o hiciera sus preguntas, sabia que preguntar directamente su unico interes, solo traería posibles problemas.

Esperaba la respuesta de aquel hombre supuestamente santo. Pero sus nervios le jugaron una nueva mala pasada, desde que llego a este helado mundo es como si sus nervios hubieran sido alterados, mostrando debilidades que en situaciones normales no hubiera mostrado.
-Ahora que nuestro Sacerdote; el joven Meixar, os a contestado, nos gustaria saber a nosotros de este lugar y sus enemigos.-Hablo con los brazos cruzados y con tono severo pero en ningun momento amenazador.
-Sus guardias nos hablaron de esos rebeldes que llaman Sin nombre, y a levantado nuestro interes, como ya dije a su hijo, Duque. Nuestro lider se extravió, de echo llegamos aqui por seguirla, y ahora esta desaparecida. Nos gustaria que nos dijera si es posible que aquellos herejes la hayan capturado, encontramos sangre y pensabamos que era de ella, pero perdimos el rastro y no vimos huella alguna. Su hijo nos dijo que podria ayudarnos con nuestro actual situacion.-Termino cerrando los labios con fuerza.

-Si no lo comente antes, es porque e sido paciente a la vez que curioso por saber donde nos encontramos.-Concluyo viendo necesaria una explicación del porque no haber comentado hasta el momento la gravedad de su situacion.

El Confesor ignoró por el momento las preguntas de Vicent y Meixar, centrándose en la escueta respuesta que le había dado Elbrian:

- ¿Un arco? ¿En un lugar lejano?- sus ojos recorrieron a todos los presentes - ¿Y dónde estaba ese arco? ¿Qué hacían ustedes... en ese Portal?- esta pregunta la hizo deteniéndose en Meixar. Luego se detuvo en Seth otro instante para añadir, en un tono neutro, sin aspavientos :- Forman una extraña comitiva... Quizás quieran compartir más información con nosotros a cambio de nuestra hospitalidad.

Y esperando alguna respuesta se sirvió un vaso de vino. Tanto el Duque Blanco como su hijo permanecían en silencio observando la escena.

Ante las palabras de Calmidorian el Duque Blanco dejó de observar la conversación entre su Confesor y los demás para contestar directamente:

- Es cierto...- dijo como si recordara algo en el momento - Pero la sorprendente situación hizo que olvidase ese asunto. Si lo que contáis es cierto sin duda podéis contar con nuestra ayuda. Estaremos encantados en daros hombres para una batida contra los Sin Nombre. Pero comprended que no podemos confiar ciegamente en los primeros que llegan a nuestras puerta, aún cuando su historia es tan sorprendente que a fuerza debe ser verdadera. Sentaos, Hermano de Batalla, y contestad a las preguntas de nuestro confesor. Entiendo vuestra urgencia pero estoy seguro de que, como buen militar, apreciaréis la ayuda que os podamos brindar una vez satisfagáis nuestra curiosidad. La otra opción sería ir en solitario a unas montañas que no os son familiares, contra enemigos que desconocéis y armado tan sólo con vuestro equipo y la fortuna que el Pancreator tuviera a bien ofreceros...

Nuevamente guardaron silencio los anfitriones esperando las respuestas a las preguntas del Confesor.

-Me sentare y colaborare si podeis asegurarme que el tiempo que perdamos charlando, no influirá a la muerte de nuestro lider. Si no, prefiero ser fiel a mis actos he ir solo si es necesario, se que no perdere contra una pandilla de herejes siendo un elejido del Pancreator.-Dijo sentándose y apoyando las manos en la mesa.
-¿Podeis darme la satisfaccion de que aun podemos tener esperanzas de que este viva a pesar del tiempo perdido? Vuestros guardias me hablaron que la seguramente la someteran a una prueba de fe, ¿Esa prueba se hara de inmediato? ¿O con un rehen herido? ¿Los Sin nombre no hacen distinciones a la hora de juzgar? Me refiero a que como nosotros, ella no es de aqui.-Pregunto impaciente aunque con tono tranquilo.

-De acuerdo, vemos lógico que tengan curiosidad de nuestra presencia aqui y nuestro cometido....Pues bien, somos un cuerpo especial de investigación, con especialistas en diferentes campos, por eso la heterogeneidad del grupo, teniamos el cometido de investigar un planeta deshabitado y desconocido, y en nuestra misión nos encontramos con una estructura, que como bien ha dicho mi compañero nos ha transportado aqui, por ese motivo estamos deorientados, y es de vital importancia obtener la maxima informacion sobre esos Pasos, asi como recuperar a la mujer que lideraba el grupo.

Paulus contestó a Calmidorian:

- Me satisface ver la fe que deposita en el Pancreator, Hermano. Pero recuerde que en ocasiones las fuerzas del mal pueden oscurecer el brillo de los soles. No confíe ciegamente en la fe, sino que debe hacer de la fe una herramienta. Para su tranquilidad le diré que normalmente las pruebas de fe requieren un tiempo... Todavía podemos prepararnos para ayudarles si el Duque da su beneplácito. Pero antes sigamos concretando: son un grupo de investigación... ¿de quién? ¿ante qué familia o entidad responden?

Quedaba patente que aunque el Duque parecía alguien afable y campechano su confesor era más taimado, menos propenso a confiar en unos completos desconocidos aparecidos de la nada.

-  Esta claro que nuestro chambelán conoce bien su trabajo... Si no conocemos a nuestros invitados ¿cómo podemos confiar en que nuestras palabras no les ofenderán?- dice el joven heredero intentando quitar un poco de plomo a la escena - Decidnos pues: ¿cuál es el origen de cada uno de vosotros?