Partida Rol por web

Tormentas lejanas

La daga danzante

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30/06/2013, 01:03
Director

El joven semiorco aparece de repente con con una bandeja todavía humeante en las manos lo siento Rene, el panadero no tenía todavía los pasteles preparados y me toco esperar dejo la bandeja  justo delante de las dos niñas, el olor a pasta recién horneada inundo la mesa, la imagen parecía irreal, el enorme semiorco no tendría mas de 14 años sin embargo con casi metro noventa era un autentico gigante, su cara no dejaba lugar a dudas de su procedencia, su espalda tampoco, en su amplio pecho  que avanzaba y retrocedia ampliamente con su respiración destacaba un medallon con una piedra en forma de lagrima en su centro la cual arrancaba bonitos colores a las antorchas.

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30/06/2013, 01:11
Director

La rabia todabía bullia en tu interior cuando le diste una mirada a la elfa que volvía a sentarse con el resto de plebe, en ese momento el que debía ser el hijo del tabernero, un joven semiorco de no mas de 14 años pero a pesar de ello sus buenos metro noventa y una espalda que no dejaba lugar a dudas de su ascendencia dejo una bandeja con pasteles en la mesa, sin embargo toda tu atención esta centrada en una única cosa, brillando con las luces de las antorchas en su enorme peso destaca un medallon y en el centro de este, si no supieses que es imposible, destaca una copia perfecta de la lagrima de la diosa.

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30/06/2013, 01:57
Maivelaer

La vio alejarse mientras una punzada de sentimiento se clavaba con fuerzas en su pecho.
No habría podido decidirse acerca de que era lo que sentía en ese momento debido a la tormenta emocional que azotaba las costas de su alma.
Recordó la mirada cristalina y afable de la elfa hablándole por lo bajo cuando termino de cantar, sus palabras estaban teñidas con los distintos matices de la amistad y las buenas intenciones.
Y por un momento estuvo a punto de aceptar la invitación.
Mas.
Prevaleció su sino torcido, y ante toda probabilidad posible, a ese gesto desinteresado de bondad respondió con ira y crueldad.
Abyecta y miserable era la criatura que llevaba incrustada dentro de sí mismo.
Y fuerte.
Mucho más que el amor.

Y fue allí, en medio de ese desolador momento de ruptura de lo que pudo ser algo bello, que la chispa maligna de su inteligencia se avivo como una llamarada.
El lado sensible y vivo de Maivelaer otra vez fue arrastrado a las insondables profundidades en donde a menudo era confinado, y en su lugar, el ente frio y diabólicamente cruel despertó otra vez.
Llego primero como un aviso, parte de ese sentido intrínseco al ser vivo de percibir cuando se es observado de manera fija y persistente.
Sus ojos carmesí recorrieron entonces la totalidad de la sala buscando el origen de esa mirada para dar con la criatura a la que su sapiencia catalogo como una semi orca.

Pobre ser, se dijo a si mismo mientras ella bajaba la mirada alertada por los fríos ojos de él.
De todas las criaturas a las que había conocido a lo largo de su deambular por estas tierras – cien años humanos ya -, pocas criaturas eran más merecedoras de desprecio que los semi orcos.
La mayoría de esa progenie era el producto de un ultraje violento, y por lo tanto, a menudo los nacidos de ese abyecto acto eran dejados a la buena de los dioses y pocos vivían más allá de sus primeros años.
Nada extraño era entonces que los que llegaban a cruzar la frontera de la adolescencia se volvieran agresivos y crueles para con todos, mas algunos pocos, lograban reintegrarse a duras penas en la “sociedad” aunque nunca eran del todo apreciados, su conducta entonces se volvía sumisa y débil como la de los esclavos.
La misma conducta que ahora demostraba aquella que rehuía de sus ojos con timidez.

Extraño, pensó Maivelaer al notar la cantidad de semi orcos que había aquí presentes.
Se movían entre la gente local sin problemas, y tampoco eran tratados como siervos, eso le daba a pensar que las gentes de este lugar eran de mentes muy abiertas, o quizás había algo más que aun no podía ver.

Como el enano gris.

Duergar se llamaban a ellos mismos, y si bien nunca había tenido oportunidad de ver uno, sus largos estudios y las muchas conversaciones que había tenido a lo largo de los años con sus eventuales acompañantes le habían enseñado que esa raza era cruel y malvada.
Acostumbrados a morar bajo tierra, no eran dados al trato civilizado con otras razas y menos aun a servir tragos en una taberna.

Esto no podía ser más atípico, se dijo entonces mientras miraba hacia todos lados con disimulo.
Orcos, semi orcos, enanos grises, y ningún alboroto.
Entonces llego la gota que rebalso el vaso.
Había aparecido otro semi orco y poco le hubiera importado el ver otro ejemplar de dicha raza si no fuera por lo que llevaba.
Bien visible y engarzado en el centro de un medallón que le colgaba del cuello, La Lagrima de la Diosa brillaba para sus ojos como una estrella en la noche.

Este lugar distaba mucho de ser normal se dijo a si mismo mientras se levantaba de la silla y comenzaba a caminar hacia el joven semi orco.
No dejo de observar hacia los lados, atento a la respuesta del resto de la taberna porque estaba más que claro para sus instintos que aquí se cocían extrañas mezclas...

Y el estaba a punto de  destapar la olla...

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30/06/2013, 02:22
Miki Nurou

Asentí con la cabeza a mi hermana -sí, me gusta mucho ese instrumento. Hace que todo se vea de otra manera y es como si curase el alma, porque me sentía de manera similar a cuando hago algún hechizo de los míos.- Ante una breve pausa de reflexion despues de que mi hermana cuente nuestra historia, me giro hacia estas personas tan amables que, ademas de escuchar nuestra historia con atencion, se ofrecian a ayudarnos. -¡Ah, por cierto! Mi especialidad es la magia sanadora. Recuerdo una vez hace años cuando curé una herida muy fea que tenia un niño en su rodilla... A pesar de no ser una magia dañina y de curarle, el niño me miro con ira y miedo en sus ojos antes de ir corriendo a por su madre...- tras un momento mis pensamientos se alejaron hacia el pasado, pero pronto volvi recordando donde me encontraba y las personas con las que estaba. Sólo me habia sentido asi de bien y reconfortada en presencia de Maki y de la maestra.

Me gire hacia Rene recordando lo que habia sucedido en la bodega cuando Maki se transformo en rata y salio corriendo -siento el comportamiento de mi hermana cuando estabamos en la bodega... teniamos miedo, y cuando vio que estabamos en peligro se le ocurrio que podria esconderme mientras ella actuaba como cebo. Aunque morderte fue demasiado extremista...-sonrei algo nerviosa -pero yo puedo encargarme de sanar la herida como disculpa.

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30/06/2013, 04:07
Faeledhel

Los presentes agradecían su canto, y eso alegró de sobre manera a la elfa, que por un segundo se distrajo de lo que le hacía sentir ese lugar. En sus viajes había visto semiorcos, pero no tantas juntos, ¿todos familiares?. Se mordió ligeramente el labio inferior, pero no dijo nada, las niñas por fin estaban contando su historia, una historia realmente triste, llena de desamparo y abandono, Faeledhel las miró con añoranza de que el futuro tenga mejores cosas preparadas para ellas, y que tantos dolores quedaran en el pasado. Les sonrió y puso su delgada mano en el hombro de la niña que estaba sentada a su lado, todos hablaban de protegerlas,  el pirata y el otro hombre, del que cuyo nombre no estaba segura, seguramente de pronto las niñas se sentirían rodeadas de protección, no comparado con sus primeros años de vida.

- muchas gracias...- le dijo al pirata y lo miró a los ojos, le sonrió, y sus pecas se hicieron mas notorias, en ese gesto - me alagan las palabras de todos, y claro, cuando quieran vuelvo a cantar para todos, es un placer para mi cantar y agasajar a quien me escucha - era sincera, en su educación, estaba la de aprender un instrumento, y la elfa era diestra en el arte, aunque más diestra era con el arco. Por unos segundos miró a otro lado, y cuando volvió sus ojos al pirata, este la seguía viendo persistentemente, Faeledhel  cerró su ceño en un gesto de incertidumbre, ¿por qué la miraba tanto?...

- pues...-  acomodó sus cabellos detrás de su oreja, tenia asuntos que tratar, pero si lo pensaba, cuanto más tardara, más extendía su libertad - me gustaría acompañarlas en su  viaje chicas  - segura la elfa, cruzando nuevamente su mirada con el pirata, al que le sonrió de nuevo - han tenido una vida dura, a pesar de su corta edad y han vivido más cosas que muchos elfos muchachas y que ahora estén aquí, demuestra que son unas ganadoras... no debería el resto asustarse de sus virtudes, el poder... el poder es neutral,  bueno o malo, eso depende de las decisiones de cada quien... - les  dijo a las niñas, eso lo sabía por experiencia propia, su familia, toda ella, ha cultivado un extraño poder que se enseñaba de generación en generación,  junto con la disciplina, el control y la armonía cuerpo y alma, el que no siguiera estos preceptos, era expulsado de la familia y su poder sellado en su cabeza, y ella misma conocía a una persona que había traicionado sus propias raíces, cegado por el poder y la codicia.

Y apareció el joven semiorco, Faeledhel lo quedó viendo y le sonrió, pero ahí notó el pendiente que colgaba de su cuello, y sus ojos se abrieron mucho, era de la Diosa, la misma diosa a a cual llevarían a las niñas, Faeledhel  quedó enganchada del brillo de aquel pendiente  y luego miró al capitán, ya no le estaba gustando aquel lugar, había algo que le estaba molestado desde que había entrado... el enano gris, los semiorcos, todos presentes,  nada de belicosos, nadie estaba peleando, al contrario, habían disfrutado de un canto élfico, y  quizás entendido en el idioma cantado... ¿o no?.

- pues... también tengo la misma habilidad - le dijo a Miki mientras el semi orco que servía los pasteles a las niñas,  y el pendiente brillaba - y creeme, sólo la ignorancia genera temor...  miedo, desconfianza, el no saber que sucede asusta - alzó ligeramente la voz marcando con un tono más oscuro aquella frase - ese niño seguramente no sabía lo que hacías... y se asustó, es lo mismo que le pasa a muchos al ver a un elfo, no somos muchos... a un enano,  como el que está acá en la taberna, aunque en realidad nunca había visto un enano del color de la piel del de acá, digo... pocas veces he visto a un enano lejos de sus trabajos y de otros enanos, no suelen ser muy amistosos, ¿o estoy equivocada? - se preguntó en voz alta, y estuvo atenta a las reacciones de los presentes, y se rio con inocencia, mientras miraba al semiorco.

- disculpa...- le dijo al chico - no pude dejar de notar tu pendiente, es muy lindo... ¿es de la Diosa no es cierto? - le preguntó muy agradable, usando sus dotes de carisma y diplomacia, usando un tono de voz agradable, y una mirada tibia, para generar cercanía en quien la escuchaba, aunque por dentro estaba ya ligeramente irritada de no saber que estaba pasando en aquel lugar, eran ya demasiadas cosas molestando.

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30/06/2013, 13:15
Maki Nurou

Maki no podia creerlo. Gente que apenas conocia estaba dispuesta a ayudarlas...Era tan dificil ver este tipo de cosas por el mundo...

-Ante todo creo que debo agradeceros de parte de mi hermana y mio todo lo que están haciendo por nosotras, jamas pensé que pudiera existir gente como ustedes...gente que nos comprendiera y no tuviera miedo de nosotras.

Me gire hacia el hombre al que mordí.

D...Disculpa por el mordisco, solo quería proteger a mi hermana y no sabia que podía hacer en ese momento lo siento muchísimo.

Ya que Miki a dicho su poder yo también debería decir el mio. Puedo transformar en cualquier animal modificando su tamaño o aspecto si quiero y comunicarme con ellos. Por eso me vistes antes con ese aspecto de rata capitán. La pequeña tigresa que nos acompaña es nuestra mascota Kana, la encontramos un día abandonada y decidimos adoptarla, no hace daño a nadie solo cuando ve que estamos en peligro puede ponerse a la defensiva pero no os hará nada.

Me estaba preguntando quien es esa tal Aria y como podría ayudarnos a mi hermana y a mi.

Mire a Miki.

Después creo que tendríamos que hablar sobre todo lo que a ocurrido hoy pero por el momento dejare que disfrute de este momento, hacia eones que no la veía así.

 

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01/07/2013, 01:38
Arthur Novak

Escuchaba atentamente la conversación que había comenzado con la historia de las niñas y que había desembocado en que revelaran sus poderes y también la mujer élfica.

Jhon había comentado algo de ir al templo de la diosa de la mágia, lo cual me parece buena idea, además así podré preguntarle por "La Liga" a las gentes del templos y aprovecharía de conocer alguna figura de alto rango eclesiastico.

Cuando Maki agradece la comprensión que los miembros de la mesa han demostrado hacia ellas, lo único que puedo decir es..

- La verdad creo que la suerte le sonríe jovencita, y quizá a mi también. Les acompañaré junto al sr Jhon al templo de Mystra la señora de la magia.

luego respondiendo un poco alo que había comentado la elfa acerca del enano en la taverna y aunque no era conmigo el comentario aventuro a decir:

- Señorita, la verdad es que yo apenas conozco estas tierras y no conozco mucho sobre sus moradores aun, en mi tierra hay diferentes razas humanas, pero todas con las mismas caracteristicas salvo unas pocas variaciones, y disculpe la intromisión.

Luego de esto continuo comiendo tranquilamente, disfrutando de la rica cena.

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01/07/2013, 18:28
Director

El semiorco centro su mirada en la elfa, los colmillos asomando en una mueca que intentaba ser una sonrisa.

Era de mi madre, una copia del que lleva la sacerdotisa Aria, dicen que representa las lagrimas de la diosa Mystra un rictus de rabia pareció atravesar en ese momento la cara del orco

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01/07/2013, 18:36
Rene Cobreas

Tranquilo Gwroëw el comerciante se giro hacia Faeledhel la madre de Gwroëw murió hace muchos años, no es una historia agradable, el pueblo le debe mucho a ella y a su padre la cara del comerciante se ensombrecio un poco jamas lograremos pagar esa deuda, jamas

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01/07/2013, 18:45
Faeledhel

ve la tensión en el joven, como su ancha mandíbula se apretó y sus labios se movieron en un gesto que pareció ser de...¿incomodidad?, no le había gustado mucho la pregunta, pero si no le gustó la pregunta, no debería andar con esas cosas a la vista, en donde un elfo sabiendo podría verlo, levantó las cejas, y le regaló una sonrisa ignorando su molestia, pero lo que contó luego el señor René, hizo a la elfa encogerse de hombros, se sintió culpable, pero no menos curiosa... sus sentidos le indicaban algo, pero no sabía que.

- lo siento mucho... me llamó mucho la atención... por eso pregunté- habló con algo de duda, no había comprendido como un semiorco podría ser mago, pero ahora aquel dato le hacia pensar que madre de este chico era una mujer y quizás maga de ahí la relación y la deuda. AL parecer todo lo relacionado en esa taberna estaba  unido con el templo de la Diosa y de aquella sacerdotisa.. - mi madre tenía un pendiente similar, se lo habían regalado hace mucho tiempo, me trajo muchos recuerdos - suavizó el gesto del chico con esa reseña, y era verdad, una vez le regalaron aquel pendiente a su madre, como señal de aprecio por su ayuda.- disculpa muchacho si te incomodé, - le aclara la chica,  sintiendo las patitas de Awen en su muslo, llamando su atención.

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01/07/2013, 18:55
Maivelaer

Maivelaer se había acercado tanto a la mesa que su presencia era palpable para todos aquellos miembros de la tripulación que allí estaban congregados.
También era palpable la intención del hombre de preguntar algo al semi orco que estaba sirviendo los pasteles, más la elfa se adelanto preguntando a su vez:

- disculpa...- le dijo al chico - no pude dejar de notar tu pendiente, es muy lindo... ¿es de la Diosa no es cierto? - le preguntó muy agradable, usando sus dotes de carisma y diplomacia, usando un tono de voz agradable, y una mirada tibia, para generar cercanía en quien la escuchaba, aunque por dentro estaba ya ligeramente irritada de no saber qué estaba pasando en aquel lugar, eran ya demasiadas cosas molestando.

Los ojos carmesí del hombre fueron desde la elfa al semi orco, el cual respondió:

Era de mi madre, una copia del que lleva la sacerdotisa Aria, dicen que representa las lágrimas de la diosa Mystra un rictus de rabia pareció atravesar en ese momento la cara del orco.

Maivelaer no pudo evitar apreciar el rictus de rabia de la criatura al responder, alguna historia de pesares tendría seguramente, pero no le importaba en lo más mínimo, su interés estaba centrado en lo que había aseverado.
La lágrima de la Diosa al fin, quizás su larga travesía pudiera llegar a buen término.

Tranquilo Gwroëw el comerciante se giro hacia Faeledhel la madre de …..

Dijo entonces, el humano que parecía conocer a todos explicando un poco de dicha historia.
Maivelaer quien se centraba en sus propias ideas y pensamientos dejo de prestar atención al hombre ya no le importaba más que saber en dónde podía encontrar a la tal Aria.

Volviéndose entonces de frente hacia el tal Gwroëw, Maivelaer le hablo con desmedida parsimonia, muchacho…necesito hablar contigo…a solas…concluyo.

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01/07/2013, 19:02
Rene Cobreas

El orco se encontraba temblando, estaba claro que la furia bullia en su interior ahora no gruño mas que hablar, casi a la carrera avanzo detrás de la barra desapareciendo por la puerta y cerrandola tras si con un sonoro portazo.

No es culpa suya señorita Faedlehel, son recuerdos dolorosos, ahora el chico necesita estar solo, creo que usted le recordo a su madre, ella también era hermosa y valiente, era especial el comerciante lanzo un suspiro era mi hija

 

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01/07/2013, 19:17
Faeledhel

Como si alguien le hubiera soplado en la nuca, sintió así la presencia del elfo, y por unos segundos pensó que había recapacitado sus palabras,e iba a la mesa, pero veía que no, al contrario, había molestado aún más al chico orco, que ahora resultaba ser el nieto del señor René... vaya cosa era la que ahí sucedía, Faeledhel se encogió de hombros y sonrió entre dientes al hombre, había hecho muchas preguntas, demasiadas...

- comprendo... mis condolencias... no debí haber preguntado tanto... espero que esté bien su nieto, liego me disculparé con él...- dijo, si, se sentía del asco, y acarició la cabeza de Awen que parecía desear ya irse, sin embargo, con el elfo ahí, no perdería otra oportunidad, aquellos ojos rojos habían demostrado algo, algo más allá de sus palabras, aunque ella tampoco había sido demasiado agradable con él- me disculpan...-

Faeledhel se volvió a poner de pie, y miró al elfo, acercándose a él, no eran muchos pasos - disculpa...- llamó su atención  - lamento lo que dije hace rato... - se disculpa, mirandolo a los ojos, realmente esperaba ver en ellos algo que le hiciera pensar que como la había visto antes, no había sido una conjetura suya, le sonrió - fue muy grosero... y no debí, y no alcancé a agradecer que tocaras aquella melodía, y no pude evitar cantarla, espero que pueda cantar de nuevo acompañada de tu música - inclinó su cabeza hacia el elfo, mientras que todos la estaban viendo.

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01/07/2013, 19:24
Maivelaer

Maldita sea, se dijo a sí mismo con virulencia ante la reacción del semi orco ante todas las preguntas recibidas.
En un desplante normal de un joven herido la criatura se retiro con iracundo brío al interior de la cocina, dejándole sin la respuesta que tanto ansiaba.

Fue ahí cuando la joven elfa le hablo.

disculpa...- llamó su atención  - lamento lo que dije hace rato... - se disculpa, mirándolo a los ojos, realmente esperaba ver en ellos algo que le hiciera pensar que como la había visto antes, no había sido una conjetura suya, le sonrió - fue muy grosero... y no debí, y no alcancé a agradecer que tocaras aquella melodía, y no pude evitar cantarla, espero que pueda cantar de nuevo acompañada de tu música - inclinó su cabeza hacia el elfo, mientras que todos la estaban viendo.

Maivelaer le devolvió la mirada, en realidad apreciaba sus intenciones, no era lo típico el preocuparse por los extraños, más nadie más que él conocía la decepción y el cansancio del largo viaje que llevaba a cuestas, y lo mucho que ansiaba conocer un final.
Yo…le respondió mirándola…te disculpo Faeledhel…había una profunda pena en su voz.

una pena palpable.

 

Maldita sea.

sus ojos carmesí centellaron por la ira, pero debía contenerse, aunque su malvada sombra le gritase que fuera tras la criatura semi orca a sacarle la respuesta por la fuerza si fuese necesario.

Las manos le temblaron levemente y a duras penas tuvo la fuerza para girarse sobre sí mismo y salir con paso firma al exterior.
Necesitaba poner distancia entre toda la gente, el bullicio y las emociones desmedidas.
La fresca brisa nocturna podía llegar a aliviar su alma.

Tal vez.

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01/07/2013, 19:26
Arthur Novak

Luego de escuchar lo acontecido, ahora tenía un poco más clara la situación, La lágrima de la Diosa,

de la Diosa de la Magia Mystra, habia hecho el el elfo se acercara, un orco se enojara y ese hombre admitiera que el orco era su nieto.

Evidentemente me sorprende ese hecho y levanto la mirada al escucharlo pero por respeto y buenos modales, vuelvo a mi comida, mientras espero un poco màs a ver que transpira antes de levantarme y salir del lugar.

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01/07/2013, 19:32
Faeledhel

Y como lo pensó y sintió, el elfo mostró en sus ojos pena, mucha pena,  ella se sintió terriblemente conmovida por aquellos ojos melancólicos, pero aquella pena dio paso a una rabia contenida, aquel ser tenía grandes conflictos internos, sin lugar a dudas, Faeledhel se quedaría con las palabras en la boca  y se encogió de hombros, los hombres eran más que complicados, pero aquel hombre le conmovió el corazón aunque claro, parecía desear estar solo..¿y si lo siguiera?... mejor no, no lo conocía y no era de las personas dispuestas a escuchar a otros.

- en fin.. - se giró sobre sus talones y volvió su asiento,  otra persona también se iba, ya todos se levantaban para partir y ella tenía la leche servida, se sentó y bebió la leche, quedando triste y más meditabunda,  Awen volvió a colocarse en su muslo,  parecía sentir la tristeza de su ama - señor René, capitán, chicos, me gustaría quedarme un rato más, pero necesito hacer algo... no fui a la oficina.. y bueno...- se puso de pie, mirando al pirata un instante más -muchas gracias - le dijo por la leche que bebió de un trago, algo lento para no ahogarse - luego te la pago... vamos Awen - Faeledhel se puso de pie, e inclinó su cabeza en una reverencia, saliendo de la taberna a paso raudo.

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01/07/2013, 19:42
Faeledhel

Salió de la taberna en compañía de su amigo, y arregló la capucha en su cabeza, sentía algo de frío, y comenzó a buscar al elfo - ¿hacía donde se habrá ido? - se preguntó colocando sus manos en sus caderas, girándose para localizar al afligido elfo.

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01/07/2013, 19:50
Maivelaer

Maivelaer había salido sin un plan específico.
Solo necesitaba cambiar el aire, sentir el frio de la noche sobre la piel y ver la enorme luna llena sobre su cabeza.
A unos cuantos metros de la taberna se elevaba desde el suelo un enorme árbol añejo.
Su voluminoso tronco tenía el tamaño de cinco hombres grandes aferrados de las manos, y sus ramas que se elevaban hacia el nocturno cielo estaban rematadas por una frondosa copa de hojas anchas y redondas de un color ocre.
Proyectaba una pronunciada sombra sobre el entorno, y en sus gruesas raíces que asomaban sobre la fértil tierra negra del lugar, Maivelaer encontró un buen lugar para sentarse a pensar.
Allá abajo se veía el puerto y el calmo mar.

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01/07/2013, 19:54
Faeledhel

Se giró en su eje buscándolo, peor fue Awen quien lo encontró, ladrando un poco para avisarle a su ama, Faeledhel miró a su amigo y luego el árbol que señalaba, ahí pudo distinguir un bulto y a medida que se acercaba,pudo identificar al elfo, se acercó timidamente,  hasta rodearlo y ponerse delante de él.

- aiya...- lo saludó,  levantando su mano ante el elfo - sabes...- se mordió el labio inferior, mirándolo a los ojos - canté contigo, fui pensada contigo y aún no sé tu nombre... tú si sabes el mio.. y bueno - baja la mirada y  le sonrie con un gesto más dulcificado - ¿cómo te llamas? - le preguntó, sin cuestionar si su presencia molestaba o no, si lo hacia, tenía la certeza que le diría que sí.

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01/07/2013, 20:03
Maivelaer

Maivelaer había escuchado el ladrido de la criaturilla que acompañaba a Faeledhel.
Giro el rostro cubierto por las sombras y la vio.
Una aparición en la noche.
Tal era su belleza.

La muchacha se acerco de a poco, en silencio y dubitativa le hablo al llegar hasta donde él estaba.
En verdad no le había preguntado el nombre y aunque para ella parecía una descortesía él no lo veía así.
Mi nombre es Maivelaer, le dijo con tranquilidad…y a continuación le pregunto pues la duda le agobiaba…
¿Por qué has venido tras de mí?